MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos siervos de Dios Altísimo:

En este día les digo que para que puedan vivir aún en este mundo, las Leyes Superiores que se viven en el universo, tendrán que reencontrar lo sagrado.

Lo sagrado es el don de conocer la Presencia de Dios en todas las cosas. Lo sagrado colma el alma y aproxima el espíritu a la materia corrupta, para volverla pura y limpia.

Encontrar lo sagrado es una forma simple de decir que la consciencia está recorriendo el camino de las Leyes Universales. Y la clave para descubrir lo sagrado en todas las cosas es la reverencia.

A diario las fuerzas de oposición al Plan de Dios intentan destruir lo sagrado como concepto en la vida humana, y esto comienza desde la infancia, degradando las relaciones familiares.

Es por eso que Mi Casto Corazón desciende al mundo para hacer un llamado especial a las familias. Así como pude vivir lo sagrado con la Santa Familia de Nazaret, hoy les pido que celen por lo sagrado dentro de sus familias.

Que desde la infancia los niños puedan conocer el amor, la reverencia a Dios, así como al prójimo; la reverencia a las ceremonias, a la oración, a los Reinos de la Naturaleza, a la vida.

No permitan que se pierda de los corazones de los pequeños la pureza que ellos traen. Cuiden las influencias que ellos reciben; prefieran el contacto con los Reinos de la Naturaleza al contacto con las tecnologías. No solo traten de distraer a sus hijos, hermanos, nietos, sobrinos… sino asuman esas pequeñas almas y sean para ellas el ejemplo para seguir. Que encuentren en la vida del espíritu la alegría de estar en la vida, y esto se dará por medio del ejemplo de ustedes. 

Una vida vacía de amor, vacía de Dios y de Su Santo Espíritu está construyendo la actual juventud del mundo, que no encuentra más sentido para la vida, porque sus almas que vinieron al mundo en este tiempo para cumplir una misión específica no están encontrando, en lo que el planeta ofrece, aquello que Dios les encomendó realizar.

Por eso, celen por los jóvenes y por los niños del mundo y háganse responsables de aquellos que tienen a su lado. Muéstrenles la vida del espíritu, de la oración, de la búsqueda espiritual, de las cosas que trascienden la vida en la materia. Porque aquellos que están naciendo en este tiempo tienen la misión de recordar su origen, para atraer así hacia el mundo el nuevo tiempo, la Nueva Humanidad. Por eso, es importante conducirlos por el camino correcto, antes de que el alma se confunda con todo lo que el mundo ofrece, como las superficialidades y los falsos caminos espirituales.

Hagan esto por el Plan de Dios y por el futuro de la humanidad,como también de todo el universo.

Yo los amo y les dejo Mi amoroso impulso de salvación, sobre todo a los jóvenes y a los niños de este mundo.

San José Castísimo, siervo de Dios, eternamente

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la paz en los corazones de los que siguen a Dios sea la señal visible de Su Sagrada Presencia en el mundo.

Que la fraternidad y el amor entre hermanos, unidos por un mismo propósito evolutivo, sean el motivo de inspiración y de entrega para los que no saben en qué dirección caminar.

Que la unidad con Dios, alcanzada por medio de la oración y plasmada en todos los instantes de la vida, sea la luz que ilumine los ojos de los que caminan en la oscuridad.

Que la comunión con los Reinos de la Naturaleza, el cuidado y el amor para con esos hermanos menores sean el ejemplo para los corazones humanos que perdieron la esperanza de encontrar un mundo nuevo. 

Que el amor al Plan de Dios sea mayor y más fuerte en el corazón de Sus compañeros que los propios planes y las tendencias humanas.

Que la aspiración a la constante transformación en Cristo impulse a los seres para que cada día no sean más los mismos y para que se aproximen a Dios, por medio del propio mundo interior y también por su conducta en la vida material.

Que la Nueva Humanidad no sea solo una profecía para los corazones que siguen a Dios: que sea una meta para ser alcanzada en vida, con el esfuerzo, la oración, el amor y la persistencia en la Verdad.

Queridos compañeros de Mi Casto Corazón, si creen en Mis palabras y tienen fe en la presencia de los Sagrados Corazones, jamás pierdan la oportunidad de ser otros y de caminar hacia el cumplimiento del Propósito Divino.

Les pido que, más que anunciar Nuestra presencia con palabras, la anuncien con la propia transformación. Los seres de este mundo necesitan de ejemplos para seguir, aunque ustedes
permanezcan en silencio.

Si quieren que el Plan de Dios se establezca en el mundo, nunca adoctrinen sobre algo que no viven. Antes de llevar la Buena Nueva de los Sagrados Corazones, al menos intenten, todos los días, vivir

Nuestras palabras. Yo les aseguro que, si así lo hicieren, su ejemplo de fraternidad, de caridad, de perdón y de reconciliación, llegará más lejos de lo que llegaría si estuviesen difundiendo durante años una palabra que no encontró vida en ustedes.

Yo los amo y los impulso a la vivencia de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​​​

Queridos compañeros y siervos de Cristo:

Hoy los invito a que comprendan la importancia de unirse inmediatamente al Propósito de Dios y, como soldados de Su Ejército de Luz, que estén dispuestos a entregar sus propios planes y aspiraciones para que se cumpla el Plan Único, el Plan de Dios, por el bien y por la salvación de toda la humanidad y de todo el planeta.

En estos tiempos, queridos, el universo entero se congrega a cada instante, por medio de sus representantes, para guiar de la mejor manera a la amada humanidad.

Es de esa forma que descienden al mundo impulsos de luz, de redención y de reconciliación que, muchas veces, los corazones no serían merecedores de recibir; pero la intercesión de los Mensajeros Divinos, junto con los verdaderos soldados orantes de la Tierra, está ofreciendo nuevas posibilidades a los seres de este mundo.

Un tiempo atrás, la probabilidad que Dios tenía para la humanidad era que despertaran unos pocos, que serían las semillas para un nuevo futuro. Ahora, gracias al poder de la oración, esa probabilidad aumenta. Por esto, otros hermanos suyos, que no despertarían a tiempo, están recibiendo la posibilidad de reconocer su origen y, así cumplir, al menos en parte, la propia misión.

En cada vuelta de la espiral de la evolución, los seres humanos sorprenden al universo y, ahora, la tarea de los Mensajeros Divinos encuentra espacio para ampliarse y revelar a los corazones lo que vinieron a hacer en este mundo, despertando así su potencial de amar y perdonando el pasado que los ataba a una cadena involutiva.

Sé que muchos no comprenderán Mis palabras inmediatamente, sin embargo, guárdenlas en el corazón, porque aquellos que hoy no las comprenden verán llegar la hora del propio despertar y, ahí sí, al fin las comprenderán.

Les digo todo esto en este momento para que puedan adherirse a los cambios de los Planes de Dios, que son permanentes, porque la humanidad es imprevisible a los ojos del Creador. En estos tiempos, en el que ningún alma podrá perderse del verdadero camino, el Señor está entregando todo para la manifestación de Su amado proyecto de cura y de redención universal, por medio de los seres humanos.

Yo los amo y nuevamente les pido que guarden Mis palabras solo en el corazón; él, por más que no las comprenda, recibirá los impulsos que provienen de ellas, para algún día poder comprenderlas. Paz y redención para todos.

Su padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros y siervos de Cristo:

Hoy les pido que reflexionen sobre todo lo que les dije en los últimos tiempos y que traten, dentro de ustedes, de percibir si están intentando vivir las instrucciones transmitidas por los Sagrados Corazones.

Con la simplicidad propia de la Consciencia de Dios, los Sagrados Corazones de Jesús, José y María están conduciendo a la humanidad hacia un grandioso despertar; sin embargo, dependerá de cada uno que ese despertar pueda salir de las hojas de papel y del verbo que los videntes pronuncian parael mundo al repetir Nuestras palabras, y que se vuelvan vida y fuente del despertar de otros seres de este mundo.

En este momento del planeta, intentamos despertar no solamente seres orantes, sino soldados de la oración: consciencias que sean capaces de obedecer las indicaciones de Dios inmediatamente y que comprendan que el amor, el perdón, la unidad y la fraternidad, que se alcanzan cuando el corazón ora, son las armas más poderosas de los tiempos actuales.

Que, provistos con el Poder de Dios, Sus Ejércitos puedan hacer triunfar la Luz por medio del descenso de la Luz Divina en el corazón que ora.

Los ejércitos del adversario no se cansan, no se detienen y no se distraen ni por un solo minuto; pero la Victoria de Dios debe ser la única certeza de los corazones que responden al llamado celestial. Con esta convicción interior, animarán a otras almas para que transformen sus vidas y se conviertan en pacificadores de este tiempo de caos y de perdición planetaria.

Mis queridos, despierten a la transformación inmediata y nunca piensen que ya están en un buen punto, que alcanzaron la meta y que ahora pueden descansar, pues el descanso del soldado de Dios no será en esta vida.

Ustedes están aquí, ahora, para que se transformen permanentemente, todos los días un poco más, hasta que puedan fundirse con Cristo en corazón, alma y espíritu. Hagan esto por los que ignoran la existencia de Dios y de Su Plan y que están entregando sus almas al abismo de este mundo, creyendo que viven lo mejor que la Tierra les puede ofrecer.

Yo los amo y los aguardo en oración.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:

Hoy los llamo al despertar de la verdadera fe, que nace de la unión del espíritu con Dios y que no se alimenta de milagros ni de recompensas de ningún tipo.

La fe para la cual los invito es la fe en lo invisible, para que puedan confiar y así vivir las instrucciones de los Mensajeros Divinos.

Sé que para muchos es difícil despertar la fe en el corazón, ya que ella es puramente espiritual. Muchos creen en la Presencia de Dios entre los hombres por medio de las apariciones actuales de los Sagrados Corazones, pero la creencia proviene de la aceptación de la mente, y la fe es la adhesión del espíritu a la Voluntad de Dios.

Una fe que nace como consecuencia de fenómenos y milagros es una fe que puede ser tan pasajera como tales fenómenos; pero la fe que nace en el corazón de aquel que cree sin ver es una fe que jamás se extinguirá y que lo conducirá a encontrar la verdadera vida del espíritu.

Aquel que mantiene su fe, incluso en lo invisible del corazón, podrá encontrar a Dios, que no es visible a los ojos humanos, y superará los límites de la materia y de los sentidos para ingresar en una realidad que trasciende la existencia material. Es para eso que los Mensajeros Divinos vienen al mundo en este tiempo, por medio de este grupo de almas.

A lo largo de la existencia humana, Dios intentó despertar a los hombres de muchas formas, pero siempre que despertaron por medio de los sentidos, jamás pudieron salir de los límites del propio sentido material, concreto.

Los fieles y devotos de Dios en el mundo entero casi siempre están aspirando simplemente a las cosas que se refieren a la vida material y en ningún instante vislumbran la verdadera existencia, que comienza después que trascienden las ilusiones de esta vida.

Muchos creen en Dios, oran y tratan de vivir en paz, pero casi siempre esto se dirige solamente al bien personal y al éxito de la propia vida material.

¿Comprenden que el Plan de Dios no comienza ni termina en esta pequeña Tierra?

Mis queridos, cuando son llamados a despertar la fe en lo invisible, despiertan, en consecuencia, muchas otras cosas, como la comprensión de que la vida no termina en la materia. Comprenden la existencia de una vida superior; pueden trascender las apariencias y a los mensajeros y llegar a la esencia del mensaje; pueden profundizar en la consagración de la vida material, para tener como prioridad la vida del espíritu.

Los Mensajeros Divinos conducen hoy a la humanidad hacia una comprensión mayor de la vida y no intentan construir, en este mundo, nada relacionado con el confort, la comodidad ni el bienestar material, pues no es esa la meta de Dios.

La meta para este mundo es ser otro, para que en la materia habite el espíritu; para que la Tierra sea una nueva Tierra; para que la humanidad sea una Nueva Humanidad, pues a esto se refiere el descenso del Reino de Dios al mundo. O sea, aquello que hoy es invisible a los ojos humanos debe pasar a ser la realidad de este planeta. Pero, para eso, ustedes deben partir del principio, que es desarrollar la fe en lo invisible, para que deje de ser un misterio para el corazón humano y pase a ser la realidad.

Yo los amo y los llamo al despertar de la verdadera fe del corazón.

San José Castísimo

MENSAJE DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando una nación vive las consecuencias de acciones humanas milenarias, tan intensas que se plasmaron en su cultura política y social, como es el caso de Venezuela y de muchas otras naciones, la única salida para semejante ilusión e ignorancia es la vida de oración verdadera.

Si al menos un pequeño grupo, en cada nación, orara verdaderamente todos los días y si, aún más, pudiera transformar sus vidas en un acto permanente de oración, podría cambiar por completo la consciencia de la nación y, en consecuencia, su destino físico y espiritual.

Eso ocurre porque un ser que ora permanentemente va ingresando con el corazón en la Consciencia de Dios y allí reconoce el verdadero propósito de su vida sobre la Tierra o, por lo menos, puede reconocer lo que está fuera de ese propósito y, de esa forma, las ilusiones de la materia le resultan disonantes y no las puede soportar. Es en ese momento que el alma es impulsada hacia la búsqueda constante de la Verdad y vive su elevación. Esa experiencia queda marcada en la consciencia de la nación, que poco a poco es conducida hacia una búsqueda superior por medio de sus habitantes, de sus guardianes, ya que aquellos que viven en cada nación son, para Dios, los guardianes del propósito para ella.

Es por eso que los Mensajeros Divinos llegaron a Venezuela en el inicio de su crisis y ahora retornan para renovar el impulso de los corazones venezolanos como también los del mundo entero.

Los Sagrados Corazones llegan a Venezuela no para terminar con la crisis social, política, económica y espiritual que vive este país hoy, sino para que, como nación, aprenda a superar los acontecimientos materiales por medio de la vida de oración y mantenga vivo el propósito de la nación, aquel atributo que Dios depositó en todos los seres que viven bajo su aura, para que lo desarrollen y, así, ayuden a que se cumpla el Plan Divino para toda la humanidad.

Si Venezuela, como consciencia, pudiera vivir esta experiencia de encontrar la verdad y salir de la ilusión material por medio de la vida orante, ese aprendizaje servirá para muchas otras naciones y para toda la humanidad en los tiempos que vendrán; tiempos en los cuales la crisis espiritual, con consecuencias físicas, será el vivir diario de la humanidad.

Es por eso que Mi Casto Corazón hoy bendice a esta nación y a todos los venezolanos, impulsándolos a la vida orante verdadera y pacífica, para que así vivan como un servicio que realizan a toda la humanidad.

Recuerden estas palabras en los días que vendrán, porque hoy Yo las pronuncio para Venezuela, pero en un futuro cercano servirán para muchas otras naciones.

Yo los amo y les doy Mi paz, para que mantengan sus corazones pacíficos ante todos los acontecimientos de la vida.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMTIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Para que superen las pruebas de un tiempo de caos deben aprender, aún en estos tiempos, a superarse a sí mismos, a amar la oración y a buscar la unión permanente con la Jerarquía
Divina.

Cada vez que se abren para sustentar un propósito, una sintonía, ustedes reciben de lo Alto una oportunidad de conoce lo que está oculto en su interior.

Cuando el Universo los coloca en la situación de ser sustentadores orantes y de permanecer en vigilia es cuando ustedes comienzan a sentir hasta dónde pueden entregarse a Dios, y a partir de dónde pueden superar los límites conocidos para dar de sí aquello que desconocen.

Esos momentos en los cuales los Mensajeros de Dios les piden oración constante son para probarlos, para prepararlos y para darles una oportunidad de autoconocimiento a cada uno. Por esto, es importante que observen su mundo interior en ese momento y sean verdaderos en sus oraciones, en el transcurso de las horas. Así, podrán ir entrenando sus consciencias paralos días que llegarán, en los que se necesitarán los soldados de Cristo, y la vigilia permanente y constante.

Que el aprendizaje de unos pocos pueda depositarse en toda la consciencia humana como experiencia y vivencia de unión con Dios y con Su Propósito.

Yo los amo y los bendigo para que sigan respondiendo a las necesidades del Plan de Dios.

San José Castísimo
 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Queridos compañeros:

Quiero decirles, en este día, en relación con las palabras que vengo pronunciando en estos últimos tiempos, que si les instruyo sobre tales cosas es porque confío en el potencial de todos los corazones que Me escuchan, independientemente de la vida que llevan y del grado de consagración en el que se encuentran.

Mi Casto Corazón fue enviado al mundo para acompañar a María Santísima en el despertar de los 144 000 que deben preparar el retorno de Cristo y reconocerlo entre los hombres. Es por eso que Nuestra presencia es puramente espiritual y toca los espíritus de aquellos que se comprometieron con Dios en el principio de todo este proyecto humano. 

Mis amados, los 144 000 son los espíritus que fueron enviados a la Tierra para vivir la redención y para ayudar en el proyecto humano y que se comprometieron a vivir en sí los códigos dejados por Cristo.

No piensen que Jesús vino a la Tierra para ser el único Cristo existente en la Creación de Dios. Él vino para ser el Camino que toda la humanidad debería recorrer, la Verdad que cada ser de este mundo debería amar y seguir, la Vida Crística que se manifestó en Jesús, pero que debe manifestarse también en todos aquellos que se disponen a hacer de sí la expresión del proyecto de Dios y volver vida, en la propia carne, los principios universales y crísticos dejados por el Hijo del Hombre.

Mis amados, llegó el momento de asumir su verdadero papel en el Plan de Dios, y eso se alcanza cuando pueden salir de las mezquindades de la vida material y, así, salir de sí mismos, para tener como prioridad en sus vidas lo que realmente importa, que es el amor y el perdón, la redención y la unidad con Dios y, en consecuencia, con toda Su Creación.

Los 144 000 deben ser la punta de lanza que abre el camino para la Nueva Humanidad, el ejemplo que deben seguir los que están ciegos, palpando el aire delante de sí. Los 144 000 deben ser la mano tendida a los hombres y a los Reinos de la Naturaleza; deben ser la representación de la propia humanidad, elevando al planeta hacia la manifestación de la Verdad.

Piensen en eso y sientan Mis palabras en el corazón, pues ellas deben impulsarlos cada día, para que al menos anhelen no ser más los mismos y, así, vivan lo que les enseño.

Su amado padre y consejero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Para estos tiempos de transición entre el viejo y el nuevo hombre, el hombre original, deberán conocer un atributo universal divino: el Rayo de la Omnipresencia. El Rayo de la Omnipresencia es aquel que permite que la Consciencia de Dios esté viva y presente en todas las cosas.

El Rayo de la Omnipresencia es el vehículo de Dios mismo en Su Creación.

¿Por qué deben conocerlo?

Porque cuando la humanidad esté muy apartada de Dios y los Mensajeros Divinos no se encuentren más entre los hombres como ahora, necesitarán saber que el Creador está en todo, y no solo saber, sino que también deberán experimentar y vivir eso. De esa forma, jamás se sentirán solos o desamparados, porque el Rayo de la Omnipresencia les será visible y palpable al corazón.

Para conocer la Omnipresencia de Dios, deberán buscarla desde ahora y Yo les diré cómo.

En la concentración de la mente, del corazón, del alma y del espíritu, silencien y permanezcan solo en el presente, sin pensar en el pasado ni en el futuro. Sientan el momento presente, sientan los elementos de la naturaleza, como el aire, por ejemplo, porque independientemente de dónde se encuentren el aire estará presente. Sientan el aire como portador del Rayo de la Omnipresencia y perciban que un mismo Dios les promueve la vida por medio del aire y anima los universos, en el centro de toda la Creación.

Descubran la Presencia de Dios en la vida que los sustenta, dentro del propio cuerpo, moviendo los elementos que componen el ser. El mismo Dios que habita la perfección de la materia y conduce el funcionamiento de un organismo es aquel que habita el cosmos, conduciendo el Plan hacia las diferentes galaxias.

La Omnipresencia de Dios se descubre al percibir al mismo Dios en las pequeñas y en las grandes proporciones de la vida.

El Creador está vivo en todo lo que fue creado por Él. Encuéntrenlo dentro de cada uno de ustedes, como en el centro de la Creación. Encuéntrenlo dentro del prójimo, como en todas las cosas. Así, podrán sentirse guiados aun estando solos y, si en un momento de necesidad lo escuchan, el Dios que está en todo podrá conducirlos al cumplimiento de Su Voluntad.

Los Mensajeros Divinos les hablan directamente y con palabras tan humanas para que aprendan, algún día, a hablar con el lenguajedel corazón y a escuchar la voz que se pronuncia en el silencio de su interior.

Yo los amo y los conduzco hacia los tiempos de transición.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis amados compañeros:

Este es un mensaje de paz y de redención para el mundo, así como todas las palabras que pronuncié en los últimos tiempos.

Renueven todos los días sus compromisos con Dios y con la superación de sí mismos, porque, en estos tiempos, cada día traerá un desafío mayor, interno o externo, que sus corazones necesitarán vencer.

Cuando un alma decide ingresar en un camino de consagración de la vida al Propósito Evolutivo de Dios, será probada a cada instante y pulida como un diamante en bruto, hasta que llegue a la máxima expresión de su esencia.

Es por esto, queridos, que muchos sienten que, después de haber comenzado a recorrer un camino más profundo de entrega, no pueden más superar ciertas pruebas que antes les parecían tan simples. Yo les explicaré porqué sucede esto.

Cuando ustedes están en el camino espiritual superficialmente, sus dificultades también son superficiales y Dios no les exige más de lo que pueden dar. Entonces, muchas veces ustedes piensan que han superado algún aspecto negativo propio, cuando en realidad, lo cerraron con tapa de hierro en lo profundo de la consciencia, como una forma de no encontrarlo, y viven como si él no existiese.

Pero cuando asumen una consagración más amplia y emiten para Dios un sí, para que Él opere en ustedes, entonces el Señor levanta, con Sus propias manos, todas las tapas de hierro de la consciencia y deja que, por sí solos, esos aspectos ocultos prueben y transformen al ser.

De esa forma, ¡ustedes ven que la preparación para los tiempos que vendrán y el fortalecimiento de la consciencia no se producirá al hacer un curso de socorrista ni leyendo muchos libros! La preparación para estos tiempos proviene de la propia consciencia, porque aquel ser humano que es capaz de superarse a sí mismo y transformar su propio lodo, por amor al Plan de Dios, será capaz de perseverar ante cualquier acontecimiento del mundo, porque en su interior ya reina su esencia, que es una con Dios Padre.

Yo les dije que este era un mensaje de paz, porque deben estar en paz delante de su purificación y vigilarse mucho.

Si cometen errores, pidan perdón; si no se entienden, reconcíliense; si tienen resistencias con alguien o con alguna cosa, enfrenten eso, vayan a su encuentro y amen. Si están cansados, supérense; si tienen dudas, obedezcan; si están angustiados, oren; si piensan mucho en sí mismos, sirvan al que está más cerca.

Si quieren vivir según los Planes de Dios, escúchenme y sigan Mis palabras.

Su padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La paz puede ser una realidad en el mundo, como lo es en el Reino de Dios, en donde Su Consciencia Suprema se expresa plenamente. Sin embargo, para que eso sea posible, es necesario que los seres humanos quieran estar con Dios, así como quieren aquellos que viven en Su Reino.

Cuando un ser aspira a estar todo el tiempo con Dios, lo busca en todas las cosas y espera encontrarlo en todo, con la certeza de que el Creador depositó una parte de Su Consciencia en todo lo que creó.

Por eso, para que la paz se establezca, deben buscar y encontrar a Dios en todo y en todos, trascendiendo las influencias del mundo y todo lo que aparentan ser las personas que transitan por él.

Acuérdense permanentemente de la existencia del espíritu de cada ser y de que, para cada uno, el Creador tiene un plan perfecto, una idea y un pensamiento divino. Acuérdense de que, dentro de cada consciencia, en lo más profundo, están los códigos que ella necesita para cumplir su misión.

Quiero hoy revelarles un misterio del Reino de Dios, de Su Plan para la humanidad. Al crear a los seres humanos, Dios depositó en cada esencia un atributo divino, llamado Rayo Universal, que es una forma de expresión de Su Divino Espíritu, creador de todas las cosas.

Los Rayos del Creador son los responsables de conducir Su Creación a la perfección, pero en el caso de los seres humanos existe un secreto, una particularidad: la vivencia de la perfección en la humanidad depende de la expresión del amor, y esa perfección se activa no solo cuando un ser ama, sino también cuando él es amado.

El Amor del que les hablo no es el amor que ustedes conocen, porque los seres humanos acostumbran a amar lo que les conviene, lo que les agrada o lo que les causa alguna gratificación,
pero ese no es el Amor de Dios.

El Amor de Dios es aquel que mira a un ser y trasciende sus imperfecciones, encontrando así la verdad de la esencia de cada uno, y es eso lo que ama: ama la Voluntad de Dios para con Sus criaturas; ama la Perfección de Dios escondida en los seres; ama al mismo Dios por intermedio de Sus criaturas.

Ese amor no es imposible de ser vivido, pero para encontrar algo que está perdido en el otro, deben encontrar lo que está perdido en ustedes mismos, que es la posibilidad de amar verdaderamente. 

Para eso estoy aquí. Para eso desciendo todos los días al mundo, para volver simple la vida espiritual, para volver simple lo que, para los hombres, siempre fue tan complicado. ¿Qué dificultad debería haber en amar de verdad, si fueron creados exclusivamente para eso?

Busquen dentro de sí mismos la verdad sobre lo que son. Cuando den los primeros pasos, Yo los ayudaré.

San José Castísimo, por el despertar del amor en la consciencia humana

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros en Cristo:

Quiero ofrecerles cada día algo más que palabras, porque tengo la posibilidad de llevarlos a que vivan lo que ustedes verdaderamente son, no solo como individuos, sino también como humanidad.

Por eso insisto, una y otra vez, para que en cada momento de sus vidas ofrezcan todo lo que hacen por la consciencia humana, sobre todo por todos aquellos que no conocen a Dios y que, independientemente de la clase social y de la situación física, viven en la ignorancia y en total ilusión. 

Mis amados, cuando estuve en este mundo como José de Nazaret, en todo lo que hacía en Mi trabajo, en el descanso o en las liturgias diarias, la oración era siempre lo que movía Mi Casto Corazón y, así orando, ofrecía todo por los demás hermanos del mundo.

Trabajaba por los que no lo hacían; descansaba por los que no podían descansar; era verdadero y simple por los que no podían serlo. Y así era con todo. Entonces, fui descubriendo cómo amar las imperfecciones de los hombres. De esa forma, mientras trabajaba por alguien que no lo hacía, comencé a comprender el porqué de aquellos que no lo hacían estaban en esa situación y, en Mis intenciones, ofrecía siempre a Dios las dificultades de Mis hermanos.

Viendo la pureza de Su siervo que no oraba para sí mismo, sino para que el reinado de Dios se expandiese por el mundo, el Señor comenzó a mostrar, a los ojos de Mi Corazón, diferentes situaciones del planeta en lugares que, en vida, no había conocido, pero sabía de la realidad de todo lo que veía.

Dios Me concedió la Gracia de servir más profundamente y de tener la certeza de que, en cada instante de Mi vida, Él podría interceder por algún alma. De esa forma, fui aprendiendo el arte de interceder ante Dios por las almas y por los seres de la naturaleza, los que nunca eran olvidados por Mi Corazón Castísimo.

Hoy les digo que el secreto para ser un intercesor ante Dios es que nunca pierdan la pureza de intención y que no se crean nada, sino solo un siervo de Dios. En donde haya orgullo por alguna obra ofrecida a Dios, esa obra ya no alcanzará el Cielo.

Muchos creen que interceden por las almas cuando, en realidad, están perdiendo un tiempo precioso de orar con el corazón para alimentar el propio orgullo y la vanidad.

Vengo para enseñarles a ser puros como los niños y a orar como un pequeño niño ora a Dios: no hay vanidad en sus palabras ni tampoco orgullo, solo hay una unión pura con Dios. Los niños no buscan nada cuando oran, solo entregan sus oraciones.  Esos son los verdaderos intercesores.

Mis queridos, lo que sí quiero es que sean intercesores delantede Dios por las almas perdidas, pero antes de eso, debenencontrarse a sí mismos en la propia esencia de la pureza y de la humildad.

Yo vengo al mundo para darles esa posibilidad, pero no piensen que eso es imposible, solo únanse a Mi Espíritu de Amor y, cada vez que vean que no están orando con pureza y humildad, acuérdense de Mí y sean como niños caminando hacia el Corazón de Dios.

Yo los amo y les dejo la pureza de Mi Casto Corazón.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Si ustedes no comprenden algo que les digo, entren en el recinto del propio corazón y traten ahí de trascender las imperfecciones, las ideas sobre sí mismos, los conceptos ya construidos sobre su propia personalidad o incluso lo que creen ser, en alma y en espíritu, porque el corazón desconoce completamente el Plan de Dios. Aun aquellos que son considerados sabios viven, en el mismo tiempo y espacio de la ilusión, separados de la Verdad Suprema. Así, por más que puedan vislumbrar algo sobre la vida superior, jamás podrán conocerla completamente, sino solo cuando el tiempo de Dios comience a ser uno con el tiempo de este mundo y la ilusión de estar solos, en un cosmos infinito, desaparezca de la consciencia humana.

Por no saber nada sobre el Plan de Dios, ustedes tampoco saben sobre sí mismos, porque son parte de una Creación Suprema que, en su conjunto, es un gran misterio para la humanidad. Pero llegará el momento en que los misterios tendrán que ser revelados, porque el Plan de Dios deberá ser vivido porSus criaturas.

Al contrario de lo que muchos piensan, los Mensajeros Divinos son enviados al mundo más para que ustedes puedan vivir el Plan de Dios, y no tanto para que puedan conocerlo. Es por esto que, a lo largo de los siglos, solo le entregamos a la humanidad palabras que la condujesen al encuentro de un nuevo principio de vida por medio del amor, de la fe y de la caridad. Estos principios, por sí solos, llevarían a la humanidad a vivir segúnlo que Dios pensó para los hombres. Y después de haber vivido y experimentado el Plan de Dios, entonces ustedes comenzarían a poder conocerlo y comprender mejor el motivo de vivir todas esas cosas y por qué no podrían continuar viviendo la vida humana común de superficie.

Como los tiempos se aceleran y el Reino de Dios se aproxima al mundo, para volverlo sagrado y retirarlo de la ilusión, los Mensajeros Divinos dan Su último gran impulso a la consciencia humana, intentando hacerla vivir los principios divinos y, al mismo tiempo, comprender lo que le sea posible, dentro de su limitación, sobre la vida universal, el Plan del Creador y para dónde Él los conduce a partir de este nuevo ciclo.

Es por esto que les pido que, antes de escuchar las Palabras de Dios en el verbo de Sus Mensajeros, entren en lo profundo de su corazón y olvídense de todo lo que piensan sobre sí mismos, sobre la humanidad y sobre la vida planetaria, para que así puedan encontrar una puerta para entrar en contacto con la verdad de todas estas cosas.

Les dejo esta reflexión y la paz de Mi Corazón, porque el conocimiento debe ser contactado siempre con el espíritu de la paz, pues la transformación se da solo cuando es resguardada por la paz, así como la correcta fortaleza se construye con un corazón pacífico.

Su amado padre y compañero de la eternidad,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, muchos Me buscaban para que los aconsejara sobre cómo unirse a Dios. Mi Casto Corazón estaba descubriendo, en el Niño Jesús, que Dios estaba dentro de todos los seres. Pero en una época en la cual no se pensaba en un Dios Vivo, sino en las Escrituras, era muy difícil concebir la existencia de Dios dentro de cada ser.

Hoy, ya existen conocimientos y experiencias suficientes, como humanidad, para que comprendan las cosas del Cielo y cómo ellas se expresan en el mundo. De esta forma, descubrirán  en el mundo el potencial que él tiene para vivir de acuerdo a la vida celestial.

Así como Dios está vivo en cada ser y pocos pueden verlo, Su Reino vive en la idea original de la creación de la Tierra. De esta forma, tanto el Dios Vivo debe surgir en los seres como Su Reino debe manifestarse en el mundo. 

Para encontrar al Señor dentro de sus propios corazones y reconocerse semejantes a Dios, ustedes tendrán que desconocerse como individuos imperfectos y meramente humanos desde el punto de vista de la Tierra.

Para que el Reino de Dios sea una realidad en el mundo, todo lo que no está conforme a ese Reino debe dejar de existir. Y no será Dios quien hará desaparecer todas las cosas y, así, resolver todos los problemas planetarios. Ustedes, Mis amados, serán los que deben hacer desaparecer, primero de sus propias consciencias, todos los conceptos, los principios, las ideas y las intenciones que construyen todas aquellas cosas que, como humanidad, los separan de Dios.

Por ejemplo: por más que no sean gobernantes ni tengan la potestad de comenzar ni de acabar con una guerra, para abolir las guerras en el mundo deben aplacar, en sus consciencias, la ira, la competitividad, la avaricia, la codicia… Y, de esa forma, deben actuar con todo, porque poco a poco el Reino de Dios descenderá al mundo; pero, para eso, la armonía con la cual ese Reino se instalará dependerá de la preparación de la consciencia humana para recibirlo.

Muchos temen la tan citada transición planetaria, pero pocos están reconociendo que el curso de esa transición será el resultado de lo que cada uno pueda hacer para transformar en sí la consciencia humana y, en consecuencia, la consciencia planetaria.

Mediten en lo que les digo y en lo que les dije en días anteriores. Encontrarán en Mis palabras las llaves para alcanzar la redención de una forma pacífica y armoniosa.

Les dejo Mi amor y Mi consejo paternal, así como en otros tiempos.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En presencia de Mi santa hija, Teresa de Jesús, Me alegro de verlos liberando al mundo por el poder de la devoción y de la alegría de servir a Dios.

Ese es el espíritu de una verdadera vida de consagración y es lo que Teresa de Jesús siempre enseñó al mundo por medio de su ejemplo: que la alegría nunca debe faltar en el corazón de aquellos que se entregan a Dios.

La alegría debe estar como esencia en todo lo que hacen: la alegría del silencio, la alegría de la transformación, la alegría del sacrificio, la alegría de la corrección, la alegría de orar, la alegría de servir, la alegría de ser parte viva del Plan de Dios.

Si esa alegría estuviese viva en el corazón de todos los servidores, sería como el fuego que mantiene encendido el amor en el corazón de todos los seres y transforma toda rigidez y toda   dificultad en simplicidad y levedad.

Hoy, al lado de Mi hija Teresa, a quien nunca le fallé y quien nunca Me falló, vengo a darles un impulso para la consagración de la vida y para que hagan del día a día de sus seres la eterna
alegría de caminar hacia Dios.

Cuando el Propósito Divino está claro, tanto en la consciencia como en el corazón, el alma jamás pierde la alegría porque, aun delante de los actuales escenarios del mundo, ella conoce la verdad hacia la cual camina y siempre está tratando de elevar el dolor y la tristeza por medio de la alegría.

Queridos compañeros, tanto Teresa como Mi humilde Corazón estuvieron sobre la Tierra y conocen las dificultades de llegar a una verdadera entrega. Sin embargo, los dos alcanzamos en vida dos virtudes, con las cuales pudimos cumplir el Plan de Dios para Nosotros, las que seguimos viviendo para ser eternos siervos del Señor. Esas virtudes son la perseverancia y la alegría. 

Sean incansables delante de los obstáculos que el mundo les coloca y que el propio interior hace emerger y tornen la vida leve y simple por medio de la alegría.

Cuando eso suceda, podrán ser una fuente de la presencia de Dios en el mundo y, en un tiempo en el cual la desesperanza es lo común en los corazones, ustedes podrán ser un aliento y un bálsamo de amor para los que sufren.

Yo los amo y, junto a Teresa de Jesús, quiero mostrarles la simplicidad de la vida consagrada al Plan de Dios, cuando el corazón es incansable y alegre de verdad.

Dejamos nuestras bendiciones para el mundo entero, y que Nuestra alegría traiga levedad a los corazones afligidos.

Su padre y compañero, San José, en presencia de Santa Teresa de Jesús

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A lo largo de la historia de la humanidad, como también de la historia del universo, cada acto, sentimiento, pensamiento e intención de los seres queda plasmado en la consciencia
planetaria.

Cuando un ser actúa de forma correcta y vive un aprendizaje importante que debe ser vivenciado por todos, lo que llevaría a la raza a dar un gran salto evolutivo, esa experiencia se distribuAye como código de luz para todos los seres humanos y, de esa forma, todos reciben una oportunidad de evolucionar y de aprender.

Cuando los hombres actúan incorrectamente y se unen a las acciones del caos y del mal, esas experiencias también quedan plasmadas en la consciencia humana y en las consciencias de las naciones, impidiendo que las almas vivan según el Plan de Dios. Mientras ellas no se liberen de esas situaciones, por medio del perdón y de la comprensión de lo que vivieron, podrán pasar siglos recordando el mismo sufrimiento.

Tampoco los verdugos, aquellos que cometieron el error, reciben una oportunidad de redimirse delante de Dios y equilibrar el pasado porque, para eso, la propia humanidad debe generar códigos de amor que sean más potentes que cualquier oscuridad.

Cuando los Mensajeros Divinos  llegan a las diferentes naciones, no solo vienen para traer la paz y el despertar para los que allí habitan, sino también para liberar y perdonar, con el poder de Su Amor, todo el pasado que impide que el Reino de Dios descienda en esos lugares.

Por eso, ustedes deben ser más conscientes de la tarea invisible de Dios por intermedio de Sus Mensajeros y ser también partícipes de la liberación que llevan adelante en cada peregrinación.

Para eso, estén enteros durante sus oraciones: devotos, verdaderos, unidos a Dios con el verbo, con el espíritu y con el corazón. Siéntanse parte de la consciencia humana mientras oran y, así como el cuerpo humano une sus energías para curar alguna herida, únanse como consciencia humana para depositar la Luz de Dios en todos los espacios del mundo.

Ustedes saben que la humanidad se equivocó mucho a lo largo de los siglos y continúa distanciándose de Dios; por eso, ahora llegó el momento de generar el equilibrio correcto, hasta que la balanza les permita vivir una vida superior en este sagrado mundo que debe vivir la Redención.

Yo los amo y les agradezco por ser más conscientes de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, RECIBIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis amados compañeros y buscadores de la verdad celestial:

Hoy Mi Casto Corazón solo viene para pedirles que sigan profundizando en el camino de la oración y de la entrega.

Les pido que no se olviden de la campaña para la cual los invité hace un tiempo atrás y que se acuerden de la sagrada misión que los misioneros de María deberán llevar adelante, tan pronto como sea posible.

Sepan que el adversario de Dios hará de todo para que los misioneros no puedan llegar al destino marcado por el Señor. Por eso, desde ya, como soldados orantes de Dios, que viven para cumplir Sus Planes, coloquen en sus oraciones y en sus corazones esta sagrada misión para que así se abran los caminos y se disuelvan los obstáculos impuestos por el mal.

Para los Sagrados Corazones, esta misión es de vital importancia, como la campaña para sembrar el Amor en la humanidad, porque si ustedes cumpliesen esos dos propósitos, la humanidad estará enviando una señal para el Cielo, de que anhela ardientemente que la Luz descienda al mundo y que el mal sea disipado.

Hoy les digo que, para que sea disipado todo el mal que la humanidad causa al planeta, a Dios y a sus semejantes, no basta querer; deben orar, actuar y hacer muchos esfuerzos y sacrificios. Ustedes saben que el mayor sacrificio del ser humano no es el martirio del cuerpo, sino la vivencia de la humildad. Es por este motivo que los envío para que pidan perdón y vivan la reconciliación en pro del cumplimiento de un Plan Superior porque, así, ustedes vencerán lo que el hombre siempre alimentó: el orgullo y la vanidad.

Todos los conflictos del mundo tienen como base el orgullo arraigado en el corazón humano; por eso, para que se establezca la paz, sean humildes de corazón.

Yo los amo porque sé de la grandeza de sus corazones cuando expresan la verdad que está latente en su interior.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Bienaventurados los que guarden en sí el Reino de Dios y hagan de la propia consciencia el tabernáculo para las nuevas semillas de la sagrada humanidad.

Mis queridos:

Una vez más les pido que, en la unidad de la consciencia humana, ofrezcan sus esfuerzos y sacrificios, sus conquistas y transformaciones a todo el planeta.

Hoy su Madre, María, toca el suelo de una nación muy lastimada y herida por el ansia del poder humano. En los planos espirituales, Colombia aún padece los errores cometidos en el pasado y muchas almas viven sin paz por las consecuencias de todo el mal que causaron los primeros colonizadores a los pueblos originarios.

Esta, Mis amados, es la realidad de la gran mayoría de las naciones del mundo que, por falta de luz y de perdón, siguen padeciendo las acciones maléficas que someten a las almas durante siglos, sin que puedan comprender lo que viven. Por eso es tan importante que los Mensajeros Divinos puedan llegar al mayor número posible de naciones, principalmente de América, que necesita ser liberada del pasado para que viva el nuevo futuro.

Hoy les digo esto porque, como compañeros y siervos de Dios en este mundo, ustedes deben conocer esas realidades y saber que no sólo Medio Oriente padece por la astucia del adversario, sino que muchas otras naciones viven situaciones de una oscuridad deplorable, sin que los ojos humanos perciban la gravedad de la situación en que se encuentran las almas.

Sepan que el mundo sufre mucho más que crisis sociales. Ustedes están transitando por una crisis espiritual definitiva, en la cual tienen toda la ayuda de Dios para que la Luz se establezca en el mundo y sea vencido el terror del caos. Solo deben ser más conscientes y saber que lo más importante, hoy, es orar y trabajar para que el Plan de Dios se manifieste. Trabajar para eso, Mis queridos, es transformarse constantemente, dejando al viejo hombre para descubrir el verdadero arquetipo humano y, así, ser lo que Dios espera de Su Creación en este mundo.

Yo los amo y los concientizo de la realidad planetaria para que sirvan más y mejor todos los días de sus vidas.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis queridos compañeros en Cristo:

Mientras la humanidad se preocupa con el crecimiento material y con la acumulación de bienes y riquezas que perecerán rápidamente ante la imperiosa Luz del Redentor, Yo los invito a preparar el retorno de Cristo al mundo.

El Señor vendrá cuando los corazones del mundo hayan aprendido a valorar la verdadera riqueza y los verdaderos bienes, que son aquellos que ustedes ganan cuando pierden los bienes del mundo y cuando se pierden a sí mismos, entregándose a Cristo.

El Señor vendrá cuando la humanidad comprenda que el único  seguro es el que lleva a Cristo. Este momento no está distante de sus vidas, porque los mismos acontecimientos del mundo harán que se desmoronen todas las estructuras que brindan el confort y la seguridad a los seres en la vida material.

El Señor vendrá cuando las consciencias, al fin, comprendan más ampliamente Su primera venida al mundo. Ellas lo descubrirán al ver el ejemplo de aquellos que siguieron Sus pasos y que, confiados en Su Presencia Espiritual, no titubearon con los temblores del mundo y no dejaron desmoronar sus fortalezas interiores, incluso con todos los ataques del enemigo. Al contrario, los compañeros de Cristo ayudarán a construir la fortaleza en el interior del prójimo, aun en medio de grandes tempestades, porque mayor que el viento y que la lluvia será el poder del amor infundido en ellos por Cristo.

El Señor vendrá, al fin, cuando la humanidad comience a conocer su verdadera historia, el origen de este mundo y de todo lo que ya sucedió aquí, desde que los primeros seres humanos comenzaron a desarrollarse. En ese momento, la humanidad buscará en Cristo la respuesta para todos los cuestionamientos que el alma hará para que la mente despierte y encuentre en Él la confirmación de todo. Porque el Señor vendrá en Gloria y, solo por verlo entre las nubes, los incrédulos se arrepentirán, los ignorantes comprenderán y los falsos temerán verse delante de sus propias mentiras; pero todos sentirán el Poder del Rey y Su majestuoso Perdón.

Él retornará para que, en Su Presencia, la humanidad por fin comprenda el Plan de Dios y, aunque muchos no logren cumplirlo, siga su destino en la evolución del universo, con reverencia hacia la grandeza del Pensamiento Divino y confiando en la Voluntad de Dios. Caminarán desde el punto en que se encuentren, para que, un día, puedan ser según lo que Dios pensó.

El retorno de Cristo no es una fantasía, es una Verdad Suprema. Aquellos que crean en Su venida y perseveren, aun en contra del mundo y de las propias dudas de la mente, suspirarán aliviados cuando vean abrirse el Cielo y, de rodillas, agradecerán a Dios al ver que se cumple Su profecía.

Bienaventurados los que creen en el retorno de Cristo, porque caminarán detrás del Señor, siguiendo cada uno de Sus pasos.

Yo los amo y les dejo Mi paz.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús: Cuando estábamos terminando el devocionario de San José, vi que los portales comenzaron a abrirse, pero esta vez no veía el Cielo, sino un lugar de la Tierra. San José se aproximó; vi que detrás Suyo sucedía una guerra, y Él intentaba ayudar a ese lugar de dónde venía. Durante un tiempo, San José permaneció en silencio, con una mirada pura, aunque un poco triste. Luego, comenzó a decir la siguiente oración, que pidió que anotásemos, y nos entregó el mensaje diario hablando muy pausadamente. A pesar de Sus palabras simples, sentimos que hacía un llamado al mundo por la Paz.


Oración y Petición al Dios Altísimo
por la Paz Mundial y por la Redención

Señor y Dios Altísimo,
pleno de Misericordia y Piedad,
bajo la intercesión de San José,
Tu humilde siervo, te rogamos.

Acaba con los conflictos, los desacuerdos,
las guerras y las maldiciones.
Perdona los pecados de los hombres
y llévalos a Tu santa Luz.
Calma el sufrimiento de los afligidos,
la soledad de los abandonados
y el dolor de los enfermos.
Aplaca la ira de los ignorantes
y la astucia de los que no creen en Ti.

Establece Tu Paz en el mundo.

Establece Tu Divina Misericordia.

Redime y consagra a Tu amada humanidad
y a Tus sagrados Reinos de la Naturaleza.
Haz este planeta semejante a Tu Reino de Paz.

Amén.

 

Lo que más quiero, hoy, es que sean pacificadores en sus vidas. Lo que el Señor necesita de los corazones humanos, en este día, es que vivan la paz y siembren la paz en el mundo.

Mis amados, el planeta no soporta más los conflictos del mundo; por eso, equilibren este mal con sus acciones de paz.

No se permitan entrar en conflicto con el prójimo, consigo mismos ni con Dios y Sus Planes. Busquen la esencia de la paz.

Hagan esto por el mundo en el cual viven, pues él está agonizando.

Paz, paz, paz para este planeta.

Les dejo Mi espíritu de paz y Mi más sincero pedido de que despierten a la eterna paz del corazón.

Su amado padre y pacificador de Cristo,

San José Castísimo

 


 

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