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Después de veintiséis años de preparación de las bases espirituales de Mi tan esperado Retorno, a través de la obra y la vida de las Comunidades-Luz de Mi Corazón; hoy vengo para anunciar una Gracia especial que en tiempos críticos intentará, por encima de todo, elevar espiritualmente la vida de la humanidad por medio de los valores sagrados que ella debe expresar hacia toda la Creación universal.
Es por esta causa que Mi misericordioso, glorioso y vivo Corazón, concede a la Fraternidad Humanitaria Internacional, en nombre de Mi vivo Corazón, el permiso divino y autónomo para difundir todas las obras de fraternidad, servicio, cura, instrucción y oración que realizan todos Mis abnegados voluntarios.
Eso significará para vuestro Maestro la oportunidad única de que, mediante un espacio dentro del canal de comunicación de Misericordia María TV, ustedes, compañeros, den a conocer al mundo la Obra de redención, de amor y de Misericordia que se realiza desde hace veintiséis años con los Reinos Mineral, Vegetal, Animal y Humano.
En nombre del Creador máximo que todo lo rige, deseo que alivien Mi Corazón ultrajado por los desastres y por los castigos que reciben los Reinos Menores y también el Reino Humano.
Si el mundo conociera la Obra de servicio y de rescate que se lleva adelante por intermedio de la unión de todas las Asociaciones de la Fraternidad, esto ayudaría ampliamente a que todos los seres humanos que no se interesan por los Reinos, descubran el valor, la reverencia y la compasión que los hermanos menores de la naturaleza merecen.
Después de Mi última visita al norte de Brasil para trabajar espiritualmente en la Amazonia, una puerta expiatoria se abrió para esta parte del mundo. Es por eso, que vuestro Maestro uniéndose a ustedes en esta misión de valorar la vida y la Creación, solicita amorosamente que dentro del calendario de encuentros con los Mensajeros Divinos, dentro de la programación de Misericordia María TV, se incluyan, a partir de hoy, varios espacios que estén dedicados a la difusión y al conocimiento de la vida y de la creación en el planeta, manifestadas en todos los Reinos.
Deseo que los hombres conozcan qué es un mineral y cómo vive espiritualmente. Deseo que todo ser humano de superficie sepa qué es una planta y qué misión tan importante ella cumple. Deseo que amen al Reino Animal como a sus propias vidas. Por eso, hay que saber por qué Dios los creó y para qué existen.
También deseo que el mundo sea motivado a servir al prójimo por medio del espíritu de la caridad, para que la mayoría salga de sí y ya no existan fronteras ni lenguas, solo el idioma profundo de sus corazones.
Si en poco tiempo Mi pedido fuera puesto en práctica, el mundo podría sufrir menos la purificación. Si millones de seres humanos colocaran el interés en los Reinos e hicieran obras de restauración de todo el mal que se les causa, no habrá tercera guerra mundial. Daré poderes internos y humildes a todo aquel que quiera ofrecer a Dios una gran reparación.
Compañeros, hoy, delante del Creador y de los coros celestiales, abro esta puerta para ustedes.
Deseo que la Federación Humanitaria Internacional y la vida de las Comunidades-Luz, como también la valoración de los Reinos y de la cura de todo ser, sean conocidas. Esto aplacará las acciones del mal en el mundo y Mi Sagrado Corazón concederá un tiempo más de paz.
Es para este fin que hoy queda instituida la unión espiritual y material entre Misericordia María TV, la Federación Humanitaria Internacional y todos los que amorosamente quieran ser parte de esta difusión de la vida creadora del planeta.
Desde el Cielo esperamos que la humanidad valore y ame profundamente lo que Dios le entregó desde el principio.
Bajo la gloria y la Gracia que conceden todas estas cosas, sean bienaventurados.
Los ama y los ampara siempre,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús Glorificado
Sean como la naturaleza que, delante de un pequeño suspiro de amor enviado por Dios, resplandece y restaura su espíritu. La naturaleza vive del amor que recibe del Cielo. Sus elementos buscan, en el Principio fecundo de Dios, el poder para manifestarse.
Los Reinos solo seguirán existiendo si pueden cumplir con su función de aprender también a amar y a perdonar.
Observen a los animales: con qué facilidad perdonan los errores de aquellos que aman, con qué alegría soportan sus males, solo por la fidelidad que viven en sus corazones para con aquellos que los cuidan.
Los seres humanos comparten su existencia con los Reinos de la Naturaleza para que se eleven los unos a los otros, por medio de la comunión con la vida en sus diferentes formas.
Para que se establezca la paz y para que el Reino de Dios sea uno con el reino de este mundo, ustedes deben descubrir lo que cada Reino y cada elemento contiene como vivencia para enriquecer el aprendizaje humano. Porque si no aprenden a amar a los Reinos de la Naturaleza, que constantemente se donan a los seres humanos y de todas formas intentan auxiliarlos en su aprendizaje del amor, será difícil que puedan amar de verdad al prójimo como él es.
Si sienten que no saben amar o que no pueden hacerlo, traten de cuidar de los Reinos de la Naturaleza, sobre todo del Reino Animal, que vierte su amor sobre los seres humanos aun siendo tan ultrajado por ellos.
Perciban, observando a los Reinos, que la escuela del amor está en todas las cosas. En especial los Reinos de la Naturaleza les demuestran permanentemente cómo se vive el amor que trasciende las imperfecciones e, incluso, las cura.
Yo los amo y, clamando a los corazones que ingresen en el camino del aprendizaje del amor y del perdón, les pido que comulguen en unidad con los Reinos de la Naturaleza.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Muchas veces, los ojos humanos no pueden contemplar la realidad planetaria ni encuentran un motivo real para su propia transformación ni algo que los impacte de forma que genere un cambio inmediato y completo en el ser. Es por eso que, en estos tiempos, vengo al mundo para instruirlos, para que puedan conocer realidades sublimes de la existencia que los conduzcan a una búsqueda superior, a la entrega de la vida a un Propósito Mayor, que es el Propósito de Dios. Vengo para intentar abrir, en los hombres, no los ojos del cuerpo, sino los del corazón.
No vengo para ofrecer a las mentes, hechos concretos ni enseñanzas científicas que comprueben la veracidad de la existencia de una vida superior a la vida de este mundo. Yo vengo para que el corazón sienta, en la simplicidad de Mis palabras, lo que Dios los llama a recordar, y para que la propia consciencia, tocada por la Presencia de los Mensajeros Divinos, pueda encontrar el camino perdido de su Origen.
Como les dijo Nuestro Señor, Cristo Jesús, los Reinos de la Naturaleza padecen por la ignorancia de los hombres, que en todo buscan el poder y el usufructo. Y esa ignorancia es la misma que no les permite encontrar la verdad del corazón humano.
Diciendo así, aquellos que saben oír y que meditan en las palabras de los Mensajeros de Dios comprenderán que todas ellas forman un mismo hilo de luz, que está intentando conducir a la humanidad hacia un único despertar.
Al escuchar las palabras de Cristo, no piensen que son para los otros, sino traten de saber en sus vidas en qué punto están faltando con los Reinos de la Naturaleza; hasta dónde tratan solo de usufructuar física, emocional y mentalmente de los Reinos y desde dónde están intentando colaborar de manera consciente con su evolución.
Su grupo de trabajo debe ser uno solo, unido en el Propósito de Dios. Mientras que unos están con Cristo más directamente, liberando y transmutando las raíces de un mal milenario, los otros deben estar buscando esas raíces dentro de la propia consciencia, para extirparlas con el poder de la Misericordia de Cristo; así, todos juntos, podrán conducir a la humanidad hacia la transformación y darle la oportunidad, a toda la consciencia humana, de vivir algo superior y buscar la vida del espíritu.
Yo los amo y, por eso, les enseño a comprender y a vivir la Voluntad de Dios, expresada en las palabras de Sus Mensajeros.
San José Castísimo
Después de que escuchen Mis Palabras, comprenderán Mis peticiones y la importancia de que ellas sean cumplidas, con la ayuda de todos los orantes del mundo. Así agradarán a Mi Corazón misericordioso y nuevamente, en el nombre del Amor, Yo los podré bendecir, como siempre los bendigo desde Mi Reino.
Si ustedes no acompañaran Mis Pasos en este tiempo, no podría decirles qué sería de toda la humanidad. Por eso, los sacrificios serán mayores para todas las almas. Vivirán cosas extremas y nunca antes vistas. Pero nunca les faltará Mi protección y Mi Amor, Mi Gracia, Mi Misericordia, Mi cura y Mi perdón, atributos que los fortalecerán para alcanzar la meta propuesta por Mi Padre de que lleguen, así como Yo llegué a los pies de la cruz, cargando con sus cruces que serán aliviadas por Mi Espíritu para que puedan ascender al Reino de Mi Padre, después de haber concretado su misión en esta vida.
Ese es el mayor tesoro que Yo les puedo legar. Dichosos de aquellos que creen en Mi Mensaje, porque nunca les faltará Mi Confianza.
Yo bendigo, para ustedes, estos elementos que han colocado a los pies de Mi altar de Luz y que representan, para toda la vida, la esencia de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, el Amor perfecto, derramado para todas las criaturas, por la intercesión de vuestro Rey.
Yo les agradezco por escucharme y acompañarme con la esencia de la fe.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, queremos compartir con ustedes un pequeño relato sobre la aparición de hoy, antes de compartir el mensaje que Cristo nos pasó en este momento.
Cuando estábamos orando la Coronilla de la Divina Misericordia, vimos ingresando al Maestro en la floresta más profunda de la Amazonia.
En el momento en que nosotros lo vimos, le preguntamos: ¿a dónde estaba yendo?, y ¿qué estaba haciendo?
Él estaba ingresando en comunidades indígenas bien distantes de toda la humanidad, aquellas comunidades que quedan bien guardadas y escondidas dentro de la Amazonia.
Y nos preguntamos: ¿qué era lo que el Maestro estaba haciendo con esas comunidades indígenas?
Hasta que fue el momento en que Él llegó aquí y comenzó a relatarnos lo que estaba haciendo en este segundo día de trabajo de oración; porque Él dice que Su tarea comenzó ayer, el día cuatro, cuando Su Consciencia Divina comenzó a trabajar con toda la Amazonia.
Vamos a compartir con ustedes el Mensaje de Cristo.
En este segundo día de trabajo por la paz, Mi Corazón luminoso ya ingresó en las florestas más profundas de la Amazonia para visitar a los pueblos más antiguos y distantes.
Ingresé para bendecir, en el nombre del Espíritu de Mi Padre, a toda la consciencia indígena, así como una vez bendije a los prisioneros de la Siberia, que Me encontraron y creyeron en la ciencia de Mis prodigios.
Los pueblos originarios del Brasil, Me conocen también con otra faz diferente a la que la humanidad cree, pues el Hijo de Dios puede, en Su Gloria, mostrar Sus aspectos más misteriosos y profundos a la humanidad.
El grupo de prisioneros de la Siberia conoció el poder de Mis Rayos inmateriales. Y así, a través de la instrucción se curaron y se sublimaron todas sus consciencias, en medio de la austeridad, del hambre y de la profunda soledad de las cavernas frías.
La consciencia indígena Me conoció como el Gran Sol, como el Hijo bendito y sagrado, que trae los Rayos de la Nueva Humanidad, que trae el soplo del Espíritu Divino para la nueva era.
Estos pueblos sagrados de la Amazonia son muy semejantes a los prisioneros de la Siberia, todos ellos fueron regidos por el mismo Amor y por la misma ciencia.
Ahora que la humanidad enfrenta los acontecimientos más difíciles de toda la historia de la Tierra, o sea el Apocalipsis, Mi Corazón de Hermano Sol desciende en este segundo día para traer la recuperación espiritual y la esperanza para todos ellos.
La Amazonia guarda uno de los tesoros naturales más apreciados por el planeta. Ella no solo es el pulmón del mundo, también es la vida natural y sagrada del planeta. La Amazonia guarda en sí a los pueblos sagrados, los llamados guardianes de la Creación, los que fueron encomendados para cuidar y proteger a los Reinos de la Naturaleza.
Pero Mi Divina Misericordia viene para recuperar los valores espirituales que fueron diezmados por el hombre blanco, cuando él conquistó América y desterró las Leyes Sagradas que los pueblos habían alcanzado. Por eso, la consciencia indígena de toda la Amazonia existe, en esta actual humanidad, para enseñar sobre el amor perfecto y humilde por toda la Creación.
Así, vuestro Maestro ingresó floresta adentro, para demostrarles que en toda la Creación existen principios que nunca deben desaparecer de la consciencia humana y que permitirán hacer evolucionar a las almas.
A través de vuestras oraciones, Mi Misericordia solo está consiguiendo ayudar a las tres cuartas partes de la Amazonia. Los invito, compañeros, a que llamen a más orantes para esta misión, porque en verdad les digo que después no se repetirá nunca más.
Animados por Mi Espíritu de Hermano y Pastor, continúen obrando amorosamente y en sacrificio en el nombre de la paz. Por el esfuerzo de todos, el planeta no se perderá.
Agradezco por acompañarme, fielmente, en esta misión por la Amazonia.
Quien los ama y los absuelve,
Cristo Jesús Glorificado
Queridos hijos:
En este día quiero traer a sus corazones la llama de Mi Divina Esperanza, prenuncio de fe en los corazones del mundo.
Como el Sol que brilla en el centro del Universo, Mi Corazón desciende al mundo para iluminar los abismos dentro y fuera de los seres, y así ser la guía de cada consciencia para el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo y Dios Creador.
Retorno al mundo clamando a los corazones que vivan el despertar, porque los Planes de Dios Altísimo aún no se cumplieron en este sagrado planeta, y las almas, en su mayoría, no están buscando el camino correcto para la meta que Dios les entregó.
Les pido, Mis amados, que profundicen en el camino de oración, para que siempre estén en estado orante no solo en sus momentos de liturgia y sintonía. Quiero que conviertan sus vidas en oración permanente.
Si en oración piden el Perdón de Dios para el mundo, entonces vivan el perdón todo el tiempo.
Si claman al Padre por Su Misericordia mientras oran, entonces sean misericordiosos en cada acto, palabra y pensamiento.
Si, en oración, piden a Dios por los Reinos de la Naturaleza, entonces cuiden de los reinos que están más cerca suyo e irradien el amor que piden a Dios para esos pequeños portadores de Consciencia Divina.
Si, en oración, ruegan por los pobres y por los desamparados, por los que están en el engaño y la ignorancia, por los que viven en la mentira y en el error, entonces queridos, al encontrar un hermano que vive todas esas cosas, ámenlo y sean como las manos de Dios que llevan la paz y el amparo celestial para todos los necesitados.
No les pido que hagan grandes obras, porque una mirada pura y una sonrisa verdadera puede llevar a los seres la presencia de Dios de una forma que ninguna gran obra llevaría.
Que cada uno dentro de sus posibilidades, viva sus oraciones como actos, pensamientos, sentimientos y palabras.
Que Dios encuentre en ustedes, Mis hijos, una puerta para ingresar al mundo.
Prediquen con la vivencia de la palabra y potencien el poder de sus oraciones con la manifestación viva de la oración en el mundo.
Los amo y les dejo Mi bendición materna para Mis amados hijos de Venezuela, estos que en oración y perseverancia Me esperaron, intentando comprender lo que viven en estos tiempos y aprender con todo.
Que ahora, Mis amados, fortalecidos por Mi presencia, ustedes ayuden a otros para que encuentren Mi Inmaculado Corazón y el Corazón Amadísimo de Mi Hijo.
Que la Paz y la Misericordia de Dios estén en todos los corazones del mundo.
Jamás pierdan la paz y la esperanza de que los Planes de Dios se cumplan en esta Tierra bendita.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quisiera decirles, hijos Míos, que las situaciones del mundo se precipitan y no tienen límites, porque la propia humanidad genera las condiciones para que eso suceda.
Pero existe una parte de las almas que luchan espiritualmente para reparar los graves ultrajes que la mayoría comete y, aunque todo esto no sea suficiente, la Divinidad ayuda a los consecuentes para que al menos una parte de la humanidad se torne rescatable y redimible.
El peso de la deuda espiritual de la humanidad es muy grande y las almas en estos momentos están padeciendo las consecuencias de lo que la mayoría hace. Eso despierta la ira de Dios, que no es castigo, sino una suprema tensión ardiente que intenta impedir el descenso de la Ley y que la mayoría de los hombres ignora.
Los acontecimientos de estos últimos tiempos demarcan el cambio futuro, moral y espiritual, de la humanidad y lo que potencia más la ira de Dios es la inconsciencia y la forma de cómo se lleva adelante la vida planetaria.
En toda esta realidad, los Reinos de la Naturaleza sufren también las consecuencias de la humanidad. Ellos, como parte de un mismo fin, tendrán una acción dentro del ciclo de la gran purificación.
La Madre Naturaleza, que es sabia y pura, mostrará su poder a la humanidad. Todo esto no sería necesario si desde el principio se hubiera respetado la dignidad humana y los Reinos creados.
La consciencia de la humanidad, hijos Míos, está más retrasada que los primeros pobladores de la Tierra. Eso hace estremecer el Corazón de Dios al ver que el discernimiento y la sabiduría desaparecen de la consciencia de los que dicen ordenar las naciones.
Por eso, el Amor de Dios podrá traspasar las barreras de esta precariedad que el hombre de hoy creó por sus acciones.
El nuevo paraíso, la Nueva Tierra, estará libre de todas estas influencias, porque el proyecto era que esta raza fuese fraterna y equitativa en todos los estados del ser; lo que fue cambiado. Esa es la preocupación del universo delante de la realidad de esta humanidad.
No existen valores y si los hay, todos son manipulados, lo que hace perder el verdadero propósito de la vida del alma y del espíritu, y muchas almas son presas del adversario que es el principal gobernante de algunas regiones.
Oremos sin cesar y sin pensar, algo deberá cambiar, el tiempo lo indica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Portavoz del Universo
Camina con pies descalzos, simbolizando el desapego de los resultados y la entrega de todas las metas en tus caminos.
Únete al Propósito de Dios y a Su Plan de Rescate y deja que el Creador se encargue de todo lo demás.
Sé, tú, el que proclame la Misericordia de Cristo en todos tus actos, pensamientos y palabras, sentimientos y aspiraciones. Jamás pierdas de vista el Manantial de Misericordia y sé misericordioso, como buen y verdadero discípulo de tu Señor.
No dejes que las demandas del día a día te impidan servir a los demás. No dejes que tu prisa te cierre los ojos para lo que tienes al lado, y no te permitas ignorar a los Reinos de la Naturaleza que piden tu ayuda.
Vive con atención y vigila tus pasos, buscando, en cada segundo, dónde te espera el Señor y cuál es la necesidad de Él que suplirás.
Permítete ser siervo del Dios que habita en todos los seres y en todos los Reinos de la Naturaleza y no proclames Su Presencia solo con palabras, sino, sobre todo, con el ejemplo puro de
tus acciones.
Trata de comprender al prójimo y vive bajo la Ley del Amor o, por lo menos, intenta vivirla todos los días.
El mundo está colapsando con una humanidad que no sabe amar, a pesar de tener una oportunidad única, en todo el universo, de aprender sobre el amor. Sé aquel que impulse el paso de esta raza. No esperes la transformación ajena, solo recuerda todos los días que la transformación de los que tienes a tu alrededor proviene de ti.
Sé aquello que buscas en los demás y, antes de exigirle algo al prójimo, exígete primero a ti y entrega al otro un amoroso y silencioso ejemplo de vida.
Únete todos los días a los que son verdaderos de corazón. Ora por este mundo y transfórmate también por él, porque el Proyecto de Dios necesita cumplirse en ti y en todo el planeta.
Hoy te pido que te unas a todos los cristianos que, sinceros de corazón, aspiran a encontrar la paz. Ora y ayuna como pudieres en el día de mañana, respondiendo al Llamado de Dios enla
voz del Papa Francisco.
Sé verdadero en tus oraciones y trata de orar, no con emoción, sino con espíritu y corazón. Siente, en lo profundo de tu ser, el dolor de Dios por todo lo que sucede en el mundo y déjate llevar hacia una transformación verdadera.
La paz se expande en el planeta por medio de los corazones pacíficos que pueden vivirla.
Que todos los corazones del mundo se unan para proclamar la paz.
San José, pacificador y humilde siervo del Dios Altísimo
Si observas el universo, verás una infinidad de estrellas, sentirás la grandeza de Dios y de Su Creación, aspirarás a sumergirte en el Todo que se expresa delante de tus ojos. Contempla el cielo estrellado y reconoce la Presencia de Dios en una dimensión en que, al mismo tiempo que parece tan distante, impregna todo lo que fue creado.
Si no puedes encontrar la vida del espíritu en lo invisible del propio mundo interior, contempla el cielo estrellado y sentirás la presencia de los que son Bienaventurados, que te observan y aguardan tu despertar.
Si tu alma no consigue aspirar a nada superior a la vida material, dirige tus ojos físicos hacia arriba, contempla el azul del cielo en un día soleado y siente que, por detrás de ese azul, está Dios esperando que tu aspiración sea más pura y verdadera.
Busca, en la belleza que hay a tu alrededor, la grandeza de Dios y encontrarás en tu interior la verdad del espíritu. Si te parece muy distante alcanzar un descubrimiento espiritual solo con el corazón, descubre en el lado oculto de los Reinos de la Naturaleza las mismas verdades que buscas en el silencio de tu mundo interior.
Toda la Creación está impregnada por los mismos principios divinos. Algunos descubrirán la magnitud del Espíritu de Dios en el silencio del corazón; otros, lo encontrarán contemplando el cielo azul; otros lo buscarán en la expresión de los Reinos de la Naturaleza; otros en el ejemplo puro de un hermano que es verdadero en su caminar. El Creador está en todo, y aquel que lo busca, según sus posibilidades y de forma cristalina, lo encontrará.
Los misterios solo son misterios para aquellos que no quieren desvelarlos, porque el mismo principio que crea y recrea la vida en el universo es el que anima a todos los seres del mundo. Dios está en todas las cosas. Búsquenlo, únanse a Él. Tornen la vida sagrada, por medio de esa búsqueda permanente del Creador de todo.
Este es Mi mensaje para hoy. La búsqueda de Dios dignificael corazón humano y le da un sentido a su existencia, que es el retorno al Origen.
Su amado padre y guía,
San José
Entra en comunión con los Reinos de la Naturaleza y aprende a amar la esencia de la Creación. Observa los Reinos y aprende cómo vivir permanentemente bajo las Leyes Sublimes de Dios,
en perfecta armonía con el Creador.
En Su Plan Divino, el Creador concedió a cada expresión de Su Divina Faz, los Reinos del planeta, un atributo para manifestar.
Comulga de la paz, de la armonía y de la belleza de las aguas. Comulga de la cura y de la liberación de los minerales.
Comulga de la elevación de los árboles y del constante espíritu de donación del Reino Vegetal que, en su humildad, entrega siempre lo mejor a Dios, sin importar cómo será tratado, cuidado o amado por los demás. El Reino Vegetal sabe de la Ley Divina de la donación de sí a Dios y a Su Plan Superior. Contempla a ese Reino y descubre, por medio de él, el secreto del vacío de sí.
Contempla al Reino Animal y aprende del amor a la vida. Aprende a defender las Leyes de Dios, a cuidar del prójimo y a ser siempre fiel a Aquel que amas plenamente. Aprende de la plenitud del Reino Animal y, con la misma naturalidad del corazón, sé guardián de la Vida y de la Perfección de Dios.
Contempla en tu mundo interior a los ángeles y devas que, en lo invisible, crean y recrean la belleza de este mundo manifestado. Aprende con ellos a manifestar la belleza en silencio, a trabajar en secreto y a entregar lo mejor, sin necesidad de que nadie sepa de su existencia. Vive el sublime atributo de la humildad que ángeles y devas expresan en el mundo.
Contempla los elementos y cómo se complementan entre sí. Descubre, entonces, cómo se comparte aquello que el otro necesita para expresarse. Sé como el viento, que permite la existencia del fuego, y da al prójimo todas las posibilidades de ser aquello, perfecto, que está latente en su interior.
Y aprendiendo de los Reinos de la Naturaleza, expresa lo que el ser humano tiene de más sublime: su posibilidad de aprenderlo más bello de toda la existencia y de vivirlo en sí, en la esencia del amor a la Creación.
Yo los amo y los aguardo, simples de corazón y mansos de espíritu, siempre dispuestos a observar la Creación y a aprender; siempre dispuestos a amar y a donar de sí lo que le falta al otro para alcanzar la perfección.
Su amado padre e instructor,
San José, aprendiz y siervo de los Reinos de la Creación
Devocionario de San José para alcanzar el Espíritu Divino de la Unidad
Cuenta de unión
Por el Poder que Dios Te concedió,
San José Castísimo,
enséñanos a vivir en el Espíritu Divino de la Unidad.
Amén.
Primera decena
Bajo la intercesión de San José,
sean disueltos todos los atavismos, los egoísmos y las vanidades
que nos separan del Corazón de Dios.
Amén.
Segunda decena
Por el poder concedido a San José Purísimo,
sean absueltos los pecados y las manchas
que separan a las almas de todos los Reinos de la Naturaleza.
Amén.
Tercera decena
Bajo la intercesión del humilde Corazón de San José,
sean expulsados y trascendidos todos los aspectos malignos
que impiden la unidad entre los seres humanos.
Amén.
Cuarta decena
Por el poder de la caridad y del amor presentes en el Casto Corazón,
sean disueltas todas las incomprensiones
que nos separan del Sublime Universo de Dios.
Amén.
Quinta decena
Por todos los atributos alcanzados en la paternidad de San José,
que las virtudes y los dones del Castísimo Corazón
se plasmen en la humanidad,
uniendo así el corazón humano a toda la Creación de Dios.
Amén.
Este devocionario es para que sea orado por todos los que aspiran a alcanzar la unidad consigo mismo, con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con el Universo Angélico del Creador y con la Divina y Purísima Consciencia de Dios.
Si oran con el corazón, aspirando a trascender todos los aspectos humanos de separatividad causados por el orgullo, la vanidad y el egoísmo, ustedes podrán alcanzar Mi santa intercesión.
Clamando a Dios por las virtudes alcanzadas por San José, permitirán que Mi bendición los impregne y que Mi amor les abra las puertas para que, como humanidad, ingresen en un nuevo ciclo.
Yo los amo, los bendigo y les entrego nuevas llaves para la transformación de la vida.
San José, siervo orante de Dios
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo a rezar con ustedes, por ustedes y el mundo.
Hoy, vengo a quedarme cerca de sus corazones y en silencio, para que puedan sentir y puedan comprender lo que su Madre ve en este mundo, que no se detiene a pensar y a buscar a Dios, en primer lugar, para que todo sea remediado.
Los llamo a que vivan en Mi silencio, en este mismo momento espiritual, en el que el Cielo se une a la Tierra.
El universo les muestra lo que sucede en este mundo a los corazones que en verdad quieran ver la indignación de la Madre de Dios por las almas que no escuchan, que están detrás de cada uno de ustedes, sin camino y sin dirección.
Yo vengo a profesar este silencio en nombre del Amor de Dios; para que no solo Me escuchen, sino que también aprendan a sentir que Yo estoy aquí, en cada parte de este mundo que necesita de la Luz, de la Luz de Dios.
Yo Soy la Reina de la Paz, y vengo a invitarlos al silencio profundo, porque si están en silencio podrán entender lo que les digo.
Queridos hijos, el mundo está a punto de colapsar y nadie cree que eso sea posible.
Vengo a detener la Ira de Dios sobre sus cabezas, pues como su Madre, los amo y deseo lo mejor para ustedes.
Por una vez más, vengo a dar el mismo Mensaje; ahora a través de Mi silencio; porque es necesario, hijos Míos, que crezcan en la Verdad.
El mundo no lo soportará si en verdad no busca cambiar en las pequeñas cosas de la vida.
¿Quién formará parte de la Nueva Tierra si Mis corazones solo Me entregan la mitad de sus vidas?
Yo necesito que busquen la Verdad y no teman encontrarla. Por eso, vengo a rezar por ustedes y por todos Mis hijos, principalmente por aquellos que no escuchan la Palabra de Dios.
Ahora, ¿entienden, queridos hijos, la necesidad de que Mis Centros Sagrados estén manifestados por ustedes?
Yo no vengo a retirar de sus bolsillos ninguna moneda. Vengo a llamarlos para que formen parte de la manifestación de Dios; así sus corazones se reconciliarán con el Único y todas las deudas cometidas a lo largo de la historia de la humanidad serán aliviada por la Gracia de Dios.
Mi silencio, hijos Míos, es una Gracia. Necesito que busquen el silencio.
¿Cómo entenderán lo que Mi Corazón sufre? ¿Cómo sentirán Mis entrañas profundas y Mi Vientre Purísimo que es ultrajado cuando cada madre hace perder una vida? Yo estoy en los pequeños, pero también estoy en ustedes. Cada vez que retiran una vida es un dolor para Dios.
La deuda se vuelve cada vez más grande. ¿Quién la pagará? ¿Quién será digno de sufrir por amor a los otros y entregar su corazón en las Manos de Dios, para que la Reina del Cielo haga su oferta en la última intervención que Dios le concede?
Yo vengo a mostrarles el mundo a través de Mi Corazón lastimado. Mi Vida no es solamente gloria, sino también sufrimiento ajeno, el sufrimiento que Yo asumo de este mundo.
Mi Corazón vivió entre ustedes desde el principio; y a través de los tiempos se ha mostrado a todos, intentando revelar el sagrado secreto, el secreto del Amor de Dios que puede transformar sus vidas completamente.
Hoy, Mi cálida voz se pronuncia con tristeza; porque mientras el mundo corre rápido sin detenerse, las almas se condenan al fuego del abismo y se vuelven brazas en los pies de Mi adversario. ¿Quién las rescatará? ¿Quién Me ayudará?
No solo vengo a bendecirlos porque son Mis hijos, deben ser Mis soldados del fin de los tiempos, que respondan a cualquier llamado sin interés, sin condición y sin ninguna indiferencia. Así, Mis obras podrán cumplirse a través de sus corazones. Pero sé que es difícil que salgan de este mundo; él está conquistando a muchos corazones, principalmente a aquellos que no oran de corazón y que solo lo hacen como un compromiso, sin dar nada de amor.
Yo les vengo a enseñar, hijos Míos, las cosas simples. Es necesario que crezcan a tiempo. Las cosas no son las mismas que las de ayer. El mundo cambia día a día sin percibirlo y los Reinos de la Naturaleza Madre son los que más sufren las consecuencias de esta humanidad. ¿Han pensado en los mares sin ballenas, en las tierras sin árboles, en los desiertos cada vez con menos agua? ¿Han pensado en aquellos que viven de lo que Dios les dio?
Una criatura sin agua, es un alma que muere. Un animal sin paz, es un espíritu perturbado. Un árbol que es cortado, es un espíritu que no se eleva. ¿Cómo Dios podrá llegar a ustedes, si ustedes le cortan Sus Manos? ¿Cómo Él podrá abrazarlos a través de Su bendita Creación si ultrajan todos los principios de la Ley?
Pero Mi Mensaje es para todas las consciencias que, en verdad, quieran despertar a un gran cambio.
Estas ya son Mis últimas Palabras para el fin de estos tiempos. La Madre Naturaleza pide socorro y pocos la están escuchando. No solo necesito que sirvan a los demás, sino que sirvan a la Creación.
Hoy, Mi Manto está revestido de la Naturaleza de Dios. Conmigo están, en Mi Corazón, el Reino de los minerales, la devoción de los vegetales, el amor de los animales y el Reino de los Ángeles que han dado todo por este mundo.
Tal vez lo que ustedes escuchan, no es lo que desean saber. Bienaventurados sean los corazones humildes que reconocen la Palabra de Dios, porque no se perderán a sí mismos, mas sí serán guiados por el Espíritu de Dios hacia el Reino de Cristo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis Palabras son simples y siempre lo fueron, a lo largo de la historia de la humanidad. Por eso, pocos pudieron comprender la grandeza de Mi Corazón, pudieron comprender que era Dios, que descendía a este mundo para decirles Su Voluntad, para revelarles a Sus criaturas el camino a la perfección del corazón y de la esencia humana.
Aquellos que reconocen Mi Presencia y que buscan profundamente a Quién está delante de sus corazones, pueden sentir, en su interior, que es la Madre de Dios, la Señora del Verbo Divino, que trae este Sagrado Verbo al mundo.
Quiero que aprendan de la simplicidad de Mi Corazón y que jamás se cansen de escucharme, por más que Mis Palabras no sean las que quisieran escuchar.
¿Saben por qué tantas veces se desinteresan por lo que les digo? Porque, si Me escucharan con atención, serían llevados a transformarse completamente.
La Voluntad de Dios, hijos Míos, no se asemeja a lo que viven en su día a día. ¿Por casualidad, envían una simple mirada al pasar al lado de un animal?
¿Sienten la devoción de los árboles, que en todo instante intentan inspirar a la humanidad a su elevación?
¿Por casualidad, sintieron la belleza de los minerales, que sustentan a este mundo, que atraen a los Rayos del Universo para la cura y la redención de todas las criaturas?
¿Quién de ustedes, un día, se dispuso a atraer del Universo los Rayos de Dios, no para sí, sino para este mundo enfermo, para que cada criatura pueda alcanzar la perfección del Pensamiento Divino?
Los Reinos de la Naturaleza se donan permanentemente a la humanidad, mostrándole, a través de diferentes atributos, cuál es el camino de la manifestación del Reino humano. Y este Reino, hijos Míos, que se expresa en cada uno de sus corazones, debería manifestar el atributo máximo del Reino de Dios, que es el Amor, que todo lo cura, que todo lo perdona y que a todo redime.
Si observaran a los Reinos y se dispusieran a aprender con ellos, podrían llegar a esta expresión.
Pero, al ser Mis Palabras tan simples, a veces no quieren escucharme. Desconocen, hijos Míos, a Quien les habla; desconocen que el Reino de Dios desciende a este mundo y una oportunidad única es entregada a la humanidad, no solo a los que están presentes aquí, sino también a todos aquellos que pueden despertar al escuchar Mis Palabras.
Hoy, les muestro la realidad de este mundo, pero también les traigo la grandeza de los Cielos para que sepan que pueden entregar todo lo que son, porque todo lo que son es muy poco ante la grandeza del Universo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
¡Cuánto los amo, queridos hijos!, y sé todo lo que ustedes Me pueden dar en la simplicidad de la oración, en el amor de sus corazones que se donan completamente al Mío, para concretar así las Obras de Dios en este mundo.
Recemos, queridos hijos. Recemos, así el Señor lo indica; y mientras rezamos, que vengan aquí los hijos que hoy se consagrarán para que Yo los bendiga con Mi maternidad.
Estoy aquí presente, rezando con ustedes.
Madre del Cielo, Madre Tierra,
intercede por nosotros y por los Reinos.
Amén.
(trece veces)
Y así, hoy Me llevo sus oraciones para suplicarle a Dios por esta humanidad.
A través de la Gracia bendita que Dios Me concedió en Mi Concepción, vengo a bendecirlos para que el Espíritu de Dios manifieste en sus vidas el principio de Su Voluntad.
Vengo a consagrarlos en el Nombre Santo del Hijo, para que Él manifieste en sus vidas el sendero seguro hacia la redención.
Vengo a bendecirlos a través del Espíritu Santo; para que Sus Dones, verdaderos y profundos, se siembren en sus espíritus; y así, como los apóstoles del pasado, sean los nuevos apóstoles de Cristo guiados por la simplicidad del Amor de Dios.
Que esta misión se cumpla en sus vidas y que puedan alcanzar a vivir en la Voluntad de Dios y en la máxima expresión de Su Amor infinito.
A través de la Gracia que derrama Mi Corazón Inmaculado, Mis queridos hijos, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Haremos dos veces más la Señal de la Cruz, a pedido de Nuestra Señora.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En la Presencia de Adonai, Me elevo al Cielo, como fue en la Asunción de Mi Cuerpo y de Mi Alma, en honor a todos Mis hijos del mundo y por la salvación de toda la Creación.
Canten y alégrense en humildad, son hijos de Mi Corazón.
Les agradezco.
Queridos hijos:
En este día, Mi mensaje es de Paz y de preparación interna para todos.
A las puertas de un nuevo tiempo, Mi Corazón los sigue guiando por el camino de la redención, camino al que todos están llamados a vivir antes del comienzo del Armagedón.
Mi Corazón se dona a ustedes como una flor cuando se abre a los rayos del sol. Mi único propósito es hacerles tomar consciencia de la verdad que muy pocos viven en este ciclo, verdad que es ocultada por las manos impuras de algunos hombres de la Tierra.
Para eso, Yo vengo fuera de la Iglesia para recuperar y rescatar la dignidad y la filiación de todas las almas con el Único Padre Celestial. En la Iglesia de Cristo Mi voz se pronunció muchas veces y aún lo sigue haciendo a través de Medjugorje en este tiempo, pero para Mis hijos, parece que muchos años de advertencias y de mensajes no son suficientes.
Para que ustedes no pierdan el tiempo precioso que Dios les da en este momento, vengo para que en este día 8 de agosto, ustedes aprendan a amar la palabra de la Jerarquía Celeste, la cual como vida y vibración los guía y les muestra el camino.
Hijos, el tiempo actual indica una realidad decadente en la vida de la humanidad, y no será necesario que hoy Yo relate sobre eso, porque ustedes ya lo ven a vuestro alrededor.
Es por esta causa, como también por tantas otras, que Mi Hijo viene en este ciclo para pedirles la consagración a Su Sacratísimo y Bendito Corazón para que vuestras vidas en la materia representen por lo menos el diez por ciento de la concreción del Plan de Dios para esta humanidad.
Hijos, así está el mundo y la consciencia de toda esta humanidad, ya que la omisión de la mayoría los ciega completamente y no les deja ver la gravedad de un mundo que arde en llamas todo el tiempo.
Por eso, como vuestra Madre del Apocalipsis, vengo para advertirles sobre la importancia de tener en los tiempos venideros un espíritu de paz, de neutralidad y sobre todo, de amor y de esperanza.
Cuando una consciencia se resiste a cambiar ciertos hábitos de vida, los que influyen ampliamente en la conquista atroz de las fuerzas contrarias al Plan de Dios, la esencia pierde el ciclo y entonces debe esperar una próxima oportunidad.
Pero Mi Gracia es infinita y es esta Gracia sublime de Dios la que reúne a todos bajo un mismo fin y una misma propuesta espiritual. Yo vengo para salvar a las últimas rosas de los incendios de este mundo, vengo para despertar la consciencia a las realidades superiores, en donde reina y habita el Sagrado Propósito de Dios.
Vengo para recordarles el camino sagrado de la oración, y al mismo tiempo vengo para quitarles las vendas de los ojos una y otra vez, y así podrán ver lo que Mis benditos ojos pueden ver sobre el destino de este mundo.
Vengo para que se cumpla la escritura de Juan el Evangelista, así como una vez Jesús la cumplió siendo el Mesías de Israel.
Ahora todo ya fue dicho, es hora de actuar de corazón pero sin apuros; la necesidad de Luz y de Misericordia es muy grande para ustedes y para todos los reinos de la naturaleza, que son el blanco de grandes desastres, errores humanos irreparables en el Corazón de Dios.
Cuando vuestra actitud es justa, el Universo muestra su equilibrio. Cuando vuestra acción es precipitada, falsamente poderosa y mezquina, el Universo será justo en todos los planos de la consciencia.
Ingresen en el nuevo ciclo con una expansión mayor de vuestros corazones y un poco menos de vuestras propias ideas. Dios los necesita plenos, humildes y dichosos para que finalmente sean columnas de un Plan que corre peligro de no poder cumplirse. Solo bastará orar, orar y orar y ser un cooperador de la Jerarquía Celeste, colaborando en el desarrollo de la misión de toda la Hermandad Celeste.
Bendigo este día que al fin llegó para que todos se purifiquen y en amor se consagren al Santo Espíritu de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado final!
Los une al Principio Divino de la Suprema Voluntad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mi Corazón Inmaculado es el gran cristal rosa y magenta del Universo Celestial, que desciende al mundo para derramar los rayos de la conversión sobre los hombres y sobre los reinos de la naturaleza, reinos que son tan ultrajados por las almas ingratas.
Mi Corazón Inmaculado es el gran cristal del Universo Celestial, que se aproxima al planeta para aliviarlo y principalmente para entregarle la paz que está perdiendo.
Cada uno de vuestros corazones puede ser un cristal de luz al igual que el Mío; la oración del corazón no solo enciende las fuentes de todos los espejos orantes sino que también ilumina al corazón como un cristal de amor y de paz.
Por eso les pido, hijos Míos, que vuestros corazones trabajen con la oración para convertirse en preciosos cristales dentro de Mi Reino, en cristales que irradien pureza, misericordia y compasión.
Cuando vuestros corazones se endurecen como una piedra, el cristal mayor de Mi Corazón debe trabajar para derramar nuevas llamas de luz que purifiquen el corazón y toda la vida. A pesar del tiempo de la purificación, vuestros corazones pueden ser esos esperados cristales de luz que ayuden a elevar espiritualmente al planeta hacia el Reino de Dios.
Allí hijos Míos, como un solo cristal de paz, seremos uno en Dios y en Cristo, el Sacerdote Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los convierte en cristales de luz y de oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos y amados Míos:
Mi adversario lleva a muchas almas al pecado y a la perdición, buscando cada día hipnotizar más a las mentes y envenenar a los corazones sonámbulos. Por otro lado, Mi Corazón Inmaculado concreta la victoria del Reino de Dios en las almas más simples y orantes.
Todo esto le revela a Dios Padre una posibilidad de seguir derramando Sus Gracias en un planeta que, de no ser así, a esta altura ya estaría destruido.
Pero su Madre Celeste se ha propuesto no dejar atrás a ningún corazón. Por eso, hijos Míos, cada vez que enfrenten la batalla espiritual del final de los tiempos, sepan que miles de almas están siendo ayudadas a reencontrar el camino del espíritu y motivadas a abandonar la vida de ilusión por una vida de conversión.
Por esta razón, Mi adversario ya no volverá a hacer sufrir a las almas que antes encadenaba y torturaba, sometiéndoles no solo el alma, sino toda la vida. Esto ya no sucederá más en los corazones de Mi amada África, porque su Señora de Kibeho está llamando y convocando a los últimos ejércitos que colaborarán y apoyarán en los tres ciclos de oscuridad, antes de que la Señora se recoja en el desierto para que el mundo viva el Juicio Final.
Hijos, no será necesario que esperen las señales que anunciarán el final del tiempo; vean ahora cómo su planeta agoniza y pide piedad y compasión. La naturaleza y el tiempo ya están hablando. Los Reinos menores ya hace mucho tiempo que están padeciendo. El mundo entero y su consciencia espiritual ya no soportan más.
En estos tiempos, Mi Corazón los está entrenando en el camino de la purificación, de la transmutación y de la entrega de la propia vida al Dios Creador. Desearía, hijos, que no existieran almas transmutadoras y que el sufrimiento eterno fuera liberado por otros caminos; pero en verdad les digo, que desde el principio de este mundo esto nunca ha sido diferente. Por eso, encarnó Mi Hijo en Poder y en Espíritu, para que el mundo encontrara una nueva oportunidad.
Hijos amados, los tiempos marcarán un nuevo ciclo y para eso deberán estar preparados, siempre contarán con Mi ayuda maternal.
En Uganda, una puerta a la redención de las almas ya está abierta y deberá favorecer a muchas almas más, principalmente a las que fueron más ingratas con Dios. A todas ellas les llegará la hora de su rendición.
Por eso, Mi adversario está determinado a hacer padecer a Mis soldados, pero quien está Conmigo no perecerá, porque una buena madre nunca abandona a Sus hijos.
Yo soy su estrella. Yo Soy su escudo. Yo Soy la Dama de la Paz y la Reina de todos los corazones que he conquistado.
Con Mis pies piso la serpiente y el mal algún día será liberado.
¡Les agradezco por acompañar Mi llamado!
Los restaura en la esencia del Amor Universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Castos y Purísimos Corazones venimos del Cielo para que puedan reconocer, en sus vidas, los valores y las Gracias celestiales que, durante estos últimos tres años, hemos depositado en sus espíritus.
Hijos Míos, ustedes, habiendo reconocido la necesidad de caridad y principalmente la falta de amor en los corazones sufrientes que, en este tiempo, su motivo primordial sea aliviar las necesidades que tiene la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.
Muchos de ustedes, a través del servicio, vencieron y traspasaron las barreras de la gran resistencia interior y, abriendo sus manos para donarse a otros, descubrieron la fuente de servicio y de amor que habita dentro de cada una de sus almas.
Si la humanidad entera pudiera socorrer a los grandes desequilibrios y a las miserias que existen en todo el planeta, y si la donación fuera espontánea e inmediata, la Misericordia de Dios ya hubiera transformado todo el mal en Luz. Así, muchos corazones dejarían de sufrir el resultado de sus errores.
Por eso, hijos Míos, habiendo ingresado en la esencia del servicio a la humanidad, que es uno de los principales atributos de la Sagrada Familia, el mundo ya podría tornarse salvo y digno de recibir una oportunidad más.
Su Sagrada Madre Celeste los aproxima a las virtudes que harán posible que la Nueva Humanidad surja.
Mientras la Mujer Vestida de Sol desvía del camino a la bestia para que todos los hijos de Dios alcancen la paz, les pido que continúen trabajando para el despertar del servicio y del amor puro por toda la humanidad.
Su Padre Celestial espera que la acción de servicio sea fraternizada con otras consciencias que también deberán despertar al servicio por sus semejantes.
El amor del corazón, unido al servicio espontáneo, promete grandes transformaciones y alivio de todas las deudas que son generadas, día a día, por la humanidad actual.
Queridos hijos, así como mi Santo esposo San José, padre y guardián de Jesús, los invitó a servir sin preferencia ni gustos propios, continúen caminando en dirección a la Fuente y al manantial que surge para lavar y cicatrizar las grandes heridas espirituales de esta ultrajada humanidad.
Mi Inmaculado Corazón los encontrará obrando a través del servicio y de la oración, y así como lo pidió Mi amado Hijo, vayan de dos en dos y proclamen su redención al mundo.
Los Sagrados Corazones estarán atentos a la voz de sus súplicas y a las de todos los servidores del Amor.
Les agradezco, en este día, por responder a Mi llamado y por haberlo concretado.
Los reúne, en el espíritu del servicio por la paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como un rayo fugaz proveniente del universo, Mi Consciencia Maternal desciende y se aproxima a este mundo para que nuevamente la humanidad dormida despierte al llamado de Dios Altísimo.
Llego hasta vuestras vidas para que Me recuerden como vuestra Madre querida, como la Bondadosa y Prodigiosa Mujer de Dios, la que ha hecho milagros y conversiones espirituales en vuestras vidas.
Pero cada vez que Yo desciendo desde el Cielo hacia vuestro mundo, Mi Corazón Victorioso no puede dejar de ver la ignorancia y la indiferencia de muchos de Mis hijos, los que han pasado por Mis caminos, Me dan la espalda y no Me escuchan. Es esta indiferencia la que el enemigo propaga como veneno en el corazón de los hombres, es esta indiferencia y crueldad de muchos hijos Míos, las que llevan a la perdición de las almas.
Por eso, para que la Sabia Justicia sea evitada, Yo vengo del cosmos para suplicarles que hagan algo por esta destruida humanidad. Sepan que no solo las almas sufren, sino también Mis benditos Reinos de la Naturaleza, los que día a día son ultrajados sin amor ni misericordia, hasta retirar de ellos la última gota de vida; eso provoca la ira de Dios y promueve consecuencias irreversibles en todos los que destruyen el Proyecto Creador.
Por eso, Mis hijos, abran los ojos a la sabiduría y sientan en el corazón la oración que Yo cada vez más les pido que realicen, eso ayudará a que se eviten desgracias en los más injustos.
Por encima de todo busquen la Misericordia de Dios, para que ustedes y el mundo sean perdonados de los constantes pecados de necedad y vanidad. A través de Mi Bendita Pureza Yo les entrego el poder cósmico de Mi Gracia, estado que los repara y los conduce por el camino de la redención.
Mientras Mi Hijo ve día a día los horrores y las acciones injustas que se cometen contra el Corazón del Padre Celestial en este mundo enfermo, Yo los coloco dentro de este tiempo apocalíptico como si ustedes no participaran de él. Pero es el poder de la oración y de la consagración diaria de vuestros corazones a Mi Inmaculado Corazón de Madre, lo que permitirá revertir vuestras faltas y las faltas de muchos.
Quiero que todos sepan que a través de Mi llamado encontrarán la salida y aunque el enemigo los golpee fuerte, él nunca conseguirá derrumbar el amor que Yo he colocado en vuestros corazones. Sean sabios y así no se confundirán evitando seguir otro camino, otro movimiento espiritual que no sea el de Mi Hijo Amado.
Glorifiquen a Dios y pidan por cura y misericordia. El mundo sigue sin comprender que debe cambiar antes de que las malas acciones sean liberadas por la Justicia de Dios.
Yo los animo en este tiempo a amar. Yo los llamo a ser humildes y transparentes, así Me ayudarán a equilibrar el eje planetario, el ecuador de este mundo, antes que él se desequilibre a causa de la densidad y de la maldad humana.
Pero aún en este mundo material existen corazones como los vuestros, determinados a seguirme hasta los días de la santa muerte; de esa forma vuestra devoción y fe harán siempre triunfar Mi Inmaculado Corazón.
¡Bendigo en este día al grupo de Brasilia por haber escuchado y respondido a Mi llamado!
Mi Hijo agradece por haber acogido a Mis Misioneros.
Los protege ante todo,
Vuestra Santísima Madre María, Madre del Sol y del Cosmos
Que Mi manto se expanda por el mundo y todas las criaturas que en él viven comprendan que Yo estoy en todo lo que fue creado.
Que, contemplando la naturaleza, las criaturas descubran la grandeza de la Creación Universal, que se sirvió de la Pureza de Su Sierva, para que de Su vientre maternal, una molécula de pureza divina penetrara la esencia de todos los seres de la Tierra, como del universo.
Cuando Yo no pueda estar más aquí, manifestada como un rayo de sol, frente a los ojos de los que Me pueden ver, quiero que Me encuentren en todo lo que Dios entregó al mundo, como fuente de belleza, de pureza y de vida.
Quiero que comulguen de los reinos de la naturaleza, para que la pureza que se expresa en ellos, pueda activar la pureza interior de vuestras esencias y así encuentren la paz y el camino de la redención.
Hijos Míos, Mi Corazón maternal proviene de un Principio Puro de Dios, al cual retornó después de esta vida sobre la Tierra, para fecundar, a partir de ese Principio, toda la vida universal. La Pureza de Dios tomó vida y consciencia a partir de la existencia de la Consciencia-Madre de este universo.
Quiero que escuchen Mis palabras con atención y con amor, pues muchos desconocen los Principios de la Creación y, por más que exalten y alaben a Dios, en Sí Mismo, en Su Hijo y en Su Sierva fiel, no comprenden lo que es la verdadera Existencia. Ahora quiero que comprendan esos misterios, para que delante de los códigos de luz que deposito en Mis palabras, vuestras almas puedan despertar al Origen divino y profundo que pulsa en el corazón de todo ese universo.
Vuestros corazones ya están en el camino de la madurez interior y, ante todos los acontecimientos acelerados del mundo, también es necesario ahora que vuestras almas reciban fuertes impulsos de Dios y de toda Su expresión en el universo.
Por eso no teman escuchar Mis palabras, no se asusten al estar ante expresiones y definiciones que nunca oyeron pronunciar a Mi Verbo divino, a lo largo de la historia de la humanidad.
Están ingresando en un nuevo ciclo, en donde deberán decirse las verdades y revelarse los secretos, antes que llegue el tiempo en el que Yo no pueda estar más con ustedes. Entonces, deberán descubrir todo por ustedes mismos y solo podrán confirmar la veracidad de los impulsos de luz por medio de vuestras propias esencias.
Por eso, Mis amados, Mi Verbo descenderá sobre las almas con más intensidad. Muchos lo recibirán con la paz del corazón y la alegría de poder descubrir y vivir los misterios celestiales; otros no Me comprenderán y dudarán de la veracidad de Mis palabras y otros no alcanzarán a comprender lo que les digo aunque Me seguirán aún sin comprender, pues sienten en sus corazones que deben hacerlo. Ellos serán llamados bienaventurados, porque sabrán seguir la voz del corazón más allá de las incomprensiones de la mente.
Mis queridos hijos, en este día, Yo los preparo para los días que vendrán. Le pido a vuestros corazones y almas que se fortalezcan para superar los límites de la mente y dejar prevalecer el amor y la paz en vuestras vidas.
Como Reina de la Paz y de todos los reinos de la naturaleza, les dejo una llave bendita para que contemplen los reinos y se unan a ellos. De esta forma podrán abrir un poco más el corazón, para que puedan encontrarme en todo lo que fue creado. Así, poco a poco, descubrirán quién Soy verdaderamente y qué vengo a realizar en vuestras esencias y en la esencia de este mundo.
Los amo profundamente, pues son parte de Mi Inmaculado Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz y de todos los reinos de la naturaleza
Madre María Shimani:
Buenas tardes a todos, estamos ahora sí, en las últimas 150 cuentas de la Maratón de la Divina Misericordia. Y nosotros aquí, en el Centro Mariano del Espíritu Santo vivimos un día muy especial. Lo único que faltó es que descendiera la Paloma del Espíritu Santo y nos llevara a todos al Cielo. El fervor, la intensidad, la devoción y el amor fueron la pauta de las oraciones de hoy y el escenario se prestó para acogernos, para que este descenso del Espíritu Santo se pudiera manifestar.
Hoy aprendimos que podemos conversar con Dios, cara a cara, cuando oramos la Coronilla a la Divina Misericordia y que, palabra por palabra, colocamos en el Corazón de Dios nuestra súplica por este mundo y por esta humanidad. Y cuando Sus hijos claman de esa forma por Misericordia, Nuestro Padre, que tiene un Corazón grande y bondadoso, no espera ni un segundo para derramar Su Misericordia en este mundo.
Así que hoy aprendimos a conversar, cara a cara, con Dios y nuestra oración cambió por completo. Por lo tanto, a partir de hoy ya sabemos como conversar con Dios todos los días a las tres de la tarde.
Reciban la bendición eterna para que esta bendición, en los días que vendrán, los santifiquen.
Recen Conmigo por Mis peticiones, por Mis preceptos, por Mis designios, por Mi gran Voluntad, que es la Voluntad de Dios Altísimo que viene en este día a auxiliarlos.
Para rezar Conmigo, concentren vuestro corazón en la fuente que corre, en el agua de Vida, el agua de redención y de paz que, desde el Cielo y el Infinito, viene para lavarlos y purificarlos.
Recen de corazón Conmigo como lo han hecho hoy, en oferta y donación a Dios.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Para honrar a Mi Corazón y para que vuestros pecados y faltas sean perdonadas, en nombre de toda esta humanidad y de aquellos que se pierden y no escuchan a Dios, de aquellos que no beben de la fuente de Mi Corazón, por este fin, por este objetivo divino, recemos juntos por tres veces cada señal de Mi Pasión y de Mi Transfiguración. Los escucho. Eleven vuestras ofertas a Mi Sacratísimo Corazón.
A continuación, se oran las decenas del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús, repitiendo solo tres veces cada oración.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Cuando oro con ustedes, oro por el mundo y Mis códigos de luz y de cristificación ingresan en vuestras células y átomos para modificar vuestras faltas y deudas y convertir a todos vuestros seres en la Luz y en el Espíritu de Dios, para que algún día Mis queridos, santifiquen el gran Nombre de Dios, Iod-He-Vaud-He.
Hoy traigo entre Mis Manos el Rosario de la Paz. Benditos aquellos que imitan Mi ejemplo y que en las noches oran Conmigo en el susurro del corazón, en el silencio del espíritu, el alma que ora y habla a Dios.
Benditos aquellos que duermen con el Santo Rosario en sus camas. Estarán unidos, fusionados y ampliados por el gran Espíritu de Dios. Sus cuerpos se elevarán al Reino de Dios en cada nueva súplica, porque Mi Corazón escucha a las almas que oran pacientemente y que encienden en el corazón su fervor.
Hoy les revelaré, Mis compañeros, Mis discípulos del ayer y del futuro, hoy les diré, Mis compañeros, que he hecho con vuestras oraciones y con todos aquellos que estuvieron unidos a Mi Corazón en lo profundo del Amor, de la Verdad y de la Justicia. Muchas almas fueron aliviadas. Situaciones irreparables fueron transformadas. Muchas almas fueron rescatadas. Espíritus que estaban apagados se reencendieron. Muchas naciones recibieron un tiempo más de paz. Porque Mis Rayos de Misericordia Divina descendieron a través de vuestro verbo, de cada nueva palabra que pronunciaron con el corazón. Y aunque que ustedes estén cansados por luchar tanto tiempo en esta vida, Mi Corazón contempla vuestros esfuerzos y sacrificios.
Así como les ha dicho la Santa Virgen María, Yo vengo a pedirles también cosas simples y verdaderas. Necesito que permanezcan en este mundo sin pertenecer a él. Que todos los días de vuestras vidas, en cada nuevo despertar como en cada nuevo amanecer, vuestros ojos despierten recordándome, sintiéndome en el corazón, para que vuestro día sea bendito y alabado por Dios, el Todopoderoso. De esa forma, ustedes Me permitirán que Yo descienda a vuestras vidas.
A través de esta Santa Maratón muchas semillas fueron depositadas en vuestras esencias, las que deberán brotar en el próximo tiempo. Ahora, Mis compañeros, dependerá de vuestra convicción y oración que estas semillas puedan dar sus frutos y que, en los tiempos de mayor caos, de mayor tribulación y oscuridad, Yo pueda servirme de vuestras semillas como nuevos dones entre Mis Manos, que serán irradiados para el mundo entero por el fruto de vuestros esfuerzos, de vuestra dedicación y entrega a Mi Corazón.
Así como hoy Yo les hablo, Mi Voz hace eco en las almas de todo el mundo, pues no Me podré ir de aquí hasta que un alma alcance la cristificación. Eso será un gran evento para el Universo y también lo será más profundo y verdadero cuando todos, como grupo de almas, alcancen el gran paso a la cristificación.
En este ciclo, Mi Corazón los viene a purificar, a derramar Sus gracias y bendiciones, a separar el trigo de la paja, lo viejo y duro de lo sano y bueno que guarda vuestros corazones. Por eso sacrifíquense todos los días.
Yo estoy también en las cosas tan simples, en cada quehacer de la vida, en todas las tareas del día a día. Ustedes Me encontrarán en cada lugar y Me podrán escuchar cuando tan solo pongan atención en las cosas simples. Porque cuando Yo ya no pueda estar aquí, entre ustedes, anunciando Mi Palabra de Vida y de Resurrección, ustedes Me encontrarán a través de las señales, señales que serán puras y verdaderas, que serán una luz en vuestros caminos, una bendición para vuestras almas, un amor profundo para vuestras familias.
El gran momento para la humanidad se acerca. Muchos se están acercando al umbral definitivo del tiempo. La fusión del universo se aproxima. Todo el sistema solar se está congregando y preparando a través de las Leyes y de los Rayos, para dar el último impulso a la raza de esta humanidad. Ese será el gran momento para todos, antes del avistamiento de la luna roja, cuando ustedes podrán dar ese paso, recogerse en Mi Corazón Sagrado, orar profundamente en vuestros hogares sin mirar hacia afuera, sin poner atención en lo que suceda, solo en el templo interior, el que será vuestra verdadera protección.
Yo no vengo a anunciarles miedos, sino un tiempo de consciencia, de despertar, de evolución, de un gran paso hacia el Reino de Dios.
La humanidad ha sido muy ayudada por Nosotros. Nosotros somos parte de ustedes. Nuestros Corazones fueron humanos y ahora son Corazones glorificados. Vuestros corazones pueden ser glorificados solo cuando sigan el camino y la guía que Yo les entrego. Así estarán unidos a Mí.
Y a pesar de los desafíos y las pruebas y de todo aquello que caiga sobre ustedes, por más pesado que parezca o por la gran deuda que represente, Yo no los dejaré solos ni un momento. Necesito que se fusionen con Mi Espíritu, que eleven vuestras consciencias hacia Mi Reino Mayor, porque solamente la oración y la unidad de todos los grupos, orantes, devotos y fieles, será la posibilidad para todos de cruzar el umbral hacia el océano de Mi Misericordia que los aguarda todo el tiempo, cuando tan solamente lo busquen a través de la humildad del corazón.
Cuando llegue el tiempo del gran paso de la humanidad, verán surgir en el Cielo el advenimiento de nuevas señales, las que indicarán Mi llegada a la humanidad.
Por eso, les oferto Mi Corazón como único camino para vuestra conversión y redención. Yo les entrego los Dones y los Sacramentos, porque todas las almas que se han separado del Propósito de Dios, deben vivir los Sacramentos de forma simple, comulgar Conmigo, ser bautizados por Mi Espíritu, por el Espíritu de Mi Padre, por el Espíritu Santo de Dios, confesarse con Mi Corazón, trabajar y dar caridad a todos y ofertarse al servicio abnegado. Eso les permitirá dar el gran paso en nombre de todos aquellos que no lo darán.
Los 144 000 seres, que serán los soles del Nuevo Tiempo, deberán ayudar a la humanidad a que se vuelva a erguir, a mirar hacia Dios y pedir perdón por sus faltas.
Hoy les entrego las llaves del gran cambio.
Vengan a Mí. Acérquense para una bendición. Sigan, orando con el corazón, coligados con Mi Espíritu, con Mi Fuente de Vida.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Así como Yo vertí, en la Cruz, el Agua y la Sangre de Vida que permitió la redención de la humanidad, desearía que en este momento espiritual vuestros seres y vuestras almas reciban el Agua y la Sangre de Vida, glorificadas y santificadas en el momento de Mi Resurrección.
Canten “Agua y Sangre de Cristo”, así uniré Mi Corazón con ustedes y con vuestras familias.
Pido a todos los Centros Marianos que oferten su entrega por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza que son altamente ultrajados por el hombre y eso ha hecho perder su inocencia. Por eso, el Agua y la Sangre de Vida les permite reencontrar la inocencia para vivir en la pureza y en la santa humildad.
Canción: Agua y Sangre de Cristo.
Gracias por haber respondido al Llamado de Mi Voz.
Gracias a todos aquellos que trabajan por el Plan de Dios, independientemente de sus ideas y sentires.
Gracias a todos los que alcanzaron la unidad predilecta con Dios, la fusión con Su Santo Espíritu a través del verbo de la oración y del canto.
Hoy les dejo el Santo Espíritu de Dios, el Don de la Sabiduría para que guíe vuestros caminos cuando solamente lo invoquen de corazón y de alma. La sabiduría les dará la respuesta en el fin de los tiempos.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Nuestro Señor, en presencia del Espíritu de la Sabiduría, vamos a cantar “Espíritu Santo, ven” en agradecimiento al Sagrado Corazón de Jesús.
Canción: Espíritu Santo, ven.
Nos resta agradecer a todos por esta oportunidad recibida, y creemos verdaderamente que todos fuimos lavados, bautizados, ungidos de alguna forma.
¿Qué habrá de tan fuerte detrás de estos Sacramentos que Cristo nos oferta en este tiempo?
Estamos imitando Su ejemplo y todo lo que Él nos pidió realizar en este momento.
Como Madre de la Divina Misericordia, llego al mundo para curar y redimir, con la Luz de Mi Hijo, a todos aquellos que tanto necesitan de perdón, de redención y de paz; y que están sobre la Tierra, perdidos de Dios y desamparados de corazón.
Yo soy la Santa Madre de todos los pueblos, de todas las razas.
Yo soy la misma que se esconde en las montañas, Caacupé, como la que se encontró en las aguas, Aparecida.
Yo soy la que entrega la libertad a los 33, soy la que viene al encuentro de los que necesitan dar un nuevo paso, y entrego al mundo los frutos de una Higuera de amor.
Yo soy la que trae a las almas el Espíritu de Dios y concibe la Divina Trinidad en los corazones.
Yo soy la Reina de la Paz, Yo soy la Madre del Verbo Divino.
Yo soy la Madre del mundo, del universo y de todos ustedes.
Aquel que decide estar bajo Mi Manto, reconoce Mi Faz en todas las manifestaciones del mundo y sabe que Yo soy la misma en el Cielo como en la Tierra, y que vengo a enseñarles que nada debe estar separado en este mundo ni en los otros.
Mis amados, recorro las naciones para unir los pueblos, aunque sea a través de sus representantes. Vengo a construir esa red de luz que deberá encender el planeta, a través de la oración, cuando el sol ya no brille en el cielo de este mundo.
Quiero ver, en Mis hijos, la luz que ilumina los caminos de los que andan en la oscuridad. Quiero formarlos, para que el Espíritu Santo encuentre morada en sus consciencias, y otros que no tuvieron la Gracia de estar delante de Mi Presencia, Me puedan encontrar en sus corazones.
Mis queridos hijos, benditos sean los que se arriesgan a responder al llamado de Dios. Ahora, les pido que permitan que este llamado se vuelva semilla fecunda en sus esencias y, poco a poco, sea la vida que da testimonio de conversión y fe para los que están olvidados de Dios.
Que, en la simplicidad de sus seres se encuentre la puerta por la que Mi Hijo retornará al mundo. Que sus corazones sean humildes, para que se tornen la cuna de la pobre, pero sin embargo bendecida Belén interior que recibirá al Nuevo Niño, para que retire, por segunda y última vez, el mal que atormenta al corazón de los hombres y a los Reinos de la Naturaleza.
Amados de Mi Corazón, comiencen hoy a preparar el camino del Señor en sus pequeñas vidas. Retiren de sus vidas, de una vez para siempre, todo aquello que no corresponde a este humilde Pesebre de Belén.
Una vez más, el Nacimiento de Cristo se anuncia al mundo y ahora nacerá en muchos corazones, y a otros los hará renacer en vida, para la redención y la institución de la Paz.
Yo soy la portadora de la Misericordia, la que les pide que sean misericordiosos, para que el Reino de Dios descienda al mundo.
Yo los bendigo y les agradezco, porque la Gracia Divina descendió sobre este lugar, y sus vidas fueron colmadas por la Presencia Divina.
Yo los amo,
María, Reina de la Paz y Madre de la Divina Misericordia
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos Míos, que en los tiempos sin paz, exista la paz; por eso, abran sus corazones a Mi llamado para que Mi Voz reverbere en lo profundo de ustedes.
Yo les abro el Libro del Cielo para que conozcan los Misterios de Dios, que son la esencia del Amor y de la Verdad.
Queridos hijos Míos, he venido aquí, a Ciudad del Este, a pedir la consagración de todas las almas a Mi Inmaculado Corazón, porque esta ciudad, Foz do Iguaçu y Asunción deben consagrarse al Corazón Inmaculado de María.
Deben existir fuertes grupos de oración que dediquen sus oraciones y súplicas a todos los Reinos de la Naturaleza, que también son Mis hijos y necesitan de sus oraciones para que Dios pueda derramarles Su Misericordia.
Vengo a pedirles cosas simples, porque sus corazones Me pueden comprender. Mis manos se abren para acariciarlos, bendecirlos y consagrarlos en estos tiempos finales a la Voluntad de Dios, que muchos desconocen al olvidarse de los Mandamientos, de las Leyes básicas de la vida que les permiten, en sus vidas, que sigan un camino correcto hacia la Luz.
Por eso, queridos hijos, fundamenten sus vidas en el Santo Rosario. Busquen la esencia de la oración del Santo Rosario, así participarán de Mis Planes de Paz, aunque ustedes no lo crean.
Yo vengo a anunciar, como en Medjugorje, un último tiempo de paz para la humanidad.
Ustedes, Mis pequeños amados, tienen en sus manos la llave de la salvación. Lleven consigo el santo rosario como un emblema de paz y de amor, de unidad y de compasión entre las criaturas. Así permitirán, Mis amados, que Yo los acompañe en cada nuevo ejercicio de oración.
Cuando el sol nace todos los días, es Mi Corazón Inmaculado que se eleva para iluminar sus abismos, disipar las tinieblas y traer la Luz de Dios a este mundo sufrido. Por eso, únanse Conmigo todos los días en la oración; así Me ayudarán, queridos hijos, a que muchos corazones que hoy viven aquí también sean consecuentes con el Llamado de Dios.
No se cansen de buscar, queridos hijos, el camino de la paz y de la entrega. Dios les promete cosas preciosas para sus vidas, tan solo cuando sus almas se unan a Mí en la oración.
Dios les entregó, desde el principio de este mundo, el sagrado atributo de la oración del corazón, que no solo trae paz a sus corazones y vidas, sino también silencio interno y externo que tanto falta aquí. Sus corazones deben aprender a escuchar a Dios.
Yo Soy su Mediadora, su Madre Universal. Necesito que se aferren a Mi Manto en estos tiempos. Muchas almas se pierden en este mundo actual y la mayoría no percibe que está en la perdición.
Día y noche, Mis lágrimas se derraman sobre este mundo porque Mis hijos no cambian, no buscan la verdad, no quieren vivir la redención para poder vivir la glorificación de sus vidas. Los necesito firmes y dispuestos, abiertos a escuchar Mis Palabras, que son las últimas en este tiempo, y que reverberan en este espacio y en lo profundo de sus esencias, en donde quiere residir Dios y Mi Hijo Jesucristo.
Por eso, abran sus ojos a Mi llamado, sean constructores de la Nueva Humanidad, permitan que sus células despierten con Mi Voz y se puedan convertir en fuentes de Misericordia.
No Me cansaré de advertirles que está abierta la puerta para el retorno a Dios.
Este es Mi último pedido a la humanidad.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, ante Mi Pureza, abro las puertas del Reino de los Cielos para que puedan retomar, hijos Míos, la pureza original que vive en sus corazones y que se perdió a lo largo de los siglos por la ilusión y por las modernidades del mundo.
Hoy, quiero que rememoren a aquel santo indio que un día confió en Mi Presencia, entregándoles a esta nación y a toda la humanidad la posibilidad de consagrarse al Inmaculado Corazón de María.
Mis queridos, cada uno de ustedes trae en su sangre y en su esencia la pureza de aquel santo indio. Hoy, delante de las Puertas del Cielo, abran los ojos de sus corazones para que, como en aquel tiempo, puedan sentir Mi Presencia, puedan ver Mi Corazón, Mi Espíritu Inmaculado que llega a sus vidas para nunca más ser olvidado.
Hoy, Mi Amor se guarda en sus células, en sus almas, siempre y cuando Me dicen sí. Si vienen a Mi encuentro, aunque sea por curiosidad, no tengan miedo de estar ante Mi Corazón, porque llamé una a una a sus almas para que se reencontraran Conmigo; que a través de ustedes, hijos Míos, muchos otros que están perdidos en el mundo puedan retornar al Corazón de Dios. Esta es una oportunidad única para sus almas como para la humanidad.
Hijos Míos, el Verbo Divino llega al mundo para tornar a las almas semejantes a su Creador, para enseñarles a amar, a perdonar, a ser misericordiosos en este mundo, al que tanto le falta la Misericordia.
Mis amados, en esta noche los invito a abrir el corazón verdaderamente, para que no sea solamente un momento Conmigo, sino que esta hora se perpetúe en todos los días de sus vidas y que, a través de la oración diaria, se puedan unir nuevamente a Mí, porque Yo estoy con todos los que oran, estoy con todos los que claman de corazón.
Yo escucho sus súplicas incluso cuando no Me sienten. Yo observo al mundo perpetuamente, observo a los hijos que Dios Me confió, para que la menor apertura del corazón pueda posibilitar la conversión de sus seres, para que puedan retornar al Corazón del Padre como al Corazón del Universo y a ese Origen del cual proviene cada una de sus esencias.
Hijos Míos, hoy, los invito a retornar a Mi Corazón, este que hoy se muestra a sus ojos, y los que aceptan Mi llamado pueden ver y pueden sentir Mi Presencia. Vengan a estos brazos que hoy se abren en dirección al mundo y llaman a la humanidad al despertar.
Yo los aguardo desde el principio y los esperaré eternamente hasta que un día puedan decir un sí definitivo al Corazón del Padre Celestial.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como Reina de la Paz, les dejo sobre sus seres el sagrado símbolo de la Cruz de Mi Hijo, como una señal de conversión y de rehabilitación para todos.
Yo necesito, queridos hijos, que abran la puerta de sus corazones a Dios.
Estoy muy agradecida por su presencia y llamo a todos aquellos hijos que necesiten una bendición celestial, una Gracia sublime, para que mañana se encuentren Conmigo aquí, en este mismo lugar y horario.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Lleven Mi Paz a sus hogares. Que reverbere la Paz, la Paz de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Como María nos dijo, Ella vino hoy como la Reina de la Paz. Cuando Ella llegó hasta aquí, por detrás de Ella veíamos muchos seres que cantaban, y yo pregunté: “¿Madre, ese cántico es del Reino Celestial?” y Ella respondió: “No, este es el cántico de este mundo, de todos los peregrinos que Yo acompaño en este día”, y nos mostraba que, al mismo tiempo que Ella estaba aquí, Ella estaba acompañando a los devotos en Fátima, en Belén de Pará y en Nuestra Señora Aparecida.
Después, Ella dijo las palabras que todos pudimos oír y se despidió, dejando una invitación para cada uno de nosotros de ofrecer esta Gracia que recibimos hoy para que otros de nuestros hermanos también pudieran recibirla.
Entonces, vamos a llamar a aquellos que sabemos que necesitan de la Presencia de Nuestra Señora y vamos a traer a esos hermanos hasta aquí, para que Ella también pueda escuchar sus súplicas y derramar sobre ellos Sus bendiciones.
Agradecemos a todos por haber venido, y mañana nos encontraremos en el Corazón de María.
Y a todos los hermanos que nos acompañaron por Misericordia María TV, también les agradecemos profundamente.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Gracias a todos.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más