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Mis más preciados hijos:
Finalmente, después de varios ciclos, los Sagrados y Benditos Corazones tocan con Sus Pies a toda Norteamérica para purificarla y para bendecirla a través del Amor y de la Gracia de Dios.
Hoy, su Madre Celeste se reaproxima al alma de los Estados Unidos y a su ángel guardián para que las almas preciosas, que aquí viven, sean protegidas y encuentren algún día el camino del Propósito Espiritual; así como el Propósito de esta nación necesita ser recuperado para que la existencia de este país esté guiada y conducida conforme el Padre lo estableció en el principio, mucho antes de que Norteamérica fuera una realidad.
Con Nuestros Ojos y Nuestra amorosa mirada colocada sobre la deuda espiritual que esta nación adquirió en los últimos tiempos, Nosotros, como Sagrados Corazones, estaremos orando para que la Justicia dé paso a la obra de la Misericordia y del Amor de Dios, no solo para toda esta nación, sino también para cada una de las almas que aquí se encuentra.
Queridos hijos, los Pies peregrinos y humildes de la Señora de los Estados Unidos también llegan a Norteamérica por las almas inocentes de los no nacidos, y también por las almas de los prisioneros y de los que, hasta los días de hoy, viven la pena de muerte, que deberá ser abolida urgentemente.
Necesito que, en esta nueva Peregrinación por la Paz, los corazones de todas partes del mundo se unan a la Madre Celeste y, a través de las oraciones, Me acompañen; porque, en este periodo que Me fue concedido a través de esta peregrinación, Yo podré intervenir en muchos asuntos urgentes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de los Estados Unidos
Cuando cometas un pecado, hijo, no le escondas tu rostro a Dios, evitando Su Presencia y Su Faz por la vergüenza que eso te trae.
Cuando peques, sabe que mayor que el pecado debe ser el arrepentimiento del alma; y que, en la balanza de la Justicia Divina, la vergüenza pesa menos que el arrepentimiento y este le abre la puerta a la Divina Misericordia, que equilibra todos los pecados del mundo.
Cuando cometas un pecado, que tu alma sea como un niño que se rinde a los pies de sus padres para confesarles sus errores, y en diálogo con Dios, confiésale tus miserias más profundas.
Dios es un Dios de Justicia, pero ante una alma arrepentida, le revela Su Corazón Misericordioso y Compasivo, capaz de traer nuevamente hacia Sí mismo al más pecador de Sus Hijos, si este llama a Su puerta.
Por eso, mantén una confesión constante, un diálogo sincero con Dios y el corazón dispuesto a recibir la Misericordia Divina. Así, estarás en el camino correcto y, mucho más allá de la dualidad humana o de la batalla interna que los seres viven en sus definiciones de cada día, siempre encontrarás paz porque tu alma reencontrará el vínculo y la alianza con su Creador, recordará Su Promesa Divina y renovará su esperanza en seguir Sus Pasos.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.
Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.
Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.
Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.
Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.
Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.
En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.
Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.
Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.
En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.
En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.
Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.
Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.
Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.
Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.
Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.
En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.
Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.
¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto?
Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.
Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.
Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad.
Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.
Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.
En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.
Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.
Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.
En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.
No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.
Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.
Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.
A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.
Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.
Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.
Recemos, frase a frase.
Oración: Cristo de la Luz.
Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis hijos:
Sigan orando el Rosario fervorosamente, a fin de que la Justicia Divina sea aplacada, a fin de que la humanidad equivocada no siga pagando el castigo que está recibiendo.
Yo, como Madre que los sostiene desde Fátima, vuelvo a pedirles que no solo oren por la paz y por el fin de los conflictos; también les pido que recen por las causas imposibles, para que la mayor cantidad de hijos Míos despierte de este sueño, en el cual muchos se encuentran.
Mi corazón sufre al ver que tantos hijos creyentes y religiosos dudan si el camino que recorren los llevará a encontrarse con Mi Hijo; pero Mi enemigo teje una red oscura que se alimenta a través de las almas ambiciosas, insensibles y hasta aparentemente pacíficas.
Por esa razón, Mis amados hijos, les pido que sus oraciones no sean solo repeticiones, sino que sean oraciones que les permitan hablar con Dios y consolar Su Corazón lastimado por las ofensas del mundo.
Por ese motivo, nuevamente estoy en Fátima, para llevar a todos Mis Hijos, que lo acepten, hacia el centro esencial de su pureza interior; porque la humanidad ya perdió no solo su pureza, sino también su inocencia.
Como Madre del Santísimo Rosario, vengo una vez más a rezar junto a Mis hijos, a fin de que existan mejores condiciones y oportunidades para interceder por esta sufrida humanidad.
Agradezco a todos los que, en fidelidad, rezan Conmigo, respondiendo a Mis súplicas, lo que los lleva hacia la Paz de Fátima, la Luz que los lleva a la Paz.
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Ahora, desde el Santuario de Fátima, el Padre Celestial envía a Su Sierva fiel a propagar en el mundo la renovación de la devoción al Inmaculado Corazón de María.
En esa renovación del compromiso de consagración de todos los Hijos de María, que será un simple ejercicio interior, ustedes permitirán que su Madre Celeste interceda por situaciones de Europa y del mundo con mayor amplitud.
Ahora, más que nunca, sus corazones, hijos Míos, deben estar unidos al Mío diariamente, para que ciertas situaciones en la humanidad sean evitadas y otras situaciones puedan ser disueltas, porque Mi aspiración y deseo de Madre Celestial es que ya no sufran más.
Por eso, queridos hijos, reviviendo la renovación de su devoción al Inmaculado Corazón de María, concederán la Gracia extraordinaria de que sus almas sean partícipes de los ejércitos orantes de la Luz, de estos tiempos.
Quiero que esa devoción de sus vidas por Mí sea capaz de aplacar cualquier situación en este momento y que las puertas de la Justicia Divina no se abran, sino que la gran puerta del Corazón misericordioso de Mi amado Hijo sea capaz de neutralizar o de transmutar todo aquello que está en contra del bien común y de la paz.
En esta escuela, que el Reino de Fátima les ofrece, Yo los llamo para que el espejo del corazón de cada hijo Mío sea ese lucero interior que ilumine al mundo y atraiga el sagrado Espíritu de la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La guerra espiritual continúa su batalla en los planos internos.
Su compromiso con el Santo Rosario los fortalecerá y les dará discernimiento en el momento que más lo necesiten.
Dejar de rezar el Santo Rosario, en este momento, es como andar en lo oscuro de este mundo, sin poder ver la luz interior.
Hijos Míos, desde los primeros tiempos le dijimos a la humanidad que en la oración, hecha con el corazón y no solo con palabras, está la victoria de su redención, porque en la oración encontrarán a Mi Hijo.
La oración los conducirá al puerto seguro en este momento de adversidad mundial.
Queridos hijos, Yo les enseño que en las experiencias simples está su despertar, y en la oración están todos los atributos y las virtudes que hoy ustedes necesitan para aprender a atravesar este momento crítico.
Hijos Míos, los vuelvo a llamar a la renovación de su compromiso espiritual con el Santo Rosario, porque algunos de Mis hijos se olvidan y no le dan la importancia que el Santo Rosario tiene.
Yo les pido que no se distraigan. Juntos, tenemos que triunfar en esta última batalla para que la ceguera o la ignorancia no continúen confundiendo a los corazones que deciden alejarse de Mi Hijo.
Debemos proteger con la oración a las almas frágiles porque, en este tiempo, las personas tomarán decisiones precipitadas y, de la noche a la mañana, se olvidarán completamente que ellas estaban al lado de Mi Hijo, siendo acogidas por Su Gracia.
Oremos, hijos, para que la Justicia de Dios no siga siendo provocada por la ignorancia de las almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado con consciencia!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy oro para que el Inmaculado Corazón de María ampare en Su interior a las almas perdidas, las que no encuentran el sentido de la propia vida, las que están confusas y no saben el motivo de existir, a las que no conocen el Amor y la Gracia de Dios.
Hoy oro para que el Inmaculado Corazón de María acoja en Su interior a las almas frágiles, a las que luchan por ser fieles, pero que sucumben a las tentaciones del mundo, a las que se pierden en los vicios, a las que ceden al caos y al mal.
Oro para que las almas que claman por auxilio vean los brazos de la siempre Virgen Madre de Dios extendidos al mundo. Que tomen esas manos, firmes y delicadas, que cruzan los universos y los Cielos, ante la Ley de la Justicia, y derraman Misericordia sobre el mundo.
Oro para que el Inmaculado Corazón de María sea conocido, para que las almas sepan reverenciar el Amor de una Madre que detiene las Leyes y la Ira de Dios y clama por Sus hijos más perdidos.
En tiempos de transición y de definiciones, hijos, oro para que las almas comprendan que el Amor de la Virgen María va más allá de toda comprensión humana. Ella toma de las manos hasta a las almas más perdidas y las conduce al Hijo, que las conduce a Dios.
Sepan orar con María Santísima, no solo por la paz, sino también por el perdón, por la esperanza, por la salvación de las almas más pecadoras, porque Ella es, hijos, la que clama al Primogénito para que Él coloque Su atención sobre el agua que debe ser transformada en vino. Ella es quien sustenta la cruz de Sus hijos, quien persevera más allá del dolor, quien se mantiene de pie. Ella es quien les enseña a servir en silencio, a manifestar y a perpetuar el Plan de Dios, aun cuando Dios parezca estar ausente. Ella les enseña a estar en el Padre, en todas las circunstancias, haciendo de la propia vida la puerta hacia el Reino de Dios.
Por eso, oro para que hoy no solo sea honrada, sino, sobre todo, sea vivida la unión con el Inmaculado Corazón de María.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Existen tantos diálogos con Dios como milésimas de segundo en el tiempo del mundo. A cada instante, un alma entra en diálogo con su Creador, se confiesa, le expone sus necesidades y deseos, sus pesares y alegrías, sus quejas y agradecimientos, su silencio y su canto, sus angustias y su paz. Y aun los que dicen no creer en Dios entran en diálogo con el Señor, sus almas van más allá de cualquier incredulidad, porque el diálogo con el Creador es algo natural como respirar y vivir.
Cada diálogo que les conté trae un impulso para que sepan que Dios no solo escucha los cuestionamientos más profundos de sus almas, sino que también que responde con Sabiduría, Compasión y Amor a cada uno de ellos. Por eso, hijos, tendrán no solo que hablar y hablar delante de Dios, sino también silenciarse para escucharlo.
Orar es entrar en diálogo con el Creador, y un diálogo es hecho de verbo, pero también de silencio. Entonces, dispongan sus corazones para que Dios también encuentre espacio en sus almas para hablarles, para que sea Él quien inicie el diálogo, para que corrija sus vidas, los inspire y los guíe, les indique el camino y les enseñe a retornar cuando estuvieran recorriendo el camino errado.
Hay en su interior un puente hacia el Corazón del Padre, puente que debe estar siempre pronto, siempre uniendo las dimensiones, siempre creando vínculos entre el Creador y Sus criaturas.
Así, hijos, podrán escuchar a Dios y no dudarán de que es Él quien les habla al corazón. Dios transmite Paz, Humildad y Misericordia, pero habla también con Rectitud, con Justicia y con la Ley. En todo, sientan Su Profundo Amor por la vida.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoseptimo poema
Acto final de consagración
al Corazón Inmaculado de María,
con motivo del mes mariano
Venerable Reina de los Ángeles,
Escudo protector e invencible de las almas perdidas,
Auxilio inmediato de todos los cristianos,
Intercesora y Mediadora Celestial,
Templo Inmaculado de la Sabiduría de Dios,
Espejo de la Justicia Divina,
Patrona de todas las naciones y de todos los pueblos,
Señora del Santísimo Rosario,
Te agradecemos por estar presente en nuestras vidas
y Te ofrecemos todo nuestro ser,
para que se cumpla en nosotros la Voluntad Divina.
Unidos a Tu eterno Rosario de Luz,
nos consagramos como Tus hijos orantes
y legionarios de Tu amoroso Corazón consolador.
Ayúdanos a levantarnos de nuestras caídas,
para que, caminando firmes
hacia el encuentro con Cristo,
seamos la victoria viva de la redención
y de la paz en este mundo.
Te coronamos, Virgen Santísima,
Te agradecemos, Madre del Amor,
Te reverenciamos, Rosa de la Paz.
Que Tu Manto de Luz nos envuelva,
en esta caminata de la vida,
para que podamos servir a Dios de todo corazón.
Acepta nuestra consagración.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un alma, que temía la Justicia de Dios, oraba y clamaba constantemente por Misericordia y un día, sintiendo que el ciclo de esa Justicia había llegado al mundo, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, Tú que eres el Dios del Amor, de la Gracia y de la Misericordia, capaz de entregarte en la Cruz por la salvación del mundo, explícame entonces lo que es la Justicia y cómo un Dios de Amor puede actuar con Justicia sobre Sus hijos”.
Y, mirando a esa alma con paz, el Señor le respondió: “Alma amada, que ignoras el verdadero sentido de Mi Justicia Divina, la Justicia de Mi Corazón es una Ley, impregnada de un amor tan grande como la Divina Misericordia. Mientras la Misericordia eleva a los que están ciegos y les concede lo mejor de Mi Reino, aun a los ignorantes, Mi Justicia primero les lava sus ojos, se los abre y hace que las almas sean conscientes de todo cuanto Yo ya les entregué.
Después de derramar Misericordia sobre los corazones y verlos aún sumergidos en la indiferencia, en la ingratitud y en la inconsciencia, Mi Espíritu vierte sobre ellos la Justicia. Y la Justicia es un rayo de Amor de Mi Corazón que estremece a las almas y derriba sus ilusiones más arraigadas, para que así puedan percibir la verdad y se arrepientan.
Lo que causa sufrimiento en las almas no es Mi Justicia, sino su propia ignorancia, porque perciben que estaban afirmadas en bases de arena, mientras que Yo les ofrecí tantas veces la roca de Mi Corazón. La Justicia, alma pequeña, es parte de Mi Amor, para que ninguno de Mis hijos permanezca en el mundo sin despertar y sin percibir lo que realmente es y cuál es el camino que debe recorrer.
Por eso, ante la Justicia, no sufras, sino solo ora para que esta nueva oportunidad, que llega a través de la Ley de la Justicia, no pase también en vano por las almas ignorantes, y que ellas puedan hacer de esta corrección divina el primer paso para enderezar sus caminos”.
Que este diálogo les enseñe, hijos, a amar a Dios, a Su Misericordia y a Su Justicia, y a comprender que la acción de las Leyes es justa y colmada de un celestial amor por las almas.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimotercer poema
Santísima Madre de la Verdad,
retira de nuestros ojos los velos que nos ciegan,
para que, siendo liberados por Ti de la ilusión,
de la ignorancia y de la indiferencia,
podamos reconocer la Obra majestuosa
de Cristo en la Tierra.
Señora de la Divina Justicia,
llévanos todos los días a comprometernos
con los Sagrados Mandamientos.
Nadie más que Tú
fue el obediente ejemplo de Dios
sobre la superficie de la Tierra.
Por eso, te suplicamos, dulce Señora,
haznos amar cada Ley Divina,
para que nuestras vidas sean espejos
de transparencia, de fidelidad y de compromiso.
Que nuestras emociones no nos confundan.
Haznos ver la realidad
en cada momento de la vida,
para que podamos aprender
y así, descienda sobre nosotros
el don divino de Tu Sabiduría maternal,
porque necesitamos, querida Madre,
madurar y responder como apóstoles de Cristo.
Impúlsanos a buscar la conscientización en todo.
Que nuestra respuesta al Plan Divino
no sea personal ni impulsiva,
sino que sea una respuesta acorde
a la sabiduría y al discernimiento.
Que seamos, ahora y siempre,
guiados por el Espíritu Santo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Para comprender y amar la Justicia de Dios, primero, hijo, debes abrir tu corazón para conocer al propio Dios, puro Amor, Misericordia y Compasión, que, con ternura, aguarda el retorno de Sus hijos a la Fuente Celestial.
Con tu oración, con tu diálogo con el Creador, con la meditación sobre todas las santas palabras que Él ha enviado a lo largo de los siglos, con la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo, con la contemplación de Su Sagrada Faz, con el silencio, con la propia vida, conoce a Dios y profundiza tu contacto con Él.
Busca saber quién es Él para que, entonces, sepas que Su Amor excede todos los límites y se oculta hasta aun en la justicia y en las correcciones que expresan Sus Leyes en la vida universal y planetaria.
Conoce a Dios y sabrás, hijo Mío, que Su amor, siempre presente, está sobre ti a través de los Ojos de Dios fijos en tu corazón. Deja que esa mirada te ampare. Encuentra tú también la Faz Sagrada de tu Creador y únete a Él, por medio de una mirada que encuentre la Suya y que se transforme, se funda, se disuelva en esa Presencia Divina.
Todo eso se alcanza no solo con la fe, sino también con el esfuerzo permanente, con la rendición cada vez más interna, más profunda, de los espacios más ocultos de tu consciencia.
Cada día, entrégate más a Dios y sabrás cuánto Él también aguarda para entregarse a Sí mismo a tu corazón.
El Amor de Dios es un espejo que se refleja en tu interior para que lo profundices, para que aprendas a amar. Y cuanto más te abres para recibir el Amor del Padre, más ese Amor se expande y te transforma.
Pide la Gracia de conocerlo más, de dar más espacio a Su expresión, a Su Voz, a Su Vida, a Su Amor en tu interior.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un corazón ama la Ley y la Gracia de Dios, vive bajo Su Amor y Su Misericordia. Vive escondido en la sombra de Su Presencia y, aunque caiga infinitamente, sabe que las Manos de su Padre estarán extendidas para levantarlo del suelo.
Cuando un corazón ama la Voluntad de Dios y cree en Su Plan, vive conforme a esa Voluntad y teme salir de Su camino. Ese corazón, ante las tentaciones, pide auxilio y Misericordia al Señor para mantener puro su espíritu y recto su camino de retorno a Dios.
Un corazón que escoge salir de la Ley y de la Gracia Divina es aquel que se rinde a sus voluntades, a sus pensamientos y a sus deseos más humanos, olvidándose del propósito de su vida y escogiendo dejarlo atrás, para vivir sus aspiraciones más humanas.
Ese corazón, hijos, no es frágil ante Dios, es frágil ante el mundo y se condena a sí mismo por creer que su alma es imbatible delante de las tentaciones, de la Ley y de la Gracia.
Ese corazón, que no reconoce los propios desvíos, en el momento correcto de corregir sus pasos se distancia tanto de la Ley y de la Gracia de Dios que se pierde y se cierra a sentir la Presencia de su Padre; cierra los ojos para no recibir Su Amor, y no lo percibe otra vez, hasta que Su Justicia comienza a descender del Cielo, como rayos que rompen su ceguera y su ilusión.
Pero, en ese momento, esa alma perdida necesitará encontrar, en su arrepentimiento y en su humillación, un nuevo camino que la haga reencontrar la Voluntad y la Gracia del Padre.
Nada está perdido, ni siquiera para el alma más pecadora, cuando ella se rinde, se humilla y se abre de corazón delante del Padre. En algún momento de sus pasos perdidos, el Creador la encontrará y la colocará en un nuevo lugar, en donde podrá vivir Su Gracia. Pero para eso, hijos, es necesario rendirse al Amor de Dios.
No les digo estas cosas para que teman, pero sí para que comprendan que aquella alma que escoge el mundo, cuando Dios la llama a vivir Su Voluntad, deja espiritualmente la Gracia y la sombra de Su Señor para vivir bajo Su Justicia y las ilusiones del mundo.
A pesar de eso, todos los caminos pueden ser corregidos. Muchas son las sendas que llevan al Amor de Dios y al despertar de la consciencia. Algunos escogen vivirlo a través de la Misericordia; otros, a pesar de ser hijos de la Misericordia, escogen la Justicia.
Las leyes se cumplen según las elecciones humanas. Por eso, sepan percibir que sus pequeñas y grandes acciones, sus sentimientos y su corazón, son la medida que los coloca en el lugar que escogen estar para aprender en este mundo.
Por eso, sepan estar en el lugar correcto.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Mi Corazón está bañado de injusticias, pero es colmado por el amor de los que siguen adelante.
Mi Corazón siente la aproximación de la Justicia Divina, pero la mayoría de la humanidad no lo percibe.
La Justicia está descendiendo y la Misericordia le está dando su lugar para que la Justicia Universal comience a actuar.
Las almas no tienen consciencia de lo que significa la Justicia. Muchas veces juegan con ella al igual que un niño con un juguete. Comprendan con esta comparación todo lo que las personas están haciendo de sus vidas, cómo son capaces de perder completamente el sentido de la ley y de la lealtad.
Por eso, Mi Corazón también transmuta todo lo que siente Mi Padre y las consecuencias inesperadas que las almas podrían vivir.
Este es el tiempo de percibir la realidad y de asumir el fin de los tiempos. Es momento de comenzar a ver cómo la Justicia actúa a través de la atracción que las almas generan hacia sí mismas.
Cuando la Justicia actúa, coloca todo en su lugar y hace de cada etapa un aprendizaje.
Es hora de no generar más condiciones en las que la Justicia tenga que corregir severamente lo que en verdad y con inteligencia debería ser corregido por ustedes mismos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mientras los canales de transmutación de la Jerarquía Divina se preparan para llevar adelante la tarea regional con Chile, Bolivia, Uruguay y Argentina, algunas almas son colocadas en ese servicio en los planos internos para que por amor a Mi Corazón y a Mi Gracia, la Justicia Divina y universal no caiga sobre esas naciones, especialmente en aquellas naciones que hoy viven de manera severa los conflictos sociales y humanos.
Pero esta situación va más allá de una disconformidad de las personas que habitan en esas naciones. En esos hechos se unen dos realidades complejas, la realidad espiritual y la realidad cósmica de las almas, la historia velada de los que aún no son conscientes de que llegaron al planeta para redimirse y reconciliarse.
Por esa razón, la Jerarquía Espiritual se unirá en esta tarea, no solo para atender a una situación espiritual, sino también para intentar, en una gran osadía, resolver la situación cósmica de las consciencias.
Porque lo que hoy sucede en Sudamérica no es solo un proceso de abuso del poder y de la desigualdad de derechos y de bienes. Sudamérica, como nunca antes, está siendo el escenario de errores que se vuelven a repetir como en otros tiempos.
Por eso, la Jerarquía se concentrará en Argentina, a través de un epicentro especial que ayudará a la liberación de cierta formas pensamiento que despiertan y generan en las almas el ímpetu de la rebelión.
Para la Jerarquía será una de las tareas más demandantes.
¡Les agradezco por acompañarme en esta etapa por la misión del Plan de Redención!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Dios está atento a la voz de sus súplicas porque este es un tiempo de grandiosas necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es un tiempo en el que la solidaridad y el bien deberán penetrar en lo más profundo de la consciencia para que, de verdad, exista un cambio y un despertar.
Este es el tiempo de llevar al mundo este mensaje: es momento de considerar al semejante y de servir a los demás, porque esta sagrada acción permitirá que sucedan milagros y que almas que están absolutamente perdidas puedan ser rescatadas, así como ustedes fueron rescatados por el Amor de Dios.
Solo que este momento es crucial y definitivo, es un momento delicado en el que, todos los días y en oración, deberán pedir sabiduría y discernimiento para todos los que toman decisiones precipitadas y pierden completamente el sentido verdadero de la realidad.
Como Madre de la Gracia y de la Misericordia de Dios cuento con cada uno de Mis soldados orantes para que, en este momento de inflexión planetaria, todo se mantenga en su armonía y en su equilibrio.
Esa es la razón por la cual en los próximos tiempos se atenderán, a través de las peregrinaciones, situaciones de emergencia interior y de emergencia exterior.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, con el apoyo del Castísimo Corazón de San José que hoy vive Su recogimiento, irán al encuentro de las necesidades más difíciles y enviarán, por indicación e inspiración, a todos Nuestros servidores a atender y socorrer lo que sea necesario, como buenos padres y buenas madres, como impecables servidores y colaboradores.
Por esa razón, hijos Míos, todo este movimiento que se aproxima y que será de una inmediata entrega de sí, los ayudará a olvidarse de ustedes mismos y a colocar dentro de la balanza de la Justicia Divina, la grave y crítica situación planetaria. Porque no podemos permitir que este Proyecto humano de Dios sea desestimado.
Todo el esfuerzo que fue ofrecido, en los últimos años y hasta los días de hoy, por muchos grupos de oración, de adoración y de servicio, está siendo utilizado para compensar las deudas más graves de la humanidad, ocasionadas por el aborto, por la prostitución y la explotación de niños, adolescentes y adultos, por el comercio de la esclavitud, por la deforestación del planeta, por la extracción de minerales, como también por la caza desmedida de las ballenas y de los animales marinos.
Todo lo que hoy sucede necesita muchísima e incansable oración para que la Justicia Divina no caiga sobre la humanidad.
Desde ahora estoy agradecida por la consciencia y la apertura de sus corazones y vidas al llamado de servicio de la Madre de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A partir del comienzo del primer Encuentro de Oración en Buenos Aires, Argentina, durante los primeros días del mes de agosto y a continuación del ejercicio espiritual de los Sacramentos, ya estará preparada la condición interna y espiritual para que su Redentor regrese a Sudamérica y desde Argentina lleve adelante, no solo la tarea de liberación y de perdón, sino también el gran momento de la Celebración Eucarística con las almas.
Es de esa forma, compañeros, que en los primeros días de agosto el Universo Espiritual de Dios estará concediendo a la Argentina, y también a la región, una amnistía, la que de manera inexplicable abrirá la puerta de la redención y del perdón para aquellas almas que no los merecerían.
Por la acción sublime de la Divina Misericordia, por los cantos y oraciones que serán ofrecidos, un período de paz interior podrá establecerse en la consciencia espiritual de Argentina para que, colmados por el Fuego del Espíritu Santo, los argentinos tomen su gran y última decisión, la que colocará a su pueblo y nación en la Misericordia Eterna o en la Justicia Divina.
Será la fe del corazón de los argentinos la que llevará a Su Maestro y Señor a poder interceder y obrar milagros en muchas más almas. Así se construirá el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Ofrezcan a Dios todos los frutos que podrá traer esta próxima Maratón de la Misericordia a fin de que dichos frutos sirvan de ofrenda, de reverencia y de amor para que su Maestro y Señor los entregue como testimonio de amor y de devoción al Padre Eterno.
Ofrezcan lo mejor de ustedes para que su Maestro pueda seguir interviniendo en la situación espiritual de la humanidad, para que cientos de registros sigan siendo disueltos por el descenso de la Luz Crística.
No dejen de ofrecer lo máximo de ustedes para que en esta oferta también los Reinos de la Naturaleza, que son ultrajados, puedan recibir una nueva oportunidad de aprender y de evolucionar en otras esferas de consciencia.
Ofrezcan esta Maratón como una tabla de salvación para los más perdidos, pero también ofrezcan sus oraciones por las situaciones graves y desconocidas por todos, situaciones que solo ve su Maestro y Señor.
Ofrezcan cada momento como si fuera el último para que el triunfo y la victoria de Cristo se puedan seguir dando en el corazón humano, para que despierten los talentos y se entreguen a Dios todos los dones que moran en cada alma de la Tierra.
Ofrezcan sus corazones porque aún hay tiempo para clamar por la Misericordia, antes de que llegue el tiempo de la Justicia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
¿Hasta cuándo los mares y los océanos purificarán la contaminación de la propia humanidad?
¿Hasta cuándo el ser humano se sumergirá en la ilusión y quedará completamente ciego de todos sus sentidos?
¿Hasta cuándo la naturaleza soportará las agresiones del hombre de la superficie de la Tierra?
¿Hasta cuándo la humanidad negará y rechazará la Voluntad de Dios?
¿Alguien alguna vez se lo preguntó?
¿Por dónde se comenzará a trabajar si todo está oscuro?
¿Cómo ayudar mejor al mundo si el hombre de hoy está ciego por sus fantasías y deseos?
¿Cómo actuar sin desistir?
Hay algo que resuelve todos estos acontecimientos y que se llama amor y fraternidad humana.
Sin amor ningún cambio será verdadero. Ninguna realidad se transformará. Ningún espíritu se arrepentirá.
Sin fraternidad humana, entre las naciones y los pueblos, nunca existirá la igualdad. Nunca la Justicia Divina abarcará la Tierra. Nunca nadie percibirá que el otro está primero que uno mismo.
Sin amor ni fraternidad humana, la ilusión mundial corroerá, aún más, a la Tierra y a sus habitantes.
Por eso, es tiempo de amar lo imperfecto para algún día santificar la consciencia, la naturaleza y los espacios.
Es necesario el amor y la fraternidad humana para disolver los errores del pasado, para enmendar las heridas y para traer cura a la consciencia de la humanidad que se ha corrompido.
El amor y la fraternidad humana traerán consciencia a las naciones, a las culturas y a los pueblos de que el mundo entero perdió los valores de una dignidad social, ambiental y espiritual.
El amor transformará lo imposible y la fraternidad humana despertará el espíritu de la ayuda mutua y de la cooperación, más allá del ámbito religioso y social.
La humanidad necesita recuperar su dignidad ante el Universo porque la perdió completamente por sus errores y acciones.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Soy la Señora de las Lágrimas de Siracusa. Vengo en este día para decirles, hijos Míos, que Mi llanto por este pueblo de Sicilia nadie lo ha calmado y que espero todavía el gran momento de la conversión de los pecadores que se encuentran en esta isla.
Es así que hoy Me presento a ustedes como la Señora de las Lágrimas, porque a través de Mis lágrimas dejo en este lugar el mensaje de que este pueblo del sur de Italia aún no acepta la redención y de que, por medio de las apariencias, creen que todo está bien y que lo seguirá estando.
Yo llamo a Mis hijos de Sicilia para que se arrepientan de corazón, para que pidan perdón al Padre Celestial, porque así Él les concederá Su Misericordia y no Su divina y poderosa Justicia.
Así, Mis hijos, el pueblo de Sicilia, con la oración de todos, alcanzará una gracia extraordinaria y esa gracia repercutirá también en los miembros de la Iglesia de Mi Hijo.
Vengo hasta Sicilia para que el pueblo del sur de Italia no olvide que la Señora de las Lágrimas lloró y que aún está llorando porque Sus hijos más necesitados de amor no la quieren escuchar.
Vengo para retirarlos del poder que creen tener en sus manos.
Vengo para ofrecerles Mi Corazón maternal como un camino para su conversión final.
Pero también vengo al sur de Italia, como la Señora de las Lágrimas, por una de las crisis más graves de este siglo XXI, que es la migración de Mis hijos de África y de Medio Oriente hacia Europa, a través del mar Mediterráneo.
Es así, hijos Míos, que la Señora de las Lágrimas también llora por la gran indiferencia de todos los europeos, ante la falta de acogimiento y de amor para con los refugiados.
Este es el tiempo y es la oportunidad de que no solo Italia, sino también toda Europa, tengan la gracia de poder revertir sus deudas a través del servicio a los refugiados.
Yo, como Madre de todos, los llamo a la fraternidad y a salir de sí mismos para que el que más sufre y escapa de los conflictos y de las guerras ocupe el primer lugar en sus vidas. Así, aprenderán a conocer la Misericordia Divina.
Italia siempre fue una tierra muy bendecida por los santos y por los milagros eucarísticos, porque es la nación que más necesita de Piedad y de Misericordia en el fin de estos tiempos.
Todos los orantes, en este momento, pueden ser importantes intermediarios ante la Justicia Divina para que, unidos a su Madre Celeste, colaboren a fin de que todas las importantes etapas de la Peregrinación se cumplan conforme Dios lo desea y lo siente.
Sigamos, hijos Míos, permitiendo que la insondable Misericordia descienda en las naciones de la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más