MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para llegar al Corazón de Dios no necesitas grandes ciencias ni profundas filosofías, no necesitas fórmulas y ni siquiera prácticas eternas. Lo que necesitas, hijo, es un corazón sincero, puro y rendido delante del Padre.

Todas las prácticas y ejercicios espirituales forjarán en ti la transformación de tu consciencia y permitirán que permanezcas en unión con el Creador, y que eso no sea solo por un instante, sino que se torne un estado permanente de consciencia.

Pero para tocar el Corazón de Dios, sentirlo y conocerlo, solo necesitas un corazón sincero que se disponga a estar delante del Padre en confesión, en adoración, en comunión y en entrega, para así sentirlo, experimentar en el propio interior lo que es real y, conociendo a Dios, conocerte también a ti mismo.

Por eso, ante de nada más, y aunque no tengas fuerzas o inspiración, solo quédate con el corazón sincero delante del Creador, solo quédate con el corazón rendido frente a Su Altar. Colócate como ofrenda a Sus Pies y deja que Él se haga sentir. En la Presencia Divina, todo en tu vida recobrará su sentido, tus esfuerzos tendrán valor y su peso será menor, porque el Amor de Dios en ti hablará más alto; tus batallas te serán leves, no porque serán más fáciles, sino porque tu corazón ya no estará suelto en los vientos de la oscuridad, sino cimentado en la Presencia de Dios, de donde ningún viento te podrá retirar.

Todo comienza, hijo, con la confesión, la rendición, la entrega, la adoración y, así, la comunión perfecta con Dios. Y eso puede suceder en el silencio, en la alegría espiritual, en el llanto profundo del alma, en la oración o en la adoración, en la propia vida. Solo necesitas un corazón sincero.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que en tu corazón reine la paz para que sepas comprender estos tiempos y buscar tus fuerzas en el lugar correcto de la consciencia y del corazón.

Habrá días en los que tus debilidades irán más allá de tu capacidad de superarte y de seguir, pero en esos momentos, hijo, busca en tu corazón un punto en el que puedas estar seguro. Busca el Amor de Cristo, la memoria del abrazo de tu Señor, busca el saber de la Presencia Divina, de que los Ojos del Creador están puestos sobre ti; quédate en silencio delante de la naturaleza, observa el sol que nace y se pone, trayendo paz y recogimiento a tu corazón; busca esperanza en las Palabras ya pronunciadas por Dios a través de Sus Mensajeros; siéntate en silencio y soledad solo para respirar y agradecer y, en tu debilidad, di: 

Señor, aquí estoy, 
débil en mí mismo,
buscando Tu fortaleza,
buscando la forma de permanecer en Ti.

Que descienda sobre mí Tu Gracia,
revelando en mi debilidad, ya revelada,
Tu grandeza aún oculta en mi corazón.

Ven, Señor,
y, conociendo el mundo
y yo mismo mis debilidades,
revela ahora Tu fuerza, Tu milagro,
Tu poder, Tu Gracia y Tu Misericordia,
porque yo, por mí mismo, soy nada,
pero Tú en mí puedes todas las cosas.

Amén.

Y pronunciando esta y tantas confesiones que pueden surgir de tu corazón, da espacio para que Dios te revele no solo tu vacío y pequeñez, sino también Su grandeza, Su milagro, Su poder.

Escoge, hijo, en tus debilidades más profundas, dar espacio para que Cristo le revele al mundo Su Gracia por medio del testimonio vivo de tu corazón. 

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En cada ciclo de la evolución humana, hijos, llega el momento de que los discípulos den sus propios pasos y entreguen al Creador los frutos de su aprendizaje. Esto se vive en el Cielo como en la Tierra.

Cuando llega el momento de colocar en práctica todo lo que fue aprendido, deben tener como primer principio lo más básico y al mismo tiempo primordial: la humildad. Nunca se olviden de que toda enseñanza recibida tuvo como base la Gracia de Dios, y no el merecimiento humano. Cada instrucción, cada don, cada virtud y hasta aun cada destreza alcanzada, todo es fruto de la Gracia Divina en sus vidas.

Por eso, hijos, no pierdan de vista esa Gracia y, bajo el espíritu perpetuo de la humildad, sepan que solo triunfan cuando están en la Presencia del Señor y Él actúa a través de Sus hijos. Por eso, la oración, el silencio y la eterna consciencia de la Presencia Divina y de la necesidad de Su Gracia son lo que les permitirá mantenerse siempre en el camino correcto.

Esto es lo que extirpará de sus corazones cualquier vestigio de competición y desunión cuando quieran imponer sus propias ideas y pensamientos por encima de las ideas y pensamientos de los demás. Que nadie quiera jamás establecer su propia voluntad, sino que todos, reunidos humildemente en la Presencia del Creador, oren y pidan la Gracia para actuar, decidir y discernir frente a cada situación de la vida; esto los protegerá, los guiará y los mantendrá amparados bajo la Ley de la Gracia y de la Misericordia de Dios, aun en los tiempos de justicia.

Todo en sus vidas debe ser guiado por el Creador y, aunque Sus Mensajeros se silencien, deben aprender a buscar la Presencia del Padre en el propio corazón y escuchar Sus designios. Los puentes ya fueron creados, las puertas ya fueron abiertas; basta que en sus corazones sean siempre humildes y conscientes de la necesidad de la Gracia frente a cualquier situación.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

Mensajes mensuales
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para estar en el Corazón de la Jerarquía y mantenerse allí, deberán vivir, por encima de todo, la unidad. Esa unidad que se construye con transparencia y con amor, unidad que se construye sabiendo primero escuchar y después hablar, unidad que se construye siendo capaz de percibir el verdadero valor de cada ser y cómo el otro es una pieza indispensable en la Obra que Dios está realizando en la consciencia humana.

Estar en unidad es saber relacionarse con el otro, consciente de la Presencia Divina en esa relación; es saber que mientras hablan, piensan, sienten, actúan, los Ojos de Dios están sobre ustedes, Su Presencia los bendice, Sus Leyes los conducen.

Colocarse conscientemente en Presencia de Dios, en cada instante de la vida, es lo que alejará de ustedes los estímulos del enemigo e impedirá que sus aspectos más humanos sean los que gobiernen sus vidas. En Presencia de Dios, esos aspectos se van transformando y sublimando, y son sus almas y sus espíritus los que pueden conducir la expresión de sus seres.

Estando en Presencia de Dios, estarán con el corazón en Su Reino, y ese Reino los envolverá, los protegerá y los amparará siempre. Por eso, hijos, este es el gran secreto para mantenerse en el camino de la Jerarquía: estar siempre en Presencia de Dios, bajo Su Mirada y dentro de Su Corazón.

Tienen Mi bendición para esto.

 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Después de vivir el encuentro con Dios, de escuchar Sus Palabras y participar de la revelación de Sus Designios, las almas deben, entonces, crecer fortalecidas por las Leyes Celestiales; deben vivir todo cuanto aprendieron y difundir con la vida la Gracia que recibieron a través de sus ejemplos, de su amor y de la emanación profunda de su corazón.

Después de vivir el encuentro con Dios, las almas deben definirse, reconfirmarse y caminar para descubrir la Presencia Divina en el propio interior y, así, oír Su Voz en cada instante de sus vidas. 

Cada encuentro con Dios trae un impulso que debe resonar en el interior de los seres y manifestarse en la vida humana a través de las transformaciones profundas alcanzadas por los que escucharon la Voz del Creador. 

La Voz de Dios resuena, hijos, y ella no solo debe ser escuchada, sino también hecha carne y vida en todos Sus hijos.

Ha llegado el momento de no solo ser llamados discípulos y compañeros de Cristo, sino, sobre todo, testimoniar Su Presencia y el eco de Su Voz con la propia vida. El Evangelio de los últimos tiempos ya comenzó a escribirse, y él es hecho por las Palabras de Dios y por el testimonio de Sus hijos.

Sean ustedes testimonios de las Palabras de Cristo.

Tienen Mi bendición para esto. 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma sufrida que en esta vida parecía no conocer la alegría y el amor que otras tenían la oportunidad de experimentar, le cuestionó a Dios, preguntándole: “Señor, veo el mundo y encuentro desigualdad, almas que se regocijan y almas que se desesperan, almas que son fortalecidas por Ti y almas que pierden sus fuerzas y no encuentran el sentido de la propia vida. Dime, entonces, Tú que eres el Dios de todos, el mismo y el Único, ¿Cuál es el motivo de los desequilibrios del mundo?”.

Y el Señor, contemplando la sinceridad de su sufrimiento, le respondió: “Yo Soy el Dios de todos los seres, Padre y Señor de toda la vida, Dios Único y Trino, Dios de Amor y de Verdad; pero la vida, alma pequeña, es diseñada por Leyes que mantienen el equilibrio de la evolución de todas las consciencias y que las conducen según sus propias elecciones. Mi Amor por las almas es el mismo, con la misma esperanza aguardo que los corazones retornen a Mí, pero el sufrimiento o las alegrías en este mundo no corresponden a una decisión que Mi Corazón toma en relación a las criaturas.

¿Qué es para ti el regocijo? ¿En dónde ves que los hombres encuentran la alegría en sus corazones? Porque un alma, para estar en verdadera alegría, solo necesita estar en Mí y, aunque sufra con el dolor de los hombres, Mi Amor en su corazón no la deja perecer.

El sufrimiento del mundo, alma pequeña, te debe hacer comprender la fragilidad de la vida humana, distante de Mí. El verdadero dolor que sienten las almas es por estar distantes de Mi Corazón o por ignorar Mi Presencia. Un alma puede tener todo en la materia y ser profundamente vacía e infeliz, así como un alma puede no tener nada y, sin embargo, poseer la mayor de todas las alegrías, que es estar en Mi Corazón. Pero eso, alma pequeña, es una decisión diaria, constante y permanente de las almas que escogen estar en Mí y no en el mundo.

Por eso, cuando sientas vacío y sufrimiento en tu corazón, no te preguntes dónde estoy Yo, sino donde estás tú. Mi Corazón está en ti, pero ¿tú estás en Mí?”.

Que este diálogo les recuerde, hijos, que deben estar en Dios para comprender que la vida está hecha de Leyes que no descienden aleatoriamente del Universo, sino que son atraídas por cada alma que escoge, con sus acciones, pensamientos y sentimientos, lo que atraerá hacia su propia vida.

Sepan escoger a Dios cada día, en cada instante.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que buscaba siempre la verdad en su interior, ora estaba más volcada hacia el Cielo, ora estaba sumergida en el mundo. Al sumergirse en las cosas del mundo se perdía en la profundidad de sus aguas y, cuando conseguía retornar a la luz y respirar, sentía que le costaba retornar a la verdad, que se confundía y ya no sabía lo que era real.

Entonces, un día, conversando con Dios en su interior le cuestionó: “Señor, en un segundo que siento Tu Presencia se fortalece mi espíritu para estar en Tu Camino, pero en un segundo que me distraigo de Ti, ya no consigo encontrarte, me pierdo y me ahogo en los mares de las cosas del mundo. ¿Cómo hago, Dios, para crecer en Ti y ya no sumergirme en el mundo?”.

Y respondiéndole, el Señor, también con una pregunta, le dijo: “¿Ves el sufrimiento de las almas? ¿Ves lo que padecen en las guerras y en los conflictos? ¿Ves cómo sufren los que no tienen esperanza? ¿Ves cómo no se encuentran los que caminan en la oscuridad? ¿Eso conmueve a tu pequeño corazón?

Entonces, cierra tus ojos y contempla en tu interior a Mi Presencia. Imagina, alma pequeña, que Yo estoy dentro de ti. Recuerda todo lo que construí desde el principio de la vida: las dimensiones, las estrellas, las realidades sublimes y toda la Tierra. ¿Sientes cómo eres pequeña? ¿Sientes cuán pequeño es tu padecimiento?

Cuando mires el sufrimiento del mundo o cuando mires la grandeza del Cielo, encuentra allí la fuerza para no caer en los mismos errores y para no quejarte de tus pequeñas dificultades. ¿No valdrá tu esfuerzo para aliviar el sufrimiento del mundo? ¿No valdrá tu renuncia para interceder por un alma? ¿No valdrá tu esfuerzo para que se cumpla Mi Plan? ¿No valdrá tu renuncia para que el mundo conozca la verdadera vida?

Y aunque dones tu vida, alma pequeña, para que otros sean conocedores de Mi Reino en la Tierra, sabe que, sí, cada renuncia tuvo su valor, cada esfuerzo tuvo su valor, cada superación tuvo su valor, cada vez que Me escogiste, y no al mundo, tuvo su valor.

Por eso, cuando tu corazón esté angustiado y sientas que prefieres el mundo a seguir tu camino de retorno a Mi Corazón, piensa en los que sufren, piensa en los que padecen y, entonces, contempla el Infinito, la vida, el universo, y que todo esto te haga pequeña y también pequeños se hagan tus problemas. Disueltos sean ellos con Mi Soplo”.

Que esta historia los inspire a superarse cada día, contemplando al que sufre, contemplando toda la vida.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, muy esforzada por cumplir el Plan de Dios y ser mejor, estaba afligida por sentir que, a pesar de sus esfuerzos, no sabía amar y no conseguía ser mejor como tanto aspiraba.

En un momento de oración, le cuestionó al Señor y le preguntó: “Señor, hago tanto esfuerzo para amar más y ser mejor, pero siento que no salgo del lugar y que estoy lejos de la perfección de Tu Amor y de la semejanza Contigo. ¿Dónde está eso que Tú dices que habita en nosotros?”.

Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “Alma pequeña, ¿acaso Me buscas más a Mí, o a ti y al mundo? ¿Está tu atención en edificar tu propia consciencia, en contentar a los demás o en amarme de todo corazón y con todo tu ser?

Comprende que Soy Yo quien debe amar a través de ti, y para que alcances la revelación de esta unión profunda Conmigo, debes buscarme más a Mí que a ti. Debes poner tu atención en Mi Espíritu, tu corazón dispuesto ante Mi Presencia y, antes que nada, construir tu vínculo espiritual y esencial Conmigo. Así, seré Yo quien ame en ti, y te sentirás mejor, porque Me sentirás más a Mí y menos a tus limitaciones humanas. Tu vida hablará sobre Mí, y aquellos que te encuentren, Me encontrarán.

Es así, alma pequeña, que alcanzas la perfección cuando Yo puedo ser perfecto en tu interior.

Este es un camino largo y diario, en el que cada día buscas más a Mi Corazón y Me cedes un espacio en tu interior. Pero, si tu atención está en ser mejor y en que tu amor sea mayor y más perfecto, entonces siempre te frustrarás y no encontrarás la paz”.

Les cuento esta historia para que sepan en qué dirección deben hacer sus esfuerzos, para que su empeño esté en amar a Dios, conocerlo y expresarlo cada día más. Así, encontrarán la paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un alma tiene un compromiso con Dios, Él pacientemente la conduce por el camino de la entrega.

Primero la inspira a transformar la vida, a direccionar su camino hacia la senda que conduce a Su Corazón, y no al mundo. De a poco, coloca en su trayecto oportunidades, señales, encuentros que la inspiran a dar por sí sola nuevos pasos rumbo al Corazón de Dios.

A medida que esa alma conoce el Amor de Dios y confía, el Creador comienza a pedirle nuevas cosas, nuevas entregas, nuevas renuncias, hasta que llega un punto definitivo para esa alma, en el que el Señor le pide una renuncia mayor, una transformación completa de la vida.

Cuando el alma se lanza en el abismo desconocido de la entrega, descubre que estaba cayendo en las Manos de Dios, en una Fuente de Amor inagotable, que se escondía en lo profundo del alma que aprende a renunciar y a arriesgarse a vivir la entrega.

Aún en ese camino, el alma inspirada por el Amor de Dios le hace muchas ofertas, coloca todo en Sus Manos, pero ofrece aquello que le es conocido, aquello que en verdad ella ya entregó al saltar al abismo. Entonces, el Señor abre una puerta en lo profundo de su consciencia y le apunta dónde está aquello que debe ser transformado.

Un nuevo abismo desconocido se presenta. El alma se ve ante aspectos de su consciencia que eran como tesoros escondidos: sus destrezas, su magnetismo, su autoconfianza, sus vanidades más ocultas.

Y, por más que le siga ofreciendo su vida a Dios, su Creador siempre busca, más profundo en su ser, el foco de la entrega, lo que debe ser vaciado de su corazón. Y a veces duele, y el alma sufre, pero ella sabe que cada espacio que se vacía de su corazón, de su consciencia, espacio oculto de su ser, es aquel que se dona al Corazón de Dios, a Su Amor, a Su Espíritu, para que allí Él tenga una dulce morada, limpia y pronta para habitar. 

El camino de la entrega, hijos, es eterno, profundo, una senda hacia el vacío y al mismo tiempo hacia una unidad con el Todo.

Por eso, nunca piensen que ya entregaron todo, sino siempre dejen que Dios llegue más profundo. Y, por más que a veces cause dolor, sepan que el dolor es humano y que será reparado por la Presencia Divina en el propio interior.

Hasta hoy y en cada instante, le ofrezco al Padre todo lo que soy, todo lo que hay en Mí y todo lo que hago, vivo, experimento, pienso y le hablo al mundo, porque la entrega es eterna.

Yo los invito a seguir estos pasos y a profundizar cada día en su unión con Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Oración para imitar a Cristo

Señor,
que mis ojos contemplen el mundo con Tus Ojos,
que mi corazón sienta la vida como Tu Corazón,
que mi alma viva en la Tierra, y más allá de ella, como Tu Alma,
que mis días sean un eterno reflejo de Tu Misericordia,
para que yo vea al prójimo como Tú me ves,
para que así yo comprenda al prójimo como Tú me comprendes,
para que yo sea paciente con el prójimo como Tú lo eres conmigo,
para que yo hable con el prójimo como Tú hablas con los Tuyos,
para que yo actúe con el prójimo como Tú actúas con los Tuyos, 
y yo les entregue a ellos todo cuanto Tú desearías entregarles.

Que así, Señor,
yo ame como Tú amas,
sirva como Tú sirves,
y viva como Tú vives,
eternamente.

Amén.

 

Oren como los primeros compañeros de Cristo que, unidos alrededor de Él, judíos, paganos, ateos, pescadores, prostitutas, eruditos y soldados, pobres y cobradores de impuestos, médicos y leprosos, aprendieron a amarse como Él los amaba.

A través de Su sagrada Presencia, sus ojos se tornaron misericordiosos y pudieron ver más allá de las miserias y de las apariencias.

Es así, hijos, que con esos mismos ojos se deben mirar hoy. Es así que deben reconocerse, unos a otros, en la Presencia eterna de Cristo, amando, comprendiendo, siendo pacientes, misericordiosos y compasivos como es Su Corazón.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Señor,
entra en mi corazón como en Jerusalén,
multiplica el pan de las virtudes
y sacia el hambre de mi alma.
Cura las heridas más profundas de mi lepra interior,
causada por las miserias y pecados
que me llevan a caer, una y otra vez, en el suelo.

 Déjame tocar Tu túnica, oír Tu Voz
y encontrar Tu Mirada. 
Déjame sentir Tu Reino,
vivirlo y descubrirlo
revelado en mi interior.

 Refleja la Verdad Celestial
en el espejo de mi corazón
y llámame a seguir Tus pasos,
sobre los montes y hasta la Cruz.

 Que el poder de Tu Presencia
perpetúe la alianza que hiciste con mi pequeño
y pobre espíritu.

 Haz mi ser sagrado, Señor,
semejante a Ti, Hijo de Dios,
para que yo pueda servirte, amarte
y renovar Contigo la vida
en todos los Universos.

 Amén.

Que Mi oración sea la perpetua oración de las almas que aspiran a seguir los pasos de Cristo.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Dios muestra Su Corazón a los hombres, una parte de ellos se disuelve en la unidad con el Divino. La esencia despierta y comienza a recordar; el alma se expande y, de su interior, los registros de amor más antiguos emergen y transmutan aquello que estaba oscuro en su consciencia. 

Cuando Dios muestra Su Corazón a los hombres, el mundo interior se estremece, la individualidad busca su sentido, y todo lo que la humanidad siempre defendió, como la expresión de cada ser separado del Todo, comienza a derribarse. Las estructuras del engaño comienzan a derrumbarse, los velos de la ilusión comienzan a rasgarse. El Reino de Dios se expande, de afuera hacia adentro y, con el mismo poder, se revela de adentro hacia afuera a todas Sus criaturas. 

Nada queda como está. 

Las almas se regocijan, las mentes no encuentran explicación, los sentimientos pierden sus bases humanas porque no reconocen las emociones que les causa la Presencia entera y perfecta de Dios, a través de Su Hijo.

Es el momento de revelación y desconstrucción interior. 

Es el momento de ser barro nuevo en las Manos del Alfarero. 

Es el momento de ser agua transformada en vino.

Es el momento de ser nada en las Manos Su Señor.

Hoy, hijos, Dios muestra Su Corazón a los hombres. Permitan que esa revelación acontezca, que la transformación se realice y que la unidad se manifieste.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Señor,
haz de mi corazón Tu nueva y eterna Jerusalén.
Entra en mi interior con Tu gloria y majestad.
Conduce Tus pasos al templo de mi corazón,
y allí, derriba toda mentira, vanidad y egoísmo,
toda soberbia, arrogancia y miseria
que me separan de la verdadera esencia
que habita en mí.

Torna sagrado este templo, por Tu Presencia, 
por Tu Verbo y por Tu Corazón. 
Que Tus Palabras encuentren eco en mi interior 
y, por los siglos de los siglos, 
resuenen en mi consciencia 
y se tornen Vida en mi vida.

Amén.

Que este Domingo de Ramos acontezca no solo en la memoria, sino en el corazón, en la consciencia y en la vida de todos los discípulos de Cristo.

Tienen Mi bendición para ser morada eterna y renovada del Señor.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estábamos orando para recibir a San José, un poco antes de Su llegada, Él comenzó a mostrarnos lugares muy pobres del planeta y personas en situaciones muy precarias, de mucha pobreza, de mucho sufrimiento, de mucho dolor.

Cuando llegó hasta aquí, Él continuó mostrándonos esos espacios y, al mismo tiempo que estaba con nosotros en la sala de oración, Él estaba con cada una de esas personas que eran de todo tipo: mujeres, niños, hombres, ancianos. Él iba hablando con cada una de ellas, iba peregrinando por esos lugares. Ellas no lo veían, pero Él iba hablando internamente con ellas, y Él entregó este mensaje para aquellas almas que más sufren.

 

A las almas que sufren

Calma tu corazón, alma pequeña, en lo profundo del Corazón de Dios.

Busca en tu Salvador aliento y esperanza, Gracia y paz.

Calma tu corazón en la fortaleza que se forja en tus dolores más profundos. Encuentra alivio y paz en la Cruz de tu Señor. Que tu sufrimiento equilibre muchos males de este mundo.

Busca tu seguridad en el Corazón de Dios. Busca tu paz en Su Presencia.

Perdona las raíces más profundas de los males humanos, que generan el dolor y el desequilibrio en este mundo.

Haz de tu sufrimiento una bienaventuranza, porque estás aprendiendo a encontrar la recompensa verdadera en Dios y no en el mundo.

Siente que el Corazón del Señor se angustia con el tuyo, que no estás solo en tu dolor.

Que el Amor del Creador calme tu desesperación, tu tristeza y tu desesperanza. Sabe que tienes un lugar perfecto en el Corazón del Padre y que tu sufrimiento abre las puertas del Cielo para los que no merecerían entrar.

Ya llegará el tiempo en el que la paz reinará en el mundo y no habrá distancia o diferencia entre este mundo y el Corazón de Dios, Su Reino Celestial.

Mientras ese tiempo no llega, comprende que los dolores de la Tierra emergerán, haciendo que este mundo se estremezca, pero este es el prenuncio de una realidad superior que se aproxima a la Tierra.

Sé que tu dolor es profundo y tu sufrimiento verdadero, así como lo fue el sufrimiento y el padecimiento de tu Señor en la Cruz. Ofrece tu vida entera a Dios, abre tus brazos en la cruz que está sobre ti y permite que un amor nuevo surja de toda esa experiencia que vives hoy.

Perdona los desequilibrios, perdona a los que tienen todo y se pierden en su egoísmo, a los que no saben mirar hacia al prójimo y alimentan las raíces profundas de la indiferencia que penetran en la Tierra.

Que tu perdón sea la puerta hacia la Misericordia. Que tu vida sea fuente de amor, y así tu sufrimiento será convertido en Gracia que transformará a la Tierra.

Sé que Mis palabras parecen tan distantes de la realidad de tu corazón, pero escúchalas con amor, así como tu Señor escuchaba a Su Padre en cada nuevo paso del Calvario y, desde la primer Llaga hasta la Cruz, de Sus heridas brotó Amor.

Que de tus heridas internas y humanas broten la fe y el amor que renovará la Creación de Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE SAN PABLO HACIA CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A los puros de corazón, les son abiertas las puertas del Cielo.

A los puros de corazón, les son abiertos los caminos para el perdón y para la redención, y sus almas pueden tocar el Corazón de Dios por su simple pureza. 

Al pensar la evolución humana, hijos, Su Creador manifestó el nacimiento y la infancia de los seres, porque, en ese período de sus vidas, reciben nuevas oportunidades de curar lo incurable y de redimir lo que parecía imposible.

Cuando un alma encarna, en un cuerpo frágil de niño, manifiesta la pureza de su esencia y de su espíritu. De esa forma, recuerda lo que es necesario para conmover el Corazón del Padre y retornar a Él.

Vida tras vida, en la infancia, las almas reciben una oportunidad de recomenzar antes de que sus deudas más antiguas comiencen a actuar en Su consciencia espiritual y diseñen su destino en una vida más. 

Ser niño es tener las puertas abiertas para curarse, redimirse, perdonarse y retornar a Dios. Por eso, es muy importante que, aun en esa etapa de la vida, las almas conozcan y reconozcan la Presencia Divina, Su Misericordia y Su Gracia, porque es de esta forma que espíritus tan antiguos, y otrora tan perdidos, puedan volver a reencontrar a Dios.

Oren por los niños y, más que eso, oren por las almas que, en pequeños cuerpos y grandes esencias, reciben una oportunidad más de retornar a Dios y de renovar Su Amor.

Que la pureza de la infancia no se pierda, sino que sea fecunda, para que el destino de las almas sea trazado con bases de amor y de perdón.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN TUSAYAN, ARIZONA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cada día, guarda en tu corazón cada pequeña o gran comprensión, cada llave que el Creador te entrega para que abras las puertas y los recintos más profundos en tu interior.

Sé como un corazón que cultiva todos los impulsos que recibe y construye, así, los jardines de tu propia redención.

A estos jardines, hijo, vendrán muchas almas, pobres y vacías, para inspirarse en el aroma de tus flores, para recordar la propia belleza interior, a través de la belleza y de la expresión de las flores de la redención cultivadas por ti, con amor.

Sabe, así, cuán grande es el servicio de aquel que, a pesar de las dificultades, permanece profundizando en su interior, permanece ofreciendo a Dios la propia entrega.

Grande es el servicio de los que caminan, aun en el vacío, de los que buscan a Dios en la soledad y se mantienen de pie, solo por la certeza de Su silenciosa y oculta Presencia.

Toma en tu corazón cada pequeña y gran señal y abre una puerta más profunda dentro de ti. Si comprendes algo, medita sobre eso e ingresa allí, con todo lo que eres. Ama revelar tus propios misterios, porque es en esa búsqueda, por el desconocido y profundo universo que hay en ti, que un día conocerás el verdadero habitante de tu corazón.

Y, como dicen los libros sagrados, la Verdad te hará libre, hijo, porque la Verdad es la unidad con Dios, más allá de los errores, más allá de los caminos, más allá de las ilusiones. Pero no basta que Yo te diga todas estas cosas. La Verdad te hará libre cuando vivas el encuentro con ella en tu propio corazón.

Por esto, ve y penetra más profundo.

No te canses de buscar, aunque sea en lo oscuro. No te canses de seguir adelante y de cultivar en tu corazón las semillas de los impulsos divinos en tu corazón. Sé un jardinero del nuevo tiempo.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE REDWOOD, CALIFORNIA, HACIA PHOENIX, ARIZONA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Espíritu de Dios habita en las montañas, y en ellas expresa Su fortaleza para inspirar a las almas a la elevación y a la iluminación de la consciencia.

El Espíritu de Dios habita en el silencio de las montañas, en su interior, en donde se guarda la historia de toda la vida, en donde se sustenta este mundo, en secreto y en soledad.

El Espíritu de Dios habita en las montañas, invitando a Sus hijos a descubrir la verdad sobre sí mismos.

La naturaleza, hijos, guarda en sí muchos atributos y dones del Espíritu de Dios. Este Espíritu Santo e Inmaculado habita en la materia para invitarlos a encontrar lo Sagrado que existe en esta dimensión de la vida.

El Espíritu de Dios, silencioso, en lo profundo de la naturaleza, los invita a encontrar la unidad, no solo entre hermanos, sino también la unidad con la vida, con las dimensiones, con las estrellas.

Dejen que sus espíritus encuentren el silencioso Espíritu de Dios, escondido en todo lo que expresa armonía y belleza, y déjense inspirar, despertar y renovar por esa Presencia Divina.

El Espíritu de Dios habita en las montañas para conducirlos al punto más alto de la propia consciencia, que es, al mismo tiempo, lo más oculto, y que se revela en el silencio del propio interior.

Encuentren en sí mismos las altas cumbres, en donde el Espíritu de Dios habita. Allí estarán en paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN WEED, SISKIYOU, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dispone tu corazón para Dios en cada nuevo día. Contempla en silencio Su Presencia dentro de ti y en todas las cosas.

Busca, hijo, profundizar siempre tu unión con el Creador. Deja que en tu corazón se sinteticen todos los impulsos y enseñanzas que el Creador envió para la humanidad, y que, en ti, esos caminos se tornen uno solo: el estrecho y profundo camino de unión con Dios.

Siente al Creador en el aire que respiras, en la naturaleza a tu alrededor y en tu naturaleza humana. Siente al Creador en el Universo sobre ti, en el Cosmos infinito y en tu cosmos interior.

Permite que los tiempos se unan en tu propio corazón. Allí encontrarás la revelación de lo nuevo y el recuerdo de lo eterno. Allí descubrirás la historia de tu origen, el camino para cumplir ese infinito y retornar al punto de partida, que es el propio Corazón de Dios. 

Cuando un ser retorna al Creador, después de cumplir con su misión, y lleva consigo una partícula de un amor nuevo e infinito, como lo hizo el Hijo de Dios, en el Corazón del Padre la Creación se comienza a recrear, un nuevo infinito se diseña, un nuevo camino se inicia.

Trasciende, hijo, lo que es superficial y meramente humano, parte de la confusión y de la ilusión de este mundo, y cada día pon tu consciencia en lo que es eterno para que, cuando el Tiempo de Dios llegue a la Tierra, puedas reconocerlo, porque Él está vivo dentro de ti y tu vives dentro de Él. 

La verdad se comienza a revelar dentro de ti cuando puedes observar lo que se oculta en tu interior. Entonces, al abrir tus ojos, verás lo que se ocultaba en toda la vida.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Me llaman vengo a su encuentro, amparando con Mi Casto Corazón a cada pequeño y gran esfuerzo que hacen para cumplir el Propósito de Dios.

Contemplo, con amor, aquello que pudieron alcanzar y, con piedad, sus debilidades más profundas, sus miserias más arraigadas.

Contemplo a cada uno de ustedes con una mirada de Gracia y de Misericordia, porque siempre que están delante de Dios y abren el camino para Sus Mensajeros, el mismo Creador vierte sobre sus espíritus los designios celestiales que Él tiene para sus vidas, desde el principio.

Su Padre Celestial descansa en los corazones que se esfuerzan y, por más que aún sean ignorantes de la verdad y que tantas veces se pierdan en las ilusiones de este mundo, es el esfuerzo, hijos, el esfuerzo constante que los aproxima a Dios, que los hace reparar Su Santo y Eterno Corazón.

Su Padre Celestial tiene un tiempo para todo y, con amor, aguarda por cada uno de sus pasos. Lo que más importa es que siempre estén caminando, que siempre estén con sus pies y su corazón en la dirección correcta, que es la rendición a Dios y el esfuerzo por amar y servir cada día mejor.

Con ese pequeño, sin embargo, tan profundo movimiento de ir todos los días en dirección a Dios y al prójimo, el mismo Dios, hijos, también vendrá en su dirección. Y aunque sea silencioso e invisible, el encuentro acontecerá.

Mi Casto Corazón hoy se alegra, no solo por todas las tareas materiales y los esfuerzos físicos que hicieron en esta mañana. Me alegro de ver espíritus esforzados, corazones postrados, intentando superarse, a pesar de sus límites.

No digo estas cosas para engrandecerlos, sino para animarlos. Este es el camino, el camino del amor y de la entrega, de la donación de sí y de compartir la vida y el pan con sus hermanos.

Que sus aspiraciones no estén dirigidas a nada más que a la manifestación de la Voluntad Divina, aunque para eso, hijos, ustedes disminuyan y otros crezcan.

Sean bases cuando fuera necesario alzar un corazón que necesita apoyo.

Sean manos que elevan, que inspiran, que donan y que se arriesgan a apoyar a todos aquellos que están intentando caminar.

Que cada uno haga su esfuerzo sin olvidarse del prójimo. Caminen mirando adelante, pero sabiendo que siempre están abriendo el camino para otros y no para sí mismos.

Hoy, hijos, les dejo Mi bendición, Mi gracia y Mi paz.

Sé que muchos de ustedes están cruzando desiertos y desafíos. Por eso, que Mi amor y Mi presencia sean agua y renovación en sus vidas.

Oren Conmigo, porque soy su intercesor ante Dios.

No vengo al mundo más que para servir. Podría estar perfectamente unido al Creador, pero estoy aquí para llevarlos de la mano, porque esta es la Voluntad Divina. Por eso, cuenten Conmigo, con Mi amor y con Mi intercesión.

Yo los bendigo y les agradezco por no detener sus pasos.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En los lugares simples y con los corazones simples, allí Yo siempre estaré, en silencio y en paz, trayendo el Reino de Dios hacia el mundo.

Con los que se esfuerzan, a pesar de sus imperfecciones, y dan lo mejor de sí en las pequeñas y en las grandes cosas, Yo siempre estaré porque es su esfuerzo el que abrirá las puertas hacia el Cielo y no la perfección de sus corazones.

Con los que aspiran a construir una nueva vida y a encontrar un nuevo tiempo, Yo siempre estaré, porque esta es Mi misión: conducirlos de la mano a ese encuentro con la Verdad. Y aunque Mi voz se silencie, aunque Mi presencia parezca ocultarse, no se engañen porque Yo siempre estaré aquí, soplando en sus corazones los Designios de Dios, inspirándolos para que sigan el camino correcto, alertándolos cuando se desvíen y trayéndoles paz cuando parezca que la perdieron.

Yo siempre estaré aquí, con Mis manos sobre las suyas, elevando los ladrillos para construir las nuevas moradas y para reconstruir lo que es verdadero y puro cuando se quiebre por los embates de estos tiempos.

Oren siempre Conmigo, aunque sea en el silencio de sus corazones, y descubrirán, hijos, cómo Mi silencio hace más eco que Mi voz, y lo que les haré comprender en sus corazones será más claro que todas las palabras que ya pronuncié.

A través de este contacto interno, profundo y verdadero Conmigo, consolidarán la unión con Dios y madurarán como Sus hijos y como Sus compañeros.

Yo ya les dije: soy solo Su Siervo, Siervo del Divino, Su Mensajero, Su Obrero. Vine a su encuentro por un pedido de Él y ahora, que están ante Su Sagrado Corazón, llegó el momento de que cada uno de ustedes viva ese encuentro con Él.

Yo los acompañaré siempre, con amor, con alegría. Adoraré a Dios por sus triunfos y rogaré a Dios ante sus derrotas. Juntos, hijos, llegaremos al Nuevo Tiempo cuando nada más estará oculto, cuando todo se revelará, cuando todos los ojos verán, todos los oídos escucharán y todos los corazones sabrán la verdad, sobre sí mismos y sobre la vida.

Por eso, Yo los traje hasta aquí. Por eso, vine al mundo durante tanto tiempo y por eso, también, les daré a conocer Mi silencio, porque todo es parte de un Plan único, una Voluntad que será comprendida a medida que sea experimentada.

Para que vivan esto, Yo los bendigo, los abrazo y les dejo Mi amor paterno.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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