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Queridos hijos:
Mi Amor es la caricia de Dios a Sus Criaturas.
Es Su Amor tan abundante e infinito, que muchas veces las almas no lo saben distinguir.
Por eso, Él Me envía, en nombre de Mi Hijo, como Madre del Amor de Dios para que las almas y, sobre todo, las esencias recuerden que, en sí mismas, guardan una pequeña partícula del Amor Mayor en su interior; y que sin este Amor Supremo no es posible aprender ni evolucionar en este mundo.
Mi Hijo vino al mundo para enseñarles sobre el Amor; sobre un Amor maduro, donado e incondicional; un Amor que se entregaba por aquellos que eran rechazados, discriminados y repudiados.
El Amor de Cristo es el Amor por los pecadores, por los perdidos y por los que ya no encuentran, dentro de sí, el amor.
Como Madre del Amor Divino, vengo en este día a recordarles que, más allá de toda imperfección o error, dentro de ustedes vive ese Amor que los hace parte de este planeta escuela y de este grandioso universo que los espera, una y otra vez, para que aprendan a evolucionar.
Pero, Mis Hijos, no se olviden de que la expresión de ese Amor Crístico comienza en lo más pequeño, en el día a día, con todos los que conviven y están a su alrededor.
Todo lo que Mi Hijo les enseñó, no puede ser en vano y quedar sin efecto.
Denle al Amor Mayor el lugar que merece en sus vidas y con sus hermanos, porque así se disolverán las barreras, se cicatrizarán heridas y las almas, en su caminar, renacerán por la fuerza auténtica del Amor del Padre Eterno.
Hoy, como si fuera la primera vez, les pido esto; porque el mundo sigue caminando hacia la indiferencia, hacia una forma de vida vacía de Dios y vacía de Su Presencia, en la que las tendencias e ideologías toman el primer lugar en la vida de las personas para distanciarlas de Dios y de su verdadera esencia.
Por eso, mediten:
¿En qué lugar de mi vida actúa el Amor de Cristo?
¿Dejo espacio y no me resisto para que ese Amor me pueda transformar y transformar al mundo?
¿Creo en el poder del Amor Mayor?
Así, Mis hijos, Mis Palabras no serán solo palabras, no serán un Mensaje más que solo se escucha y no sucede nada en Mis hijos.
El mundo necesita de columnas auténticas de Amor para que, a tiempo, se corrija el desvío global de la humanidad de su verdadero y único Propósito.
Les agradezco por responder a Mi llamado con atención.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el universo, el cual les pertenece y aún desconocen.
Del universo he venido para traerles Mi Mensaje de despertar, ante un escenario planetario que solo provoca caos, conflicto y confusión; en el que la consciencia humana, en este tiempo, debe hacer un gran esfuerzo para poder elevarse y trascenderse; en el que los abismos de la consciencia terrestre absorben a las almas y les hacen perder el Camino Crístico.
Una y otra vez, Me aproximo a la órbita de la Tierra para contemplar al mundo y a la humanidad, sabiendo que este momento llegaría, porque ya lo sabía desde el Huerto Getsemaní.
Hoy vengo vestido con Mi atuendo violeta, con la llama del fuego violeta del universo, para que las ondas de la adversidad sean transmutadas y liberadas de la consciencia terrestre, para que Mis apóstoles y discípulos no sean absorbidos por el mal.
Desde siempre, Yo les hablé de la importancia de entrar en Mi Corazón. Este es el tiempo, este es el momento; pero para atravesar la puerta de Mi Corazón y estar protegidos, deben entregarse, deben rendirse, deben humillarse.
La puerta de Mi Corazón es tan pequeña, que no la pueden imaginar. Es por la puerta de la humildad que podrán entrar a Mi Corazón y allí estar a salvo de los asedios.
Aunque la consciencia humana se comprometa, día a día, con lo que no es evolutivo ni espiritual, Yo vengo nuevamente al mundo para hacerle recordar lo que les dejé aquí hace más de dos mil años.
La Sangre del Cordero fue derramada en la superficie de este planeta y eso tiene un valor incalculable para ustedes.
Invoquen el poder de Mi Sangre y sean bañados por ella, reciban los Códigos Crísticos de Luz que fueron alcanzados por el sacrificio de su Señor. Así, desde la consciencia consagrada hasta la consciencia de la humanidad, todos serán colmados por esos Códigos y podrán enderezar sus caminos hasta poder encontrarse Conmigo en los planos internos.
Sé que no es fácil liberarse de las cadenas de la opresión, del asedio y de la oscuridad, pero tienen las herramientas para poder hacerlo.
El poder del verbo de la oración los llevará a estar en otro punto y en otro estado de consciencia.
El compromiso con la vida de los Sacramentos los llevará a estar protegidos y bendecidos por Mis Dones.
Amar el poder de la Cruz de Emmanuel y de la Cruz de su Maestro y Señor, los librará del pecado.
Tener una vida de caridad, de entrega y de servicio los retirará de ustedes mismos para que aprendan a amar de verdad.
Así, con estas simples herramientas que ya les hemos enseñado, podrán sobrevivir en esta cruda batalla que se está desarrollando en el planeta, que muchos no ven, y que la mayoría no quiere aceptar.
Este es el tiempo del Armagedón, es el primer tiempo del libro del Apocalipsis.
Ya no dejen que sus ojos sean tapados por las vendas de la ilusión. Rasguen esas vendas y libérense para siempre de lo que es superficial.
Que sus corazones no se vuelvan puntos de indiferencia, de insensibilidad o de desprecio.
Les he dado todo lo que necesitan y un poco más para que lleguen a este momento. No tengan temor de conocerse a ustedes mismos tal cual son y no lo que aparentan.
A través del espíritu de Mi Verdad libérense de ustedes mismos y así liberarán del sufrimiento al mundo.
Muchos de los Míos, en el mundo entero, fueron señalados para vivir este tiempo, fueron ungidos por Mi propia Mano de Luz, bajo el impulso de Mi Divinidad, para que nunca se olvidaran del compromiso.
Ahora no es tiempo de ocuparse de ustedes mismos, sino de Mi Plan. Es tiempo de amar la propuesta que les entregué hace siete años.
Aún espero que puedan ser Mi Palabra, Mi Mensaje. Aún espero que puedan ser Mis apóstoles como muchos lo fueron a través de los tiempos. Pero eso, compañeros, tiene un precio; no es un obsequio ni tampoco es una emoción.
Estar bajo Mi Gobierno significa responsabilidad y discernimiento. Estar bajo Mi Gobierno significa amor y unidad, transparencia y verdad, porque esos atributos no los conoce el mal.
Si sus vidas son esos atributos, por más que sean imperfectas, estarán protegidos y no sufrirán. Por un instante vean a su alrededor y se darán cuenta de lo que les digo, no es necesario que vayan tan lejos para percibirlo.
Cada uno de ustedes debe purificar su vida en esta Cuaresma, pero que sea una purificación verdadera y no mental.
Deben sentir en su propia carne la necesidad de ser otros, la aspiración de cumplir Mis designios y de reflejar en la Tierra, por lo menos, un poco de amor, un poco de luz; porque al mundo le falta esa luz y le falta ese amor, y ustedes lo saben.
Que esta Maratón número noventa represente el discernimiento para todos, la acción del amor en todas las cosas y necesidades, la responsabilidad de vivir el compromiso y no de escapar del compromiso; la afirmación de ser Mis apóstoles, para algún día ser los Nuevos Cristos, los Cristos del Nuevo Tiempo.
Sé que muchos de ustedes alguna vez pensaron que no llegarían a este momento ni a tener tanta consciencia de la responsabilidad de estar Conmigo, de estar a Mi lado, pero es lo que Dios necesita.
Sus tesoros celestiales no pueden estar guardados en cualquier lugar ni en cualquier consciencia. Sus tesoros celestiales deben estar guardados en los corazones más humildes, más simples, pero más verdaderos.
Si la humanidad pudiera comprender la necesidad de vivir el cambio, lo que hoy sucede en el mundo no sucedería.
Muchos piensan que el Padre Celestial no está queriendo disolver todo lo que sucede en el mundo, pero eso no es verdad, compañeros.
La humanidad genera sus propios sufrimientos, y esos sufrimientos caen en los más inocentes y en los más pobres de entre los pobres.
Un verdadero rey nunca nacería en un palacio. Yo necesito que sean humildes, así como Yo lo tuve que ser en el Pesebre de Belén.
Dios no se esconde en las riquezas materiales. Dios está presente en los tesoros espirituales que pueden ser el propio ejemplo de las almas que se convierten y que se redimen.
Que las sagradas vestimentas violetas de Cristo les hagan comprender, en esta Cuaresma, que ya están en el tiempo de una gran transición, de una transición más definitiva y profunda de lo que parece.
Abran sus sentidos internos para comprender todo lo que les digo. No intenten comprender con la mente ni con los sentidos externos.
En esta Cuaresma, ábranse para ser transfigurados por Mi Luz.
Que Mis apóstoles escuchen el llamado del Señor de Israel y que preparen los espacios para Su llegada.
Este es el tiempo marcado de Mi Retorno. Es el tiempo en el que muchos de los Míos tendrán la oportunidad de aprender y de crecer, si así lo aceptan.
Ya no los forzaré para que Me sigan. Sus pies deben caminar solos, así como Yo les he dicho, que por la fe deben caminar sobre las aguas, así como lo hizo el apóstol Pedro.
Que esta Maratón invoque el Don del Discernimiento del Espíritu Santo, para que las consciencias, desde las consagradas hasta toda la humanidad, no pierdan la oportunidad que el Padre les ha entregado, por irresponsabilidad, por indiferencia o por falta de sentido común.
A las puertas de esta Sagrada Semana, y después de tantas Sagradas Semanas, llegó el momento de que carguen con su propia cruz y de que sean valientes, que aprendan a soportar el fuego de la purificación y que aprendan a trascenderse, a liberarse de ustedes mismos para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde universos lejanos se escucha la Sagrada Palabra de Dios. Ella se emite del Corazón de la Fuente para que resuene como vibración dentro de los seres y ellos recuperen los orígenes que una vez perdieron.
Desde universos lejanos se dictan los Principios de la Creación para que las almas recuerden, en esencia, lo que una vez fueron y la razón y el motivo de estar presentes en este mundo para servir y cumplir con las benditas promesas del Redentor.
La Sagrada Palabra no vibra en la mente, sino en lo profundo del corazón. Su fin es muy amplio y desconocido. Su meta es atraer a las almas hacia la realidad superior. Así, lo que es materia perderá fuerza y credibilidad, porque las consciencias descubrirán dentro de sí que no son solo materia, que la Esencia Divina habita dentro de cada sol.
La Sagrada Palabra hace eco en los que la escuchan con atención. Ella cumple solemnemente con el propósito creador. Su principio es retirar a los seres de la ilusión, y su objetivo es despertar a las consciencias a través del impulso del conocimiento y de la instrucción, porque ha llegado el tiempo de asumir las filas en los ejércitos del Plan del Redentor, para que la Tierra sea preparada para el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En este día recibe Mi abrazo maternal, así como lo recibió Jesús desde niño hasta que fue adulto y murió por todos en la Cruz.
Recibe Mi abrazo maternal, hijo Mío, para que puedas sentir el Amor de Dios más allá de todo para que la culpa, el dolor y la desesperanza se desvanezcan de tu corazón.
Recibe Mi abrazo maternal para que estés en la confianza del Padre y puedas dar los pasos hacia Su Reino de luz y de esperanza.
Recibe Mi abrazo maternal para que sientas que no estás solo en este difícil momento y que la contención del universo te apoyará hasta que, por ti mismo, camines solo en dirección al encuentro de Mi Hijo.
Recibe Mi abrazo maternal para este último tiempo que resta en la tarea de los Mensajes de la Madre de Dios, para que a través de Mi abrazo siempre recuerdes lo maravilloso del Amor y de la Misericordia de Mi Hijo, algo que siempre te conducirá a Dios.
Recibe Mi abrazo maternal con todo el cariño de una buena y sacrificada Madre que protege y cuida a sus pequeños para que siempre estén a salvo bajo el amparo divino del Creador.
Recibe Mi abrazo maternal, porque ya llega el fin de este tiempo y tienes que estar fortalecido para enfrentarlo y vivirlo conforme el universo lo espera.
Recibe Mi abrazo maternal para que sepas que Yo siempre estaré allí para sostenerte.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Para aprender a salir del desierto es muy importante orar y saber escuchar, porque en el momento más árido es cuando una palabra podría salvarte de una situación.
Mi Hijo vivió 40 días en el desierto y, como humano, conoció lo que la vida terrestre representa, y cuán exigente es trascender la condición humana, pero no imposible.
Cuando se está en un desierto falta el agua, que es lo esencial para sobrevivir en esa experiencia. Esa agua es la vida en Cristo que trae la posibilidad de poder atravesar el desierto con valentía y determinación.
Y cuando llegas al momento de oscuridad en el desierto, es cuando tienes la posibilidad de conocer la realidad y definirla. En ese momento culminante, Mi Hijo está atento con Su Mirada, porque Él espera que lo puedas superar y así animarte a dar un nuevo paso.
La oscuridad del desierto es el momento más doloroso pero el más importante, porque es cuando todo el Universo está a la espera de que de las ruinas surja la luz de un nuevo Cristo.
Esto no es nada poético, es una verdad sentida en cada una de las células, una experiencia que debe llevarte a ir más allá de ti mismo, para que veas cómo es posible llegar más allá de tus posibilidades por una sola causa, por amor.
Nunca dejes de pedir la llegada de la luz en el desierto, el momento es ahora.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando el alma mira hacia el Cielo, fortalece el propio espíritu, la propia fe, retoma sus aspiraciones más puras y renueva sus votos con Dios. Pero, cuando vuelve sus ojos hacia la Tierra pierde sus esperanzas, se encuentra con lo que cree que es la realidad y no consigue percibir en sí misma ni en el prójimo la forma de manifestar lo sagrado que la aguarda en el infinito. El alma busca fuerzas, ora y pide la Gracia de saber cómo llegar a eso que contempla en el universo.
Y hoy les digo, hijos, que cuando comiencen a mirar no solo hacia el Cielo, sino también hacia lo que verdaderamente son, descubrirán que la materia y el infinito se unen en la consciencia humana. Barro y espíritu se tornan uno cuando los seres despiertan a lo que son, y no será necesario morir para resucitar en la eternidad, sino que podrán descubrir la verdadera vida y la eternidad dentro de ustedes; dádiva revelada al corazón que ora, que adora y que no encierra a la verdad divina en su mente ni tampoco en lo que ya fue dicho, porque a pesar de que todo ya fue dicho, muy poco fue comprendido y vivido.
Por eso, busquen lo sagrado en el propio interior. No lo busquen solo mientras oran, quieran corresponder a él mientras viven.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sintiendo en su pecho una angustia profunda, que no sabía explicar, un alma le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, en mi corazón hay un sentimiento que no me explico. No sé si es tristeza o confusión. No sé si es angustia o pesar. No sé si me falta un sentido para vivir o si estoy sintiendo Tu dolor, el dolor del mundo. ¿Me podrías explicar lo que siento?”.
Y el Señor le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, contempla el Infinito y la vastedad del universo. Contempla la grandeza y la complejidad de la vida. Contempla los misterios ocultos en las estrellas. Tu propio ser es tan infinito como la vida, y lo que sientes y vives muchas veces no proviene de esta Tierra ni de este tiempo, sino de un espacio y de un tiempo distantes de lo que vives hoy. Muchas veces, la angustia de tu corazón proviene del Infinito, de partes de tu consciencia que habitan en el universo, en donde la vida sigue su evolución, creándose y recreándose constantemente.
Pero no importa lo que sientes o de dónde provienes. Si quieres aliviar tu pequeño corazón, solo ven a Mí, que Soy tu Dios y conozco las raíces más profundas de tu ser, de tus pensamientos y sentimientos, en fin, de tu vida.
Ven, alma pequeña, a Mi encuentro, rendida y sincera, transparente y frágil. No tendrás una explicación para todas las cosas, porque a veces no es el tiempo de que conozcas ciertas cosas sobre ti, pero sí de que tengas un alivio para todo, que se encuentra en Mí.
Por eso, ven a Mí humilde, sabiéndote pequeña. Ven a Mí como una hija que encuentra refugio en su padre, y te explicaré lo que pueda. Y, cuando no fuera el tiempo, solo te aliviaré, y sea cual fuera Mi respuesta, ella te hará crecer, porque a veces creces por el conocimiento y otras veces creces por saber que nada sabes”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar el alivio siempre en Dios y a no siempre encontrar las respuestas, sino a agradecer tanto por Su Silencio como por Su Voz y, sobre todo, acoger el Amor de Su simple Presencia.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoquinto Poema
Madre y Señora de la Verdad Absoluta,
condúcenos, en esta vida,
por el camino de la transparencia y de la donación.
Que nuestros esfuerzos sean semejantes
a los esfuerzos internos que hizo Cristo
durante Su dolorosa Pasión.
Haznos capaces de escuchar la Verdad,
porque aspiramos a ser más conscientes
y a estar más atentos cada día,
para que aprendamos a cuidar y a proteger,
de nosotros mismos, el Plan del Creador.
Vacíanos de mente y de espíritu
para que Tus sagrados impulsos, Madre,
se reflejen en nuestras vidas.
Enséñanos, querida Señora, a amar la fidelidad.
Que nuestras dudas y pruebas
no nos coloquen en el camino incierto.
Que podamos cumplir, amorosamente,
todo lo que el Universo nos pide.
Así, iremos aprendiendo a salir
un poco más de nosotros mismos,
para que, con madurez y consciencia,
llevemos adelante las aspiraciones de Cristo.
Que en nuestras consciencias
se construya el espíritu de la lealtad.
Que abandonemos para siempre
la mediocridad y la soberbia,
para que Tu Hijo pueda encontrar, en nosotros,
un lugar para poder retornar.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un alma que amaba a Dios y a Su Plan, pero que estaba llena de sí misma y de sus voluntades, intentaba cada día vaciar su corazón para vivir las Leyes Divinas. Esa alma se preparaba para los tiempos agudos del planeta, en los que ella sabía que solo el amor incondicional y la obediencia serían la base de la transformación del viejo hombre en aquel que el Creador esperaba.
Orando un día al Señor y pidiéndole una guía para el final de los tiempos, esa alma le dijo: “Señor, me cuesta vaciarme de mí, de mis ideas y conceptos, de lo que creo que es correcto y mejor para Ti. Me cuesta silenciar mi voz para escuchar la Tuya y confiar cuando Tú te manifiestas a través de mis hermanos. Dime, oh Dios, ¿Cómo puedo hacer para vivir en Tu obediencia, en Tu Amor y, en confianza, mantenerme en Tu Voluntad en los tiempos que vendrán?”.
Y contemplando el Señor la sinceridad de esa alma, le respondió: “Alma pequeña, Yo te creé y conozco tu fuerza, fuerza que debe ser rendida para dar lugar a Mi Poder, que aún desconoces, porque tú le das más lugar en tu corazón a ti mismo que a Mí. Tengo Dones inagotables para cada uno de Mis hijos, el potencial no solo de conducir la vida en la Tierra con sabiduría, sino también de transformar los universos.
Sin embargo, Mis hijos están presos en sí mismos, en todo lo que conquistaron y aprendieron equivocadamente a lo largo de su evolución en la Tierra.
Aprendieron que crecer es afirmarse y reafirmarse constantemente en la propia voluntad, y se pierden todas las maravillas y verdaderos Dones que Yo les concedo a los que están vacíos de sí.
Por eso, alma pequeña, reconocer tu ignorancia es el primer paso; silenciarte y contener tus impulsos es el paso siguiente; ser observadora, en oración, de todos los gestos de la vida y dar tu opinión solo cuando te sea pedida. Antes de estar en desacuerdo con la voluntad ajena, primero debes vivirla en obediencia. No quieras colocar tu voluntad sobre la de los demás, sin antes aceptar lo que te piden. Yo forjo tu consciencia y transformo tu orgullo humano a través de aquellos que envié para que sirvieran contigo. Por eso, ejercita obedecer sin condiciones y expone tus sentimientos solo cuando te abran camino.
Descubre el fluir de las Leyes y, cuando así lo hicieras, estarás dentro de Mi Gracia, y ella fluirá sobre ti como caudal de sabiduría cuando algo te sea dado para conducirlo. Mientras tanto, alma pequeña, vive la confianza, la obediencia y el amor, y ellos serán para ti fuente de transformación y de entrega. Y llegarás a Mí y Me representarás en el mundo y más allá de él, porque te vaciaré de ti y haré morada en tu corazón”.
Que este diálogo los inspire para que vivan en obediencia y amor, para que le den espacio a Dios para que se exprese en sus corazones.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
El mes de mayo, hijos, podría ser conocido como el mes de la intercesión por las almas y por el planeta.
Es el mes en el que las Leyes de la Gracia y de la Misericordia actúan más intensamente en la Tierra, a través de la devoción de las almas que se consagran y se reconsagran al Inmaculado Corazón de María.
Mayo no es solo un período cronológico, es además el período de un ciclo espiritual en el que los Espejos del Cosmos se alinean con los Espejos de lo profundo de la Tierra y también con aquellos que están en el corazón y en la esencia de los que oran. De esa forma, una red de luz espiritual, divina y planetaria se manifiesta por el simple hecho de que las almas expresan su devoción y amor al Inmaculado Corazón de María, la Reina de todos los Espejos de la Creación.
A través de las oraciones de Sus hijos, la Madre y Gobernanta Celestial manifiesta, entre las dimensiones, Portales de liberación y de intercesión para las almas más pecadoras y perdidas. Es así que la oportunidad de una Gracia es concedida a los que se arrepienten de corazón y oran por la redención y por la paz en el planeta.
También los Reinos de la Naturaleza, los elementos y la vida que habita el planeta son tocados por las Gracias más profundas que provienen del Corazón de Su Madre Celestial.
En el universo, como en la Tierra, los ángeles y arcángeles se mantienen atentos a las súplicas de los que oran en todas las culturas y religiones, a los que claman sinceramente por paz porque, a pesar de su incomprensión e ignorancia, el amor en los corazones de los que oran se transforma en méritos para la cura, la redención y el despertar de todas las almas.
Por eso, oren, hijos, y reconsagren sus vidas a Dios en cada instante. Están en un ciclo de Gracias, de Misericordia y de intercesión, aun ante el escenario caótico del planeta. Que sus almas estén en el punto correcto de su elevación para que siempre alcancen la paz.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castíssimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Compañeros, hoy traigo para ustedes el Santísimo Cuerpo de su Señor y el Sagrado Cáliz del Redentor para que, en este mes de mayo, ofrezcan la Comunión Reparadora todos los días, a fin de que Dios escuche el corazón de Sus hijos y las súplicas de los que oran de verdad, pidiendo por esta humanidad y por este planeta para que, en este tiempo final, las almas se fortalezcan y aprendan a transitar el fin de estos tiempos, tiempos reveladores y definitivos, tiempos en los que la humanidad conocerá la Verdad en este ciclo del Apocalipsis.
Derramo los Rayos de Mi Corazón sobre la Sagrada Eucaristía que hoy llevo en Mi Mano y sobre el Sagrado Cáliz del Redentor, para que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sean esa unidad divina, perpetua y eterna, que las almas necesitan en este tiempo final.
Es allí, en esa fuerza divina, en esa unión esencial con el Sacramento del Altar en donde encontrarán la fuerza, el coraje y la valentía para sobrellevar estos tiempos y no en otro lugar.
Por eso, la Luz de Mi Espíritu hoy no solo se derrama sobre el Santísimo Cuerpo de su Señor y el Santo Cáliz, sino también sobre el mundo y, en especial sobre la humanidad, sobre aquellas regiones de la Tierra en donde el conflicto, la pandemia y el terror azota a los corazones inocentes.
En esa unión divina que cada uno de ustedes puede alcanzar, por medio de este ofrecimiento especial durante el mes de mayo, estarán unidos verdaderamente a Mí y, en consecuencia, estarán unidos a la Vida Superior y Cósmica.
De esa forma, a pesar de lo que suceda, la ayuda vendrá del universo por medio de sus corrientes poderosas, por medio de sus energías sublimes, a través de los sagrados rayos materiales e inmateriales que deben colmar a las almas para que puedan concretar, finalmente, la realización de su misión y de su compromiso Conmigo, para que toda la raza humana aprenda a superar estos tiempos y, sobre todo, aprenda a transitarlos.
Es fundamental que, para este ofrecimiento especial durante el mes de mayo, la vida sacerdotal sea la que infunda, con la fuerza y el ímpetu del corazón y del amor, la ayuda que necesitan las almas por medio de los Sacramentos que Yo les he entregado.
Ahora, que para millones de almas es imposible comulgar con la sagrada forma del Cuerpo de Cristo y con la preciosa Sangre, es el tiempo de vivir la Comunión espiritual, tan verdadera como la Comunión habitual que siempre vivían.
Es en esa unión espiritual en donde su compromiso se fortalecerá, y aquellas adversidades, tinieblas e incertidumbres no prevalecerán, porque cada día que trabajen y vivan esa unión Conmigo permitirá que Yo también pueda actuar y obrar a través de ustedes.
Dedico mi Mensaje, especialmente, a todas las almas, a los buenos corazones silenciosos y anónimos que rezan por los sacerdotes, todos los días, porque el espíritu de la oración, el poder de la oración les hará comprender, más allá de las apariencias, la esencia espiritual de los sacerdotes en este tiempo final, en donde la cura, la redención, la reconciliación y la Misericordia para el mundo entero se alcanzarán a través de la vida sacerdotal.
De ese compromiso y de esa unión que cada uno pueda vivir Conmigo, verdaderamente, a través de Mi Corazón espiritual y de la Luz que emana de los Rayos de la Misericordia Divina, es que Yo podré derramar y depositar en los corazones de los sacerdotes los atributos y, sobre todo, los designios que Yo tengo pensados desde el principio para cada uno de ellos.
Mientras la humanidad está preocupada y agitada por no saber cómo continuará el próximo tiempo, Yo los invito cada día a profundizar más en esa unión Conmigo por medio del Sacramento espiritual con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.
También estoy considerando en este tiempo las adoraciones que son ofrecidas a la Santa Eucaristía, porque mientras más adoraciones se realicen, más ejercicios se llevan adelante espiritualmente, y las almas también son beneficiadas por medio de ese ejercicio espiritual que permitirá mantener a los corazones en equilibrio, en ese equilibrio fundamental que la humanidad hoy no tiene por todo lo que se preocupa y por la incertidumbre que siente en este tiempo.
Todo lo que le dejé, hace más de dos mil años al mundo entero, son importantes llaves para hoy. Esa es la razón de la vivencia espiritual de los Sacramentos y de la fuerza inmutable y permanente que ellos tienen a través de los tiempos.
De esa forma, por medio de los Sacramentos, de manera espiritual encontrarán la fuerza de la renovación y de la fe, y las almas, a pesar de todo lo que suceda en el mundo, se sentirán seguras porque no se enfermarán; sus almas se regocijarán y celebrarán Conmigo la victoria de Mi Corazón en cada una de ellas.
Necesito que comprendan, en una visión más amplia, lo que esto significa para Mí: que la vivencia del Sacramento espiritual en cada uno de ustedes le podrá demostrar al Padre Eterno que los tesoros que Yo les entregué están en lugares seguros y que esos mismos tesoros que Yo les entregué dan frutos en la redención y en la conversión.
Este es el tiempo en el que por medio de la Comunión espiritual Conmigo, que a través de la Maratón de la Divina Misericordia todos podrán vivir, se fortalecerán y podrán comprender, más allá de todo, la esencia de lo que Yo he realizado a través de los últimos años.
Porque todo lo que he hecho, hasta ahora y desde el principio, solo ha sido una preparación en sus vidas y espíritus para que sus consciencias no tuvieran miedo ni tampoco dudas de poder enfrentar estos tiempos y de llevar a la humanidad constantemente a la elevación de la consciencia, porque por más que tan pocos hagan ese esfuerzo y esa entrega; todo eso siempre beneficiará al resto de la humanidad y aquellos que tal vez no merecerían nada ni siquiera una Gracia, la recibirán.
Es así que el Amor de Mi Corazón se multiplica en todos los corazones que se ofrecen no solo para rezar por el ministerio sacerdotal y la vida sacerdotal, sino también para que la Obra de Mi Misericordia y Redención sea llevada adelante por los compañeros que Yo he convocado para vivir esta vida y este principio espiritual, entre tantos otros.
Quiero que estén atentos y tengan una clara visión de que este es el tiempo y el momento de vivir lo que Yo tanto he esperado a través de los tiempos y de las generaciones.
He obrado y Me he presentado con el mismo fin y propósito, y eso no cambiará hasta que Yo retorne al mundo, en donde su Sacerdote Mayor y Señor de señores llevará adelante la institución y el advenimiento del nuevo tiempo, de la nueva vida, de la nueva humanidad.
Si sus espíritus y almas están fuertes en la Comunión Conmigo en este tiempo crucial, nada les sucederá, al contrario, ayudarán a los que más lo necesitan, a los que son débiles de espíritu, a los que son tibios de corazón, a los que no son pobres en sus vidas, a los que han perdido la fe, a los que no son humildes, a los que no Me aceptan.
Todos sus ofrecimientos se multiplicarán y Yo los aceptaré, porque los devolveré en Gracia y en Misericordia para los que no merecen nada.
Es así que, poco a poco, los invito a vivir la misma escuela de superación, de entrega y de fe que Yo viví por ustedes hasta la Cruz, para que su última espiración, en el último minuto de su vida, también sea un ofrecimiento.
Piensen y mediten en lo que les digo. No les pediré cosas imposibles, sino les pediré lo que verdaderamente Me pueden dar, porque necesito estar en los corazones, necesito ser consolado por las almas, debo tener un espacio y un lugar en el templo de cada corazón para que puedan sufrir Conmigo, en silencio, por la liberación y la trasmutación de la humanidad por no haber correspondido a la Ley y ni siquiera a Mi Padre Eterno.
Deben comprender lo que les estoy diciendo, porque estas ya son Mis últimas Palabras, en este tiempo final. Y no podrán olvidar todo lo que les he dicho, porque necesito estar vivo en los corazones y en las almas que se ofrecen para vivir esa gran entrega por Mi Corazón y Mi Consciencia.
Es así que, a través de ese camino, alcanzarán la Vida Mayor y la Vida Cósmica. Pero primero tienen que rendirse para que Yo pueda triunfar en el mundo a través de ustedes.
Por eso, hoy les traigo el Santísimo Cuerpo y el Sagrado Cáliz, frutos de la entrega y de los méritos de la Pasión de Jesús, para que el mundo no se olvide que, antes de todo esto, existió un Hombre de Nazaret, Hijo de carpintero y de una humilde Madre, que cumplió y llevó adelante una importante tarea por la humanidad, derramando Su Sangre por los pecadores, derramando Su Agua por los que estaban perdidos, liberando a todo el planeta hasta las entrañas más profundas de este mundo.
Que el poder de Mi Sangre los justifique ante Dios. Que el poder de Mi Agua los purifique ante Dios, porque esperaré su gran y definitivo paso, todo lo que sea necesario, hasta que cada uno de ustedes comprenda que si Yo he venido aquí, para encontrarlos, hablarles e instruirlos durante tanto tiempo, hay una razón y un propósito, porque nada es por acaso.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia despierte en ustedes la llama de la cura que necesita la humanidad y, sobre todo, el planeta que agoniza no solo por esta pandemia.
La humanidad tuvo que enfermarse para comprender cómo está el planeta desde hace tanto tiempo y, aun así, cómo todo el planeta y su naturaleza ha respondido y se ha expresado ante la quietud de la humanidad.
Vean, a través de los Reinos de la Naturaleza, el mensaje que les deja el universo, y ya no se resistan más. Anímense a vivir el gran cambio de consciencia para que todo se pueda revertir y curar.
Mientras eso no suceda, el mundo seguirá sufriendo y su Maestro también sufrirá en los corazones que se abran para recibir la Cruz que su Maestro vive en este tiempo actual. Cruz que quiere ser compartida con los perseverantes, con los abnegados, con los que son incondicionales, con los que trabajan, día y noche, en humildad y por la paz, por un único fin y una única meta de que se cumpla la Divina Voluntad.
Por medio del Sacramento de la Comunión y de la Sangre de Cristo, Yo los bendigo para que esta tarea de la Maratón de la Divina Misericordia sea profunda y verdadera, para que no sea un pasar del tiempo, sino una necesidad imperiosa y definitiva de responder a Dios hasta que duela.
Les agradezco por la unión, la perseverancia y la fuerza de determinación en estos tiempos.
Recuerden el ofrecimiento espiritual durante todo este mes de mayo para que, junto a la consagración de sus vidas al Inmaculado Corazón de María, sus amados Mensajeros Celestiales lleven a Dios, una vez más, los frutos de la redención.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Mientras en este día, la novena a San Rafael Arcángel es nuevamente realizada, Yo los invito a mantener el fervor, la devoción y la fe en los Cielos, a fin de que la situación planetaria reciba la intervención del Universo para este momento actual de la humanidad.
Mientras tanto, San Rafael Arcángel, se encuentra dirigiendo una importante operación angélica, con el motivo de capturar a las corrientes del caos, las que se sirven del sufrimiento y de la incertidumbre de la humanidad, para que esas corrientes sean evacuadas del planeta a través de los ejércitos angélicos de San Rafael Arcángel.
Toda esa operación ayudará en descomprimir y aliviar el plano psíquico planetario, pero también, desvinculará a millones de almas que estuvieron presas de estas corrientes disociativas.
La poderosa novena, ofrecida a San Rafael Arcángel, actúa en espacios del planeta en donde el ser humano no consigue llegar, pero la fe y la devoción de los que oran con fervor permite, en este tiempo crítico del planeta, que un estado de Gracia y de expiación espiritual, sea concedido por obra y acción de la Divina Misericordia.
Sigamos orando en la convicción espiritual de que todas las súplicas son escuchadas por el Padre Eterno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo e hija Mía:
Nunca dejes pasar un momento de oración diaria.
Defiende, de ti mismo, el cumplimiento de las oraciones, porque el Padre, a través de ese ejercicio, conseguirá transformarte y así transformará el mundo.
Cumple, en obediencia y sobre todo con amor, tus liturgias diarias, y así estarás siendo amparado y protegido por el Espíritu Santo, porque los ángeles te acompañarán y verterán sus Gracias sobre ti para que siempre seas bendecido.
Comprométete con la oración diaria. Recuerda que no solo lo haces por ti, sino también por el planeta.
La oración mantendrá tu consciencia elevada y libre de expectativas.
En la simplicidad del corazón, estarás cumpliendo y viviendo los designios de Cristo.
Deja que la oración sublime tu ser y toda tu consciencia.
Ábrete para que, cada día más, tú puedas profundizar en el misterio de la oración.
Haz la vida orante parte de ti. Todo el Universo lo necesita.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La luz de los misterios emergerá hacia la superficie de la Tierra y las consciencias de la humanidad conocerán la Verdad.
Una Verdad que siempre estuvo allí, latente pero silenciosa, esperando poder emerger hacia la superficie, para que la raza percibiera que nunca estuvo sola en este Universo.
Pero cuando esa Verdad emerja, con ella vendrá la toma de consciencia de cada ser y todos se darán cuenta de las heridas que muchas naciones le ocasionaron al planeta.
En esa hora, todo quedará en evidencia y el planeta mostrará todo lo que ha sufrido a través de los tiempos, todo lo que también tuvo que soportar en silencio.
Porque cuando emerja la Verdad, la oración de los fieles devotos hará esa Verdad más contundente. Ella tomará una forma casi física para que ningún ser se confunda, para que todos puedan comprender lo que estarán viendo sin necesidad de que nadie interprete esos acontecimientos.
La Verdad que emergerá hacia la superficie traerá consigo muchas revelaciones. El ser humano se dará cuenta de todas sus fallas, al tomar conocimiento de la esencia de su propósito como ser y como miembro de esta humanidad.
Esa Verdad abrirá los ojos de los que siempre aspiraron a conocer lo que hay más allá de este mundo, pero el impacto de esa Verdad repercutirá en el conocimiento y en las creencias que cada uno tiene sobre la realidad.
Cuando la Verdad emerja hacia la superficie, Dios enviará un impulso más fuerte, para que toda la Tierra tenga la Gracia de poder rendirse y de reconocer sus fallas y, así, todo pueda ser reparado.
En ese momento, muchos mundos internos podrán retomar lo que dejaron pendiente en el Universo, y se colocarán disponibles para poder realizar lo que tanto esperaba el Plan de Dios.
La Tierra será restaurada de los abusos y de las dolencias que el ser humano le impuso durante décadas.
Así, la naturaleza se curará y ya no perderá el espacio que le corresponde desde el principio de la Creación.
Llegará ese momento, finalmente, después de que el propio planeta haya expurgado lo que le causa adversidad y dolor.
Ese tiempo y ese momento están llegando, por eso debemos orar para que más almas tengan la Gracia de no perder el surgimiento de la Verdad, momento en el cual nadie la podrá ocultar, no habrá arma que la destruya, nación que se le imponga o poder terrestre que la disuelva, porque la Verdad es única y ella está por encima de cualquier realidad material.
Prepárense para ese momento.
Es el tiempo de saber que llegará el despertar final, y todas las religiones deberán reconocer que se estacionaron en sus teorías y que se estancaron en sus dogmas, porque el amor que vendrá de la Verdad lo cambiará todo para siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el fin de estos tiempos, todos ustedes podrán aprender en nuevas escuelas, en las escuelas de la instrucción diaria y grupal.
De esa forma, espontáneamente, tomarán consciencia de todo aquello que está muy preso dentro de ustedes y que ya no forma parte de la vida espiritual.
Trasmutar y redimir los aspectos de la personalidad humana es un trabajo diario e infinito, de paciencia, de neutralidad y de amor. Sin esas llaves, podrían estar en resistencia y en conflicto con ustedes mismos.
En verdad, la tarea de la trascendencia diaria es la razón para que, en los momentos más agudos del planeta, algunos aspectos no interfieran en la misión espiritual e interna que cada uno deberá cumplir.
Por eso, mientras haya tiempo, los invito a que lo aprovechen y resuelvan conscientemente todo aquello que ustedes ya saben que no les hace bien, como son los hábitos, las costumbres, los pareceres y las ideas propias de cómo deberían ser los resultados de algo en particular.
Agradezcan al Universo que los envió para que, dentro de esta humanidad, ustedes tengan la Gracia de ser conscientes y de no ocultarse de la Verdad, sino que siempre sean impulsados a la búsqueda de la Verdad que los hará libres algún día.
Los acompañaré en este camino de sagrada transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La vida sacerdotal y los sacerdotes representan, en sí, ese único y seguro puente espiritual por donde las almas devotas pueden acceder a los Universos superiores de consciencia.
Por esa razón, el linaje sacerdotal es algo planetario y cósmico, porque proviene de tiempos muy antiguos, anteriores a la creación del planeta, en los que los primeros sacerdotes del espacio sideral eran los que colaboraban con el Padre Creador para que ciertas leyes y dones se hicieran presentes en los espacios latentes de la Vida Universal.
De esa forma, hijos Míos, pueden comprender que el sacerdocio no se remite a una persona. El alma del sacerdote es la que participa de los Misterios de Amor de Cristo cada vez que, con seriedad, ritmo, amor y responsabilidad, viste las sagradas túnicas sacerdotales para poder oficiar una ceremonia, que no es solo física ni tampoco es una rutina, es la oportunidad de traer el Cielo a la Tierra para que las almas encuentren el Amor ardiente de Dios.
Es por esa razón, que siempre se quiso derrotar, espiritual y físicamente, a la vida sacerdotal. Esa es la razón de los riesgos que la vida sacerdotal corre en estos tiempos actuales, llevando a los sacerdotes a la falta de contacto con el Universo Mayor.
Por ese motivo, orar por los sacerdotes permite crearles barreras espirituales de protección ante el asedio de estos tiempos. Pero todo esto, depende del mismo sacerdote que, a través de su alma entregada a Cristo, pueda o no cumplir su misión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La cuaresma, hijos, es un momento de desierto, pero también de encuentro.
Momento de encontrarse con el espíritu de la humildad, con la vastedad del Universo, con las Leyes sublimes que nos hacen pequeños, con el Pensamiento de Dios que nos hace tan frágiles delante de Su Voluntad.
La cuaresma es el momento de caminar en la inmensidad de las Palabras Divinas, escritas en el Libro del Plan de Dios para esta humanidad; de comprender que sobre esas líneas deben caminar, y que las letras del Padre Celestial son como marcas en el suelo, en las cuales sus pies caben perfectamente. Basta seguirlas.
En la cuaresma se derrumban las falsas creencias sobre sí mismos y todas las fortalezas erguidas sobre la arena del ego humano. Todo esto se derrumba; la fragilidad se revela pero también, hijo, Dios se revela.
Deben aprender a vivir la cuaresma, en la que la consciencia se dispone a encontrar lo que es sublime y perfecto, y que, si bien revela toda la aparente miseria humana, les trae la seguridad de la Presencia Divina y la libertad de saber que todo está escrito.
Para aquel que camina en las letras de Dios, a pesar de todas las batallas, desafíos y pruebas, estará el triunfo incalculable del Amor de su Señor, que no tiene medidas en este mundo, sino vastedad.
La cuaresma, entonces, es ese momento de reconocer el polvo y dejar al polvo lo que de él proviene; pero también de reconocer el espíritu y abrir camino para que ese espíritu pueda expresarse en todo lo que son.
Vivan la cuaresma con plenitud; siéntanse pequeños, frágiles, nada, pero sean capaces de entregar esa pequeñez delante de la grandeza de Dios y confesar:
Señor,
reconozco mi fragilidad y miseria,
reconozco mi imperfección e ilusión,
y, hecho completa nada y polvo, aquí estoy,
como ofrenda en el Altar de Tu Espíritu,
para que Él se revele en mi interior,
y que Tu Soplo haga del barro vida,
y que Tu Vida sea plena en mí,
para que me torne Tu instrumento
y Tu Voluntad se cumpla.
Amén.
Esta debe ser la oración de los corazones rendidos delante del desierto, dispuestos, en la cuaresma con el Señor, a prepararse con Él para la cruz del mundo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
A los pioneros del Gran Cañón del Colorado
Solo el amor te hará comprender la inmensidad de lo que significa lo que Dios te ha entregado con toda la fuerza de Su Amor y Poder.
El amor te llevará a aceptar lo que es inaceptable y todo lo que te puedan decir y te parezca fuera del Propósito.
Cada momento que Dios te envía es para forjar dentro de tu ser la madurez de ese amor que, en los momentos culminantes, no podrá retroceder ni tampoco ser pobre.
El amor te hará comprender lo desconocido, el Universo y toda su infinita Creación. Pero el verdadero amor, que nace del corazón y que algún día podrá ser perfecto como Mi Amor, te hará aceptar y reconocer todo lo que te digan.
De lo contrario, si el amor, que es una poderosa corriente creadora del Universo y que fluye en todo lo que vive, no te hiciera ver la verdad, entonces, ¿de qué te serviría el amor?
El amor te coloca siempre en el lugar en donde debes estar, para que, en ese sentido, aprendas a superar tus propios desencuentros.
El amor permite traer cura interior, pero también el amor tiene su faz de justicia, no de algo que imponga ni juzgue, sino de un amor justo, bienaventurado y no pasajero.
Ese amor, que no es pasajero ni volátil, te llevará a perseverar en el tiempo y serás humilde, conociendo los misterios del Universo en el día a día, siendo capaz de abrazar por amor cualquier situación o condición, así como Yo te lo enseñé.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Sé guardián de todos los impulsos que recibes de Dios, cultivando en tu corazón lo que más te aproxima a Su Verdad y a Sus Gracias.
Con el silencio, vence las adversidades; con la oración, mantén tu consciencia elevada; y con la eterna gratitud, abre constantemente tanto las puertas del Universo como las del Infinito.
Sé, hijo, guardián de todo lo que recibes en nombre de la humanidad. Que cada impulso llegue a tu consciencia como algo que la empuja hacia el camino de la ascensión, para que cada día estés más dentro del Tiempo de Dios y fuera del tiempo de los hombres.
Cultiva en tu corazón el bien y el amor al Propósito Divino, y deja las cosas del mundo, que ya no son para ti, para los que aún están perdidos.
Los impulsos que recibes llegan, en este tiempo, para que tu corazón sea una puerta hacia la vida superior. Por eso, mantén tu consciencia allí, unida a los mundos sutiles, unida a la Verdad de Dios, unida a los misterios celestiales que se revelan detrás de los velos que se continúan rasgando en estos tiempos.
Cultiva la fe y la esperanza, a pesar de todo lo que suceda en el mundo. Y, aunque la vida a tu alrededor parezca estar tan distante de lo que es real, no sufras, sino camina solo hacia lo Alto.
No dejes que tu mente se confunda con las ilusiones del mundo, que parecen tan reales. Hay una Vida mayor, hay un Propósito superior, hay una realidad aproximándose a la Tierra, y en eso debe estar tu corazón.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
La historia que nunca fue leyenda
En las lejanas y coloradas tierras del norte de Arizona se expresó, una vez, una sagrada civilización que provenía de la unión y de la mezcla de americanos originarios y de asiáticos de remotos lugares, de islas diversas de Asia y de Oceanía.
Esa unión de familia, de raza y de cultura, los trajo con el tiempo hasta el norte de Arizona, región que hace miles de años se comportaba como un terreno fértil para el desarrollo de poblaciones provechosas de la siembra y del cultivo.
Lo que siempre se ofrecía para ese sagrado pueblo era el mismo río Colorado, el que bañaba con sus márgenes a toda la vegetación presente en aquellos tiempos.
La causa de la desaparición de ese pueblo no fue una destrucción ni un acontecimiento extraordinario. El tiempo mostró para ese pueblo, que había alcanzado un grado altísimo de contacto con el universo, por lo que ya no le fue necesario vivir de lo material como siempre lo hacía.
Ese sagrado pueblo del norte de Arizona también vivió su camino de transición como lo vivieron todas las civilizaciones y culturas que pasaron por este planeta.
La antigüedad de este pueblo era anterior a la perdida civilización de la Atlántida.
Ese sagrado pueblo originario, de raíces indígenas, desde el momento de su unión con sus antepasados del lejano oriente nunca más vivió un encuentro con ninguna otra raza.
Su experiencia se basó en el aprendizaje sobre el sostén de la vida grupal. Era esa unión de consciencias lo que fue haciendo del pueblo el ejemplo de una fraternidad y de una solidaridad recíproca.
El escenario del Gran Cañón del Colorado fue el espacio que favoreció el desarrollo del aspecto intuitivo de esa civilización sagrada que, al permanecer naturalmente apartada del mundo y amparada por condiciones extraordinarias de la naturaleza, creó un ambiente propicio para el proceso del contacto.
Esa civilización, originaria de esa región del planeta, fue pasando por diferentes estados, y el conocimiento que recibía sobre la ciencia de la Creación y sobre el Universo, a través del contacto, hicieron que dicho pueblo accediera a principios que abarcaron otros planos superiores de consciencia que eran colmados de conocimiento e instrucción para cada uno de ellos.
Lo más destacado de ese pueblo era que, desde el niño más pequeño hasta el anciano más grande, vivieron un grado de contacto que los hacía estar dentro de una frecuencia de amor muy alta.
Todo ese proceso del pueblo del río Colorado, de pasar de lo material hacia lo espiritual, los llevó un día a ingresar en una escuela de aprendizaje diferente que se reveló espontáneamente sin forzar nada.
Es decir que ese pueblo accedió a la realidad cósmica y universal, y su desaparición de la superficie del planeta se debió a su ingreso total en otros planos de consciencia, en los que ya no era necesario servirse de lo que es material.
Como la presencia de ese pueblo no tiene registros históricos en la humanidad y solo ha sido considerada una leyenda, ese propio pueblo, desde los planos superiores fue el que guió e impulsó a otros pueblos originarios para que hicieran sus experiencias y aprendizajes dentro de la misma región en la que ellos estuvieron.
Por esa misma razón, otros pueblos originarios de otras partes de Norteamérica migraron hacia la región del norte de Arizona, en busca de esa misma fuente de contacto que se reveló para ese primer pueblo sagrado.
Fue así que la civilización indígena, que como pueblo partió hacia otras esferas de consciencia, apeló para poder entregar los mismos impulsos que sus sucesores precisaban a fin de dar continuidad a la evolución de la consciencia.
Cuando el sagrado pueblo del norte de Arizona ya estaba dentro de otra dimensión de consciencia fue cuando todo su pueblo se preparó para dar un nuevo paso y así ellos asumieron colaborar ampliamente en el sostén espiritual del planeta. Así, comenzaron dentro de la Ley de la Jerarquía, a cuidar del alma-grupo de cada uno de los Reinos de la Naturaleza, para que cada alma-grupo también pudiera evolucionar.
Lo mismo hicieron al cuidar y amparar a los núcleos internos de otras almas que, habiendo sido indígenas, no habían accedido a la totalidad de su transfiguración, como lo había vivido el sagrado pueblo.
En los planos internos, la región del Gran Cañón del Colorado se volvió una escuela importantísima de servicio y de amor interno por todo aquello que, esencialmente, es verdadero y nace de la existencia de cada ser.
A pesar del cambio geológico del Gran Cañón del Colorado, con el pasar del tiempo, eso no fue un impedimento para que esa escuela interna pudiera expresarse y realizarse. Fue en ese nivel de consciencia que alcanzó el sagrado pueblo del Gran Cañón del Colorado que el Padre Eterno encontró una puerta segura para dar continuidad al proyecto de la humanidad de superficie.
Ese legado y experiencia, que continuó sucediendo de forma paralela a la encarnación del Hijo de Dios, fueron factores de acontecimientos que colaboraron ampliamente en la Obra Redentora de Cristo, aun después de Su Ascensión a los Cielos.
Con esto les quiero hacer comprender que, desde los tiempos más remotos de la Tierra, ya existían la fraternidad y el amor, los que fueron evolucionando y que hicieron posible salvaguardar la esencia primordial de la experiencia humana, bajo un potencial de experiencia grupal de servicio y de solidaridad mutua.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más