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Mis queridos hijos:
Como su Madre que los ama y los ampara, Soy Quien los guía hasta Jesús para que, en Jesús que es Amor, Verdad y Sabiduría, ustedes vivan en este tiempo la transformación para que la humanidad en toda su condición sea transformada.
Por eso, estoy aquí como la Madre de los apóstoles de Mi Hijo para que se animen a cruzar la senda de la purificación interior, así como su Divina Madre, San José y el pequeño Niño lo vivieron, a fin de que los valores de la vida espiritual estuvieran presentes en la humanidad.
Sin purificación el alma no se libera, recuerden que la purificación no es dolor, sino liberación. La purificación no es un castigo ni una pena, es una Ley que los ayuda en el desprendimiento de la vida superficial e insensible.
Queridos hijos, el planeta atraviesa este momento culminante, previo al Retorno de Cristo. Por eso, estoy aquí como Madre Intercesora para que Mis hijos entiendan que se debe abrir la puerta definitiva de la redención.
En este día y en este mes de agosto, la Sagrada Jerarquía medita y reflexiona sobre sus próximos pasos para poder ayudar a la humanidad; pero para que esto sea una realidad es necesario de servidores confirmados capaces de asumir por sí mismos el Propósito que está diseñado por el propio Dios desde el principio.
Recuerden el lápiz en la Mano de Dios, que sus almas permitan que Dios continúe escribiendo.
Yo estoy aquí como siempre, Soy su Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los que dicen sí
Palabras de la Virgen María durante la consagración de Hijas de María:
Hoy, Mis Palabras se dirigen a lo que verdaderamente son y por qué han venido a la Tierra a servir a Dios.
En ese espacio puro e inmaculado, que habita en sus esencias, es en donde Mi Hijo y Nuestro Padre Dios colocan Sus designios, impulsos que se manifiestan como pequeñas semillas que, a través de sus esfuerzos, entregas y disposición, pueden germinar hasta que algún día se conviertan en algo muy importante para Dios; en eso tan importante que Él tanto busca en cada una de las almas, que los Hijos de Dios, Sus Criaturas, sean Sus instrumentos en la Tierra, vacíos, despojados e incondicionales. Algo que sé plenamente que al ser humano le cuesta, pero con la fuerza de la fe, hijos, todo es posible.
Recuerden lo que dijo Mi Hijo en el Evangelio: “Si tu fe fuera tan grande y fuerte, podrías decirle a la montaña que se mueva de lugar y ella se moverá”. Esto es parte de la realidad de la Ley y de la experiencia de la Ley de la vida.
Por eso, hoy las consagro, aunque ya son Mis hijas, Mis hijas llamadas a ser espejos en la Tierra que reflejen Mi Maternidad y Amor para con las almas y los Reinos de la Naturaleza.
Reciban Mi bendición espiritual como comienzo de una nueva etapa, como la apertura de una nueva senda que, a través de su convicción y fe, descubrirán por ustedes mismas; porque es importante saber y recordar que Dios tiene un destino para cada ser, con la valentía para vivir lo desconocido y el coraje para enfrentar estos tiempos y desafíos.
La Mano de Dios guía a quien la busca. Su Mano Sagrada posa sobre las cabezas de quienes aceptan Su bendición. Él no está lejos de nada, Él está en todo, está en su mundo interior.
La llave maestra es la humildad, que nunca les permitirá que estén lejos de Dios y de Su Amor. Por eso, las almas se pierden en sus propias convicciones, en sus propias ambiciones, porque el poder que no es de Dios ciega a las almas hasta que se pierden.
Yo vengo así y en este día, a través de ustedes, a reconstruir la fe y la convicción que muchas almas sintieron al ser llamadas al camino de la Obra de la Jerarquía.
Nada nos pertenece, estamos aquí de pasaje. Solo debemos servir y orar, y el Padre que está en los Cielos hará el resto sin que a veces lo perciban, porque Su Amor es inconmensurable, Su Sabiduría es infinita y Su Poder es regido por la pobreza, el despojamiento y el vacío.
He aquí el Dios de la Vida que hace nuevas todas las cosas a través de Su Hijo, Nuestro Señor Jesús.
Quien confía su vida a Dios no debería temer perderla, porque no hay nada que perder en este mundo. Él habita en todas las formas. Él se hace presente en todas las geometrías. Su Presencia solemne está en el silencio, pero no en un silencio personal, sino en un silencio despojado, capaz de darse a sí mismo incansablemente, como el Padre Celestial lo hizo desde el principio de la Creación. Él solo quiere que lo vivan, que lo sientan y que lo reconozcan en ustedes mismos; así como Jesús, Mi Hijo, quiere ser reconocido en ustedes a través de la Eucaristía.
Que este comienzo, este nuevo comienzo haga crecer a los servidores no solo de espíritu, sino también en donación, en incansable ofrecimiento para que el mal que es muy grande en este mundo sea extirpado.
Reciban Mi Luz y Amor Maternal a través de esta bendición y consagración, en nombre de la humanidad, como Hijas de María.
Guarden Mis Palabras en el corazón, porque es allí en donde todo siempre se comprenderá, así como siempre lo hizo su Madre, que guardó las Palabras de Dios y Sus misterios en el Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
El mes de agosto representa el ciclo en el que deberán cerrarse las puertas del pasado para que se abran así las puertas del nuevo ciclo.
Este movimiento, profundamente interno y espiritual, significará que cada uno podrá estar ante la Gracia del verdadero arrepentimiento por todas las acciones causadas y que hayan salido de la Ley. Por eso, Mi Hijo vendrá una vez más, en Gloria, Alma y Divinidad, para indicarles el camino que es tiempo de recorrer.
Les digo esto, Mis hijos, para que cada uno esté atento y, ante el Amor del Padre Celestial, haga su propio examen de consciencia; porque Mi Hijo espera que Su Obra y Su Legado vivan en los corazones y que, a través de los corazones, Él pueda comenzar a preparar Su Retorno.
Queridos hijos, agosto es el momento del recogimiento de Nuestros Sagrados Corazones. La hora llegó y cada uno ya debe comenzar a caminar con sus propios pies hacia el Propósito que fue pensando para cada alma y para cada ser. Ahora es el momento de dar honra y honor, gratitud y reverencia a lo que Cristo depositó en cada uno de ustedes.
En este mes de agosto, en el que la Divina Jerarquía estará reunida una vez más para atender a la grave situación del planeta, Nuestros Corazones Celestiales les piden solemnidad, verdad, adhesión, amor y respeto, para que la humanidad también recupere los valores que perdió.
Yo estaré rezando como su Madre Mediadora para que muchos más puedan recuperar estos atributos y valores de vida en esta etapa de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy, vengo de los jardines internos de Lys a llamar a las almas a recorrer el camino de la cura interior y del reencuentro con la paz, paz que ha desaparecido de varios lugares del planeta.
Como Madre de Lys, les ofrezco espiritualmente este espacio, en donde habita la cálida y maternal presencia femenina que gesta en los corazones el principio de una Nueva Humanidad.
Hoy, desde los jardines internos de Lys, Mi Voz de Madre e Intercesora resuena para que Mis hijos escuchen en su interior las últimas Palabras de la Madre Divina en este ciclo que, a partir del mes de mayo, comenzó a cerrarse.
Sí, hijos Míos, escucharon bien, lo que fue anunciado por la Divinidad hace bastante tiempo, hoy comienza a concretarse porque es Voluntad de Dios. La Obra de los Sagrados Corazones llegará a su fin y, en ese momento que se aproxima, será la oportunidad de que cada hijo Mío haga su reflexión y se sirva definitivamente de todos los impulsos recibidos.
Mi Amado Hijo Jesús prontamente les dictará cómo todo continuará. Mientras tanto, ya vayan preparándose, porque cuando finalicemos este ciclo de más de quince años ininterrumpidos de impulsos internos y de Gracias, cada corazón deberá colocarse en la fila de los Comandos de Cristo, en la fila que le corresponde para preparar Su próximo y esperado Retorno.
Por eso, queridos hijos, será necesario que le den más importancia y atención a la vida interna, porque será desde ella y a través de ella que tendrán las herramientas para aprender a sobrellevar el final de los tiempos.
Yo estaré desde el Cielo acompañándolos y viendo cómo cada una de Nuestras Sagradas Palabras se cumplirá.
Agosto anuncia la conclusión final de una etapa. Recemos para que todos consigan caminar hacia la meta con sus propios pies.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora del Reino de Lys
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo con el anuncio de una noche iluminada por las estrellas, pero también por el Sol. Vengo como la Aurora Universal a cumplir lo que les prometí a Mis hijos de la Tierra: despertar a las Criaturas de Dios en el tiempo final.
Todas las señales posibles están siendo entregadas. La Jerarquía Espiritual trabaja en esto; por eso, significa un movimiento planetario, pero también cósmico.
Los propios elementos del universo, la fuerza y la unión de los planetas y de las estrellas, preanuncian el tiempo de la llegada de Mi Hijo. Así como les fue dicho a todos, señales habrá en el Cielo, señales habrá en la luna, señales habrá en el Sol, señales habrá en su interior.
Y es tiempo de que esto se cumpla, queridos hijos, porque el Padre Celestial lo permitió ante el sensible y grave momento planetario. El Padre Celestial quiere salvar a Su predilecto Proyecto: la humanidad.
Por eso, las sabias y donadas Jerarquías trabajan incansablemente para cumplir con este fin y este propósito. Por eso, hoy Yo Me presento ante el mundo como la Aurora Universal, como la Sagrada Energía Femenina que lleva a Sus hijos hacia Dios, guardándolos a todos en Su Inmaculado Corazón para que las almas dejen de sufrir y de padecer.
Hijos amados, a pesar de las señales del universo, en el final de estos tiempos que preanuncian la llegada y Retorno de Cristo, sé que aún para muchos hijos Míos es difícil comprender y aceptar que aún vivan experiencias dolorosas y hasta inexplicables, que las almas vivan esas experiencias, siendo muchas de ellas orantes y servidoras.
¿Será que esto representa un castigo de Dios para ustedes?
En Garabandal, Yo les anuncié algo semejante; pero nunca les dije que Dios los castigaría, porque Dios no es un juez, sino un Padre de eterna e infinita Misericordia.
Yo les anuncié en Garabandal que el tiempo estaba terminando para la humanidad, así como les anuncié en Fátima, Portugal, que la humanidad de la superficie de la Tierra se había desviado del amor y de la paz.
Por eso, hijos Míos, dentro de todos los grupos de almas, en el final de estos tiempos, de forma desconocida y diría inexplicable, hay almas que se han ofrecido a padecer por muchas almas más. Y esto no significa un castigo, sino un silencioso y anónimo servicio; así como lo hizo Mi Amado Hijo por ustedes hasta morir en la Cruz.
Esto es algo inexplicable para las almas de este tiempo. Por eso, para algunas almas se podría volver algo doloroso. Pero entiendan, queridos hijos, que Mi Amadísimo Hijo cuenta con muy pocos y verdaderos apóstoles.
Esta es una realidad y no quiero incomodarlos, Mis hijos. Así, como Cristo llevó adelante Su importante tarea en la Tierra con tan pocos apóstoles, en este tiempo, de forma semejante, Mi Hijo lleva adelante Su tarea con pocos apóstoles.
Pero esto no significa que no pueda haber más apóstoles en el mundo; significa, hijos Míos, que los apóstoles deben estar decididos y entregados a Cristo, para que Él pueda llevar adelante Su tarea espiritual y sobre todo Su misión de retorno a la Tierra, a través de corazones depositarios de Su Amor redentor y consolador.
Hoy, Mis amados hijos, ustedes dedicaron sus oraciones por la paz en las naciones. Una y otra vez les diré, y no Me cansaré de decirles, que la oración por las naciones del mundo y por sus ángeles, por el ángel de cada nación de este mundo, en este tiempo es fundamental y diría esencial de que muchos corazones y muchas almas, como las de ustedes, se unan a este propósito.
Porque desde el primer día que Yo les pedí la fundación de la Oración por la Paz en las Naciones y que aprendieran a orar en diferentes idiomas la amorosa declaración del Arcángel Gabriel a Mi Inmaculado Corazón, la causa principal de esa tarea espiritual e interna ha sido aplacar la ira de los elementos de la naturaleza, el descontrol del planeta, el equilibrio del eje de la Tierra y principalmente el fin de las guerras; para que se establezca el tiempo de la paz, del amor y de la unidad entre las criaturas de un mismo proyecto y de un mismo fin.
Por eso, recuerden esta causa de la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, porque no solo ustedes o sus familias estarán protegidos al rezar el Santo Rosario por esta causa de la Santísima Madre, sino también ayudarán con sus plegarias y súplicas a que el mundo ya no se agite, a que las guerras ya no se agraven, a que los conflictos ya no se realicen, a que la paz se establezca, a que la fe no desaparezca, a que el amor no se disuelva, a que la unidad permita el descenso de la Gracia en las almas y en los corazones y, sobre todo, para que el alma y la consciencia de este planeta se mantengan en su equilibrio.
Ahora, comprenden, Mis queridos hijos, ¿en cuántas causas trabaja la Madre de Dios?
Es por eso que Yo vuelvo aquí, una y otra vez, al encuentro de Mis amados y queridos hijos que ya dejaron la escuela de los niños pequeños para ingresar en la escuela de la adultez y de la madurez espiritual, lugar y espacio en donde todas las Jerarquías los necesitan tener en este tiempo, en este ciclo definitivo.
Por eso, Yo los animo y los impulso, Mis hijos, como les pedí en el último Mensaje, a que se decidan a crecer interiormente, para que los pilares de la Obra de la Jerarquía en el planeta no solo se fortalezcan en los corazones y en las almas que sirven a Dios, sino también que estos pilares sean una realidad en esta herida y ultrajada superficie con el fin de que todo, absolutamente todo, se pueda curar y regenerar.
Ahora, ¿entienden por qué hoy vengo como la Aurora Universal?
A través de las señales de la noche, a través de las señales del día, a través de las señales en cada corazón; vengo a recordarles, hijos Míos, que la humanidad necesita urgentemente de cura y de paz, y esta cura y esta paz se completarán en el Retorno de Cristo a la Tierra.
Hoy, les abro a todos el Templo de Mi Corazón Espejo, así como este lago se abre espiritualmente como un espejo en donación para captar los impulsos de la Madre Celeste e irradiarlos al mundo entero.
Y quiero, a través de este simple pero bello lugar, hijos Míos, que sus almas se vean reflejadas en este espejo para que puedan reencontrar en ustedes mismos sus orígenes y puedan comenzar de cero a partir de allí, reviviendo los Valores y los Principios de Dios que tanto necesita el mundo para vivir la cura y la redención.
Que la Luz Espiritual, que desciende para el mundo a través de Monte Shasta, alivie a las almas sufridas que viven las catástrofes climáticas, vuelva a erguir a los corazones que perdieron la fe por el sufrimiento y unifique a las esencias con Nuestro Padre-Madre Creador.
¡Cuán simple pero profunda es la belleza de la Creación de Dios! Él nos dio todo, absolutamente todo, para que fuéramos felices desde el principio de este Proyecto.
Para que alcancen esa felicidad espiritual y esa alegría celestial, amados hijos, sean obedientes por los que no son obedientes. Así el mundo, bajo el amparo de la Ley del Amor, encontrará la paz.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Que todos puedan estar en Mi Materno e Inmaculado Corazón.
Les entrego la bendición de Mi Hijo y del Todopoderoso, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que contempla las cruces pesadas de todos Sus hijos.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que camina silenciosa e imperceptible al lado de cada corazón que suplica.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que sostiene en Su regazo y entre Sus Brazos a cuantos derraman lágrimas de dolor y de esfuerzo.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que acompaña y guía a los corazones buscadores de la verdad y de la justicia.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que en esta semana se prepara, al igual que Su Amado Hijo, para contemplar la Dolorosa y Victoriosa Pasión de Jesús.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que anima a todos Sus queridos hijos a servirse de los méritos de Cristo y a comulgar de los principios y de los valores de la vida evolutiva y crística.
He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que espera pacientemente el despertar de los Nuevos Cristos, que no temerán ni retrocederán, sino que con valentía caminarán adelante, preparando a la Tierra para el Retorno del Señor, el Maestro del Amor, Cristo Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de la Santa Cruz
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Ya estás en la última etapa del desierto, estás ante el comienzo de la próxima Sagrada Semana.
¿Cuál será la reflexión interior que Me ofrecerás, después de los cuarenta días del tiempo cuaresmal?
¿Qué será lo que cambió dentro de tu consciencia? ¿Serás el mismo ser?
No pierdas de vista los últimos días de tu desierto espiritual. El tiempo está terminando y es hora de ofrecerse al Padre Eterno para que se cumpla el tiempo esperado del Retorno de Cristo.
Que tus pies estén firmes y seguros en un único camino: el Camino de Cristo.
Soporta la cruz, no con pena, sino con amor al sacrificio. Yo ya te enseñé cómo hacerlo.
Sé valiente y no te detengas, porque ya se acerca el día de la redención".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Llegará el tiempo del Retorno del Señor, en el que los elegidos, los perseverantes y los verdaderos tendrán parte Conmigo en el Reino de los Cielos.
En esa hora, todo se conocerá. Los que fueron humillados serán exaltados; los que fueron exaltados serán humillados.
En esa hora, ya no existirán las apariencias porque el don y el atributo de la Verdad prevalecerán, y ya nada más quedará oculto.
Por eso, purifiquen el corazón, purifiquen los sentimientos, purifiquen los pensamientos y sobre todo purifiquen las intenciones, para que cuando el Señor retorne los encuentre libres de ustedes mismos y transfigurados por todos los códigos de Amor que recibieron a través de los tiempos.
Sepan que Yo estaré llegando sin avisar. Los quiero Conmigo".
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Después de la venida de Mi Amadísimo Hijo a Argentina, como Madre de todos y Señora de Luján, vengo a bendecirlos por última vez.
Seguiré orando por ustedes, Mis hijos de Argentina; para que, a pesar de este traumático escenario social del país, sus corazones se reconforten con el Amor que Mi Materno Corazón les ofrece en este momento.
Mis amados hijos de Argentina, deseo que todos los impulsos que recibieron en estos últimos días los lleven en sus corazones, como parte del gesto misericordioso y compasivo de Dios por una Argentina que ya debe prepararse para el Retorno de Cristo.
Mientras tanto, Yo los animo, Mis hijos, a realizar obras de caridad y de bien, y a pensar que cada momento de servicio a los que sufren, lo estarán haciendo como un acto verdadero de reparación, a fin de que de la Argentina sea erradicada la violencia y el maltrato entre los miembros de la familia humana y para que retorne a la Argentina la esperanza, la fortaleza y la fe que ya se disolvió en muchos corazones.
Mis hijos, su Madre y Señora de Luján les pide que sean precursores de la esperanza y de la alegría que les da el Evangelio, porque así más corazones necesitados de Argentina tendrán la Gracia de volver a renacer en el amor y en el bien.
Les agradezco a Mis hijos de Argentina por haber acompañado cada uno de los pasos de Nuestros Sagrados Corazones.
¡Adelante, Mis hijos de Argentina!
Les agradece y los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Luján
Mis queridos hijos:
Soy la Señora de los Treinta y Tres, y Mi manto refleja toda la Luz del Sol, que ilumina y bendice a Uruguay.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, y Mi túnica refleja el Espejo de los Cielos, que desciende sobre Uruguay para guiarlo y darle sabiduría.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Madre Confederada, y Mi corona es el símbolo de la gratitud y del cariño de todos los orantes uruguayos.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Patrona de esta nación y de todo el pueblo charrúa. Mi mirada está en la riqueza espiritual de la cultura ancestral indígena. Mi cariño está en los valores de la hermandad, de la solidaridad y de la ayuda que el pueblo uruguayo manifiesta y expresa como un don.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Madre de los trabajadores y de todos los que se sacrifican día y noche para poder salir adelante, confiando en sus sueños, aspirando a alcanzar sus propias metas.
Soy la Señora y Madre de Uruguay, llamada Bendita entre todas las mujeres. Soy la Estrella del Sur de Uruguay, Soy Quien guarda en Su Corazón a los navegantes. Soy Quien cela por Amor a todos los que llevan el pan a la mesa de la familia.
Soy la Señora de los Treinta y Tres; Soy Quien prepara, en silencio, la llegada de Cristo a cada corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, traigo el Sagrado Cetro de la Voluntad de Dios en Mis Manos, para que sea depositado en la consciencia y en el alma de Brasil; a fin de que este país cumpla, a través de todos sus habitantes, el propósito espiritual de su nación en la misión de expresar y de reflejar el surgimiento de la Nueva Tierra.
Por eso, Mis hijos, Dios y Mi Amado Hijo Me envían con el Cetro del Propósito Divino, para que las almas de este país no pierdan la guía y el camino de una realización espiritual y profunda que tiene esta parte del planeta.
De Brasil deberá emerger y reaparecer el Hijo Solar, y con todas sus huestes angélicas que, bajo el amparo de San Miguel Arcángel, derrotarán a las insignias del mal, para que cada hijo brasilero y cada representante de Sudamérica reciba el Rayo de la Liberación, de la Cura y del Perdón.
Por eso, hijos Míos, desde ahora, como su Madre y Patrona de Brasil, Yo vengo en oración a prepararlos, a guiarlos una vez más hacia Mi Hijo; porque Él es su Camino de redención, Él es la Vida para cada uno de ustedes, así como también Cristo es la Verdad y la Luz invencible para quien aspira a seguir Sus Sagrados Pasos.
Estoy aquí, porque Yo Soy de aquí, Soy de este pueblo. Soy la Virgencita Negra, Madre de todos los simples y humildes. Soy el Lucero de este bendito país.
Continúen orando Conmigo, con amor, fe y esperanza, hasta que en el día y en la hora menos pensados, verán al Divino Hijo retornar y sentarse debajo de la Figueira para repartir y compartir el Pan de Vida Eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través de los océanos, Mi Consciencia se espeja en la humanidad y puede reflejar en los seres humanos el gran estado de la Consciencia Crística. Es ese estado espiritual e interior que Yo busco implantar en toda la raza humana a través de los tiempos y por medio de los impulsos que Yo les traigo para este ciclo.
Hoy, Mi Corazón y todo Mi Ser ya están en África, al igual que sus mundos internos y sus oraciones también lo pueden estar para acompañarme en esta osada tarea de redimir el continente africano y de generar, en todos los pueblos de África, el alivio del sufrimiento y la recuperación de la paz.
Por esa razón, hoy estoy aquí, pero en Espíritu y en Omnipresencia también estoy en África, tratando con asuntos muy importantes y espirituales que hasta los días de hoy sus consciencias desconocen.
Una vez más, Yo los invito a amar el misterio a través del Amor que les ofrezco. Así, podrán sentir, en su mundo interior y en su consciencia, los impulsos que Yo les traigo para que aprendan a reconocer Mi Voluntad; la Voluntad que ya está escrita en la Consciencia del Padre Eterno y en todos Sus Ángeles y Arcángeles; esa Voluntad que intenta implantarse desde los orígenes del planeta, desde el comienzo de la humanidad.
Por esa razón, Mi Consciencia Divina trabaja, desde los orígenes de la Tierra, por este Proyecto Humano que fue pensado amorosamente por el Creador.
Pero deben saber algo importante: este es el tiempo de poder corregir a la humanidad, no con Justicia, sino con Misericordia, para que ella reencuentre el camino que perdió hacia su evolución y despertar.
El continente africano guarda tesoros muy importantes, tesoros preciosos y desconocidos hasta los tiempos de hoy.
Es Mi tarea, y también es Mi deber revelarles esos tesoros a través de la riqueza espiritual que guardan muchos corazones de África. Una riqueza espiritual que no solo fue explotada y retirada de forma injusta e impune, sino una riqueza espiritual que también fue sepultada, fue silenciada y fue esclavizada por los países y por las consciencias que rigen infelizmente a esas naciones de África.
En Mi Retorno, Yo vendré con un Gran Proyecto para poder realizar y concretar. Uno de esos Proyectos, que guardo en Mi Corazón, es el resurgimiento de la consciencia espiritual de África, lo que ella representa para el Padre Eterno desde el principio y todo el legado que aún nadie conoce.
Esos tesoros, de los cuales les hablo, no son materiales, sino profundamente espirituales y, hasta diría, suprafísicos.
Esos tesoros permitirán que el planeta, como alma y como consciencia interna, pueda regenerarse y así permitan que surja la Nueva Humanidad; que no es la humanidad de este tiempo, porque esta es una humanidad en transición, en prueba, es una humanidad en sufrimiento y en agonía.
A través de Mi Divina e Insondable Misericordia, vengo a abrir las puertas en aquellos lugares que están cerradas: las puertas de la luz, las puertas de la consciencia, las puertas de la Gracia y de la cura para aquellas consciencias, almas y corazones que verdaderamente lo necesitan, como son Mis hijos predilectos de África.
Por eso, el comienzo de esta misión en Angola, en esta etapa, será muy significativa y no será igual a las experiencias anteriores que fortalecieron el espíritu del servicio misionero.
Ahora, es un tiempo de hacer despuntar y también de hacer concretar lo que el Padre necesita materializar en la superficie, lo que ustedes ya conocen como Sagrados Puntos de Luz, que no solo beneficiarán a África, sino también al mundo entero. Y esto le demostrará a toda la humanidad, una vez más, el sacrificio de las consciencias de África que no pierden la fe y la esperanza en Mi Corazón, que solo tienen a Mi Corazón para poder sobrevivir.
Por eso, Mi Corazón se dona una vez más, así como lo hizo una vez en Ruanda. Ahora, vengo por toda África, por todas las naciones de África, por todos los pueblos y por todas las culturas.
Ha llegado el tiempo de que la humanidad reconozca los errores que cometió con África y los pueda corregir y enmendar, no solo de forma material, sino también de manera espiritual.
Para eso, Yo estoy aquí como el Abogado de Dios, como el Mediador y el Intercesor entre las almas justas y las almas injustas. Yo estoy aquí a través de Mi Divina e Insondable Misericordia y por medio de la Luz de Mi Gracia para hacer resurgir la esperanza en aquellos que la perdieron y que hoy no tienen nada.
Por eso, los pasos que se darán en este ciclo serán importantes, serán pasos que determinaran los próximos tiempos, determinarán los próximos ciclos y, diría, los próximos acontecimientos.
Por eso, deberán estar atentos y vigilantes. Y como Mis apóstoles, servidores y misioneros llamados a vivir el Plan de Dios, deben llevar adelante el Propósito de su Maestro y Señor de sembrar en los corazones y en las almas el Amor Crístico y, a través de ese Amor Crístico, insondable, infinito e inextinguible, permitir que las almas sufridas reencuentren la esperanza, la fe y la alegría de vivir en este mundo, y que al mismo tiempo puedan reencontrar las virtudes y los dones que hoy desconocen.
Por eso, a través de la fundación de Mi Obra en Sudamérica, hoy se crea un puente de luz, de unidad y de hermandad entre Sudamérica y África para que Europa también se pueda unir a este propósito y el continente africano ya no sea usado como desecho, como basurero de las consciencias que más sufren, sino que toda Europa y el hemisferio norte finalmente den el paso para cerrar la deuda espiritual que aún tienen pendiente con toda África.
Yo les dije, desde el año 2017, de la importancia de llegar a África. Sucedieron algunos movimientos, pero no fueron suficientes; se vivieron algunas experiencias, pero no fueron suficientes. Es hora de que cada consciencia europea, de que cada miembro del hemisferio norte coloque su corazón y, sobre todo, su vida incondicionalmente al servicio de los que más lo necesitan. Eso le demostrará a su Maestro y Señor que están comprendiendo Mi Mensaje y que Mi Mensaje no se pierde con el tiempo o no queda solo guardado en la memoria.
Es hora de actuar con prontitud y determinación. Ustedes, soles en la Tierra que ya están despiertos, saben lo que deben hacer y dónde deben estar. No se resistan, que los europeos no se resistan, que abran sus corazones y puedan saldar las deudas que tienen con África.
Alguien debe dar el paso, y son ustedes que lo deben hacer por aquellos que nunca darán los pasos, por aquellos que nunca mirarán con misericordia y ni siquiera con compasión a los hermanos sufridos de África.
Yo los invito a repensar sus actitudes y sus intenciones. Yo los invito a colocarse definitivamente en el camino de la concreción del Plan.
Ahora, los tiempos apremian. Por eso, deben estar atentos para no perder los impulsos, para no perder todo lo que Yo les traigo en este tiempo. África espera, hace mucho tiempo, este momento y no podrá esperar más. Por esa razón, Yo estoy aquí para recordárselos, para hacerles saber que este es el tiempo de la acción.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia prepare este momento inmediato que tanto espero ver concretado a través de ustedes. Un momento de servir sin condiciones, de donarse sin condiciones, de hacer algo sin condiciones por aquellos que sufren, por los hermanos de África.
Ya no puedo escuchar ni tampoco ver a los niños de África que esperan manos y brazos que los acojan, que se aproximen, que los contengan y, sobre todo, que los amen y los sirvan. Ellos esperan amor y no solo pan.
Por eso, es importante que cambien sus conceptos sobre lo que es la vida de la sobrevivencia. Es importante que entiendan que en los corazones de África existen tesoros desconocidos e importantes.
Si ese movimiento de servicio permanente al continente africano sucede en estos tiempos, por la colaboración y la donación de todos, permitirá que la deuda espiritual de Europa y también de otras regiones del planeta sean aliviadas, permitiendo que la consciencia africana sea reparada y reconstruida espiritualmente.
No solo deben tener un gesto de buena voluntad, eso no es suficiente para Mí; deben tener un gesto de concreción, de prontitud y no de resistencia. Tienen Mis tesoros y Mis Gracias sobre ustedes, en sus corazones y almas.
Por eso, les digo a Mis apóstoles: este es el tiempo de actuar y de no permitir que Mi enemigo avance en este mundo y, sobre todo, en aquellos pueblos y naciones condicionados por los sistemas corruptos de este mundo.
No les pido que hagan grandes cosas, les pido que hagan movimientos y acciones con amor. Allí está la llave de la redención.
Después de aquí, después de este Mensaje y a través de sus oraciones a la Divina e Insondable Misericordia de Mi Corazón, retornaré a África para seguir trabajando, así como lo vengo haciendo en estos días, preparando el continente para una nueva etapa. Pero esa nueva etapa se dará y se concretará a través de la colaboración y, diría, del entusiasmo de aquellos que comprenden Mi Mensaje y no solo lo escuchan.
A través de esta Maratón de la Divina e Insondable Misericordia, les puedo decir, compañeros Míos, que el mundo vivirá un Juicio ante lo que hoy vive y padece África. No esperen que los que se dicen poderosos, o aun los que explotan a toda África, puedan cambiar; el cambio, compañeros, comienza en ustedes, en el anónimo servicio a los demás.
Eso concederá al mundo una amnistía espiritual desconocida e inexplicable, y África se podrá levantar y reerguir como el pueblo y la cultura que representa para Dios.
Yo rezaré para que ustedes, Mis compañeros, den los pasos, en especial todos los miembros de esta Obra que pertenecen a Europa. No es suficiente que uno, dos o tres consciencias hagan un movimiento por África, todos son responsables de la deuda espiritual.
Yo los invito a asumir la cruz, así como Yo la asumí por ustedes. Pero les aseguro que no vivirán el peso ni el calvario que Yo viví por ustedes. Siempre estaré allí, a su lado, para sostenerlos, para impulsarlos, para transformarlos, para convertirlos en Mis apóstoles de los últimos tiempos.
Sean valientes y no retrocedan.
No le teman a la cruz ni tampoco al sufrimiento, teman estar lejos de Dios y absorbidos por la ilusión del mundo.
Ustedes tienen los tesoros del Padre, a través de Nuestras Palabras y de Nuestras Apariciones han recibido esos tesoros; ahora hay que colocarlos al servicio de los demás, de los que más los necesitan, de los que más los esperan desde hace tanto tiempo.
Yo estaré allí, esperando sus pasos definitivos.
Ahora sí, retorno a África como Consciencia Espiritual y Divina, esperando que más consciencias asuman un servicio maduro y no pasajero. Recuerden que África tiene una gran herida espiritual y física que aún no fue cicatrizada. La presencia de Mis apóstoles, de Mis servidores y misioneros generará la cura de esa situación inexplicable para todos.
Solo el Amor sanará el dolor.
Los animo a seguir adelante.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Después de las Palabras pronunciadas ayer por Mi Hijo, España, como nación, está ante la puerta de su última oportunidad. Una oportunidad que podría colocar a toda la nación en el definitivo sendero para poder cumplir el prometedor Plan de Dios.
Por eso, los invito a partir de ahora, queridos hijos, a que sean conscientes de esto, para que sus vidas puedan ser el fiel reflejo de una redención concretada.
Estaré orando, como lo vengo haciendo por esta nación desde hace mucho tiempo.
Mi Corazón de Madre tiene un predilecto Amor por esta nación y por todo su pueblo; porque en otros tiempos, España Me recibió, cuando su Madre peregrinó por estas tierras de praderas hermosas, de valles profundos y de aguas cristalinas.
España es también Mi aspiración, al igual que la aspiración de Mi Amado Hijo.
Desde ya, les agradezco que sigan rezando Conmigo por la unidad de España para que, algún día, este querido país celebre el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mis pies vuelven a tocar la bendita tierra de Fátima para disipar la oscuridad que reina en la lejana Europa.
Vengo, una vez más, a estar con ustedes, para que escuchen la voz de la Dolorosa Madre que clama por la paz y por el fin de la guerra.
Traigo, en Mi Corazón, la sagrada llama del Propósito Divino, para que las almas que duermen puedan despertar a la realidad de hacer algo por el que sufre y por el que está desprotegido.
Soy la Luz de la Aurora. Soy Quien puede amanecer en el corazón que se abre para reconocerme como su Madre Celestial.
Queridos hijos, ahora ya comenzará la etapa del gran servicio y del mayor esfuerzo en Europa, África y Medio Oriente, a fin de que la balanza de la desigualdad sea equilibrada y los más pobres entre los pobres reciban la Gracia de la dignidad que merecen.
Por eso, la Divinidad ingresará en los espacios más necesitados; pero también la Divinidad, a través del Espíritu Santo, dialogará con aquellos corazones que deberán despertar a la verdad y a la bondad.
Yo, como Madre de los refugiados y de los abandonados, estaré rezando al lado de cada corazón misionero que se ofrecerá en nombre de Mi Hijo para atraer hacia el mundo la justicia y la dignidad humana.
Por eso, pido la conscientización de todos los que estarán acompañando a distancia las obras de caridad y de diálogo pacífico que sucederán en el hemisferio norte, porque llegó la hora de que cada ser orante se sienta responsable de que el Plan del Retorno de Cristo se cumpla, sí o sí, en esta humanidad.
Recemos, todos los días, colocando estas intenciones en el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras el mundo está dividido entre la guerra y el dolor, Yo vengo con la Luz de los Cielos a bendecirlos a todos para poder elevar a la mayor cantidad de almas ante la Presencia del Padre Celestial, y para que Él, en Su Misericordia y en Su Infinita Gracia, pueda ayudar a todas las almas posibles.
Después de más de cien años de haber estado en Fátima para poder detener la mayor crueldad de todos los tiempos, hoy estoy aquí, en este Centro de Amor, junto a cada uno de Mis hijos, para cumplir la profecía que una vez anuncié en Fátima: que en Sudamérica navegaría la Barca de Dios reuniendo a todas las consciencias que prepararían el Retorno de Cristo. Porque desde Sudamérica debe emerger el impulso de la renovación y de la paz, desde Sudamérica debe volver a restablecerse la unión entre el Cielo y la Tierra, entre la humanidad y Dios.
Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí para volver a decirles que las puertas de los Centros Marianos ya están abiertas y que su Madre Celeste sigue atentamente estos próximos acontecimientos de la humanidad, después de la Llegada de Mi Hijo durante esta Semana Santa, en la que Él restablecerá muchos códigos en la consciencia planetaria. Y, al restablecer esos códigos en todas las almas posibles, Mi Hijo despertará a los Nuevos Cristos, a todos aquellos que ustedes ni se imaginan, que han venido en este tiempo para poder servirlo en este plan de rescate de la humanidad.
Por eso también, Mi Hijo, como lo ha anunciado en el Evangelio en el momento de Su Ascensión a los Cielos, Él viene en este tiempo a cumplir Sus Promesas, pero también viene a pedir los talentos de los corazones, que son imprescindibles y fundamentales para preparar el planeta y la humanidad para Su esperado Retorno.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora, en este momento, está abriendo Su Manto y mostrando Su Corazón Inmaculado. Y, hoy, ese Corazón Inmaculado tiene espinas que sobresalen de Él y hacen derramar la Sangre del Corazón de María.
Y, Nuestra Señora nos enseñó la siguiente oración:
¡Oh, Corazón ensangrentado de María!,
perdona todas las faltas de la humanidad.
Amén.
Repitamos juntos esta oración, con Nuestra Señora.
Esa Sangre del Corazón de María, mientras orábamos, fue desapareciendo. Y las espinas en el Corazón de María representan los gravísimos ultrajes de las guerras y de los conflictos en las naciones y, especialmente, la sangre inocente que ha sido derramada, desde los niños hasta los ancianos, de los refugiados y exiliados, no solo de Europa del Este, sino también del mundo entero. Nuestra Señora dice que también de Yemen, Etiopía, Sudán y Siria.
Nuestra Madre nos dice:
Recen al Corazón de María para que Él no sea traspasado por las graves ofensas de los hombres que hacen las guerras y los conflictos. Recen al Corazón de María para que Ella no derrame Su Sangre, porque es la sangre de los inocentes, de los desprotegidos y desamparados.
Hoy, estoy aquí para entregarles este sacrificio y aliviar el Corazón de la Madre de Dios, para que sea aliviado el corazón de muchas consciencias.
Y ahora que ya están prontos para volver a cruzar el desierto, así como Mi Hijo les ha enseñado, los desiertos de la vida que llegarán en los próximos tiempos, sean valientes y tengan coraje. No bajen los brazos y sigan adelante, porque deben tener presente en este tiempo, que todo lo que viven no es solo por ustedes, sino también por el mundo entero.
Por esa razón, desde hace trece años, estamos cerca de ustedes, trayendo el Mensaje del Cielo y del Universo, trayendo el Llamado de Dios a todas las almas y consciencias, y reconsagrando a la humanidad, una y otra vez, para que lo peor no pueda llegar.
Me alegra encontrarlos aquí, en familia, en una familia que ha aprendido a soportar su propia purificación, esforzándose todos los días en olvidarse de sí mismos para colocar en sus caminos el Plan de Dios, aquel Plan que debe cumplirse y realizarse en cada una de sus vidas. Y esto los hará seguir creciendo en la madurez espiritual, en la responsabilidad de responderle a Mi Hijo en estos tiempos en todo lo que Él necesita realizar en este momento.
Sepan que la puerta del Retorno de Mi Hijo ya está abierta, a través de este humilde y simple momento que comparten Conmigo en esta casa, porque es así como Dios los quiere ver, unidos y próximos unos a otros, así como su Madre estuvo con los apóstoles y hoy está con ustedes, Mis amados hijos.
Que la cercanía sea la tónica de estos tiempos para aliviar los corazones, para liberar las presiones espirituales; que el sentimiento de la compasión brote en sus corazones, para que en sus vidas ya no esté la crítica, sino el espíritu compasivo del amor, que los hará crecer en caridad aceptando a sus semejantes como son, así como Dios los acepta a ustedes como son.
Ahora, con alegría, como en todos los momentos compartidos en los días sábado Conmigo, finalizaremos este encuentro en Presencia de la Madre de Dios con la consagración de la Eucaristía; para que, a través del Inmaculado Corazón de María, no solo sean ofrecidos estos elementos por la redención de la humanidad, sino que la redención y la transformación de sus vidas, a través de Nuestros Sagrados Corazones, sean el testimonio que el Padre necesita para derramar Su Misericordia y no Su Justicia.
Sepan que, en este momento, a las puertas de la Sagrada Semana, muchas almas están siendo asistidas en los planos internos. Y esto es posible porque he llamado a sus Ángeles de la Guarda, que presentes en este mismo momento, sirven junto a la Madre de Dios.
Celebremos en Cristo y por Cristo.
Mis queridos hijos:
Como la brisa del mar y de todos los océanos, llego a este bendito lugar para bendecirlos y entregarles Mi Paz.
En este día, vengo a repetir el último llamado de Mi Hijo: que los corazones despierten en Su Amor Redentor.
Para eso, hijos Míos, ustedes deben buscar, dentro de sí mismos, al Cristo Interior. Es muy urgente y fundamental que esté presente en ustedes para que el planeta se pueda sostener, no solo en su equilibrio espiritual, sino también en su armonía material.
A través de los últimos acontecimientos de la actual pandemia las almas están confundidas, muchas están desorientadas y la mayoría no sabe, en este momento, qué camino seguir.
Díganles a todos que son Mis hijos, que estoy aquí como Sierva y Señora del mundo para que, a través de la Luz de Mi Corazón, muchos más puedan llegar a Dios, puedan retornar al Padre Celestial.
Hijos amados, este es Mi principal Mensaje para todos: dejen que el amor, que confía, renazca en el centro de su ser; para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo puedan tener una predilecta morada en el corazón de Mis hijos.
Por eso, todos los que oran a la Madre de Dios que lo sigan haciendo, porque el Retorno del Señor está cerca y la mayoría de Mis hijos tiene que estar despierta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los acompaña,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que abre los espacios de la consciencia para que en ella descienda la Ciencia Divina.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que en este tiempo indica a todos Sus hijos el sendero de retorno al Corazón de Dios.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que guía y conduce a los corazones orantes hacia el encuentro definitivo con su origen interior.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que muestra en este tiempo las señales del Retorno de Cristo a todos los servidores del Redentor
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que intercede entre la Tierra y el Cielo, por las causas y las situaciones imposibles.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que trae a todos, el bendito afluente de la Gracia Celestial para que sean lavados de sus faltas y renazcan como instrumentos redimidos, colocados en oferta a los Pies del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con gozo y alegría, retorno a Mi sagrada Figueira para que, a partir de junio, mes del Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, los frutos internos del espíritu de cada hijo Mío ya puedan estar al servicio del planeta y de las almas.
Quisiera que, en este próximo encuentro de oración de las 1.000 Ave Marías, sus oraciones y súplicas más sinceras sean dirigidas al Padre Celestial por las intenciones y súplicas de su Madre Celeste.
Deseo, con ardiente devoción, que Mis hijos orantes recen por las siguientes intenciones:
1º Por un verdadero y sincero tratado de paz en Medio Oriente, para que Mis hijos israelitas y palestinos alcancen el diálogo pacífico en pro del bien común, y por los más desprotegidos y desamparados.
2º Por un acuerdo fraterno y real en Colombia, a fin de que los más pobres e inocentes ya no sean los más castigados por las protestas y las paralizaciones.
3º Para que el Brasil conciba un gobierno coherente, acorde a los mandatos divinos, a fin de que los más golpeados por el desorden nacional de la pandemia, tengan la Gracia de reconstruir sus vidas.
4º Por los desplazados e indigentes de Marruecos, a fin de que Europa deje de enfriar su corazón ante la actual y crítica crisis sin precedentes, para que todos los refugiados sean ayudados y dignamente reconstruyan sus vidas.
5º Por la paz y el cese del conflicto dictatorial en Myanmar, a fin de que la religión no sea usada como máscara para ocultar las más traumáticas acciones que perjudican a toda la nación y, sobre todo, empujan al exilio de los más pobres.
6º Por el fin del conflicto en Siria, en Venezuela y en Etiopía, a fin de que la vida de la sociedad humana no sea aprovechada para imponer más miseria y caos en los pueblos y entre los pueblos.
7º Les pido orar por las misiones humanitarias, para que todos los precursores del servicio humanitario estén protegidos, guiados e inspirados por el Espíritu Santo; a fin de que se tomen decisiones benéficas y duraderas para todos los que buscan volver a comenzar, después de una traumática y dolorosa partida de sus tierras de origen.
Si oran por estas intenciones Mías, les estaré agradecida, ya que Mi Corazón es ultrajado por la corrupción mundial, la que tendrá fin en el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si estás desesperado o angustiado, ven hacia Mí y sígueme.
Si no tienes claridad sobre lo que tienes que decidir y estás confundido, ven hacia Mí y sígueme.
Ahora, no importa cómo te encuentres o cómo estés, ven hacia Mí y sígueme.
Conozco lo más profundo de tu ser y sé la Voluntad de Mi Padre para ti. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Tu cruz no es igual a la cruz de tus hermanos. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para ofrecerte Mi Corona de espinas, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para darte todo Mi Ser. ¿Qué esperas? Ven hacia Mí y sígueme.
Si tus pies tropezaron con muchas piedras en estos últimos tiempos, no te preocupes, levántate, ven hacia Mí y sígueme.
Porque lo que está escrito para tu vida no es lo mismo que lo que está escrito para tu prójimo. Si en verdad quieres conocerlo y saberlo, ven hacia Mí y sígueme.
Si decides venir hacia Mí, podrás entrar en Mi Corazón y tener una nueva vida. Sabrás atravesar tus desiertos, tus pruebas y tus incertidumbres; pero ten presente que Mi Amor está por encima de todo. Por eso, ven hacia Mí y sígueme, porque necesito soldados decididos, templados por la humildad y bañados por Mi Gracia para que sirvan al Plan de Mi Padre y lo cumplan.
Mis promesas celestiales se cumplirán en la próxima vida. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Contemplo un mundo herido y lastimado, sumergido en el sufrimiento y en el caos. Ven hacia Mí y sígueme, para que los nuevos Cristos puedan despertar. Mientras eso no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo porque Mi Corazón puede estar en ustedes y ustedes pueden estar en Mi Corazón. Vengan hacia Mí y síganme, que aún hay mucho por hacer y por obrar.
Las llagas más profundas del planeta deben ser curadas y tu vida debe ser el bálsamo para esas heridas. Ven hacia Mí y transfórmate en lo que Yo tanto espero. En el silencio de Mi Corazón, los dejaré prontos para vivir estos tiempos y estos desafíos.
Me ofrezco en comunión eterna por los que sufren y padecen; por los que, día a día, pierden la luz interior y dejan apagar la llama de su fe.
Yo Soy esa Fuerza Superior que les permite cargar la cruz de estos tiempos y no decirle “no” a Mis Voluntades, porque lo que está escrito es muy importante.
Yo les traigo la nueva vida. Por eso, vengan hacia Mí y síganme. Mientras eso no suceda, esperaré para poder dar los próximos pasos en la redención de esta humanidad y de este planeta.
Abran sus sentidos internos y dejen que Mi Luz les traiga la Verdad; porque la purificación es eterna, es un impulso de ascensión y de trascendencia hasta que lo más íntimo de sus espíritus alcance, algún día, la unión con el Padre, así como el Hijo alcanzó la unión con el Padre hasta la Cruz.
¿Realmente era necesario que el propio Dios viviera toda esa agonía, toda esa Pasión y Muerte, a través de Su Hijo en esta humanidad? Es un misterio aún no develado, pero ustedes tienen la Gracia de ya no estar tan lejos de la develación de ese misterio.
La llave maestra de todo esto es la entrega del Amor de Dios por Sus criaturas, por su salvación. Eso es lo que debe mover su universo interior para que vengan hacia Mí y Me sigan; porque Yo necesito, en estos tiempos, fundar los pilares de la Nueva Humanidad y de la Nueva Tierra, a través de la conversión de sus corazones y consciencias.
Mis pilares no son energías, Mis pilares son ustedes.
Así como el barro debe ser transformado en algo bello; sus vidas, como un cristal precioso, deben ser pulidas, de tiempo en tiempo. Cuando sus vidas son pulidas, son transformadas y sienten la fricción positiva de Mi energía crística.
Pero no teman si sus células temen a la transformación o a la incertidumbre de no poder dar los pasos. En verdad, les digo: “Quien venga hacia Mí y Me siga estará en Mi Corazón, y Yo estaré en él hasta el fin de los tiempos; porque el Espíritu de la Sabiduría, el Espíritu Santo, los guiará, así como guio a Mis apóstoles y a muchos más a través de los tiempos”.
Su fuerza interior debe estar en la convicción de cumplir Mi Plan, Mi Plan de rescate y de salvación.
Ustedes ya saben cómo el mundo se encuentra y cómo la célula principal de la familia está destruida, no solo por la pandemia, sino también por la falta de amor.
Hoy Mi Corazón sostiene y contempla a los que han muerto solos, por esta actual enfermedad.
Las súplicas de los buenos y de los consecuentes con Mi oración misericordiosa, cueste lo que cueste, ha permitido esta Gracia de salvación y de alivio.
Por eso, les digo que su visión no solo puede estar en lo material, su visión debe estar más allá de lo espiritual, de lo que es verdaderamente profundo y eterno; donde triunfa el amor por encima del mal y de la adversidad.
Hay muchas almas en el mundo que en este tiempo claman por ayuda. Son muchas almas pecadoras, almas ignorantes y hasta frías porque el corazón se les ha endurecido.
Por eso, Mis pilares, los pilares de Cristo, los apóstoles del fin de los tiempos deben tener claro este momento y esta coyuntura que no es igual a la de otros tiempos.
Yo necesito que comprendan que ser Mi compañero no es solo estar a Mi lado o solo seguirme. Ser Mi compañero es arriesgarse, día a día, a ser más parte de Mí, de Mi Cuerpo Místico, de Mi Gobierno espiritual y divino.
Así como hace más de dos mil años, la humanidad se encuentra en una coyuntura semejante, pero más delicada, más grave. Esta es la hora más importante, en la que la oración del corazón obrará misteriosamente en los mundos internos. Es así que sus seres, sus familias y sus hogares deben ser cuartos y espacios de oración en el actual campo de batalla planetaria.
De esa forma, encenderán la luz en este mar de oscuridad mundial y la oración sincera será una pequeña chispa de luz del Amor de Dios que, en confianza y fe, se depositará donde es más necesario, donde nadie lo puede ver.
Necesito que sus vidas sean el propio testimonio de una oración realizada y concretada para que aspiren, algún día, a ser un propio sacramento vivo, redimido y convertido por Mis Códigos de Luz y de Misericordia. Así, el mundo no sufrirá más, porque con muy pocos se luchará ante estos infiernos del mundo, de persecución, de guerra y de hambre.
La hora de Mi Retorno ya está marcada. Es una hora que se aproxima al transcurrir el tiempo. Cuando Yo retorne, ustedes, ¿dónde estarán? Ustedes, ¿cómo estarán?
Las señales de Mi llegada son internas, porque es allí en donde Yo estoy presente, al igual que aquel que vive con fe la Eucaristía o la Adoración; así, estará pronto para recibirme, a pesar de cómo se encuentre o dónde esté.
Yo quiero, hoy, ungir al mundo con la Señal luminosa de la Cruz para que, ante este actual calvario planetario, ustedes vean iluminada la Cruz de la Redención de su Señor Jesucristo, la Cruz de Emmanuel, que los viene a liberar de las cadenas del mal para siempre.
Que sus corazones no se enfríen. Que su caridad no se desvanezca. Que su fe de estar en Mí se fortalezca, para que algún día los santos de los últimos tiempos, los santos de los últimos días, estén presentes en esta humanidad, y en la víspera de Mi llegada que esta unción espiritual se plasme en la frente de cada uno de Mis Hijos, de Mis compañeros, de Mis orantes, de Mis servidores.
Permitan que todo aquello que ya no debe estar más dentro de ustedes, no lo esté, y Yo tenga espacio para poder vivir en mayor profundidad dentro de cada uno.
No tengan miedo de perder el poder que creen tener o el control que creen vivir. Yo vengo a hacer de sus vidas algo nuevo, para que la raza humana se pueda salvar y así se cumplan los mil años de paz.
Que esta Maratón tenga la tónica y la absoluta confianza de que pueden seguirme y estar en Mí, a fin de que se justifiquen todos los errores y todos los pecados, y las almas fervorosas enmienden los ultrajes vividos por Mi Sagrado Corazón; porque Yo he traído, a este tiempo, a algunos de Mis apóstoles. Ellos no podrían estar en otro lugar, sino aquí, para volver a esperarme como Me esperaron en el Cenáculo durante los días de Mi Resurrección.
El reaparecimiento de Cristo se está cumpliendo.
Dichosos los que creen sin haber visto. Dichosos los que creen y son humildes. Dichosos los que son parte de Mi Palabra y beben de Mi Agua de Vida; porque Yo le entrego, a cada uno de ustedes, una parte del madero de Mi Cruz espiritual para que podamos compartir este momento y ofrecernos como víctimas del Amor de Dios.
Yo los vuelvo a ungir, a perdonar y a sanar bajo la unión poderosa de la Santísima Trinidad y de lo que está más allá de Dios, lo que aún el mundo no conoce y es parte de la Revelación del fin de los tiempos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Este es el tiempo en el que sus vidas deben ser el ejemplo de una transformación concretada. Es el tiempo de ser el mismo Mensaje de Mi Hijo. Es el tiempo de expresar lo que Mi Hijo tanto espera.
Mientras eso no suceda, Él no podrá retornar. Él necesita que los pilares de Sus divinos Dones estén afirmados en su interior.
En simples palabras, queridos hijos, Mi Hijo necesita que ya sean otras personas y que sus almas, y no sus personalidades, puedan gobernar.
Como Madre, rezo por cada uno de ustedes para que, cada día que pasa, consigan salir de ustedes mismos y se coloquen en el lugar que Mi Hijo les indicó desde el comienzo de su caminata de fe.
Mis hijos, es hora de que abracen con amor la dolorosa situación planetaria, que puedan ser fieles trabajadores de la paz y que protejan, de sí mismos y de los demás, la Palabra de la Jerarquía.
De esa forma, Mis queridos hijos, serán apóstoles del fin de los tiempos, reflejarán todo lo que Mi Hijo espera desde el comienzo de sus caminos de transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día de Misericordia, sus oraciones resuenan en Mi Corazón Inmaculado y el Sagrado Corazón de Jesús está atento a la voz de sus súplicas, porque en este crucial momento planetario las almas necesitan de liberación y de perdón.
Que la Divina e Insondable Misericordia del Redentor los ayude, en este momento, a permanecer en la paz, en una paz tan necesaria y urgente para los mundos internos.
Queridos hijos, Yo les traigo en este día la Buena Nueva, la alegría que deben sentir por estar al lado de Mi Hijo, ayudándolo a aliviar la pesada cruz de la humanidad.
Que el propósito de orar para que la Misericordia descienda, continúe sucediendo, porque mientras haya uno o más de uno en súplica, y de corazón, Mi Hijo podrá socorrerlos y les cerrará las puertas del infierno y de la perdición para todas las almas que caminan en dirección a los abismos del planeta.
Que ustedes, como apóstoles de la Misericordia, sean conscientes y agradecidos por participar en los Comandos internos de Cristo, ya que la necesidad de estos tiempos llevará a la humanidad a vivir una definición, antes de que Mi Hijo retorne al mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más