A veces, compañeros, lo más difícil en el ser humano es el despojamiento de sí; no como una dificultad, sino como la imposibilidad, en algunos casos, de entregarse a Mí por entero.

El despojamiento es la consecuencia positiva del desprendimiento de ciertos hábitos y formas de pensar que no son compatibles con la vida del espíritu.

Por eso, en muchos casos de este mundo, el despojamiento de sí es doloroso o a veces costoso, ya que el ser humano tiene sus raíces plantadas en el común cotidiano y hasta en lo mezquino.

El despojamiento interior es un estado que se alcanza por niveles de madurez y consciencia. No es algo que suceda de la noche a la mañana.

Se debe persistir todo el tiempo en esa aspiración de, algún día, transformar los hábitos hereditarios de la consciencia terrestre para pasar a adquirir mejores modos espirituales, códigos sublimes que permiten despertar la lealtad, el respeto y la consideración por los semejantes.

Los nuevos patrones de la humanidad futura nacerán con más consciencia a partir de la transformación de esos aspectos de la vida que llevan a perder los valores sagrados y la disciplina espiritual.

Por eso, el despojamiento de sí tendrá su efecto positivo en cada alma cuando ella trabaje para generar en sí esa importante transformación de la consciencia.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús