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Oración de la Sierva de Dios
Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.
Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.
Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.
Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.
Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.
Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.
No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.
Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.
Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.
Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.
Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.
Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor
Mis queridos hijos:
Hoy, traigo el Sagrado Cetro de la Voluntad de Dios en Mis Manos, para que sea depositado en la consciencia y en el alma de Brasil; a fin de que este país cumpla, a través de todos sus habitantes, el propósito espiritual de su nación en la misión de expresar y de reflejar el surgimiento de la Nueva Tierra.
Por eso, Mis hijos, Dios y Mi Amado Hijo Me envían con el Cetro del Propósito Divino, para que las almas de este país no pierdan la guía y el camino de una realización espiritual y profunda que tiene esta parte del planeta.
De Brasil deberá emerger y reaparecer el Hijo Solar, y con todas sus huestes angélicas que, bajo el amparo de San Miguel Arcángel, derrotarán a las insignias del mal, para que cada hijo brasilero y cada representante de Sudamérica reciba el Rayo de la Liberación, de la Cura y del Perdón.
Por eso, hijos Míos, desde ahora, como su Madre y Patrona de Brasil, Yo vengo en oración a prepararlos, a guiarlos una vez más hacia Mi Hijo; porque Él es su Camino de redención, Él es la Vida para cada uno de ustedes, así como también Cristo es la Verdad y la Luz invencible para quien aspira a seguir Sus Sagrados Pasos.
Estoy aquí, porque Yo Soy de aquí, Soy de este pueblo. Soy la Virgencita Negra, Madre de todos los simples y humildes. Soy el Lucero de este bendito país.
Continúen orando Conmigo, con amor, fe y esperanza, hasta que en el día y en la hora menos pensados, verán al Divino Hijo retornar y sentarse debajo de la Figueira para repartir y compartir el Pan de Vida Eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En este día, su Madre Celeste viene al mundo para que, a través de la majestad del Gran Cañón del Colorado, la humanidad sienta, por un instante, florecer los Atributos de Dios; a fin de que desde ahora comience a vislumbrarse en el horizonte la llegada de la Nueva Tierra, libre de los errores humanos y del sufrimiento que hace apartar a Mis hijos del Creador.
Por esa razón espiritual, hoy, su Madre Celeste y Madre de Norteamérica está aquí, extendiendo Sus Brazos y ofreciéndoles Sus Manos para que se tomen fuerte, confíen y se animen a seguir este camino infinito hacia lo desconocido. Porque en eso, que es desconocido, encontrarán a Dios y a Nuestros Sagrados Corazones que, una y otra vez, se presentan ante mundo para recordarle que aún no cumplió la Voluntad de Dios.
Para que la Nueva Tierra comience a emerger ante el horizonte de la consciencia humana, Yo les pido, Mis hijos, que esa Nueva Tierra, esa Nueva Humanidad, viva primero en ustedes, protegiendo de ustedes mismos los principios que los unen al Creador y a toda la Hermandad Divina.
Sean portadores del Sagrado Amor de Mi Hijo.
Sean un ejemplo de transformación constante, pero también sean un ejemplo de perseverancia, de esperanza y, sobre todo, de Amor, del Amor de Cristo que les permita aceptar y comprender al otro, de un amor compasivo que ya no permita que el ser humano sea egoísta y autónomo.
Vivan la promesa de esa Nueva Tierra en el día a día y creen la condición correcta para que ese momento de la Nueva Humanidad pueda llegar, conforme lo pensado y sentido por el Padre Eterno.
Mi Corazón de Madre siempre será ese puente para que ustedes se animen a cruzarlo, rumbo al vacío de ustedes mismos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como en el Mensaje del sábado pasado, les dije claramente que no se cumplió Mi llamado maternal en Garabandal ni en La Salette; hoy, su Madre Celeste, como la Señora de Guadalupe y la Reina de la Paz, viene para extender Su Sagrado Manto sobre todos Sus hijos, para que la mayoría de Mis hijos estén protegidos de las adversidades de la guerra, de la persecución entre cristianos y de las catástrofes de la naturaleza.
Yo vengo, como la Madre del Mundo, para hacerles escuchar el grito de la Madre Tierra y de los Reinos Menores. Y como esto no es tomado en consideración, Mi llamado maternal se vuelve a repetir y a reforzar para que no se siga concretando, de forma tan temida, el Tercer Secreto de Fátima.
Hijos Míos, es necesario hacer algo. Como Madre Dolorosa, a los pies de la cruz del calvario del planeta, vengo a pedirles que ya no sean indiferentes ni insensibles.
Vengo, como su Madre Celestial, a abrirles los ojos de la consciencia para que puedan despertar a través del sentimiento verdadero del corazón.
Queridos hijos, hoy, el grito del planeta, de los volcanes, del clima, de toda la miseria y de la guerra de la humanidad, es también Mi grito, es Mi clamor, es Mi Voz de un ¡basta!
Ya no sean parte de un dolor y de un sufrimiento desgastado; sean parte de la Nueva Tierra, del surgimiento de la Nueva Humanidad, libre de tantos errores y penas.
Hoy, Yo estoy aquí con Mi Corazón marcado por las señales de Mis hijos y de un planeta sufrido.
Estoy aquí como la Portadora de la Paz para el mundo, como la Señora de la Esperanza.
Que la Tierra sea bendecida y sea consagrada a Dios, a través del sí de los apóstoles de Cristo.
A pesar de la actual crisis mundial, les vuelvo a decir que, al fin de todo, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Una etapa se cierra después de los impulsos y de las revelaciones vividas en Garabandal.
Ahora, después de haberse abierto esa puerta, su Madre Celeste aspira a que en una próxima etapa se continúe visitando Garabandal, para que el conocimiento que este Santuario guarda en su interior sea revelado a todos.
Por esa razón, la misión realizada hasta los días de hoy permitió que bases espirituales importantes se establecieran en la superficie y que la consciencia angélica se haya podido aproximar a la esfera terrestre para comenzar, desde ahora, a preparar el surgimiento de la Nueva Tierra en el corazón de todos los devotos de la Virgen del Carmen de Garabandal.
Este momento, vivido y compartido con los pobladores de Garabandal, dejó sembrado internamente no solo una semilla de fraternidad para que posteriormente germine y en algún momento, cuando haya crecido lo suficiente, pueda dar frutos que serán de ayuda y de beneficio espiritual no solo para los pobladores de Garabandal, sino también serán de beneficio para todos los que acogen Mi Mensaje Maternal, Mi llamado en Garabandal.
Los invito a seguir rezando por todo aquello que aún deberá despertar para que, algún día a través de la ayuda angélica, Garabandal esté en el lugar y en el espacio espiritual que verdaderamente representa.
Les agradezco por haberme acompañado estos días en Garabandal, haciendo vivo dentro de ustedes Mis Mensajes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Vigila en oración, para que tu corazón esté pronto para abarcar misterios del Reino Celestial que nunca antes fueron vividos por los hombres.
Vigila en oración, para que tu consciencia sepa reconocer las señales visibles de la Presencia de Dios, y Ella te transforme, por dentro y por fuera.
Vigila en oración, para que, con el corazón vacío, puedas recibir todos los dones divinos que, como último impulso, están siendo entregados a la humanidad. Deja que esos dones se hagan vida, fecundando en tu interior aquello que te llevará a participar de una nueva Tierra, de un nuevo tiempo.
Vigila en oración, para que tantos engaños del enemigo no te confundan y no te hagan perecer antes de alcanzar, en el propio interior, la renovación del Amor de Dios.
Solo ora, hijo, y vigila en oración, porque ha llegado el tiempo de la definición de cada ser, y cada instante debe ser para ti un momento de confirmar tus votos con Dios.
Vigílate a ti mismo en oración, y no permitas que seas tú quien te retire del camino.
Vigila en oración, para saber pedir ayuda en el momento correcto, para saber clamar a Dios por Su Gracia.
Vigila en oración, para percibir cuando el otro necesita de ti, aunque sea en silencio.
Vigila en oración, para comprender que tu vida, por menor que te parezca, puede transformar otras vidas cuando sabes ser instrumento de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En este ciclo, el caos no quiere gobernar a las naciones, el caos desea permanecer en el corazón y en la mente de las personas que simpatizan con el conflicto y el poder; porque a través de las almas que son tomadas por el caos se lleva adelante el plan de Mi adversario y como él sabe que ya le queda poco, intentará despertar y generar la mayor destrucción posible en los pueblos y en las naciones.
Por esa razón, la verdadera batalla está dentro de cada uno, en la dualidad que en este tiempo deberá transcenderse y vencerse para que el alma triunfe.
Este ciclo es un tiempo de muchas confrontaciones espirituales y lo que está en juego es la próxima humanidad.
Si la humanidad actual consiguiera vencer la indiferencia, por la fuerza y el poder del amor, la Nueva Tierra ya estaría naciendo en los corazones.
Pero ahora hay que usar la inteligencia que brinda el Espíritu Santo para poder vencer los embates y los desafíos de estos tiempos. Esa inteligencia la construirán con la oración y con todo lo que alimenten a su mundo interior.
Habrá días de gloria, pero también habrá noches de batallas y, en ese momento, Mi Amor estará allí para ayudarlos cuando Me lo permitan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijos:
A medida que transcurren los días, se aproxima más el momento especial, en el que su Redentor volverá a poner Sus Pies en el suelo sagrado de Sudamérica y entrará a una de las regiones destinadas a la Nueva Tierra, Argentina.
Más allá de la decadencia social, política y humana, Argentina es un país bendecido por la belleza de la Creación de Dios y los más preciosos paisajes, desde Tierra del Fuego hasta las cumbres de Jujuy, sirven de recintos inmaculados e internos para que allí esté siempre presente la Jerarquía.
El Padre Celestial sabe que la mayoría de Sus hijos de Argentina y de toda Sudamérica atraviesan el primer ciclo de la transición de la Tierra. Pero más allá de lo que cometan los dirigentes y responsables en la equidad de las naciones sudamericanas, en la querida Argentina existen almas con un gran corazón que palpita y se mueve ante la llegada del Redentor.
Es como un impulso interior que nunca acaba, es un amor de argentinos que va madurando al pasar el tiempo y las experiencias.
Es Mi deseo ardiente ser recibido una vez más por el amor que palpita en cada corazón de Argentina, para que las puertas del Cielo se mantengan abiertas y todos sean colmados por el Amor del Señor, un Amor que siempre los renovará y los impulsará a seguir adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Aún la Sangre espiritual de Mi amado Hijo será vertida como un potente manantial sobre la humanidad.
Esa preciosa Sangre, que guarda los códigos lumínicos de la dolorosa Pasión de Jesús, será la que terminará de purificar completamente a todos los creyentes seguidores, servidores y consagrados de Cristo.
La Divina Sangre de Jesús será derramada como una potente Luz en el mundo y en ese momento todo se desencadenará, todo se definirá y la promesa de Su Segundo Retorno se cumplirá.
Por eso, la preciosa Sangre espiritual de Mi Hijo podrá ser reconocida y todo Su sacrificio no habrá sido en vano, a pesar de la perversión en la cual se encuentra la actual humanidad.
Cuando la poderosa Sangre de Jesús vuelva a ser derramada por los ángeles a pedido de Cristo, las religiones conocerán la verdadera y única Faz de Cristo.
Llegará el momento en que la sangre de los mártires de los últimos tiempos también será reconocida y ya no se vivirá en ningún lugar de la Tierra ese sacrificio o entrega porque la poderosa Sangre de Jesús, en su estado divino y espiritual, liberará a todos los que se sintieron, alguna vez, presos de sí mismos y de sus condiciones humanas.
La Sangre Divina de Cristo, que será entregada en cientos de cálices, concederá a los perseverantes en Cristo muchos prodigios, revelaciones y milagros. Y una nueva Tierra comenzará después de que todo se haya purificado y redimido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Lo que más amo es poder guiar a Mis ovejas y que Mis ovejas cumplan en obediencia y en amor todo lo que les digo.
Ese es el principal motivo de estar aquí, nuevamente, en la Tierra. No habría ninguna otra razón, porque Mi vida existe porque están Mis ovejas, a las que Yo amo con todo Mi Corazón, a las que contemplo con devoción y reverencia para que ellas siempre se animen a hacer el bien y a vivir por la paz celestial en Mi Nombre.
Pero cuando Mis ovejas no Me escuchan y no confían en lo que les indico, Yo nada puedo hacer, solo observar y esperar.
Ya no quiero en este tiempo, ver sufrir a Mis ovejas por sus propios errores y engaños. Yo les prometo un suelo fértil y fructífero a fin de manifestar la Nueva Tierra.
Pero de verdad les digo, este es el tiempo de la definición de los que estarán o no Conmigo y eso dependerá de la confianza y de la fe que entreguen a su Maestro y Señor.
Ya no habrá tiempo para justificarse ni tampoco para responsabilizar a sus hermanos por causa de sus propios actos. Este es el tiempo de la adultez y de poder ver todo con madurez, sin emociones ni lamentaciones.
Este es el tiempo de dar todo por Mí o de retroceder. Ya no es tiempo de los tibios de corazón. Yo los necesito presentes en el amor que se entrega sin condiciones y sin beneficios propios.
¡Les agradezco por guardar Mi Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Mientras sus oraciones se elevan a los Cielos y tocan el Corazón de Dios, los coros de ángeles y arcángeles proclaman con su alabanza la redención de las almas, del pasado de las naciones, de la historia de los continentes guardada en la consciencia humana.
El amor con el cual pronuncian sus oraciones al Padre construye el camino hacia los Cielos y las puertas del Reino de Dios se abren no solo para recibir a las almas perdidas, sino para verter sobre el mundo la Gracia y la Misericordia que él tanto necesita. La renovación que proviene de la Gracia de Dios toca a la Tierra y la transforma, tornando sagrado el suelo en el cual caminan los seres.
Cada momento de oración es único y debe ser, para los compañeros de Cristo, lo más importante en sus vidas porque es ahí que una nueva Tierra y un nuevo tiempo comienzan a instituirse en este mundo.
Sigan orando con amor, sigan clamando por la paz.
Sus plegarias están siendo escuchadas en el Cielo por el Corazón Piadoso de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mientras en el mundo las naciones buscan formas ciegas de establecer el poder humano y planifican guerras y caos para someter a las almas al sufrimiento y a la desesperanza, tú, hijo, debes colocar tu corazón cada vez más adentro del Corazón de Dios.
En oración, reconoce el Poder de Dios que está más allá de cualquier poder humano.
Recuerda que tu vida debe ser el puente hacia una nueva vida sobre la Tierra y que, en esta vida, tu corazón debe ser el principio del Nuevo Hombre.
Que los vicios y las tentaciones de este tiempo no te estimulen a olvidar el principal motivo de tu existencia. Todo en esta Tierra pasará, solo permanecerá el aprendizaje de amor que hayas vivido en tu corazón.
Tu esfuerzo y tu empeño son los que contarán en el libro de la Justicia Divina como mérito para equilibrar la vida en la Tierra y para que aquellos que no lo merecen reciban una oportunidad.
Asume el lugar que te corresponde en este fin de ciclo. Dios te llama para ser precursor de lo nuevo y no para estar alimentando al viejo hombre, a sus vicios y a sus vanidades.
Encuentra el poder de Dios en la renuncia, en el silencio y en la oración. Encuentra tu libertad en lo que te une al Padre para que, sin importar lo que suceda en este mundo, tu espíritu, tu alma, tu mente y tu corazón sean siempre una fortaleza que ayude a otros a no perder la esperanza y a saber que, en el momento más difícil de la vida sobre la Tierra, el Cielo se abrirá y caminando sobre las nubes el Hijo de Dios descenderá, trayendo Consigo a Su Reino para establecerlo en este mundo.
Confía en que, a pesar de ser todo tan desconocido, partes de profecías muy antiguas que aún aguardan por cumplirse, se cumplirán.
Ora y crece en el amor, así tu corazón estará listo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y adoren a Su Sangre vertida eternamente sobre la Tierra como Fuente de Misericordia para todos los seres.
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y reverencien Su entrega, renovando todos los días su compromiso con Cristo.
Contemplen en el Santo Cáliz, Su eterna oferta de Amor. Contemplen Su Gracia en esa Copa, siempre llena para saciar la sed espiritual de todos los corazones.
Reverencien el Santo Cáliz que guarda en sí la nueva genética, los nuevos patrones de vida para la Tierra y para todos los Universos.
Comulguen con esa Sangre para que ella convierta y transforme sus células, sus átomos, su consciencia y su espíritu en una imitación viva de Cristo.
Reciban de las manos del Señor Su Santo Cáliz y beban de él. Esta es la oferta de la vida eterna, de la vida en Cristo, en donde el Amor se renueva y se multiplica a cada instante.
En este día, el Señor oferta Su Santo Cáliz a todos los seres y vierte Su Sangre sobre toda la vida. Sus impulsos de luz cruzan todas las fronteras y dimensiones y permean a todos los seres.
Que este río de Misericordia los toque y pueda ingresar en sus seres, en sus corazones y los encuentre abiertos para que sean lavados por Cristo.
En reverencia, estén en comunión con los principios de la nueva vida, pues a través de la Sangre de Cristo esta vida es fecundada en la Tierra.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Decreto de Esperanza para el Corazón de la Tierra
Escucha, ¡oh, Corazón de la Tierra!
El ciclo de definición para tu destino ya llegó.
Camina hacia tu nuevo nombre, hacia la expresión de tu nueva vida.
En este calvario que vives, cargando la cruz del fin de los tiempos,
ve tu Corazón tornarse el escenario de una batalla,
trazada desde los orígenes de la vida humana y antes de ella.
Ve que llegó la hora de que esta batalla tenga fin,
y prepara los corazones de tus hijos,
para que sean triunfadores en el Amor y en la Verdad.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
tu nuevo nombre se diseña como fuego en el horizonte,
y nada podrá detener el triunfo de tu destino.
Irradia la fe que nace en el centro de tu ser para cada uno de tus hijos,
para que, a través de ella, sean conocedores de la Verdad y del Bien.
Disuelve, poco a poco, el tiempo que te rodea
como velos que cubren tu rostro,
ocultando la Verdad que existe más allá de ti.
Deja que tus hijos ingresen, poco a poco, en el Tiempo de Dios,
en el Tiempo Real,
y que así reconozcan no solo la gravedad de estos días,
sino también la majestuosidad de tu propósito.
Deja que tus hijos contemplen no solo la ilusión
y la somnolencia que absorben a los seres,
sino que sepan su origen y lo que los hizo llegar hasta aquí
para tornarse seres humanos, esperanzas del Corazón de Dios.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
que agonizas y te entristeces en este parto que parece eterno,
de un Hijo tan esperado toda la Vida.
Aunque sean dolorosas tus contracciones
y tu cuerpo esté cansado,
no pierdas la esperanza de ver nacer de ti
al nuevo hombre, a la nueva vida.
He aquí que, poco a poco, surge la promesa que el Creador hizo para ti,
desde el principio de tu existencia y antes de ella;
promesa que fue renovada a lo largo de la evolución humana,
que triunfó en la Cruz del Salvador y que debe culminar
con la cruz de estos tiempos, la cruz planetaria.
Deja que las promesas de Dios se tornen vida
y ve salir de los libros sagrados las profecías del Armagedón.
Pero, más allá de eso, ve también el cielo abrirse y, entre las nubes,
a los coros de ángeles preparando el Retorno del Dios Vivo a tu seno.
Él vendrá con los Brazos abiertos para recibir
a los hijos que nacieron de ti
y, tomando en Sus Brazos esta nueva vida,
elevará las dimensiones y calmará el dolor.
Traerá al mundo Su Reino y ya no te llamarás Tierra ni Jerusalén.
Resonará desde las Alturas tu nombre, este sonido sagrado
pronunciado por Dios desde el principio.
Y, con esta vibración sobre ti, ya no verás más el dolor y sí la paz.
En ti, tus hijos crecerán y, por mil años, fortalecerán en sí el Amor,
hasta que estén prontos para hacer triunfar el Amor en toda la vida.
Recuerda Mis palabras, ¡oh, Corazón de la Tierra!,
y recuerda a tus hijos que tu historia ya está trazada,
y que, a pesar de todos los desafíos, jamás deben perder la fe.
Dejo sobre ti la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
San José Castísimo
Oración por la Nueva Vida
Que el despertar se dé en los corazones
y en las consciencias
de los que se comprometieron
con la renovación del Amor de Dios.
Que la oración sea el Agua Viva
que mantiene a los corazones limpios,
a las mentes en paz y a los espíritus puros
para responder al Llamado Celestial.
Que el servicio sea la antorcha
llevada para encender a los corazones
que perdieron la esperanza,
y que él los renueve en el amor, en la fe
y en la alegría de estar con vida.
Que el conocimiento sea el motivo
de la constancia de los seres
en el Plan de Dios,
porque la Sabiduría los vivifica y los fortalece,
en bases verdaderas para llegar al Padre.
Que la vida fraterna sea el sustento y la fortaleza
de los que aspiran a participar del Nuevo Mundo,
pues saben que todo solo se construye
amando al prójimo, en unidad.
Que el amor a los Reinos de la Naturaleza sea una señal
de que la redención se cumplió
y de que los Mil Años de Paz
comienzan a manifestarse en la Tierra
que, digna de un nuevo nombre,
retorna al Corazón de Dios.
Que así sea.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que no te consuma el odio, el temor, la inseguridad ni la falta de fe.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que consolides, dentro de ti, lo que te sustentará en el planeta como una semilla de una nueva vida, inmutable en su amor, aun ante la Justicia Divina o del caos atraído y generado por los hombres.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que, siendo real y verdadera tu unión con el Padre, puedas guiar, levantar y sostener a otros que no supieron mantenerse en el camino correcto, cuando se les entrego todo.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios y no tanto en el caos y en la ignorancia del mundo. Necesitas hacer de tu corazón un corazón sabio y puro en el amor, y de tu espíritu un espíritu firme y pleno en la verdad.
Por eso, hijo, ve lo que acontece en el mundo, ora y aprende con los errores y desvíos de la humanidad, pero, sobre todo, fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que, así, estés en paz y atraigas la paz hacia la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A las puertas de un Ciclo de Definición
Hijo Mío:
Eleva tu corazón hacia tu Padre y Creador que desde el Cielo emite Su Silencio al mundo, observando los pasos internos que Sus criaturas se deciden a dar en estos tiempos.
Contempla el Universo infinito de Dios y por un instante deja que tu pensamiento retorne a su Origen, a la Fuente Creadora de donde provienen todas las cosas.
Contempla con tu corazón el Infinito que no solo se hace visible en una noche estrellada, sino también en lo profundo de tu mundo interior, en donde el Cosmos se hace pequeño y la vida se espeja, porque el propio Dios Se espeja dentro de ti.
Deja hoy que tu consciencia dé un paso más en dirección al Infinito, así como en dirección a la verdad que se guarda dentro de tu propio ser.
Este es un ciclo definitivo para la humanidad, así como para toda la vida y ninguna criatura, ni en el Cielo ni en la Tierra, estará libre de su definición espiritual y evolutiva.
Las propias Leyes y corrientes que provienen del Corazón de Dios, antecediendo a Su Justicia, corregirán los caminos e impulsarán a los seres hacia una decisión definitiva, porque ya llegó el momento de que haya una sola barca y que en ella estén todos los autoconvocados.
La definición del espíritu, de la consciencia, del corazón, es espiritual, pero también se manifiesta en la vida física de cada ser, en sus acciones, en sus decisiones, en sus pensamientos.
Cada ser, hijo Mío, se definirá según aquello que construyó en su interior.
Si construiste un camino de esfuerzo y de constante entrega, aunque sea imperfecta, las Leyes y los Rayos que provienen de Dios te auxiliarán a afirmar tus pies y tu corazón en el camino de tu entrega, para no titubear.
Pero si tu corazón sembró incertidumbres y una y otra vez preferiste rendirte a las tentaciones en lugar de vencerlas, entonces, hijo Mío, la Ley y los Rayos de Dios te colocarán definitivamente en el lugar que elegiste estar por tu libre albedrío, expresado en tus acciones, en tu pensamiento y en tu corazón.
Lo más íntimo de tu corazón saldrá a la luz y estarás transparente, no solo delante de Dios, sino también delante de los hombres, porque el ciclo de la definición precede al ciclo de la revelación y después de que las almas se definan todo les será revelado.
Sé que muchos llorarán tarde por su ignorancia y clamarán por Misericordia solo en el Tiempo de la Justicia, porque el orgullo había cegado sus ojos a la Gracia de Dios.
Pero hoy vengo a tu encuentro para enseñarte a elevar tu corazón a lo Alto y a colocar tu consciencia en el Propósito Divino, para que no te asusten ni las definiciones de tus hermanos ni los clamores de los que tarde se arrepentirán.
Mi Corazón no viene al mundo para juzgar a las almas, sino para advertirles, para entregarles todo aquello que ellas necesitan para superar los obstáculos propios de estos tiempos.
Vengo por los autoconvocados y vengo por cada uno de Mis hijos, por todos los que sabrán escucharme.
Mi Voz no se pronuncia para unos pocos.
Mi Voz hace eco en el mundo para todos, porque ella representa la Gracia de Dios que desciende al mundo para todos Sus hijos.
Por eso, hijo Mío, escucha la Voz de tu Madre Celeste en tu corazón y busca a Dios. Elige la definición que coloca tu espíritu en busca de la salvación.
Mira bien en lo profundo de tu interior y sé sincero contigo mismo.
Deja que tu pensamiento y tu corazón alcancen las esferas celestiales y comprendan que un Plan Mayor se diseña a través de tu vida y de la vida en este mundo.
Vence las superficialidades ante las cuales inclinas tu corazón y pídele al Padre, con clamor, la Gracia del despertar definitivo; porque el despertar es gradual y cada paso que da tu corazón revela un nuevo despertar que es necesario, hasta que retornes con todo lo que eres al Corazón de Dios.
No temas estos tiempos, no temas la soledad, no temas por tus compañeros de camino, no temas a la oscuridad del mundo, sino, hijo Mío, sé una luz dentro de esa oscuridad.
Mantén tu corazón en Dios, mantén en ti el amor a Su Propósito y podrás ser, en el futuro, un auxilio para los que hoy ves que se pierden en este mundo.
Son tiempos de definición, son tiempos de entrega y sé que esto ya lo escuchaste en toda tu caminata espiritual; pero ahora, hijo Mío, verás delante de ti el cumplimiento de las Profecías, que no solo hablaban sobre el fin del viejo hombre, sino también y, sobre todo, sobre la revelación de un nuevo hombre, de una nueva vida, de una Nueva Tierra.
Coloca tu corazón en este Propósito, haz de ti una semilla de lo nuevo, un principio de lo nuevo en este ciclo que termina.
Te dejo Mi bendición y Mi paz.
¡Te agradezco, hijo Mío, por escuchar Mi llamado de paz!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis queridos hijos:
Sepan que, a través de la unión fraterna de esta Obra con los organismos internacionales que brindan servicios humanitarios de salud y equidad, la Fraternidade será considerada una de las manos más destacables en el servicio de curar el dolor a través del amor.
Eso se dará, primero, por la formación espiritual adquirida en los últimos treinta años. Segundo, por la integración y la vivencia de la vida comunitaria y de la vida grupal en sus diferentes fases de trabajo. Tercero, por la capacidad interior e intuitiva de comprender de manera espiritual la realidad del planeta y de su humanidad, principios entregados por la Jerarquía Espiritual en estos tiempos.
Estas tres características que a lo largo de los años formaron a la Fraternidade, Federación Humanitaria Internacional, son los patrones futuros que los organismos internacionales necesitarán, en el fin de estos tiempos, para fundar nuevas bases humanitarias y sociales que ayuden al reequilibrio de la humanidad por medio del amor, del servicio y de la igualdad para con los más necesitados.
La misión de la Fraternidade es representar, en la superficie de la Tierra, un modelo cultural, social, ambiental y global que ayude a la humanidad a tener consciencia sobre la importancia de revertir ciertos factores mundiales que llevan a la autodestrucción de la propia raza.
El servicio desinteresado y verdadero será el espíritu de paz de la Fraternidade, y ella no buscará beneficios, sino colaboradores mundiales que apoyen sinceramente las causas y las necesidades de los diferentes grupos humanos que viven la guerra, el hambre, el exilio y el desabrigo por parte de las diferentes naciones en conflicto.
Por medio de la alianza universal con los organismos internacionales, la Fraternidade podrá adquirir un desempeño de los valores sociales y filosóficos entregados por la Jerarquía, buscando enseñar e instaurar el arquetipo de una nueva humanidad.
Será el constante ejercicio de servicio incondicional por parte de cada servidor, lo que construirá una oportunidad para cada pueblo, cultura y sociedad de este planeta, de encontrar un camino de esperanza para revertir el desequilibrio y la desigualdad global entre las diferentes razas y naciones.
De esa forma, los aportes humanitarios y filosóficos de la Fraternidade, sin impartir religión ni credo, ayudarán a que los organismos internacionales consigan erradicar la pobreza espiritual y física en ámbito planetario y así, la Jerarquía Espiritual podrá llevar cura y alivio a millones de almas de la humanidad que están en peligro interno y externo.
Por eso, la consciencia de esta Obra de amor por la redención de la humanidad deberá estar bien abierta para poder acoger un ámbito de trabajo planetario, el que retirará a cada servidor de su habitual aposento y será llamado para ser un brazo operativo en el Plan Interno de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Las Cuatro Llaves
Primera llave: la neutralidad.
Que tu espíritu, mente y corazón se pacifiquen porque los tiempos que vendrán serán increíbles pero desafiantes.
Cultiva en ti la llave de la neutralidad porque mucho necesitarás de ella para que los embates, pruebas y desafíos no te superen, sino que, con espíritu valiente, tú puedas trascender, en silencio y oración, todo lo que vivirás.
La llave de la neutralidad hará de tu mente una fortaleza inquebrantable y construirá en tu corazón un castillo inamovible, porque nada semejante a ti podrá agitarte ni perturbarte.
La neutralidad será la llave maestra entre todas las llaves, porque ella te proporcionará coraje y fuerza interior para ayudarte a ti mismo y a los demás.
Que la neutralidad ingrese en la esencia de tu ser y que neutralice todas las formas a fin de que siempre reine el espíritu pacificador e inalterable ante todo lo que verás de ti y del mundo.
Que esta llave te conduzca hasta la meta y que, al mismo tiempo, te aparte de cualquier indiferencia; porque neutralidad no es indiferencia u omisión, sino aceptación de los cambios, madurez del espíritu y crecimiento interior de la consciencia.
Que la llave de la neutralidad alinee todo tu ser y que este alineamiento se refleje en el sentir, en el pensar y en el actuar; porque así construirás un estado de elevación permanente, capaz de beneficiar a tus hermanos y, sobre todo, al planeta.
Segunda llave: el silencio.
Ama por encima de todas las cosas la llave del silencio y esa sagrada llave del silencio despertará en ti; porque el propio silencio te transformará, y en nada habrá mutismo ni tampoco te hará diferente a los demás.
El silencio espontáneamente te conectará con lo Alto y, en seguida, tu pensamiento se elevará.
La llave del silencio terminará, interiormente, con el barullo humano y contribuirá en la expansión de los sentidos internos, como la capacidad de percibir más allá de las apariencias, la capacidad de prevenir acontecimientos, la capacidad de anteceder a resultados concretos y, sobre todo, te despertará la premeditación.
Si el silencio trabaja en la humanidad, él podrá despertar espíritus silentes que, invisiblemente, aprenderán a equilibrar el desorden de este planeta ocasionado por los ruidos de esta humanidad.
El silencio, como llave, alimenta al espíritu de vibraciones elevadas que provienen del Universo y permite que la consciencia, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, esté en contacto con su mundo interior.
La llave del silencio es capaz de penetrar espacios de la consciencia interna, que regularmente el ser humano no conoce por estar inmerso en todo lo que es superficial.
El silencio es considerado una oración poderosa que adquiere potencia de acción bien amplia.
La llave del silencio es curadora, regeneradora y concibe en la consciencia un estado de profunda receptividad.
El silencio es capaz de neutralizar las guerras, de disolver conflictos y de fortalecer la esencia que debe cumplir con su propósito interior y espiritual.
El silencio despierta el espíritu del guardián y favorece el correcto uso de la palabra; él construye la unidad interna y disuelve la tendencia a la competencia y a todo lo que es mezquino.
El silencio, como llave, permite que el alma capte interiormente los impulsos de su universo superior.
Tercera llave: el amor compasivo.
Si no hay amor en todo, nunca podrá haber compasión. El amor y la compasión, como energías positivas, caminan juntos.
Por eso, el amor en este tiempo lo es todo y siempre hará la diferencia para poder resolver lo imposible y liberar lo que está en tinieblas dentro de la consciencia.
Nacimos para expresar amor; por eso, cuando el amor está ausente del ser humano, él vive el odio, la indiferencia y la amargura.
El amor, como llave, concibe en esencia todas las cosas y es capaz de resolver lo que parecería inalcanzable.
El amor trae comprensión, entendimiento y, sobre todo, despierta la sabiduría.
El amor estimula la necesidad de servicio e impulsa a la consciencia a buscar la Instrucción.
El amor, como llave, reconstruye la vida y genera, en todo un espíritu, el orden y el silencio.
El amor puede borrar cualquier dolor o incomprensión humana, desde el momento en que la consciencia se siente amada.
El amor crea lazos evolutivos entre las almas y despierta a la consciencia al camino del perdón y de la reconciliación.
El amor cicatriza heridas del inconsciente y trae grados de esperanza y de motivación; él une lo que el hombre de superficie separa con el odio, el rencor y el miedo.
El amor, como llave, siempre traerá el espíritu de la renovación y él aportará sana alegría por estar sirviendo al Creador.
Cuarta llave: la humildad.
Un principio que protegerá el surgimiento de una nueva humanidad.
La humildad hará plasmar la Nueva Tierra prometida y retirará del camino los obstáculos que, hasta ahora, han apartado a la humanidad de esa fuente de humildad.
La humildad, como llave, despierta la resignación y aísla a la consciencia de todos los obstáculos que imponen las energías capitales.
La humildad crea un vallado para las almas que quieran liberarse de los errores frecuentes.
La humildad podrá hacer de este mundo un estado de consciencia más positiva.
La humildad guía a la consciencia por el camino de la instrucción para que despierte a los comandos universales.
La humildad construye la nueva humanidad formada por las situaciones y experiencias que irradian amor, consideración y respeto.
El amor, como llave, no solo abre el corazón para trascender las formas, sino que, junto a la humildad, las almas se ven colmadas de nuevos principios.
La humildad es el portal que los llevará a conocer a Dios dentro de cada corazón humano.
Las cuatro llaves intentan corregir la actitud del ser humano y de su humanidad.
Las llaves proporcionan a las almas el arte simple del autoconocimiento y de la redención, para así despertar en el mundo una nueva consciencia.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
He aquí que vendré del Cielo con el Cetro de Dios para abrir las dimensiones, decretando el Poder de la Luz Divina y de Su Voluntad.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios, para abrir las puertas hacia Su Reino y disipar la ilusión de los ojos y de los corazones de Mis hijos, para que reconozcan la Verdad y la sigan.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios, el que simboliza Mi profunda unión con el Creador; simboliza Mi Origen y demuestra a los corazones ignorantes del mundo la verdadera existencia de la Madre Celestial.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios, demostrando que el Verbo Divino es Uno, no solo con el Hijo, sino también con la Madre, con el Vientre Puro del cual surgieron todas las cosas, inclusive el Hijo, que es Uno con el Padre.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios para que todas las almas y todos los espíritus reconozcan la Potestad Divina que Me fue entregada desde el principio; para que reconozcan el nuevo ciclo, cuando Mi Vientre gestará nuevas cosas, así como gestó todo lo que hasta hoy fue creado.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios y muchos Me reconocerán, pero no comprenderán que este es el Poder Divino, hasta que este Poder toque sus ojos y los libere de la ceguera y del mal.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios, para unir lo que estaba separado, para que las mentes se rindan y los corazones se abran a la Verdad Divina.
Vendré del Cielo con el Cetro de Dios, como vengo hoy, y todos los ojos Me verán, porque cuando este día llegue ya no estaré preparando el retorno de Mi Hijo, sino que traeré en Mi Vientre a la Nueva Vida, que Él establecerá después de Su segunda Venida al mundo.
Con esto les digo que, después del Hijo, vendrá la Madre Celestial. Prepararé Sus pasos en Espíritu y en Divinidad, así como preparé Su camino en silencio, cuando Él estuvo sobre la Tierra. Pero después de que Su promesa se cumpla y que las Escrituras del Nuevo Tempo, expresadas en las palabras de los Mensajeros Divinos, también se cumplan, Yo vendré con el Cetro de Dios y reconstruiré el mundo con Mis Hijos.
Les daré a conocer al Niño Nuevo que durante este tiempo estoy gestando en Mi interior, y este Niño nacerá y crecerá en el interior de los que sean perseverantes y que, venciéndose a sí mismos y vaciándose de sí, se rindan completamente ante Dios.
Así como Mi Hijo ascendió una vez, ascenderá nuevamente, y así como Yo ayude a los Apóstoles en aquel tiempo, ayudaré a todos ustedes. Juntos construiremos el nuevo mundo, el nuevo tiempo, y las dimensiones se harán visibles.
En ese momento, las miserias ya no serán lo que predominará en sus vidas. Su transformación ya no será solo una batalla contra las fuerzas capitales de este mundo, que habitan dentro y fuera de ustedes; la transformación será eterna y constante, porque todo en el Universo se transforma; sin embargo, les digo, hijos Míos, que cuando Yo descienda al mundo después de Mi Hijo, les traeré una nueva vida y les daré a conocer un nuevo camino, en el cual se consumará la transición entre el viejo y el nuevo hombre. Y sus pasos consistirán en unirse al Universo, recuperar la filiación con Dios y reintegrarse a Sus Leyes.
Les daré a conocer los principios de la Unidad con toda la Vida y el orgullo que hoy hace que muchos se sientan únicos en toda la Creación Divina desaparecerá, y reconocerán a toda la Vida que habita en el Cosmos desde el principio, y que en humildad aguarda que ustedes puedan crecer y despertar.
He aquí que vendré del Cielo con el Cetro de Dios y estableceré la Paz dentro y fuera de ustedes, en este mundo y más allá de él. Pero hasta que llegue ese momento perseveren, ríndanse, humíllense, perdonen todo, inclusive a sí mismos y busquen el vacío, con constancia y con fe.
Pues ya llegará el día en el que verán en Mis manos al Cetro de Dios y darán gracias por ver cumplirse todo lo que un día les dije.
Yo les agradezco y los bendigo, para que no pierdan la fe ni la divina esperanza de ver cumplirse las Sagradas Escrituras de estos tiempos.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más