MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Una Sagrada Noche de Paz

Bajo la Sagrada Estrella de Belén, queridos hijos, su Madre Celeste y San José aguardan en esta noche por el Nacimiento del Cristo interior en cada ser, en cada alma y en cada espíritu, a fin de que se establezca la comunión espiritual con el Creador.

Mientras tanto, San José recoge paja para preparar el Pesebre, y los moradores de Belén le aproximan paños y jarros con agua preparando todo el escenario del gran y esperado momento.

Los ángeles de la guarda de los Cristos internos oran sin cesar junto a su Madre Celeste, a la espera de que los seres de esta Tierra den a luz todo el amor interior.

Las cabras, ovejas y demás animales del establo ofrecen su quietud y silencio, y dan su calor en la Sagrada Gruta para crear un ambiente acogedor de paz y de amor.

Por otro lado, los pastores de Belén se aproximan a la ciudad en la búsqueda de aquel Cristo interno que está por nacer y anuncia lo nuevo.

Todo el escenario está preparado a la espera de la Buena Nueva: el nacimiento del Cristo interno de cada ser, que en esta noche define la próxima etapa de su existencia.

Así, los Maestros de Oriente, los Reyes que traen la mirra, el oro y el incienso, visten sus atuendos de ceremonia porque, como anunciadores y profetas del Universo, traen en sus corazones un mensaje de reconciliación y de amor para los Cristos que hoy nacerán.

Dentro de la Gruta, la sagrada y elevada presencia de los ángeles atrae, de los más altos Cielos, las dádivas que todos necesitan para dar el paso hacia una entrega mayor.

María Santísima no detiene sus plegarias y oraciones, y le pide al Padre Eterno que la haga tan pequeña y semejante a Él para poder acompañar al Cristo interno que, en poco tiempo, tendrá en brazos.

Es hora de vivir el esperado momento.

Es hora de permitir que en la Gruta de Belén nazca el Cristo interior, el que les suplica a los corazones del mundo atención y consciencia para poder percibir la realidad.

Ante todo el escenario del fin de los tiempos, el Sagrado Cristo interno ha nacido. Él viene a anunciar que es la hora del gran cambio de la consciencia. Él viene a testimoniar que no hay otro camino sino el amor del corazón y la transparencia de la vida.

El Cristo interno viene a decir que es tiempo de hacer la paz y ya no de vivir las guerras internas y externas.

Es tiempo de confraternizar y de ser consciente con la vida, con el destino y con el Propósito.

Es hora de repensar el camino, y decidirse por el Camino del Amor y de la energía crística.

Es hora de abrir las puertas del corazón y de confiar.

Que el Cristo interno que hoy nace ante sus ojos, brille como la luz que él es y se perpetúe por siempre para que, en estos tiempos definitivos, haya discernimiento, sabiduría y paz.

Que en esta Nochebuena de Belén recemos por los Cristos internos que aún no nacerán al estar presos por las ilusiones del ser humano.

Recemos por las esencias que necesitarán de mucha ayuda espiritual.

Celebremos esta Navidad del Señor y junto a Él, para siempre.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA COMUNIDAD MAPUCHE DE VALPARAÍSO, CHILE, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como Madre Tierra y Madre Universo, vengo en este día para unir, por medio del Padre Universal, a las esencias de todos Mis hijos de los pueblos originarios; a fin de que ellos continúen, mediante su sagrado conocimiento, protegiendo y amparando la vida, la tradición y la cultura.

Como Madre Tierra vengo a hablarles en nombre de todos los seres de la naturaleza, para que no solo los pueblos Me escuchen, sino también toda la humanidad que no coloca su mirada en el sufrimiento que viven, día a día, los elementos de esta Creación.

A través de los pueblos originarios, la humanidad podría recuperar su dignidad espiritual si supiera proteger y cuidar todo lo que el universo y la vida le ha entregado.

Quisiera que los Principios sagrados, que fueron gestados en la consciencia de Mis hijos de los pueblos originarios, les hicieran comprender la importancia de un cambio de consciencia, ya que la humanidad actual destruye y disipa de los Reinos de la Naturaleza todo lo que ella necesitará para sobrevivir.

Como Reina de la Naturaleza, como Espíritu Sagrado de la Paz del Universo, vengo para decirles que siempre estaré con ustedes, en el silencio de la Naturaleza, así como en la presencia de cada Reino. Mi Espíritu Sagrado permitirá hacer de cada uno de ustedes una esencia sagrada que resplandezca en estos tiempos ante el Creador.

En este día, les dejo Mi bendición maternal, para que todo pueda ser curado y reparado en ustedes, para que las huellas del sufrimiento se borren de sus caminos, para que cada historia vivida sea reparada y bañada por el amor de los sabios Espíritus del universo.

Les dejo Mi Paz, y los renuevo en la fe y en la Sabiduría de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO, CHILE, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy consagro esta tierra, promesa de Dios y de Su Divino Reino.

Hoy consagro sus corazones, proyecto de Cristo, el Redentor.

Hoy coloco a Mis hijos de Chile en Mis brazos, proyecto de Mi maternal Amor.

Por todo esto, queridos hijos, hoy les presento el Plan del Creador para esta parte del mundo, para esta nación que debe realizar la más infinita aspiración de Dios que proviene de Su Corazón Santísimo, proyecto que se cumplirá con la ayuda de cada uno de ustedes.

Hoy un nuevo horizonte se vislumbra ante sus consciencias. Una puerta hacia el pasado se cierra y otra puerta se abre al Cielo para que reconozcan sus orígenes, su misión personal, su compromiso con Cristo.

Las entrañas más profundas son curadas por Mi Corazón y por la fuerza del Amor de Dios, proveniente de Su Fuente purísima, castísima e inmaculada.

Hoy es esto lo que les traigo, queridos hijos. Desde lo más infinito del universo hasta lo más grandioso de este planeta es bañado por la Luz de Dios, por Su Fuente inmaterial que trae nuevos principios para los corazones de esta nación y para el mundo.

Aquí, hoy en Santiago, su Madre Celeste finaliza una etapa y comienza una nueva, en compañía de sus corazones que han dado el voto de confirmación en esta noche de consagración y de paz.

Contaré con sus manos para llevar a Chile el servicio, la oración, la instrucción y también la cura.

Contaré con sus pies para que, a través de ustedes, queridos hijos, Yo pueda peregrinar por este pueblo cumpliendo con la ardiente aspiración de Mi Hijo de tornar a esta nación una patria beata. 

Por eso, queridos hijos, con este pequeño paso que hoy dan sus corazones, el más precioso Proyecto de Dios desciende sobre sus consciencias como una Gracia y trae para sus vidas, en este momento, la fuerza del Espíritu renovador que todo lo transforma y lo cura, la fuerza de Mi Espíritu Santo, para que sus vidas, unidas a Mi Hijo, comiencen el camino de apostolado que Yo los animo a vivir en el fin de estos tiempos.

Desde esa Fuente Mayor hoy provengo, desde la Fuente Inmaterial purísima y castísima traigo lo desconocido para sus seres, lo que al final de estos tiempos, por medio de su oración y de su caridad, se volverá visible, consciente y disponible para cada uno de ustedes.

Los Misterios de Dios, dejarán de ser misterios. Serán enseñanzas, impulsos de luz, formas de renovar sus corazones, día a día.

Por eso, les digo, queridos hijos, que no están solos en esta noche. Su Madre Celeste, ante el Padre Celestial y ante Su amadísimo Hijo, se ha comprometido a acompañarlos. Así como ustedes se han comprometido Conmigo, en esta noche, a acompañarme en esta nueva caminata de volver a este pueblo, un pueblo de redención, de amor y de luz, para que recupere sus valores sagrados que fueron inspirados en los pueblos originarios, para que recupere la dignidad espiritual de poder sentirse hijo de Dios como nación y como raza.

Por eso, querido hijos, que hoy celebren sus corazones, que hoy sus amarguras desaparezcan, que sus corazones puedan pulsar como pulsa el Mío en esta gran emanación de Amor que Yo les traigo desde la Fuente para tornar sus vidas, vidas dentro de la Divinidad, dentro del Padre, dentro de Su Proyecto de Amor.

Quisiera que sintieran sus espíritus libres para poder caminar en paz, sabiendo que están dando los pasos seguros hacia esta nueva realidad, hacia esta nueva misión que Mi Corazón hoy les trae, que Mis manos hoy les dona con un maternal Amor a cada uno de sus corazones.

Que despunten los soles de sus seres y que esta tierra sea redimida por la estrella de sus corazones, que hoy vuelve a brillar en el Amor de Cristo, Nuestro Señor.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En esta noche, hijos Míos, los invito a renovar su compromiso Conmigo y también a renovar su fe para que, de esta forma, preparen el Retorno de Mi Hijo a este mundo y que Él encuentre, en sus corazones, un refugio y una esperanza.

El mundo está distante de Dios y la humanidad ya no cree en el Retorno de Cristo. Pero Yo vengo en esta noche, hijos, a demostrarle a la humanidad, a través del testimonio de sus vidas y de la renovación de su fe, que su Señor y Rey ya retorna en Espíritu a la cuna de América y colocará Sus Pies, con toda Su Divinidad y esplendor, en el suelo de esta Tierra.

Para eso, quiero que preparen sus corazones con la fe y con la esperanza, con la confianza absoluta en Mi Inmaculado Corazón; porque, a pesar de todas las pruebas que la humanidad vivirá y que Yo ya les anuncié, el Hijo de Dios retornará al mundo y será cuando el tiempo de esta Tierra se una a la eternidad y disuelva el caos y los conflictos de esta Tierra, para dar lugar al Reino de Su Amor, de Su Misericordia y de Su Paz.

Hoy, hijos Míos, vengo a establecer este Reino dentro de ustedes, porque Me abrieron las puertas de sus corazones. Dejen que ese Reino se expanda, los transforme y los convierta todos los días en verdaderos proyectos divinos, en los cuales las promesas de Dios se cumplen y Su perfección se manifiesta.

Así, hijos Míos, la Voluntad Divina se extenderá por este planeta y el Oriente también verá nacer en esta tierra, en el corazón de América, una nueva oportunidad, una nueva vida.

Hijos, verán el caos de este mundo, verán este mundo temblar; pero hoy, vengo para fortalecer su fe y la alegría de sus corazones.

Hoy, Mis ojos de Madre y Peregrina contemplan sus corazones con gran alegría, porque veo soldados redimidos que vencen la batalla del final de los tiempos, con las rodillas en el suelo, con la frente en el suelo, clamando al Padre por Su Misericordia, por Su Perdón y por la redención de este planeta.

Hoy, también vengo especialmente a pedirles por los Reinos de la Naturaleza, para que comprendan, hijos, que este país, como todos los países del mundo, no solo guarda enormes bellezas para que sean contempladas por el corazón del hombre. Tamaña belleza, hijos, sustenta a este mundo con una entrega que la humanidad aún no comprende. 

Si permiten que los Reinos sean ultrajados y poco a poco desaparezcan de este mundo, como esencia y como espíritu, no permitirán que la Tierra se sustente y que cumpla con su misión.

Especialmente en esta nación tan amada, vengo a pedirles que oren por los Reinos y que, en sus grupos de oración, tomen consciencia del sufrimiento silencioso que padecen los Reinos de la Naturaleza por la indiferencia de la humanidad, por el ultraje y por todos los pecados que no solo están en el corazón humano, sino que también se extienden, como consecuencia, a Mis pequeños Reinos de la Naturaleza.

Hoy, hijos, sientan la alegría de Mi Corazón, el infinito Amor que traigo de Mi Reino Celestial y déjense inspirar para ser otros y, con un impulso aún mayor, llevar la buena nueva de la Presencia de Dios en la Tierra con palabras, con oraciones; pero sobre todo con los ejemplos de sus vidas. 

Demuestren al mundo y a esta nación que son otros después de estar en la Presencia de su Madre Divina; porque hoy Yo les traigo la redención de sus espíritus, la Misericordia de Cristo, para que se renueven y expresen, finalmente, este amor superior que habita en sus esencias, este amor único que vengo a despertar con Mi infinito Amor Divino.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Respondiendo a esta convocatoria celestial, vean nacer en sus corazones la Estrella de Mi Confederación Celestial.

Y en esta tarde, en esta noche de Gracias, siéntanse parte de una infinita legión de amor que trabaja por la paz, el bien y el despertar de todos los universos.

Que sus seres más profundos, sus espíritus desconocidos en esta vida material, se vuelvan a erguir y a mirar firmemente hacia el universo para volver a encontrar esta comunión interna con la Gran Hermandad.

Ahora, queridos hijos, que sus corazones fueron trabajados y ya están prontos para poder comenzar con nuevos pasos en esta caminata de luz, en esta caminata apostólica que Yo los invito a vivir, Yo los consagraré con el Agua de Vida, con el agua que proviene de la Fuente que se materializó en esta Tierra por medio del agua como un elemento sagrado para la cura, la redención y la consagración de esta humanidad.

Tráiganme aquí agua para bendecir.

“Deposita, Señor, Tus Manos sobre este elemento que Tú has creado para las criaturas de este mundo, a fin de que sean lavadas, purificadas y redimidas por el Espíritu consolador de Tu Sagrado Corazón.

Deposita aquí, por medio de este elemento, los sagrados dones de Tu Hijo para que, en este importante Sacramento, con la esencia de la vida infinita, todas las almas de Chile reencuentren su pureza original. Amén”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora, vamos a pedir que los Hijos de María se coloquen de pie para recibir esta bendición que está proporcionando Nuestra Divina Madre.
 

Pueden traer aquí más agua, porque también bendeciré a todos, queridos hijos, no solo a los que hoy se consagrarán; porque a través de sus almas, de las almas que hoy están presente, estoy tejiendo Mi Manto Celestial, por medio de sus esencias, en esta nación y en todo su pueblo.

También bendeciré, queridos hijos, estos elementos sagrados que han traído a los pies de Mi altar, como también estas intenciones que han llegado de otras naciones del mundo, las que guardaré con el mayor amor en Mi Corazón maternal, para pedir por cada una de ellas, a fin de que más hijos Míos en el mundo alcancen la cura y la liberación.

Que también estas flores, a los pies de este altar que hacen resurgir el espíritu de este pueblo, sean bendecidas por el Amor de Mi Corazón, a fin de que las almas reencuentren el Amor Superior. Amén.

Hoy bendigo a los hijos que se consagran a Mi Inmaculado Corazón y que provienen de esta tierra, que está cicatrizando sus heridas y que está resurgiendo al verdadero Amor, que Yo los invito a vivir y practicar todos los días, teniendo como base, como impulso y como despertar, a Mi Inmaculado Corazón.

Yo los consagro, en este nuevo apostolado que vivirán junto Conmigo, para que se consagre esta tierra como la patria que Dios espera ver manifestarse en este tiempo final.

Los bendigo con el Amor de Mi Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Y Mis pies seguirán caminando por este pueblo. Yo los convido a que Me acompañen, en los próximos encuentros, para que más almas sean congregadas en el amor. Y ustedes, a partir de ahora, hijos Míos, sean instrumentos de Mi Corazón Inmaculado para que más estrellas se enciendan en esta nación y colmen este firmamento de seres redimidos.

Que así sea.

Siempre los amo, los amo eternamente. Y por este encuentro que ha sido realizado en nombre de la Gracia, Yo les agradezco por responder a Mi llamado.

Canten con sus corazones para que Dios los pueda escuchar y así se establezca Su Reino Celestial por encima de todas las cosas.

Amén.

Canción: “Mirarte a Ti”.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE MENDOZA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy no estoy aquí solo, estoy con toda la Hermandad. Llamo Hermandad a aquellos seres, a aquellas consciencias que, a pesar de no tener necesidad de estar más en este mundo, siguen aquí para servir a la humanidad. Sus ojos no son visibles a los ojos humanos porque ya no pertenecen a este mundo, pero están aquí por un aprendizaje superior de humildad, de entrega y de servicio.

Llamo Hermandad a aquellos hermanos suyos que en los mundos invisibles, lugares sagrados que la humanidad desconoce por su ignorancia y su indiferencia, allí, hijos, ellos sirven incansablemente, donde los Reinos de la Naturaleza los amparan, donde la grandeza de las montañas guarda una grandeza aún superior que se hace pequeña y humilde, por ser desconocida por la humanidad. A pesar de todos los ultrajes cometidos por la humanidad, los Reinos de la Naturaleza persisten también en un servicio incondicional y, junto con sus Hermanos Mayores, auxilian a este mundo y lo sustentan para que este Proyecto no se pierda, para que la esperanza del Corazón de Dios no se desvanezca. 

Sé que muchos se preguntarán de qué estaré hablando.

Vengo a revelarles un misterio, a hablarles a los oídos que quieran oírme, porque de esa forma les traigo un sentido para sus vidas, más allá de su existencia material, más allá de esta lucha constante por la sobrevivencia en el mundo.

Están, hijos, en un lugar sagrado, pero lo sagrado se ocultó del corazón humano porque no quisieron verlo. La semejanza con Dios se ocultó dentro de sus corazones para dar lugar a aquello que hicieron crecer, siglo tras siglo, y que en verdad nada se asemeja a lo que verdaderamente son. Si el hombre es semejante a Dios, ¿jamás se preguntaron dónde está esa semejanza? ¿Será que Dios envió al hombre al mundo para hacer lo que hace; para vivir como vive, entre guerras y conflictos, entre ignorancias, soberbia y vanidad? ¿Será esa, hijos, la semejanza con Dios o existe algo dentro de ustedes que no conocen, que no buscan y que, muchas veces, no creen que exista?

Yo vengo con aquellos que representan la verdad, para que ella se refleje en sus corazones y los coloque ante un nuevo ciclo. En estos tiempos, no solo el caos será visible para el corazón humano, no solo el mal podrá actuar libremente sobre la Tierra; la Luz también resplandecerá, la verdad también emergerá del interior de los seres, del interior de la Tierra, de sus mundos invisibles, de realidades superiores. Y es eso que les traigo en este día porque, aunque no lo parezca, aunque no lo sepan, este lugar al que vine es un lugar sagrado. Estas montañas que los rodean guardan misterios que ustedes desconocen y que hoy Yo les vine a dar a conocer.

Porque deberán encontrar allí su fortaleza. Cuando nada en la superficie de la Tierra tuviera sentido y el Plan de Dios pareciera haber fracasado, como en la Cruz pareció para muchos que el Hijo de Dios había fracasado, será en estas montañas que ustedes encontrarán aliento y, en lo que en ellas vive, encontrarán su fortaleza y amparo.

Cuando este mundo tiemble con un temblor desconocido nunca visto, será en estas montañas donde encontrarán la fortaleza para no caer, para no temer y bajar sus brazos antes de que el Redentor llegue al mundo; porque Él vendrá; sí, Él vendrá.

Pero será cuando la humanidad hubiera dado todo, cuando sus corazones descubran el potencial oculto que existe dentro de ustedes, cuando la inercia dé lugar al servicio, a la transformación y al amor incondicional. Cuando ustedes, hijos, descubran la potencia que existe en el propio interior y la inmadurez espiritual se desvanezca, será allí que el Hijo de Dios retornará.

Antes de eso, todo acontecerá y ustedes no deben temer. Estos momentos con los Mensajeros Divinos los preparan y los fortalecen. Tomen firme cada impulso que les entregamos, colóquenlo en lo profundo del corazón y háganlo florecer, transfórmenlo en semillas para que otros que no están aquí y que no estarán en Nuestra Presencia puedan recibirlos.

Las Gracias que traemos del Cielo son para ser multiplicadas todos los días por cada una de sus manos, por sus corazones, por su verbo y por su pensamiento.

Hoy Dios hace emerger, del interior de estas montañas, sus espejos de paz que no están solo en los lagos, en los océanos, en los ríos; están también en las montañas y en los corazones de los hombres; están en el universo, así como en la Tierra, atrayendo paz y redención para aquellos que quieran recibirlas.

A través de Mis Palabras, que ingresan en sus consciencias, traigo la redención que proviene del Corazón de Dios para el corazón humano.

De esa forma, los coloco delante de un gran servicio por todo el planeta, aunque estén aquí, en este lugar tan pequeño.

¿Cuántas almas están pasando por estas calles y no me ven? ¿Cuántas familias, cuántos corazones necesitados de paz no están sintiendo la paz de los espejos del cosmos, de las montañas sagradas que hoy se abren y se revelan, pero que los ojos no las quieren ver?

Con esto, hijos, quiero que salgan a las calles y que su testimonio sea una luz en el mundo. Que sus ejemplos llamen a las miradas, despierten los corazones a la verdad suprema que hoy les traigo.

El verbo que sale de sus bocas puede ser escuchado por muchos oídos, pero los ejemplos verdaderos de sus acciones inevitablemente transforman a los corazones de este mundo. Por eso, les pido que hablen, que anuncien y que, sobre todo, sean el Mensaje Divino.

Hoy, la cadena de los Andes se enciende en gratitud, porque el Reino Mineral sí puede verme. Y así, se renueva en su servicio incansable por la sustentación y por el rescate de los corazones humanos. Así como los Reinos de la Naturaleza se renuevan, hijos, hoy también ustedes se deben renovar para saber que Yo los llamé hasta aquí, en Nombre de Dios, para que se tornen instrumentos del Divino y no más de sus propias vidas.

Dentro de estas montañas, como de tantas otras, habita un misterio, un mundo tan real como este que ven, que tocan, que sienten. Allí las almas se unen a Dios y sus corazones pueden llegar cuando oran, cuando obran en silencio por la paz de este mundo. Hoy sus puertas se abren para que su luz se irradie a sus esencias y les traigo códigos nuevos para que den nuevos pasos y, así, ayuden en la consagración no solo de la Argentina, sino de este mundo.

Estamos en un tiempo definitivo y sus almas ya lo saben, sino no estarían aquí y no escucharían estas Palabras. Por más que muchos duden y muchos no crean, sus almas sí lo saben, porque no dejaron de escucharme.

Dios espera de ustedes un cambio definitivo, porque la Argentina lo necesita y este mundo también. Si quieren construir aquí una realidad tan semejante a esta que les presento de los mundos invisibles, deben trabajar incansablemente y, aunque en esta vida sus ojos no encuentren ningún resultado, nunca deben parar. Los resultados de sus acciones no son para ustedes, son para el universo.

Todas las estrellas que ustedes ven en el cielo, cuando anochece, esperan la redención de este mundo, y es por ellas y por aquel Corazón Supremo, que habita más allá de todas las cosas, que ustedes vivirán su transformación y transformarán consigo este mundo. Es por la renovación del Corazón de Dios y de toda la evolución universal que ustedes están en esta Tierra. Perciban cuán pequeñas son todas las dificultades del corazón humano, todas las aspiraciones, todos los deseos. Todo eso, hijos, se debe desvanecer.

Cuando estén tomados por el egoísmo y no consigan vivir la fraternidad, miren hacia el cielo estrellado, dejen que su corazón llegue más allá de las estrellas y encuentren, no solo sus Hermanos del Cosmos, sino el Corazón de Dios que aguarda a que den ese paso.

Es en las cosas simples que lo grande se construye. Es en lo invisible que construye aquello que será visible en la Nueva Humanidad. Es con la fe que se vence la arrogancia y la ignorancia humana.

No son los fenómenos que construirán la redención de este mundo, porque eso convence a la mente, pero no transforma el corazón. Tantos fenómenos ya manifestamos en la Tierra y la humanidad permanece igual. Este es el tiempo de la fe, y es para eso que estamos aquí, que nuestra voz resuena a través de una voz humana y que sus ojos no nos pueden ver, a no ser que nos miren con el corazón.

Despierten la fe dentro de sí y en sus hermanos, y todo lo que les digo les será comprensible. Todos los misterios se revelarán y encontrarán la paz, aunque este mundo viva el caos. Para esto estoy aquí, para esto les hablo.

Hoy reconsagren sus corazones, porque deben hacerlo todos los días, aún más en la Presencia de Dios y de sus Hermanos Mayores. Recuerden que hay un plan superior por cumplir y que él comienza dentro de cada uno de ustedes. El Nuevo Hombre nace de la transformación de sus vidas; por eso, no teman quebrarse por dentro y morir para que nazca algo nuevo.

En esta mañana, les agradezco por su presencia y, ante tantos misterios, les entrego una verdad: la Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Este es el mayor misterio revelado de la Creación, cuando Dios se funde en una alianza siempre nueva, siempre eterna, con los corazones de los hombres, para que este pedacito de pan y este vino les revelen la semejanza con Dios.

Hermana Lucía de Jesús: ¿El grupo de Mendoza podría venir hasta aquí?

Los llamo porque quiero agradecerles y colocar este sagrado monte, que los ampara, dentro de sus corazones, para que den un paso definitivo y sean soldados de este tiempo. Y, más allá de este mundo, que su redención anuncie al cosmos la grandeza del proyecto humano y el triunfo del Corazón de Dios a través de la Redención y de la Misericordia de Cristo para con sus almas, hoy y siempre.

Por la potestad que Me dio Mi Hijo, consagro estos elementos, como Él un día los consagró, repartiendo el pan y el vino a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen, coman y beban, porque este es Mi Cuerpo y Mi Sangre que serán entregados por ustedes".

Cristo se entrega a la humanidad todos los días, en todos los Sagrarios de la Tierra, en todas las Eucaristías. Este es el símbolo de la Renovación de Dios y debe ser el símbolo de su renovación permanente por un plan superior que se manifiesta en el Corazón de Cristo.

Oremos juntos un Padre Nuestro en arameo, como Él nos enseñó, para que esta oración sagrada no solo transforme estos elementos, sino transforme sus corazones, transmute y redima este lugar y los torne consagrables, una posible cuna de la Nueva Humanidad.

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein


Con estas palabras, les agradezco, los bendigo y les pido que no solo busquen entrar en el corazón del Aconcagua, sino que dejen que el corazón del Aconcagua entre en ustedes y permanezca allí para que ustedes sean parte de esta Hermandad que hoy les traigo, eternamente.

Yo los bendigo con el Poder de Dios, por Mi humildad y simplicidad, que unió Mi Corazón al Corazón del Padre como un símbolo de que es posible, para todo corazón humano, vivir esa unidad con el Creador; y dejo sobre ustedes los Dones del Espíritu de Dios y la presencia de la Jerarquía para que sean consecuentes con todo lo que reciben en este tiempo y sean dignos de ser llamados compañeros de Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuevamente, les agradezco y les pido, mientras Me elevo, dejando sobre la Tierra la Paz y la Misericordia de Dios, que canten y dejen a sus almas expresarse, para que sean ellas las que comanden sus vidas. Clamen por paz y dejen que ella se extienda más allá de la Argentina, que a través de estas cámaras, de estas tecnologías, llegue a los cuatro puntos del mundo, más allá de los ojos que nos ven y de los corazones que nos sienten.

¡Clamen todos por paz!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mis muy queridos hijos, después de cien años de haber estado en Fátima, hoy estoy aquí entre ustedes, con esta humanidad, por este planeta amado que forma parte desde el principio de un proyecto tan apreciado por Dios, que debe concretarse en este fin de los tiempos.

Hoy vengo aquí, queridos hijos, con un Mensaje especial que nace de Mi Inmaculado Corazón, a anunciarlo a todas las almas de la Tierra, especialmente a aquellas que son las predilectas de Su Madre Celestial.

Hoy no estoy sola aquí, queridos hijos, sino también con la Presencia del Padre y del Hijo; y esta Sagrada Trinidad, que se establece hoy en este Centro Mariano, beneficia a muchas almas en el mundo, resuelve muchas situaciones planetarias, disuelve muchas maldades que estaban a punto de suceder. 

Con el amor que proviene de Mis hijos del mundo, con el amor que proviene de sus corazones, Yo puedo transformar esta humanidad y este planeta en el modelo espiritual y físico que Dios espera. Solo basta, queridos hijos, que sigan las indicaciones de su Madre Celeste para que Mi Inmaculado Corazón no solo siga triunfando en sus vidas, sino también en todo este planeta. 

El Mensaje que hoy quiero traerles y aproximarles es sobre los importantes acontecimientos sucedidos ayer en el Santuario de Aparecida y hoy en el Santuario de Fátima en Portugal, momentos en los que las almas más apreciadas por Mi Inmaculado Corazón fueron al encuentro de su Madre Celeste, no solo para implorarle y suplicarle por cura, sino también para rezar junto a Ella para impedir, como hace cien años atrás, nuevos acontecimientos en este planeta. 

Quiero decirles que, queridos hijos, con los dos encuentros realizados, tanto en Brasil como en Portugal, muchas situaciones que, tal vez hoy sus mentes no puedan comprender, fueron detenidas.

Por eso, hoy, los invito a que coloquen Mis Palabras en sus corazones, porque será el lugar en donde verdaderamente ellas se perpetuarán y harán crecer en ustedes las sagradas virtudes de la Divina Familia de Nazaret. 

Con los encuentros sucedidos en estos dos días no solo la Argentina fue ayudada, sino también el mundo entero, pero especialmente los lugares del mundo en donde se realizan pruebas nucleares y atómicas que están a punto de activarse en la humanidad.

Pero eso fue detenido en el pensamiento de aquellos que lo idealizan, como también en aquellas consciencias que lo llevan adelante. 

La humanidad no tiene el control en sus manos ni en sus acciones. El propio poder lo tiene Nuestro Creador, aunque la humanidad desconoce completamente.

Vean cuán simple, queridos hijos, puede ser el acto de amor que puede nacer de sus corazones para con el Padre Celestial y todo lo que Él debe realizar en este planeta y con esta humanidad. 

También las almas de Asia fueron ayudadas, especialmente aquellas que enfrentan la aniquilación y la tortura; y en verdad les digo, queridos hijos, que esos acontecimientos también hacen padecer a Mi Inmaculado Corazón. 

Pero Yo recojo la fuerza para seguir viniendo al mundo por medio de sus oraciones y de sus presencias. Eso es lo que Me motiva a seguir viniendo al mundo porque sé que, en este planeta, a pesar de encontrarse almas imperfectas, existen corazones verdaderos que quieren trabajar por el bien y por la paz.

Yo quiero, queridos hijos, que en esta tarde, en la que su Madre Celeste une este Centro Mariano con el Centro Mariano de Fátima en Portugal, puedan comprender ampliamente cuán importante son los encuentros, los llamados y las convocatorias que realizan Nuestros Sagrados Corazones en estos tiempos críticos por medio de las Peregrinaciones por la Paz, que tienen el fin y el motivo primordial de evitar en el mundo muchos más desórdenes de los que ya existen, muchas más revoluciones de las que se llevan adelante y evitar principalmente que continúe la masacre humana en esta humanidad. 

Deseo que sientan en sus corazones el verdadero llamado de Mi Corazón maternal, así como lo han sentido desde la última Maratón de la Divina Misericordia hasta los días de hoy; cuidando, acompañando y realizando cada detalle para poder honrar a Dios Nuestro Creador que aún sigue siendo muy ofendido y que hoy es reparado por las oraciones de sus corazones, por las súplicas de sus almas y por las verdaderas intenciones de sus espíritus.

Seguir los pasos de la Madre Celestial significa en estos tiempos, queridos hijos, tomar nuevas decisiones en sus vidas y vivir grandes cambios, cambios que nunca antes vivieron en esta vida, por el motivo principal de ayudar a la evolución de este planeta y a la supervivencia de esta humanidad.

Quisiera, queridos hijos, que desde sus corazones naciera un voto de compromiso Conmigo, todos los días, para que Yo pueda realizar a través de ustedes los miles de prodigios y de milagros que aún espero realizar en sus consciencias y en toda la consciencia planetaria.

Por medio de estas peregrinaciones por la paz, los Mensajeros Divinos, de una manera incansable e incondicional, vienen a construir sobre la superficie de este planeta las bases que serán utilizadas en el futuro para la Nueva Humanidad.

Sabemos, queridos hijos, que su humanidad de superficie se encuentra en una gran y definitiva transición. Yo les pido, queridos hijos, que no teman a lo que Nuestros Corazones han anunciado, sino que vivan Nuestro Mensaje, día a día, para que los acontecimientos futuros sean desviados, disipados y transformados por la luz que puede nacer de sus corazones. 

Ya no puedo ver más a las almas sufriendo en el mundo y cómo las consciencias de esta humanidad se deciden, día a día, a dar otros pasos que los apartan de Dios y especialmente del universo de Su Amor.

Por eso, los invito, en esta tarde, a renovar sus votos para que puedan ser más misericordiosos y llevar al mundo esta Misericordia tan necesaria para poder cicatrizar muchos corazones y vidas, y traer la paz que tanto necesita el mundo en estos tiempos. 

Quisiera, queridos hijos, que estos prodigios, estos milagros de amor que podemos realizar juntos por medio de estos encuentros de oración que ayudan ampliamente al planeta evitando grandes catástrofes, se puedan repetir.

Que estos encuentros se puedan renovar, que los puedan impulsar a vivir su transformación interior y encontrar, en estos tiempos, el camino de retorno hacia Cristo. 

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es de esta forma que les revelo que Mi misión en este mundo, junto a cada uno de ustedes, es mucho más amplia, profunda e infinita que lo que sus corazones imaginan y saben.

Hoy, hijos Míos, vengo a este lugar para ampliar su comprensión, no solo en relación a estos tiempos, sino también en relación a la misión que cada uno de ustedes tiene Conmigo.

Yo los llamé hasta aquí no solo para curar sus vidas, sus almas y sus espíritus; los llamé, sobre todo, hijos Míos, para que unidos a Mí podamos curar las llagas de este planeta, curar sus heridas que se extienden más allá de los Reinos de la Naturaleza, que se extienden más allá de la consciencia del planeta, más allá de la consciencia humana y llegan al Corazón de Dios, herido día a día por los ultrajes que cometen Sus hijos por inconsciencia, por ignorancia y por falta de amor.

Hoy los llamo a la reparación del Corazón de Dios y de la vida humana, de la consciencia de los Reinos de la Naturaleza y del espíritu de este planeta que incansablemente los sustenta, aunque no lo vean, no lo conozcan, no sepan de su misión y de su perseverancia.

Hoy, hijos, vengo a compartir, con el corazón de cada uno de ustedes, el dolor que siento por este mundo, no solo para que sufran, para que sientan este dolor en sus corazones, sino para que despierten sus consciencias para conocer la necesidad planetaria, que está más allá de sus hogares y del pesar que pueden vivir sus corazones.

Hay tanto en este mundo por reparar, por curar y por redimir que preciso, hijos Míos, que escuchen Mi llamado y que solo oren Conmigo por la redención de esta humanidad.

Delante de todo lo que acontece en este mundo, es tan poco lo que les pido, que oren por la paz, que oren no solo por ustedes mismos, sino por toda la humanidad y que también sirvan, que den ejemplo y testimonio de la conversión que Dios realiza en sus vidas todos los días. 

Quiero, hijos Míos, extender Mi Reino de Paz más allá de Fátima.

(Se interrumpe la transmisión por corte de energía)

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

No se preocupen, queridos hijos, pues Mi Presencia divina y universal es potente y transformadora, y todo lo que Yo puedo tocar se libera.

Está todo bajo el orden universal. Está todo en Mi Paz inamovible e intransferible. 

Sigan escuchando Mi Mensaje.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Lo que les quiero decir es importante para la confirmación de sus espíritus en un camino único, que no solamente los lleva a la paz, sino que construye el triunfo de Mi Inmaculado Corazón en este planeta.

Por eso, así como en este momento les pido que tengan una paz inmutable y que, Conmigo, ella sea invencible, independientemente de las interferencias o del caos que pueda haber en este planeta; quiero construir dentro de ustedes, hijos Míos, verdaderos discípulos de la paz y compañeros de Cristo, para que Mi Reino se extienda por este mundo más allá de los lugares sagrados que fundé y que, a través de cada uno de ustedes, Mi Paz llegue a los cuatro puntos de esta Tierra.

De esta forma, hijos, les vengo a revelar en este día la importancia de que se confirmen en Mi Plan, que en verdad es el Plan de Dios, un Plan único para la redención de este planeta, para la renovación de este universo, así como de toda la Creación.

Quiero conducirlos por cosas simples, acciones simples y transformaciones verdaderas para que este Plan se cumpla.

Por eso les pido que, en el día de hoy, abandonen a Mis Pies toda voluntad y ambición humana que no construye lo que espero construir dentro de ustedes. Que, como guerreros de este tiempo, coloquen sus espadas al servicio de Dios para que ellas no batallen por otro motivo, sino por el establecimiento de la paz. Y que, en Fátima como en Lourdes, como en Aparecida o en Aurora, Mi ejército sea uno solo, invencible, porque actúa junto con Dios por la reparación de Su Corazón y por la transformación de este planeta.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En esta tarde de Gracia, también vengo a bendecir a los que se consagrarán como nuevos hijos de Mi Corazón.

Por eso ahora, queridos hijos, tomarán el agua de esta fuente, bendecida por el Espíritu Santo, para que sea esparcida sobre los que se consagrarán por un sacerdote, como símbolo de consagración y de renovación, cerrando las puertas del pasado y abriendo las puertas, las nuevas puertas, hacia el Reino Celestial.

Que esta consagración signifique vivir el compromiso con Dios de una manera perpetua y eterna, a fin de que todos los que rodean sus vidas y caminos puedan recibir también la Gracia de consagrarse algún día a Mi Materno e Inmaculado Corazón.

Quiero ver en este lugar, y a través de este nuevo ejército que hoy se consagra, a verdaderos guerreros de la paz que den a conocer, en Argentina, la importancia de este Centro Mariano y la tarea espiritual que él realiza, tan simplemente cuando las almas colocan sus pies en este lugar, porque eso ayudará a que más almas, en esta Argentina, vuelvan a recuperar la luz del amor y vivan principalmente el camino hacia su redención.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a recoger el agua. Hermana Amerisa, si puede ser usted, por favor.

Vamos a prepararnos en este momento y ante la Presencia de María Santísima para esta consagración de los nuevos Hijos de María que representarán a Argentina y al futuro que esta nación debe vivir como parte de una Nueva Humanidad.

Que así sea.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Señor amado y todopoderoso, ayer Tú te dignaste, por medio de Tu Sierva fiel, a bendecir a esta pequeña y humilde fuente para que surjan de aquí los Nuevos Cristos. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a pedir que los nuevos Hijos de María que se consagrarán se pongan de pie, coloquen sus manos en señal de recepción y nos preparemos para esta consagración.

Entonaremos el himno de su consagración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Cuando un alma se consagra a Dios puede espejar en la superficie los Atributos Divinos del Creador.

El Pensamiento Divino se realiza por medio de las almas que se consagran, para volver a reencontrar en cada momento el amor del universo y de toda la Creación.

Me voy de aquí, queridos hijos, con la alegría de haber cumplido por medio de ustedes con este importante llamado.

Los invito y los llamo a que acompañen a Nuestros Sagrados Corazones hasta el fin de esta peregrinación, por la cual muchas cosas más serán evitadas. 

Que así sea.

Yo los bendigo, bajo la autoridad que Mi amado Hijo Me concedió y bajo la autoridad del Supremo Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

¡Hasta pronto!

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE SANTA FE HACIA CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que hoy sientas Mi Paz, porque estás en el lugar y en el momento en el que debes estar.

Que se construya en ti una fe inamovible, para que pueda reinar la unidad entre tu consciencia y Dios.

Que puedas estar en calma, porque todo lo que sucede es para el bien del universo y su evolución.

Que no le temas a nada, porque si Yo estoy aquí, nada ni nadie podrá hacerte daño.

Que vivas en este momento la alegría de servir a Dios, el júbilo de estar cumpliendo la Voluntad del Altísimo.

Que no te canses de caminar, a pesar de las piedras del camino o las dificultades que se presenten, si estás verdaderamente unido a Mi Corazón, todo temblará, pero la fortaleza interna será inquebrantable.

Que en esta hora te ofrezcas por el planeta, por sus Reinos y por todo lo que aquí existe y vive, a fin de que puedas hacer triunfar el Plan de Cristo en la Tierra con tu mínimo esfuerzo.

Que nada ni nadie se oponga a Mis hijos, porque pisaré su cabeza como a la serpiente.

Que nadie tiente a la Voluntad de Dios, porque no sabrá su resultado.

Que se aparten los lobos vestidos de ovejas.

Que nada opuesto, aparente o contrario a la Luz del Plan, prevalezca.

Que así sea.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE PUERTO IGUAZÚ, MISIONES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Corona de Doce Estrellas es coronada por la esencia de las flores más bellas del mundo.

Mi Manto está cubierto por todas las hojas de los vegetales del mundo, pero Mi Corazón es la Rosa Divina que representa la síntesis de la Creación de Dios en este planeta.

Mi Cinturón Azul es la enredadera de la vida, la que busca crecer, extenderse y elevarse siempre a lo más alto para alabar a Dios.

Mi Túnica es bordada por la matriz de las flores más sencillas del mundo, las que expresan la devoción permanente por el Creador. Y estoy rodeada por los Rayos que cada Reino expresa en este planeta, para donarse a Dios.

Soy la Madre de la Naturaleza y estoy integrada por cada Aspecto de Dios una vez manifestado en el principio de esta Creación.

Mi Corazón Inmaculado guarda la matriz de los Reinos de la Naturaleza. Mis Células guardan la memoria y el origen de cada Reino creado.

Yo Soy parte de la vida, del Infinito y de la regeneración para este planeta. Quien está de corazón con los Reinos de la Naturaleza siempre estará Conmigo para poder realizar en este planeta la Voluntad de Dios.

Los Reinos de la Naturaleza precisan sentirse simplemente amados por el ser humano de superficie, para que ellos también puedan ser curados.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE PORTO ALEGRE, HACIA SÃO GABRIEL, RIO GRANDE DO SUL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He venido al mundo, atravesando todos los tiempos y épocas, para pedirle a la humanidad un verdadero y sincero arrepentimiento.

Ahora, vengo fuera de la Iglesia de Mi Hijo, porque como Madre de la humanidad, vengo a llamar y a salvar a los que se distanciaron de Dios y de Su eterna Gracia.

Por eso, he decidido, bajo la autoridad celestial y la obediencia divina, llegar a cada una de las naciones del mundo, para recuperar los verdaderos valores de las culturas y los sagrados principios espirituales que hacen de cada raza o de cada pueblo, una única cultura universal.

En las últimas décadas, Mi adversario consiguió confundir y apartar a las almas de lo sagrado, inspirando la innovación en las mentes arcaicas y los progresos nefastos en continentes enteros, por medio del abuso incontrolable de los Reinos de la Naturaleza y de su propia humanidad.

Con esta realidad planetaria, su Madre y Gobernanta de los Espejos Sublimes de la Creación, juega en el tablero de la definición de los tiempos, a fin de poder retirar del mal camino a todos los pueblos, culturas y religiones que están siendo llevadas al olvido absoluto del camino del bien y de los Mandamientos. Así, las Leyes son ultrajadas en forma permanente y cada esencia pierde su inocencia original.

Es por eso, que he escogido, a pedido del Altísimo, a su grupo de almas para que, en la humildad, en la entrega y en el sacrificio por Nuestro Señor Jesucristo, represente en estos tiempos la síntesis de todas las religiones cristianas y no cristianas del mundo, a fin de que en esta civilización no se pierda el espíritu de la fe y de la religación con Dios.

Esta es una de las misiones más complejas en el fin de los tiempos. Por eso, he conseguido en todos los medios de esta sociedad humana, que las almas sintieran Mi Obra, a través de ustedes, de una forma ecuménica, basada en el Amor de Cristo.

En este sentido, aún queda mucho por hacer, hasta que esta Obra sea presentada en forma neutral y autónoma en las grandes organizaciones internacionales, con el fin de llevar el Mensaje de Paz sin citar religión ni creencia.

Después de que la Iglesia de Mi Hijo le abra las puertas a esta Obra, el Padre cumplirá la última parte de Su Propósito.

Es así, que la Obra de los Mensajeros Divinos se presentará a las organizaciones internacionales como un mensaje del universo para toda la raza humana, llamándola a la reflexión y no a la autodestrucción humana.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

A veces, no puedo contarles toda la verdad a Mis compañeros porque no la podrían soportar.

Por eso hoy, con Mis Pies descalzos, toco este suelo sagrado para volver a bendecirlo, protegerlo y resguardarlo por medio de Mi Sagrado Corazón.

El tiempo del Universo se detiene, porque su humilde Pastor ha ingresado en la órbita de este planeta, y a través de este portal de paz, para auxiliar al mundo.

La humanidad aún no conoce el verdadero escenario del fin de los tiempos.

Todo lo que ven por televisión es una pequeña ilustración de la verdad, porque aún existen secretos peores, que se mantienen ocultos bajo llaves de puertas inciertas.

Yo vengo a colocar Mi Luz en esa realidad.

Yo vengo a traerles consciencia a Mis compañeros para que, en los momentos más críticos que se avecinan, no estén durmiendo como durmieron Mis apóstoles en el Getsemaní, y cayeron en tentación.

Los invito a estar despiertos más allá de su despertar.

No solo hablo de salir del sueño, hablo de un despertar espiritual, de una vigilancia extrema ante los acontecimientos que los rodean todos los días y que solo saben de ellos el uno por ciento.

Hoy, a Mis Pies, traigo la realidad planetaria y espero que los que se han consagrado a Mi Corazón pronunciando votos de vida, los cumplan.

No vengo a juzgar sus dificultades, ni tampoco sus imperfecciones.

Yo quiero que Me den lo que pueden darme, porque a través de lo que Me den, podré socorrer al mundo.

Los brazos, las manos y los pies con los que cuento no Me bastan para realizar esta Obra de servicio mundial.

Necesito que sus talentos estén disponibles para Mí, porque mientras sus talentos no están disponibles, millones de almas desesperan, y muchas son víctimas de la muerte, de la injusta muerte.

Los sellos del Apocalipsis ya se están abriendo. Cuando el séptimo se abra, todo, todo se desatará. No habrá quien pueda escapar de esto.

No vengo a traerles terror, sino consciencia.

Aspiro a que puedan salir de sí, todos los días. Que no den trabajo a sus hermanos de camino. Que cumplan, en estos tiempos, con el don que vinieron a ofrendarme.

No pierdan tiempo en cosas superficiales. Ustedes fueron llamados por Mí, ustedes acogieron Mi Convocatoria a lo largo de los tiempos.

Yo sé que esta extrema entrega no es para todos, pero no vengo a pedir lo imposible.

Necesito que Me acompañen con madurez en estos tiempos.

Dejen de ser niños y, a partir de ahora, sean Mis apóstoles, Mis guerreros de la paz, servidores incondicionales de Mi Corazón.

Porque las agujas del reloj siguen corriendo y los acontecimientos se precipitan, uno encima del otro.

¿Quién detendrá esta corriente de maldad en el mundo?

Necesito que Mis cimientos estén listos para que Yo pueda retornar. Y eso será a través de sus corazones y entregas. Mientras eso no suceda, no tengo permiso ni autoridad para volver.

No les estoy haciendo un reclamo. No estoy desmereciendo sus esfuerzos, ni tampoco sus sacrificios, que son visibles a Mi Corazón Misericordioso.

Necesito que estén en madurez y lealtad. Ustedes saben, compañeros, que eso no está sucediendo.

Mientras tanto, Mi Corazón es flagelado por el mundo, al ver tantas víctimas en el abismo de la muerte.

¿Quién las rescatará? ¿Quién dará la vida por ellas? Y no solo hablo de la humanidad, sino también de todo lo que es invisible a sus ojos.

Hoy vengo a declarar Mi preocupación por la humanidad.

Tengo el poder de detener todo lo que sucede, pero muchos escogen el camino del sufrimiento. Y Mi Corazón está tan lleno de Misericordia, como un cáliz que desborda y que aún no es bebido por nadie.

Siento, en Mí, las llagas del planeta.

Escucho, a través de Mis Oídos, el llanto de las víctimas en el desierto, en el desierto de esta transición planetaria.

Necesito que se unan definitivamente, de verdad. Porque en verdad les digo, compañeros, ya no lo aparentan. No es bueno para ustedes ni para Mi Obra en el mundo.

He venido a llamar corazones sin experiencia, vidas en redención, corazones en transformación.

San José es el camino para alcanzar las metas.

Él se ha ofrendado a Mí, en extremo sacrificio, por aquellos que sí perseverarán y que sí seguirán Sus enseñanzas, paso a paso.

Porque Él es el ejemplo de una posible y verdadera humanidad, de una Nueva Humanidad, portadora de una nueva consciencia.

Mientras tanto, San José hace lo imposible para que Mi Proyecto se cumpla en la humanidad.

Los Mensajeros Divinos hacemos lo inalcanzable, por intermedio de todas las criaturas, para cumplir con lo imposible.

Hoy vengo a hablarles desde el Principio de la adultez espiritual porque, a partir del último 8 de agosto, todo ha cambiado, mucho más de lo que parece y de todo lo que conocen.

Deberé colocar a Mis servidores en lugares de conflicto.

Deberé llegar, por medio de sus vidas, a los lugares de mayor caos, con el fin de que atraviesen todas las dificultades, sin perder el empeño ni la esperanza, para que Yo pueda colocar Mi Espada en el monte más alto de este planeta.

En ese momento, todo caerá, y será el fin de la corrupción humana.

La Tierra se abrirá como una madre que está a punto de dar a luz.

Todo se purificará y nadie podrá detenerlo, porque llegará la hora de la gran Redención.

Y como en una noche de estrellas, vendré en silencio, aunque muchos estén agonizando, sufriendo las consecuencias de estos tiempos y de todos los que los gobiernan.

Traeré en Mis Espaldas la Cruz de la Salvación y ya no cargaré con la deuda de la humanidad, sino que traeré la Cruz luminosa de Emmanuel para iluminar al mundo, en los cuatro puntos del planeta.

Muchas naciones estarán unas contra las otras. Pero no se desesperen, el aparente cautiverio terminará, y todos podrán verlo conscientemente, hasta que se ponga fin a la autodestrucción de la humanidad.

Vengo a traerles un mensaje de Sabiduría, vengo a irradiarles Mi Discernimiento.

Ahora, es hora de crecer, no solo interiormente, sino también exteriormente.

Cada uno sabe lo que debe madurar, que cada uno asuma su lugar en esta transición, porque ya no hay tiempo.

Recordarán este mensaje cuando todo suceda y sus almas deberán servirse de la energía de Mi Luz, para estar por encima de todos los acontecimientos, sin indiferencia.

Porque así Me podrán acompañar, y podré apoyar Mi Cuerpo cansado sobre ustedes, recostar Mi Cabeza sobre sus hombros para que, al igual que Juan, alivien a su Señor.

Alivien a su Señor. Alivien a su Señor. Es lo único que les pido, y podrán estar en Mi Paz.

Alivien a sus hermanos, alivien a los que los guían, y estarán en Mi Paz.

Alivien al Padre Eterno y estarán en Su Plan de Amor.

No den trabajo en donde no existe. No creen complicaciones en donde no las hay.

Sean inteligentes, mucho más que Mi enemigo, y cruzarán los puentes hacia Mi Reino; así no demorarán sus pasos, no demorarán Mi Plan.

Hoy Me confieso, como un hijo se confiesa con su padre.

Hoy Me dirijo como un maestro se dirige a sus discípulos y también él muestra sus preocupaciones. Pero no la preocupación como ustedes la comprenden en esta vida terrena. Yo la llamaría de “impotencia celestial”, como la que diariamente viven algunos de sus compañeros.

¿Ahora comprenden el compromiso de los que se han consagrado a Mí?

Yo no vengo a entregar alianzas para que sean tiradas a la tierra u ocultadas por el polvo.

Vengo a reconocer lo que hay en ustedes interiormente. Y no tengo dudas porque, a pesar de haber sido hombre y de haber estado encarnado en este mundo, en Mi Reino ya no existen dudas; eso es del enemigo que confunde a los corazones y los desvía de Mi camino de Redención.

Los invito nuevamente a ser inteligentes y, como un ejército de Luz, cerrar las puertas para que aquel que es Mi rival, no pueda entrar por ninguna brecha.

Mi Manto de Luz siempre estará sobre ustedes, y si un día él no lo está, observen si no lo han sacado de sus cabezas o si se han apartado de Mí, al punto de que Yo no los pueda alcanzar.

Las naciones del mundo necesitan de mucha Misericordia.

Vengo a reforzar las oraciones por América Latina, como también por el mundo entero. El nuevo Edén no debe ser disipado de las mentes de los que tienen fe en él. La esperanza es la base para ese nuevo Edén.

Quisiera que todos Mis seguidores, a partir del día de mañana, reciban por escrito este mensaje, y todos los que lo pidan, lo recibirán. Tienen Mi Permiso para eso. Este mensaje debe llegar a todo el mundo y en todas las lenguas posibles.

Agradezco que, de cualquier parte del mundo, conociendo o desconociendo Mi Obra aquí en Sudamérica, las almas se ofrezcan a transcribir Mis Palabras y a traducir Mi Mensaje en todas las lenguas posibles, a fin de que muchos más sepan que estoy aquí, acompañándolos en estos tiempos de oscuridad, así como acompaño a Mi Iglesia en la agitación y en el temblor de su barca. Pero Yo ya les enseñé que todo se puede revertir.

Le dije una vez a Pedro, cuando estaba en el mar de Galilea: ¿De qué tienes miedo, Simón?, si tu Maestro camina sobre las aguas, ¿crees que tu fe te lo impedirá? ¡Sal de la barca y camina hacia el encuentro de Mi Sagrado Corazón! Tu fe puede ser tan inquebrantable como una montaña. Yo te doy la fuerza para hacer todas las cosas.

Y Simón caminó sobre el agua. Sin darse cuenta, él se apartó del miedo y entró en Mi Amor, en el Universo de Mi Amor.

Yo los invito a atravesar estos tiempos con mucha, mucha fe.

El terror podrá ser grande, la sangre que corre por el mundo podrá ser interminable, pero nadie podrá superar a Dios.

Los hombres deben comprender que están lejos de Dios, que le han dado las espaldas al Reino Universal de la Luz. Por eso, Él envía a Su Unigénito para dar fuerza y coraje a los corazones simples y buenos.

Yo vengo a ofrecerles en esta noche Mi Comunión, porque es ese Sacramento el que siempre los restaurará.

Pidamos al Padre por Su Misericordia, por medio Sus hijos, porque en Sus hijos está la Misericordia de Dios, sobre todo en aquellos que creen en Su Divina Fuente y concretan Su Plan en esta superficie.

Siembren en sus corazones Mis Códigos de Luz y todo podrá cumplirse, así como Mi Padre lo ha pedido. El sufrimiento cesará y las almas reencontrarán el amor y la esperanza. Que así sea.

No tengan miedo de que su Maestro les entregue revelaciones definitivas y contundentes.

Necesito que Me acompañen con la misma Sabiduría que Yo tengo, con el mismo amor que Yo vivo, con la misma Misericordia que Yo expreso por esta amada humanidad.

Fray Elías del Sagrado Corazón: Vamos a cantar los Nombres de Dios, a pedido de nuestro Señor.

Hoy consagro esta Sangre como Mi Sangre de Vida, por la sangre que es derramada en el mundo, por las víctimas que sufren la injusticia humana, en cada una de las naciones del mundo.

Hoy consagro este pan como Mi Cuerpo, por las almas que son mutiladas, explotadas; por las almas que son víctimas de la esclavitud y que están en cautiverio; por las almas que son presas por las manos de los hombres; por las madres que abortan a sus hijos; por los niños que son vendidos y extraviados en el mundo; por los ancianos que son maltratados; por las almas que padecen enfermedades en los hospitales y sólo reciben desprecio, sin conocer el amor consolador.

Hoy Mi Corazón se complace por cada una de esas almas, por las almas que no tienen nada que comer, sino solo vivir en oración, esperando una Gracia Mayor.

Hoy ofrezco este Sacramento por los Reinos de la Naturaleza que, en silencio, son ultrajados; por los animales que son despreciados, que son matados y que sirven, injustamente, como lujo en las mesas de los ricos.

Por toda esa sangre injustamente derramada, por los que no conocen a Dios y que han endurecido sus corazones al Amor Eterno, ofrezco esta Comunión, y les pido a cada uno de ustedes que así lo haga, porque esta será Mi última intervención por la humanidad, antes de que todo suceda.

Que sus corazones sean valientes para ofrecer este sacrificio por Mí, aunque no estén preparados.

Yo recogeré sus súplicas, así como siempre lo hago, para depositarlas, como pétalos de luz, a los Pies de nuestro Creador.

Porque, a pesar de todo el sufrimiento del mundo, grande es Su Misericordia, más allá de este Universo.

Yo consagro, en esta noche, el vino y el pan, trayendo la Piedad de nuestro Padre Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (x3)

Amén.

Que sus voces sean escuchadas en este Universo, proclamando los Nombres de Dios.

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy he venido del Cielo para estar con Mis hijos más humildes y encuentro, en este pobre lugar, un lugar tan semejante al Pesebre de Belén, en donde nació Mi amado Hijo hace más de dos mil años.

En este oratorio que hoy se construye en sus corazones y almas, el Señor derrama Su Misericordia, Sus Rayos de bondad y de amor sobre aquellos hijos Míos que más necesitan de Dios.

A través de ustedes, queridos hijos, su Madre trae todas las Gracias del Cielo para poder fortalecer sus corazones, espíritus y almas, en los tiempos definitivos que llegarán.

Y con palabras simples, pero muy amorosas, palabras que nacen de Mi Inmaculado Corazón, Yo construyo en todos Mis hijos del mundo la Iglesia Celestial de Mi Hijo para que Él, cuando retorne, encuentre una morada, un lugar donde poder reposar y donde poder estar para unirse a las almas en comunión y en vida.

Nuevamente, su Madre Celeste reúne a todos Sus hijos, de esta ciudad y de todas partes del mundo, para volver a consagrarlos a Mi Inmaculado Corazón, colocando sobre cada uno de ustedes Mi Manto Celestial, colocando sobre ustedes Mis santas manos para poder implorar a Mi Hijo por una última y sagrada oportunidad para esta humanidad.

Quisiera que todos ustedes, queridos hijos, abrieran aún más sus corazones para poder sentir la presencia de Mi Divinidad, que surge de una Fuente infinita y desconocida desde donde todo ha comenzado, desde donde Dios pensó en crear los universos y todo lo que existe en ellos.

Ustedes, Mis pequeños hijos, están integrados en una vida universal, en un macrocosmos donde este planeta también emite su vibración y su luz, más allá de los confines de este universo.

Por eso, cuando sus oraciones son verdaderas y son hechas de corazón y con amor, las ondas de esas oraciones llegan a todo el universo y grandes Espejos de Luz, que su Madre Celeste manifiesta, las utilizan para irradiar Amor a todo el universo. Ellos captan sus más simples oraciones y refractan sobre la Tierra el Amor que necesita la humanidad para poder curarse y así ampliar su consciencia en estos tiempos.

Por eso, amados hijos, hoy no solo se benefician sus corazones y familias, sino también todo el universo, todo lo que existe en el universo. Y así, se establece la Sagrada Alianza entre las almas y Dios, entre los Cielos y la Tierra, entre la humanidad y las estrellas.

Yo vengo a enseñarles, en estos tiempos, lo que su amada Madre Celestial aprendió hace más de dos mil años; cuando Ella estuvo entre ustedes para orar por el mundo, implorando al Padre Celestial y por intermedio del sacrificio de Mi amado Hijo, que Él me concediera estar presente; a lo largo de los tiempos y de los siglos para guiar a Mis hijos de la humanidad por un camino correcto y seguro que los pudiera llevar hasta el Corazón de Dios.

En estos tiempos, queridos hijos, en los que la humanidad sufre demasiado y también los Reinos de la Naturaleza sufren silenciosamente por el mundo, Yo los invito a vivir este simple conocimiento celestial por medio del cual hoy sus corazones, y especialmente sus almas, se han convertido en espejos sublimes de la oración para poder curar en ustedes mismos las situaciones más profundas e internas y también para poder ayudar a la humanidad de superficie, en cada lugar de este mundo que, en esta tarde de luz y de amor, lo recibió de cada uno de ustedes.

Los invito a elevar sus consciencias y a imitar el camino de su Madre Celestial, no solo a través de la vivencia de los Sacramentos y de sus presencias en la Santa Iglesia, sino también a través de la oración del corazón, la cual los protegerá en estos tiempos, les traerá discernimiento y sabiduría y, por medio de ella, resolverán cosas imposibles, porque en la simplicidad y en la humildad de sus corazones estarán unidos a Mi Corazón maternal.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Existen muchas cosas, muchos misterios que Mi Corazón les deberá revelar en este tiempo. Pero para eso, hijos Míos, necesito que se unan a Mí de una forma simple, a través de sus oraciones más sinceras, no solo para que consigan cosas materiales, salud en las enfermedades o inteligencia. 

Les pido, hijos Míos, que en estos tiempos se unan a Mi Corazón para orar por el planeta, por los Reinos de la Naturaleza, por esta ciudad y por todas las ciudades del mundo que están tan distantes de Dios.

Hoy, su Madre Celestial viene hasta este lugar con regocijo, con plenitud, porque, desde el Cielo, vi sus corazones abiertos, preparando el camino para que Yo llegara hasta aquí. Aunque Mi Presencia sea un gran misterio para ustedes, quiero ser visible a los ojos de sus corazones, quiero estar en sus casas, entre sus familias, haciendo de sus vidas un gran cenáculo de amor para que, a través de ustedes, un tiempo mayor de paz sea concedido al mundo.

Hoy, despierto a los espejos de sus corazones. Este es uno de los misterios que les vengo a revelar. Más que buscar comprender, sientan, hijos Míos, esa Luz Divina que se enciende delante de sus corazones, que fortalece sus esencias, que trae una cura que no proviene de este mundo porque busca curar las raíces de los errores humanos.

Sientan este pequeño espejo que se enciende hoy en algunos por primera vez, pero que Yo espero, hijos Míos, que no sea la última, porque quiero hacer de ustedes verdaderos soles en esta Tierra, que iluminen los corazones de sus hermanos cuando ellos esten oscuros y que puedan mostrar el camino cuando la humanidad esté ciega y perdida, sin conseguir encontrar a Dios. 

Que esta pequeña luz, que enciendo hoy en sus esencias y que hago reflejar en los espejos de sus corazones, se perpetúe y se transforme en un puente que una sus corazones con el Mío para que, de esa forma, hijos amados, sepan llegar a Mi Corazón, aunque Mi Voz ya no resuene en este mundo.

Quiero hacer de esta ciudad un ejemplo para las ciudades del planeta, porque es con los corazones simples que Dios hace los mayores milagros, así como lo hizo con el Mío, Mi simple y humilde Corazón, cuando Yo estuve en la Tierra; así como lo hizo con San José, un humilde carpintero de Dios; revelándonos los mayores misterios celestiales y tornándonos guardianes de un Plan que Dios tiene para toda la humanidad.

Hoy, hijos Míos, los Libros del Universo se abren para reescribir una historia, un nuevo comienzo en sus vidas. Basta que Me digan sí, porque de esta forma Yo borraré aquello que fue escrito en líneas torcidas y haré de sus vidas, hijos Míos, una historia de redención y de rehabilitación que sea escrita en los Libros Sagrados.

Sé que muchos no comprenden lo que hoy les vengo a decir, pero dejen Mis Palabras guardadas en sus espíritus, porque cuando ellos estén suficientemente maduros, podrán comprender lo que hoy Yo les dije aquí.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Así, vengo a construir en ustedes lo que nunca vivieron, para que puedan ingresar en una nueva vida.

Necesito, queridos hijos, que abran sus corazones todos los días, así como los abrieron hoy. Que abran las puertas de sus hogares para que ellos se conviertan en oratorios de luz y esta ciudad sea elevada como la ciudad de la Nueva Jerusalén.

Hoy estoy ante hijos simples y quisiera preguntarles, Mis amados hijos:

¿Ustedes aceptan consagrar su ciudad a Mi Inmaculado Corazón?

¿Ustedes aceptan de Yo haga de esta ciudad una ciudad nueva?

¿Ustedes aceptan, queridos hijos, recibir peregrinos del mundo entero?

Para todo eso, debemos orar, porque en poco tiempo sus vidas se transformarán y no se reconocerán. 

Recuerden, queridos hijos, que desde ahora y hasta que Yo retorne aquí, en una nueva fecha, sus vidas habrán cambiado mucho si solamente oran Conmigo, como han orado hoy por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

Ahora ustedes, ante las Puertas del Cielo, vivirán junto a su Madre Celeste la consagración de nuevos Hijos. Que se aproximen para que Yo pueda entregarles la bendición a ustedes, futuros Hijos Míos, de Mi Inmaculado Corazón.

Reciban en sus manos y guarden en sus corazones la Gracia que hoy les entregaré.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

“Padre Celestial, hoy no solo consagro a los que visten Mi Manto de Luz, sino a todos Tus hijos, a todos los que necesitan de Ti para poder vivir en Tu confianza y plenitud”.

Deseo, de esta ciudad y especialmente de todas sus almas, nuevos Hijos de María, así como los que se consagran hoy, para que Yo pueda tejer en el Brasil una gran red de luz, de oración, de servicio y de instrucción que llegue a más corazones que serán tocados por Mi Amor maternal.

Padre, ante Tus hijos y todas Tus criaturas, concede esta Gracia a los que despiertan a su misión, a los que buscan la comunión con Mi Hijo para poder, así, concretar la cura y la redención de los corazones”.

Queridos Hijos de María, reciban de Mis manos la Esfera de Luz del Universo Celestial. Lleven sus manos hacia el corazón.

Me voy agradecida por los muchos esfuerzos, por el esmero y la dedicación de cada corazón que se ha donado para hacer posible este encuentro con las almas simples de Dios.

Yo los bendigo, los consagro y los absuelvo, bajo la autoridad de Mi amado Hijo, a fin de que sus corazones vivan en la fe, formen grupos de oración y creen en esta ciudad una Isla de Salvación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Me elevo al Cielo escuchando sus voces y llevando, en Mi Corazón maternal, las súplicas de Mis amados hijos.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Tercer día de la novena:

“Por la caridad y el servicio altruista vivido por Dios, a través de Sus criaturas, a los Reinos Mineral, Vegetal, Animal y Humano”.

 

Queridos hijos:

El servicio de los seres humanos y de las almas orantes a toda la Creación crea méritos en la consciencia planetaria y favorece el equilibrio de las grandes deudas generadas con los Reinos Mineral, Vegetal, Animal y Dévico.

La caridad que el Padre refleja a través de Sus pequeñas criaturas siempre se dará mediante el servicio altruista que las almas pueden vivir por medio del amor a los Reinos de la Naturaleza.

En estos tiempos y ante el gran desajuste planetario ocasionado por la humanidad, al destruir los Reinos de la Naturaleza, se genera un débito desequilibrado y, a veces, impagable.

Por eso el Padre, a través de Sus Mensajeros Divinos, estimula la creación de grupos de servicio y de fraternidad hacia los Reinos de la Naturaleza con el fin de disminuir los efectos contrarios que el ser humano genera contra sí mismo al destruir y alterar la vida de los Reinos.

Cuando al menos un alma se encuentra consciente de la necesidad de proteger y de amparar a los Reinos Menores, esto conmueve al Corazón de Dios, al saber que aún existe la esperanza de cumplir con este Proyecto de redención y de rescate de la humanidad actual.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Un joven de la paz…

Un joven de la paz es aquel espíritu que trae, desde el Universo, el principio de la reconciliación y es quien, a través de su renovación, transforma las cosas, viviendo en sí, la primera regla entre todas las reglas: el amor.

Un joven de la paz es aquel que unifica las formas y el que reordena las ideas, trayendo, a través de sus impulsos internos, la posibilidad de que, de ciclo en ciclo, todo se renueve.

Un joven de la paz representa una nueva célula de la luz para estos tiempos, basada en los estados de la fraternidad, en el principio de amar al prójimo y en la apertura a los pasos internos que el servicio le puede brindar.

Un joven de la paz es aquel que se abre, sin condiciones, para descubrir, dentro de sí, su propio origen y su propia misión.

Él no teme saber quién fue y qué es lo que el Universo espera que sea.

Un joven de la paz aspira a poder reconocer en sí mismo la bondad, el amor, el servicio que puede expresar por el planeta, por los Reinos de la Naturaleza y por su humanidad.

Un joven de la paz reconoce en su camino el Gran y Único Maestro interno.

Sabe que, por encima de toda su vida material y concreta, el joven de la paz necesitará de luz para poder dar sus pasos.

Un joven de la paz no tiene nada que ganar ni tampoco nada que perder.

El joven de la paz representa, en estos tiempos, la expresión de una nueva consciencia que estará siendo corregida a través de los buenos actos y de las buenas acciones de toda la juventud de la humanidad.

Un joven de la paz necesita sentirse pleno en sus acciones y libre en sus decisiones; pero sabe que siempre precisará del divino discernimiento y de la sagrada sabiduría para tomar decisiones correctas.

Un joven de la paz es como un guardián de los Reinos de la Naturaleza. Consigue sentir en sí mismo la expresión de cada Reino y, haciéndolo parte de sí, el joven de la paz puede sentir el sufrimiento del planeta, de la Madre Tierra, y hace lo imposible para poder aliviarlo.

Un joven de la paz construye los nuevos puentes y eleva a las consciencias a través de sus actos de amor, de misericordia y de caridad.

Un joven de la paz trabaja, en estos tiempos, para aprender a construir y cuidar de la Obra divina del Universo; y por más que la desconozca, por su grandeza y amplitud, el joven de la paz nunca pierde la esperanza de saber que él ayudará a preparar el camino para el advenimiento del Amor-Sabiduría.

Un joven de la paz es aquella alma y aquél ser que reúne, bajo el espíritu de la Unidad, a sus semejantes, a los demás jóvenes, e intenta por encima de todas las cosas que todos sientan que, en estos tiempos, es importante responder al llamado divino que surge de cada mundo interior.

El joven de la paz es aquel corazón puro y simple, que unirá Oriente y Occidente, que hará la síntesis del conocimiento espiritual expresado y será quien, dentro de sí mismo, ampliará las fronteras de la consciencia humana para que finalmente se exprese lo nuevo, lo renovado y lo irrefutable.

Un joven de la paz sabe que, a través de su amor a los Reinos de la Naturaleza y de sus sanas acciones, podrá seguir el camino de la redención, dejando atrás todo aquello que podría lastimar su mundo interno y buscando, a través de la oración universal, el único camino para la elevación de su consciencia.

Un joven de la paz es quien a través del arte, de la música, del servicio y de la oración, podrá atraer para el mundo los estados de regeneración y de cura que la humanidad necesita para poder alcanzar la reconciliación.

Un joven de la paz cree, dentro de sí, que existe algo mayor e infinito a lo que es este planeta.

Él busca despertar a lo que es invisible y a todo lo que proviene de la Fuente Única, porque así se sentirá parte de algo mayor.

Un joven de la paz es quien obra sin fronteras y es quien ama, sin condiciones, a todos sus hermanos.

El joven de la paz sabe que es el labrador que, en estos tiempos, prepara la Tierra y toda su consciencia, para reencontrarse, algún día, con el Maestro de la Sabiduría y del Amor, que le dará las llaves para que el joven apóstol abra las puertas al perdón, a la cura y a la reconciliación.

Un joven de la paz es quien nunca se cansa de ser luz infinita en el mundo.

Este tercer Festival de la Juventud por la Paz representa el cierre de un ciclo de preparación y de fortalecimiento de las bases internas, que posibilitaron, en este tiempo, que el propio Festival adquiriera una nueva consciencia y que esa nueva consciencia generara la condición para abrazar a otras regiones del planeta e incluir a más jóvenes.

Les agradezco por responder al llamado de atraer paz a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Tierra

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, SANTARÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Coloca tu fe en Dios y no en los hombres, porque la carne es débil y puede fallar.

Coloca tu fe en lo Alto y Supremo, en lo que es inmaterial y proviene de lo Divino, para que así tu consciencia se pueda ampliar.

Coloca tu fe en los Reinos y en la belleza de la Creación, en los universos, estrellas, soles y planetas, porque así hallarás la paz.

Coloca tu fe en lo desconocido, en el misterio y en el conocimiento, porque así crecerá tu espíritu.

Coloca tu fe en el servicio, en el amor y en lo incondicional, porque así conocerás la humildad.

Coloca tu fe en lo infinito, en lo puro y en lo que es bueno, porque así nunca perderás la paz.

Coloca tu fe en el silencio, en lo interno y en la perpetua oración, porque así estarás en Dios.

No coloques tus expectativas ni resultados en lo que es humano, mortal o semejante a ti. Coloca tu fe en lo que es de Cristo, en lo que irradia amor, transparencia y verdad, porque así no estarás sufriendo ni decepcionándote de todo lo que te rodea.

Coloca tu fe en la Llamada de Dios, en el camino del apostolado, en la entrega mayor y en la esperanza del surgimiento de una nueva y consagrada humanidad.

Coloca tu fe en el amor del corazón y así ayudarás a los que no viven estos principios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ÁVILA, CASTILLA Y LEÓN, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, CON MOTIVO DE SU ANIVERSARIO

El Espíritu de Dios hablará a través de los hombres

Cuando el corazón humano, hijos Míos, comprenda, como consecuencia de sus acciones, a dónde los lleva su arrogancia e ignorancia, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.

Cuando las religiones perciban que lo más importante es establecer el Reino de Dios, que mantener estructuras e instituciones, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.

Cuando los gobiernos comprendan, que no hay gobierno distante de Aquel que creó y que conoce todas las cosas, el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.

Cuando los padres enseñen a sus hijos a vivir en comunión con los Reinos de la Naturaleza, con el Universo y con el prójimo, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.

La humanidad se cansará de vivir las consecuencias de sus sucesivos errores, frutos de las acciones que llevan adelante, sin Dios. En ese momento, hijos Míos, los simples mirarán hacia el Cielo y el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.

Cuando el hombre ya no quiera engrandecerse a sí mismo, porque comprende su pequeñez y su miseria humana, buscará en lo Alto la Palabra de Vida, y será entonces que el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.

Ese momento llegará cuando las consecuencias de la ignorancia humana sean visibles a todos los ojos del mundo, y aún los que ansiaban el poder, temerán tenerlo en sus manos, porque conocerán su propia fragilidad e incapacidad para actuar sin Dios.

El Espíritu de Dios hablará a través de los simples, que al principio serán escuchados por pocos, porque ellos estarán entre los menores y muchas veces, hablarán en el silencio de sus acciones.

El Espíritu de Dios hablará en los sanos de espíritu, preparados por Él para llegar al mundo, después de haber conocido el Universo, la Creación y el Plan Divino. Ellos serán conscientes de la miseria humana, pero también de la grandeza de Dios, que se oculta en su potencial interior. Esto los hará humildes y fuertes en Cristo, para hablar sin miedo a la humanidad y proclamar, con el servicio y la fraternidad, la institución de la nueva vida.

Cuando los corazones ya no encuentren consuelo y muchos hayan perdido la fe en Dios, por no encontrar referencias en los hombres en los que las buscaban, será en los más simples y ocultos que el Espíritu de Dios surgirá, retornará y vivirá, como en los profetas y patriarcas de otrora. Y Él hablará, anunciará y abrirá nuevamente los corazones de los que habían perdido la fe y la esperanza. La humanidad reencontrará la referencia del amor en los puros y en los simples, que brillarán, no por sí mismos, sino por el Espíritu de Dios que estará con ellos.

Cuando la fe parezca haber desaparecido de los templos e iglesias, y el amor sea escaso entre los hombres que intentan guiar a los otros por sí mismos y no en Dios, será en los puros y en los simples, hijos, que el Espíritu de Dios hablará, inspirará y unirá las religiones y las culturas, que por sí solas no encontrarán fuerzas para permanecer en el mundo. Sus ejemplos renovarán la fe y la esperanza en el retorno de Mi Hijo. Ellos hablarán del Cristo Vivo, y su palabra será fuego y no solo sonido. Abrirán los caminos hacia el Rey Universal y serán los primeros en postrarse en la tierra, incluso antes de que los Cielos se abran para la llegada del Rey.

Los incrédulos, que aún negarán el Retorno de Cristo, los verán postrados, sin que nada suceda y los calumniarán, se burlarán de ellos y se exaltarán a sí mismos. Pero los puros no se erguirán y, hasta que los Cielos se abran, no levantarán la cabeza. Serán humillados en silencio, para que la humanidad perciba que es en la humildad que, una vez más, se prepara el camino hacia Cristo. Y he aquí, que el Espíritu de Dios, en esa hora, se silenciará a través de los hombres. Su Silencio hablará más alto y tendrá más fuego que todo verbo pronunciado.

Cuando callen los que hablaban con el Espíritu de Dios y postrados esperen en calma el retorno de su Rey, cuando parezca que todo terminó sin triunfo y sin esperanza, cuando los hombres permanezcan ante el vacío y lo desconocido, entonces, hijos, todo comenzará.

Las señales surgirán y harán estremecer a los impuros y a los mentirosos. En esa hora, el Espíritu de Dios ya no hablará a través de los hombres; solo se silenciará y mirará, a través de sus ojos, para que ellos sepan reconocer a Aquel que será el mismo Dios, resplandeciente sobre el mundo.

Hasta que llegue ese momento, sean puros, simples y fortalezcan su propia fe en Dios, reconociendo su propia pequeñez y la grandeza Divina; porque el Espíritu de Dios vendrá y buscará a los corazones humildes, para anunciar al mundo lo que muy pocos quieren escuchar.

Yo los bendigo hoy y siempre, y les dejo la Gracia de Mi renovación y el principio de Mi humildad, para que los hagan fecundos en sus corazones y consciencias.

Los ama,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL PARQUE NACIONAL DE LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras la sagrada belleza de la Creación se expresa con amor, abundancia y devoción; todos los que la contemplan, interiormente son ayudados por las Leyes inmateriales que actúan en estos sagrados espacios del planeta.

Así, la consciencia humana, en el silencio y en la oración, es trabajada y los niveles más profundos del ser son llevados, con reverencia y amor, a las cumbres o a los lugares internos en donde la esencia de la regeneración y de la cura se expresa silenciosamente para la humanidad.

De esta forma, se desactivan estados corruptos de la consciencia humana que llevan a la precariedad de la vida material y espiritual.

Por eso, los lugares sagrados, como las montañas, permiten atravesar ampliamente niveles profundos de la consciencia en los que son necesarios la redención, la cura y el perdón.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vengo como un nuevo Sol, para iluminar el mundo y retirarlo de las tinieblas.

Vengo como parte del Santo Corazón de Dios, para que Su Nombre sea conocido y amado por todas las criaturas.

Vengo para que la humanidad conozca la paz, la proclame y la viva todos los días de su existencia.

Vengo en un tiempo de guerras y de conflictos, en donde las naciones comienzan a colapsar, una a una, como consecuencia de sus acciones y de sus equivocaciones, por el engaño y por la ceguera mundial, en la cual los hombres se mienten unos a otros y a sí mismos; pero nunca engañarán a Dios.

Vengo a un mundo sin fraternidad y sin amor, en el cual las naciones estimulan guerras y conflictos unas contra las otras, para sobresalir y usufructuar del sufrimiento y de la carencia de los que padecen esa ilusión.

Vengo por los inocentes que se están perdiendo en este juego de fuerzas humanas, sin comprender por qué sufren tanto, y que se preguntan en dónde está Dios para ampararlos.

Dios, hijos, contempla a cada corazón y a la humanidad como un todo. Si los hombres no le abren las puertas, no claman, no oran y no buscan la paz, ¿Cómo podrá llegar a los que más necesitan y que se sienten olvidados no solo por la humanidad, sino también por su Padre?

Vengo por una humanidad ignorante, que necesita comprender que el tiempo de los juegos y de la infantilidad espiritual ya terminó, porque las consecuencias de sus ilusiones se muestran en la decadencia de las naciones, de las culturas, de las religiones, de las almas y de los Reinos de la Naturaleza.

Vengo por los reinos que no pueden elevar su verbo orante ante los hombres, para pedirles misericordia y paz, para pedir el fin de la sangre derramada, tanto en la tierra como en los océanos; el fin del martirio de los árboles, del desequilibrio generado en los minerales, para que los hombres adornen sus cuerpos y fortalezcan sus ilusiones.

Vengo por la consciencia de un planeta que está vivo, que sufre y que padece junto con todos los inocentes, de la naturaleza como de la humanidad; y que no es escuchado sino por Dios y por el Universo, cuando clama por la vida y por la evolución.

Vengo hoy, para apelar junto con Mis Hijos, por un mundo con más paz, para que cada uno que Me escuche, construya esa paz en su propia vida y de testimonio de su transformación con el ejemplo y con la oración.

Vengo para pedir que difundan Mi llamado más allá de las fronteras, de las creencias y de las religiones, porque solo pido que los corazones fortalezcan su fe y que, siendo ella verdadera y pura, si los lleva a amar al prójimo y a Dios por sobre todas las cosas, la vivan con plenitud y sin engaños.

Vengo para pedirles la unidad interior entre las culturas, el respeto entre las religiones, la comprensión de los caminos que Dios inspiró a Sus hijos para que vivieran, no para competir entre sí, sino para que, en la diversidad de Sus criaturas, cada una encontrara la forma de llegar a Su Corazón, ya sea a través de Buda, Mahoma o Cristo. Si son sinceros y buscan la expresión del Amor, todos llegarán a Dios y allí comprenderán la esencia de la unidad, que hoy sus mentes no pueden concebir, por estar tan llenas de conceptos y de ideas humanas.

Estoy aquí como una simple Mediadora, como la Corredentora de este Plan de Amor, como una Madre Celestial y Divina, enviada por Dios, para guiar a la humanidad hacia el retorno al Origen en el Corazón del Padre Celestial.

No les pido que Me adoren, sino que Me escuchen y que se unan al propósito que Yo les traigo, reconociéndolo verdadero ante la necesidad del mundo.

No soy Yo, Hijos Míos, quien necesita de sus oraciones. Son ustedes, como humanidad, que deben aprender a orar, para salvarse y para retirar este mundo de la ceguera y del cautiverio espiritual y casi físico en el que se encuentra.

Solo les pido que se unan a Dios y comprendan Su Amor por la vida y por cada una de Sus criaturas. Que comprendan a cada ser humano, así como a cada elemento y especie de la naturaleza, como una joya preciosa del Creador, una parte indivisible del Corazón del Padre. Cada vez que uno de Sus hijos se pierde, es Su Corazón el que padece, el que sufre y que muere con esa pequeña esencia que proviene de Él.

Mi llamado es por la Paz, por la Verdad y por la vivencia del Amor entre las criaturas. Todos los misterios se revelarán a los ojos de los que así vivan, respondiendo a Mi llamado. Y todo se cumplirá, si Mis peticiones se cumplen en sus vidas.

Los amo y los bendigo,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES, EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Recen Conmigo.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, 
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra
y en reparación por todos los ultrajes, 
sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón,
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.

En esta noche de San Juan, vengo a buscar la paz para el mundo y, principalmente, la paz en los corazones que la pierden en el correr del tiempo.

Vengo a buscar la esencia de la paz en Mis hijos, porque sé que Dios la colocó desde el principio, donde fueron gestados como esencias.

Es esa paz que ayudará al mundo, a todas las naciones, como también a todos los pueblos.

Como hace treinta y cinco años atrás, hoy vuelvo a repetir: queridos hijos, sean la paz para estos tiempos. Sean el amor para los tiempos que vendrán, así Mi Hijo podrá estar presente entre ustedes, porque Él encontrará un regazo, una morada y un corazón, en donde podrá entrar y vivir.

Si ustedes no gestan esto, no solo a través de la oración del corazón, sino también a través de los buenos actos que puedan atraer la paz al mundo, ¿quién podrá sobrevivir, en estos tiempos de caos, a los grandes cambios que se avecinan en la consciencia planetaria, y sobre todo en la humanidad?

Necesito, queridos hijos, que sean conscientes de lo que les digo, que ya no dejen pasar Mis palabras como el viento, porque cuando vean que las cosas sucedan recordarán lo que hoy les digo, porque solo como buena Madre busco su bien; el bien para el mundo y el bien para las almas.

Si al menos uno de ustedes, que representan hoy a tantas naciones del mundo, realizara este gesto de amor y de caridad, de buscar por encima de todo la esencia de la paz y del bien, nuevamente Yo podré decir, queridos hijos, que no solamente contaré con sus almas, sino que también contaré con soldados de la oración, que a pesar de lo que suceda a su alrededor podrán corresponder al llamado divino.

Después de treinta y cinco años en Medjugorje, traigo estas palabras simples para todos Mis hijos del mundo. Hoy no les revelaré grandes misterios del Universo. Necesito que comiencen a vivir las cosas simples; que gesten entre ustedes una verdadera y nueva humanidad, que pueda estar a la altura de los acontecimientos.

Queridos hijos, hoy como Madre y Reina de la Paz, no vengo a pedirles cosas imposibles, ni tampoco cosas inalcanzables. Comiencen a practicar los buenos actos en el día a día. Obsérvense a sí mismos y también cómo actúan con sus semejantes. Si en esas cosas ya están fallando, ¿cómo podrá aproximarse el Reino de Dios al planeta?

En verdad les digo, queridos hijos, imponiendo Mis manos de Luz sobre ustedes, suplicando a Mi Hijo amado, les pido que comiencen a hacer cosas buenas, porque eso repercutirá en la humanidad de estos tiempos.

Quiero que Me acompañen en Mi dolor, que acepten Mi dolor y que lo vivan por el mundo, porque este dolor proviene de la humanidad. Es un dolor profundo y desconocido, que sus almas tal vez no soportarían, pero Mi Gracia todo lo permite. Si ustedes viven ese dolor junto a Mí, Yo tendré justificaciones para poder seguir intercediendo por la humanidad y también por los Reinos de la Naturaleza.

Necesito que encuentren en sus caminos, una llave, una salida, una pronta solución a todo lo que viven en estos tiempos. El Universo no solo gira en torno a ustedes. El Universo, como es infinito y amplio, también tiene muchas necesidades que deben ser respondidas en estos tiempos finales. Su planeta y toda su humanidad están enfrentando esta última transición, algo que sorprenderá mucho a todas las almas, de la noche a la mañana. Pero si adoran al Corazón de Mi Hijo, presente en el Santísimo de la Eucaristía, y si oran  el Rosario conmigo todos los días, Yo podré ayudarlos, queridos hijos, a tomar verdadera consciencia y discernimiento de lo que está bien y de lo que no está bien.

Les vuelvo a repetir: después de treinta y cinco años en Medjugorje, las almas no Me han comprendido completamente. No solo llegué a Medjugorje por la ex Yugoeslavia o por las repúblicas separadas, o por los corazones desunidos. También vine por el mundo, para traer la paz, para traer la calma y la serenidad que hoy no habita en muchos corazones.

Ustedes queridos hijos, que a través de los años y de las peregrinaciones han aprendido a ser consecuentes con Mi llamado, les pido un esfuerzo extremo, una dedicación mayor, por muchas almas en el mundo, que están sumergidas en el sufrimiento y en el caos, en las malas relaciones que acontecen entre las naciones del mundo. Porque al final, los más inocentes son los que pagan las consecuencias.

Los invito a colocar su mano sobre el corazón y a sentir una a una Mis palabras. El Señor necesita que despierten a nuevos conocimientos, para poder comprender en estos tiempos difíciles la grave situación planetaria.

Llego hoy a esta parte de Europa, tan cercana a Europa oriental, para unir Occidente y Oriente; para unir creencias, culturas, lenguas y naciones, por el bien de todos; por un propósito infinito, que muchos desconocen en este tiempo.

Quisiera seguir, queridos hijos, donándoles Mi Paz, porque sé que les hará mucha falta para vivir su transformación en este tiempo; para enfrentar los cambios de la humanidad y del mundo, y para percibir, por encima de todo, dónde se encuentra la verdad, para que así se aparten del engaño y de la ilusión.

Quisiera que sus ojos internos se abrieran más. Y eso será posible, amados hijos, en la constancia de la oración, en la propagación de la fe y en las buenas obras de amor y de caridad, hasta en los más pequeños detalles; hasta con sus semejantes, en donde también se encuentra el servicio y el espíritu incondicional del amor.

Si ustedes, como esta parte de la humanidad consciente hace ya casi diez años, no tienen buenos ejemplos, buenas relaciones de amor, de hermandad y, principalmente, de fraternidad, ¿cómo creerán, queridos hijos, que el mundo se podrá curar de tan agonizante enfermedad que emerge todo el tiempo de esta superficie, de la consciencia de todas las almas que pierden el sentido de su camino espiritual, de su propósito de haber encarnado en este tiempo y en este ciclo?

La vida no es solo material, no termina aquí. La verdadera vida, la verdadera existencia se encuentra en lo desconocido, en las estrellas, en el Universo, en su interior.

Les pido a Mis hijos que ya no cieguen más sus caminos, porque en poco tiempo no podrán ver la realidad que estará ante ustedes, desarrollándose de una forma precipitada.

Al fin espero que puedan sentir como siente Mi Corazón Inmaculado, que acoge el sufrimiento del mundo, el calvario de las almas y toda la maldad que viven los Reinos de la Naturaleza. Si la Creación, que forma parte de este planeta, sigue siendo alterada, ¿cuál será el fin de este mundo?

Por eso vengo a anunciar Mi buena nueva: Que es posible vivir un cambio en la consciencia; cambio que se puede reflejar en todos sus seres, como en todos sus actos, cuando estos son verdaderos y transparentes. Sean cristalinos de corazón y podrán ser receptáculos de Mi Divina Paz, para que esta se expanda en el mundo y así transforme sus seres completamente.

Medio Oriente sufre las consecuencias de la guerra y muchos no quieren mirar hacia esa realidad. Venezuela sufre las consecuencias de las malas acciones y Mi Corazón se acongoja al ver que las demás naciones no hacen nada. Sé, como Madre, que ciertas naciones son gobernadas por un falso poder, por la falta de amor, de generosidad y de consideración para con los otros.

No me olvido de los que Me piden diariamente por intercesión, así como lo hacen Mis hijos de Venezuela. Dios está dejando que la nación aprenda de sus propios errores. Pero crean que eso pronto terminará, porque todos los días Me coloco ante el altar del Creador, de rodillas, para implorar por Mis hijos de Venezuela, así como por los demás hijos del mundo, que silenciosamente sufren la falta de paz.

Pero recuerden que el mal no vencerá. Él será derrotado por San Miguel Arcángel. Le he encomendado a este Santo Padre Creador, su definitiva intervención por Venezuela. ¡Ay de aquellos que no se rindan a Él y no pidan perdón, ni tampoco hagan penitencia! Dios  quitará el poder a los soberbios y dará sus tesoros a los más humildes. No habrá bandera ni nación que se pueda oponer al Estado universal del Creador.

La Ley está siendo intervenida. Que los corazones se preparen para el cambio total. Que todos sigan orando el Rosario para que se alcance la paz y el fin de los conflictos en el mundo. La hora más aguda del planeta indica la aproximación de Cristo, Mi amado Hijo. Él trae en Su Mano el Cetro de la Redención, el cual golpeará fuerte sobre la Tierra, para que las raíces de la adversidad sean disipadas. No habrá criatura o consciencia opuesta a Dios, material o espiritual, que se pueda oponer a Cristo.

Dichosos y alegres serán los que, a pesar de las consecuencias, crean en la gloriosa venida de Cristo; primero en sus corazones y vidas, y después en Su descenso glorioso al mundo. Que los tenebrosos se preparen para perder su reinado. La espada de la Luz de Dios cortará, de Oriente a Occidente, todas las influencias del mal. No habrá quien se resista a ello.

El amor es más fuerte y poderoso y él será vivido por todos los corazones que crean en Él, hasta el fin de sus días. Porque en el horizonte nacerá la nueva aurora y verán brillar en el cielo a la Mujer vestida de Sol, lanzando hacia la Tierra Su Corona de Estrellas, para iluminar los caminos de las doce tribus de Israel. Todo en  la Tierra pasará, pero las palabras de Cristo, siempre y eternamente reinarán.

La Vigilia de Oración evita acontecimientos agudos y disminuye la gravedad de los acontecimientos, de las guerras y de los conflictos que hoy suceden en el mundo. Cuando no viven la Vigilia de Oración mensualmente, y por alguna causa la sustituyen por otras cosas, recuerden la responsabilidad de ese peso, de no estar respondiendo con todo su corazón y alma a esta oportunidad de conceder al mundo Mi divina intercesión.

Que todos los pueblos canten la Gloria de Dios. Que suenen los campanarios del Universo; que los ángeles desciendan a la Tierra y llenen de gozo y de júbilo a las almas, porque el Todopoderoso ha escuchado la voz de Su Sierva y las almas más caídas hoy fueron sacadas de su propio infierno.
La Señora de Coromoto, vigilante, silenciosa e invisible en lo alto del Ávila, acompaña a Sus hijos de Venezuela y les indica el camino con Su Estrella Guía, para que finalmente terminen ese cautiverio. Que así sea.

Hoy he traído a Mi lado a San Juan, el Bautista, aquel que anunció la venida del Mesías hace más de dos mil años atrás; aquel que intentó corregir a la humanidad, por medio de la Ley de Dios, de los Mandamientos, de los buenos ejemplos, de la transparencia.

Este profeta y sacerdote, hoy a Mi pedido bendecirá esta agua, para así efectuar el sacramento del Bautismo, que será vivido especialmente a través de esta pequeña alma, que será bendecida en nombre de todas las almas del mundo y, especialmente, de los que han recibido la gracia de haber sido bautizados algún día. De esa forma renovaremos la alianza con la Santísima Trinidad.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estarán presentes en esta agua, para despertar la alianza interior, entre las almas y Dios.

Esta noche de San Juan Bautista, renovamos espiritualmente el sacramento del Bautismo en todos los que se unen a él internamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por responder a Mi llamado y por siempre buscar la esencia de Mi Paz.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que estoy con Mi sierva e hija Teresa de Jesús para que, junto Conmigo y con cada uno de ustedes, ella pueda clamar por la humanidad, porque su camino de santidad no terminó en este mundo.

Estoy aquí con aquella que un día, inspirada por Dios, deseó vivir el Evangelio con todo su corazón y que, después de su muerte, descubrió un evangelio vivo, un evangelio universal que nunca estuvo escrito en los libros de este mundo, un evangelio que no se limita a las religiones, a las culturas o a las fronteras que existen entre las naciones. Un evangelio que fue escrito por el Corazón de Dios, con palabras de Luz en el firmamento del universo, un evangelio que en verdad es la esencia de la existencia humana.

Hoy Santa Teresa viene Conmigo para ayudarme a redimir a un pueblo del cual un día formó parte. Que con su ejemplo de evolución las almas puedan trascender sus límites, curar los dolores del pasado y retomar su unión con Dios, más allá de las formas. 

Estoy aquí no solo como un siervo, compañero e hijo de Dios; estoy aquí a pedido del Señor que creó todas las cosas para darles un ejemplo de unidad con el Único.

En la esencia del Evangelio de este mundo, que fue escrito por la memoria de los hombres, de lo que vieron sobre Jesús, se encuentra un Principio Divino que los une al Evangelio universal.

El Evangelio, que está escrito en los Libros Sagrados de esta Tierra, es una base para que encuentren la Vida Divina, la Vida Universal, y ya no estén presos de este mundo.

Pero para esto, hijos, para que encuentren este conocimiento, que trasciende la mente y el corazón humano, deben estar más allá de las religiones, más allá de una doctrina; deben estar en la esencia de lo que les enseñó Cristo; y es allí, en ese Amor único, que aún se esconde en Sus Palabras, donde aprenderán a superar y curar los dolores, el pasado, y aquello que aún hiere el Corazón de Dios, porque sus consecuencias se espejan hoy en la actitud humana.

Los Mensajeros Divinos llegan, en este tiempo, para fortalecer la fe de los corazones, para fortalecerlos en el amor. No importa sus orígenes, sus religiones, sus culturas, porque todo aquel que vive en el amor encontrará a Dios, aun sin saberlo.

Vinimos hasta aquí para renovar su fe, para curar el pasado y elevar, de las entrañas de este lugar, como de este país, un dolor milenario que no permite que los corazones se abran para encontrar a Dios.

Ha llegado la hora de vencer las resistencias, de encontrar en el propio corazón una realdad oculta, un microcosmos que los hace semejantes a Dios.

Ha llegado la hora de poder mirar a los Ojos del Creador sin vergüenza de lo que son; de arrepentirse por tanta ignorancia, por tanta guerra entre hermanos, entre culturas, entre religiones; por tanta necesidad de poseer algo que no les pertenece; porque vinieron a este mundo, hijos míos, para aprender a ser nada.

No vinimos hasta aquí para crear una nueva religión y traer un nuevo conflicto a la mente y al corazón humano. Estamos aquí para llevarlos a la esencia de la verdad, aquella que inspiró a los corazones cuando formaron las primeras religiones en la Tierra, como una forma de que la mente humana pudiera encontrar un camino para vivir las Leyes que se viven en el universo, aquellas que los aproximan al Corazón del Padre.

Por eso, hijos, encuentren hoy dentro de ustedes la esencia de la Creación, algo puro, simple, que los une a Dios tan simplemente como el acto de orar, de ser fraternos, de ser humildes ante el prójimo.

Estamos aquí para que Europa tenga una nueva oportunidad de aprender a amar, de amar al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza y, a través de ellos, de amar a Dios.

Hoy les traigo el Reino de Dios como una Luz sublime que los retira de la ceguera y de la oscuridad en la que viven, del materialismo y de la gran importancia que dan a las cosas de este mundo, a los placeres y a las comodidades, olvidando que nada de esto tiene sentido si no aprenden a amar.

Porque muchas vidas pasaron, muchos pies pisaron la Tierra, caminaron y evolucionaron como pudieron, y cuántos, hijos, no aprendieron a amar y cometieron los mismos errores, una y otra vez, por miedo de ser amados, de perderse a sí mismos y de descubrir que, en verdad, cuando se rinden y abandonan lo poco que son, pueden encontrar al Todo que es el Creador de todas las cosas.

Quisiera que las Palabras de los Mensajeros Divinos resuenen más allá de las religiones, de las fronteras de las naciones, para que todas las almas que creen en el amor, que creen en la posibilidad de vivir una Nueva Humanidad en este mundo, aunque aparentemente les sea imposible, puedan recibir un impulso, fortalecer la propia fe, sin importar cuál sea, si ella los lleva a la verdad y al encuentro con Dios.

Vinimos, en este último tiempo, a decirles a los hombres que se arrepientan, que ya no ignoren a los Ojos del Creador que están puestos sobre ellos, que ya no se engañen a sí mismos, intentando esconderse de una verdad que se precipita sobre el mundo.

Porque la Justicia llegará a todas las razas, a todas las religiones y a los lugares más escondidos de este mundo. Hasta aquel corazón que se siente solo, perdido, también sentirá la verdad, porque ella emergerá del cielo, en donde no existen fronteras, en donde podrán verla de norte a sur.

Esta verdad circundará la Tierra y demostrará a los hombres que no existe norte o sur, oriente u occidente; existe un Propósito Divino que debe ser cumplido desde el principio y que se resume, simplemente, en vivir la fraternidad y el amor, perdonar el pasado y recomenzar todos los días, intentando transformar el viejo hombre que habita dentro de ustedes.

¡Vénzanse! Ríndanse ante Dios, aquel Dios que conocen, no importa en qué religión estén. Ríndanse al Dios del Amor, al Dios de la Verdad que une todos los caminos en Su Corazón, que une a todas las almas en una única alma, que une a todos los espíritus en un único espíritu, que es el Espíritu de Dios que divinizó la materia y, como un Soplo Divino, creó toda la vida. Hacia Él, esa vida debe retornar.

Hoy, con Mis brazos abiertos, les entrego la Gracia de Dios y les pido que no la desperdicien. Los elevo a un propósito superior para que sus vidas recobren el sentido en la Voluntad de Dios y no en la propia.

Los coloco delante de un gran Plan que se revela de una forma simple, no por ser pequeño, sino por demostrar la humildad de Dios y la arrogancia del corazón humano, así como él se expresa hoy.

Porque los corazones humanos que emanaron de la Fuente, que fueron entregados por las Manos de la Divina Señora para que vivieran en esta humanidad, no son estos que conocen, porque ustedes, hijos Míos, se desconocen.

Mis Palabras son como impulsos que ingresan en sus consciencias como algo que no deben comprender, sino solo sentir y dejar que los transformen y los conduzcan a una realidad interna que los hará saber todas las cosas, aunque no las entiendan.

Con el espejo vivo que es Teresa de Jesús, encendemos los espejos de sus corazones una vez más, para que ellos reflejen en su interior la pureza que deben alcanzar. Y a través de esta luz, que Santa Teresa recibe de un Espejo Mayor, que se cure el pasado y se diseñe para el futuro una nueva esperanza, en la cual emergerá, a pesar de todas las purificaciones y pruebas, de la nada que se tornarán, una nueva humanidad.

Confíen en lo que les digo y trabajen todos los días, no solo para tener una vida mejor, sino para ser mejores ante de Dios.

Hoy los coloco delante de una verdad que es el espejo del corazón humano. Este pedacito de pan y este jugo de uva parecen fruto del trabajo y de las manos humanas, así como lo que ustedes son, como humanidad y como personas, parecen fruto del desarrollo humano, del propio esfuerzo, del propio trabajo.

Pero en verdad, hijos, este pedacito de pan guarda un don único, un amor único en toda la Creación. La memoria de una entrega que se perpetúa, a lo largo de los siglos, en este planeta y más allá de él. 

De la misma forma, cada uno de ustedes guarda en sí un milagro único, un amor latente que es tan desconocido para ustedes como para toda la vida. Comulguen con este misterio, despertando no solo el Cristo vivo, que convierte estos elementos y los consagra, sino también el Cristo vivo dentro de ustedes que despierta al sentir el pan, convertido en cuerpo y el jugo convertido en sangre, para curar el pasado, liberarlos y colocarlos en el camino de la verdadera redención. 

Hoy quiero que sientan que todo lo que son aún lo deben descubrir. Y esto, hijos, no es y no será obra de su propio trabajo, pero así como este pan se deja transformar y transubstanciar en el Cuerpo Místico de Cristo, de la misma forma, cuando ustedes se dejan transformar pueden ver despertar en el propio interior este mismo Cristo, esta misma memoria viva de Amor que un día murió en la Cruz, para que cada uno de ustedes aprendiera a morir a sí mismo.  

Por la potestad que Dios Me concedió, por el sacrificio y la humildad que un día viví como ejemplo para todo corazón humano, como Sacerdote consagrado por Cristo desde Su nacimiento, pido a los ángeles que transubstancien estos elementos y los conviertan a imagen y semejanza interior y espiritual, del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que todas las almas que hoy Me escuchan, por la Gracia Divina, alcancen la redención.

Oración: Padre Nuestro.

Este es Tu Cuerpo, Señor, y Tu Sangre. Felices los que comulguen de Él, libres de sí, para que vivan el mismo milagro de transformación que hoy, delante de Tu altar, vivieron estos elementos.

Yo los libero, los consagro y los animo a seguir adelante, retirando cada día, del propio interior, el viejo morador, el viejo hombre, para que el Hombre Nuevo encuentre dentro de ustedes el mismo pesebre humilde que encontró en Belén.

Les agradezco y, con la bendición de Santa Teresa, les dejo Mi Paz y la Paz de Aquel que Me envío.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ASÍS, PERUGIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Con el amor de Mis hijos, Yo podré llevar siempre adelante las Obras del Creador.

Con el amor de Mis hijos, Yo podré finalmente traer la paz al mundo.

Con el amor de Mis hijos, aunque imperfecto e inmaduro, Yo podré llevar adelante todo lo que Me pide Dios.

Con el amor de Mis hijos, Yo puedo gestar en Mí la Nueva Humanidad y así, verla nacer en un tiempo cercano.

Con el amor de Mis hijos, Yo puedo redimir al mundo y derramar Mis Gracias sobre aquellos corazones y vidas que más lo necesitan.

Con el amor de Mis hijos, Yo puedo ayudar a la esencia divina de los Reinos de la Naturaleza, a fin de que se lleve adelante la restauración y la cura de todas las secuelas ocasionadas a ellos desde el principio de la Creación.

Con el amor de Mis hijos, Yo tengo el permiso de ingresar en los infiernos de este mundo herido y sometido por la guerra, la indiferencia y la omisión.

Con el amor de Mis hijos, Yo puedo acoger en Mi Corazón materno el alma de las naciones y todo lo que en ellas habita.De esa forma, su Madre Celeste puede llevar adelante la Operación Rescate.

Con el amor de Mis hijos, Yo puedo vivenciar en los corazones simples la existencia del Proyecto de Dios y en los corazones humildes, puedo revivir todos los días la Presencia misericordiosa de Mi Hijo.

Ya no importa cuántas veces caigan o se equivoquen, lo que importa, hijos Míos, es que aprendan todos los días a ser perseverantes y buenos. Eso ayudará a que Yo pueda seguir sirviéndome del amor de Mis hijos, porque lo que debe redimirse, en ustedes, el amor que Me tienen lo transformará.

En el amor de Mis hijos, veo la Tierra Prometida.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice y los consagra,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA 47.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE ASÍS, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Oremos.

 

"Escucha Padre la voz de Tus criaturas, de todos los seres de buena voluntad y de bien.

Escucha Padre la voz de Tus hijos, de todos los que guardan Tu Divina Esperanza; de todos los que aspiran a encontrar Tu Voluntad, Tu Amor y Tu Gracia. 

Padre amado, desciende ahora sobre Tus criaturas; que todo sea permeado por Tu Luz, para que el sufrimiento se transforme en alegría; para que el error se transforme en liberación; para que los pecados se transformen en salvación y todos encuentren el Gran Portal hacia Tu Paz.

¡Oh, Padre amado!, hoy Me postro ante Ti, en la compañía luminosa de San Francisco, porque Él Me ha pedido que orara por la humanidad. Y hoy Me uno a Su Corazón santo que demostró, en tiempos pasados, el amor por la Creación y la vida. Y así, que cada esencia sea restaurada por Tu Amor. Que se desvanezcan las injurias. Que resplandezca Tu Misericordia y que se abran los corazones que están cerrados a la esencia de Tu Divino Amor.

¡Oh, Padre amado!, cuánto has dado Tú por todas Tus criaturas. Cuánto Te has donado por cada esencia creada. Cuánto, Tú, Padre, has manifestado a través de los Reinos de la Naturaleza. Que el Reino Mineral sea acogido por el corazón humano. Que el Reino Vegetal sea alabado por los hombres de la superficie de la Tierra. Que el Reino Animal sea rescatado y curado por las manos que se donan para servirlo incondicionalmente.

Que ya nadie más muera sobre esta Tierra. Que ya nadie más sufra la indiferencia. Que ya nadie más pierda la oportunidad de amar y de encontrar Tu Reino, Tu Reino Celestial.

Que todo el mal generado entre los pueblos, entre las naciones y en los Reinos de la Naturaleza, sea restaurado por Tu infinita Misericordia.

Que se abran los ojos, Señor, de los que aún no Te quieren ver. Que se abran los corazones que se distanciaron de Ti por las acciones de los hombres, en todas las religiones. Que ya no existan intermediarios, que todos puedan ser Tus verdaderos instrumentos de Paz.

¡Oh, Señor amado!, Padre de la Creación y de la hermosura, haz descender Tus estrellas de Gloria sobre la humanidad perdida.

Hoy Mi Corazón derrama la Sangre de Su Amor para que todo sea lavado, purificado y se vuelva digno para así encontrar Tu Amor.

¡Oh, Padre de los Universos!, que las almas puedan mirar a los cielos, a las estrellas, al Sol y a la Luna, para contemplar la Luz de Tu Amor. Que cada corazón sienta como Tú, Padre del Amor, todo lo renuevas, todo lo regeneras, todo lo transformas, porque todo a Ti Te pertenece, Padre, en el Cielo y en la Tierra, en el firmamento como en la tierra, en los océanos, en los continentes, en todo lo que Tú has creado, siempre a Ti pertenecerá. 

Y así, aparta, Señor, a Tus criaturas de las influencias del mal. Que esta raza, que está a las puertas de su gran definición, no pierda la unión con Tu Esencia.

Hoy, San Francisco, Tu hijo, y Tu esposa, Santa Clara, Te imploran, amado Señor, por una Gracia mayor, incomprensible e inconcebible para los hombres de superficie. Pero Tú, Señor, que lo puedes todo, Tú que eres la misma Voluntad que expresó el amor, la grandeza y la Creación, concibe en Tus criaturas el principio de Tu Compasión, para que las almas encuentren el camino de salida hacia la Redención.

Hoy, con San Francisco y Santa Clara, elevo a las estrellas caídas, que cayeron en los abismos, que apagaron su luz interior y que perdieron la llama de Tu Fe. Derramo y coloco esas estrellas sobre el manto de Tu Madre, porque Ella es Quien concibe la vida, la gracia y la oportunidad para todos Tus seres, en Su purísimo y divino vientre. Ella es Quien gesta en Sí la nueva humanidad. Ella es Quien concede la Misericordia de Tu Corazón para que Tus criaturas contemplen Tu Santa Faz.

Es así que con San Francisco y Santa Clara, rodeados por Tu omnipresencia y omnipotencia, Te pedimos a Ti, Señor Altísimo, que separes, que apartes y que distancies a la humanidad del Rayo de Tu Justicia, porque Tú, Padre, Me has enviado para que Tus hijos, que son imperfectos, imitaran Mi camino con el fin de manifestar los Nuevos Cristos.

Hoy vengo aquí, a esta tierra de Asís, para reconsagrarla a Tu Creación, a la hermana Pobreza, a la hermana Humildad, al hermano Sol y a la hermana Luna, como a todo lo que existe en Tus universos mayores.

Que todo sea iluminado por Tu bondadosa Mano. Que Tú, Padre, Amor puro e infinito, señales a Tus hijos con la cruz de la libertad vivida por Tu Unigénito, cargada por Mis Espaldas para la redención de la humanidad.

Que los Reinos de la Naturaleza sean alabados. Que todo el mal generado por la ignorancia de Tus hijos en los Reinos de Tu Creación, sea disipado para que encarne en todos Tu Amor y Tu Compasión.

Hoy le pedimos al hermano Sol, que no deje de brillar en este mundo; que sus rayos penetren en lo más profundo de los corazones más endurecidos. Que la hermana Luna ilumine los caminos de tribulación que muchos hoy viven en estos tiempos, para que todos puedan contemplar cuán grande es Tu Amor, escrito en el firmamento, en las estrellas, en todo el Universo.

Hoy con San Francisco y Santa Clara, unidos en la Santísima Trinidad, Te ofrecemos, Señor, esta oración como súplica de los que aman Tu Creación, Tus Reinos creados a imagen y semejanza, tesoros de Tu infinito Amor.

Ofrecemos Señor, esta comunión con la vida, con la vida eterna, con lo que es real, vivo y resplandeciente. 

Que todos sientan Tu Presencia. Que todos despierten al universo de Tu Paz, de Tu Unidad, para siempre".

Ofrezcamos, por los Reinos que no son contemplados, en presencia de San Francisco y Santa Clara, este cántico que ahora están tocando, que es una oración de aquellos que son verdaderos hijos de Dios y que aman a la Creación y a los Reinos de la Naturaleza.

Hoy Mi Corazón se abrirá como tabernáculo para recibir de todas las criaturas esta oración, desde cualquier parte del mundo, desde cualquier corazón que se una en este momento, al Amor del Creador.

Coloco Mi Mano izquierda sobre el Corazón, elevo Mi Mano derecha sobre el mundo para bendecirlo con todo el Amor de Dios y así, recibo de sus voces la súplica de esta oración.

Los escucho.

Que en el Cuerpo y en la Sangre encuentren el fruto de su salvación y que ese fruto, basado en el Amor, en la Unidad y en la Misericordia de Dios, llegue a todas las almas del mundo.

Que así sea.

Y ahora pidan interiormente a San Francisco y a Santa Clara lo que ustedes necesitan y todo lo que necesitan sus hermanos más que ustedes mismos. Pidan con sinceridad, que estos santos recibirán en Sus corazones sus súplicas. Pidan, y todo será realizado. Pidan por la humanidad. Pidan por los Reinos de la Naturaleza, gravemente ofendidos por esta raza de superficie. Pidan que se pueda concebir el amor, el perdón y la reconciliación entre la Creación y los hombres, para que así se establezcan los mil años de paz.

Coloquen sus manos en señal de oración.

Oraremos el Padre Nuestro lentamente, como si lo pronunciaran por primera vez, para que Su Reino descienda y el mal sea extirpado de la humanidad.

Ahora lleven las manos sobre el corazón para que Yo los pueda bendecir por aquellos que no son bendecidos y que se olvidan que Mi Corazón es el gran tesoro del Amor infinito para toda la humanidad y para los Reinos de la Naturaleza.

Elevando Mi Mano derecha hacia lo Alto, en señal de bendición y de protección, Yo le concedo el perdón a los Reinos Menores ultrajados por esta humanidad de superficie e imploro al Santo Padre, Señor de las Alturas y de la Creación, que tenga Misericordia por aquellos que han caído y han lastimado Su Creación Divina.

Que la Luz, la Paz y el Bien reinen para siempre en los creyentes y en los que aspiran alcanzar, algún día, el Reino de Tu Amor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por estar unidos a la Creación.

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