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Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que todo lo que sucede en el mundo se pueda reparar.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que todo lo que sucede, en el mundo interno del planeta, pueda ser purificado y colmado por la Luz Maternal de Mi Corazón.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que Dios te tenga en Sus Brazos de Misericordia y pueda realizar en ti Su Proyecto Redentor de Amor.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que todas las circunstancias de la vida sean resueltas por el poder inmaculado de Mi Amor.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que la vida del planeta, sus reinos, elementos, ángeles y devas, también sean ayudados en este tiempo por la intercesión de tu oración.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que todo lo que perdiste y es verdadero, que proviene de Dios, lo recuperes y sientas la fortaleza que en estos tiempos irradia Mi Corazón.
Adéntrate en el océano de Mi Gracia, para que vivas en Mi Amor y Mi Amor Materno pueda estar en ti hasta que se realice la Obra Divina en este planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Que hoy despierten en sus almas los Dones de Dios y que en sus corazones se abran las rosas internas que expresan el amor infinito por el Creador y Su Creación; a fin de que en sus vidas, consagradas a la eterna oración, se puedan realizar los divinos prodigios que el Padre espera revelarles a sus vidas en redención, por medio de este encuentro.
Que la caricia de Mis Manos Maternales santifique a cada uno de ustedes y los bendiga en este momento sagrado, para que en estos tiempos difíciles vivan y recuerden su transformación, como un paso importante por la humanidad y su sufrido planeta azul.
Entonces, Mis amados, que se abran las puertas de sus mundos internos, para que puedan concebir en sus esencias el Propósito que Dios les Ha destinado en este tiempo a sus vidas.
Tomados de Mis Manos para que Yo los pueda guiar, queridos hijos, caminen en confianza a Mi lado, porque así Yo los fortaleceré en la senda del sacrificio y de la eterna esperanza, que deberán ver reflejada en sus rostros, para que Dios deposite Sus Gracias en toda la humanidad.
Hoy, los bendigo desde el Cielo y el Cielo de Dios les traigo, para que al fin se establezca en sus vidas el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Quisiera que Mis hijos del mundo, especialmente los que están atravesando el fin de los tiempos, tomasen la oración como una herramienta de protección ante todo el movimiento existente.
Quisiera que Mis hijos se unieran a lo único y primordial para que sean guiados en todo lo que fuese necesario.
Llegó la hora de aprender a atravesar el fin de los tiempos para poder aprender a superar todos los obstáculos.
Cuentan con la guía de Mi Corazón materno, porque siempre estaré allí para poder socorrerlos y guiarlos hacia el cumplimiento del Propósito divino, en todos los planos y en todas las formas.
Hijos, los invito a la vivencia de la oración, del servicio y de la entrega absoluta, porque así, nuevas células de esta humanidad se encenderán y nuevos discípulos querrán encontrar su propósito y su misión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando tu oración sea verdadera, Mi Corazón Inmaculado te guiará y Yo te podré acompañar, llevando Mi Mensaje hasta los confines de la Tierra.
Mi Corazón se ennoblece cuando las almas oran de verdad; es un gozo desconocido por el mundo, es una alegría que permite abrir las puertas hacia la Misericordia de Dios, y así las almas no guardan pecado alguno y se purifican a través del poder de la oración.
De esa forma, el Reino Celestial se aproxima y todo se renueva hasta llegar a tocar lo profundo de la consciencia en cada partícula, en cada esencia.
El Señor transforma y vivifica a Sus hijos en Su Reino; cuando las almas oran de verdad, los corazones se alivian, llega la calma y se establece la paz por el simple acto de orar con la humildad del corazón.
Por eso, cada vez que un hijo Mío alcanza ese estado de oración, puedo derramar Mis Gracias, y ellas ya no se guardarán más en los Cielos, estarán en todos los corazones que orarán con plena sinceridad y de verdad a Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los protege en esta nueva etapa,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras la humanidad decida caminar por el camino del sufrimiento, necesitará de las sublimes corrientes de cura.
Por eso, venimos en este tiempo a su encuentro para intentar despertar a la humanidad al camino del no sufrimiento.
Muchas almas, en este tiempo, buscan resolver su vida interior y exterior sin Cristo; eso las lleva a ingresar en caminos de grandes sufrimientos y pruebas, perdiendo el sentido de su camino espiritual y evolutivo.
Aunque tan solo algunas almas encuentren el camino de la cura, esto será irradiado espiritualmente hacia la consciencia del planeta, por eso es importante mantener una consciencia de búsqueda permanente de la redención, para que los procesos internos de la humanidad finalmente sean curados.
La oración favorece y concibe que esa cura espiritual, que es tan buscada por las almas, se dé gradualmente; solo basta tener mucha fe para poder llegar a la Fuente de la cura divina e Interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para que siempre exista protección en ciertos espacios de la consciencia, y que esta protección se mantenga, no solamente en ella sino también a su alrededor, se necesita de oración y de paz.
Cuando esta protección es alterada por situaciones de la vida externa, o por falta de una verdadera vida de oración, comienzan a surgir situaciones que no estaban previstas por la propia consciencia, o por lo que está a su alrededor.
Es esencial, en estos tiempos, asumir una vida ardiente de oración para que, de esa forma, pueda existir protección en todo.
En los tiempos de hoy, no asumir verdaderamente la vida de oración, significa dejar atrás la posibilidad de recibir ciertos dones, que ayudarán a neutralizar o a mantener en equilibrio todas las corrientes que son contrarias a lo evolutivo y elevado.
Permaneciendo en el camino de la oración, las realidades y las experiencias serán otras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todos los días, el espíritu de la oración y del servicio al prójimo los ayudará a crecer interiormente y, sobre todo, a dar buenos ejemplos a los que los rodean y a los que los desconocen.
En todo deben imitar a Mi Hijo Jesús, porque Él estaba con los ricos, pero también estaba con los pobres y Su Divino Sentimiento no cambiaba ante las apariencias.
Con esto les quiero decir que un verdadero discípulo es aquel que sigue al pie de la letra lo que su Maestro le indica e intenta, todos los días, cumplirlo mejor, a pesar de sus limitaciones y pruebas, porque si el discípulo no aprende a moderarse ante los demás, ¿cómo las demás almas podrán encontrar al Cristo Vivo en ustedes?
Por eso, mediten en lo que les digo y vean cómo todos los días, ante diversas situaciones, sus corazones y sus vidas manifiestan los ejemplos y si éstos son en esencia verdaderamente crísticos y solemnes.
Deben tratar la vida, las cosas y, sobre todo, lo ajeno con solemnidad, porque ustedes no saben qué misterio hay por detrás de cada situación o acontecimiento.
Si moderan sus actos, si observan con amor las reglas, finalmente aprenderán en estos tiempos difíciles a representar a Mi Hijo en la Tierra. De lo contrario, si todavía no cuidan las cosas simples y las personas como si fueran verdaderos tesoros del Cielo dados por Dios, ¿cómo podrán ser misericordiosos con el semejante?
Recuerden los Mandamientos y vuélvanlos a poner en práctica; porque podrían estar robando y no lo percibirían, podrían estar matando el despertar interior de un semejante con sus actos y no lo percibirían, podrían estar ostentando y usando algo que no les corresponde y estarían infringiendo gravemente la Ley, estarían en serias deudas.
El Reino de Dios es la promesa de Dios para todos, búscalo primero dentro de ti en el día a día, no dejes que la soberbia, la infracción indebida o la indiferencia cieguen tu corazón, porque podrías no estar percibiéndolo.
Corrige tu vida todos los días y hazlo por Jesús, por el triunfo de Su Plan de Amor en las criaturas.
¡Les agradezco por escucharme de verdad y por poner en práctica Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Vengo como un nuevo Sol, para iluminar el mundo y retirarlo de las tinieblas.
Vengo como parte del Santo Corazón de Dios, para que Su Nombre sea conocido y amado por todas las criaturas.
Vengo para que la humanidad conozca la paz, la proclame y la viva todos los días de su existencia.
Vengo en un tiempo de guerras y de conflictos, en donde las naciones comienzan a colapsar, una a una, como consecuencia de sus acciones y de sus equivocaciones, por el engaño y por la ceguera mundial, en la cual los hombres se mienten unos a otros y a sí mismos; pero nunca engañarán a Dios.
Vengo a un mundo sin fraternidad y sin amor, en el cual las naciones estimulan guerras y conflictos unas contra las otras, para sobresalir y usufructuar del sufrimiento y de la carencia de los que padecen esa ilusión.
Vengo por los inocentes que se están perdiendo en este juego de fuerzas humanas, sin comprender por qué sufren tanto, y que se preguntan en dónde está Dios para ampararlos.
Dios, hijos, contempla a cada corazón y a la humanidad como un todo. Si los hombres no le abren las puertas, no claman, no oran y no buscan la paz, ¿Cómo podrá llegar a los que más necesitan y que se sienten olvidados no solo por la humanidad, sino también por su Padre?
Vengo por una humanidad ignorante, que necesita comprender que el tiempo de los juegos y de la infantilidad espiritual ya terminó, porque las consecuencias de sus ilusiones se muestran en la decadencia de las naciones, de las culturas, de las religiones, de las almas y de los Reinos de la Naturaleza.
Vengo por los reinos que no pueden elevar su verbo orante ante los hombres, para pedirles misericordia y paz, para pedir el fin de la sangre derramada, tanto en la tierra como en los océanos; el fin del martirio de los árboles, del desequilibrio generado en los minerales, para que los hombres adornen sus cuerpos y fortalezcan sus ilusiones.
Vengo por la consciencia de un planeta que está vivo, que sufre y que padece junto con todos los inocentes, de la naturaleza como de la humanidad; y que no es escuchado sino por Dios y por el Universo, cuando clama por la vida y por la evolución.
Vengo hoy, para apelar junto con Mis Hijos, por un mundo con más paz, para que cada uno que Me escuche, construya esa paz en su propia vida y de testimonio de su transformación con el ejemplo y con la oración.
Vengo para pedir que difundan Mi llamado más allá de las fronteras, de las creencias y de las religiones, porque solo pido que los corazones fortalezcan su fe y que, siendo ella verdadera y pura, si los lleva a amar al prójimo y a Dios por sobre todas las cosas, la vivan con plenitud y sin engaños.
Vengo para pedirles la unidad interior entre las culturas, el respeto entre las religiones, la comprensión de los caminos que Dios inspiró a Sus hijos para que vivieran, no para competir entre sí, sino para que, en la diversidad de Sus criaturas, cada una encontrara la forma de llegar a Su Corazón, ya sea a través de Buda, Mahoma o Cristo. Si son sinceros y buscan la expresión del Amor, todos llegarán a Dios y allí comprenderán la esencia de la unidad, que hoy sus mentes no pueden concebir, por estar tan llenas de conceptos y de ideas humanas.
Estoy aquí como una simple Mediadora, como la Corredentora de este Plan de Amor, como una Madre Celestial y Divina, enviada por Dios, para guiar a la humanidad hacia el retorno al Origen en el Corazón del Padre Celestial.
No les pido que Me adoren, sino que Me escuchen y que se unan al propósito que Yo les traigo, reconociéndolo verdadero ante la necesidad del mundo.
No soy Yo, Hijos Míos, quien necesita de sus oraciones. Son ustedes, como humanidad, que deben aprender a orar, para salvarse y para retirar este mundo de la ceguera y del cautiverio espiritual y casi físico en el que se encuentra.
Solo les pido que se unan a Dios y comprendan Su Amor por la vida y por cada una de Sus criaturas. Que comprendan a cada ser humano, así como a cada elemento y especie de la naturaleza, como una joya preciosa del Creador, una parte indivisible del Corazón del Padre. Cada vez que uno de Sus hijos se pierde, es Su Corazón el que padece, el que sufre y que muere con esa pequeña esencia que proviene de Él.
Mi llamado es por la Paz, por la Verdad y por la vivencia del Amor entre las criaturas. Todos los misterios se revelarán a los ojos de los que así vivan, respondiendo a Mi llamado. Y todo se cumplirá, si Mis peticiones se cumplen en sus vidas.
Los amo y los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si las almas pudieran reconocer que en la Instrucción de los Sagrados Corazones se encuentran las llaves para vivir la esperada transformación interior; tal vez, las consciencias evitarían tomar decisiones precipitadas y cometer errores.
La Instrucción es fuente de sabiduría y favorece el discernimiento. Al mismo tiempo, intenta no solo corregir y mejorar, sino también despertar y profundizar los principios de la vida consagrada al Plan de Dios.
Cuando la Instrucción de la Divinidad no es correctamente asimilada y contemplada, la consciencia corre el riesgo espiritual de que sus aspectos inferiores gobiernen su vida y la tornen dependiente de sus acciones.
La Instrucción intenta remediar las actitudes humanas y elevar a la consciencia de los niveles rudimentarios en los cuales regularmente se encuentra.
La Instrucción, unida a la oración, hace florecer en la consciencia, más rápido, la necesidad de cambiar pronto, con el fin de tornarse un instrumento en las Manos de Dios, al servicio de Su Divina Voluntad.
Quien no conjugue, en estos tiempos, instrucción y oración como una sola enseñanza, podría quedar atrás, en los últimos escalones del despertar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que en estos días puedan beber, como de una fuente, la espiritualidad y la religiosidad de Santa Teresa de Jesús.
Que sus almas puedan vivir la transverberación interior y así, puedan sentir la conversión del corazón.
El Espíritu Santo ofrecerá la Gracia de la liberación de un aspecto terrestre y humano. Por eso, unidos a Santa Teresa de Jesús, pidan su intercesión para que esa liberación se lleve adelante.
Hoy les ofrezco a todos los consagrados, con Mi rosario de Luz, el devocionario a Santa Teresa de Jesús, para que sea orado por los corazones buscadores de la transverberación interior.
Este devocionario, que ya conocen, los llevará a aproximarse a la esencia de la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús. De esa forma, sus consciencias serán ayudadas por la humilde intercesión de la Sierva Teresa de Jesús.
Que los caminos de Teresa de Jesús sean sus caminos y que sus vidas alcancen, algún día, el espíritu de la simplicidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En estos tiempos, Mis hijos del mundo colocan su atención en todo lo que es externo, descuidando su gran mundo interior en donde mora Dios.
Pocos hijos Míos colocan su atención en la riqueza infinita de su universo interno y eso es doloroso para Nuestro Dios.
Los corazones son atrapados por todo lo que llaman “innovador” y un gran hipnotismo planetario rodea al planeta, sobre todo, a la humanidad.
Por eso, le he pedido permiso a Mi amado Hijo para retornar al mundo cuantas veces sea necesario, a fin de que Su Madre Celeste pueda despertar a la humanidad antes de tiempo.
Con las oraciones de Mis hijos, puedo interceder. Con las oraciones de Mis hijos, puedo llegar a donde existe la mayor necesidad planetaria.
Ahora su Madre Celeste, la Reina de la Paz, peregrina con ustedes a Italia con la misión de que se cumpla la sagrada unión ecuménica entre todos los creyentes de Cristo, Nuestro Señor.
Los acompaño, los guío y los amparo con la Luz materna de Mi Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y está entre ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El bálsamo para la indiferencia: la Oración
Hijos amados:
Desde el principio de esta Obra y antes de ella, les enseñé a orar, inspirando sus corazones hacia la vivencia de un simple misterio, que por ser tan simple y accesible, fue incomprensible para muchos.
La oración es simple, pero no deja de ser misteriosa; no deja de guardar en sí, al igual que el silencio, un tesoro incalculable.
La oración es un escudo contra el mal, pero también contra sí mismos, contra todos aquellos aspectos que les son incontrolables; porque no es con su propia fuerza y poder humano, que conseguirán controlarlos y sublimarlos. La oración los coloca en las manos de Dios, como individuos y como humanidad, y abre una puerta para que sea la Ley Divina la que actúe en sus vidas.
Cuando Yo les cuento de Mis dolores, les muestro Mis llagas y los llamo a vivirlas Conmigo, no les estoy ofreciendo un peso mayor del que pueden soportar, sino que solo hagan y vivan aquellas cosas que ya están preparados para hacer y vivir, como orar constantemente.
Si oraran un Misterio todos los días, muchas espinas no estarían en Mi Corazón. Si oraran la Madre Universal, invocando Sus atributos, muchas de las energías capitales que los atormentan y que atormentan a la humanidad, ya no estarían en sus corazones ni en sus mentes, porque los atributos de su Madre Divina colmarían los espacios que hoy están ocupados por la vanidad, por la soberbia, por la indiferencia y por la inercia que permea las mentes y los corazones de Mis hijos.
No sufran ni se entristezcan al escuchar Mis palabras, porque esa es una forma humana de compensar la falta de esfuerzo y de sacrificio en sus vidas. Aquel que comprende verdaderamente lo que les digo, toma en sus manos el rosario y se va a esmerar por atraer hacia el mundo, el Don de la Presencia Divina.
Aquel que ve en el horizonte la Justicia de Dios, no se esconde de ella debajo de una mesa, sino que clama hasta el último segundo por Misericordia, aunque sepa que vivirá aquello que necesita, según el aprendizaje que escogió.
Hijos Míos, con amor les digo que es tiempo de vivir la madurez espiritual; y la alcanzarán, no con el pesar de sus corazones, sino con el coraje y el valor de atraer hacia el mundo, a través de la oración y de la transformación verdadera, las leyes que equilibran todo lo que la humanidad vive, debido a los permisos que constantemente se da, de herir el Corazón de Dios.
Con simplicidad en Mis palabras y con Amor en Mi Corazón, hoy sólo les digo que oren. Oren para que Dios triunfe en ustedes. Oren para que sea Él el que viva esta batalla. Oren para que encuentren fuerzas para no ser indiferentes, distraídos, y tan perdidos en las influencias del mundo y distantes de Dios. Oren para reconocer la Verdad, para contemplar en el mundo, lo que hiere el Corazón del Padre y saber equilibrarlo.
Oren para curar sus propios corazones y ya no buscar en el otro, o en el mundo, la justificación a sus miserias. Oren para saber verdaderamente lo que es cargar Conmigo la cruz de la humanidad entera y vivir la Pasión planetaria, como Mi Hijo vivió Su Pasión en el Calvario.
Oren para saber que la vida va más allá de lo que sus ojos pueden ver y encuentren en la eternidad su fortaleza. Oren, hijos Míos, porque es la oración -simple como ella es-, la que vencerá los abismos, cerrará las puertas al mal y consumará la redención de los hijos de Dios.
La oración es el bálsamo para los enfermos de espíritu, para los ciegos, para los débiles, para los pobres, para los que están llenos de sí y vacíos de Dios.
Oren de verdad y comprenderán, en el silencio de un sentimiento inexplicable e innombrable, la esencia de lo que hoy les digo. Mi rosario será una extensión de los suyos; siempre que oren de corazón, estarán orando Conmigo.
Yo los bendigo hoy y siempre, bajo la Luz del verbo orante.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando vengo a pedirles que oren por los océanos y mares, también les pido que oren por los continentes y naciones; así, toda la Creación estará incluida espiritualmente dentro de esa propuesta de redención y de Gracia para este planeta.
Será de esa forma, que todos los Reinos, desde el Reino Mineral hasta el Reino Angélico, serán ayudados por la poderosa corriente de oración y de paz.
Quisiera que todos Mis hijos orantes pudieran penetrar este misterio del universo de la oración, porque cada vez que ustedes activan el verbo orante están permitiendo que la Divina Fuente descienda y se aproxime a toda la raza humana.
Con la oración por los océanos y por los Reinos de la Naturaleza, su Madre Celeste, puede interceder de una forma más amplia y, a pesar de que la humanidad sigue cometiendo infracciones para con la Creación, Mi Gracia hoy les concede una oportunidad de que más almas despierten y sientan en su interior la necesidad de un cambio hacia el bien y la paz.
Mientras el planeta y su raza están congestionados espiritualmente, su Madre Celeste viene en auxilio y amor a socorrerlos y, así, establecer en la raza humana un estado de mayor fraternidad, sabiduría y amor, aunque la mayoría de Mis hijos lo haya perdido todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y ora con ustedes todos los días,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras la humanidad duerme y camina buscando una plenitud que cada día la lleva hacia un vacío mayor, Yo estoy aquí, hijos Míos, en el horizonte, contemplando sus pequeños corazones.
Yo soy la Madre de los Océanos, Aquella que sustenta con Su Manto y con Su Gracia a los mares y a todas las criaturas que habitan en ellos.
Cada pequeña criatura marina es parte viva de Mi Espejo de Luz, de Mi Corazón.
Los seres marinos ocupan un lugar especial en Mi Corazón Materno, porque ellos son parte de Mi Pureza. A través de ellos, equilibro las mentes y los espíritus de los hombres, y genero méritos ante Dios para que este mundo siga existiendo.
Hoy, contemplen los mares como grandiosos Espejos de luz, semejantes a Mis Espejos en el Universo. A través de ellos, reflejo hacia el mundo la paz y aquellos corazones que estén abiertos podrán sentirla y recibirla en su interior.
Los mares son parte viva de Mi Fuente espiritual. Son la materialización de la pureza divina y existen en la Tierra para recordarle a los corazones, constantemente, que un día deberán retornar a Dios.
Los mares son una ofrenda del Creador al mundo, para que Sus criaturas puedan recuperar la Pureza Esencial y que, cada vez que sumerjan sus cuerpos en los mares, salgan renovados como una nueva esencia que surge de los estanques celestiales.
Y los seres marinos son los que, con amor, sustentan esa posibilidad de renovación para la Tierra.
Los mares no solo equilibran y transmutan al planeta; espiritualmente ellos son un camino para retornar a Dios.
Por eso, hijos Míos, a lo largo de los océanos están distribuidos los Espejos de luz, que los limpian y los purifican para que nunca pierdan la pureza que Dios les entregó.
Pero el sufrimiento de los seres marinos, la contaminación de las aguas y la incomprensión de los hombres ante la misión espiritual de los mares, los debilita y hace que, poco a poco, sostengan menos al planeta.
Ha llegado la hora de sustentar espiritualmente a los mares por todo lo que ellos entregaron al mundo.
Llegó la hora de reconocer la misión espiritual de la naturaleza, buscar una comprensión más amplia de la vida y no solo una comprensión aprisionada en el propio interior, en el propio yo, en la propia personalidad y en la vida personal.
Todo en el mundo, como en el Universo, tiene una razón para existir.
Toda la vida cumple una función espiritual, y es a través de la comunión y de la unidad vivida entre todos, que el Plan de Dios se cumple y el retorno al Origen se manifiesta.
Todo es parte de la multiplicación de Dios, en todo está Su Presencia y como un misterioso rompecabezas celestial, el Creador cuenta con cada una de Sus criaturas para expresar Su Unidad. Por eso, hijos, toda la vida depende de la unidad entre los seres.
Entonces, comprendan hoy, la grandeza de los mares y su misión en el mundo.
Oren por los océanos, oren por la vida que habita en su interior y agradezcan todos los días por su existencia.
Con el simple acto de pensar menos en sí mismos y más en la Creación, se aproximarán a Dios y colaborarán en la expresión de Su Divina Unidad.
Yo los bendigo en este día de gracias y les agradezco por estar conmigo, orando por los océanos.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los Océanos
Transforma todas las fuerzas terrestres a través de la fuerza de la paz y de la oración, porque así tu alma se tornará invencible, al igual que Jesús cuando vivió la Divina Pasión.
Que la fuerza de la paz universal transforme todo lo que es decadente y mundano. Que en una mansedumbre y neutralidad inalterable todo mal sea extirpado, porque nada puede resistirse a un verdadero estado de paz y de armonía.
Que la fuerza de la paz modifique los acontecimientos. Que pueda hacer más conscientes de sus actos a todos los que aspiran a estar en Cristo, que todos aprendan en la escuela de la purificación de estos tiempos.
Que sea inalterable la fuerza de la paz, que represente el factor de la derrota de todas las fuerzas terrestres.
Que, en la quietud, serenidad y silencio, todo mal sea arrancado de raíz de la consciencia, a fin de que más almas aprendan a liberarse de sí, para poder ayudar a liberar al mundo de todo lo que es terrestre.
Que la fuerza de la paz haga de este planeta un tabernáculo de luz, lleno de almas redimidas a los Pies del Gran Señor.
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los santifica,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A las puertas del gran acontecimiento de Fátima, su Madre Celeste se prepara, en el Reino Espiritual de Dios y en compañía de todos Sus ángeles, para la misión que Su Señor y Maestro le encomendó.
Por eso, quisiera que cada hijo Mío, en sintonía y oración, acompañe a su Madre Celeste en esta sagrada tarea de que una parte de la humanidad contacte nuevamente el estado de su pureza original.
Para eso, queridos hijos, en estos próximos días los invito a cada uno de ustedes a estar bien presentes, con Fátima en el corazón, a fin de que el universo superior de consciencia pueda llevar adelante esa sagrada tarea con la hermandad que nace de cada corazón que ora y que suplica.
Es así que, en esta hora, su Madre Celeste estará comenzando Su tarea divina en la humanidad, necesitada de amor, de misericordia y de perdón.
Dejen que en el interno de cada uno florezca la paz y la confianza de poder responder al llamado de lo Alto a tiempo; porque lo que sucederá en los próximos días será importante interior y universalmente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando las puertas se abren por medio de la oración, un camino de redención se dibuja en las consciencias de las almas del planeta.
Dicho camino de redención permite establecer nuevos principios en las vidas de los que antes estaban lejos de Dios, y esto favorece no solo a las consciencias, sino al estado evolutivo de todo el planeta.
Por eso, cuando la vida de oración es practicada ampliamente, el universo consigue llevar adelante su tarea espiritual y al mismo tiempo interna, porque para que alcance el estado de Luz es necesario que las consciencias permanezcan en el camino de la transformación y de la entrega.
El camino de la oración siempre los llevará a todos por nuevas escalas de elevación y de consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Todos los días, Yo los miro con dulzura e intento ver a través de sus almas la preciosa Presencia de Cristo.
De esa forma, Yo me aproximo a la humanidad más perdida para guiarla hacia el propósito que perdió de vista.
Todos los días, miro al mundo y veo que muchas veces repiten todos sus errores. Como en un estado vicioso, la humanidad no consigue por sí sola salir de sus propios abismos.
Por eso, de tiempo en tiempo, el Señor envía consciencias para que lo sirvan incondicionalmente en este planeta, para que transmuten y padezcan sufrimientos semejantes a los que vivió Jesús.
A esos, el Señor los llama santos de los últimos días, almas que vivirán un gran sacrificio por muchos más y que lo harán en su más profundo silencio; porque eso no será noticia en ningún lugar.
Es así que Mis ojos los contemplan y acompaño como Madre cada paso que esas almas darán por amor a Dios. A los demás hijos, les bastará orar por esas almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Santa debe ser la muerte corporal, que se consuma con el Sacramento de la Extremaunción. Es así como el alma, con la intermediación del sacerdote, se libera de los aspectos antagónicos y terrestres para alcanzar la Gracia de la redención.
Santa debe ser la muerte corporal, porque durante la agonía, cuando la consciencia recibe la Gracia de la Unción, los obstáculos que le impiden al alma volar hacia nuevos cielos desaparecen, ya que, en esencia, también el espíritu es bendecido por la Santa Unción.
Santa debe ser la muerte corporal, porque cuando el alma recibe, antes de partir, grandes caudales de oración, es ayudada a alcanzar nuevos escalones y toda la consciencia se eleva hacia nuevas escuelas.
Santa debe ser la muerte corporal, porque cuando la consciencia es ungida, se vierte toda la cura que el espíritu necesita para que se libere del pasado y pase a vivir en el eterno presente.
Santa debe ser la muerte corporal, porque cuando el sacerdote unge al enfermo o al agonizante, estará ungiendo al Cristo interno de cada ser. En nombre del Señor, estará abriendo las puertas a la divina e insondable Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cada oración pronunciada con amor es como una flor que se abre en Mi jardín. Es una Gracia que se puede derramar sobre alguna consciencia de este planeta.
Así, cada vez que se ora de corazón, nuevas Gracias y afluentes de Misericordia surgen para derramarse sobre alguna situación del planeta. Vean, entonces, la importancia de la vida de oración y deu nión con Dios.
Por más difícil que algo parezca, la oración tiene el poder de cambiar el destino, siguiendo los principios de las Leyes Celestiales.
La oración puede enderezar y corregir lo que está desviado o incluso lo que no está claro.
La oración es la esperanza de los mansos y el fuego ardiente de los pacificadores. Es la forma que cada alma tiene de comunicarse con Dios y de convertir cada momento de oración en una oportunidad de estar en comunión con lo Alto, así como de hacer florecer en Mi jardín maternal, muchas, pero muchas, más Gracias.
La oración es el alimento que nunca le debe faltar al espíritu y el agua de vida que siempre debe tener el alma.
La oración es el portal que los conducirá hacia la paz y hacia el despertar.
Es el mayor remedio para curar cualquier necesidad espiritual.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más