MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Si ustedes no comprenden algo que les digo, entren en el recinto del propio corazón y traten ahí de trascender las imperfecciones, las ideas sobre sí mismos, los conceptos ya construidos sobre su propia personalidad o incluso lo que creen ser, en alma y en espíritu, porque el corazón desconoce completamente el Plan de Dios. Aun aquellos que son considerados sabios viven, en el mismo tiempo y espacio de la ilusión, separados de la Verdad Suprema. Así, por más que puedan vislumbrar algo sobre la vida superior, jamás podrán conocerla completamente, sino solo cuando el tiempo de Dios comience a ser uno con el tiempo de este mundo y la ilusión de estar solos, en un cosmos infinito, desaparezca de la consciencia humana.

Por no saber nada sobre el Plan de Dios, ustedes tampoco saben sobre sí mismos, porque son parte de una Creación Suprema que, en su conjunto, es un gran misterio para la humanidad. Pero llegará el momento en que los misterios tendrán que ser revelados, porque el Plan de Dios deberá ser vivido porSus criaturas.

Al contrario de lo que muchos piensan, los Mensajeros Divinos son enviados al mundo más para que ustedes puedan vivir el Plan de Dios, y no tanto para que puedan conocerlo. Es por esto que, a lo largo de los siglos, solo le entregamos a la humanidad palabras que la condujesen al encuentro de un nuevo principio de vida por medio del amor, de la fe y de la caridad. Estos principios, por sí solos, llevarían a la humanidad a vivir segúnlo que Dios pensó para los hombres. Y después de haber vivido y experimentado el Plan de Dios, entonces ustedes comenzarían a poder conocerlo y comprender mejor el motivo de vivir todas esas cosas y por qué no podrían continuar viviendo la vida humana común de superficie.

Como los tiempos se aceleran y el Reino de Dios se aproxima al mundo, para volverlo sagrado y retirarlo de la ilusión, los Mensajeros Divinos dan Su último gran impulso a la consciencia humana, intentando hacerla vivir los principios divinos y, al mismo tiempo, comprender lo que le sea posible, dentro de su limitación, sobre la vida universal, el Plan del Creador y para dónde Él los conduce a partir de este nuevo ciclo.

Es por esto que les pido que, antes de escuchar las Palabras de Dios en el verbo de Sus Mensajeros, entren en lo profundo de su corazón y olvídense de todo lo que piensan sobre sí mismos, sobre la humanidad y sobre la vida planetaria, para que así puedan encontrar una puerta para entrar en contacto con la verdad de todas estas cosas.

Les dejo esta reflexión y la paz de Mi Corazón, porque el conocimiento debe ser contactado siempre con el espíritu de la paz, pues la transformación se da solo cuando es resguardada por la paz, así como la correcta fortaleza se construye con un corazón pacífico.

Su amado padre y compañero de la eternidad,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, muchos Me buscaban para que los aconsejara sobre cómo unirse a Dios. Mi Casto Corazón estaba descubriendo, en el Niño Jesús, que Dios estaba dentro de todos los seres. Pero en una época en la cual no se pensaba en un Dios Vivo, sino en las Escrituras, era muy difícil concebir la existencia de Dios dentro de cada ser.

Hoy, ya existen conocimientos y experiencias suficientes, como humanidad, para que comprendan las cosas del Cielo y cómo ellas se expresan en el mundo. De esta forma, descubrirán  en el mundo el potencial que él tiene para vivir de acuerdo a la vida celestial.

Así como Dios está vivo en cada ser y pocos pueden verlo, Su Reino vive en la idea original de la creación de la Tierra. De esta forma, tanto el Dios Vivo debe surgir en los seres como Su Reino debe manifestarse en el mundo. 

Para encontrar al Señor dentro de sus propios corazones y reconocerse semejantes a Dios, ustedes tendrán que desconocerse como individuos imperfectos y meramente humanos desde el punto de vista de la Tierra.

Para que el Reino de Dios sea una realidad en el mundo, todo lo que no está conforme a ese Reino debe dejar de existir. Y no será Dios quien hará desaparecer todas las cosas y, así, resolver todos los problemas planetarios. Ustedes, Mis amados, serán los que deben hacer desaparecer, primero de sus propias consciencias, todos los conceptos, los principios, las ideas y las intenciones que construyen todas aquellas cosas que, como humanidad, los separan de Dios.

Por ejemplo: por más que no sean gobernantes ni tengan la potestad de comenzar ni de acabar con una guerra, para abolir las guerras en el mundo deben aplacar, en sus consciencias, la ira, la competitividad, la avaricia, la codicia… Y, de esa forma, deben actuar con todo, porque poco a poco el Reino de Dios descenderá al mundo; pero, para eso, la armonía con la cual ese Reino se instalará dependerá de la preparación de la consciencia humana para recibirlo.

Muchos temen la tan citada transición planetaria, pero pocos están reconociendo que el curso de esa transición será el resultado de lo que cada uno pueda hacer para transformar en sí la consciencia humana y, en consecuencia, la consciencia planetaria.

Mediten en lo que les digo y en lo que les dije en días anteriores. Encontrarán en Mis palabras las llaves para alcanzar la redención de una forma pacífica y armoniosa.

Les dejo Mi amor y Mi consejo paternal, así como en otros tiempos.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En presencia de Mi santa hija, Teresa de Jesús, Me alegro de verlos liberando al mundo por el poder de la devoción y de la alegría de servir a Dios.

Ese es el espíritu de una verdadera vida de consagración y es lo que Teresa de Jesús siempre enseñó al mundo por medio de su ejemplo: que la alegría nunca debe faltar en el corazón de aquellos que se entregan a Dios.

La alegría debe estar como esencia en todo lo que hacen: la alegría del silencio, la alegría de la transformación, la alegría del sacrificio, la alegría de la corrección, la alegría de orar, la alegría de servir, la alegría de ser parte viva del Plan de Dios.

Si esa alegría estuviese viva en el corazón de todos los servidores, sería como el fuego que mantiene encendido el amor en el corazón de todos los seres y transforma toda rigidez y toda   dificultad en simplicidad y levedad.

Hoy, al lado de Mi hija Teresa, a quien nunca le fallé y quien nunca Me falló, vengo a darles un impulso para la consagración de la vida y para que hagan del día a día de sus seres la eterna
alegría de caminar hacia Dios.

Cuando el Propósito Divino está claro, tanto en la consciencia como en el corazón, el alma jamás pierde la alegría porque, aun delante de los actuales escenarios del mundo, ella conoce la verdad hacia la cual camina y siempre está tratando de elevar el dolor y la tristeza por medio de la alegría.

Queridos compañeros, tanto Teresa como Mi humilde Corazón estuvieron sobre la Tierra y conocen las dificultades de llegar a una verdadera entrega. Sin embargo, los dos alcanzamos en vida dos virtudes, con las cuales pudimos cumplir el Plan de Dios para Nosotros, las que seguimos viviendo para ser eternos siervos del Señor. Esas virtudes son la perseverancia y la alegría. 

Sean incansables delante de los obstáculos que el mundo les coloca y que el propio interior hace emerger y tornen la vida leve y simple por medio de la alegría.

Cuando eso suceda, podrán ser una fuente de la presencia de Dios en el mundo y, en un tiempo en el cual la desesperanza es lo común en los corazones, ustedes podrán ser un aliento y un bálsamo de amor para los que sufren.

Yo los amo y, junto a Teresa de Jesús, quiero mostrarles la simplicidad de la vida consagrada al Plan de Dios, cuando el corazón es incansable y alegre de verdad.

Dejamos nuestras bendiciones para el mundo entero, y que Nuestra alegría traiga levedad a los corazones afligidos.

Su padre y compañero, San José, en presencia de Santa Teresa de Jesús

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A lo largo de la historia de la humanidad, como también de la historia del universo, cada acto, sentimiento, pensamiento e intención de los seres queda plasmado en la consciencia
planetaria.

Cuando un ser actúa de forma correcta y vive un aprendizaje importante que debe ser vivenciado por todos, lo que llevaría a la raza a dar un gran salto evolutivo, esa experiencia se distribuAye como código de luz para todos los seres humanos y, de esa forma, todos reciben una oportunidad de evolucionar y de aprender.

Cuando los hombres actúan incorrectamente y se unen a las acciones del caos y del mal, esas experiencias también quedan plasmadas en la consciencia humana y en las consciencias de las naciones, impidiendo que las almas vivan según el Plan de Dios. Mientras ellas no se liberen de esas situaciones, por medio del perdón y de la comprensión de lo que vivieron, podrán pasar siglos recordando el mismo sufrimiento.

Tampoco los verdugos, aquellos que cometieron el error, reciben una oportunidad de redimirse delante de Dios y equilibrar el pasado porque, para eso, la propia humanidad debe generar códigos de amor que sean más potentes que cualquier oscuridad.

Cuando los Mensajeros Divinos  llegan a las diferentes naciones, no solo vienen para traer la paz y el despertar para los que allí habitan, sino también para liberar y perdonar, con el poder de Su Amor, todo el pasado que impide que el Reino de Dios descienda en esos lugares.

Por eso, ustedes deben ser más conscientes de la tarea invisible de Dios por intermedio de Sus Mensajeros y ser también partícipes de la liberación que llevan adelante en cada peregrinación.

Para eso, estén enteros durante sus oraciones: devotos, verdaderos, unidos a Dios con el verbo, con el espíritu y con el corazón. Siéntanse parte de la consciencia humana mientras oran y, así como el cuerpo humano une sus energías para curar alguna herida, únanse como consciencia humana para depositar la Luz de Dios en todos los espacios del mundo.

Ustedes saben que la humanidad se equivocó mucho a lo largo de los siglos y continúa distanciándose de Dios; por eso, ahora llegó el momento de generar el equilibrio correcto, hasta que la balanza les permita vivir una vida superior en este sagrado mundo que debe vivir la Redención.

Yo los amo y les agradezco por ser más conscientes de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, RECIBIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis amados compañeros y buscadores de la verdad celestial:

Hoy Mi Casto Corazón solo viene para pedirles que sigan profundizando en el camino de la oración y de la entrega.

Les pido que no se olviden de la campaña para la cual los invité hace un tiempo atrás y que se acuerden de la sagrada misión que los misioneros de María deberán llevar adelante, tan pronto como sea posible.

Sepan que el adversario de Dios hará de todo para que los misioneros no puedan llegar al destino marcado por el Señor. Por eso, desde ya, como soldados orantes de Dios, que viven para cumplir Sus Planes, coloquen en sus oraciones y en sus corazones esta sagrada misión para que así se abran los caminos y se disuelvan los obstáculos impuestos por el mal.

Para los Sagrados Corazones, esta misión es de vital importancia, como la campaña para sembrar el Amor en la humanidad, porque si ustedes cumpliesen esos dos propósitos, la humanidad estará enviando una señal para el Cielo, de que anhela ardientemente que la Luz descienda al mundo y que el mal sea disipado.

Hoy les digo que, para que sea disipado todo el mal que la humanidad causa al planeta, a Dios y a sus semejantes, no basta querer; deben orar, actuar y hacer muchos esfuerzos y sacrificios. Ustedes saben que el mayor sacrificio del ser humano no es el martirio del cuerpo, sino la vivencia de la humildad. Es por este motivo que los envío para que pidan perdón y vivan la reconciliación en pro del cumplimiento de un Plan Superior porque, así, ustedes vencerán lo que el hombre siempre alimentó: el orgullo y la vanidad.

Todos los conflictos del mundo tienen como base el orgullo arraigado en el corazón humano; por eso, para que se establezca la paz, sean humildes de corazón.

Yo los amo porque sé de la grandeza de sus corazones cuando expresan la verdad que está latente en su interior.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Bienaventurados los que guarden en sí el Reino de Dios y hagan de la propia consciencia el tabernáculo para las nuevas semillas de la sagrada humanidad.

Mis queridos:

Una vez más les pido que, en la unidad de la consciencia humana, ofrezcan sus esfuerzos y sacrificios, sus conquistas y transformaciones a todo el planeta.

Hoy su Madre, María, toca el suelo de una nación muy lastimada y herida por el ansia del poder humano. En los planos espirituales, Colombia aún padece los errores cometidos en el pasado y muchas almas viven sin paz por las consecuencias de todo el mal que causaron los primeros colonizadores a los pueblos originarios.

Esta, Mis amados, es la realidad de la gran mayoría de las naciones del mundo que, por falta de luz y de perdón, siguen padeciendo las acciones maléficas que someten a las almas durante siglos, sin que puedan comprender lo que viven. Por eso es tan importante que los Mensajeros Divinos puedan llegar al mayor número posible de naciones, principalmente de América, que necesita ser liberada del pasado para que viva el nuevo futuro.

Hoy les digo esto porque, como compañeros y siervos de Dios en este mundo, ustedes deben conocer esas realidades y saber que no sólo Medio Oriente padece por la astucia del adversario, sino que muchas otras naciones viven situaciones de una oscuridad deplorable, sin que los ojos humanos perciban la gravedad de la situación en que se encuentran las almas.

Sepan que el mundo sufre mucho más que crisis sociales. Ustedes están transitando por una crisis espiritual definitiva, en la cual tienen toda la ayuda de Dios para que la Luz se establezca en el mundo y sea vencido el terror del caos. Solo deben ser más conscientes y saber que lo más importante, hoy, es orar y trabajar para que el Plan de Dios se manifieste. Trabajar para eso, Mis queridos, es transformarse constantemente, dejando al viejo hombre para descubrir el verdadero arquetipo humano y, así, ser lo que Dios espera de Su Creación en este mundo.

Yo los amo y los concientizo de la realidad planetaria para que sirvan más y mejor todos los días de sus vidas.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis queridos compañeros en Cristo:

Mientras la humanidad se preocupa con el crecimiento material y con la acumulación de bienes y riquezas que perecerán rápidamente ante la imperiosa Luz del Redentor, Yo los invito a preparar el retorno de Cristo al mundo.

El Señor vendrá cuando los corazones del mundo hayan aprendido a valorar la verdadera riqueza y los verdaderos bienes, que son aquellos que ustedes ganan cuando pierden los bienes del mundo y cuando se pierden a sí mismos, entregándose a Cristo.

El Señor vendrá cuando la humanidad comprenda que el único  seguro es el que lleva a Cristo. Este momento no está distante de sus vidas, porque los mismos acontecimientos del mundo harán que se desmoronen todas las estructuras que brindan el confort y la seguridad a los seres en la vida material.

El Señor vendrá cuando las consciencias, al fin, comprendan más ampliamente Su primera venida al mundo. Ellas lo descubrirán al ver el ejemplo de aquellos que siguieron Sus pasos y que, confiados en Su Presencia Espiritual, no titubearon con los temblores del mundo y no dejaron desmoronar sus fortalezas interiores, incluso con todos los ataques del enemigo. Al contrario, los compañeros de Cristo ayudarán a construir la fortaleza en el interior del prójimo, aun en medio de grandes tempestades, porque mayor que el viento y que la lluvia será el poder del amor infundido en ellos por Cristo.

El Señor vendrá, al fin, cuando la humanidad comience a conocer su verdadera historia, el origen de este mundo y de todo lo que ya sucedió aquí, desde que los primeros seres humanos comenzaron a desarrollarse. En ese momento, la humanidad buscará en Cristo la respuesta para todos los cuestionamientos que el alma hará para que la mente despierte y encuentre en Él la confirmación de todo. Porque el Señor vendrá en Gloria y, solo por verlo entre las nubes, los incrédulos se arrepentirán, los ignorantes comprenderán y los falsos temerán verse delante de sus propias mentiras; pero todos sentirán el Poder del Rey y Su majestuoso Perdón.

Él retornará para que, en Su Presencia, la humanidad por fin comprenda el Plan de Dios y, aunque muchos no logren cumplirlo, siga su destino en la evolución del universo, con reverencia hacia la grandeza del Pensamiento Divino y confiando en la Voluntad de Dios. Caminarán desde el punto en que se encuentren, para que, un día, puedan ser según lo que Dios pensó.

El retorno de Cristo no es una fantasía, es una Verdad Suprema. Aquellos que crean en Su venida y perseveren, aun en contra del mundo y de las propias dudas de la mente, suspirarán aliviados cuando vean abrirse el Cielo y, de rodillas, agradecerán a Dios al ver que se cumple Su profecía.

Bienaventurados los que creen en el retorno de Cristo, porque caminarán detrás del Señor, siguiendo cada uno de Sus pasos.

Yo los amo y les dejo Mi paz.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús: Cuando estábamos terminando el devocionario de San José, vi que los portales comenzaron a abrirse, pero esta vez no veía el Cielo, sino un lugar de la Tierra. San José se aproximó; vi que detrás Suyo sucedía una guerra, y Él intentaba ayudar a ese lugar de dónde venía. Durante un tiempo, San José permaneció en silencio, con una mirada pura, aunque un poco triste. Luego, comenzó a decir la siguiente oración, que pidió que anotásemos, y nos entregó el mensaje diario hablando muy pausadamente. A pesar de Sus palabras simples, sentimos que hacía un llamado al mundo por la Paz.


Oración y Petición al Dios Altísimo
por la Paz Mundial y por la Redención

Señor y Dios Altísimo,
pleno de Misericordia y Piedad,
bajo la intercesión de San José,
Tu humilde siervo, te rogamos.

Acaba con los conflictos, los desacuerdos,
las guerras y las maldiciones.
Perdona los pecados de los hombres
y llévalos a Tu santa Luz.
Calma el sufrimiento de los afligidos,
la soledad de los abandonados
y el dolor de los enfermos.
Aplaca la ira de los ignorantes
y la astucia de los que no creen en Ti.

Establece Tu Paz en el mundo.

Establece Tu Divina Misericordia.

Redime y consagra a Tu amada humanidad
y a Tus sagrados Reinos de la Naturaleza.
Haz este planeta semejante a Tu Reino de Paz.

Amén.

 

Lo que más quiero, hoy, es que sean pacificadores en sus vidas. Lo que el Señor necesita de los corazones humanos, en este día, es que vivan la paz y siembren la paz en el mundo.

Mis amados, el planeta no soporta más los conflictos del mundo; por eso, equilibren este mal con sus acciones de paz.

No se permitan entrar en conflicto con el prójimo, consigo mismos ni con Dios y Sus Planes. Busquen la esencia de la paz.

Hagan esto por el mundo en el cual viven, pues él está agonizando.

Paz, paz, paz para este planeta.

Les dejo Mi espíritu de paz y Mi más sincero pedido de que despierten a la eterna paz del corazón.

Su amado padre y pacificador de Cristo,

San José Castísimo

 


 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Con el corazón humano de un hombre simple y sin grandes aprendizajes intelectuales, aprendí a confiar en aquello que no se ve con los ojos del cuerpo, sino solo con los del corazón.

Como José de Nazaret, viví el mayor milagro de la vida: la concepción y el nacimiento de Mi Hijo Jesús, que asumí como Mío, sabiendo que en verdad era el Hijo de Dios.

No hubo mayor prueba de confianza y de fe en Dios, sino esta que José y María vivieron al saber que el hijo que tenían en los brazos, en aquel pesebre en Belén, era el Hijo del Dios Vivo, el Mesías tan esperado por todas las generaciones que antecedieron a la Nuestra. Era como vivir constantemente dentro de un sueño y no saber cuál era la realidad: si era lo que vivíamos con el Niño Dios, en la confianza de que Dios en Su Humildad, se hizo niño entre Nosotros y Nos permitió cuidar de Él y protegerlo, o si era lo que vivían todos los que estaban a Nuestro alrededor, cuya mayoría jamás podría concebir la verdad de que aquel pequeño Niño era, en realidad, un gran Rey.

Todos los días, al mirar al pequeño Jesús, Me preguntaba: ¿Cómo puede Dios, que nos protege y nos guarda, entregarse, así, en los brazos de los hombres y confiar en su cuidado y en la paternidad humana?

Fue entonces que Mi Corazón se abrió para descubrir que había algo en el corazón humano que solo Dios conocía, para que Él, que era el gran Padre de la Creación, se entregase como hijo a la paternidad de los hombres.

Solo la humildad de Mi Corazón fue la que abrió las puertas para que Yo comprendiese que Dios estaba mostrando nuestra semejanza con Él. Él venía al mundo como Hijo, para que pudiéramos descubrir dentro de nosotros al Padre, a Él mismo, al Dios Altísimo.

Les digo estas cosas porque sus corazones humanos también están ante muchos misterios y estarán ante verdades aún mayores, que despertarán en ustedes la fe o la incredulidad, de acuerdo a la manera como ustedes se sitúen frente al aprendizaje que Dios les ofrece con Su Perfección.

Si fueran humildes, ustedes podrían comprender la humildad de Dios, que de muchas formas se entrega a Sus hijos, para que ellos descubran lo que son en verdad y, así, despierten a la semejanza con Su Corazón Sacratísimo y Grandioso.

Les dejo, hoy, esta reflexión y estos códigos de luz de Mi vida junto a Cristo Jesús, que ahora reina en todo el universo.

Yo los amo hoy y siempre,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Quisiera recordarles que el mundo aún agoniza y padece por las acciones de la humanidad. Sin embargo, no les digo esto para martirizar sus consciencias y hacerlas sufrir un mal que no conocen. Les digo todas estas cosas porque, con todo lo que reciben a diario, deben ser un poco más consecuentes con sus acciones, aspiraciones, pensamientos y sentimientos. 

Muchos se olvidan, frecuentemente, de lo que sucede en el mundo y dejan que la consciencia se pierda en las distracciones del día a día y en los pequeños problemas internos, que se vuelven grandes, dada la enorme atención que colocan en ellos.

Los seres, en su mayoría, no reconocen verdaderamente que estamos en tiempos apocalípticos. Hasta los que se consideran más conscientes necesitarán de un gran impacto en la consciencia para que sepan que, en realidad, llegó el final de los tiempos para la humanidad actual.

Dios espera que aquellos que creen en Sus Mensajeros y que siguen Sus instrucciones estén más vigilantes que nunca y traten, por sobre todas las cosas, de manifestar en sí mismos el Propósito de Dios en el cual confían.

Yo siempre les dije que necesitan ser valientes, pero muchos toman esas palabras con un entusiasmo meramente emocional y creen que serán valientes cuando estuvieren delante del caos que se propaga por el mundo con violencia. Pero lo que vengo a mostrarles es que ese mismo caos habita dentro de las criaturas del mundo en sus debidas proporciones, y que debe ser purificado y elevado por la transformación de la consciencia.

Poco valdrá que Mi Casto Corazón descienda todos los días al mundo y deposite en los seres una parte de los códigos que alcancé como José de Nazaret, si sus corazones no hicieren nada o casi nada para desarrollar esos códigos dentro de sí.

No quiero desalentarlos ni desmerecer sus esfuerzos, pero deben reconocer que su distracción es muy grande y que aún se permiten, muchas veces, vivir los viejos patrones humanos, aun con todo el conocimiento que tienen de la actual situación planetaria.

Hoy Mi Corazón paterno les habla a los que aspiran a vivir la transformación y a los que no se sentirán heridos con lo que digo, pero sí impulsados a la madurez, porque vengo en este tiempo definitivo para entregar lo mejor que hay en Dios para aquellos que seguirán adelante.

No tendrán treinta años más para seguir con un cambio lento y precario, pues lo que construyen dentro de ustedes, hoy, es lo que resultará en los años que llegarán y es lo que dictará los pasos que darán como consciencias en el futuro del planeta.

Yo les aseguro que nada quedará como está y que, con los que acepten seguir adelante, el Plan de Dios se cumplirá.

Yo los amo y les advierto. Yo los guío y los protejo siempre, sobre todo de sí mismos.

Su amado padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A lo largo de la historia de la humanidad, pocos fueron los corazones que se abrieron para descubrir la verdad de la vida superior, porque la humildad siempre fue un atributo raras veces encontrado en el corazón humano.

Por eso, muchos prefirieron creer que no existía nada más allá de la propia existencia, e incluso que Dios era un mito para los corazones, tan grande era su ignorancia, su orgullo y su arrogancia. Muchas veces, aquellos pocos que pudieron encontrar un rayo de luz de este gran Sol, que es Dios, cayeron en el orgullo y en la ignorancia de creerse conocedores de todas las verdades. Tan grande fue el orgullo de esos seres, que se separaron de Dios, creyendo que vivían plenamente dentro de Su Corazón.

Es por este motivo que hoy los Mensajeros Divinos vienen a hablar a los humildes, a los mansos y a los simples. Es por ese motivo que nos acercamos a ustedes, hablándoles como si habláramos a niños pequeños, porque así deberían ser para estar ante la Enseñanza que traeríamos en el final de los tiempos.

Los arrogantes creyeron que ya sabían todo lo que les decíamos y no percibieron que podrían saber el camino, pero, al llegar a las puertas del Cielo, no tendrían las llaves para abrirlas, porque la humildad es la llave maestra que une los corazones a Dios.

Comprendan que sin humildad ustedes jamás podrán seguir los Planes de Dios, porque solo un corazón humilde puede seguir indicaciones que él no comprende, no acepta y que, a veces, van en contra de todo lo que siempre creyó.

Ahora que muchos ya fueron fieles a las indicaciones celestiales, podrán comenzar a comprender algunas verdades y el rompecabezas se irá armando delante de sus ojos, para que así fortalezcan la confianza en Dios. Pruebas mayores de fe llegarán a sus vidas y los pequeños test que experimentaron hasta hoy los prepararán para los días que vendrán.

Nunca se olviden de que deben ser como niños, que jamás pueden perder el espíritu de humildad, pues así podremos revelarles grandes misterios de esta Creación Divina.

Yo los amo y los bendigo siempre,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En medio de un mundo que se sumerge cada día más en la oscuridad de la propia ignorancia, Yo vengo a llamarlos a que despierten la llama crística en su interior.

Mientras el común de la humanidad intenta avanzar en la creación de nuevas tecnologías que hipnoticen y sometan aún más a los seres, Yo los llamo a descubrir la verdad sobre lo que ustedes son y para qué vinieron al mundo.

Hoy les digo, compañeros, que esa búsqueda incesante del poder y de la manipulación es fruto de una semilla que ustedes trajeron del universo, donde también existen espíritus que no buscan nada más que su propio desarrollo mental y formas de conquistar las consciencias a través del poder material y de la fuerza. Pero Yo les digo que mayor que esas dos energías es el Amor Invencible de Cristo.

El Amor es desconocido para los que solo buscan su crecimiento material porque, si conociesen la verdadera esencia del Amor, sabrían que no hay mayor riqueza que las virtudes que se consolidan en los corazones de los que renuncian a sí mismos. Sabrían también que no hay mayor reino a ser conquistado que el Reino de Dios, que se encuentra dentro de cada ser que se abre para vivir el Amor sobre todas las cosas.

Hoy responderé una pregunta que muchos hacen al observar los mals del mundo: “¿En dónde está Dios? ¿Cómo Él puede permitir estas cosas?”.

Sepan que los males del mundo son causados por el descontrol de las fuerzas que los propios seres humanos del planeta trajeron del universo, para que fuesen curados por la potencia del amor que aquí se puede vivir.

En los días actuales, sobre todo, esas energías descontrolada emergerán de las consciencias y las fuerzas caóticas estimularán su crecimiento en los seres. Si ustedes tienen un corazón puro y fortalecido por el poder de la oración, podrán equilibrar esas fuerzas con la luz generada por el propio espíritu en redención.

Si ustedes se abren para vivir el Amor, más allá de su propio juicio mental y más allá de toda la enseñanza desvirtuada que recibieron por herencia, podrán vencer toda la oscuridad que habita en sus seres y que muchas veces desconocen.

Esa es una lucha muy solitaria, que solo es asumida por los valientes, porque deberán ir en contra de todos los principios humanos decadentes que ya están impresos en las células de los seres de este mundo.

Pero todo es posible, porque inmensa es la luz que les está siendo entregada para que iluminen los abismos del mundo interior. Solo les pido, amados compañeros, que confíen en la conducción de los Mensajeros Divinos y no teman perderse a sí mismos para encontrar un nuevo y verdadero ser.

Yo los amo y los conduzco bajo la Bendición Celestial de Cristo.

Por el poder que Mi Hijo Me concedió, los impulso al surgimiento de una Nueva Raza.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Cuando los cielos se abren para la humanidad cada nuevo día, una esperanza se enciende en el interior de las criaturas.

Siempre que oran con el corazón y activan el potencial de amor que se esconde en su interior, en medio de todo el sufrimiento que la mayor parte de la humanidad causa al Corazón de Dios, el Señor recibe una alegría, un dulce alivio para Su eterno dolor, porque la propia humanidad comienza a equilibrar el peso generado por el caos del mundo.

Si supiesen cuán importante es para la manifestación de los Planes de Dios que ustedes oren todos los meses en la Maratón de la Divina Misericordia, contarían los días y los segundos de cada día para llegar hasta ese sagrado momento.

La Maratón de la Divina Misericordia es el verdadero acto de redención y de conversión para todos los que oran de corazón. Cuando ustedes claman por Misericordia, están despertando sus células y sus átomos a la vivencia del amor; le están enseñando a su consciencia que lo más importante en este momento es trascender los propios límites, por amor a aquellos de sus hermanos que sufren y que no tienen posibilidad de clamar a Dios, a no ser en el silencio de su dolorido corazón.

Cuando ustedes oren y canten, recuerden elevar el verbo con devoción por aquellos que tienen su fe sofocada por el terror del mundo. Canten en unidad los unos con los otros y todos con Dios y con Cristo, porque al hacer eso, crean una fortaleza inquebrantable en sus propias consciencias y depositan ese código en la consciencia humana. Es de esa forma que aquellos de sus hermanos que hoy están muy distantes y que sol conocen la soledad y el desespero podrán vislumbrar, aunque sea en espíritu, la esperanza de vivir un día la fraternidad, la unidad y el amor. 

Hagan de sus vidas verdaderas Maratones de la Divina Misericordia, en las cuales cada oración pronunciada abre un manantial infinito de Misericordia para la salvación de las almas. Vivan todos los días esa manifestación de la unidad y de la fraternidad que florece en los corazones al unirse en un único propósito: aliviar al planeta y aportar un poco de paz al mundo.

Así como ustedes se sienten en las Maratones de la Divina Misericordia, así Yo quisiera verlos todos los días. De esa forma, comprenderían y vivirían ampliamente el Plan Sagrado de Dios.

Yo los amo y les agradezco por orar con Mi Hijo Jesús por el planeta.

Los Sagrados Corazones están atentos a cada palabra que ustedes pronuncian en estos días.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Antes de que la vida se manifestase en este mundo, ella ya se desarrollaba en muchos otros, en este y en otros universos. Era la vida que expresaba la Consciencia de Dios en criaturas que evolucionaban para alcanzar un día el propósito de retornar a la semejanza perfecta con el Creador. Pero como ustedes pueden comprender, las criaturas en el universo también están aprendiendo y cometieron muchos errores en las escuelas por las cuales pasaron para alcanzar su objetivo, sobre todo, en la gran escuela de la vida.

El mundo, en el cual viven hoy, es un reflejo de lo que ya existe en el universo desde hace eones, una existencia que no se midecon el tiempo de este mundo.

Podrán preguntarse por qué desconocen esa vida o por qué la sienten tan distante de la realidad en que viven. Yo vengo para explicarles que, en el principio, la idea de Dios era que ustedes no la recordasen, a no ser con la esencia del corazón.

Aquellos seres humanos que comenzasen a ingresar en el recinto de su corazón y se abriesen a la unidad con Dios, poco a poco recordarían la existencia del universo y del gran Plan del Creador.

¿Por qué no lo recordaron antes? Porque, hasta entonces, no habrían desarrollado en el corazón el suficiente grado de amor ni la capacidad de perdonar, necesarios para curar todo lo que vivieron en el universo.

Ahora, más de dos mil años después de que el mundo viviera el ápice de la manifestación del amor, por medio de Cristo, de Su Familia, de Sus apóstoles y discípulos, la humanidad fue desarrollando silenciosamente ese potencial para amar y, por lo tanto, llegó el momento correcto de comenzar a despertar.

Sé que muchos sienten que no pueden perdonar ni siquiera las cosas del mundo y que tampoco viven el amor verdadero en su interior, pero Yo les digo que ese amor ya está en la consciencia humana, disponible para todos aquellos que lo busquen.Dentro de ustedes ese amor es una semilla ya germinada, que encontrará suelo fértil por todo lo que recibieron en los últimos tiempos y que podrán colocar en práctica en los tiempos que vendrán.

Cristo sabía de la existencia de la vida más allá de este mundo, reconocía Su Misión y el Plan de Su Padre, porque era pleno el Amor de Su Corazón y la unidad con Dios era Su estado natural de consciencia.  

Si quieren experimentar por sí mismos que no es una gran fantasía lo que les estoy diciendo, abran el corazón para aprender a amar y verán que desaparecen los límites de la mente y las fronteras que separan este mundo de la infinita Creación de Dios, que hace tanto tiempo los aguarda.

Como semillas de luz en sus consciencias, Yo les revelaré las verdades de Dios poco a poco y, si se abren para amar, podrá comprender y vivir lo que les digo.

Yo los amo y los conduzco al Nuevo Hombre, que en realidades el Hombre Original, ese que siempre debería haber existido en el mundo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En estos tiempos del planeta, deben estar muy vigilantes con ustedes mismos, con todo lo que piensan y sienten y hacia donde ustedes permiten que los lleve la imaginación; porque los pequeños permisos que se dan a ustedes mismos y las pequeñas brechas que permiten que se abran en sus fortalezas espirituales se tornarán el motivo de la ruptura de una construcción realizada con mucho esfuerzo y arduo trabajo interior.

Les costará mucho construir una fortaleza interior, alcanzar la consolidación de una virtud o conseguir transformar un aspecto arraigado del ser, porque las fuerzas planetarias ya alcanzaron cierto reinado dentro de las células humanas, dentro del código genético de la mayoría de los seres. Entonces, todas sus tendencias los llevarán a sucumbir a la vida común y a las energías capitales. Por eso, un pensamiento ligero o una imaginación, en apariencia inocente, podrán llevarlos a perderse en los laberintos sin fin de las energías mundanas de estos tiempos.

Por esa razón, Mis amados, es que deben estar muy vigilantes con ustedes mismos. Den prioridad a la vida de oración, que poco a poco los fortalecerá y permitirá que ingresen nuevos códigos en sus células; códigos que los volverán más fuertes frente a determinadas influencias del caos y del mal.

Mientras no se conozcan a ustedes mismos y no desarrollen sus potencialidades espirituales, la oración será el mayor instrumento para la madurez y expansión del espíritu. Por eso, oren y no permitan que la mente divague ni que viva, en los planos mentales y astrales de la consciencia, aquellas cosas que ustedes se propusieron no vivir más.

Oren, oren mucho, porque necesitarán estar cada vez amás firmes en los tiempos que llegarán. 

Yo los amo y los conduzco por medio de pequeñas llaves, aunque muy valiosas, cuando se usan con el corazón.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para que consigan transitar en un período de caos planetario y ser una fuente de paz para los seres, y no colaboradores de lagran red de disociación del planeta, ustedes deben comenzar a fortalecer el espíritu con el conocimiento de una vida superior y con la vivencia y experiencia propia de que esa vida superior existe y de que las dimensiones materiales de consciencia solo un reflejo de todo lo que se manifiesta en el universo.

La diferencia entre un grupo consciente de la realidad planetaria y otros grupos orantes que existen en el mundo, sustentados solo en lo invisible de su fe, son las herramientas que cada uno tendrá al final de los tiempos, cuando podrán colaborar con la humanidad en el momento en que comiencen a emerger las verdades que siempre estuvieron ocultas.

Durante mucho tiempo, Nuestro Espíritu Divino fue sumamente silencioso y entregó a la humanidad pequeños impulsos y señales que demostraban Nuestra Divinidad, pero que no revelaban a los ojos humanos lo que existe entre la materia y el Espíritu de Dios, que es la vida manifestada en las diferentes dimensiones existentes entre la tercera y la décimosegunda dimensión.

Hoy, Nuestra Voz comienza a entregar nuevas señales y a develar nuevos secretos para toda la humanidad, porque en estos tiempos el adversario de Dios intentará confundir a muchos espíritus que están buscando la verdadera Luz y, así, muchos seres tendrán visiones que no son verdaderas o recibirán instrucciones que, más que aclarar, confunden el corazón. Es por esta razón que comenzamos a revelar lo que la humanidad deberá reconocer para dar su salto evolutivo.

Quiero que sepan que una instrucción que proviene de Dios es aquella que los conduce hacia el espíritu de la humildad y de la fe; es aquella que contiene, en su interior, la pureza que el corazón puede sentir al tomar contacto con ella.

Por eso les pido que no escuchen todo lo que dicen en el mundo, tanto fuera como dentro de ustedes mismos; no se dejen perder por las confusiones o por la propia necesidad de cumplir
determinadas funciones dentro del Plan de Dios, porque para cada uno el Creador tiene una idea perfecta y un plan único. Además de eso, muchos de los que están en el mundo queriendo ser alguna cosa vinieron para aprender a ser nada.

Tengan confianza en que los Mensajeros de Dios les dirán todo lo que ustedes necesitan escuchar y sigan con atención Nuestras palabras.

Si pudiesen vivir al menos un mensaje de los miles que transmitimos en los últimos años, ya estarían mucho más próximos a la existencia de la Nueva Humanidad y ya podrían, incluso, saber quiénes son o, por lo menos, lo que no son y, así, ser guiados por el espíritu de la Divina Humildad de Dios.

Para que Mi Corazón siga revelándoles los secretos celestiales y que muchas consciencias despierten del sueño, necesito que sean consecuentes con todo lo que les estamos entregando.

Yo los amo y espero poder conducirlos cada vez más profundamente hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MONTEVIDEO, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El principio de todo aprendizaje en este mundo debe ser el amor, la vivencia del amor, de la unidad y de la fraternidad, y dentro de esos tres atributos encontrarán todas las demás virtudes
que componen el Sacratísimo Espíritu de Dios.

Del universo, sus espíritus los observan permanentemente. Algunos aprenden con el amor que se desarrolla en aquellos de ustedes que cumplen con la Voluntad de Dios; otros aprenden con el amor que reciben del prójimo, y otros aprenden observando los registros generados por los errores del pasado y que se reflejan en la materia. Pero todos aquellos que llegaron a este mundo algo tendrán que aprender.

Cuando un niño va a la escuela, puede aprender muchas cosas. Algunos aprenden todo lo que la escuela tiene para ofrecer; otros solo aprenden con la consciencia grupal y muy poco de lo que la escuela les ofrece; y otros no se abren para aprender nada, e incluso, dificultan mucho el aprendizaje de los demás. Sin embargo, estos últimos crecerán y, desde una mirada más madura, podrán observar la oportunidad que tuvieron. A partir de ese momento se dará su aprendizaje y, por haber participado de esa escuela, algo llevarán en sus consciencias.

Ustedes están en la escuela más amplia y profunda de toda la Creación de Dios. Aquí se sintetizan todas las enseñanzas del universo. De la postura de cada uno delante de los Maestros y Guías de esta escuela resultará el desarrollo de la humanidad.

Mientras ustedes tengan la gracia de permanecer aún en este mundo, intenten sin demora aprender en él todo lo que aún no pudieron conocer. Den de sí a los demás, dónense lo más que puedan, no solo a los pobres, sino a todos y a todo.Traten de descubrir el poder del amor y pidan a Dios que conduzca sus pasos, pues Él los escuchará. 

Yo los bendigo y les agradezco por abrirme las puertas de esta gran escuela del corazón, para enseñarles la esencia del Proyecto de Dios para la humanidad.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Al principio de la Creación, Dios manifestó los universos en el cosmos infinito, que eran la representación viva de Su Divina Consciencia.

Dentro del cosmos, Dios en todo reprodujo los mismos principios de creación y, de diferentes formas, representaba Su Consciencia Divina en todo lo que creaba. Creó los universos con los principios de Su Perfección. Creó las galaxias, los planetas, los seres conscientes, que eran el resultado vivo de la expresión de las esencias que provenían de Su Corazón.

Y en el vasto cosmos, creado por Dios en siete dimensiones que cohabitan y en armonía se auxilian mutuamente para alcanzar el mismo propósito evolutivo, volver a ser uno con Dios, el Creador concibió a los seres humanos.

Separó espíritus antiguos de las demás criaturas, colocándolos en cuerpos materiales, a los cuales confió el mayor proceso de transformación y de redención de Su Creación.

En un tiempo paralelo, diferente del tiempo y del espacio del resto de la Creación, Dios colocó lo que habría de más precioso, si alcanzase el resultado deseado y si el potencial de Su Proyecto se desarrollase en aquellas consciencias. 

En ese mundo, el Creador reunió espíritus provenientes de todo el cosmos; consciencias con diferentes tipos de aprendizajes y con registros ocultos, tanto positivos como negativos. De todas ellas retiró su memoria cósmica para que no supiesen quiénes eran y, así, pudiesen unir sus conocimientos y equilibrarse unas a otras, para alcanzar el propósito esperado.

El Señor envió al mundo, además de a todos los espíritus que más necesitaban de redención, Consciencias Divinas, uniendo así dos opuestos y representando en este pequeño planeta la gran dualidad que existe en este universo. De esa manera, entregó al mundo dos posibilidades: vivir un gran mal o vivir un bien.

En esa arriesgada experiencia divina, el Creador confió a la esencia de aquellas criaturas un principio divino, la unidad, que, activado en la esencia del amor, permitiría a las consciencias vencer la dualidad del universo y encontrar una manera de elevar toda Su Creación universal hacia un nuevo nivel de aprendizaje, un aprendizaje basado en la unidad con Dios por medio del amor.

Cuando les pedimos oración, es para vencer las fuerzas que dentro y fuera de los seres causan el mal; fuerzas que solo son vencidas con un gran bien, que es el amor.

Cuando les pedimos que se olviden de sí, que sirvan al prójimo y que reconozcan la realidad planetaria, es para que, descubriendo semejante pequeñez de sus consciencias tridimensionales, alcancen a percibir que todo lo que viven es una ilusión y, saliendo de lo que creen ser, descubran lo que verdaderamente son.

Cuando hablo de una Nueva Humanidad, hablo de espíritus antiguos del universo que, redimidos por el descubrimiento del amor y de la vivencia de la unidad, comienzan a vivir según los principios dejados por el Hijo de Dios, que fue para todos el ejemplo y el camino correcto para seguir. La Nueva Humanidad  es esa conversión de los espíritus del universo.

La Nueva Humanidad es el símbolo del potencial del Amor de Dios en Sus criaturas; es la demostración, para todo lo que fue creado, de cómo es posible vencer un gran mal y dar un salto, saliendo de la completa ignorancia hacia la unión consciente con el Creador.

Hoy les digo cosas que la mente tal vez no comprenda, pero el corazón sabrá que son verdades que en algún momento la humanidad deberá reconocer.

Ya está terminando el tiempo de experiencia de la humanidad,y ahora deben comenzar a recordar los principios de la vida superior y, con todo lo que ya vivieron en este mundo, comenzar a descubrir quiénes son y lo que deben curar en este tiempo.

Cristo ya colocó dentro de cada uno la posibilidad de vivir el amor y la unidad con el prójimo. Ahora, solo necesitan despertar y ver que sus prioridades no deben ser más las cosas que los mantienen bien y seguros en este mundo, sino que deben preparar lo que sucederá más allá de esta Tierra con lo que aprendieron aquí.

Les pido que Me escuchen con paz y solo coloquen en el corazón lo que les digo, porque, de la correcta comprensión de las instrucciones de los Mensajeros Divinos, dependerán los pasos que ustedes darán en el futuro.

Yo los amo y los bendigo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para que sean los que abren las puertas del mundo a la existencia de una Nueva Humanidad por medio de la difusión de los principios divinos expresados en las Palabras de los Mensajeros de Dios, primero deberán ser difusores de la transformación, por medio de la conversión de las viejas costumbres humanas en principios celestiales y universales.

¿Cómo hacerlo?

Siendo aquello que aspiran a encontrar en el prójimo, porque la verdadera aspiración de la manifestación de una Nueva Humanidad ya existe en el corazón de todos los que en estos tiempos están despiertos, despiertos para cumplir la Voluntad de Dios.

Es de esa forma como podrán buscar en su interior las aspiraciones más puras sobre cómo debería ser el mundo y cómo deberían ser los seres, y transformar esa aspiración en vida, por medio de la vivencia de todo eso.

No se apeguen a lo que fueron ni a lo que son. Permítanse desconocerse, y por más que a veces sientan que no son ustedes los que actúan, piensan y sienten, que lo que son no es algo verdadero, no importa. Al principio parecerá difícil. Encontrarán muchos personajes y perderán otros; pero en la búsqueda permanente de la transformación, el alma se encargará de conducirlos a lo que en verdad son y que, a veces, está tan distante de aquello que la mente pueda imaginar.

Mi Corazón viene hasta aquí para ayudarlos, para guiarlos en este camino, que es largo, aunque simple, y podrá ser más largo o menos, dependiendo del coraje y de la determinación de cada uno.

Quiero que sepan que todo lo que hagan, no importa lo que sea, debe hacerse en pro de la humanidad. Ni siquiera las transformaciones personales deben ser buscadas solo para sí mismos, porque correrán el riesgo de pensar que se pierden de sí, cuando en verdad estarán perdiéndose de Dios, en la ilusión de que están atentos a su propio proceso evolutivo.

Sepan, compañeros, que la esencia de la humanidad está en poder ser fraterna y simple en todo y, así, encontrar el verdadero amor. Por eso, nunca caminen para sí mismos, nunca tengan proyectos propios, nunca tengan una aspiración personal que no sea la de no aspirar a nada, para que se haga como Dios deseó para todas Sus criaturas. 

Yo los amo y los bendigo en la misión que el Señor les encomendó.

Confíen en el Poder de Dios en sus vidas, porque Él triunfará delante de todas las imposibilidades de los seres humanos, siempre y cuando se permitan amar y transformarse por Él.

Paz y compasión a todos los que aspiran a llegar a la meta.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Alivia el corazón humano, libertando tu corazón de toda la angustia que lo separa de Dios.

Alivia el corazón humano, que es el Corazón de Dios, perdonando y curando las heridas que la ilusión del mundo causó en su pecho.

Alivia el corazón humano y, en consecuencia, a toda la Creación, cumpliendo los Principios de Dios para ti.

Cura los males del cuerpo con el bálsamo del espíritu; vive en el espíritu de la paz.

Queridos compañeros, no le teman a la libertad del espíritu; aquella que encuentran cuando ya no cargan su peso ni las  cargas humanas que les impiden caminar.

Vengo al mundo como portador de la libertad celestial. Vengo a la llave de una nueva puerta, para que la crucen y salgan de la vieja existencia, del viejo hombre.

Sería simple, para todos los seres humanos, encontrar a Dios y sumergirse en la profundidad de Su Sacratísimo Corazón, si venciesen las barreras del orgullo y del temor de perderse a sí mismos.

Estoy aquí para hacerles comprender una realidad superior para que ingresen, en consciencia, en una vida mayor, verdadera. 

Les pido que curen los rencores humanos como forma de aprender cuán simple es dejar emerger el amor en el propio corazón; que comprendan que ese potencial de amor siempre estará latente en el corazón de todos los seres. Y ahora, ese amor debe verterse no solo sobre los individuos, sino también sobre toda la Creación.

Para aprender a amar al Todo, deben aprender a amar todo y, para eso, necesitan dejar de lado el miedo que les impide descubrir la grandeza del verdadero amor que habita en todos ustedes.

Cuando se dispongan a aprender y a transformarse, Mi Casto Corazón los conducirá, les mostrará los caminos y les indicará los pasos que deben seguir.

Después de que den ciertos pasos, comprenderán la verdadera esencia de Mi enseñanza y podrán vislumbrar hacia dónde Yo los conduzco en este tiempo.

Yo los acompañaré hoy y siempre.

San José Castísimo, siervo de Dios

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