MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Gloria eterna al Dios de las Alturas y paz a los corazones que perseveren en la búsqueda del Misericordioso Corazón de Cristo.

Queridos compañeros:

Les agradezco en nombre de Dios, Supremo Padre de toda la Creación, por estar respondiendo al pedido de oración de Su santa Sierva, la Virgen María. Sus oraciones son escuchadas en el Reino de los Cielos y muchas almas son retiradas de los abismos y de los infiernos de este mundo.

Les pido, con Mi Casto Corazón de Amor, que sigan orando por el mundo y no detengan el poder de salvación que se genera en sus corazones.

Les pido que den prioridad a esta urgente necesidad planetaria y se acuerden, en todos los instantes de sus vidas, de las almas que están muriendo olvidadas por el mundo, como algo normal. Mi Casto Corazón viene hoy para decirles que no permitan que las atrocidades mundiales se vuelvan comunes para el corazón humano.

No asocien a Medio Oriente con guerras ni conflictos permanentes, ni con la muerte, el suicidio ni las masacres, porque aquella tierra debe ser reconocida como el suelo sagrado en el que vivió la Familia de Cristo, y en donde Su Misericordioso Corazón de Amor aprendió a servir a Dios y al prójimo.

El adversario del Proyecto de Dios está intentando borrar de la memoria de la humanidad y, sobre todo de Medio Oriente, los códigos dejados por Cristo, por Su Familia y por Sus apóstoles y discípulos. Pero el enemigo desconoce, Mis queridos, que esos códigos de amor son inextinguibles y que siempre se encenderán ante a un corazón puro que los invoque por la redencióndel mundo.

La Sangre de Cristo no se derramó sobre aquel suelo por casualidad, y toda la sangre que hoy allí se derrama debe ser convertida por las oraciones de todos los pacificadores del mundo entero.

Jamás se olviden de las almas que se pierden día a día en el mundo entero y, sobre todo, en África y en Medio Oriente. Oren sin cesar y ofrezcan sus dificultades por aquellos que no tienen una oportunidad de recorrer un camino espiritual.

Vivan, todos los días, en el espíritu de la gratitud por todo lo que el Dios Creador les entrega, para que puedan cumplir Su Plan y ser un puente de salvación para los corazones perdidos.

Despierten y caminen rápidamente hacia la unión con Cristo. La salvación de este mundo comienza con las pequeñas transformaciones de sus vidas.

Sepan que sus almas y sus espíritus son sagrados delante de los Ojos de Dios, porque guardan en sí un potencial único para imitar a Su Hijo.

Yo los amo y los espero en oración y vigilia, en transformación, esfuerzo y sacrificio, todos los días.

San José, vigía y guardián del santo Plan de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Camina con pies descalzos, simbolizando el desapego de los resultados y la entrega de todas las metas en tus caminos.

Únete al Propósito de Dios y a Su Plan de Rescate y deja que el Creador se encargue de todo lo demás. 

Sé, tú, el que proclame la Misericordia de Cristo en todos tus actos, pensamientos y palabras, sentimientos y aspiraciones. Jamás pierdas de vista el Manantial de Misericordia y sé misericordioso, como buen y verdadero discípulo de tu Señor.

No dejes que las demandas del día a día te impidan servir a los demás. No dejes que tu prisa te cierre los ojos para lo que tienes al lado, y no te permitas ignorar a los Reinos de la Naturaleza que piden tu ayuda.

Vive con atención y vigila tus pasos, buscando, en cada segundo, dónde te espera el Señor y cuál es la necesidad de Él que suplirás.

Permítete ser siervo del Dios que habita en todos los seres y en todos los Reinos de la Naturaleza y no proclames Su Presencia solo con palabras, sino, sobre todo, con el ejemplo puro de
tus acciones.

Trata de comprender al prójimo y vive bajo la Ley del Amor o, por lo menos, intenta vivirla todos los días.

El mundo está colapsando con una humanidad que no sabe amar, a pesar de tener una oportunidad única, en todo el universo, de aprender sobre el amor. Sé aquel que impulse el paso de esta raza. No esperes la transformación ajena, solo recuerda todos los días que la transformación de los que tienes a tu alrededor proviene de ti.

Sé aquello que buscas en los demás y, antes de exigirle algo al prójimo, exígete primero a ti y entrega al otro un amoroso y silencioso ejemplo de vida.

Únete todos los días a los que son verdaderos de corazón. Ora por este mundo y transfórmate también por él, porque el Proyecto de Dios necesita cumplirse en ti y en todo el planeta.

Hoy te pido que te unas a todos los cristianos que, sinceros de corazón, aspiran a encontrar la paz. Ora y ayuna como pudieres en el día de mañana, respondiendo al Llamado de Dios enla
voz del Papa Francisco.

Sé verdadero en tus oraciones y trata de orar, no con emoción, sino con espíritu y corazón. Siente, en lo profundo de tu ser, el dolor de Dios por todo lo que sucede en el mundo y déjate llevar hacia una transformación verdadera.

La paz se expande en el planeta por medio de los corazones pacíficos que pueden vivirla.

Que todos los corazones del mundo se unan para proclamar la paz.

San José, pacificador y humilde siervo del Dios Altísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Hoy quiero decirles que, a medida que las consciencias se disponen a vivir grados más amplios de madurez espiritual, Dios les da a conocer verdades mundiales que trascienden las barbaridades físicas que viven los hombres en el mundo.

El gran pesar de Dios es el sufrimiento de las almas que mueren día a día sumergidas en la incomprensión y, así, no consiguen salir de los estados de consciencia que son los infiernos creados por el caos y por el mal.

Ustedes son llamados, en este momento, para ser verdaderos compañeros de Dios y de Su Hijo y, de esa forma, compartir con Él Sus dolores y no permanecer en las mezquindades diarias de sus vidas.

Dios los llama a la madurez y, cuando Su Hijo les hace conocer Su constante agonía, causada por el mundo, es para que caminen rápido hacia el olvido de sí y reconozcan que existe un Plan Superior, cuya manifestación depende del despertar y de la madurez de aquellos que se comprometieron con el Creador en el principio.

Este momento que ustedes viven está indicando la hora de salir de sí y asumir la tarea planetaria que, como grupo, les corresponde.

El Señor está dando a conocer realidades que muchos no están preparados para enfrentar, porque el mal se precipita en el mundo y avanza cada vez más, logrando que las almas pierdan la fe y la esperanza y que las esencias se extingan por completo.

Una esencia que se extingue y se desintegra, Mis amados, es como una parte de Dios que deja de existir. Recuerden que cada esencia creada por Él es una parte viva de Su Divina Consciencia, enviada a la Creación manifestada para cumplir una misión.

Les pido ahora que acepten este ofrecimiento que les fue entregado como una gracia para servir a Dios conscientemente y que no se pierdan en los problemas banales de sus vidas; sino que se dejen transformar y moldear por el rayo de la divina humildad y se unan en oración al Padre por la salvación del planeta.

Cada paso que ustedes dan en dirección a la Luz es un paso de toda la humanidad rumbo a un nuevo tiempo.

Maduren de corazón y en consciencia, pues no hay más tiempo que perder consigo mismos.

Yo los amo y los conduzco a un nuevo ciclo planetario.

San José, eterno siervo de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Santifiquen sus vidas, adorando al Dios Vivo que habita en todo lo que fue creado.

En la esencia del acto de adorar, puramente interior, encontrarán el verdadero sentido del servicio y de la caridad, que es la búsqueda de la unidad con el Dios existente en todas las cosas.

En un pasado lejano, los seres humanos reconocían lo sagrado como algo más natural y podían sentirlo como parte de sus  vidas. Hoy en día, enseñarles a reverenciar y a adorar a Dios, internamente, es como ofrecerles un gran desafío.

En Jerusalén, como en todo el Oriente, muchos pasaron la vida entera buscando al Salvador y esperando al Mesías, creyendo que vivían y respiraban solo para encontrarlo.

Sin embargo, cuando estuvieron delante de Él, no lo aceptaron y negaron la Humildad de Dios, que era el símbolo purísimo de Su manifestación entre los hombres.

No corran el riesgo de repetir lo mismo que la humanidad de tiempo atrás vivió. Ella creía que buscaba a Dios y que vivía para Él y, sin embargo, nunca creyó en la autenticidad de su búsqueda y menos aún de su meta. Recibía la enseñanza como algo sagrado, pero solo para mantenerse en la teoría y organizar la vida social y éticamente, de manera de poder vivir con un poco más de paz en tiempos de tantas guerras, conflictos y de búsqueda incesante de poder.

Que las palabras de los Mensajeros Divinos, hoy sagradas para muchos, no sean solo bellas teorías, sino que los torne más pacíficos delante del común de la sociedad en que viven.

Destierren de su interior la duda oculta sobre la veracidad de la enseñanza y no permitan que el inconsciente de la humanidad los haga creer que Cristo nunca regresará, porque, si ustedes reflexionan y buscan en lo profundo de la inconsciencia, encontrarán en ustedes muchos aspectos que niegan la existencia de Dios y de Su Plan, como también del retorno de Su Hijo. Esos son los resquicios de una humanidad degradada que, hace más de dos mil años, no creyó en la encarnación del Mesías.

Abran los ojos y purifíquense. Caminen verdaderamente hacia la transformación, para que así no sean sorprendidos por sí mismos en un futuro próximo.

Yo los amo y los conduzco hacia la transparencia interior, para que se conozcan a sí mismos y destierren el viejo ser.

San José Castísimo, fiel guardián del retorno de Cristo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Si observas el universo, verás una infinidad de estrellas, sentirás la grandeza de Dios y de Su Creación, aspirarás a sumergirte en el Todo que se expresa delante de tus ojos. Contempla el cielo estrellado y reconoce la Presencia de Dios en una dimensión en que, al mismo tiempo que parece tan distante, impregna todo lo que fue creado.

Si no puedes encontrar la vida del espíritu en lo invisible del propio mundo interior, contempla el cielo estrellado y sentirás la presencia de los que son Bienaventurados, que te observan y aguardan tu despertar.

Si tu alma no consigue aspirar a nada superior a la vida material, dirige tus ojos físicos hacia arriba, contempla el azul del cielo en un día soleado y siente que, por detrás de ese azul, está Dios esperando que tu aspiración sea más pura y verdadera.

Busca, en la belleza que hay a tu alrededor, la grandeza de Dios y encontrarás en tu interior la verdad del espíritu. Si te parece muy distante alcanzar un descubrimiento espiritual solo con el corazón, descubre en el lado oculto de los Reinos de la Naturaleza las mismas verdades que buscas en el silencio de tu mundo interior.

Toda la Creación está impregnada por los mismos principios divinos. Algunos descubrirán la magnitud del Espíritu de Dios en el silencio del corazón; otros, lo encontrarán contemplando el cielo azul; otros lo buscarán en la expresión de los Reinos de la Naturaleza; otros en el ejemplo puro de un hermano que es verdadero en su caminar. El Creador está en todo, y aquel  que lo busca, según sus posibilidades y de forma cristalina, lo encontrará.

Los misterios solo son misterios para aquellos que no quieren desvelarlos, porque el mismo principio que crea y recrea la vida en el universo es el que anima a todos los seres del mundo. Dios está en todas las cosas. Búsquenlo, únanse a Él. Tornen la vida sagrada, por medio de esa búsqueda permanente del Creador de todo.

Este es Mi mensaje para hoy. La búsqueda de Dios dignificael corazón humano y le da un sentido a su existencia, que es el retorno al Origen.

Su amado padre y guía,

San José

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ingresa en la plenitud de Dios, que existe en tu corazón, y jamás pierdas la esperanza de alcanzar Su Propósito.

Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, el caos de Mi época y la ignorancia de los que Me rodeaban, Me llevaron a buscar con mayor asiduidad el Espíritu Divino. En Mi búsqueda, comprendí que Yo debería ser el motor para la elevación y la transformación de todos los que convivían Conmigo.

Era la propia fe que habitaba en Mi interior la que, por sí sola, tocaba los corazones de los hombres y los llevaba a preguntarse internamente cuál era el misterio que se vivía en aquella Familia y si no era el mismo Dios en persona que estaba entre Ellos.

Sepan que Dios mismo está entre ustedes, y que deben anunciar esa gracia en el silencio de su transformación y en la vivencia de los sagrados atributos que el Señor infundió en sus consciencias.

Que todas las almas que se aproximen a sus seres sean impulsadas a buscar lo Divino y, aunque aún no conozcan muy bien el foco de su búsqueda, sientan que ella los conduce hacia lo Alto, hacia el Universo, hacia el Infinito.

Ustedes viven hoy, como grupo, una de las mayores gracias entregadas a la humanidad.

El espíritu del Amor debe hacerse carne en cada uno de los que acompañan a los Mensajeros Divinos y, de esa forma, ese Amor se expandirá a toda la humanidad.

Cada paso que den, a lo largo del día, ustedes deben ofrecerlo a Dios, conscientes de que muchas esencias dependen de ese despertar y del camino evolutivo que están recorriendo.

Beban de la Fuente de las Palabras Divinas de Cristo y colmen sus seres con la certeza de que Él es quien las pronuncia. Déjense moldear y madurar por los impulsos espirituales de María y consagren, poco a poco, toda la consciencia a lo Divino. Sumérganse en la simplicidad de Mis palabras y hagan de ellas un manual para la vida sobre la Tierra.

Sean simples de corazón y nunca se cansen de buscar el espíritu de la simplicidad. Solo de esa forma cruzarán los Portales Celestiales con la humildad de un niño.

No pierdan la fe y confíen en la imprevisibilidad del corazón humano. Busquen el potencial que desconocen de sí mismos y, en oración y reflexión, develen los misterios del proprio mundo interior.

Les dejo Mi paz.

San José, su padre y guardián para estos tiempos

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fui creado en el espíritu de la humildad en el Reino de los Cielos, teniendo ese atributo como primordial para la historia que escribiría en el mundo. Así como traigo este atributo divino, cada alma y cada esencia contienen en su interior un atributo para manifestar.

Mi creación no fue diferente de la de ustedes; solo tuve la misión de ser un ejemplo para la humanidad y, a lo largo de Mi existencia en el mundo, fui ayudado para eso.

Desde niño, sabía que algo dentro de Mí no podía vivir la misma vida que vislumbraban Mis hermanos. Muchas veces, esa búsqueda del propósito que el Creador tenía para Mí, Me hizo apartar del mundo e incluso de aquellos a quienes Yo amaba.

Viví muchos momentos de soledad, intentando encontrar el sentido de la vida y, cuando lo encontré en la unión con Dios, descubrí que en Mi soledad se encontraban todos aquellos a quienes amaba.

A pesar de no haber sido comprendido por muchos, Me sustenté en la fe y en la confianza en que aquella vida era vivida por el bien y por la evolución de todos los que estaban a Mi alrededor y que, sin saber exactamente cómo, lo que Yo vivía los estaba ayudando.

Cuando tenía doce años, en el silencio fui a buscar lo que Dios tenía para Mí, y que no encontraba en la vida cotidiana que llevaba junto a Mis hermanos. En silencio y en oración, comencé a crecer en espíritu y a descubrir que la madurez no estaba en la edad que Yo tenía, y que, a pesar de ser tan pequeño, encontraba en el espíritu todas las explicaciones que necesitaba para crecer.

Fue así como consagré Mi existencia a Dios. Él Me escuchó y aceptó Mi ofrenda, mostrándome el Plan que tenía para Mí, en esta y en otras vidas. En aquel momento, Yo aún no sabía la magnitud de la misión que Me esperaba, y fue sólo delante de Jesús Niño que pude comprender y superar pruebas mayores.

Les cuento todo esto porque Dios también vino al encuentro de ustedes, los colocó delante de todos los absurdos de este mundo y los impulsó a buscar el verdadero sentido de la vida. Los llevó al camino de la consagración del alma; a algunos, del espíritu; y a otros, de todos los aspectos de su ser.

Por medio de Su Espíritu Trino, les reveló una misión: preparar el retorno de Cristo y volverse un ejemplo para las almas que no tendrán rumbo en tiempos de tanta confusión.

Si se sumergen en el propio mundo interior, encontrarán toda la madurez del espíritu y crecerán rápidamente, mucho más allá de los cuerpos materiales. Comprenderán lo que es incomprensible para la mente humana que no está unida al espíritu y, aunque no sepan realizar grandes tesis ni explicaciones científicas sobre lo que viven, conocerán a Dios y lo vivirán. Manifestarán Su Propósito y pasarán por muchas pruebas, hasta que cumplan con la misión primordial, encomendada por Él.

Sin embargo, delante del Cristo Vivo, todos los pesares se volverán pequeños y pasajeros. No habrá sufrimiento ni tribulación que no sean recompensados delante de la grandeza de Su Amor y de la Gloria de Su Espíritu Resplandeciente.

Es por eso que vengo al mundo: para enseñarles a repetir lo que viví como José de Nazaret; para que comprendan que la esencia de la trayectoria humana es la misma y que, con la misma naturalidad con la que tantas veces repetimos los errores, la gloria también se repite, la santidad se repite, el nacimiento y el retorno de Cristo se repetirán. Así como resucitó en Espíritu y abrió los Cielos para Su Ascensión, Él retornará y abrirá los Cielos para posar Sus Pies en el suelo de este mundo.

Yo los bendigo y los guío en el cumplimiento de la misión espiritual del corazón humano.

San José, siervo seguro y fiel de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sean agradecidos y tórnense dignos de escuchar las Palabras de Dios por medio de Sus Mensajeros.

En la simplicidad del corazón, agradezcan por no estar sumergidos en el común de la humanidad que ignora la existencia de Dios.

Mientras están hoy delante de Mi Corazón, existen muchos otros que deberían estar al lado de ustedes y, sin embargo, ignoran su compromiso con Dios y con Su Plan. Mientras la humanidad se purifica a través del sufrimiento y del caos, ustedes se purifican por la consciencia.

Mientras el mundo se pierde en las tecnologías y en los supuestos avances materiales, sus espíritus intentan crecer y avanzar en el cumplimiento de un Plan Superior.

Los Ojos de Dios están fijos en la pequeña parte de la humanidad que aún tendrá una oportunidad de manifestar Su Propósito, pero para esto, ustedes deben asumir la propia transformación con madurez y no con pesar.

No lloren más ni pidan perdón por los errores cometidos. Reconozcan la gracia que recibieron para dar nuevos pasos y no pierdan la oportunidad de crecer.

La Voz de Dios siempre se pronuncia para llevarlos a la evolución. Escuchen con atención las correcciones de la vida y sigan el camino señalado por el Creador, y no los propios caminos.

La cura de todos los males está en jamás perder la fe del corazón y, con esa fe inquebrantable, dar los pasos rumbo a la transformación, sin lamentarse, solo con profunda gratitud.

La gratitud es la llave para vivir la Voluntad de Dios y dejarse moldear por ella. Nunca la pierdan de vista.

Si tomaran con seriedad y madurez las metas propuestas por el Señor y caminaran decididos hacia ellas, todo lo que sucede a su alrededor se acomodaría, porque el Rayo de la Voluntad de Dios vendrá en su auxilio.

Cada uno tome para sí todas las palabras pronunciadas hasta el día de hoy y camine sin miedo a perderse de sí mismo.

Por el crecimiento espiritual de la humanidad y por el despertar de todos los seres, Yo los bendigo.

San José Castísimo, servidor del Supremo Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En la esencia de los seres humanos se encuentra todo el potencial que podrán desarrollar para el despertar del amor y de la fraternidad. La esencia es el tabernáculo de uno de los misterios más grandes de la Creación Universal, porque allí se encuentra lo más perfecto que Dios creó para que se desarrollase y manifestase, más allá de este mundo, en pro de la evolución de todas las criaturas.

Este tesoro que habita dentro de cada uno de ustedes es silencioso, humilde, y jamás se mostrará si no salen en su búsqueda.

Todo lo que necesitan para expresar con perfección lo que son, verdaderamente, se encuentra dentro de cada uno. Lo que sucede es que ustedes siempre están muy ocupados en mostrar al mundo algo que no son, y colocan todo su empeño para no salirse ni lo mínimo de ese lugar, para no perder la imagen ya alcanzada, el respeto que consiguieron y el ejemplo en que se convirtieron.

Cada vez que intentan aparentar algo para agradar a los demás, más se apartan de lo que son en esencia, porque mientras más conquistan buenas apariencias más se despreocupan de buscar lo que deben ser, que se encuentra en lo opuesto a lo que el ser humano aprendió a manifestar.

No teman no ser reconocidos, porque cuanto menor es el reconocimiento y mayor el anonimato, tendrán más libertad para alejarse del viejo hombre y sumergirse en el propio mundo
interior, en búsqueda de las verdades esenciales de la existencia de la humanidad.

Los seres humanos están enredados en sus propias trampas y viajan leguas buscando una verdad que se encuentra en el propio interior, solo por el miedo de estar solos consigo mismos.

Queridos compañeros, Dios Me permitió traer al mundo grandes verdades con palabras simples, para llevarlos a la humildad sin herir sus corazones. Solo necesitan penetrar, profundamente, en el amor que deposito en cada frase y dejarse impregnar por el descubrimiento de estos misterios del mundo interior que les estoy revelando.

Con amor y paciencia, tomen cada impulso e intenten vivir cada día algo diferente, aunque nunca lleguen a percibir los resultados de la propia transformación.

Yo los amo y les dejo Mi bendición, Mi paz y Mi serenidad, para que avancen en el descubrimiento de la propia verdad interior.

San José, padre e instructor de todas las almas que caminan hacia el Corazón de Cristo.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La esencia del silencio es, en verdad, el acto de silenciar las propias aspiraciones. Aquí se encuentra la clave para la ascensión tanto del espíritu como de la materia.

Mientras cada uno de los diferentes aspectos del ser busque la propia satisfacción y conquista, ustedes jamás conseguirán cumplir con perfección la meta espiritual de sus almas y de sus espíritus.

En estos tiempos de purificación, dispónganse interna y conscientemente a purificar las intenciones más profundas de todos los aspectos que componen su ser.

Construyan con la oración una fortaleza que soporte, con amor, serenidad y paciencia, el encontrar las mil resistencias que surgirán del inconsciente.  Dispónganse a conocer la raíz de todos los movimientos que no consiguen transformar y, con mucha calma, iluminen, con el poder del verbo que se eleva a Dios, esos espacios de la consciencia.

La oración es la llave de muchas puertas, no solamente para la salvación de las almas, sino también para prepararlos para todo lo que deberán vivir dentro y fuera de sí, en un futuro próximo.

Si oran de corazón y se disponen a la transformación, todo les será posible. No les digo que sea algo fácil de vivir, porque la peor batalla es la que se vive consigo mismo; sin embargo, no será imposible y, con un poco de valentía y persistencia, estarán aptos para vivir batallas mayores y ayudar a otros que aún no comenzaron a recorrer el camino del espíritu.

En tanto no purifiquen las intenciones, todas las virtudes que viven son pasajeras, como el silencio, la humildad, la caridad y aun la fraternidad, porque en el fondo de todo esto habrá siempre una intención propia que debe ser purificada.

Cuando descubran las raíces de las propias imperfecciones, podrán actuar, sentir y respirar siempre para Dios y en función de Su Plan. Es a partir de ahí que todo lo que hagan se tornará verdadero y las semillas de una Nueva Raza, que obedecen plenamente a Dios, comenzarán a germinar en el mundo.

Por esta razón, Yo los animo a no alarmarse con lo que encuentren en sí mismos. Al contrario, den gracias al descubrir un aspecto imperfecto, porque irán un paso adelante en la manifestación de la Nueva Raza.

Aprendan a vivir la propia transformación con mucha simplicidad y sin grandes angustias, como quien cura una gran herida, limpiándola todos los días. Y aunque sientan dolor o, a veces, exhale un mal olor o pase por una inflamación, en algún momento la herida cicatrizará. Cuanto más paz y cuidado hubiere, más rápido el propio cuerpo, fortalecido por el poder de la oración, la cicatrizará.

Yo los bendigo y los conduzco al descubrimiento de sí mismos y a la pacificación interior ante cualquier circunstancia de la vida.

San José Castísimo, siervo paciente y humilde de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en comunión con los Reinos de la Naturaleza y aprende a amar la esencia de la Creación. Observa los Reinos y aprende cómo vivir permanentemente bajo las Leyes Sublimes de Dios,
en perfecta armonía con el Creador.

En Su Plan Divino, el Creador concedió a cada expresión de Su Divina Faz, los Reinos del planeta, un atributo para manifestar.

Comulga de la paz, de la armonía y de la belleza de las aguas. Comulga de la cura y de la liberación de los minerales.

Comulga de la elevación de los árboles y del constante espíritu de donación del Reino Vegetal que, en su humildad, entrega siempre lo mejor a Dios, sin importar cómo será tratado, cuidado o amado por los demás. El Reino Vegetal sabe de la Ley Divina de la donación de sí a Dios y a Su Plan Superior. Contempla a ese Reino y descubre, por medio de él, el secreto del vacío de sí.

Contempla al Reino Animal y aprende del amor a la vida. Aprende a defender las Leyes de Dios, a cuidar del prójimo y a ser siempre fiel a Aquel que amas plenamente. Aprende de la plenitud del Reino Animal y, con la misma naturalidad del corazón, sé guardián de la Vida y de la Perfección de Dios.

Contempla en tu mundo interior a los ángeles y devas que, en lo invisible, crean y recrean la belleza de este mundo manifestado. Aprende con ellos a manifestar la belleza en silencio, a trabajar en secreto y a entregar lo mejor, sin necesidad de que nadie sepa de su existencia. Vive el sublime atributo de la humildad que ángeles y devas expresan en el mundo. 

Contempla los elementos y cómo se complementan entre sí. Descubre, entonces, cómo se comparte aquello que el otro necesita para expresarse. Sé como el viento, que permite la existencia del fuego, y da al prójimo todas las posibilidades de ser aquello, perfecto, que está latente en su interior.

Y aprendiendo de los Reinos de la Naturaleza, expresa lo que el ser humano tiene de más sublime: su posibilidad de aprenderlo más bello de toda la existencia y de vivirlo en sí, en la esencia del amor a la Creación.

Yo los amo y los aguardo, simples de corazón y mansos de espíritu, siempre dispuestos a observar la Creación y a aprender; siempre dispuestos a amar y a donar de sí lo que le falta al otro para alcanzar la perfección.

Su amado padre e instructor,

San José, aprendiz y siervo de los Reinos de la Creación

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Existen misterios que sólo son revelados al alma simple, aquella que, en su simplicidad, deja de aspirar a las cosas del mundo y coloca el foco de su evolución en vivir lo que es real y que desconoce por completo.

Sepan que incluso el alma que está aparentemente recorriendo un camino espiritual, cuando tiene alguna meta o aspiración material para sí, jamás comprenderá los caminos de Dios y no será capaz de ingresar verdaderamente en Su Corazón.

El alma que se coloca en el camino correcto es aquella que no aspira absolutamente a ningún mérito en este mundo. Todo lo que construye en su vida material, inclusive la propia transformación, es con la única intención de obedecer lo que a Dios le pide, sabiendo que Él algo hará con todo eso. Su verdadera aspiración es disolverse en Dios, encontrarlo y no ser nada dentro de Su Grandeza.

Esa era la esencia de la Sagrada Familia, que fue el ejemplo para toda la humanidad.

En la vida material, ofrezcan todo con empeño, esfuerzo y perfección, para que aquello que Dios pide, se concrete; no para que ustedes sean los realizadores de la Obra de Dios, sino solo para obedecerle, sin importar la finalidad que Él le dará a todo lo que viven.

Si hacen suyas las Metas de Dios, corren el riesgo de colocar la propia voluntad dentro de los designios celestiales; intentarán descubrir cuál es la Meta de Dios, y al creer conocerla, cuando esta no se concrete, sentirán que fracasaron.

Mis queridos compañeros, ¿comprenden entonces la esencia de ser un obrero del Señor? El obrero de Dios no sabe cómo será el final de la obra, no sabe lo que está construyendo. Sólo coloca, cada día, el ladrillo en donde se le pide. Y lo hace con mucha libertad y con mucho amor, porque la obra no es suya, es de Dios.

La verdadera meta del obrero no está en concretizar la obra, sino en obedecer, cada día, al Gran Constructor Celestial.

Coloquen entonces sus aspiraciones en el lugar correcto y abandonen las metas propias, aunque les parezcan espirituales. Diariamente, déjense construir por Dios y no quieran saber en qué resultará Su Obra. Solo amen ser siervos del Creador. Confíen en Su Perfección y, con simplicidad, encontrarán la unión absoluta con Él.

De esa forma, no importará si fracasan ante los ojos humanos, porque en su interior sabrán que solo Dios, que es Perfecto, conoce el resultado de Sus Obras.

El corazón humilde y simple descubrirá muchos misterios.

Les dejo Mi bendición y Mi paz,

San José, obrero y servidor eterno de Dios

 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Devocionario de San José para alcanzar el Espíritu Divino de la Unidad

Cuenta de unión
Por el Poder que Dios Te concedió,
San José Castísimo,
enséñanos a vivir en el Espíritu Divino de la Unidad.
Amén.

Primera decena
Bajo la intercesión de San José,
sean disueltos todos los atavismos, los egoísmos y las vanidades
que nos separan del Corazón de Dios.
Amén.

Segunda decena
Por el poder concedido a San José Purísimo,
sean absueltos los pecados y las manchas
que separan a las almas de todos los Reinos de la Naturaleza.
Amén.

Tercera decena
Bajo la intercesión del humilde Corazón de San José,
sean expulsados y trascendidos todos los aspectos malignos
que impiden la unidad entre los seres humanos.
Amén.

Cuarta decena
Por el poder de la caridad y del amor presentes en el Casto Corazón,
sean disueltas todas las incomprensiones
que nos separan del Sublime Universo de Dios.
Amén.

Quinta decena
Por todos los atributos alcanzados en la paternidad de San José,
que las virtudes y los dones del Castísimo Corazón
se plasmen en la humanidad,
uniendo así el corazón humano a toda la Creación de Dios.
Amén.

 

Este devocionario es para que sea orado por todos los que  aspiran a alcanzar la unidad consigo mismo, con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con el Universo Angélico del Creador y con la Divina y Purísima Consciencia de Dios.

Si oran con el corazón, aspirando a trascender todos los aspectos humanos de separatividad causados por el orgullo, la vanidad y el egoísmo, ustedes podrán alcanzar Mi santa intercesión.

Clamando a Dios por las virtudes alcanzadas por San José, permitirán que Mi bendición los impregne y que Mi amor les abra las puertas para que, como humanidad, ingresen en un nuevo ciclo.

Yo los amo, los bendigo y les entrego nuevas llaves para la transformación de la vida.

San José, siervo orante de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Quédate en paz y escucha en el silencio del corazón Mis palabras, que son las Palabras de Dios, expresadas por Sus Mensajeros.

Entra en la Consciencia Divina, en oración, y encuentra ahí todo lo que necesitas para dar tus pasos rumbo a la transformación de la vida.

Queridos compañeros, para encontrar a Dios, es necesario que jamás pierdan la paz en sus corazones. No permitan que las tribulaciones del mundo los perturben y, siempre que sientan que están comenzando a apartarse de Dios, silencíense y entren en oración. Recuerden, entonces, la Presencia de los Sagrados Corazones en sus vidas y permitan que todo lo que ya fue depositado en sus esencias pueda surgir y ser un auxilio.

Para que permanezcan en el camino sin titubear y alcancen la meta colocada por Dios, jamás pierdan la paz en sus corazones, mas luchen contra sí mismos para que la paz se establezca en su interior.
En el espíritu de la paz encontrarán todas las respuestas que necesitan y servirán de instrumentos en las Manos de Dios, para llevar la paz a los que la perdieron o a los que nunca la encontraron. Que este atributo de la paz, primordial en estos tiempos, sea el mayor tesoro en el corazón de los que siguen a Cristo.

Yo los amo, los guío y los bendigo siempre.

Su padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ,TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros y siervos de Dios:

Hoy los invito a meditar con la esencia del corazón en todas las gracias que recibieron y que siguen recibiendo incluso en la actualidad. Los invito a meditar en la verdadera razón por la cual fueron congregados por los Mensajeros Divinos y en cuál es el potencial que está oculto en el interior de cada uno y que, en este tiempo, Dios aspira a revelarles.

Sepan, Mis amados, que no vengo al mundo para instruir solo a una parte de la humanidad, para que se vuelvan más sabios y tengan una vida un poco más pacífica para disfrutar. Mi Casto Corazón tiene una misión clara, que Me fue entregada desde el principio de Mi llegada a este mundo. A pedido del Altísimo Señor, vengo a abrir la consciencia humana y a proporcionarle la posibilidad de vivir según la Voluntad del Creador.

Vengo para que poco a poco, gota a gota, la humanidad deje de ser una llaga en el Corazón del Padre y sea la concreción de Su esperado Proyecto, predilecto en el Reino de los Cielos.

La responsabilidad de los que Me escuchan es inmensa y no cabría en sus mentes, ni tampoco en sus pequeños corazones. Es por eso que, día a día, los Mensajeros Divinos los invitan a confiar en las Palabras de Dios, pronunciadas por los Sagrados Corazones, porque la verdadera esencia y razón por la cual llegamos a este mundo todos los días difícilmente ustedes podrán comprender.

Sepan que el Creador cuenta con pocos soldados dispuestos a seguirlo incondicionalmente; dispuestos a dejar atrás lo que fueron, para renacer en un nuevo hombre, completamente
opuesto a lo que hoy se expresa en el mundo.

En medio de una humanidad ignorante y ciega, los pocos que intentan mantener la fe están siendo sofocados por los ejércitos de la oscuridad, y ustedes están delante de la Voz de Dios, que los instruye día a día, para que sean simples de corazón y humildes, porque esa es la única manera de equilibrar todo lo que hoy sucede en el mundo.

Por más que les parezca increíble y a veces absurdo, Yo les digo, compañeros, que el Creador cuenta con cada uno de los que son capaces de escuchar Su Voz y seguirla. Y sus esfuerzos diarios para transformarse, aunque sean mínimos, son colocados en la balanza del Juez Celestial.

Todas las instrucciones que les traigo son para aplacar la Justicia que descenderá sobre el mundo; mas, para eso, no solo deben encontrar bellas las palabras de los Mensajeros de Dios, sino también vivirlas. Si no fuese así, ¿de qué valdría que vengamos al mundo?

Yo los guiaré y entregaré Mis últimos impulsos a la humanidad, en la divina esperanza de que al menos un alma escuchará y vivirá lo que tengo que decir y enseñar.

Ruego al Padre todos los días por el despertar de los corazones; para que al menos unos pocos descubran cuán simple es seguir los Pasos de Dios y cuán verdadera es la libertad celestial que se encuentra al abandonar lo viejo y abrirse para ser una semilla de la Nueva Humanidad.

Yo los amo y los guiaré incansablemente.

San José, fiel pacificador de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vengo en esta tarde a revelarles una verdad suprema de Mi Corazón: uno de los pilares para la consagración del espíritu es el amor a la soledad; soledad que encuentra al Corazón del Padre Eterno y, dentro de Él, a toda la Creación.

La consagración de la vida requiere que los seres abandonen todas sus expectativas en relación con el prójimo y consigo mismos; que no quieran conquistar ninguna cosa para demostrar su avance, ni siquiera un atributo espiritual.               

En cuanto estén presos de la necesidad de mostrar resultados en sus transformaciones se estancarán en el mismo punto y, a veces, encontrarán las mismas miserias de siempre. La transformación
definitiva comienza en la consagración verdadera a Dios, y consagrarse a Dios es entregarle a Él todo lo que cada uno es. Aunque no obtengan ningún resultado o no alcancen ninguna meta, no importará a dónde llegarán, porque lo que ustedes son solamente pertenece a Dios y a nadie más.

Cuando hablo de soledad, hablo del desapego de las compañías en sus caminos. Con esto no quiero decir que a partir de ahora deban estar solos físicamente. Solo quiero decirles que deberán dar sus propios pasos, aunque sean los únicos en el mundo entero asumiendo un camino de transformación. Y aunque todos a su alrededor no reconozcan ese camino y no se esfuercen en nada para recorrerlo, aun así deben hacerlo.

La consagración debe ser entre la propia alma, el propio espíritu, y Dios. Ninguna interferencia de la vida sobre la Tierra deberá apartarlos de la posibilidad de lanzarse en el abismo de
la entrega al Creador.

Uno de los motivos, Mis queridos, por los cuales la humanidad no alcanza los Principios Celestiales es la imposibilidad que tiene la mayoría de los seres de desapegarse de todo lo que los otros esperan de ellos, o también, de caminar sin depender de los pasos ajenos, de incentivos externos de los que los acompañan.

Como ven, ese camino es duro y árido, pero la fuente que se encuentra al cruzar ese desierto es eterna y, si un ser es capaz de llegar hasta ella, podrá saciar la sed de toda la humanidad.

Sepan que, aunque ese camino esté impregnado por el espíritu de la soledad y de la entrega, lo harán por todos aquellos que no se animaron a caminar. Los méritos generados por uno de ustedes, resultarán en la salvación de muchas almas.

Por eso, nuevamente les digo: conságrense al Creador todos los días, vivan para Él y no para otros, tampoco para sí mismos. Así, abandonarán la necesidad de realizar hechos que no construyen el Proyecto de Dios, por la inseguridad y por el miedo de no ser aceptados por los demás.

El Señor espera que limpien el suelo que pisan, que retiren las hojas secas y vean en la tierra la marca de Sus Pies. Sigan Sus Pisadas. No hubo nadie más solitario ni desapegado de sí y del mundo que el Hijo de Dios, su ejemplo y su salvación eterna.

Bajo el Amor de Cristo, Yo los bendigo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿En dónde buscar la esencia de la humildad? En medio de la degradación humana, ¿cómo encontrar la pureza y la simplicidad que Dios espera de Sus criaturas?

Cuando les decimos “sean humildes”, los corazones se preguntan: ¿Cómo?
La humildad nace del amor al prójimo y a Dios; de la reverencia que surge de este amor, porque el corazón que ama reconoce lo sagrado y la esencia divina presente en cada cosa.

Los seres humanos perdieron la referencia de lo sagrado y banalizan la grandeza de la Creación, por la arrogancia y por la ignorancia que impregnaron el corazón de los hombres.

Volver a lo sagrado es como incursionar en un universo que desconocen casi por completo y, al intentar buscarlo y vivirlo, muchos sienten que están fantaseando o viviendo algo que no corresponde a su realidad en este mundo.

Sin embargo hoy les digo, queridos compañeros, que ustedes sienten todo eso por cuán impregnadas están sus células de la oscuridad del mundo y por cuán separada está de Dios esta humanidad, y que, como ya les dije, este camino de transformación es para los valientes de espíritu.

Será necesario vencer al mundo y, sobre todo, vencerse a sí mismos. Pídanle a sus almas y a sus espíritus que les enseñen a vivir en lo sagrado y que los ayuden a encontrar el camino para vivir el atributo de la reverencia.

La humildad solo se encuentra cuando la consciencia es capaz de reconocer la Presencia de Dios en cada ser y, al sentir así, ustedes estarán ofreciendo al prójimo siempre lo mejor. ¿Qué no merecerá Dios presente en él?

Como ejercicio de humildad, intenten encontrar al Creador en todas las cosas y en todo busquen lo mejor: el mejor atributo que expresa un hermano, un Reino de la Naturaleza o cualquier expresión de la Creación.

No intenten buscar en el prójimo las miserias para regocijarse por ser mejores que los demás. Busquen en el prójimo aquel atributo que aún no alcanzaron. Encuentren al Creador en Sus criaturas y ámenlas, como si tuviesen al mismo Dios delante de sus ojos. Sirvan a ese Dios, entréguenle lo mejor y haciendo así, en la esencia de la simplicidad, encontrarán puertas abiertas a la humildad, a la reverencia y al amor. Así, poco a poco, desterrarán del interior al viejo hombre que solo intenta establecer el propio reinado, la conquista de las ventajas y la seguridad de ser mejor que los demás.

Con claves simples para la consciencia humana, quienes venzan el orgullo e intenten seguir lo que les digo florecerán en los jardines de la Creación, como una flor que expresa los Principios de Dios.

Que la paz y la humildad sean esencias vivas en el corazón humano.

San José, siervo incansable de Dios

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el espíritu de la simplicidad, entreguen la propia voluntad a Dios y no tengan miedo de seguir Sus Designios, que muchas veces son incomprensibles para la mente humana, pero que siempre estarán plenos de perfección.

La Voluntad de Dios siempre resonará en el interior del corazón que se silencia para escucharla, y aquel que aspira a seguir esa Voluntad, sabrá que ese sentir profundo es real, es verdadero.

Dios habla siempre al interior de Sus criaturas, pero, la mayoría de las veces, es muy grande el bullicio que existe en el interior de los seres, debido a la búsqueda constante de una satisfacción que no alcanzarán en este mundo. En otros casos, ocupan inclusive el alma en aspiraciones puramente materiales y no consiguen escuchar el propio corazón; o, para no seguirlo, dudan que el sentir y la voz interior sean verdaderos.

Sin embargo, hoy, Yo les digo que para seguir la Voluntad de Dios deben ser valientes y firmes tanto en el espíritu como en el corazón, porque la humanidad está muy distante de lo que debería expresar y, muchas veces, los corazones de buena voluntad que intentan caminar hacia Dios están dirigiendo sus esfuerzos en sentido contrario.

No quiero, con eso, decirles que abandonen todo lo que hacen, pero sí que presten más atención a la Voz de Dios en su propio
interior y que estén más atentos para escucharlo y dispuestos a seguirlo, cuando Él les dé indicaciones claras.

La posibilidad de unirse a Dios nunca les será quitada. La Voz de Dios colma el espíritu y alegra el alma; no la confundan con la voz de la mente, que sacia las aspiraciones de los sentidos y
de las vanidades.

Este es Mi mensaje para hoy: en el silencio del corazón escuchen a Dios y, con la valentía del espíritu, respondan a Su Llamado.

Yo los bendigo hoy y siempre.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ CASTÍSIMO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús: Cuando San José apareció hoy, se presentó de una forma como nunca antes lo había visto. Vestía una túnica blanca y un manto marrón, sujetado en el hombro izquierdo, cayendo por encima de la túnica. Tenía en la mano derecha una vara de nardo, ligeramente hacia un lado, con tres flores pequeñas casi en la punta. Sus ojos color miel, bien claros, resplandecían como nunca. Parecía más joven, como si tuviese unos cuarenta años. Tenía los cabellos un poco por encima de los hombros y estaba de pié, en un campo verde entre las nubes. Él dijo que esta era la imagen que presentaba en el templo el día en que fue escogido para casarse con María y que era la faz que quería que conociésemos en este tiempo, porque ella daría el impulso que necesitamos para comenzar un nuevo ciclo. Aquel momento representó para San José el inicio de un nuevo y definitivo ciclo, a partir del cual ingresó en el desenvolvimiento del arquetipo de Dios
para la humanidad.


Hoy vengo a su encuentro con esta faz, porque es así como les hablaré desde ahora, trayendo para el mundo los impulsos de los primeros pasos de la santidad de Mi Casto Corazón.

Con este símbolo, quiero demostrarles que el primer paso para el inicio de un nuevo ciclo, una nueva vida pautada por la Voluntad de Dios Altísimo, es la transparencia en el corazón, en la mente y en los sentidos. Siendo transparentes, no escondan ante los hombres lo que verdaderamente son y jamás intenten esconderse de Dios. Siendo verdaderos y transparentes, delante de todo y de todos, es como podrán iniciar este camino.

No tengan miedo de proclamar la propia fe ni su trayectoria espiritual; y no vivan según las tendencias del mundo solo para no parecer diferentes a los ojos de los hombres.

Si no tratan de esconderse de Dios y todos los días le ofrecen las propias miserias, como también las virtudes, sabrán entonces lo que deberá ser transformado y lo que tendrá que ser fortalecido bajo el espíritu de la humildad y de la oración. 

Que la simplicidad del corazón abra los caminos para que puedan ser verdaderos, sin temor. Si aspiran a esto, descubrirán en sí mismos un potencial que siempre estuvo oculto por las capas de las falsas faces de lo que les gustaría aparentar para el mundo, para sentirse parte del común de esta humanidad degradada.

Siéntanse ahora parte del Proyecto de Dios y ábranse para que, poco a poco, consigan ir perdiendo lo que hoy aparentan ser y, así, descubran lo que verdaderamente son.

Yo los bendigo y los impulso.

Su instructor y guía,

San José Castísimo

Al final del mensaje, San José transmitió la siguiente oración:

Oración para iniciar la trayectoria espiritual rumbo al descubrimiento del Nuevo Hombre, que es, en verdad, el principio de la manifestación de la humanidad y que jamás encontró espacio para descender a las consciencias de este mundo.

Aquellos que oren de corazón, abrirán nuevas puertas a la propia transformación.

Oración inspirada por San José
para la manifestación de la Nueva Humanidad

San José,
que Tu humildad se refleje en nuestros corazones,
como símbolo de la simplicidad
y del reconocimiento de la grandeza de Dios.

Que Tu sagrada faz inspire nuestros caminos
y que, a través de Ti,
descubramos la esencia de la Nueva Humanidad,
expresión de la perfección de Dios,
semejanza profunda con el Creador,
manifestación viva del manantial
de Su Divina Misericordia.

Que en Tu Casto Corazón,
San José, Siervo de Dios,
aprendamos a dejarnos guiar
por la Soberana Voluntad del Creador.

Amén. 

MENSAJE MENSUAL DE SAN JOSÉ CASTÍSIMO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Como grandísima Gracia traída del Reino de los Cielos, Mi Casto Corazón viene a anunciar al mundo el último año de Mensajes que entregaré a la humanidad. Y como bendición principal para todos los corazones, durante el período comprendido entre el 20 de agosto de 2015 y el 20 de agosto de 2016, haré llegar el primer ciclo de Mensajes Diarios de San José, para el género humano.

Es de esta forma que, en la urgencia de los días, Mi Casto Corazón comenzará a entregarles a todos el paso a paso del surgimiento de la Nueva Humanidad.

Cuando este ciclo de mensajes finalice, ya no vendré al mundo como antes, y esa señal marcará el inicio del tiempo de pruebas definitivas.

Debido a sus oraciones y pedidos, los Mensajeros Divinos alcanzaron la Gracia de entregar este último impulso para la humanidad, con el fin de que todo lo que necesiten para transitar en los tiempos que vendrán, esté disponible para sus almas y consciencias.

Jamás olviden que este impulso llegará como una última oportunidad para seguir los pasos de Dios y de esta forma, impulsados por Mi Sencillo y Humilde Corazón, puedan seguir los pasos que los conduzcan a la materialización de este Plano Superior de Existencia.

Por medio de Mis palabras, llevaré a la humanidad al descubrimiento de lo Sagrado y con ejemplos y revelaciones de Mi vida santa, intentaré conducirlos por última vez a la santidad del espíritu y del corazón.

Sepan que son espíritus agraciados, en medio de una humanidad que padece y que se degenera día a día, como consecuencia de sus acciones. Deben reflexionar y meditar sobre lo que es el espíritu de la eterna gratitud -porque están siendo merecedores de esta Gracia- y lo que Dios espera de las almas que Lo Escuchan por medio de Sus Mensajeros.

A medida que el sufrimiento y la ilusión se expanden por el mundo, Dios les concede la Gracia de despertar, y con Sus Mensajeros, aprender la verdadera esencia de la existencia de la humanidad que aún no se manifestó plenamente en este mundo, con excepción de Su Hijo y de la Sagrada Familia que lo acompañó y que con Él aprendió.

Que el espíritu de pacificación se vuelva vida en sus seres. Así descubrirán que es en las transformaciones más simples, que alcanzarán la manifestación de la Nueva Humanidad. Muchos buscan realizar grandes obras y se olvidan que, es en el espíritu de la humildad, que se encuentra la verdadera llave para abrir las puertas del Cielo y volver a unirse con la Consciencia de Dios.

Yo los amo y los espero despiertos y atentos a este nuevo y último ciclo de instrucciones de Mi Casto Corazón.

San José Castísimo, Siervo y Aprendiz de Dios

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