Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, POR LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

Vengo extraordinariamente en este día, por una Gracia especial que el Señor Me concedió: estar al lado de Mis pequeños hijos un día más.

Esto es para que sepan, Mis queridos, que Yo los acompaño todo el tiempo y escucho cada una de vuestras oraciones, como también cada uno de vuestros pedidos, de vuestros llamados.

El Señor Me permitió estar hoy entre ustedes para confirmar, en vuestros corazones, que una oración hecha con Amor abrirá siempre las puertas del Cielo. Y también para que sepan que ya no estamos en tiempos normales y Mi Corazón desea impulsarlos siempre, cada vez que vuestros corazones Me lo permitan.

Vengo a traer, una vez más, el Espíritu de Dios para vuestras vidas. Para que aquellos milagros que intentan vivir, puedan darse. Porque existen muchas cosas, de las cuales necesitan vuestros corazones, que parecen que solo se darán a través de un milagro. Pues entonces, vengo a anunciarles que estamos en el tiempo de las mayores Gracias y que para el Reino de Dios nada es imposible.

Es tan simple todo cuanto me piden, hijos Míos, cuando lo hacen con el corazón. Si pudiesen ver las verdaderas necesidades del mundo y si pudiesen descubrir la grandeza del Plan de Dios para vuestras vidas, percibirían qué simple y cuán pequeño es todo lo que vuestros corazones necesitan en este tiempo.

Lo que deben buscar hoy es la Gracia de vivir bajo la guía del Espíritu de Dios, porque está totalmente disponible para todos Mis hijos del mundo. Lo que sucede es que vuestros corazones no Me buscan, no Me escuchan, no Me sienten a vuestro lado todo el tiempo.

Si supiesen, hijos queridos, cuánto desea Mi Corazón que puedan descubrir la verdadera y gloriosa Gracia que viven en este tiempo. Si cada uno de vuestros corazones pudiesen percibir cuán grandiosa oferta Dios les hace en este tiempo, en el que el resto del mundo agoniza, ya no habría mal alguno que pudiese vivir en vuestros corazones y solo Mi Paz reinaría en vuestros seres.

Por eso vengo, día a día, por el despertar de todos Mis hijos. Porque ya es hora de que perciban los tiempos en que viven y percibirlos verdaderamente, con el corazón, con el alma y con el espíritu.

Porque si la Verdad de Dios encontrase espacio para impregnar vuestros seres, ahí sí llegará el momento en que podrán comenzar a vivir Su Voluntad y a manifestar Su Plan de Paz, que consiste en traer el Reino que hay en los Cielos para la Tierra.

Encuentren Mi Paz en vuestros corazones. Allí deposité Mi Amor y la llave para el despertar definitivo de vuestros seres.

Les agradezco eternamente por responder a Mi Llamado y por orar Conmigo.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos de Mi Corazón:

Hoy vengo a enseñarles a abrir las puertas del Cielo y a llamar por la Misericordia de Dios, por medio de la confianza absoluta en el Creador.

Las almas necesitan día a día la intervención de vuestros corazones. Necesitan la donación del verbo redentor que puede salir del corazón de Mis hijos, de Mis soldados de la oración.

Es tiempo, hijos Míos, de que donen sus vidas por completo al Señor. Ya no es momento de tener los ojos sobre sí mismos, sí de permitir al Señor que Él ponga los ojos sobre vuestros seres y que los cuide día y noche.

Nuestro Señor Dios Me envía a Mí, que Soy Bienaventurada, para cuidar de Sus criaturas, para vigilar a Sus pequeños hijos. Y Él Me envía, hijos Míos, para que ustedes puedan olvidarse de sí y cuidarse unos a los otros, bajo el Amor y el Perdón que les entrego todo el tiempo.

Es tiempo de servicio, de caridad, de donarse a sí mismos completamente, por el bien de las almas.

Y el servicio, Mis queridos, lo encontrarán en las pequeñas cosas del día, de la vida fraterna, de la liturgia en las comunidades y en las familias.

Descubrirán que la caridad está también en todo y para con todos. Cada ser que vuestros ojos puedan encontrar es un hijo Mio, digno de caridad y de compasión, sin importar el estado en que se encuentre.

Si vuestros corazones aceptasen ser prolongamientos de Mi Amor puro e inmaculado, deberán vivir por Amor al Creador, ofertados a las necesidades del mundo. Porque aquel que se ofrece para suplir las necesidades de Dios en sus hermanos, será suplido por Él durante toda la Eternidad.

La donación de sí es el camino para los corazones que desean tener mérito para el Paraíso.

El poder de la oración y de la caridad los transformará, siempre que lo permitan, y los conducirá al encuentro con Mi Hijo.

Aquel que sigue los pasos de Jesucristo, a través del Evangelio, encontrará el camino seguro, que no tendrá otro objetivo, si no el Corazón de Cristo.

Vengo a recordarles que es tiempo de vivir en Mí, en Cristo y en Dios. Y esto se alcanza por la oración constante, pronunciada con el corazón; por el ayuno, realizado por Amor y por la Redención del mundo; por la confesión para liberar los pecados; y por la caridad, para encontrar a Dios en todas las cosas.

Oigan estas palabras con el corazón, hijos Míos, porque es solo allí que encontrarán la fuerza para seguirlas. Es solo el corazón que disuelve las imposibilidades y les permite buscar a Cristo y a Dios en todo momento y en cualquier circunstancia.

Cuando les digo: “entren en el corazón”, es porque sé que allí habita lo más puro que hay en cada uno. Y sé que aquel que vive desde el corazón jamás temerá cosa alguna, jamás encontrará obstáculos para realizar la voluntad de Dios.

Un servidor de este tiempo, hijos Míos, es aquel que está siempre en el corazón y reposa allí.

Les agradezco por responder a Mi Llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE MONTEVIDEO, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Bienaventurados los que superen los tiempos de los fuertes vientos interiores.

Bienaventurados los que confiarán en Mi palabra.

Bienaventurados serán, hijos Míos, aquellos que, venciéndose a sí mismos, vencerán también al mal y encontrarán Mi Reino, el Paraíso.

Bienaventurados los que niegan las cosas del mundo y guardan para sí solo las cosas del Cielo.

Bienaventurados los que extienden las manos a sus hermanos y les permiten tener el primer lugar en la Barca de la Salvación.

Bienaventurados los humildes y simples, porque encontrarán a Dios en el propio corazón y en el corazón de sus hermanos.

Bienaventurados serán siempre los pobres: los pobres de sí, los pobres del mundo, los pobres de maldad y de falta de amor. Porque estos sí Me buscarán a Mí y a Mi Hijo por sobre todas las cosas.

Bienaventurados aquellos de ustedes que, no temiendo al mal, confiarán en las promesas de Dios y vivirán en el propio ser los milagros de la transformación.

Bienaventurados los que abandonen todo para seguirme, porque junto a Mí estarán siempre seguros.

La bienaventuranza de este tiempo, hijos Míos, está en la pureza que sus corazones puedan alcanzar; está en la humildad y en la simplicidad; está en confiar en Dios y, con coraje, caminar en dirección a Él.

Vengo a colocar en vuestros corazones el poder de las Bienaventuranzas.

Vengo a sembrar en esta ciudad y en este mundo la Paz y la Gloria de Dios, porque a través de Mí muchos despertarán y a través de ustedes, ya despiertos, muchos más Me seguirán.

Quiero corazones valientes, arrojados, que puedan vivir la verdad de Dios, sin temer ser considerados locos por el mundo; porque de muchas formas los denominarán y con muchos nombres llamarán a los que Me sigan. Intentarán herirlos con el verbo y con acciones. Mas, Yo estaré siempre como escudo Glorioso de vuestros corazones.

Yo soy Aquella que acompañó a Cristo, que lo ayudó a crecer con un corazón pleno del Amor de Dios; que lo preparó para vivir las Leyes del Señor y que lo sustentó con el corazón y con la mirada, mientras era flagelado, mientras caminaba con la cruz y mientras padecía por Amor a Dios y por el Perdón del mundo.

Mi Corazón estuvo siempre unido al Corazón de Cristo.

Mis brazos esperaron su cuerpo imantado de Gloria cuando bajaron de la cruz a Mi Hijo, que ya no vivía. Más allá de cualquier sufrimiento que pude vivir, conocía la Gloria de Dios y Su Voluntad. Como también la conozco en este tiempo.

Si Mi Corazón pudo guiar un Cristo en aquel tiempo, ¿cuántos más podré guiar hoy?

Solo pido que confíen en Mí y en Mi Maternidad.

Caminen con Amor y con valentía.

Los guiaré siempre.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

Hoy, más que nunca, espero que encuentren Mi Corazón, para que comprendan el momento en que viven.

No busquen en los eventos del mundo las señales para el retorno de Mi Hijo, pues no será en los fenómenos que encontrarán la Fe. Si confían en Mi Corazón, sabrán que en la simplicidad de Mi Verbo, día a día, vengo a mostrarles el verdadero camino.

El Señor Me envió para guiarlos, porque a través de Mi Amor podrán llegar a Cristo. Mi Verbo es simple y es poco lo que les indico, para que puedan cumplir con Mis pedidos. Lo único que les pido hoy es que huyan de las distracciones y entren en el corazón, pues el camino para el corazón se volverá cada vez más difícil. Busquen el Amor que existe en lo profundo de vuestros seres y amen, aunque consideren que no saben hacerlo.

Amar, hijos Míos, es servir a Dios en todas las cosas. Si vuestros pequeños seres se permitiesen vivir la simplicidad descubrirían cuán accesible está el Amor.

Comprendan, Mis queridos, que para recibir a Mi Hijo, antes es necesario que puedan vivirlo en vuestros corazones. Porque será el propio Amor Crístico dentro de algunos de ustedes el que construirá este camino de retorno al Redentor. Cuanto más demoren en abrir los corazones, más demorará el Señor en venir en Cuerpo, Alma y Divinidad.

Ya no les pido que estudien Mis mensajes, mas sí que los vivan.

Aunque sea una sola palabra de Mi Verbo, manifiéstenla.

Sean simples, ayunen y oren con el corazón.

Sean fuertes, humildes y sirvan con Amor.

Lleven Mi Paz al mundo, por medio de actos silenciosos.

Pidan a Dios por las almas, por los reinos, por las naciones, por el mundo.

Traigan la Misericordia a la Tierra.

Confíen en Mi Corazón.

Vivan solo un atributo de Mi consciencia y este atributo construirá en vuestros seres la fortaleza necesaria.

No les pido perfección, les pido coraje.

He ahí el camino construido delante de vuestros ojos, es sólo seguirlo.

He ahí a Mi Hijo, que llegó en Espíritu, escúchenlo. Reciban Su guía y vivan Su Misericordia. Tómense fuerte de las manos de Cristo y manténgase allí, para que puedan encontrarlo cara a cara y recibir directamente de Sus ojos el Perdón y la Redención, que los llevarán de vuelta a los brazos del Creador.

Aunque me duela el Corazón al ver que el mundo no Me escucha, Yo los amo a todos.

Y les agradezco.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Señora de vuestras vidas

MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Amadísimos hijos:

Está llegando el tiempo en que vuestros pequeños corazones conocerán Mi verdadera cara, cara que unirá a todas Mis manifestaciones en la Tierra, a lo largo de los siglos. Hijos míos, no deben temer conocer lo Nuevo, porque el Señor desea que, en este tiempo, vuestros corazones se renueven y se renueven también las creencias y conceptos de la humanidad.

Mis queridos, guarden estas palabras en sus corazones pues poco a poco, día a día, los velos caerán de sus ojos y podrán comprender lo que Mi Inmaculado Corazón buscó construir a lo largo de los tiempos y de la historia de la humanidad.

Yo soy la misma de Nazaret, renovada de época en época, para que vuestros pequeños seres puedan madurar junto a Mí. Mi tarea maternal evolucionó junto con la humanidad y, también, Mi Sagrado Corazón se renovó a lo largo de Su existencia, siguiendo la Ley de los Cielos, donde todo es Renovación y Paz.

Queridos hijos, vengo en este día a dejar una sagrada señal grabada en vuestros corazones, la que podrán encontrar a medida que maduren. Mi Misericordia los hará descubrir cuán cerca de sus corazones está el Reino de los Cielos, y a través del Espíritu de Dios, que es Uno con Mi Corazón, sus pequeños seres sentirán la simplicidad con que el Verbo de Dios les habla y con qué Amor Infinito el Señor Nos envía para rescatar a Sus hijos.

Despierten, hijos Míos, despierten. Llegó el tiempo de que el Espíritu de Dios ingrese en vuestras vidas y se haga carne en vuestros seres, como hizo Conmigo hace 2013 años.

Abran los ojos, abran los corazones. Beban de esta Fuente que Mi Corazón les anuncia, pues esta Agua Pura cambiará para siempre vuestras vidas.

Los amo. Amo para siempre cada uno de vuestros corazones.

Bajo el Poder del Espíritu de Dios,

María, Reina de la Paz

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Como Ave Luminosa, vengo a traerles una Buena Nueva, que desde los Cielos llega a la Tierra. Vengo a anunciarles, hijos Míos, la llegada del Espíritu Santo en vuestras vidas, Espíritu que viene a renovar y redimir los corazones que se definen en este tiempo como soldados eternos de Mi Paz. Vengo, de los Cielos, a pedido del Señor, para impulsar a los que aún no alcanzaron dar el primer paso. Vengo a despertar del sueño a los que duermen. Vengo a convertir en almas orantes y en espíritus pacificadores a aquellos que solo sufren, que sufren y no encuentran el camino para salir de sí.

Hijos Míos, estamos en un momento definitivo para vuestras vidas. Mi Corazón los trajo de las manos hasta aquí y ahora también Mi Hijo recibió la Gracia de guiarlos, antes de Su segundo retorno a esta Tierra. Este es el tiempo de los corazones valientes. Los espíritus guerreros que anuncien sus nombres delante de Mi ejército para que, junto Conmigo, se dirijan en marcha hacia la Luz.

El Espíritu de Dios llegará, y hará Su morada solo en columnas firmes, en árboles de raíces profundas que no teman a los vientos fuertes. Por eso, hijos queridos, aquellos que todavía esperan su tiempo, sepan que ya llegó. Para las almas aún indecisas entre su verdadero camino y el que ya se tornó viejo, que abandonen el pasado y se unan al Redentor. Él ahora viene en Espíritu para, personalmente, contar cuántos son los guerreros que persistirán en Su ejército de Paz.

¿Cuáles son los apóstoles que superarán, envueltos en Misericordia, el tiempo de la Justicia?

¿Quiénes son los que levantarán sus brazos y anunciarán sus nombres, para vencer el miedo y salir a predicar, de dos en dos, las palabras del Señor?

¿Quiénes realmente confiarán en Mis palabras, cuando fuesen negadas?

A los que se venzan a sí mismos por Dios y hagan triunfar Su Amor, los aguardo en oración, sin tiempo, sin cansancio. Porque el mundo así lo necesita.

Los amo a todos y derramo sobre el mundo, en esta hora, Mi Misericordia para que fortalezca sus corazones.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Reina de todas las almas

 

Mientras María se elevaba, le pregunté cuál era el motivo por el que vino extraordinariamente en esta hora.

Y Ella, mostrándome muchas almas en sufrimiento y en la oscuridad, me respondió:

“Hoy vengo a impulsar a los que están dormidos, porque las almas sufren esperando su despertar”.

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Amados hijos del mundo entero:

Mi Corazón emite hoy palabras santas, de consuelo y paz, para que vuestros corazones reposen en el Amor de Mi verbo maternal.

Hijos queridos, perciban las Gracias infinitas que reciben día a día del Corazón Redentor del Señor y descubran en vuestros corazones que estamos en el esperado tiempo de las transformaciones. Cuando Mi Hijo estuvo sobre la Tierra dejó para ustedes un mensaje de esperanza. Este mensaje decía, hijos Míos, que aquellos que vendrían después de Él harían mucho más que Él. Porque Jesús encendió la Luz en un mundo que vivía en la oscuridad y le dio la posibilidad, a cada uno de ustedes, de vivir aquello que Él fue capaz de vivir, y mucho más.

Cuando Dios les pide, hijos Míos, que imiten los pasos del Señor es para que abran vuestros corazones para amar a Dios como Él lo amó, y atraer hacia la Tierra ese Amor que solo era conocido en el Paraíso.

Mis queridos, un largo y luminoso trayecto tendrán aquellos que puedan creer en Mis palabras, pues estamos en un tiempo en el que Nuevos Cristos deben surgir. Y cuando digo Nuevos Cristos, hablo de almas redimidas por el Amor Crístico.

Cuando retorne, Cristo buscará a este rebaño que intenta, con toda su aspiración y esfuerzo, seguir Sus pisadas. Y a estos, hijos Míos, el Señor les dará el último impulso, pues al Señor Jesús le corresponderá retornar para ver el último paso de Su rebaño en este mundo y llevar con Él a Sus compañeros al Paraíso.

Si vuestros corazones se pierden entre Mis palabras busquen, en el Santísimo verbo del Señor, que está pleno de Misericordia, la llave para comprender, porque Cristo no solo les reclamará la transformación de ustedes sino que les indicará, día a día, cada uno de los pasos. A los que tengan oídos para oír Sus mensajes y corazón para comprenderlos, largos pasos podrán dar.

Acompaño con Mi mirada maternal el caminar de todos Mis hijos del mundo. Y después de haber preparado vuestros corazones para recibir al Señor, estaré al lado de Dios esperando la llegada del Pastor con Su rebaño redimido.

Les agradezco eternamente, queridos hijos, por caminar bajo Mi manto.

Los guío y los amo a todos.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Pequeños corazones del mundo entero:

Quiero, semana a semana, iniciar un nuevo ciclo en vuestros corazones, pues ya no estamos en tiempos normales y vuestros corazones deben madurar más rápidamente. Quiero ver a todos Mis pequeños hijos junto a Mí, al Castísimo Corazón de San José y al Sagrado Corazón del Niño Jesús, para que este arquetipo se expanda por el mundo y vuestros corazones puedan formar parte de esta Sagrada Familia, como hijos predilectos de Mi Corazón.

Quiero hoy que comprendan el milagro de la oración en vuestras vidas; que al realizar el sagrado acto de orar, vuestros seres sepan lo que están haciendo. Por eso, les ofrezco los atributos de una oración verdadera y misericordiosa, para que puedan meditar y ejercitar con más consciencia la oración diaria.

Una oración sincera, vacía de expectativas, atrae el Espíritu de Dios, no solo hacia vuestros seres, sino también hacia el mundo entero.

Una oración por las naciones limpia el corazón de las consciencias, alivia al corazón único de un pueblo y libra del infierno a las almas que padecen entre la vida y la muerte.

La oración hecha en honra a los Centros Marianos permite que cada Santuario se mantenga como un verdadero templo de Mi Presencia, donde Mi Corazón pulsa día y noche, recibiendo a las almas que allí se aproximan.

La oración con devoción, realizada para que el Amadísimo San José cumpla con la Misión que le fue entregada por Dios, permite que muchas almas que no conocen lo Sagrado que existe en el Cielo puedan aproximarse a este Don, porque el Corazón de San José es aquel que les enseñará la Reverencia y la Fidelidad para con el Corazón de Dios.

La oración reparadora, para aliviar el Corazón de Jesús, permite que el dolor de muchas almas sea liberado en el Corazón de Cristo; permite que aquellos que hoy están en lo oscuro encuentren el Perdón y la Misericordia.

Una oración ofrecida al Espíritu de Dios –un llamado a este Espíritu Santo– permitirá que las almas de este mundo sigan recibiendo Gracias en el tiempo de la Justicia, que prolonguen el tiempo de la Misericordia y que vivan en Paz el tiempo de las pruebas.

Una oración que nazca del corazón, con el simple propósito de Amar a Dios, traerá la pureza a vuestros corazones y guardará para muchos un lugar a Mi lado en el Paraíso.

Por eso oren, hijos Míos, y confíen en Mis palabras para que Mis promesas se tornen Vida en vuestros seres.

Les agradezco.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Señora de todas las Gracias

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

Mi Corazón aguarda cada día a vuestros corazones para que, renovados en el Espíritu de Dios, encuentren las Gracias que Yo les envío por medio de la oración diaria. Este es el tiempo de develar muchos misterios. Muchos de Mis hijos, aquellos que responden a Mi llamado a la oración, están creciendo rápidamente.

Permitan, Mis queridos, que sus almas se tornen almas convertidas y purificadas bajo la Luz del Señor, pues hace mucho que estamos en el tiempo de la conversión. Este es el momento de convertir vuestros corazones en corazones fieles al Propósito de Dios, y esta Fidelidad la encontrarán en las palabras de Mi Hijo.

Cristo Jesús los visita diariamente, como lo hizo Mi Corazón Inmaculado, anunciando Su llegada. Ahora, Mis queridos, es momento de dar un paso más en dirección al camino de la Consagración, de la entrega total de vuestros corazones, porque la llegada de Cristo Jesús en vuestras vidas representa el tiempo de las definiciones, tiempo en el cual, antes de Su retorno, el Señor anuncia con Su propio Verbo lo que vendrá a buscar.

Si Mi Hijo les anuncia que buscará corazones puros, santificados por el Espíritu de Dios, es porque después de cada Gracia recibida se les está dando esa posibilidad. Mi Hijo Jesús extiende Sus manos en este tiempo a todos Mis hijos del mundo, inclusive a aquellos que Mi Corazón todavía no alcanzó; porque después de Mí, vendrá Él junto Conmigo y aun cuando todo parezca estar por perderse, Nosotros estaremos.

Escuchen el Llamado Redentor de Mi Hijo, presten atención a Sus advertencias.

Les agradezco por responder al Llamado Celestial.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Mis queridos hijos:

Vengo en este día a renovar en el corazón de cada uno de ustedes el compromiso que tienen Conmigo. En este tiempo vuestros corazones deben hacer el esfuerzo permanente de estar unidos a Mí; porque en este tiempo, hijos Míos, en que vuestros corazones pueden recibir Gracias que jamás imaginaron que serían posibles, también el enemigo tiene permiso para tentarlos y en todo momento trata de apagar la llama que Yo encendí en vuestros corazones.

Mi Corazón Inmaculado y el Sagrado Corazón de Cristo, tratan en todo momento de mantener sus corazones lo más próximo posible de Nosotros, tratamos de mantener sus pequeños seres cada día en nuestros brazos de Perdón y Misericordia, mas esta unión permanente con Nosotros deberá ser también una decisión de cada uno de ustedes.

Hijos Míos, este es el tiempo de las grandes pruebas, mas también de los grandes impulsos. Vuestros corazones solo deben escoger dónde se irán a sustentar, porque Dios jamás los desamparará. Mi Corazón envía en este tiempo Gracias infinitas, como en ningún otro momento del planeta pudieron vivir los seres.

Es así, Mis queridos, que sus corazones deben buscar el apoyo, el alimento y el sustento de sus seres, en estas Gracias.

Miren a lo profundo de Mis ojos y encuentren allí la llave para trascender cada prueba, para encontrar la Voluntad de Dios en cada acontecimiento de la vida y para saber discernir cuándo un impulso viene de Mi Corazón para transformarlos y cuándo viene del enemigo para derribarlos. Lo que mantendrá vuestros corazones junto a Mí, hijos Míos, es la fidelidad a Mi Corazón, la respuesta sincera a cada uno de Mis pedidos, la oración diaria y consciente de cada verbo pronunciado.

Amo a cada uno de Mis hijos y si ustedes confían en este Amor, encontrarán la fuerza para cumplir con todo lo que Yo les pido en Mis Mensajes y con el interior de cada uno. La única cosa que les pido hoy, Mis queridos, es que sean persistentes y confiados, que oren con Amor, para que Dios escuche sus oraciones y pueda responder al pedido de sus seres.

Mi Corazón desea estar cada vez más cerca de ustedes, así como lo desea Mi Hijo, y para eso es necesario que Mis palabras no entren en la rutina de sus vidas. Crean en Mi presencia maternal y confíen en Mi llamado de Paz, pues por Mi intermedio encontrarán a Mi Hijo y a través de Él llegarán al Padre.

Les agradezco por responder a Mi Llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN POSADAS, MISIONES, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos de Mi Corazón:

Traigo para este día de Gloria un mensaje renovador que impregnará vuestros corazones con el Espíritu de Dios, cuando Mis palabras sean leídas por cada hijo Mío.

Mis queridos, cada mensaje enviado por Dios, por intermedio de Mi Corazón, contiene una parte de la Voluntad del Señor para Sus pequeñas criaturas; contiene una parte del Camino para la unión con Cristo; contiene las Llaves para que sus corazones se unan al Redentor y reciban Su Misericordia hecha vida en sus pequeños seres.

En los últimos años entregué preciosos mensajes que provienen del Verbo Divino, para que Mis pequeños hijos puedan encontrar al Dios Creador a través de Mis palabras.

Hijos Míos, vuestros pequeños corazones no conocen la dimensión de la Gracia que vuestros seres reciben en este tiempo por medio de Mi llegada a la Tierra.

Al acompañar Mis pasos de peregrina, vuestros corazones asumen un compromiso Conmigo, compromiso que significa que más adelante deberán dar testimonio de todas las Gracias recibidas y, cuando estén delante de Nuestro Señor Jesucristo, en Su segunda venida pública sobre la Tierra, habrán de entregar en Sus Santas manos los frutos del Bendito Árbol que Mi Corazón plantó en vuestros corazones, Árbol que crece desde el primer día en el que oyeron Mi Mensaje.

Mis queridos, Mi Corazón vivió muchas alegrías en estos últimos días. Recibió con Amor todas las oraciones realizadas por Mis pequeños peregrinos y todas ellas fueron entregadas al Señor para que, a través de la respuesta de la humanidad, Mi Corazón pudiese intervenir por los seres humanos, los que aún duermen, los que tienen dudas, los que tienen miedo.

Por eso, hijos Míos, cada una de vuestras oraciones es de gran importancia, cada pequeño esfuerzo que hacen es observado desde los Cielos, así como cada pequeño esfuerzo que dejan de hacer.

Se necesitan, en este tiempo, corazones firmes que sean capaces de dar siempre más de lo que creen que pueden, aunque sea poco. Esto se llama, Mis hijos, transcenderse a sí mismos por Amor a Dios y por la Salvación de las almas. Cada vez que sus pequeños seres puedan vencer la inercia, la pereza y la falta de Amor a Dios, ofrezcan esos pequeños actos a Él y, poco a poco, vuestras vidas se tornarán receptoras permanentes de la Voluntad del Señor.

Cuando Dios ve un corazón que se esfuerza por cumplir Su Voluntad, pues sabe que es la única cosa necesaria en este tiempo, Él envía un Rayo de Su Corazón, por las manos de los ángeles, a esos corazones, impulsándolos.

Mi Corazón también contempla sus esfuerzos, para con Amor recibir cada uno de ellos y transformarlos en conversión y salvación, de muchas almas que no son capaces de salir de las ilusiones del mundo.

Les dejo hoy este pedido y esta instrucción: que den prioridad en sus vidas al acto de orar y de servir con Amor, y que dediquen un tiempo, aunque sea poco, para la unión con Dios.

Les agradezco la respuesta a Mi Llamado y la unión con Mi Corazón, en esta Misión de Paz y de Salvación de las almas.

Los adoro a todos.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO EN POSADAS, MISIONES, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridísimos hijos:

Mi Inmaculado Corazón se alegra por estar una vez más en la Argentina para recibir a Mis pequeños hijos y brindarles Mi Paz y la fortaleza del Espíritu de Dios.

Hoy traigo entre Mis manos, Mis queridos, Gracias benditas enviadas por el Señor para que vuestros corazones no pierdan la unión con el Corazón bondadoso de Dios. Cada una de estas Gracias que traigo contiene el misterio y la santidad de los Sacramentos para que vuestros corazones no se olviden jamás de buscar a Mi Hijo Jesús por medio del Santísimo Sacramento.

Hijos Míos, hoy Cristo Me envió con la misión de despertar en vuestros corazones el Amor y la contemplación a los misterios de Su Pasión. Pasión que renovó al mundo y al Universo, que dio a conocer a vuestros corazones el Poder de la Misericordia de Dios. Sepan, Mis queridos, que Jesús revive cada día esta Pasión en Su Santísimo y flagelado Corazón, por todas las faltas de la humanidad.

Los seres humanos están cada vez más olvidados de Cristo, más aún de Su Pasión y de todo lo que Dios sembró en la Tierra por intermedio del Corazón de Su Hijo. Por eso, hijos Míos, es necesario que renueven en vuestros corazones el compromiso que cada uno tiene Conmigo y con Nuestro Señor Jesucristo, para que, por medio de esta renovación, muchas almas más puedan despertar el Amor y la reverencia al Corazón de Cristo Crucificado.

Al contemplar los Misterios de Su Pasión, Mis hijos, busquen la esencia de cada pasaje, busquen la Fuente de la Misericordia que se abrió en aquel momento y que por la entrega del Cordero de Dios se tornó Fuente inagotable de perdón y de piedad.

Nuestro Señor espera que por la contemplación de estos misterios, vuestros corazones puedan revivir cada pasaje y encontrar al Cristo Vivo y al Mensaje que dejó sobre la Tierra hace tantos años.

Hijos Míos, en la renovación del sacrificio de Cristo por medio de vuestros corazones encontrarán la fuerza para vivir los días que vendrán, días en que la humanidad se encontrará debilitada y sin energía para proseguir, porque muchos no tienen a Dios que es la vida y la salvación en este tiempo y por toda la eternidad.

Por medio de Su sacrificio, de Su entrega total a la Voluntad de Dios, Jesús construyó un camino seguro para que lo recorrieran aquellos que vendrían después de Su muerte.

La ofrenda hecha por Mi Hijo Jesús fue plasmar en la Tierra el Amor, en el cual los Universos se verían sustentados y la Misericordia por medio de la cual todas las criaturas encontrarían la posibilidad de redimirse y de retornar al Corazón de Dios.


Por eso, Mis queridos, si vuestros corazones se sienten perdidos, busquen en Cristo el camino para encontrar a Dios porque Él estuvo perdido, estuvo solo, sintió el dolor y el vacío que ningún ser humano podrá comprender y, sin embargo, encontró el camino que lo llevó directamente al Padre. Este camino fue el Amor absoluto al Padre, la confianza plena en Su Voluntad y en Su Plan para la vida sobre la Tierra.

Les dejo este mensaje para que vuestros corazones puedan buscar, en él, la fortaleza interior. Cada una de estas señales está presente en el Corazón Eucarístico de Cristo que podrán adorar y encontrar, en él, el misterio de la conversión y de la redención.

En este Pan de Vida está todo el misterio de la Creación y el verdadero propósito que tuvo el Señor al crear a cada ser de esta Tierra. En este Corazón Eucarístico está el Amor que los nutrirá en este tiempo.

Por intermedio de estas señales renovadoras encuentren al Corazón de Cristo, Mi Hijo, hacia el cual Mi Corazón los conduce secretamente hace tanto tiempo.

Los amo siempre y les agradezco,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridísimos hijos:

Después de casi seis años de Apariciones y más de un año de Apariciones públicas, ha llegado la hora de percibir y vivir los frutos que dejó Mi Corazón en el corazón de cada uno de ustedes.

El retorno de Mi Hijo Redentor ya está más cerca de lo que ustedes imaginan y Él vendrá a cosechar los Dones que depositó, como potencial, en las ovejas de Su rebaño, dones que están siendo despertados por la Gracia del Espíritu Santo.

Mis queridos, cuando llegue la hora del Encuentro con Cristo, Él les mostrará Su nuevo Rostro y traerá en Sus manos los Talentos Universales que serán entregados a los que persistan. Como respuestas a estos códigos, que los prepararán para la Nueva Vida, Cristo buscará un rebaño despierto en los Dones del Espíritu Santo. De esta forma, hijos Míos, cada uno deberá descubrir en lo profundo del corazón, qué Don deberá ofertar al Redentor.

Algunos despertarán el Don de la Humildad, a través de un corazón que reconoce plenamente el Poder y la Magnitud de Dios, un corazón que sabe que de Él provienen todas las cosas que existen en la Tierra y vive eso.

Otros manifestarán el Don de la Caridad, por medio de un corazón que descubrió a Dios en sus hermanos y, en la búsqueda incansable para encontrar al Cristo Vivo, buscarán al Redentor en cada criatura y servirán al Padre Supremo por intermedio de Sus hijos, prestando un eterno servicio en todas las acciones.

Algunos despertarán el Don de la Comprensión, mediante un corazón capaz de percibir el momento interior de todo lo que está a su alrededor y de no juzgar cosa alguna, pues conoce la verdad de todo y la comprende.

Algunas ovejas se tornarán pastores, a través del Don del Dicernimiento. Estas sabrán el camino correcto por el cual conducir al rebaño antes de la llegada del Redentor y, por intermedio de este Don, encontrarán a Cristo entre tantos que fingirán ser el Cristo renovado.

Algunos despertarán el Don del Amor y por medio de Él, amarán también al enemigo y darán la oportunidad a la Oscuridad de convertirse en Luz. Estos serán los últimos en ofertar su Don en el tiempo de la tribulación, pues a través de este Don y de esta gran conversión, los Planes de Dios se cumplirán.

Muchas ovejas vivirán el Don de la Paz y mediante ese Don protegerán a muchas otras ovejas y no permitirán que desaparezcan los Dones en el corazón de sus ovejas hermanas.

Un Gran Don que el Señor espera despertar en Sus criaturas en este tiempo es el Don de la Fe, pues las ovejas de Cristo que vivan este Don se mantendrán de pie, en cualquier circunstancia, y no perderán jamás la confianza en el Señor, en la certeza de que Él todo sabe y lo conduce todo. Y por medio de este Don sustentarán a muchas otras ovejas unidas al Rebaño que busca al Gran Pastor.

Es por el despertar de estos Dones, hijos Míos, que Mi Corazón viene día a día; es para que puedan tenerlos en las manos cuando el Señor esté delante de sus ojos, buscando lo que Él les entregó para despertar y vivir en este tiempo. Es para vivir estos Dones que sus pequeños seres están en la Tierra en este momento y para llevarlos más allá de la Tierra, cuando les sea pedido.

Existen muchos otros Dones a ser vividos. Solo se necesita que, por medio de la simplicidad, sus corazones se ofrezcan y se permitan vivir esta verdad que hoy les traigo, pues no hay mucho tiempo.

Vacíen los corazones y no tengan miedo por todo lo que podrán sentir, ya que un corazón vacío es algo desconocido para muchos en este mundo.

Para que sus corazones aprendan, puedo contarles algo:

Jesús ya había ascendido y dejó para Nosotros una gran Misión, la que no sabíamos cómo llevar adelante. Hasta que un día Dios vino a Mí, cuando Me encontraba en oración con las discípulas que Me acompañaban, y Me encomendó que me acercara a los Apóstoles.

No sabía lo que iba a suceder. Cuando nos reunimos, sentimos el profundo vacío que la partida de Jesús nos había dejado. El único sustento de Nuestros corazones era la confianza ciega en Sus palabras y en Sus promesas. Nosotros entramos en un profundo silencio y ofrecimos ese vacío a Dios, ofrecimos todos los días que nos quedaban por delante y, al encontrar Nuestros corazones vacíos, sinceros y confiados en Su Gracia, el Señor envió Su Espíritu y nos dio a todos el Don de la Sabiduría.

En ese momento fuimos colmados por una Sabiduría que no era de esta Tierra, que venía del Cielo y que contenía la Sabiduría de todos los pueblos, de todas las lenguas. Fue así que, plenos del Espíritu Santo, salimos a cumplir la Voluntad del Padre, fortalecidos por Él. Nada era lo suficientemente fuerte para detenernos.

Esto es, hijos Míos, lo que les es ofrecido vivir en este tiempo y más aún en este día.

Los bendigo, para que a través de esta Gracia sus corazones puedan sentir y vivir la oportunidad que les fue anunciada.

Les agradezco por responder a Mi Llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridísimos y amados hijos:

Envío en este día un mensaje de Reconciliación, para que aquellos pequeños corazones que aún se sienten distantes de Mi presencia maternal puedan encontrar un camino para la unión Conmigo.

La primera llave para la Reconciliación es la Humildad. Sin ese atributo fundamental las almas no son capaces de vencer las influencias del mundo que llegaron a ellas.

La segunda llave es la Voluntad, pues la aspiración ardiente impulsada por la Voluntad, elevará vuestros brazos para que Yo pueda salvarlos.

Con la Humildad y la Voluntad, mis queridos, llegará la tercera llave que es la Oferta de sí, al reconocer que por sí solos, en este tiempo, no encontrarán fuerzas para salir del punto en que se encuentran.

La cuarta llave es la Pureza del corazón, para que por medio de un corazón Puro, puedan aceptar sin miedo el auxilio que viene de los Cielos.

La quinta llave es el Coraje, para responder al auxilio enviado y recorrer el Camino señalado por Dios. Junto con el Coraje camina la Fidelidad, que los ayudará a dar pasos firmes en el camino correcto, sin peligro de que haya desvíos.

La sexta llave es la llegada a la Puerta del Cielo; encender la llama del Amor en el corazón, que alejará todo el mal, quemará los últimos resquicios de oscuridad y permitirá que vuestros corazones llamen a Dios y a María delante de esa puerta.

Y cuando la puerta les sea abierta, hijos Míos, la séptima llave es correr hacia Mis brazos y dar el último paso, que es decidir no salir de allí nunca más.

Coloco hoy en Mis manos y en ofrenda a cada uno de Mis hijos estas llaves, para que al que le falte la Humildad, pueda recibirla; al que le falte Coraje, pueda sentirlo; al que le falte la Oferta de sí, pueda hacerla; al que le falte la Pureza, la Voluntad, el Amor o la Fidelidad, que busque delante de sí estas llaves y todas les serán entregadas.

Antes y después de ese Camino de Reconciliación, un atributo es sumamente necesario: la Persistencia, para remar contra la corriente que existe dentro de cada uno en este tiempo.

Descubran, Mis queridos, por detrás de estas palabras simples, el camino para retornar a Mi Corazón, porque Yo, que Soy Perdón y Misericordia, quiero recibir a todos Mis hijos en este tiempo. Por eso no esperen más, encuentren en Mí la fuerza para vencerse a sí mismos y para salir de los planes del enemigo y retornar a Mis planes de Paz.

A todos Mis hijos del mundo, que se alejaron de Mi Misericordia, que perdieron la confianza en Mi Corazón y que no encuentran más la Paz, Yo les entrego Mi Paz.

Les agradezco por oír Mi llamado y por permitir que la llama de la Reconciliación nazca en vuestros corazones.

Los adoro a todos ustedes.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad


Mientras se elevaba, María hizo la siguiente oración, y dijo que es un Pedido de Reconciliación:

 

Padre Celestial,
que impregnas todo lo que fue creado con Tu Espíritu de Amor,
hazme encontrar el Camino que me unirá eternamente a Ti.

Señor,
que por la oferta de toda duda, miedo y falta de confianza en Ti,
mis ojos, iluminados por Tu Espíritu de Paz,
vuelvan a encontrar el Corazón Inmaculado de la Virgen María.

Y, en esta Reconciliación, Señor,
mi vida sea renovada por Tu Amor Universal,
mis pasos sean protegidos por Tus ojos de Misericordia,
y, completado el Camino de retorno a Tu Casa Celestial,
todas las criaturas estén perpetuamente en Tu Corazón
y en el Corazón de la Bienaventurada y Santísima Virgen María.

Amén

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN DE NOCHEBUENA, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Envío este mensaje de Reconciliación y de Alegría para que vuestros corazones compartan Conmigo la Alegría Celestial que siento en este día.

Mis queridos, hoy Mi Corazón conmemora el próximo nacimiento de Cristo en todos Mis hijos en el Mundo. Hoy recuerdo el gran misterio que cargué en Mi vientre hace 2012 años atrás. Cuando el pequeño Jesús estaba en Mi vientre sentía todo el tiempo la gestación del Espíritu de Dios, y aquel Niño Rey que cargaba Conmigo me unía perpetuamente a Dios, porque Él era Dios dentro de Mí.

De la misma forma como cargué este gran misterio que renovó al mundo en aquel tiempo, hoy los invito a gestar en lo profundo del corazón este Cristo Niño que está por llegar. Sientan, Mis queridos, la grandeza de este milagroso misterio y busquen develarlo a través del corazón.

Cuando caminaba con José rumbo a Belén, sentía el Poder de lo que traía Conmigo y a pesar de confiar en todo lo que Dios me mostraba sobre Su Hijo en Mi vientre, este Hijo seguía siendo un gran misterio, tal cual lo es para vuestros corazones.

En aquella noche de Navidad, cuando avistamos las luces de Belén, el Niño Jesús saltaba en Mi vientre y los Ángeles que nos acompañaban anunciaban que se cumpliría la Profecía, el nacimiento del Mesías en la ciudad de Belén. Mi Corazón palpitaba de temor por lo desconocido que estaba delante de Mí, era algo que no sabía explicar: ¿cómo cargaba el Espíritu de Dios dentro de Mí?

Cuento a Mis pequeños, que también para Mí era difícil vivir este misterio del nacimiento de Cristo, incluso habiendo sido preparada por el Señor desde Mi creación como Esencia Bendita del Universo. Y como ocurrió Conmigo, también a Mis hijos Dios les confirmará día a día la Gracia que llevarán en sus esencias. Y cuanto más permitan que crezca este Niño Rey dentro de sus corazones, Él más los podrá guiar, como lo hizo Conmigo. Abrirá vuestros ojos y vuestros corazones, colmará vuestras vidas con el Espíritu Santo y mediante este Espíritu recibirán la sabiduría necesaria para este tiempo.

El Niño Jesús que llegará, enseñará la verdadera oración y contemplación a Dios, construirá el Camino de retorno a la Casa del Padre. El Señor envía una vez más a Su Hijo, cumpliendo con Sus promesas. Este Pequeño los tomará de las manos y con Su Pureza de niño, encenderá dentro de cada uno el propósito por el cual están en la Tierra en este tiempo.

Como Me ayudó a descubrir y cumplir los Planes que el Padre había encomendado a Mi Corazón, también ayudará a vuestros pequeños seres, pues Él será la Verdad Viva dentro de cada uno. Y para aquellos que confíen en las palabras que el Señor envía por intermedio de Mi Corazón, un Glorioso Camino será descubierto y recorrido, un Camino de Fe y de Paz.

Les agradezco y los esperaré con Amor para este día de Gloriosas oraciones y conmemoración con Mi Corazón.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Hijos Míos:

Inicio este mensaje con un pedido: que vuestros corazones, en el día 24 de diciembre, realicen una preparación especial para la Navidad, Navidad que vendrá a renovar los corazones de Mis pequeños hijos. Quiero que oren con fervor las “Ave María” encomendadas por Mi Corazón, para que en todos los espacios del Mundo estas oraciones preparen la venida de Mi Hijo, que ya llega a vuestros corazones.

Para el día 25, quiero a los pies de esta imagen (estatua del Hogar de la Adoración) un pesebre, que representará el nacimento de Cristo. Y que oren y vigilen como lo hicieron el día 21, continuamente, a partir de la 0 hora del día 25 de diciembre.

En esta Navidad, Mis queridos, el Señor enviará al interior de todas Sus criaturas una semilla que representa la Nueva Vida, donde los Nuevos Cristos, guiados por Mi Hijo Redentor, despertarán y vivirán esparcidos por todo el Universo, profundizando en el Amor que Mi Hijo irradia a todos los espacios. Esta semilla crística que llegará tendrá su cuna en los corazones de cada uno y donde encuentre un corazón puro, germinará.

Mis queridos, traigo hoy la Buena Nueva de la renovación, pues Mi Hijo Jesús dio pruebas sobre la Tierra de que Él renueva todas las cosas y vendrá para renovar vuestros corazones y el corazón sufrido de este planeta Tierra. Para que Mi Corazón triunfe, vuestros corazones deben estar abiertos y listos para vivir lo que pasará. La Gloria del Señor descenderá por intermedio de Mis soldados, aquellos que estén dispuestos a todo: a recorrer el mundo con su verbo orante de Paz, a alejar el mal a través del Amor, a renovarse en Mi Corazón batalla tras batalla.

Estamos en el tiempo de una gran guerra y para esta Navidad el Señor les ofrece la herramienta más preciosa, que protegerá sus esencias, que reinará en sus corazones. Este Amor Crístico que se les está ofreciendo es la mayor espada, el escudo más resistente, es el mayor alimento y el agua más pura que mantendrá en pie a los que Le digan sí.

Mi Hijo observa las partículas de Luz que ya salen de Su Corazón y recorren un camino de Misericrdia hasta llegar a la Tierra y penetrar los corazones de todas las criaturas. Y cuando digo, Mis queridos, que todos recibirán esta Gracia, así será.

Porque es tan grande e infinita la Misericordia del Señor, que a todas Sus criaturas les dará una oportunidad, para que ninguna esencia pierda la posibilidad de llegar a la Fuente que la creó, de hacer el camino de retorno al Corazón del Padre.

Mas debo advertirles, Mis pequeños, que también las pruebas vendrán y la buena semilla estará presente, pero solo germinará en los corazones valientes que ofrezcan a Dios sus oraciones y sus intenciones más puras de vivir en estos tiempos la Paz que ofrece Mi Corazón Maternal.

En esta Navidad recibirán esta última y primordial Gracia, la que deberán cuidar como el tesoro más precioso y que podrán buscar siempre que se encuentren en dificultades, porque aquel que haga germinar esta semilla llevará en su propio interior la Fuente inagotable de renovación.

Mis queridos, ya llegó el tiempo de madurez de sus seres y Mi Corazón Inmaculado los observará siempre, y estará atento para oir sus oraciones y llevarlas al Creador. Empujaré con Mis propias manos a aquellos que osen dar el primer paso y esperaré con Amor, en este tiempo de opciones y constante aprendizaje, a aquellos que no se animen a vivir bajo Mi Manto.

Amo a cada uno y les agradezco siempre.

Y mientras Nuestra Señora se iba elevando, continuó:

Yo soy, también, Aquella que todo renueva y a todos fortalece. Así como dí fuerzas a Mi Hijo Jesús para que se levantara las tres veces que cayó con Su cruz, quiero también ayudar a Mis hijos a levantarse.

Cuando caigan, busquen Mis ojos y unan sus ojos a los Míos, uniendo así sus corazones a Mi Corazón y de esta forma simple Yo los renovaré.

Los amo.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE LA PLATA, BUENOS AIRES, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Como María Auxiliadora, vengo al encuentro de vuestros corazones en esta ciudad, para que Mi Corazón abarque un espacio más, espacio que necesita en las almas Redención y Reconciliación con Mi Hijo y con Dios.

Hijos míos, lo que desea el Señor para este día es la oración fervorosa de vuestros corazones, que aparte el mal y el dolor que impregna muchas consciencias en este momento. Para que Mi Corazón pueda triunfar en este día, es necesario que vuestros corazones Me acompañen en peregrinación orante por espacios profundos de esta ciudad, buscando las almas que se perdieron del rebaño del Redentor. Vengo a traer a este lugar la Conversión, la Paz y la Misericordia de Dios, pues son atributos necesarios para este tiempo.

Hijos queridos, el atributo de la Paz debe ser vivido como la prioridad en vuestras vidas, pues, sin la Paz no se vence el miedo ni la oscuridad. Los corazones pacificadores podrán detener conflictos mucho más allá de sus ojos. La Paz es la fuerza primordial que une los corazones permanentemente a Mi Corazón y que Me encontrará donde Yo esté para ir en auxilio y suplir vuestras necesidades. El corazón pacificador abre las puertas para que desciendan todos los otros atributos de Mi Corazón de Madre. El corazón pacificador atrae los Dones del Espíritu Santo por medio de la Paz inquebrantable que trae a la Tierra y que vive en sí. Para que vuestros corazones se conviertan en pacificadores, colóquenlos en Mi Corazón, a través de la oración del Santo Rosario y, día a día, poco a poco, la Paz se instalará en vuestros seres.

Si mantuviesen los corazones atentos a lo que habla la Voz de Mi Corazón, encontrarían verdaderamente la llave para la transformación, para la Cura y para la Redención. Si vuestros corazones pudiesen abrirse a la simplicidad de la Voz de Mi Corazón y pudiesen creer en Mis Palabras de Paz, rápidamente encontrarían el camino para el Encuentro con Mi Hijo.

Mis queridos, día a día, Dios envía por intermedio de Mi Corazón todas las llaves para que abran las Puertas del Cielo. Aparición tras Aparición Mi Inmaculado Amor les brinda las bendiciones y la Gracia del Espíritu Santo. Los ángeles de Mi Reino están día y noche atentos a las oraciones, para intervenir por vuestros seres y responder vuestros pedidos.

Escucho la voz de todos Mis hijos del mundo entero, los que creen y los que no creen en Mi Amor y en Mi Poder de Redención. Coloco en todo momento en Mi Corazón sus dolores, tristezas y angustias, mas sus corazones solo me hablan, no me escuchan.

Oren, Mis queridos, entren dentro de Mi Paz y a través del silencio del corazón escuchen el mensaje que les traigo día a día. Muchos Me reclaman respuestas, reclaman milagros, curas, la conversión de sus familiares, mas no ven que les respondo día a día, que todo el tiempo ofrezco la Cura y que la conversión está llamando a vuestras puertas. Déjenme entrar.

Sean valientes y arrojados para descubrir que en la simplicidad está todo lo que buscan; que detrás de cada una de Mis palabras maternales está la Gracia que Dios envía a los corazones. Sean fuertes, Mis pequeños, para que vean que el Espíritu de Dios se aproxima, que Mi presencia en este tiempo, en tantas partes del mundo, es el verdadero Milagro de Salvación que Dios les concedió.

Este es un llamado maternal, que Mi Divino Corazón realiza para despertar a Mis pequeños hijos del sueño en que viven. Sean fuertes para descubrir que la verdadera fortaleza no está lejos; que no será en las grandes acciones que encontrarán el Camino y la Salvación; que las Puertas del Cielo están delante de vuestros ojos, y que para entrar solo es necesario Oración y Paz.

Les agradezco con Amor y guardo en el Corazón la Esperanza del despertar de cada hijo de esta humanidad.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridísimos hijos:

Mi Corazón Maternal llega hoy a ustedes para cerrar un ciclo de Gracias continuas que Dios derramó por intermedio de Mi presencia en esta ciudad y en este país.

Mi Corazón formó a vuestros pequeños seres, enseñándoles paso a paso cómo se hace el camino de la consagración a Dios, por medio de la oración diaria, de la confesión y de la comunión con Mi Hijo Jesús.

Por eso, Mis queridos, el día de hoy representa el momento en que Mi Sagrado Corazón suelta por un instante vuestras manos y observa los primeros pasos que dan por sí mismos. No teman, solo coloquen en práctica todo lo que Mi Corazón les enseñó. Activen para este momento todos los códigos de renovación que deposité en el interior de cada uno y, con coraje, aspiren a vivir este momento como el que vive todo niño: dar los propios pasos.

Mi mirada los acompaña día y noche, vigilando vuestros pasos y protegiéndolos, y para que Mis manos puedan intervenir siempre que sea necesario. La oración mantendrá las puertas abiertas.

Agradezco a todos Mis hijos de la Argentina por la perseverancia en el Amor a Mi Corazón y hoy les pido que perseveren también en el Amor a sus hermanos, amor que abre el camino a la verdadera fraternidad, esta que el Señor Dios espera que puedan vivir todas Sus criaturas en este tiempo. Perseveren orantes y verdaderos, acogiendo cada hijo que envío para que por medio de los grupos de oración se reconcilien con Dios.

La Reconciliación, Mis queridos, será el atributo eterno para vuestros corazones. Es la parte que le corresponde a cada uno desarrollar en nombre de toda la ciudad y de todo el país. Reconcíliense con Dios y Conmigo aquellos que aún no pudieron hacerlo, pues están a tiempo y Mi Corazón los espera.

Les agradezco por responder a Mi Llamado por la Paz y por la Reconciliación.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos,

Mi Corazón Inmaculado llega hoy a este lugar para traer un mensaje de Paz y Esperanza a Mis pequeños hijos de Melo. Mi venida tiene un motivo espiritual, que es traer la Gracia de Dios a Mis hijos de la prisión. Quiero que este mensaje llegue no solo a Mis pequeños hijos de la cárcel, sino también a todos los que están presos dentro del sufrimiento, a los que tienen los corazones presos en amarguras y resentimientos antiguos que poco a poco se convierten en profunda oscuridad.

Mis queridos, algunos de Mis hijos cavaron para sí un pozo tan profundo y tan oscuro, que Mi Corazón muchas veces no consigue llegar a ellos. Si sus oraciones encontrasen esta oscuridad, Me permitirán retirar muchas almas de la desesperación y de la falta de Dios.

Los que se sienten perdidos, que eleven los ojos a lo Alto y allí Me encontrarán. Permitan que un pequeño rayo de Mi Luz ingrese en sus corazones y Me encargaré poco a poco de convertirme en la Reina de sus vidas y hacer de sus corazones Mi Reino de Paz.

Queridos hijos, Mi Corazón encuentra mucha aflicción en los presidios. En muchos de ellos solo reina el enemigo y Mi Luz no encuentra siquiera un pequeño espacio por donde ingresar. Mi Sagrado Corazón pidió esta visita, hijos Míos, para que delante del Trono de Dios Yo pueda llevar los frutos de sus oraciones y pedirle al Señor permiso para ingresar con Mi Amor en muchas otros presidios del Mundo. Sus corazones no saben cómo desea Mi Corazón de Madre rescatar a cada alma que se encuentra perdida. Si pudiesen ver, queridos, cuánto necesitan de Luz esos pequeños hijos, responderían un poco más a Mi llamado a la oración y al servicio.

Quiero que Mi Luz maternal ilumine los corazones y deposite allí la Esperanza de encontrarme en el Paraíso, pues esto es posible. Es tan posible, que Mi Amor trajo a Mis pequeños peregrinos hasta aquí, para encontrar junto Conmigo a las almas que se perdieron en el camino; y al encontrarlas, las tomaré de la mano y a cada una la conduciré al Encuentro con Mi Hijo.

Agradezco a cada uno de Mis peregrinos por buscarme en todas partes del Mundo y por acompañarme cada día. A ellos les hago un pedido especial: que oren con fervor por Mis pequeños hijos de las prisiones, para que Mi Luz una vez más pueda triunfar.

Les agradezco eternamente por seguir Mis pasos de Peregrina.

Los ama, María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Mi Corazón maternal desciende hoy a la Tierra como Reina de la Paz, de los Ángeles y de todas las consciencias que se hacen presentes en este Universo. Pues fue así como Me consagró el Señor: la Madre de todo el Universo.

Vengo a traerles la bendita Paz, que asienta en sus corazones la Misericordia que Mi Hijo les irradia en este tiempo.

Mis queridos, Mi Reino se aproxima cada día a sus corazones, para que poco a poco se acostumbren a estar en Mi Paz y sepan reconocerla. De esta forma, sus pequeños corazones deben sentir la necesidad de buscar y vivir esta Paz todo el tiempo. Deseo hacer de cada uno de Mis hijos portales vivos, para que otras almas puedan llegar a Mi Reino. Y para que sus seres, Mis queridos, puedan cumplir con esta tarea es necesario vivir la conversión y vivir constantemente con sed de oración, con la aspiración permanente de vivir bajo la Misericordia de Mi Hijo.

Sus pequeños corazones poco saben de la tarea que Mi Corazón maternal realiza día a día con ustedes. Y les digo, queridos, que lo descubrirán cuando, en momentos de extrema tensión, una Paz misteriosa invada sus corazones; cuando en algunos momentos parezca que sus cuerpos no responden, una Fuerza interior los impregnará y reavivará cada célula y cada átomo de sus cuerpos. Sentirán el Poder de Mi presencia cuando perciban que sus almas jamás pierden la alegría, pues están todo el tiempo bajo Mi Manto.

Construyan, a través de la oración diaria, esta fortaleza que ningún mal será capaz de derrumbar. Si me permiten, hijos Míos, reinar en sus corazones y en sus vidas les digo que en este Reino jamás habrá otro Rey sino Jesucristo y no habrá otra Reina, sino la Reina de la Paz.

Cuando la Luz del Señor ingrese definitivamente en sus corazones, nada más podrá ingresar. Confíen en Mis palabras y cuenten con los impulsos que Mi Corazón les envía, para que sus pequeños corazones maduren por medio del Amor y de la Fe absoluta en Dios.

Les agradezco.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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