Miércoles, 19 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE LA PLATA, BUENOS AIRES, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Como María Auxiliadora, vengo al encuentro de vuestros corazones en esta ciudad, para que Mi Corazón abarque un espacio más, espacio que necesita en las almas Redención y Reconciliación con Mi Hijo y con Dios.

Hijos míos, lo que desea el Señor para este día es la oración fervorosa de vuestros corazones, que aparte el mal y el dolor que impregna muchas consciencias en este momento. Para que Mi Corazón pueda triunfar en este día, es necesario que vuestros corazones Me acompañen en peregrinación orante por espacios profundos de esta ciudad, buscando las almas que se perdieron del rebaño del Redentor. Vengo a traer a este lugar la Conversión, la Paz y la Misericordia de Dios, pues son atributos necesarios para este tiempo.

Hijos queridos, el atributo de la Paz debe ser vivido como la prioridad en vuestras vidas, pues, sin la Paz no se vence el miedo ni la oscuridad. Los corazones pacificadores podrán detener conflictos mucho más allá de sus ojos. La Paz es la fuerza primordial que une los corazones permanentemente a Mi Corazón y que Me encontrará donde Yo esté para ir en auxilio y suplir vuestras necesidades. El corazón pacificador abre las puertas para que desciendan todos los otros atributos de Mi Corazón de Madre. El corazón pacificador atrae los Dones del Espíritu Santo por medio de la Paz inquebrantable que trae a la Tierra y que vive en sí. Para que vuestros corazones se conviertan en pacificadores, colóquenlos en Mi Corazón, a través de la oración del Santo Rosario y, día a día, poco a poco, la Paz se instalará en vuestros seres.

Si mantuviesen los corazones atentos a lo que habla la Voz de Mi Corazón, encontrarían verdaderamente la llave para la transformación, para la Cura y para la Redención. Si vuestros corazones pudiesen abrirse a la simplicidad de la Voz de Mi Corazón y pudiesen creer en Mis Palabras de Paz, rápidamente encontrarían el camino para el Encuentro con Mi Hijo.

Mis queridos, día a día, Dios envía por intermedio de Mi Corazón todas las llaves para que abran las Puertas del Cielo. Aparición tras Aparición Mi Inmaculado Amor les brinda las bendiciones y la Gracia del Espíritu Santo. Los ángeles de Mi Reino están día y noche atentos a las oraciones, para intervenir por vuestros seres y responder vuestros pedidos.

Escucho la voz de todos Mis hijos del mundo entero, los que creen y los que no creen en Mi Amor y en Mi Poder de Redención. Coloco en todo momento en Mi Corazón sus dolores, tristezas y angustias, mas sus corazones solo me hablan, no me escuchan.

Oren, Mis queridos, entren dentro de Mi Paz y a través del silencio del corazón escuchen el mensaje que les traigo día a día. Muchos Me reclaman respuestas, reclaman milagros, curas, la conversión de sus familiares, mas no ven que les respondo día a día, que todo el tiempo ofrezco la Cura y que la conversión está llamando a vuestras puertas. Déjenme entrar.

Sean valientes y arrojados para descubrir que en la simplicidad está todo lo que buscan; que detrás de cada una de Mis palabras maternales está la Gracia que Dios envía a los corazones. Sean fuertes, Mis pequeños, para que vean que el Espíritu de Dios se aproxima, que Mi presencia en este tiempo, en tantas partes del mundo, es el verdadero Milagro de Salvación que Dios les concedió.

Este es un llamado maternal, que Mi Divino Corazón realiza para despertar a Mis pequeños hijos del sueño en que viven. Sean fuertes para descubrir que la verdadera fortaleza no está lejos; que no será en las grandes acciones que encontrarán el Camino y la Salvación; que las Puertas del Cielo están delante de vuestros ojos, y que para entrar solo es necesario Oración y Paz.

Les agradezco con Amor y guardo en el Corazón la Esperanza del despertar de cada hijo de esta humanidad.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad