Miércoles, 13 de agosto de 2025

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Rosa Mística, la Rosa de la Paz, Aquella que trae en Su Corazón la Pureza Inmaculada, para que las almas reencuentren el propósito de su existencia y vuelvan a encender sus esencias, para que reine la paz en su interior.

Yo Soy la Mujer vestida de Sol, Aquella que carga en Sus Brazos no solo a uno de Sus hijos, sino a cada uno de ellos, para que esté protegido y amparado en su camino de evolución.

Hijos Míos, a pesar de que el desierto espiritual de la humanidad llegó a su fin, eso no significa que también llegó al fin del ciclo de pruebas y definiciones que muchos viven con intensidad. Las pruebas y las definiciones de las almas acompañarán la evolución humana hasta el fin de sus días, hasta la concreción del Proyecto de Amor del Creador.

Sin embargo, hijos Míos, no dejen que sus seres desfallezcan o desistan ante las adversidades. Antes, sigan ofreciendo a Dios la trascendencia de cada desafío, la superación de cada día y, aun cuando no sean capaces de vencerse a sí mismos, entréguenme sus debilidades y miserias, porque Yo, como su Madre Celestial, los ayudaré a recomenzar y a reerguirse una vez más de donde cayeron.

Este sí es un tiempo de grandes pruebas y definiciones, pero la Ley dicta, hijos Míos, que, con la misma intensidad de la oscuridad que los asedia, sea la Luz que los guía y los transforma, que los impulsa y los eleva.

Por eso, no se desesperen ante el caos del mundo, ante la cruz de estos tiempos, sino vuelvan su mirada hacia cielo, como hacia dentro de sí mismos, y podrán encontrar en sí, como en el firmamento, el Agua de Vida que necesitan para seguir adelante.

Sean Luz para el mundo a través de su persistencia. Estén en Dios y busquen a su Creador con fe.

Y, cuando ya no tengan fuerzas, solo miren a su lado y Me encontrarán, así como Mi Hijo Me encontró en cada caída con la Cruz. Mírenme a los Ojos y vean, hijos Míos, que estoy aquí.

Que se levanten los que cayeron y retomen su cruz. Aún deben caminar, pues mucho está por venir.

Yo siempre los acompañaré.

Su Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz