Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 59ª Maratón de la Divina Misericordia, en la Provincia de Algarve, Portugal, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Aquel que es Mi rival nunca conseguirá separar a Mis rebaños, por más que los agite o los perturbe. La Fe de Mi Corazón vencerá, porque es una Fe verdadera que proviene del Corazón de Mi Padre, se proyecta en Mi Corazón y Yo la proyecto sobre los Míos.

Esa poderosa Fe de Mi Corazón siempre será invencible y esa Fe, Yo los invito a testimoniar en sus vidas, en sus caminos, en su convivencia, en su hermandad.

Es la Fe de Mi Corazón la que triunfará en el mundo, por medio de la llama poderosa de Mi Amor y de todos los que Me aman en el mundo, incondicionalmente.

Yo vengo a transformar su amor en el nombre de Mi Amor Superior, para que puedan vivir algún día el Amor Crístico.

He aquí el Señor de la Divina Misericordia ante ustedes, Aquel que le anunció a Faustina la salvación del mundo, para que contemplase Su Divina Imagen a los Pies de Nuestro Señor.

He aquí los Rayos de la Piedad y la Gracia, que hoy son derramados sobre el mundo para generar expiación en las almas y justificación verdadera ante todos los errores cometidos.

He aquí el Señor de la Divina Misericordia de las Naciones, Aquel que no tiene fronteras, ni divisiones, raza, color o sociedad.

He aquí el Señor de la Vida, que penetra con Su Poder Divino a todas las almas, que proviene de la décima segunda dimensión celestial y desciende a la Tierra, a esta tercera dimensión, para generar el gran despertar.

He aquí el Vencedor de la Muerte, Aquel que resucitó por ustedes, para que ustedes pudieran resucitar en espíritu.

Soy el Señor de la Misericordia y el Señor de la Paz. En donde Yo estoy presente no hay mal que abunde o circunde, porque la victoria de Mi Corazón se realiza en los que se abren para reconocerme en su interior.

He aquí a la Segunda Persona de Dios manifestada ante ustedes, el Hijo Primogénito, el Unigénito, el Redentor, vuestro Salvador.

He aquí Quien sustenta la Espada de la Justicia, para que no sea enterrada en el planeta y los cataclismos devengan.

He aquí el Señor de la Justicia, de la Igualdad, de la cooperación y del entendimiento.

He aquí Aquel que expurga los males del mundo y vence los infiernos con Su Amor, con la Luz poderosa de Su Corazón.

He aquí Aquel que transmuta al mundo, Quien lo transmutó y lo transmutará, Aquel que sublima las leyes y unifica las dimensiones en los corazones que se abren a ese sagrado conocimiento.

He aquí la llama poderosa de Mi Corazón, que se revela a los humildes y se muestra a los simples para concebir en ellos la Gloria de Dios, la Gracia del Padre y la Sabiduría del Espíritu Santo.

He aquí Aquel que rompe las cadenas del mal, que disuelve la inercia humana y despierta la consciencia de los seres humanos hacia la verdadera verdad espiritual que emerge del corazón del Universo para todo este sistema solar.

He aquí Aquel que gobierna después del Padre y está sentado a la derecha del Todopoderoso.

He aquí el humilde Siervo de Dios, que murió, sufrió y padeció por ustedes, para que conocieran la dimensión de Mi Amor Superior.

He aquí Quien abre las puertas del Cielo para que todos puedan entrar a la Casa de Dios. Aunque permanezcan en la Tierra y todavía no estén en el Cielo, pueden ingresar a través de Mi Corazón al Reino de Dios, a Su dimensión sublime.

He aquí el Señor de la Verdad y de la Vida, del Camino y de la Bondad, Quien decide junto a los Arcángeles la continuidad de esta raza y del Universo en el cual ustedes hoy se encuentran.

He aquí el Señor de la Vía Láctea y de todo el Universo local.

He aquí al Señor de las galaxias, Quien contempla con amor hasta la más mínima partícula creada, porque todo es parte de Dios, de Su Corazón, de la bondad de Su Amor y la pureza de Su Espíritu.

He aquí Quien juzgará al ángel caído por medio de la Redención, Quien detendrá los tiempos para que exista un solo tiempo, Quien concederá al mundo los mil años de paz.

He aquí el Cordero resucitado, que liberará a las almas del sufrimiento; que le devolverá al mundo la esperanza a fin de que todos conozcan la felicidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

He aquí el Siervo de la Humildad que renovará la Iglesia cuando retorne a la Tierra por segunda vez y que destituirá a los opresores, para que la buena nueva del Reino de Dios se cumpla en los que han sido fieles e incondicionales a Mi Corazón.

He aquí Quien lleva el Cetro de Dios en Su Mano y la gran Estrella de la Confraternidad que une a todas la criaturas del Universo bajo la misma condición, que es la condición superior del Espíritu de la Fuente de la Creación, desde donde todos provienen, desde donde todos surgieron alguna vez como chispas de esta experiencia universal, que deberá ser recreada por su sacrificio y redención para que triunfen el amor, la verdad y la unidad en los corazones de la Tierra y en todos los que existen en el Universo.

He aquí el Señor de todas las humanidades, Aquel que conoce profundamente el Proyecto de Dios, después de haber encarnado como hombre y como Consciencia Divina en la Tierra.

He aquí el Señor del Amor fraterno, que se donó por ustedes para corregir el Proyecto de Dios, para convertir este Proyecto en una dignidad divina ante los Ojos de nuestro Creador.

He aquí el Señor que los llama a corregir este Proyecto por medio de la transformación de sus vidas, del amor al servicio, de la redención de sus corazones, de su camino de conversión.

He aquí el Amado Pastor que siempre les entregará Sus Dones, Quien les mostrará el camino y les indicará el sendero para fundirse al Creador.

Con todo esto, quiero que conozcan Mis Faces espirituales y el poder de la omnipresencia que el Padre Me ha concedido desde Mi Ascensión, para que Yo pudiera estar presente en todos los lugares y con todas las criaturas, no importando su condición, o su evolución.

Con Mi Misericordia vengo a renovar al mundo y a concederle a las almas las Gracias que necesitan para saber atravesar estos tiempos sin perder el camino hacia Mi Corazón.

Por medio de los Sacramentos vengo a darles la paz y la concepción del bien en sus vidas, para que este bien superior reverbere, no solo en sus vidas, sino también en el mundo, que necesitará despertar a la cooperación y a la fraternidad.

Incienso.

Todo lo que es ofrecido de corazón tiene su premio en el Cielo y más aún, adquiere un poder inmenso cuando es ofrecido con humildad y simplicidad.

Que estos Sacramentos que hoy recibirán renueven sus vidas, a fin de que se establezca en ustedes el Reino de Dios.

Ayer lavaron sus pies, pero hoy lavarán sus cabezas, ungirán sus cuerpos, por el Amor que les concederá el Espíritu Santo.

Cada Sacramento es el símbolo profundo de la reparación de las almas, la oportunidad de disolver el sufrimiento interno y de generar la cura para los espíritus que más lo necesitan.

Hoy la Luz del Espíritu Santo se encenderá en sus consciencias para que sean bendecidos.

Hoy serán ungidos por el Cordero inmolado, para que Su preciosa y divina Sangre santifique sus vidas.

Que como el poder del agua que Me bautizó en el Río Jordán, hoy este poder se imparta y se registre en este elemento que es ofrecido a los Pies de su Creador para que más almas en el mundo testimonien la inmensidad del Universo de Mi Amor por todos los corazones, a fin de que la paz se establezca.

Llegó el momento de revivir el Sacrificio del Cordero.

Todos los que consigan, se arrodillen, para que este sacrificio, que hoy será ofrecido a Dios, pueda seguir siendo fuente de reparación y de misericordia para el mundo.

En cada nuevo sacrificio existe la emanación del Amor de Dios, que puede ser vivenciado y experimentado por los corazones que reciben los Sacramentos.

Sentado a la mesa, junto a Mis apóstoles, tomé el pan, di gracias a Dios por la entrega que iría a vivir por ustedes y en ese profundo sacrificio de amor, Su Espíritu sublime y divino lo bendijo. Y todos los ángeles del Cielo se postraron ante el sacrificio del Cordero y por la Sangre que sería derramada en reparación de los ultrajes, indiferencias y omisiones de todos los hombres de la Tierra, hasta el presente.

De esa forma Yo les dije a Mis apóstoles y hoy les digo a ustedes: coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

Que este sacrificio sea reconocido por el mundo entero y a lo largo de los tiempos.

Acabada la primera parte de la Cena, tomé el Cáliz, este sagrado terafín del Universo, que aún sigue reverberando a lo largo de los tiempos y de las generaciones. El Espíritu de Dios lo bendijo y el Santo Padre, el Todopoderoso Señor del Universo colocó Su Cabeza en el suelo, como señal de reparación de toda la humanidad y de todo el planeta. El Rayo de Su Corazón bendijo el sagrado vino, convirtiéndolo en Mi Sangre preciosa.

Y Yo les dije a los apóstoles y hoy les digo a ustedes: tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por ustedes para el perdón de los pecados y la expiación de todas las consciencias.

Hagan esto en memoria mía.

Padre Nuestro...


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo

ten piedad de nosotros (x2)

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo

dadnos la paz.


Este es el Cordero de Dios, que se ha sacrificado por ustedes. Dichosos serán los que se sirvan de él, para que nadie más sea inmolado en este mundo y ningún otro ser derrame su sangre por la injusticia del mundo.

Yo siempre les daré Mi Paz para que aprendan a vivir en Mi Paz, sabiendo que la paz abre las puertas a la cura y a la redención de las almas.

Ante su Maestro y Señor sean testigos de esa Paz que proviene del Cielo y desciende a la Tierra para cicatrizar y disolver profundas heridas, grandes heridas espirituales en la humanidad.

Por medio de los Rayos de la Misericordia que hoy brotan de Mi Corazón, les concedo la paz para que aprendan a colocarse debajo de Mí, para que Mis Rayos de Luz y de Amor sigan siendo derramados en sus vidas y en la vida planetaria.

Que la Paz de Dios esté con ustedes y vayan en paz. Por medio de esta Paz Yo disuelvo sus pecados y sus ofensas, así como disuelvo las ofensas del mundo en esta hora tan importante, del recuerdo y de la memoria del Cordero de Dios y de Su Divino Sacrificio.

Yo los bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Pueden darse el saludo de paz en Mi Nombre.

¡Les agradezco!

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Ofrece cada momento difícil como un sacrificio y como una reparación para el Corazón ofendido de Dios y de Su Amado Hijo, por la indiferencia de aquellos hombres de la Tierra y por los religiosos que ultrajan secretamente las Leyes de la Creación y de la vida.

Aunque el dolor interno y externo sea insoportable, ofrécete en sacrificio, reparación y oración por los que, habiendo recibido todo, desmerecen el Nombre de Cristo con sus ultrajes, falsedades e injurias.

Ofrécete en sacrificio y reparación por los que negarán la Gloria del Padre y Su descenso en los santos lugares escogidos por el Cielo.

Que nada te sorprenda ni te incomode. Ofrécete por los que traicionarán por la espalda a la verdad y por los que se unirán a la esencia de la mentira y mostrarán sus caras de títeres, movidos y manipulados por las manos de Mi enemigo.

Ofrécete por los que no se podrán ofrecer, por los que no conseguirán perdonar y ten, al menos, un poco de piedad por los que son miserables de espíritu y por los que no viven la pobreza de corazón.

Ofrécete sin condiciones, una y otra vez, por los que traicionarán al Corazón de Cristo y a Su Obra.

Aunque no lo comprendas o no lo aceptes, ofrécete, porque cuando llegue la hora de tu noche oscura, pedirás que alguien, por misericordia, se ofrezca por ti y, en ese momento, recibirás consuelo, porque el Padre nunca olvida los sacrificios y las renuncias de Sus hijos. Él los premia con todo Su Amor Consolador.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que la Divina Paz se establezca durante los tiempos de caos.

Que esa Paz atraiga la mansedumbre hacia todos los corazones.

Que en los tiempos de batalla triunfe el amor y que ese amor recupere y redima todo lo que parece perdido.

Que las almas glorifiquen al Padre y que Su Santo Espíritu las libre de todo mal.

Que durante la transición de la Tierra, las consciencias se fortalezcan para que puedan ver la apertura de las puertas del glorioso retorno de Cristo.

Que en esta hora de definición todo se determine, para que el Plan de Dios se manifieste en la consciencia de la humanidad.

Que nadie pierda la esperanza ni tampoco sus fuerzas internas, que eleve la bandera del anuncio de la venida redentora de Cristo.

Que los divinos y supremos Cielos se abran por encima de sus cabezas, para que los santos ángeles derramen la Misericordia de Dios.

Que lo impuro se purifique.

Que lo purificado se vuelva más puro y que, en la esencia de la pureza original, todos vivan la paz interior.

Que las legiones de la Luz formadas por todos los seres humanos de buena voluntad, acompañen la realización del Plan Divino y que todos los servidores navegantes remen y remen, para que la barca de la victoria humana llegue al puerto del Gran y Supremo Libertador.

Que nadie le tema al tiempo final, que todo se realice según el Pensamiento divino.

Que los corazones no pierdan la paz.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

En vigilia,

Vuestra Madre, María Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN CIUDAD DE OPORTO, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El divino diálogo entre María Santísima y Jesucristo, Su Hijo Amado

María Santísima: Hijo, sabes que las almas en su naufragio necesitan de Tu ayuda. Te pido, Adorable Hijo de Dios, que Te aproximes a los más débiles, que por sus errores y faltas pierden la Gracia de conocerte.

Mira, Querido Hijo, cuántos siguen Tus caminos y se esfuerzan por vivirlos.

Jesucristo: Clementísima Madre, escucho con atención y gracia Tu dulce y amorosa voz, así como la escuchaba cuando aún era muy pequeño y estaba en Tus brazos.

¿Cuándo será el momento en que los hombres se abrirán para conocer el poder de Tu Amor?

Mi Corazón se avergüenza cuando las almas no son dignas de proclamarte y reconocerte como la Madre del Mesías y la Corredentora, porque en este misterio, Tú siempre fuiste la silenciosa mujer de Nazaret que soportó todos los martirios junto a Su Hijo, en profundo silencio.

María Santísima: Sí, Hijo Amado, en Tus palabras se trasluce la verdad y la importancia del mensaje. Mi Paz todo lo alcanza, y no Te aflijas, Santo Rey, porque aún existen corazones verdaderos y santos que Me viven y Me glorifican; en ellos están las bases de la obra que el Padre Me ha confiado, en ellos edifico la verdadera iglesia celestial, libre de bienes y de poderes humanos.

Jesucristo: Es esa iglesia interior que Yo espero proclamar en honor a Mi Padre y por cada criatura de la Tierra que día a día pierde su filiación con Dios.

Santísima Reina de los Cielos, es por esa divina causa que Te he confiado, en Tus manos y Corazón, a toda la humanidad para que Tú, Arca Sagrada del Espíritu Santo, seas el portal por donde todos Tus hijos puedan pasar.

María Santísima: Por eso te ruego, Divino Hijo, que ayudes a Tus rebaños dispersos por el mundo, para que se unifiquen y solo exista un único propósito en cada corazón humano.

Desearía, Amable Señor, que Tú pudieras erguir en cada espíritu Tu verdadera iglesia celestial para que, fundando miles de ellas en los corazones, las criaturas reconozcan que Tú eres el Rey del Universo.

Jesucristo: Amada Madre del Mundo, Tus súplicas son para Mí caricias y ternuras celestiales de una Madre bondadosa e incansable, que nunca descansará hasta ver a todas las almas en el Paraíso.

Tu divina intercesión, Querida Madre, es motivo de Gracia, de Misericordia y de Gloria. Responderé al llamado de Tu Corazón Purísimo, pues Tus santos ángeles Me han hecho saber que en la Tierra tienes ejércitos orantes que están despertando por Tu Amor.

María Santísima: Sí, Glorioso Hijo, en la Tierra están despertando nuevos ejércitos, rebaños Tuyos que estoy congregando para que finalmente sigan un único camino: el camino del amor.

Por eso, Precioso Rey, estoy pidiendo a todos los ángeles y, especialmente al Ángel de Portugal, que reúnan a todas las consciencias angélicas para que la divina obra de redención se realice en todos los corazones aún no redimidos.

Por eso, revisto con Mi manto celeste a cuantos aceptan Mi convocatoria, pues Mi más íntimo deseo es que Tu Corazón sea glorificado para que el Padre sea glorificado y los acontecimientos cambien.

Jesucristo: Comprendo, Santísima Madre, el propósito que llevas adelante, por eso reforzaré Tus ejércitos angélicos para que las almas sean retiradas de la ilusión y del engaño terrenal.

Enviaré a más consciencias ultraterrestres para que los corazones despierten y sean portadores del Proyecto de Dios, el que Nuestro Amado Padre ha pedido que sea realizado en este tiempo.

María Santísima: Por eso, Hijo Primogénito, sembraré flores en jardines internos para que las almas sientan la existencia de su pureza original.

Verteré gracias inexplicables en corazones que no las merecerían, para que ellos se reconozcan dignos hijos de Dios. No dejaré, Bendito Hijo, que nadie parta de este mundo sin tener consciencia de que el amor todo lo puede cuando el corazón se abre para experimentarlo.

Jesucristo: Es ese misericordioso amor, Divina Madre del Cielo y del Universo, que aún no es vivido ni aceptado. Es el amor de Mi Corazón manso, que derrama Su Sangre de luz sobre el planeta y que todavía espera ser apreciado por todos los hombres.

Es ese amor celestial que espera ser aceptado por cada consciencia, especialmente por aquellas almas que nunca conocieron el amor. Mi Corazón se glorifica cuando los corazones viven los sacramentos y, más aún, Mi Corazón se llena de gratitud cuando las criaturas responden al llamado del Cielo, sea cual sea.

María Santísima: En Tu divina plenitud, Amado Jesús, las almas encuentran su fortaleza y las puertas a la redención se abren tantas veces intentando que las consciencias terrestres las puedan cruzar.

Por eso te ruego, Queridísimo Hijo de Dios, que ayudes con Tu bondad y Misericordia a todos los que las necesitan, para que se animen a dar el paso y ya no pierdan tiempo ni espacio en la superficialidad de la vida.

Prometo, Santo Hijo, que Mi donación y amor abrirán los caminos para que Tus rebaños puedan pasar.

Jesucristo: Es una infinita gracia escuchar Tu casta y dulce voz, la que proclama sin cansancio el triunfo de la esperanza y del amor que tanto necesita el mundo.

Tu Corazón amoroso se entrega por entero en las manos de los imperfectos y Él no teme ser rechazado porque Tu confianza en el Padre no tiene límites ni barreras.

Haz, Santa Madre Mía, que cada hijo Tuyo se anime a cruzar el portal, para que finalmente Yo encuentre en Tu regazo a los que tienen sed de Mí. Calma cada corazón y resucita en espíritu a los que aún deben elevarse al resplandor del Reino de Dios.

María Santísima: Apreciado y honrado Hijo Mío, es una gracia cumplir con Tus designios, porque en Tu Corazón se guarda la máxima Voluntad de Dios, la que los corazones de la Tierra deben aprender a vivir para que el Propósito divino se cumpla.

Por último Te suplico, Amado Hijo, que cada criatura de este enfermo planeta pueda despertar al Propósito, que los velos caigan de la consciencia y que todos los que están ciegos espiritualmente puedan ver y así cumplir con Tus sagradas peticiones.

Jesucristo: Haz saber al mundo, Madre Querida, que ya estoy retornando y que Mi hora se aproxima. Haz saber que las almas deben arrepentirse y perdonarse las unas a las otras, para que abandonen la soberbia y la indiferencia humana.

Haz saber que Me complazco, Santa Madre, en los que se esfuerzan y cumplen en obediencia Mis pedidos, porque así Yo construyo Mi iglesia interior en los corazones.

Haz saber al mundo, que el gran y esperado Juicio de la humanidad está cerca y que todos deben rezar por las agresiones causadas en el transcurso de los tiempos a toda la raza y a los Reinos de la Naturaleza.

Haz saber, Madre Celestial, que pondré fin a muchas cosas.

Queridos hijos, este segundo diálogo fue vivido en el Reino Celestial con Mi Amado Hijo y hoy lo comparto con todos para que lo estudien.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los ama,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

No te olvides de pensar en el planeta más que en ti mismo. Aquel que aspira a conocer todas las ciencias y se olvida de lo más importante de todo, que es el amor al prójimo y al Plan de Dios, no encontrará jamás el camino que lo lleva a Cristo.

Concentra entonces tu atención, todos los días, en la vida de Aquel que vino al mundo para ser tu ejemplo. Reaviva Su Evangelio sin tratar de ser un mesías, sino viviendo la Enseñanza que Él trajo al mundo. Mesías hubo uno solo y siempre habrá solo uno, porque esa es una misión única que terminará de cumplirse en el retorno de Cristo. El estado de Cristo es elque se debe multiplicar. Es en la vivencia de esta Enseñanza que debe estar tu atención. Acuérdate que Jesús alcanzó la cristificación en la Cruz cuando, solo con Su humanidad, fue capaz de perdonar y de amar a los hombres, al planeta y a los Planes de Su Padre más que a la propia vida.

No te pediré, hijo, que mueras en la cruz para aprender a amar, pero sí que mueras todos los días un poco más, porque cada vez que mueres un poco, aprendes sobre el amor verdadero, el Amor Crístico.

Renuncia a toda gloria en la Tierra, a todo reconocimiento, a toda honra, incluso cuando esa honra te sea otorgada por los hombres, por la admiración de verte virtuoso y adherido a los Planes de Dios.

Jesús podría haber descendido de la cruz y convencido a los hombres de Su Poder. Si lo hubiera hecho, tal vez muchos hombres lo hubieran honrado y hubieran creído que Él era verdaderamente el Mesías, pero la Enseñanza de Cristo era también un aprendizaje para Él: desde Su nacimiento hasta la muerte, debería demostrar a la humanidad que no es por la gloria, por el engrandecimiento ni por el uso del poder que se llega a Dios, sino tan solo por la simple humildad y resignación delante del Padre.

Jesús sabía que todos los poderes que tenía pertenecían a Su Padre, y esos poderes le fueron retirados en la Cruz para que Él aprendiera del máximo poder que proviene de no tener y de no ser nada: el Amor y la Misericordia.

Fue así que Cristo renovó la consciencia humana e incluso la vida universal; pues no solamente en la Tierra, sino en todo el universo, se valoraba el poder y el uso de las fuerzas y de las energías.

Toda la Creación vivió un aprendizaje con el ejemplo de Cristo, pues después de haber renunciado a Sí mismo y a Su Vida, hizo renacer Su Cuerpo y recobró la vida de Sus Células, solo con la potencia del amor alcanzado en la Cruz. No hubo ciencia, sustancia, energía ni vibración que, en un laboratorio, hiciera revivir el Cuerpo de Cristo: fue el puro amor, renovado por la renuncia y por la entrega de Jesús, lo que le devolvió la vida.

Aprende así, hijo, a renovar una vez más la condición humana con ese ejemplo vivo de Cristo dentro de ti y delante de ti. Imítalo, venciendo el miedo que humanamente atormenta a tu corazón y ábrete a no ser nada.

Aquel que, en humildad, fue nada y alcanzó todo, tu padre y compañero,

San José Castísimo

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 32ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.

Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.

Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.

Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.

Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.

Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.

Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.

Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.

Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.

Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y  que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.

Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y  Mi Misericordia.

Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.

Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.

Ya no los quiero ver dormidos.

Mis Palabras son códigos de vida para todos.

Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.

Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.

Quisiera que no solo Me pudieran  ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.

Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.

Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.

Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?

¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?

¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?

No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.

Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?

Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.

Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.

Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.

En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.

Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.

Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.

Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.

En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.

En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.

Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.

Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.

Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.

Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.

Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.

Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.

Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.

Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.

Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.

Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.

Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.

Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.

Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios,  abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.

Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.

Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.

Pueden ir en paz.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Dios en Su Silencio profundo y eterno, ya se ha decidido.

El mundo deberá comenzar de nuevo, pero esto aún no sucederá hasta que todos los bienaventurados despierten en los cuatro puntos de la Tierra y hasta que sea proclamada la venida del Hijo de Dios por segunda vez.

Ustedes y el mundo decidirán qué paso dar para este nuevo tiempo.

La hora ya pasó; el momento indicado terminó y la Fuente de Mi Misericordia preciosamente estará siendo derramada sobre aquellos que la busquen y en aquellos que la clamen por sus hermanos.

No habrá otra salida, compañeros, que recurrir a Mi Sagrado Corazón herido y lastimado, por los hechos del mundo que se precipitan en la consciencia humana día tras día.

Hoy Me encuentro en el lugar donde prediqué y proclamé la enseñanza del Padre Nuestro, en donde pronuncié las bienaventuranzas para todos ustedes, para todas las almas a través de los tiempos.

Al menos complazcan Mi Corazón viviendo una bienaventuranza; que ella sea verdadera, espiritual y profunda en sus vidas. Que ella se refleje en sus rostros y que manifieste la verdad que muchos necesitan.

Pero el mundo no entiende; está ciego, sordo y cerrado para poder escuchar.

Ustedes tienen las llaves para abrir las últimas puertas por donde Yo podré entrar para salvar a los que restan, en esta travesía sin fin del Armagedón.

Quisiera que hoy colocaran sus cabezas sobre el suelo para suplicarme por aquellos que no suplican, que nada piden y que se vanaglorian todo el tiempo.

Beban de la Fuente de Mi humildad y ábranse para reconocerla, pues será la base de la humildad que los hará libres y caminarán seguros hacia el Reino de Mi Padre.

No pierdan tiempo compañeros, la última barca está pasando y esto deben anunciarlo a la humanidad. Mi última barca de Misericordia está queriendo recibir a los que deben refugiarse en Mi Espíritu y en Mi Divinidad.

Al menos, cumplan con la petición de darme a conocer al mundo verdaderamente por medio de sus ejemplos y acciones de caridad, que alegran Mi Corazón lastimado.

Desde este monte Yo emito nuevamente Mi petición para el mundo, sean bienaventurados y vivan las bienaventuranzas.

Son las Leyes preciosas de la intercesión de Mi Divina Misericordia para los tiempos de hoy, que aún están vigentes para todos.

Construyan en sus corazones el verdadero templo que necesitan para poder recibirme en espíritu durante la hora más crucial, en donde los corazones se desesperarán por no haberme buscado a tiempo.

Ustedes deberán ser aquella luz para el mundo que muchos necesitarán, no una falsa luz, sino una luz verdadera que brille desde el corazón para las almas más carentes.

Así, Yo podré derramar Mis Rayos sobre aquellos que nunca Me han encontrado y realizaré prodigios en los corazones que Me acepten para vivir su redención.

El dolor de Dios es incalculable para el mundo y la humanidad.

El dolor de Dios no puede ser medido porque está dentro de Su Corazón, Corazón que ha creado todas las cosas para este mundo, para todo el Universo.

Se han preguntado ¿qué es lo que siente Dios por este mundo, que ha sido tan bendecido y dichoso por medio de la obra del Padre Eterno?

Ustedes saben compañeros que la humanidad se desvió de la Ley y cada vez más lo hace, sin consciencia, ni sabiduría.

Pero Yo vengo a buscar en los menos preparados, los frutos más preciosos que deben estar en oferta a los pies de Mi Altar ,para que Yo los pueda ofrendar al Padre Celestial como última promesa.

Si sus corazones no cambian, el mundo no cambiará, porque el mundo ya ha escuchado la Voz de los Mensajeros de Dios y pocos la entienden, en humildad.

No vengo a pedir lo imposible para nadie, ustedes ya lo saben y muchas veces se los he dicho.

Vengo a buscar algo que ustedes desconocen.

Vengo a buscar algo que está dentro de ustedes y que pertenece a la Creación, para la manifestación de Su Obra en todo el Cosmos.

Por eso les muestro Mi Sagrado Corazón como el Señor Misericordioso para que sigan Mis Pasos en dirección a la casa del Padre, en donde reinan todos Sus Proyectos para esta humanidad.

¿Quién querrá ser depositario de los verdaderos tesoros del Cielo, si aún los corazones están llenos de otras cosas?

Su vacío interior es imprescindible para los tiempos que vendrán.

Las formas y las experiencias deben estar en la base de Mi Misericordia, para que todo se pueda concretar, así como Yo lo tengo previsto desde el principio.

Yo Soy el Señor de la Misericordia , Soy vuestro Pastor.

Hoy vengo a dar Mi última palabra para el mundo, pues los corazones ya Me escucharon.

Necesito de su pureza e inocencia para realizar Mis Obras, así desterrarán el viejo ser y surgirá el verdadero espíritu que ha venido a este mundo para servirme dentro del Plan de Dios.

No puedo hacer esta oferta para todos, pues los corazones tienen sus grados de amor aún para ofertar al Cielo, pero ustedes que tienen la Gracia de recibirme y de escucharme, ¿qué están esperando?

Yo dije que vendría a buscar los talentos, no de sus destrezas, sino de sus espíritus inmateriales; los talentos de sus moradas, de su verdadera tarea ante el Padre Celestial.

Adonai Me sigue encomendando al mundo, más aún para estos tiempos más difíciles.

Pero los que no consiguen amar a sus hermanos que replanteen sus caminos pues no hay tiempo que perder; el mundo necesita de mucha ayuda y no de conflictos, ya son suficientes y eso también hiere el Corazón de Dios.

No pierdan la fuerza interior de la transformación y abran las puertas para la vida eterna en donde residen las verdaderas cosas que los harán libres para el próximo tiempo.

Hoy estoy sobre el Monte de las Bienaventuranzas, aún esperando que los ciento cuarenta y cuatro mil despierten y lleguen a Mí para ofertarme el fruto que han trabajado.

Maduren sus consciencias a través de la determinación y del sacrificio por los demás, eso los hará conquistar el Cielo y no se perderán en las cosas superficiales.

Sigan Mis pasos con cuidado y atención, no quiero que tropiecen o que caigan al suelo, eso aún sucederá hasta la próxima vida.

Pero Yo vengo a levantarlos de donde siempre se colocan por su propia decisión. Mis tesoros no pueden desperdiciarse, Mis perlas preciosas no pueden perderse entre las manos de los distraídos.

Las joyas que Yo les entrego son únicas, son las mismas que Yo recibí antes de venir y encarnar en la Tierra, son las mismas joyas que recibió Mi Madre y San José, para concretar el Proyecto de la Sagrada Familia.

Las joyas son las virtudes de la santidad, de la consagración y de la vida elevada; eso es lo que ha perdido el mundo completamente en este ciclo, ustedes tampoco pueden perderlas y si eso sucede, ¿qué será de Mi Proyecto?

No quiero dejar de ver al mundo con Mis Ojos de Misericordia, no tienten a Dios, no lo amedrenten, no quiero mirarlos con ojos de justicia.

Por eso vine al mundo y sufrí la agonía en el huerto Getsemaní, en absoluta soledad y abandono.

Por eso fui entregado como un ser divino por treinta y tres monedas.

Ustedes, ¿no Me entregarán?

Ustedes, ¿no querrán cambiarme por nada? Espero que no sea así.

Mi Espíritu los colma, pero también los corrige. Necesito de ustedes una vida y un ejemplo que nunca vivieron en ninguna etapa del mundo.

Por eso vengo en este momento para reunirlos en Mi Cenáculo de Amor y de Compasión.

Fui humillado y castigado por la humanidad, fui flagelado y martirizado por cada uno de ustedes, hoy presentes en el mundo.

Si Yo no Me hubiera ofrecido en confianza, ¿cómo hubieran podido conocer Mi Sagrado Corazón, que es la propia manifestación de Mi Divina Misericordia y de Mi Gloria?

Yo les di a conocer Mi Misericordia en el siglo pasado, pero muchos no la buscaron de verdad. Por eso en este año de la Misericordia les vuelvo a abrir la puerta para que muchos más se congreguen y sean rescatados por la Luz Misericordiosa de Mi Corazón, manso y pacífico.

Ahora les doy a conocer Mi Gloria para que puedan elevarse un poco más, pues la Gloria de Mi Corazón se alcanzó con Mi Muerte en la Cruz, cuando derramé agua y sangre, Rayos de Misericordia para salvar al mundo.

Mi Corazón se Glorificó cuando dejó de latir el corazón humano. Sientan y piensen por un instante en todo lo que vivió Mi Corazón durante la Pasión en tan poco tiempo; y a pesar de los ultrajes, de las indiferencias y de los castigos hechos directamente a Dios a través de Su Hijo amado, la Misericordia de Mi Corazón, la Gloria de Mi Espíritu, no los abandonó.

La Gloria fue lo que permitió Mi Ascensión a través de Mi Misericordia.

Yo tuve que ascender a la casa de Mi Padre porque ya era el tiempo y ustedes no podían acompañarme. Pero ahora, en Gloria, vuelvo de la casa de Mi Padre para recordarles el compromiso con el Proyecto que aún no ha terminado y no se ha cumplido.

No busquen entender Mis Misterios, guárdenlos en el corazón, en donde verdaderamente residen todas las cosas, en donde vive la Verdad de Dios y de Su Origen.

Por eso vengo para todos los que residen en Mis Núcleos de Amor y también para los que Me escuchan con el amor del corazón; para que no desvíen Mis Proyectos, sino para que los cumplan así como están escritos en el Corazón de Mi Padre, pues Yo vengo a ayudarlos para que esto se concrete y el mundo entero no se pierda en el abismo de su oscuridad que ya lo está abrazando.

Necesito de la igualdad de sus corazones, y no de la indiferencia ante las cosas que suceden en el mundo. Podrán sensibilizarse en este momento, pero saliendo de este encuentro, ¿donde resonarán Mis Palabras? ¿Harán preguntas referentes a lo que Yo les digo a todos ustedes? ¿Preguntarán a su interior, cuál será el próximo paso y camino?

Las leyes se demuestran en las Obras de la Luz, que es donde Mi adversario no puede actuar. Y si ustedes están en la Leyes de la Luz, estarán en el camino correcto.

Los vengo a preparar para ayudar a los que más los necesitarán, pues el mundo deberá ser abrigado en el corazón de los Centros Sagrados para el próximo tiempo.

Por eso, con la paciencia infinita de Mi Corazón y la Compasión de Mi Espíritu los espero para que se eleven, para que asciendan, para que suban hasta la cima del Monte de la Bienaventuranzas, en donde todo está escrito.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis queridos compañeros en Cristo:

Mientras la humanidad se preocupa con el crecimiento material y con la acumulación de bienes y riquezas que perecerán rápidamente ante la imperiosa Luz del Redentor, Yo los invito a preparar el retorno de Cristo al mundo.

El Señor vendrá cuando los corazones del mundo hayan aprendido a valorar la verdadera riqueza y los verdaderos bienes, que son aquellos que ustedes ganan cuando pierden los bienes del mundo y cuando se pierden a sí mismos, entregándose a Cristo.

El Señor vendrá cuando la humanidad comprenda que el único  seguro es el que lleva a Cristo. Este momento no está distante de sus vidas, porque los mismos acontecimientos del mundo harán que se desmoronen todas las estructuras que brindan el confort y la seguridad a los seres en la vida material.

El Señor vendrá cuando las consciencias, al fin, comprendan más ampliamente Su primera venida al mundo. Ellas lo descubrirán al ver el ejemplo de aquellos que siguieron Sus pasos y que, confiados en Su Presencia Espiritual, no titubearon con los temblores del mundo y no dejaron desmoronar sus fortalezas interiores, incluso con todos los ataques del enemigo. Al contrario, los compañeros de Cristo ayudarán a construir la fortaleza en el interior del prójimo, aun en medio de grandes tempestades, porque mayor que el viento y que la lluvia será el poder del amor infundido en ellos por Cristo.

El Señor vendrá, al fin, cuando la humanidad comience a conocer su verdadera historia, el origen de este mundo y de todo lo que ya sucedió aquí, desde que los primeros seres humanos comenzaron a desarrollarse. En ese momento, la humanidad buscará en Cristo la respuesta para todos los cuestionamientos que el alma hará para que la mente despierte y encuentre en Él la confirmación de todo. Porque el Señor vendrá en Gloria y, solo por verlo entre las nubes, los incrédulos se arrepentirán, los ignorantes comprenderán y los falsos temerán verse delante de sus propias mentiras; pero todos sentirán el Poder del Rey y Su majestuoso Perdón.

Él retornará para que, en Su Presencia, la humanidad por fin comprenda el Plan de Dios y, aunque muchos no logren cumplirlo, siga su destino en la evolución del universo, con reverencia hacia la grandeza del Pensamiento Divino y confiando en la Voluntad de Dios. Caminarán desde el punto en que se encuentren, para que, un día, puedan ser según lo que Dios pensó.

El retorno de Cristo no es una fantasía, es una Verdad Suprema. Aquellos que crean en Su venida y perseveren, aun en contra del mundo y de las propias dudas de la mente, suspirarán aliviados cuando vean abrirse el Cielo y, de rodillas, agradecerán a Dios al ver que se cumple Su profecía.

Bienaventurados los que creen en el retorno de Cristo, porque caminarán detrás del Señor, siguiendo cada uno de Sus pasos.

Yo los amo y les dejo Mi paz.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

El camino de la consagración total a Dios, es lo que aspira vuestra Madre Celeste para todos ustedes.

Conforme a esa aspiración y en estos tiempos, muchas almas pasarán por el examen que confirmará el camino elegido y Yo estaré allí para ayudarles a tomar la correcta decisión interior, sin vivir la culpa, solamente el amor a Dios.

Hijos, los santos de los últimos días estarán presentes para ayudar en el tiempo culminante de la transición de la Tierra, cuando la luna roja defina el despertar del nuevo ciclo liberando del pecado y del error.

Por esta causa, los desafíos y las pruebas serán la tónica que marcará el inicio de ese nuevo ciclo, libre del dolor y del sufrimiento humano. Por eso Yo, en este día, les traigo la consciencia divina de la consagración universal, una misión que le corresponderá a muchos hijos Míos, los que empujarán la pesada barca de este mundo para que definitivamente navegue en el mar de la Gracia y de la Misericordia.

Vuestras estructuras se moverán y todo control oscuro dejará de gobernar para que de una vez y para siempre, todos sean en Jesús y Jesús sea por siempre en ustedes.

Hijos, concedan el permiso para que Mi Hijo gobierne vuestras vidas, así ningún otro gobernante o aspecto de vuestras propias vidas no purificadas podrá tener determinación en la vida espiritual de vuestras almas.

Por eso sean mansos y dejen que Mi Hijo los conquiste poco a poco para que Él, en Su Gloria Infinita, tenga instrumentos para desarrollar la última parte del Plan de Dios.

Vean vuestros pecados como instrucción y como oportunidad de transformación y cambio interior, de esa manera cuando Mi Hijo haya tomado el reino de vuestras vidas, todas las almas receptivas se santificarán.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los lleva a amar la consagración,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BRASILIA, DiSTRITG FEDERAL, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hijos:

Hoy los bendigo a todos en el nombre de Mi Hijo, porque en verdad les digo que será a través de Él que encontrarán la salida y la solución inmediata para los asuntos de la vida material.

No hay nada más especial que vivir en el Amor del Reino de Dios, pues en el recorrido de ese sendero se encuentran las llaves maestras para la transformación, que son las llaves de la purificación y de la redención.

Ustedes, siguiendo con obediencia el camino que les indica Mi Hijo podrán descubrir a tiempo cada aspecto de la vida que necesita de rehabilitación. Por esta causa Yo vengo todos los días desde el Cielo, para que vuestras vidas puedan testimoniar la transformación que Mi Corazón Inmaculado ha hecho en cada uno de ustedes.

Mis pequeños, ahora, con la mirada en el horizonte del renacimiento de la esperanza hallarán la fuerza interior necesaria para seguir adelante. Hoy les digo, hijos Míos, que cada uno de ustedes es una parte de Mi plan de redención, plan que prepara la próxima venida de Cristo al mundo.

Y si vuestros corazones dan el testimonio verdadero del amor por Mi Hijo, tendrán la posibilidad de que vuestras almas sean llevadas al descubrimiento de la misión espiritual. Todo lo que suceda en vuestras mentes y corazones son estados y tiempos de purificación, por eso ofrézcanlo con amor al Padre Eterno, para que Él en Su Gloria Suprema se apiade de todos los que no quieren escuchar Su último llamado.

Yo les traigo la oportunidad de recapacitar, por eso como vuestra Madre Celeste les prometo siempre mostrarles la verdad para que puedan crecer en humildad y en fe.

¡Les agradezco hijos por haber respondido a Mi llamado en Brasilia!

Una nueva luz despertó en los corazones simples y fervorosos.

Los une al cenáculo del Corazón de Jesús,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 3, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Después de haber seguido las huellas de Mi Pasión carguen vuestra cruz con valentía y sin demora, pues en el próximo tiempo Yo los espero para que formen parte de Mi Gloria, después de haberse transformado.

No teman por lo que vendrá, mas trabajen para que nada pueda suceder.

Estoy llamando a los últimos que formarán las últimas filas para que los que están adelante de ustedes puedan seguirme.

El Universo les muestra un misterio que es amado por pocos.

Ahora que saben todo, síganme, pues hay mucho por hacer. Y esto no son solo palabras, es el Verbo de Dios pronunciado a través de Mi boca, a través del Hijo de Dios que los convoca.

La Cruz es conocida por pocos, pero su misterio es inmenso; es un mar de Misericordia para aquellos que quieran sumergirse en él. Solo basta dar un primer paso y confiar en lo que Yo les entrego, pues vuestra purificación debe ser inmediata.

No hay más tiempo que esperar. El Universo los llama para la Gran Tarea, que no es solo en este mundo sino en todo este vasto Universo que espera silenciosamente por vuestra definición.

Cuando eso suceda compañeros, todo estará cumplido y las puertas se abrirán de un lado para el otro, de occidente a oriente, de norte a sur y todos así lo podrán ver cuando estén atentos y vigilantes Conmigo.

Mientras cantan para vivir los méritos de Mi Pasión recibiré en esta tarde de Misericordia vuestras intenciones y, principalmente, las de todas Mis hijas, Mis hijas consagradas a Mi Corazón eterno.

Cantemos "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".

Mientras cantan a Mi Corazón, entréguenme aquello que ya le llegó la hora de vivir su propio destierro, para que nazca la Luz de Dios.

Canción: "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".

Mientras el mundo arde en llamas por sus propias decisiones, la Gloria de Dios viene a vuestro auxilio para rescatarlos. Dichosos de aquellos que creen en Mi Buena Nueva, porque así no desistirán.

Hijas Mías, arrodíllense delante de vuestro Maestro y así como el primer día de vuestra consagración, Me honrarán.

Canción: "Devocionario a la Divina Misericordia".

Quien Me sigue no se arrepiente.

Quien Me sigue se dona por entero.

Quien Me sigue se alimenta de Mi Espíritu.

Quien Me sigue se transforma, así como el árbol, el que pierde sus hojas, da nuevos frutos y después revive todo el tiempo.

Quien Me sigue no se pierde, mas encuentra el camino que perdió.

Quien Me sigue, es Mi testigo y es quien Me espera para poder recibirme.

Quien Me sigue, no se detiene, anda rápido para alcanzar los Pies del Maestro.

Quien Me sigue todo lo recibe y no se pierde nada. Las Gracias son su suprema fortaleza.

Quien Me sigue escucha el Llamado y lo cumple como una premisa.

Quien Me sigue aguarda por el advenimiento de lo nuevo.

Quien Me sigue representa a un apóstol de los tiempos.

Quien Me sigue es porque confía y tiene absoluta seguridad de saber lo que está haciendo.

Quien Me sigue escucha en su interior las señales del Advenimiento.

Quien Me sigue está atento al cambio de los tiempos y socorre ante cualquier necesidad.

Quien Me sigue espera con paciencia el día de su redención, pero nunca se detiene pues vive la transformación infinita.

Quien Me sigue, es porque ya Me dijo que sí.

Cristo Jesús Glorificado.

Tráiganme el incienso para bendecirlo pues deben esperar hasta el día domingo, por la Resurrección del Rey en el corazón de los que estaban muertos.

 Los aguardo.

 Recemos. Esto es lo que es necesario para estos tiempos.

Agua, Sangre, Vida y Redención,
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros.
Amén.
( se repite tres veces)

Vayan ahora, hacia el momento del nacimiento de Jesús y recuerden lo que allí sucedió. Recuerden lo que allí sucedió con los reyes de Persia, del Oriente y del más lejano Oriente, qué fue lo que ellos le ofertaron al Rey y qué es lo que hoy Yo les pido que Me oferten.

La representación de la vida de la naturaleza en el incienso es la oferta más sublime de la creación de la vida material.

Inciensen vuestros seres para que reciban la Gracia de la Misericordia y recuerden lo que él representa a través de los tiempos, que es la liberación de la impureza humana, aquello que corroe a las almas y las separa de Dios por absoluta ignorancia.

Hoy les ofrezco esta consagración para que vean en estas señales la presencia de Mi Espíritu que los exorciza.

Ante la potestad del Padre Celestial y en glorificación al Hijo de Dios, en esta hora en que Él vive Su muerte y derrama Su Misericordia sobre el mundo, elevemos hacia los altares celestiales, junto a los ángeles creadores, la oferta del incienso como redención y la puerta para vivir la rehabilitación.

Canción: “Pater Noster”.

Vivan Mi encuentro como algo único.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Vayan en paz y en honra al Creador.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 1, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En esta tarde de Misericordia vengo con el deseo ardiente de volver a encontrarnos, porque aún hay muchas almas en el mundo que no Me quieren ver.

Por eso hoy y en esta semana, los invito a recordar Mi Sacrificio, para que también lo vivan por aquellas almas que niegan a Dios.

Aún existen muchas consciencias sumergidas en el materialismo. Pero aún Mi Misericordia llega al mundo para poder salvarlos.Y en Mi total confianza, seguiré adelante a través de ustedes, para que Mis planes de redención se puedan cumplir.

Desearía que sus corazones estén bien cerca del Mío, pues necesito escuchar el palpitar de sus esencias, porque esta semana no será igual a la anterior, a la que Yo viví con ustedes en el año anterior.

Los tiempos cambiaron mucho, Mis compañeros, y pocos perciben los cambios que han surgido en la humanidad. Por eso hoy les muestro Mi Corazón, el que derrama Sangre y Agua perpetuamente.

Mi Corazón está lleno de Misericordia para todos, pero muy pocos han venido a beber de esta Fuente de Gracias por temor al pecado, al error o a la equivocación. Queridos compañeros, Mi Misericordia no ve esas cosas sino el espíritu de su perseverancia.

En el principio de este encuentro, Yo les envié un mensaje de paz desde las esferas superiores de la consciencia, para que ustedes se pudieran unir a esos principios creadores.

Pero hoy también quiero decirles, Mis compañeros, que vuestro Padre, el arcángel Miguel, acompañándome en presencia y omnipresencia, espera descender sobre este suelo sagrado de Aurora, a través de la manifestación de la sagrada ermita. Ya pasó mucho tiempo del pedido que Yo les hice, Mis amigos. Muchas almas esperan en los mundos invisibles poder pasar por este portal. Y eso será posible a través de su colaboración.

Ustedes sabrán, Mis amigos, que el Cielo tiene muchas necesidades sobre esta humanidad. Y así como los Mensajeros Divinos pedimos muchas cosas, también la humanidad nos pide muchas cosas.

La Gracia es recíproca. Por eso, compañeros Míos, pongamos manos a la obra, pues el arcángel Miguel espera descender y traer Su Gloria a este lugar. Gloria que será irradiada para el mundo, principalmente para aquellos corazones que deben ser exorcizados.

Sigan orando por esta causa santa. El Padre Creador se los agradecerá. Sigan invocando Su Santo Nombre en sus corazones, porque así también estarán llamando por Mi Gracia Universal.

El arcángel Miguel y Yo somos uno solo. Él fue el gran Mensajero de Dios para aquellos tiempos pasados, en donde Él Me ayudó a cargar con la Cruz de esta humanidad.

Pero Él viene ahora en su auxilio, luminoso y alado, para traer Su liberación a la humanidad, lo que las almas esperan hace mucho tiempo.

En esta Sagrada Semana, compañeros, deseo que puedan revivir Mi Pasión, así como lo hicieron en el año anterior. Pero en este tiempo, en esta Sagrada Semana, sus corazones ya deberán estar maduros pues necesito, en este ciclo, recoger todos los talentos que Yo deposité en ustedes, pues la emergencia planetaria es muy grande y las almas piden por auxilio y por liberación y será a través de sus corazones, de sus instrumentos internos, que son las almas alabando a Dios, donde Yo podré realizar Mis obras y llegar a los lugares inhóspitos, en donde ni siquiera existe la luz ni el amor.

Repitan para Mi Corazón glorificado sus súplicas e intenciones internas, pues Mi Corazón está abierto para acoger sus pedidos. Porque durante esta Semana Sagrada, Yo iré trabajando con cada uno de ustedes. Intentaré mostrarles las señales que Yo necesito que vean, para que sus espíritus y consciencias puedan madurar.

Me alegra profundamente volver a encontrarlos, porque esta Semana Sagrada es especial para el mundo, principalmente para aquellos que no reciben nada. Por eso, Yo estoy convocando a todos los servidores, para que se arriesguen a venir hasta aquí y compartir Conmigo la emanación del Amor de Mi Corazón que es necesaria para el mundo y para grandes partes de esta humanidad que ya no aguantan más, que necesitan de Mi Misericordia a través de sus espíritus mediadores.

Yo les traigo la convocatoria final para que sean, ahora y siempre, Mis apóstoles. Vivan Mi mensaje en la práctica y en la vida, vivan Mis enseñanzas por encima de todo, pues ya están preparados, Mis compañeros, así como Yo preparo a muchos espíritus a lo largo y ancho del mundo, que siempre Me sienten en sus corazones y responden a Mis comandos celestiales, sirviendo a las almas más necesitadas y carentes, escuchando a los corazones más pobres y moribundos. Y principalmente llevando la Luz y Mi Amor.

Quédense quietos, pues Mi energía está trabajando en ustedes.

Esta es una de las últimas Gracias que Yo derramo sobre el mundo, antes de Mi Retorno a la Tierra. Por eso, guarden cada código de Luz que Yo deposito en ustedes.

Recuerden las palabras que Yo les dicté al principio de este encuentro.

Vivan Mi Mensaje, vivan Mi Mensaje y sean Mi Mensaje para todos.

Sientan Mi Corazón, que se aproxima a sus espíritus.

Sientan el regocijo de Mi Amor.

Entren en Mi Regazo de Luz, porque allí siempre todo estará bien.

Olviden lo que sucedió. Vivan el eterno presente Conmigo, así recibirán lo que el Cielo quiere derramar a través de Mi Corazón.

Solo los necesito cerca de Mí, para que puedan sentir Mi Esperanza y Mi Aliento.

Yo vengo aquí por todos, principalmente por aquellos que ya no están aquí, los cuales espero, en la paciencia infinita, que algún día retornen a Mis Brazos, a pesar de los caminos que escogieron para sus vidas.

Yo convoco a todas las ovejas a formar parte de este gran rebaño de luz universal, de estos núcleos de luz profundos que vive su consciencia interna, pues es hora de despertar. Su consciencia profunda los está llamando para que realmente vivan lo que han venido a vivir en nombre del Señor. El mundo lo necesita y muchas almas también lo esperan.

El Plan se cumplirá también a través de todos los servidores. Todo está unido a un mismo hilo de luz, desde la Tierra hacia el Universo, más allá de este Universo material.

Convoquen siempre a vuestro Padre Eterno. Él será la fuerza que los moverá, que los transformará y los purificará.

Mi Corazón será su refugio. Por eso, llegó la hora de estar preparados y de no perder el tiempo en las cosas superficiales.

Reafirmen su voto de compromiso Conmigo, pues Yo espero todos los días, dentro del gran silencio universal en el cual Yo vivo, que cada alma de esta Tierra pueda escuchar Mi último llamado, pues estoy cumpliendo la promesa de retornar, primero desde el espíritu, para después manifestarme en Gloria para toda la humanidad.

Pero Yo necesito de testigos fieles, que puedan dar el ejemplo de lo que han vivido y que también Me puedan esperar cuando se aproxime la gran hora hacia la humanidad. Ese será el momento, compañeros, de que todo estará cumplido, así como fue escrito en el principio.

Ustedes son parte de una historia universal que está siendo escrita en los libros del Creador. Ustedes deben ser las plumas en la manos de Dios, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.

Los invito, compañeros, a la consagración de los elementos sagrados, que serán para ustedes el Cuerpo y la Sangre de su amado Redentor.

De la tierra surge el trigo, producto del trabajo de los hombres. De este trigo nace la harina para que surja el pan de vida para la humanidad. A través de este ejemplo, compañeros, los invito a recordar sus orígenes, pues deberán volver al principio de todo. Así como surgieron del Todo pronto volverán al Todo, porque allí se fundirán con la Esencia de Dios.

En aquel tiempo, cuando Yo estuve con ustedes, presente, celebrando Mi última cena, este mismo pan que está frente a Mí, estuvo sobre la mesa, siendo ofrecido al Creador como el Cuerpo glorificado de Cristo, aquél que sería mutilado, martirizado, flagelado y herido para la liberación de los pecados de las almas.

Que este Cuerpo santificado represente para sus memorias y principalmente para sus células, la búsqueda constante de la unión con Mi Espíritu, con Mi Divinidad y con Mi Glorificación.

Reciban en esta hora los Rayos de Mi Luz.

La uva también es producto de la tierra y del trabajo de los hombres. Pero a través de este ejemplo, Yo les doy a beber de la renovación, de la transfiguración, de la transustanciación de las partículas impuras que forman parte de esta consciencia planetaria.

En aquel tiempo, cuando Yo Me encontraba sentado a la mesa con los Míos y con muchos de ustedes, como almas en gloria y en alabanza, Yo les dí de beber a todos del código perfecto de Mi Sangre, donde no existe ninguna impureza, sino la máxima expresión del Amor que fue derramada por Mí durante la flagelación, el calvario y la cruz.

Reciban en esta tarde, los Rayos de Mi infinita Misericordia y recuerden beber de esta Sangre, con reverencia y amor, pues ella siempre los renovará, los transmutará y los liberará, siempre y cuando recuerden que Yo estoy presente en todo los creado.

Recemos como en el Monte de la Bienaventuranzas.

Oración: Padrenuestro en arameo.

Y a través del agua que lavará sus pies, se encuentra el símbolo de la purificación, en donde las heridas, los pecados y los errores son lavados por la castidad que representa el agua misma.

Cuando reciban esa bendición, recuerden que estarán siendo liberados de las amarras. Porque el agua guarda el código de la pureza original, de lo que existió en el principio en el Génesis, lo que santifica a las almas, las purifica y también las renueva, bajo el Espíritu Santo de Dios.

Tráiganme aquí el agua.

Oración:

¡Oh! Sangre de Cristo derramada sobre el mundo
purifica nuestra alma, alivia nuestro corazón
Ten piedad de nosotros, Señor
(se repite tres veces)
Amén

Las mujeres de Betania, prepararon los pozos de luz para que los códigos de Dios fueran derramados y los enfermos pudieran ser curados por el bautismo que Yo impartí después de Juan, Mi amado hermano.

Recuerden los pozos de Betania y de Samaria. Allí, cuando Yo pasé, dejé un principio fundamental para el mundo: la renovación del Sacramento del Bautismo y de la Fe para todas las almas que tenían fe en el Hijo de Dios, a pesar de no conocerlo, ni saber en verdad quién era o de dónde venía. La fe cura a las almas y les trae la esperanza para poder proseguir adelante.

Por eso, en esta tarde de Misericordia, bendigo este sacramento, esta agua casta y pura, para que sirva de cura para las almas y de liberación de los pecados del mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro en latín.

Para aquellos que puedan, arrodillarse, para recibir la bendición de Nuestro Señor en este primer día.

Canción: Paternoster

Bajo la bendición de las esferas celestiales, recuerden que en este día y por los días que vendrán, los estaré congregando en el Espíritu de Mi Amor, para que sean motivados a seguir adelante. Y a pesar de las consecuencias, vean la Luz de Mi Presencia en el horizonte, la cual siempre estará presente en sus internos.

Envío Mi abrazo de luz a Madre María Shimani y a la Hermana Lucía, pues en esta Sagrada Semana estarán presentes en Mi Corazón.

¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!

Creen puentes de luz durante estos días, así Yo podré ayudarlos y entregarles la esencia de Mi Amor.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

6.ª Maratón de la Divina Misericordia

Amados Míos:

Después de un año de bendiciones continuas, Mi Sacratísimo Corazón desea profundamente consagrar sus vidas al Plan de Dios. Por eso, vengo en este día especial como el Sacerdote Mayor para las almas buenas, para abrir de forma definitiva la puerta de Mi Divina y Liberadora Misericordia para que el corazón de las almas sea liberado de los pecados del mundo. 

Hoy vengo a anunciar Mi Cariño Paternal y Mi Gloria a cada uno de ustedes. Hoy quiero decirles que Dios Me ha concedido, por la fe de todos ustedes y por la confianza que han construido en sus corazones, retornar con nuevas instrucciones para la vida del espíritu y del alma.

Quiero decirles que Mi Sagrado Corazón se complace en anunciar que estará con ustedes todos los viernes y, de manera extraordinaria, los 4 de cada mes y los días de la Maratón, 5 y 6 de cada mes; esos días vendré para derramar sobre los Míos más Bendiciones y Gracias Reparadoras.

Me honra decir que estoy complacido por la respuesta devota de Mis compañeros y por eso el Señor Me envía para pedirles que vayan de dos en dos y anuncien al mundo que Mi Infinita Misericordia está obrando en sus vidas día a día.

Esperaré con alegría que todos los días sigan rezando la Coronilla a Mi Divina Misericordia, y así también podré visitarlos en el silencio del corazón.

Agradezco por el año de Gracias compartidas con los Míos.

Dios los bendiga.

Gracias por haber sido bienaventurados de corazón.

Vuestro Amado Rey del Amor, Cristo Jesús Misericordioso

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

A pesar de las flaquezas y de los pecados de las almas del mundo entero, Mis Gracias Infinitas y Misericordiosas se derraman sobre los que se animan a mostrarme la verdadera faz de su debilidad.

Mi Amor, que es grande, infinito y reparador para los corazones de la Tierra, despierta fortaleza, valentía y voluntad para transformar los pecados que se repiten constantemente.

En este tiempo de Gracia que la humanidad vive, a pesar de las guerras y de las revoluciones sociales, Mi Espíritu Único, el Espíritu del Hijo de Dios, viene al mundo para anunciar Su esperado regreso de paz y de redención a todos los lobos feroces que aún no conocen el poder de Mi Amor.

Cuando Yo descienda entre las nubes, verán venir la Gloria de Dios manifestada en esplendor. Como preparación, no se aferren a sus pequeños pecados: ofrezcan pequeños sacrificios a Dios por los grandes pecados que condenan al mundo, porque los Sagrados Corazones están atentos a la ofrenda de sus corazones.

Antes de Mi Regreso, los invito a imitar la fe inquebrantable del centurión de Galilea. Crean en el poder de la fe ante sus faltas, porque mediante la oración todas las situaciones internas se resolverán.

Clamen día a día por Mi Corazón Misericordioso, así sus almas se repararán y sus faltas se disolverán. Caminen hacia Mí al igual que el centurión, para que Yo pueda decir que su fe ha vencido todo mal.

Bajo el Bien del Padre, sean misericordiosos.

Gracias por persistir en vivir Mi Camino de Redención.

Cristo Jesús, el Maestro del Perdón

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Intento día a día con Mi Poder Misericordioso permanecer vivo en los corazones imperfectos.

Mi Espíritu Redentor está presente en los verdaderos submundos de las almas con el fin de salvarlas como una vez lo hice cuando estuve entre ustedes en el mundo. Por eso Mi Esperanza por la salvación del mundo, por la salvación de la humanidad más dormida y pecadora, aún no termina.

Mi Océano es insondable y aún tengo mucha sed por aquellos que, habiéndome mostrado para ellos, Me dieron la espalda y esto es porque aún no conocen Mi Misericordioso Amor.

Parece que para muchos no alcanzó que el Hijo del Hombre diera Su Agua en la Cruz y derramara Su Sangre por todos. Mi Tarea Redentora no tendrá fin hasta que los infiernos que muchos viven y los sueños que muchos construyen acaben, mientras esperan el glorioso momento de Mi Retorno al mundo.

Preparo a aquellos que quieran despertar a una vida desconocida, que quieran despertar a lo que existe más allá de lo cotidiano y de lo normal. Mi Universo, el que he alcanzado, que no es de este mundo, se aproxima, y así se aproxima el Espíritu de Mi Padre para revelar al mundo la Faz que no conocen, que ignoran por colocar sus ojos en otros caminos que no son celestiales.

Mi Luz se vuelve a presentar en Espíritu para aquellos que Me quieren ver y para los que están muy distantes de Dios. Miren a su lado y observen con atención, porque el Hijo de Dios está volviendo en Gloria, y esa Gloria estará próxima de aquellos que se abran para reconocerla.

Por eso no estaré distante de ninguna oveja; Yo volveré para dar de comer de Mi Cuerpo y dar de beber de Mi Sangre en la Nueva Alianza constituida entre el Universo y la Tierra, la Alianza del Hijo de Dios que les dará la Vida Eterna.

Sean consecuentes y vigilantes en el fin de estos tiempos; estoy dando Mis Perlas a los que aún no saben administrar Mis Bienes Celestiales, estoy dando del fruto del Árbol de la Sabiduría a aquellos que más necesitan de Mí.

Los reúno nuevamente en Mi Cena Redentora para desenmascarar a los lobos y así redimirlos, porque quiero que todos estén en Mi Reino de Luz.

Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos.

Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.

Cristo Jesús, el Redentor

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN, TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Hoy, permitan que Mi Voz resuene en el interior de cada uno de sus corazones, para que Mi retorno a esta Casa bendita sea de profunda Gloria en la Tierra, como lo es en el Cielo.

Hijos Míos, Mi Corazón se alegra profundamente de poder estar nuevamente próximo a sus corazones. El Señor observa, a partir de los Cielos, los pasos que dan día a día y los acompaña en esa trayectoria de crecimiento.

Amados hijos de Figueira, en este importante día de decisiones mundiales, les pido que oren, oren mucho con el fervor del corazón y la voluntad del alma; porque así, a través de una oración sincera, el Señor podrá hablar dentro del corazón de Sus hijos, de aquellos que sustentan la Iglesia de Cristo y necesitan de gran inspiración para tomar las decisiones correctas, de acuerdo con la Voluntad de Dios.

Este es un tiempo, hijos Míos, en el que deben orar para que la Voz de Dios sea escuchada en todos los corazones, de todas las naciones, razas y religiones; para que todos los caminos escogidos por el hombre sean verdaderamente guiados por un solo Dios.

El Señor emite Su Voz, tocando todos los corazones para que despierten en este momento y vivan la conversión verdadera de la vida.

Por eso, Yo vengo, hijos Míos, como un eco del Verbo Divino. Vengo para que la Voluntad de Dios se pueda manifestar en sus vidas y en las vidas de todas las criaturas.

Por eso, oren, oren los unos por los otros. Tengan siempre al prójimo en sus corazones, sin temer superar los juzgamientos y todas las diferencias que existen entre los seres.

Oren para que los caminos creados por el hombre se conviertan en caminos guiados por Dios, para que Sus hijos encuentren la entrada del Cielo. 

Oren para que el discernimiento del Espíritu Santo permee las consciencias de todos los hombres. Porque, de esa forma, el hombre y Dios siempre tendrán la misma Voluntad, como lo fue con Mi Hijo Jesús.

Oigan Mi Corazón que ora, Mi Voz que se eleva, y oren Conmigo.

Los aguardo en oración y paz.

¡Agradecida por responder a Mi llamado!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Después de haber orado durante un tiempo, vi abrirse al lado del altar de la sala de oración una puerta de luz que mostraba el Cielo; desde allí apareció Nuestro Señor como en el día de ayer, aunque hoy Su Faz estaba más próxima y resplandeciente.

Cuando Cristo Jesús apareció colocó Su Mano izquierda sobre Su Pecho y surgió desde dentro de Su Ser un Corazón rosado de mucha luz. Cuando el Corazón de Cristo se encendió, aparecieron en torno al Corazón doce estrellas doradas que se iluminaron al mismo tiempo. En ese momento dijo Jesús: 

Mira, este es Mi Corazón Glorificado.

Luego, Él comenzó a transmitirnos:

Queridos Míos:

Prometo a aquellos que confíen en Mi Misericordia que no perecerán, que Me verán en el Cielo con Mi Faz de Gloria y que permanecerán Conmigo sirviendo por el bien de todas las almas de la humanidad.

Permitan que Mis Rayos entren en sus seres para que Mi Fuente pueda ser visible para aquellos que están ciegos y no Me ven, aun cuando Yo ya he pasado con amor y redención varias veces por sus vidas.
 
Sean Uno Conmigo, prometo salvarlos en Mi segunda Venida; pero ustedes deberán vivir las pruebas de la vida como una confirmación de fe absoluta en Mi Camino Redentor.

En el silencio los acompaño. En el silencio los escucho. En el silencio los observo y vigilo los pasos que cada oveja da hacia la Luz. No dejen que el mundo los envuelva; recen para que el mundo sea colmado por la fuente misericordiosa de redención.

Vuelvo por todos. Los espero a todos. Los aguardo a todos.

Den los pasos hacia Mí porque así Yo los podré sostener en este mundo. Vivan el Paraíso de Mi Corazón en sus corazones. Soy su amado Pastor del Amor.

Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por guardar en sus corazones Mi último Llamado Redentor.

Cristo Jesús

Momentos más tarde Él nos dijo:

Quiero que pinten la imagen de Mi Faz Misericordiosa de la segunda Venida tal cual la han visto para que sea venerada por aquellos que, conociéndome nuevamente, Me encuentren como el verdadero refugio y alivio para la vida.

Prometo a quien contemple y lleve consigo esta Faz Gloriosa de Mi segunda Venida resguardarlo como Dios resguardó Mi Ser durante el flagelo del Calvario; y quien Me venere no sentirá los clavos que Yo llevé en la Cruz, sino rosas en el Altar del Trono de Mi Señor, el Dios Todopoderoso.

Y, en seguida, Él agregó: 

Difundid Misericordia.
Vivid la Paz de la Nueva Era Redentora.

Y apareció de nuevo la imagen de la Faz Gloriosa de Cristo con el Corazón rodeado de doce estrellas. A los pies de ella estaba escrito: 

“Difundid Misericordia.
Vivid la Paz de la Nueva Era Redentora”.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Durante la oración, antes de terminar el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús, Él ya estaba presente.

Apareció con un grupo de doce ángeles que vestían túnicas blancas y luminosas, tenían cabello corto y dorado y formaban una medialuna detrás del Maestro. Cada ángel llevaba en sus manos un cáliz, y ellos los ofrecían a todos nosotros.

Decimos que Cristo apareció porque sentíamos Su Presencia, pero aún no lo veíamos. Luego, mientras cantábamos la última parte de "Cristo Redentor" y durante el cántico "Retorna", Él se hizo visible.

Apareció de la misma forma que la Madre Divina aparece. Descendió desde lo Alto como una luz y al llegar próximo a nosotros se manifestó y lo pudimos ver con claridad.

Mientras aparecía realizaba con Su Mano derecha, la señal de la cruz bendiciendo y dijo: "¡Alabado sea el Señor!".

Vestía una túnica blanca, Su Cabello caía sobre los hombros como en la imagen del Cristo Misericordioso, llevaba un manto dorado y estaba descalzo. En Su Rostro se dibujaba una bella y suave sonrisa y Sus Ojos, de color celeste claro, brillaban. Sus Brazos estaban extendidos a los lados de Su Cuerpo, un poco separados, con las palmas orientadas hacia nosotros, de las que emanaba Luz. De Su Corazón salían dos rayos de color turquesa cristalino.

Él estaba sobre nubes y detrás había varios Cielos abiertos. Dijo que nos mostraba la Faz de Su Retorno. Luego permaneció por un tiempo en silencio, observándonos, contemplándonos. Nuestras esencias eran transparentes ante Sus Ojos; nos dio a entender que Él podía leer todos nuestros sentimientos al mismo tiempo, que todo quedaba en evidencia delante de Él.

En ese momento no sabíamos cómo se realizaría la tarea que había indicado. Él estaba presente y solamente lo observábamos sin saber qué diría. Hasta que comenzó a hablar y transmitió el mensaje.

 

Queridos Míos:

Esperé ardientemente compartir este momento con ustedes, en especial con sus corazones.

Después de casi dos mil y trece años, ahora, en Misericordia y Perdón vengo en nombre de la Voluntad Suprema de Dios a guiar desde más de cerca a sus corazones.

Pero esta, Mi segunda y esperada Venida, aún no comenzó.

Hoy vengo en Espíritu y en Esencia a compenetrar con Mi Luz sus pequeños corazones.

A los que aún no Me escuchan, que Me oigan, porque estoy llegando.

A los que no Me ven que Me vean, porque Mi Paz está viniendo.

A los que Me ignoran y flagelan Mi Corazón Sagrado, que Me sientan, pues vengo a esta parte del mundo a traerles Mi Paz y Mi Gloria, Mi auxilio y Mi consuelo, porque ya estuve una vez entre ustedes y ahora vuelvo, vuelvo hacia Mis rebaños para recordarles que ahora es el momento de la eterna Comunión Conmigo, con Mi Alma, con Mi Corazón, con Mi Divina Morada.

Yo Soy el pobre, Soy el moribundo, Soy el que sufre en cada parte de este mundo. Vengan a Mí que Yo los iluminaré. Vengan a Mí porque tengo sed.

En la Gloria del Espíritu de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por recibir en sus corazones Mi último Llamado redentor.

Cristo Jesús

 

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Cuando terminó el Mensaje le preguntamos qué más quería de nosotros en ese día.

 

Cristo Jesús:

Hoy te estoy dando un permiso: que alguno de tus hermanos, cuando tu corazón lo indique, participe del encuentro Conmigo a las tres de la tarde todos los días.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

En ese momento tendremos que orar para esperarlo. Él dijo que no nos olvidáramos de orar la Coronilla a la Divina Misericordia porque Él estará escuchando atentamente esa oración. 

Antes de irse le preguntamos algo más: ¿El Maestro aparecerá en otros lugares adonde vayamos? 

 

Cristo Jesús:

Adonde ustedes vayan, adonde fueran, Yo se los indicaré.

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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