Cada mes, una nueva recopilación de Mensajes de los Sagrados Corazones. Estudie temas específicos y profundice en esta sublime Instrucción.
Que mucho más allá del caos, de las guerras, de los conflictos, de la disociación, de la confusión mental y emocional, del sufrimiento material, de los límites que la consciencia parece cruzar cada día, que tu corazón, hijo Mío, hija Mía, esté siempre en oración, elevándose más allá de las ondas del conflicto, que buscan arrastrar a las almas hacia los abismos de la oscuridad de este momento planetario.
La oración es la llave y la guía, el instrumento y la puerta para el rescate y la salvación de los corazones.
La oración es la barca en la que estarán seguro, aun en aguas agitadas; la oración es la fortaleza que los hará caminar sobre esas aguas.
La oración es la llama que no les permitirá vivir en la tibieza ni en la mediocridad.
La oración es la súplica que les genera nuevas oportunidades a los que cayeron, es el bálsamo que fluye del Corazón del Padre para nutrir a los que se están muriendo en vida.
La oración es el puente que se construye entre las almas y Dios, cruzando los abismos de sus sufrimientos más profundos y generándole cura y restauración a lo que se quebró en su interior.
La oración, como también la alabanza que se eleva a Dios, son las columnas que sustentarán el templo interno del mundo cuando todo comience a desmoronarse y las piedras, que antes parecían tan firmes y robustas, comiencen a caer.
La oración, hijos, es la única cosa que nadie podrá quitarles jamás, porque pueden orar en silencio, en secreto; pueden orar alto y fuerte; pueden orar en grupo; pueden orar en soledad; pueden orar en cualquier espacio; pueden orar por cualquier causa y por cualquier ser.
Es por eso que, aun en estos tiempos, cuando nada parece tener sentido, Mi Corazón sigue pidiendo que construyan y funden Centros Marianos y casas de oración, puntos de luz y espacios de paz.
Es por eso que Mi Inmaculado Corazón sigue despertando, convocando y consagrando almas; porque, a partir del momento que instituyo en un espacio un Centro Mariano, allí ya establezco la Puerta de la Paz y el canal de la Gracia, dentro del cual las almas encontrarán alivio, dentro del cual las súplicas son potencializadas, las alabanzas son elevadas más allá de la voz y del sonido y cruzan las dimensiones de la existencia hasta el Corazón de Dios.
Es por eso, hijos Míos, que, más allá de lo que sucede en el mundo, no les vengo a hablar sobre los abismos y la desesperación, no les hablo sobre los conflictos y el caos, no les hablo sobre los errores o los aciertos de los corazones, porque todo esto ya fue predicho, todo esto ya fue escrito y profetizado desde el principio de la vida.
El único motivo por el cual estoy aquí hoy es para que no se olviden de su propósito y de la única cosa necesaria a realizar: orar y orar de corazón, alabar y abrir las puertas del Cielo, interceder y dar vida a los Espacios Santos consagrados por Mí, que los tornan santos, que fortalecen a las almas y las sustentan. Todo lo demás es secundario y vendrá como consecuencia de una consciencia conectada con Dios.
Si perdieran la fuerza y el amor de la oración, perderán la capacidad de discernir, pensar y reflexionar con sabiduría, porque esta capacidad no proviene de la mente humana, sino de un don espiritual.
Si dejaran de orar, perderán la fuerza de servir, porque la capacidad de servir no viene de una potencialidad humana, sino de una fortaleza interior.
Si dejaran de orar, perderán el sentido de amar al prójimo y de vivir en comunidad, porque la esencia de la vida grupal, la posibilidad de amar, comprender, soportar y perdonar al prójimo, no viene de una capacidad humana, sino de una conexión de las almas con el Amor de Dios.
Por eso, no descuiden a lo que es la fuente de la vida y lo que le dará sentido a sus vidas.
La oración, hijos Míos, es la única cosa necesaria.
Les agradezco por estar Conmigo y por buscar Mi Gracia y Mi Paz en oración.
Los bendice,
Su Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Dame tu cansancio y tus aflicciones más profundas.
Dame lo que angustia a tu espíritu y lo que quita la esperanza de tu corazón.
Dame a las almas que llevas en oración en tu pecho.
Dame las situaciones más ocultas que aún no pudiste liberar.
Dame los pecados más arraigados, en los que tu corazón aún insiste en caer.
Dame lo que eres y lo que traes contigo.
Dame tu ser y tus aspiraciones, tus ideas e intenciones, lo que llamas sueños y metas de vida.
Dame todo y Yo te daré todo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo,
ilumina los corazones,
para que ellos alcancen
la Transfiguración de Jesús.
Amén.
(nueve veces)
La Voz de la Virgen María:
Así como una vez, reuní a los apóstoles en el Cenáculo del Señor para que recibieran al Santo Espíritu de Dios, hoy vuelvo a reunir a Mis hijos, una vez más, en el Cenáculo de Mis Centros Marianos, Cenáculo que hoy se extiende por el mundo, por todos los hogares y corazones que Me escuchan; para que, reunidos alrededor de Mi Corazón, reciban hoy al Santo Espíritu de Dios.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más