Lunes, 1 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LOS COCOS, CÓRDOBA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡Digno de gloria y de alabanza es el Altísimo Señor, que envió al mundo a Su Hijo para redimir a la humanidad!
¡Que todas las criaturas vivan en el Señor ahora y siempre!

Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:

Hoy, abro sus ojos a una realidad espiritual y planetaria que mucho hirió el Corazón de Dios en los últimos siglos de la existencia de la humanidad.

Con la misión para Chaco, el Universo de Dios se vio ante la oportunidad de redención de muchas situaciones en lo que se refiere a la consciencia indígena, a los pueblos originarios del planeta. Sin embargo, para que esta liberación no sobrecargue a unos pocos, son necesarias la oración y la colaboración consciente de todos.

Sus hermanos de la consciencia indígena padecieron, a lo largo de los últimos siglos, las astucias del enemigo de Dios, que se manifestaron en la vida planetaria y material como aquello que ustedes llaman injusticias sociales. Esas injusticias, en verdad, las incentiva aquel que lucha contra la expresión del Proyecto Divino en la Tierra y que, no solamente trata de disolver la consciencia indígena por las carencias y miserias en que vive, sino también que hace nacer en su corazón el rencor.

Muchas veces, ese rencor fue pasando de una generación a otra, permaneciendo muy pocos en su pacificación y pureza original. Fue de esa forma que los conflictos y las luchas por posesiones y recursos materiales llevaron, a los infiernos y purgatorios de este mundo, a muchas almas que deberían ser guardianas de realidades sublimes del planeta.

Con esta misión humanitaria en Chaco, muchas puertas infernales se abrieron al rescate y a la rehabilitación de esas almas, no solo de Argentina, sino de toda América.

Este hecho, hijos, los compromete como humanidad, ya que la pérdida de esas almas fue causada también por las acciones humanas.

Es por ese motivo que les pediré una mayor consciencia y espíritu orante porque, por más simples que sean los actos realizados en Chaco, con la unión y adhesión de todos, muchos males podrán ser equilibrados.

La urgencia planetaria los llama a actuar y a multiplicar sus esfuerzos. Aún hay mucho que liberar en el planeta y, con estas dos misiones actuales, la consciencia de su grupo está comenzando a comprender la verdadera acción del servicio, así como de la oración.

Si ustedes viven en el espíritu de la unidad, muchos de sus hermanos que padecen en los submundos de la consciencia planetaria podrán recibir una oportunidad de vivir a tiempo la redención.

No se olviden de dedicar un tiempo a la unión verdadera y de corazón con los misioneros; así, muchas otras puertas se abrirán para la liberación del planeta.

Yo los amo y cuento con sus oraciones y sus corazones encendidos, como una puerta para que la Misericordia Divina descienda a la Tierra.

Su padre y amigo, servidor y misionero de Dios,

San José Castísimo