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Sé guardián de todos los impulsos que recibes de Dios, cultivando en tu corazón lo que más te aproxima a Su Verdad y a Sus Gracias.
Con el silencio, vence las adversidades; con la oración, mantén tu consciencia elevada; y con la eterna gratitud, abre constantemente tanto las puertas del Universo como las del Infinito.
Sé, hijo, guardián de todo lo que recibes en nombre de la humanidad. Que cada impulso llegue a tu consciencia como algo que la empuja hacia el camino de la ascensión, para que cada día estés más dentro del Tiempo de Dios y fuera del tiempo de los hombres.
Cultiva en tu corazón el bien y el amor al Propósito Divino, y deja las cosas del mundo, que ya no son para ti, para los que aún están perdidos.
Los impulsos que recibes llegan, en este tiempo, para que tu corazón sea una puerta hacia la vida superior. Por eso, mantén tu consciencia allí, unida a los mundos sutiles, unida a la Verdad de Dios, unida a los misterios celestiales que se revelan detrás de los velos que se continúan rasgando en estos tiempos.
Cultiva la fe y la esperanza, a pesar de todo lo que suceda en el mundo. Y, aunque la vida a tu alrededor parezca estar tan distante de lo que es real, no sufras, sino camina solo hacia lo Alto.
No dejes que tu mente se confunda con las ilusiones del mundo, que parecen tan reales. Hay una Vida mayor, hay un Propósito superior, hay una realidad aproximándose a la Tierra, y en eso debe estar tu corazón.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Desde el principio de la manifestación de la vida, hijos Míos, en el Pensamiento más puro y profundo de Dios, cuando Él gestaba el Proyecto de esta humanidad, allí estaba contemplada la existencia de los pueblos originarios. Pueblos así llamados no solo porque dieron origen a las civilizaciones de este mundo, sino porque desde el Origen de la vida fueron pensados por Dios para mantener la unión entre el Cielo y la Tierra, la unión entre todos los Reinos de la Naturaleza, la unión entre la superficie del planeta y los mundos sutiles.
Los pueblos originarios son aquellos, hijos amados, pensados por Dios para ser los Porteros de los mundos sublimes, de las realidades superiores, en donde lo sagrado habita, en donde los seres son invitados a retornar a su Origen en las Fuentes Celestiales.
Es de esa forma que, desde el inicio de la humanidad y hasta los días actuales, la Jerarquía Divina impulsa a los pueblos originarios para que reencuentren su pureza y retornen al Propósito que Dios manifestó para sus vidas en el principio.
Al crear este planeta y cada ser de esta Tierra, portador de una partícula de la esencia divina, su Padre Celestial creó no solo a los Reinos, a los elementos y al hombre, fruto del barro consagrado por Su Divino Soplo. Dios también creó realidades sutiles, invisibles a los ojos humanos que no buscan con sinceridad lo sagrado en sus vidas.
Estos mundos sutiles mantienen el Propósito Divino dentro del planeta. En ellos se vive en comunión con todos los tipos de vida. En ellos, las dimensiones se unen y no hay peligro, porque los que ingresan allí viven puros de corazón y de espíritu y solo aspiran a cumplir la Voluntad y el Propósito Divino.
Los que ingresan en esos mundos sutiles, hijos Míos, ya fueron despojados de sus voluntades personales y de su condición humana de impurezas y de degeneración. De esta forma, sus corazones encuentran el camino para expresar la pureza y la unidad con lo Divino.
Esos mundos sutiles son resguardados por la naturaleza, por su fortaleza, belleza y armonía. Y, en lo invisible de los lagos, de los mares, de los desiertos y montañas se ocultan no solo para sustentar al planeta, sino para que, a través de la grandeza de la expresión de la naturaleza, los que allí lleguen puedan sentir que allí habita algo más; que un sagrado misterio allí se oculta, es como si el Cielo estuviera más próximo de los hombres, y Dios pudiera expresarse.
A lo largo de los tiempos y de la historia de la humanidad, muchos fueron los pueblos que pudieron ingresar, con todo lo que son, en estos mundos sutiles porque, mientras la humanidad en otras partes de la Tierra perdía su propósito, estos pueblos lo encontraban y profundizaban en él, no solo a través de la ciencia y de la sabiduría, sino sobre todo, a través del amor a lo sagrado, a lo divino y al respeto por la vida y por la naturaleza.
Estas fueron las llaves que hicieron que dichos pueblos vivieran la ciencia de la Transfiguración. Y tal como Mi Hijo les reveló una vez, un día, en el Monte Tabor, también ellos pudieron reconocer su verdadera faz, iluminar sus células y átomos, y hacer que no solo el corazón y la consciencia vibrarán en otro nivel más elevado, sino también su parte más material; esa que hoy parece tan densa, y que en tiempos remotos se elevó y se transfiguró.
A través de la simplicidad del corazón, los pueblos originarios descubrieron que la misma esencia solar que contemplaban y adoraban en el cielo infinito, habitaba en su interior. Y, de esa forma, vivieron una unión profunda con Dios, así como pudieron comprenderlo.
Al iluminar sus células y átomos, y al dejarse permear por la luz de sus almas, estos pueblos alcanzaron la misma vibración de los mundos sutiles y así pudieron no solo verlos, sino ingresar y participar de ellos, como representantes de la humanidad. Así se tornaron Guardianes y Porteros de esas dimensiones sutiles que hasta hoy se ocultan en el planeta.
Algunos de estos pueblos dejaron en la superficie rastros de su historia y de su vida y entonces desaparecieron. Pero otros, hijos Míos, jamás fueron conocidos por la humanidad.
Hoy su Madre Divina llega a este lugar, sagrado para el Cielo y para la Tierra, a revelarles una historia y, más que esto, para impulsar a sus almas a la búsqueda de la pureza y de lo sagrado.
Llegó el tiempo de develar los misterios ocultos en la historia de la humanidad, no solo para abandonar la ignorancia, sino sobre todo, hijos Míos, para abrazar la pureza y para que en el tiempo que llegará, cuando la Tierra sea elevada en su vibración y conducida a un nuevo tiempo, a una nueva realidad, sus corazones y sus espíritus estén prontos no solo para ver, sino para participar de esa vida sublime.
Busquen la pureza de sus corazones, busquen la unión con la vida y con la naturaleza. Y así, como hoy les revelo muchos misterios, otras verdades también les serán reveladas en sus corazones.
Yo los bendigo y les agradezco por llegar hasta aquí y por abrirse de corazón a las revelaciones que Dios les trae en este tiempo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Serie: Los árboles secuoyas - parte I
Los árboles son la vida del planeta y ellos regeneran a todo ser viviente, tan solo con su presencia vegetal.
Los árboles secuoyas son la mayor manifestación del Poder y de la Voluntad de Dios. Ellos atraen hacia la Tierra la materialización de la Divina Voluntad. Ellos expresan la Voluntad en su crecimiento, expansión y belleza; por esa razón son tan grandes y altos, para que la consciencia humana recuerde que es así como debe alcanzar a Dios, para que pueda vivir Su Voluntad y no la propia y que el espíritu no pierda la ardiente aspiración de elevarse y de transformarse conforme el Plan lo necesita, para que todo en este Universo se vuelva a recrear.
Los grandes árboles son los guardianes de los portales cósmicos que ingresan a la Tierra a través de los planos internos, para tornarla cada vez más elevada y próxima a la realidad superior.
El árbol secuoya representa al Espíritu Sagrado de la inmortalidad del alma y de la evolución de la consciencia, bajo el principio de la rectitud del bien y del servicio.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Este es el tiempo de ampliar el corazón y la consciencia en el amor y en el servicio a Dios. Este es el tiempo en el que exista, dentro de ustedes, un espacio para poder recibir y sentir a los que llegan.
Será de esa forma que, al igual que Mi Hijo cuando se entregó por ustedes, podrán sentir al semejante, podrán participar y acoger el sufrimiento y el dolor ajeno para que sea trasmutado y liberado en el amor.
Cada ser de este planeta tiene un lugar dentro del camino espiritual y ese lugar, aún desconocido, está esperando que la consciencia despierte a la Verdad que viene de Dios. Verdad que lo librará, para siempre, de las cadenas del error y de la ilusión de este mundo.
Por eso, a los que ya despertaron los invito a ser conscientes y celadores de este propósito, por los que llegarán al Camino de Mi Hijo, que es el mismo Camino de ustedes; buscando una oportunidad, un alivio y una esperanza para este tiempo crucial del planeta.
Como Madre, vuelvo a abrir Mi Corazón para acoger a los que recién llegan y necesitan de una grandiosa fe y fortaleza para aprender a desprenderse de todo aquello que los ata al mundo y a la perdición.
Estas almas que recién llegan y despiertan, son las que más necesitan de consideración y de apoyo, para que puedan sentir que hay alguien que está allí para sostenerlos en sus pruebas y para ayudarlos en sus trascendencias.
La juventud del mundo necesita ser guiada por el camino correcto porque, día a día, miles de jóvenes se pierden en las ilusiones y en las promesas que les ofrece el mundo. Por eso, como Madre de todos, abro Mi Corazón para acompañar y sostener a los que despertarán y llegarán ante la presencia de Mi Hijo para decirle “sí” de forma total.
Este es el tiempo de las revelaciones, pero también es el tiempo de apoyar y de acompañar, de corazón, a los que buscan encontrar un sentido interno y espiritual para sus vidas. Esa es la tarea y el compromiso de los que ya sirven, día y noche, a Cristo.
Los jóvenes del mundo precisan ser escuchados y comprendidos, no pueden ser rechazados ni omitidos. Cuando ellos tienen un brazo en donde poder apoyarse y llorar, se sienten aliviados y se animan, más allá de su juventud, a cambiar y a madurar.
Hijos, este ciclo de la juventud y del acogimiento llegó para todos.
Desde ahora, les agradezco por imitarme y acompañarme.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En la batalla de estos tiempos, reafirmen su fe todos los días a través de la oración y de la madurez espiritual. Fortalezcan la unidad, unos con otros, transformando dentro de ustedes lo que hiere al prójimo y destruye el amor entre las criaturas.
Obsérvense a sí mismos para que puedan ser guardianes del Plan de Dios, en ustedes y en el planeta. La unidad entre los servidores es la mayor fortaleza que, como humanidad, ustedes pueden ofrecer a Dios; es lo que mantendrá abierta la puerta que los conduce al Padre, a Su Presencia, a Su Sabiduría, a Su Gracia.
En la batalla de estos tiempos, vénzanse a sí mismos todos los días para que sepan colocarse a disposición del servicio planetario, superando los límites de la consciencia y recibiendo el sostén de la Gracia Divina que les revelará los potenciales de superación que existen en ustedes.
En la batalla de estos tiempos, la oración será su puerta de regreso al Corazón de Dios, pero la unidad y el amor entre ustedes son los que permitirán que el Padre esté siempre presente, por más que no lo vean o no lo sientan.
Ustedes están, hijos, en un tiempo de batallas, pero no como en las batallas de la Tierra ni tampoco como en las batallas espirituales que la humanidad ya conoce. Están ante algo desconocido que para ser superado, ustedes necesitan encontrar dentro de sí mismos, el amor que triunfará sobre todas las cosas, así como triunfó el Amor de Cristo sobre la Cruz.
El Creador permite que ustedes pasen por las batallas de estos tiempos, como permitió que Su Hijo viviera los padecimientos de la Cruz, porque eso les revelará quiénes son y lo que vinieron a hacer en este mundo. Por eso, perseveren en el amor, busquen la paz y celen por la unidad.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cada día, eleva un poco más tu corazón a Dios. No te canses de persistir. No te canses de intentar ser manso y humilde delante de todas las situaciones de la vida, guardando en tu esencia lo que te hace guardián del Propósito Divino.
La mansedumbre y la humildad no son debilidad e indiferencia. Sé manso y humilde y, al mismo tiempo, sé firme en el silencio de tu interior, haciendo que la Voluntad de Dios en ti y a tu alrededor sea incorruptible.
Emana paz de tus acciones y de tus palabras. Emana paz de tu presencia y deja que Dios se exprese a través de ti. Ya sabes, hijo, que esta debe ser la expresión de tu ser y, día a día, Yo vengo a recordarte estas cosas, porque mientras hablo, impulso a tu consciencia para que de un nuevo paso y siempre profundice en la vivencia de la enseñanza superior.
La misión de un compañero de Cristo es ser Su Palabra viva y difundir Su Enseñanza con la propia vida. Por eso, todos los días Mi Casto Corazón viene al mundo para formar a los compañeros de Cristo y auxiliarlos a alcanzar la Voluntad de Dios para sus vidas.
Deja que Mis instrucciones te transformen. Deja que Mi presencia te inspire para que un día, hijo, tú también puedas transformar e inspirar a las almas, trayendo viva la presencia de tu Señor en todo lo que eres y en todo lo que emanas al mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Escoge superarte y proseguir.
Escoge silenciarte y vencer las tentaciones que tu boca te lleva a vivir, destruyendo con tu verbo de ilusión la verdad que tu alma intenta construir.
Escoge orar con el corazón cuando haya aflicción en tu interior para que sea disuelta por la Presencia de Dios.
Escoge confesarte ante Cristo y construir, entre tu corazón y el corazón del Señor, un camino de humildad sólido y firme en donde tus pies puedan pisar.
Escoge obedecer y esforzarte para construir, en unidad, esta Obra de la cual Dios te llamó a formar parte.
Escoge el sacrificio y la renuncia para que tus hermanos puedan caminar delante de ti hacia el Corazón de Dios y ama resguardar sus pasos, así como una madre acompaña los pasos de sus hijos.
Escoge amar a Dios por sobre todas las cosas y encuentra Su Voluntad tanto en las dificultades como en los triunfos, sabiendo que todo en tu vida sucede para forjar en ti lo que te llevará a cumplir la Voluntad Divina.
Escoge siempre decir "sí" al Creador.
Escoge elevarte ante las superficialidades de este mundo.
Escoge la evolución.
Escoge la paz.
Escoge ser un apóstol de los últimos tiempos, un santo de los últimos días, un Nuevo Cristo renovador del Amor de Dios.
En tu definición, hijo, escoge siempre la forma correcta, porque detrás de ti están muchos otros que esperan inspirarse en tus pasos para proseguir.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sagrados Océanos - Parte II
En las profundas aguas de los océanos toda la vida marina crea la condición para que en el lecho del mar, a través de los seres vivos, se establezca un equilibrio que es vital para el sostén del planeta y la purificación de las aguas.
De la misma forma sucede a nivel espiritual e inmaterial, ya que los Espejos y los Recintos Intraoceánicos cumplen una función vital para la sustentación físico-espiritual de la humanidad.
Esos Recintos Intraoceánicos están acoplados a toda la vida física presente en el fondo de los océanos y ciertas especies marinas, como los delfines, las ballenas, las tortugas y otros seres del Reino Animal, a nivel interno representan los guardianes de esos espacios intraoceánicos.
Lo mismo sucede con los corales oceánicos y con el llamado plancton, especies vegetales de altísima vibración espiritual que no solo actúan físicamente generando equilibrio, sino que también actúan a nivel espiritual generando armonía entre los diferentes océanos.
En este sentido, cada especie, elemento o Reino presente en las profundidades de los océanos forman parte de un gran ecosistema de vida espiritual cuya presencia es insustituible en este tipo de planetas con una forma específica, como es la Tierra.
Si, hoy, dentro de los océanos hay desequilibrios entre las especies, eso es parte de una degeneración que los primeros seres humanos ocasionaron en los orígenes de la Tierra; porque, dentro de la escala de la evolución, todos los Reinos manifestados fueron correctamente diseñados para vivir en armonía y no en conflicto.
Pero, a pesar de los desajustes que existen entre los Reinos de la Naturaleza dentro de los océanos y de los desequilibrios causados por la contaminación y la explotación de los mares, los Recintos Intraoceánicos, guiados por la Jerarquía Espiritual, favorecen el despertar esencial del equilibrio y de la armonía, perdidos después de muchas experiencias.
Estos Recintos Intraoceánicos, que no son físicos, sino espirituales, habitan en ciertas regiones del planeta desde hace mucho tiempo y ellos, como polos de la Jerarquía Espiritual y Espejos que captan los impulsos del Universo, generan una atmósfera de mayor protección y de resguardo de todo lo que debe evolucionar dentro de la consciencia, así como en toda la vida manifestada.
Los Recintos Intraoceánicos son como grandes imanes que atraen hacia sí mismos, desde el Universo, las corrientes cósmicas que nutren y reparan la vida espiritual, a fin de que un mayor equilibrio se establezca.
La contraparte de estos Recintos Intraoceánicos se manifiesta a través de las ballenas y de los delfines, especies marinas que tienen la capacidad física y mental de retransmitir los potentísimos impulsos de paz y de armonía que son emitidos por los Recintos Intraoceánicos y, por medio de esas especies, esos impulsos de luz viajan kilómetros hasta poder llegar al otro lado del mundo.
La vida marina y la vida intraoceánica constituyen uno de los grandes descubrimientos que el ser humano deberá despertar dentro de sí, para que, tomando consciencia de lo que verdaderamente representa la Creación de Dios, comience a amarla y a respetarla para que nunca más se altere el ciclo de la evolución de las especies y, así, nunca más se altere la evolución del planeta.
Todo partirá desde la consciencia y la madurez que los seres humanos puedan despertar para con los Reinos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Amor y respeto por Egipto y su pueblo es muy grande, desde la pequeñez de Mi Corazón, porque fueron los egipcios quienes acogieron con hospitalidad y amor a la Sagrada Familia cuando llegó a la ciudad de El Cairo.
En aquellos tiempos, la Sagrada Familia, después de haber escapado y de haberse exiliado en Egipto, fue recibida con gloria y amor por todos los egipcios que encontró en el camino, hasta por los que la recibieron en aquel tiempo para poder proteger al Niño Jesús recién nacido.
Fue un pedido de lo Alto que los egipcios fuesen los primeros guardianes del Niño Jesús. La familia real de Egipto, al saber de la llegada del Mesías, se dispuso a ayudar en todo lo que fuera necesario.
La Sagrada Familia fue la primera consciencia refugiada en tierras extranjeras. Ese fue un acontecimiento imborrable porque, hasta los días de hoy, Mis hijos de Egipto recuerdan el pasaje de la Sagrada Familia por ese lugar, en donde huellas espirituales y divinas de cura, de amor y de redención son vividas hoy por los devotos cristianos de estos tiempos.
El exilio de la Sagrada Familia en Egipto fue el primer paso en la expansión de la cristiandad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Hora de confirmar el Compromiso
Queridos hijos:
Llegó la hora de confirmar ante el Padre, su compromiso incondicional al servicio, a la donación, a la disponibilidad y al mayor tiempo de servir a Dios.
Llegó la hora, después de estos últimos diez años de Gracias y de bendiciones, de que los Hijos de María se confirmen ante el Plan de Dios que espera realizarse a través de sus vidas.
Hijos, llegó la hora para los viejos servidores de la Obra de confirmarse ante el Plan de Dios y de donar aún más su tiempo como solo algunos ya lo donan integralmente, sin horas, sin sueño y sin condiciones.
Queridos hijos, llegó la hora de confirmar su compromiso con las diferentes fases de la Obra y, sobre todo, con las bases espirituales, las que se encuentran expresadas por medio de las Comunidades-Luz y de su vida grupal.
Hijos, llegó la hora de confirmar y de asumir su compromiso ante el Padre dentro de esta Obra que fue concebida hace años y no estar más en medios caminos, sino de decidirse por el despertar definitivo y por la evolución.
Queridos hijos, llegó la hora de vivir la espiritualidad y el Propósito enteramente, y no solo los fines de semana o en las horas libres del día.
Llegó la hora, hijos, de asumir lo que en verdad vinieron a asumir en esta vida, de asumir un servicio integral y definitivo por un planeta y por una humanidad enferma y dormida.
Queridos hijos, llegó la hora de que vivan lo que dicen que deben vivir, de que no estén en términos medios o estén buscando saciar sus carencias o incomprensiones en otros lugares.
Esta Obra de amor y de redención incondicional es la que les ofrece Mi Hijo por millones de almas más, las que algún día deberán despertar, así como ustedes despertaron.
Hijos Míos, llegó la hora de que den el paso y no lo piensen más, el Padre espera por ustedes para poder manifestar Su Plan de Rescate y, sobre todo, espera su integral adhesión a todos Sus pedidos dentro de esta Obra de amor que ustedes viven.
Llegó la hora, hijos, de que por ustedes mismos perciban y se den cuenta lo que no están haciendo, lo que no están sacrificando u ofreciendo por un objetivo mayor.
Hijos Míos, llegó la hora de que coloquen sus pies en un solo camino, en una sola senda.
Les digo esto, hijos, porque el tiempo pasa y no podrán esperar treinta años más para poder definir sus caminos.
Ya no pueden buscar solamente los beneficios personales dentro de la Obra, ya no pueden solo aspirar a las Gracias del Cielo y no hacer sacrificios ni esfuerzos que deben ser inmediatos.
Ya no pueden, hijos, solo estar presentes cuando todo está por comenzar en los encuentros de oración o de instrucción.
¿Dónde está ese fuego que antes los encendía de amor por las Comunidades?
¿Dónde está ese fuego interior que antes los llevaba a darlo todo por amor, a preparar cada espacio, a estar presente con anticipación para celebrar con los hermanos?
Hijos, ya no hay tiempo, esa es la verdad.
Ya no son niños mimados por su Madre Celeste, ya son siervos y discípulos consagrados por Mi Hijo. ¿Qué esperan para dar el paso?
Les pido, hijos, que estos próximos encuentros que llegarán les ayuden a confirmarse y a no refugiarse en sus casas y modos de vida, ya que hay mucho por hacer y las naciones día a día se desestabilizan.
Hijos, Soy su Madre Celestial y los necesito a Mi lado de una forma incondicional.
Me entristecen las conveniencias personales o los gustos. Yo los quiero disponibles, inmediatos, vigilantes y guardianes de Mi Obra, eso permitirá ante el Universo que Yo pueda estar más tiempo entre ustedes.
Mis soldados de siempre ya están cansados de luchar solos y llegará un día en que no podrán levantarse del suelo por estar exhaustos de tanto trabajar.
Ofrézcanse al Plan, de verdad. No asuman tareas livianas, la Obra exige más manos, pero sobre todo más corazones incondicionales.
¡Les agradezco por escucharme de corazón y sin resistencias!
Los bendice para su pronta definición,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La vida de los Misioneros de Cristo está bajo los cuidados de su Madre Celeste, quien protege y resguarda cada paso que ellos dan.
En obediencia, los Misioneros de Cristo siguen los principios de la Hermandad y gestan en su interior el despertar del sagrado sol que enciende el universo interior.
Los Misioneros de Cristo caminan en la fe y no se separan de los Mandamientos de Dios.
Ellos ayudan a renovar la Tierra y a su humanidad con la ofrenda diaria y el sacrificio permanente al Propósito Mayor.
La estrella guía de los Misioneros de Cristo es vislumbrar siempre el Divino Propósito, el que los llevará todo el tiempo a conocerse a sí mismos para poder vivir la sagrada transformación de sus pequeños corazones.
Los Misioneros de Cristo colaboran con la manifestación del Plan, como guardianes y vigías de la noche para que se cumplan los designios.
Ellos hacen una promesa ante Nuestro Señor Jesucristo y, a partir de allí, la flameante llama del espíritu los ilumina para que den también los sagrados pasos en el Plan Mayor.
Los Misioneros de Cristo no tienen nada que ganar ni que perder. Ellos tienen mucho para dar a la humanidad por medio de su consagración a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, en esta misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Declaración del Divino Amor, continuación
¡Oh, amado pueblo chileno, que tienes estampado en tu bandera, azul y roja, la estrella que debe ser el símbolo de una patria celestial!
¡Oh, sagradas montañas de los Andes, que guardan en su corazón mineral los más grandes tesoros de la historia original de esta humanidad!
¡Oh, hijos Míos de Chile, que reflejan en sus rostros el legado de los pueblos del pasado!
¡Alcen sus banderas blancas de la paz y que, al grito que emitirá el Universo, sus estrellas internas reciban el sagrado llamado de la redención!
¡Que los Vigilantes del Legado laven sus rostros en la Fuente de Mi Gracia, para que de todo sean curados!
¡Que los Guardianes de los Tesoros del Universo reciban el bálsamo de Mi Paz para poder curarse!
¡Que los Comandantes de otros tiempos sean perdonados y reciban la Absolución espiritual del Hijo de Dios!
¡Hijos de este antiguo pueblo sagrado!, ¡pueblos del principio y pueblos del fin!, ¡abran sus corazones para ser liberados!
¡Arrojen de sus manos las armas de la destrucción!
Que cada Sol radiante, que en este pueblo habita, pueda ser erguido nuevamente a la Gloria de Dios, para que todo se restaure, para que nada se pierda. Para que, desde el silencio de los Andes, sea escuchada la Sagrada Palabra de Nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo.
Sigan a su Madre del Cielo por el sendero que los llevará hacia la patria beata, porque así, su pueblo herido por las causas del ayer, será redimido de todo.
¡Confíen, hijos, en todo lo que les traigo!
¡Confíen en la renovada esperanza y en el fin de este cautiverio nacional!
¡Soy la Madre que mueve todo el Universo para que Sus más pequeños y necesitados hijos tengan una oportunidad!
¡Que los soldados de las Estrellas hoy se reúnan a los pies del gran Altar Celestial! ¡Y que las puertas a los abismos de este pueblo ahora sean cerradas!
¡Porque el Cristo interno emergerá de sus seres y así serán uno con Mi Hijo, para que Él, en Su Gloria Celestial, sea uno con Su amado pueblo!
¡Quiero que la Estrella de Mi Hermandad ahora sea el lema y el símbolo de su pueblo!
¡Quiero, de este país, seres redimidos por el Amor del Creador!
¡Que los Comandantes de otrora ahora eleven sus corazones al Cielo!
Porque ahora, sin cascos, armas ni capas, estarán libres para sentarse a la Mesa Redentora del Señor y así comulgar de Sus Códigos de Vida.
¡Que los caídos en el pasado, en este presente se levanten!
¡Que los que aún no han perdonado los errores de esta patria y de este pueblo, hoy perdonen, para que Mi Amado Hijo, en Su Divina Gracia, vuelva a reunirlos y, por medio de Su Palabra, los haga comulgar de Su Santísimo Espíritu!
¡Que hoy Chile pueda, como pueblo, tomarse de las manos para declarar la tan esperada reconciliación y pronunciar la tan ansiada paz, borrando así, de esta historia chilena, los errores del ayer!
Así, sus corazones resplandecerán y junto a Mí podrán dar los pasos hacia el reencuentro del amor que cicatrizará las más grandes heridas.
¡Que más nadie acongoje su corazón, porque Cristo, Mi Hijo, hoy pondrá fin a este destierro!
Y todos los soldados y Comandantes de los cascos púrpura se unirán, en Cristo, para hacer de esta nación, la concreción de la Promesa Divina en la vida de cada ser.
¡Que hoy abandonen las espadas y que se ofrezca al Creador el corazón manso de cada chileno, para que triunfe, más allá de todo, el Plan!
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Declaración del Divino Amor
¡Escuchen, hijos de Dios!
¡Escuchen, compañeros de Cristo!
¡Les habla la Voz maternal, la Madre del Arca de la Santa Alianza!
¡Levántense ahora de su muerte, porque el Gran Espíritu de la Resurrección de Cristo ha llegado!
¡Que se rompan las cadenas milenarias!
¡Que este pueblo de Chile se levante de donde ha caído, porque hoy llegó la hora de la verdadera libertad!
¡La Voz de la Madre del Mundo hoy clama por su despertar!
La Voz de la Dama Blanca de la Paz hoy los congrega en espíritu, para que todo este pueblo acepte con gratitud la Redención que es ofrecida por Nuestro Señor.
¡Escuchen, soldados Míos, su naufragio ya terminó!
¡Que sus corazones se abran para sentir de nuevo la poderosa energía divina!
Vengo del Cielo para liberarlos de las cadenas de otrora. Vengo para hacer aparecer a los que han estado desaparecidos. Vengo para dar Justicia Divina ante tanta injusticia.
Hijos Míos, ¡miren a Dios!, ¡sientan resonar en ustedes el eco de Su Amor Misericordioso!
¡Oh, amado pueblo chileno! ¡Oh, antiguo pueblo de los Andes, hoy estoy aquí!
¡Soy su Madre del Cielo, Soy el Ave Cóndor, Soy el Espíritu Sagrado de la Paz que los reúne para comulgar en reconciliación y en fe!
¡Crean, hijos Míos, que existe su verdadera Iglesia Espiritual y Celestial! ¡Busquen dentro de ustedes al Cristo Interior, llámenlo por Su Nombre y así todos ustedes se salvarán!
¡Hagan de su pueblo un jardín del Paraíso!
¡Hagan de su patria, una patria celestial!
¡Que su fe hoy pueda ser renovada! ¡Que el hipnotismo nacional hoy termine aquí, para que los corazones reconozcan dentro de sí el valor de su filiación con Dios!
¡Levántense, ejércitos de Cristo!
¡Que se levanten ahora los Guardianes, Vigilantes y Comandantes del Plan!
¡Que eleven sus banderas hacia el Universo! ¡Que vuelvan a formar las filas de los ejércitos del tiempo final!
Vengo aquí para que se unan de nuevo a Cristo y así abandonen esta cruel inercia.
¡Que despierte Chile de Norte a Sur, desde las montañas hasta el mar!
¡Que los corazones chilenos se eleven como trofeos a los Pies del Redentor!
¡Que nadie tema abandonar este ciego cautiverio, porque Yo estoy aquí, Soy su Divina Madre, la que los quiere volver a conducir hacia el Corazón de Dios!
¡Que se enciendan los Espejos de sus corazones!
¡Que se abran las puertas a la reconciliación interior!
¡Que los corazones de Chile se arrepientan de verdad, para que la Gracia del Universo descienda aquí y haga de todo este pueblo la cuna de una patria beata!
¡Ahora, que se eleven los Soles de sus corazones y vean surgir, en el firmamento de este Universo, sus orígenes como grandes estrellas de luz!
¡Que los Comandantes de otrora se postren en el suelo y se despojen de sus espadas y de sus capas para que el Rey del Universo pueda pasar entre ellos y así bendecirlos!
¡Que llegue la cura a sus corazones!
¡Que exista un amor verdadero y pleno, para que esta nación se pueda reconstruir, y en lugar de tener espadas, Yo le daré a cada chileno Mi Santo Rosario para que, a partir de ahora, recen a Mi Corazón y Yo los pueda libertar!
¡Que hoy sea el día de su alegría, porque el Todopoderoso envió a Su Sierva Fiel para que los autoconvocados se postren ante el Altar del Redentor!
¡Que se cumpla en ustedes la gran Profecía!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos tiempos de definición, las almas podrán escoger conscientemente cuál camino seguirán en el ciclo actual.
Por eso, su Madre Celeste llega al mundo para instruir y enseñar a las almas para que sigan el único camino correcto, en donde no podrán engañarse: el camino del amor y de la paz.
Si estos dos atributos no están presentes diariamente en la vida de las almas de la Tierra, significará que no están conectadas con el verdadero Propósito ‒el que trae discernimiento y sabiduría‒ sino que en este ciclo, la tentación y el engaño tornarán falsa una verdadera vida espiritual.
Por eso coloquen sus corazones y mentes en el universo de Mis mensajes, queridos hijos, ayuden a las almas que día a día se sumergen en esa ilusión espiritual, creyendo que hacen lo correcto.
Necesito que en este tiempo sus vidas sean una representación de la instrucción de la Jerarquía y que por medio de ejemplos de amor y de hermandad, no permitan que Mi adversario se muestre tan semejante o similar a lo que en verdad existe en el Cielo.
Así los invito a ser guardianes de aquellos corazones solitarios, que en muchos casos necesitan de una divina intercesión y de ayuda para poder ser guiados espiritualmente.
Anímense en este ciclo a ser, junto a su Madre, guardianes de las almas más solitarias del mundo. Que su amor interno emerja hacia todas ellas.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice y los eleva,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Elohim: Ángeles Dorados
En la Esencia del Corazón de Dios, surgió una vez el gran Propósito de crear la vida y los planos de consciencia.
Como les dije ayer, queridos hijos, los Arcángeles, los llamados Resplandecientes, nacieron de la Inspiración Divina, inspiración que permitió concretar y manifestar los seres arcangélicos y angélicos.
Dios expresó en el Universo Mental Sus doce principales manifestaciones, las que surgieron de la Fuente Purísima. Desde allí, los doce Elohim como Rayos e impulsos de fuego nacieron dentro de la consciencia del Universo Mental Superior.
Desde el momento en que el Eterno tuvo la sagrada voluntad que de Su Esencia Purísima nacieran los Arcángeles, el Universo Mental ya era una realidad vital dentro del Universo Espiritual.
Los Elohim fueron designados por el Altísimo para llevar adelante la organización y la manifestación de todos los universos, en donde en el futuro existiría la vida.
Fue así que, desde el momento en que los Elohim se manifestaron dentro del Universo Mental, las primeras legiones fueron creadas sutilmente en estanques de luz, que son grandes receptáculos y canalizadores de energía divina, anteriores a los Espejos.
Veamos entonces, queridos hijos, cómo la historia divina de la Creación anterior a la vida material fue considerada por el propio Dios un Proyecto de amor y de absoluta unidad.
Sobre la base del amor y de la unidad las Jerarquías Angélicas, los llamados Elohim, desenvolvieron el Proyecto del Padre Eterno y dieron continuidad a la Obra de la Creación.
Los estanques de luz también fueron creados a través de la esencia de la Voluntad Divina y fueron los primeros Elohim los que acompañaron la manifestación de estos estados de consciencia, los que guardaban en sí el surgimiento espiritual de la vida angelical.
Cada Arcángel, como Padre Creador, depositó en los estanques de luz una molécula de los doce Rayos espirituales que estuvieron presentes en el momento del nacimiento de los seres angélicos. Una consciencia angélica nace a partir de la expresión del amor en el Universo Mental y a través de un acto de profunda unión que el Arcángel establece con la Fuente Única.
En ese momento, el Arcángel proyecta sobre el estanque un potentísimo caudal de amor y de unidad y, en consecuencia, el estanque, a través de la agrupación de todas las moléculas de los Padres Creadores, emana una consciencia angélica que está dentro de un precioso cristal de color magenta, azul, verde, blanco o dorado. Cuando la consciencia angélica surge del estanque y hasta que termine de constituirse, el cristal queda suspendido sobre él por un período determinado, al igual que la gestación de un niño en el vientre de su madre. Es la energía creadora y divina que gesta interiormente el propósito de esa consciencia angélica.
El cristal puede contener alguno de los doce Rayos para mostrarle al Universo Mental cuál ha sido la Voluntad Mayor para la tarea y el servicio que el nuevo ángel cumplirá.
Es así que, después de su manifestación como consciencia mental y espiritual, el ángel vive una formación que lo ayuda a desarrollar su misión en el Universo Mental o en el Universo Material.
Después de ir formando los ejércitos de luz, los cuales desde su nacimiento viven el servicio incondicional y la unión perfecta con el Eterno, los Arcángeles comienzan con la construcción y la materialización de las Academias de los Rayos, para que cada ser angélico desenvuelva su propósito ante el Padre.
A continuación, se manifiesta la formación espiritual de los Siete Cielos o de los siete estados de Consciencia Divina, en donde los grandes ejércitos comienzan a poblar las dimensiones celestiales.
En ese momento los Arcángeles definen, bajo la Voluntad Máxima, la misión de cada consciencia angélica, lo que determina a cuál de los Cielos o de los estados de consciencia le corresponderá servir eternamente.
A partir de ese momento, los Padres Creadores asumen el gobierno de los Siete Cielos, para que desde el principio se cultive entre las consciencias la Ley de la Jerarquía.
Según como haya sido el surgimiento de la consciencia angélica dentro del cristal, será la misión que vivirá.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal magenta, significa que el Padre Creador le asignará la misión de vivir el amor, de irradiarlo y de protegerlo en los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal azul, significa que el Padre Creador le asignará la misión de proteger y de vivificar la unidad en todos los universos, como también de ser guardián del conocimiento sagrado de las Leyes espirituales, mentales y materiales.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal verde, significa que el Padre Creador le asignará la misión de ejercer la Ley de Cura y de emanar continuamente la armonía en toda la Creación y en donde él se encuentre.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal blanco, significa que el Padre Creador le asignará la misión de atraer para sí los más altos grados de pureza y de expandirla como esencia hacia los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal dorado, significa que el Padre Creador le asignará la misión de la eterna alabanza al Único, como miembro de los llamados Coros Celestiales, los que atraen hacia los universos los principios de la Fuente de Dios.
Es así que los Padres Creadores envían en misión a todos los ángeles que nacieron de la Fuente a través de los estanques de luz, para que junto a sus regentes arcangélicos asuman la misión de proteger y de amparar la evolución de los universos a través de los diferentes Rayos a los cuales pertenecen.
Los Elohim son parte del Propósito Divino y están representados a través de las doce principales emanaciones de Dios, lo que comprendemos como los arcángeles; a partir de allí, las doce emanaciones formaron los doce gobernantes, y de los gobernantes angélicos surgieron otras doce emanaciones hasta llegar a los ángeles de la guarda.
El Universo Mental no tiene límites y es un estado infinito formado por la Voluntad de Dios. Allí se vive el estado de resplandecencia, lo que significa que cada consciencia angélica genera en sí los más altos grados de amor y de unidad con el Único.
Toda la consciencia angélica existe para proteger y guardar la esencia del Proyecto de Dios dentro de los Universos Espiritual, Mental y Material. Es así que los Elohim pueden penetrar las dimensiones y los planos, aunque sean seres mentales, porque ellos se mueven todo el tiempo por el espíritu de la obediencia y del servicio eterno.
El Padre, desde el principio, concibió a los Elohim como los principales guardianes del Propósito de la Creación y de toda la vida existente en los universos.
Fue así que, a través de los Resplandecientes, surgió la primera experiencia de la Hermandad Cósmica, lo que más tarde se estableció como premisa para todas las consciencias presentes en los diferentes planos.
Los Elohim son considerados también los Mensajeros o los portavoces de la Fuente Primordial para el Universo Material; son los que llevan adelante la concreción del Propósito Divino y son los que impulsan a los ángeles de la guarda para que cada alma viva su misión dentro de la Creación, para así cumplir con la finalidad del Padre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión a cada ángel de la guarda,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina de los Ángeles
En los Centros Marianos del mundo consagrados por Vuestra Madre Celeste, por Cristo y por San José, se guardan espiritualmente perlas preciosas de Luz que, encendidas en las esencias de las almas, despiertan la conversión.
Son esos tesoros del Cielo que Mi Divina Alma viene a derramar cada vez que estoy presente entre Mis queridos hijos; es así que Mi Espíritu Maternal instituye en cada Centro Mariano un Don de Dios que permite despertar la redención de los corazones y de toda consciencia que pase por ellos en oración.
La Sagrada Familia se sirvió de esos tesoros de los cuales Yo les hablo, para poder llevar adelante la obra redentora de la humanidad. Es así que esas reliquias espirituales se encuentran depositadas, por ejemplo, en este Sagrado Centro Mariano en donde la Jerarquía Celestial aún desenvuelve una tarea planetaria en unión con todas las consciencias que aquí se encuentran para sustentar el vórtice de luz que se abre sobre cada Centro Mariano.
En estos tiempos finales en donde la humanidad definirá su próximo destino, Yo les pido, queridos hijos, que nunca se cansen de ser guardianes de todos los tesoros y de todas las Gracias que los Mensajeros Celestiales han derramado con mucho amor.
En esta hora en donde la redención y la cura planetaria son imprescindibles, que sus corazones siempre se renueven y sean guardianes del divino legado que tendrá sus frutos y su victoria en la próxima humanidad.
Así como una vez les dije, queridos hijos, ustedes son guardianes y sucesores de un divino conocimiento que está guardado en todos los Centros Marianos.
En oración, trabajen todos los días para que cada vez más ese conocimiento y esos códigos divinos se expandan en el mundo y en las consciencias que más lo necesitan.
Que el recuerdo vivo de los tesoros de la instrucción siempre los motive a dar sus pasos en dirección a Mi Hijo y por el cumplimiento del sagrado Plan de Amor.
Que la llama de sus corazones nunca se apague y que siempre esté unida a la llama de Vuestra Madre Celeste, así reconstruiremos esta humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los impulsa a seguir adelante,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Señora y Guardiana de la noche.
Soy la Dama de blanco que cuida y protege a Sus hijos de todo mal.
Soy la que vigila en silencio y soy la que durante la noche observa el sueño de Sus pequeños hijos.
Soy la Señora y Guardiana de la noche, soy la que acompaña la vigilia de las almas orantes.
Soy la Madre que guía a los corazones por el camino de la única Luz.
Soy la Dama de blanco, soy la que mira el caminar de Sus hijos para que ellos no pierdan el camino de Cristo.
Soy la Señora y Guardiana de la noche, soy la vigilante de la puerta del corazón para que nada malo se aproxime a Mis pequeños.
En Mis brazos tengo a Mis hijos durante la noche, más aún cuando los corazones oran Conmigo y se unen al Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Donde Me llaman, allí Yo estoy presente, porque quien invoca Mi Nombre Santo recibe el auxilio que su consciencia reclama.
Yo soy la Madre de todas las causas imposibles, soy ese Pilar de Luz en donde Mis amados hijos se pueden apoyar y, así, encontrar reposo y resguardo.
Queridos hijos, soy esa Santa Madre que responde de inmediato por la confianza y la fe de los corazones que creen en Mí. Yo estoy presente cuando los corazones Me llaman, no dejo de ayudar espiritualmente a quien Me lo pide de todo corazón, porque sé que es importante para cada ser que Yo, como su Madre, Me pueda hacer presente en su vida.
Es por esa causa, que Mi Consciencia responde a todas las necesidades sin condición alguna, porque sé que los corazones deben mantener viva su confianza en Dios Padre.
En esta hora crucial del planeta, Mi Corazón se hace presente, más que nunca, porque llegó la hora de que Mis hijos sientan que pueden contar Conmigo a pesar de lo que suceda.
Soy esa Madre guardiana que protege a Sus hijos y los lleva por el camino del bien para que en humildad puedan conquistarlo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege y los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Es tiempo de reconocer la Verdad de Dios, hijos Míos, de retirar de la consciencia la ignorancia de sí misma y de vivir, todos los días, la filiación divina como principio.
Es tiempo de reconocer la propia esencia y, con humildad, dirigirse al Creador de todas las cosas que habita en el su interior, y dejar que Él se expanda y establezca definitivamente Su Reinado.
Yo he venido al Reino de Lys, hijos amados, por un Propósito universal y no por un propósito humano. Yo he venido porque este es Mi Reino espiritual y divino, donde se guarda lo más puro de cada consciencia. Es desde el Reino de Lys que resguardo las esencias y protejo a todos Mis hijos, de sí mismos y de Mi adversario.
Las llaves que abren las puertas de este Reino son la fe y la devoción ardiente; y es esa fe y esa devoción que vine a renovar en el interior de Mis hijos para que, a través de su despertar, las puertas del Reino de Lys estén abiertas a toda la humanidad y a todos los Reinos de la Naturaleza, que también tienen su pureza resguardada en Lys.
Mientras los tiempos más graves se inician y muchos de Mis hijos están perdidos en las tinieblas, sobre todo en el norte del planeta, es necesario que las puertas de Lys estén abiertas para que, al reconocer la propia esencia, al descubrir y vivenciar la filiación con Dios, las almas no se extingan ni se desanimen ante los desafíos y los abismos a los cuales las lanza Mi adversario.
Hijos, estamos en una gran batalla por el triunfo de la Paz y ustedes deben ser conscientes de eso. El Reino de Lys debe contar con soldados despiertos en la superficie de la Tierra para que, conscientes de la situación espiritual y física del planeta, sean guardianes del manantial que fluye de Lys para sustentar a las almas en la verdad y el amor, y para que ellas no se dejen perder ni engañar por la confusión de estos tiempos.
Hijos Míos, la pureza irradiada por los Espejos de Lys es imprescindible en estos tiempos de oscuridad y de tinieblas, para una gran parte de la humanidad. Y, cuando les hablo de las tinieblas, no Me refiero solo a las guerras, al hambre, a la violencia, sino también hablo de la ignorancia, de la indiferencia hacia Dios y del crecimiento de las energías capitales que ciegan los ojos de los que se comprometieron con Mi Hijo y con el Creador a vivir los principios crísticos y despertar un amor que abre las puertas del infinito para la unión con Dios.
Los Espejos de Lys, con su potencia divina, deben disolver las tinieblas que no permiten que Mis hijos encuentren la verdad sobre sí mismos y sobre la vida en la Tierra. Para que esos Espejos estén activos, hijos, debe haber columnas de oración y de fe que los sustenten, y con pureza de intención y humildad ofrezcan al Padre su despertar y su entrega, para ser instrumentos Suyos en el mundo.
Es por un motivo universal y divino, hijos Míos, que despierto al Reino de Lys y que instituyo una nueva Casa en la superficie de la Tierra; no porque no sea suficiente lo que ya alcancé como Divinidad en Europa a través de Fátima, de Lourdes o de Medjugorje; sino que cada una de Mis Casas tiene una función única, despertar a ciertas almas y manifestar un principio divino.
Ahora, es tiempo de un despertar más profundoen Europa, como en América. Es hora de que Mis hijos sean más conscientes de la batalla de estos tiempos y que se unan, a través del ecumenismo universal, para sustentar espiritualmente al planeta y preparar, en el suelo de la Tierra, la fecundación de una nueva vida.
Hijos, con el simple motivo de elevarlos y despertarlos es que estoy aquí. Como Madre Celeste y Universal, pretendo conducirlos a la Verdad del Creador.
Que en esta noche, los Espejos de Lys se enciendan en su interior y reflejen, en sus esencias, Su pureza y Su paz, para que sientan y vivan el despertar a la vida superior; y que sus almas, que están sedientas de servir al Padre, encuentren finalmente su camino.
Yo los amo y los bendigo, colocando en sus esencias la Flor de Lys, Flor que despierta la pureza y la verdad en su interior.
Aquella que los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
¡Digno de gloria y de alabanza es el Altísimo Señor, que envió al mundo a Su Hijo para redimir a la humanidad!
¡Que todas las criaturas vivan en el Señor ahora y siempre!
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:
Hoy, abro sus ojos a una realidad espiritual y planetaria que mucho hirió el Corazón de Dios en los últimos siglos de la existencia de la humanidad.
Con la misión para Chaco, el Universo de Dios se vio ante la oportunidad de redención de muchas situaciones en lo que se refiere a la consciencia indígena, a los pueblos originarios del planeta. Sin embargo, para que esta liberación no sobrecargue a unos pocos, son necesarias la oración y la colaboración consciente de todos.
Sus hermanos de la consciencia indígena padecieron, a lo largo de los últimos siglos, las astucias del enemigo de Dios, que se manifestaron en la vida planetaria y material como aquello que ustedes llaman injusticias sociales. Esas injusticias, en verdad, las incentiva aquel que lucha contra la expresión del Proyecto Divino en la Tierra y que, no solamente trata de disolver la consciencia indígena por las carencias y miserias en que vive, sino también que hace nacer en su corazón el rencor.
Muchas veces, ese rencor fue pasando de una generación a otra, permaneciendo muy pocos en su pacificación y pureza original. Fue de esa forma que los conflictos y las luchas por posesiones y recursos materiales llevaron, a los infiernos y purgatorios de este mundo, a muchas almas que deberían ser guardianas de realidades sublimes del planeta.
Con esta misión humanitaria en Chaco, muchas puertas infernales se abrieron al rescate y a la rehabilitación de esas almas, no solo de Argentina, sino de toda América.
Este hecho, hijos, los compromete como humanidad, ya que la pérdida de esas almas fue causada también por las acciones humanas.
Es por ese motivo que les pediré una mayor consciencia y espíritu orante porque, por más simples que sean los actos realizados en Chaco, con la unión y adhesión de todos, muchos males podrán ser equilibrados.
La urgencia planetaria los llama a actuar y a multiplicar sus esfuerzos. Aún hay mucho que liberar en el planeta y, con estas dos misiones actuales, la consciencia de su grupo está comenzando a comprender la verdadera acción del servicio, así como de la oración.
Si ustedes viven en el espíritu de la unidad, muchos de sus hermanos que padecen en los submundos de la consciencia planetaria podrán recibir una oportunidad de vivir a tiempo la redención.
No se olviden de dedicar un tiempo a la unión verdadera y de corazón con los misioneros; así, muchas otras puertas se abrirán para la liberación del planeta.
Yo los amo y cuento con sus oraciones y sus corazones encendidos, como una puerta para que la Misericordia Divina descienda a la Tierra.
Su padre y amigo, servidor y misionero de Dios,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más