Lunes, 11 de febrero de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA TRANSMITIDO A MADRE SHIMANI

Serénate hijo Mío, hija Mía, que Yo estoy aquí contigo. Entra en el Reino de Mi Paz y allí tu consciencia recibirá toda la luz y claridad que necesita.

No se aparten nunca de Mi Inmaculado Corazón porque en él y a través de él, siempre sabrán qué hacer, dónde estar y qué decir. No teman, porque Mi Amor es más grande y fuerte que toda oposición albergada en el corazón de cualquier hermano.

Cuando sientan que el corazón de un alma hermana está cerrado, invítenlo a orar y clamen por Mi presencia junto a ustedes. Verán que la oración y Mi compañía disuelven toda incomprensión, todo conflicto.

Es en el Reino de Mi Paz, dentro de Mi Inmaculado Corazón donde encontrarán siempre el amor que les hace falta para trascender las pruebas.

No dejen nunca de amarse, más allá de que no se comprendan entre ustedes; recen juntos y la oración traerá la luz, disipará las tinieblas y las trampas que el enemigo quiere tender a Mis amados soldados marianos.

Recuerden que no hay nada más importante en este tiempo que la unidad entre los hermanos, que sobre esa unidad y amor al Propósito del Padre se sustenta el triunfo del Plan de Rescate de las almas de este mundo.

Pase lo que pase, sean fuertes y no permitan que el amor se marchite entre ustedes. Recuerden que Yo estoy aquí, que dentro de Mi Corazón estarán a salvo del enemigo.

Mis planes de paz deben ser vividos por ustedes, primero que todo, en vuestro interior. Sientan, sientan la Voz ardiente del Redentor que los llama por vuestro nombre. No presten atención a nada más, porque solo ese llamado es real.

Recuerden, Guerreros de la Misericordia, que el tiempo del compromiso es ahora. Ya llegó la hora tan esperada por todos. Alégrense, porque Cristo Jesús los ha venido a buscar y, entre tantas ovejas de Su Rebaño, les ha pedido a ustedes que lo acompañen como pequeños pastores, para que lo ayuden a llevar Su Amor y Su Misericordia al mundo.

Dónense por entero, hasta que vuestra consciencia sienta que ya no puede más y allí descubrirán otra parte de ustedes que aún no conocen. Dejen que la semilla de amor que Mi Hijo sembró en cada uno, hace tanto tiempo, brote y se muestre como verdaderamente es.

Los acompaño y los guío en todo momento. Abran vuestro corazón y permitan que pueda irradiar Mi Amor por medio de vuestros seres.

Los amo y los espero en la oración.

María, Reina de la Paz