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Queridos hijos:
En este día, Mi Corazón Inmaculado desea transmitirles un Mensaje reconciliador, para que comprendan la importancia de la unión entre Mis hijos.
Mis queridos, para construir Mi Centro Mariano y cumplir con Mi misión de paz en el mundo es necesario que la Verdad del Señor esté viva en sus corazones.
Para el cumplimiento de Mis planes, la unidad y la humildad deben reinar en todos Mis grupos marianos. Porque de esa forma, hijos Míos, sus oraciones recorrerán el mundo con el poder de Mi Amor y de Mi Verdad.
Como Madre y Mensajera del Señor, vengo a formar a cada corazón que se dispuso a caminar Conmigo. Por eso, permítanse, hijos Míos, aprender por medio de Mi Verbo y déjense impregnar de Mi Luz. Porque, por Mi Presencia, sus corazones podrán purificarse y las intenciones más profundas de sus seres tendrán la pureza de Mi Corazón.
Necesito, en estos tiempos, corazones misericordiosos dispuestos a construir el bien por medio de la oración. Sean simples, hijos Míos, y estén verdaderamente unidos a Mí. Esa unión se reflejará en todas las acciones realizadas en la vida, porque Mis soldados deben, en este tiempo, manifestar la Misericordia y la compasión en la vida diaria.
Cuenten, hijos Míos, con la guía permanente de Mi Corazón. Porque Yo estoy aquí para instruirlos, no solo en la oración, sino también en la conversión, en la caridad y en la reconciliación que todos deben vivir en este tiempo.
Por eso, queridos Míos, vengo a decirles que no teman las transformaciones de este tiempo, sino que caminen valientes rumbo a la conversión de la vida.
Mi Corazón siempre los guiará y los acompañará.
Solo les pido que estén orantes y vigilantes para no caer en las trampas del enemigo. Y, cuando estén fortalecidos, jamás se olviden de acompañar con el corazón, con las acciones y con la oración, a todos aquellos que están viviendo dificultades.
Estoy unida a cada uno de sus corazones.
Sean siempre fuertes y misericordiosos.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Reina del Mundo
Queridos Míos:
Ya saben, por Mi instrucción y la de Mi Hijo, que la reconciliación con Dios, Nuestro Señor, es un paso que todos deben dar en este tiempo.
Reconciliarse significa dar ese paso hacia el Corazón de Dios, confiando en que Su Voluntad es lo mejor para todos, aunque al principio no comprendan de qué se trata. Ese es el primer paso para alcanzar la paz.
Esa reconciliación la deben vivir también entre ustedes, porque esa es la Voluntad de Nuestro Padre. Si aspiran a vivir en la Voluntad de Dios y a servir en Su Plan para la Tierra, deben reflexionar en la oportunidad que están recibiendo en este tiempo, de poder estar bajo Mi Manto de protección y bajo el Rayo de Misericordia de Mi Hijo.
¿Acaso piensan que sus ideas y pensamientos valen más que las Gracias que Nuestro Señor les quiere entregar?
¿Acaso en sus mentes encuentran más paz que en Mi Corazón o en el Corazón de Mi Hijo?
Recuerden que Mi Amor de Madre los ha llamado a que se encuentren en suelos sagrados para amarlos y servirlos, donde nada del pasado los perturbe. Entreguen sus seres a la tarea sagrada de servir a la Madre de Dios y al Hijo Primogénito, y abandonen definitivamente sus viejas vestiduras.
Es necesario que conviertan sus corazones en llamas de luz, que alumbren siempre el camino de otros y, para esto, se necesita que sus consciencias estén libres de todo lo que el mundo de la ilusión les ha enseñado.
La hermandad y la fraternidad, queridos hijos, se basa en la pureza del corazón, en la transparencia del pensamiento y en la determinación interior; frente al Plan de la Divinidad para la Tierra todo impulso personal no tiene ningún sentido.
Oren, oren por la reconciliación de todas las almas. Oren por la conversión de todos Mis hijos y estarán orando por cada uno de ustedes y por toda la humanidad.
Los espero dentro de Mi Corazón materno para que reflexionen Conmigo.
Los amo y los guardo dentro de Mi Corazón.
María, Madre de todas las criaturas
En este tiempo, en que se gestan los grandes movimientos del porvenir cercano, es cuando más unidos deberán estar a Mi Inmaculado Corazón en la oración hecha con amor.
Es en este tiempo, queridos hijos, en que se generarán causas positivas que podrán manifestar acciones de bien, las que equilibrarán los próximos acontecimientos. Mi Corazón sufre porque más hijos Míos, que estaban comprometidos con la Luz del Creador, se sienten débiles frente al enemigo. Esa debilidad es causada por la falta de entrega a Mi Corazón Inmaculado y al Sagrado Corazón de Cristo. Si esas almas estuvieran verdaderamente en el Corazón de los Mensajeros de Dios, nada deberían temer.
Oren por aquellos que deberán ser la fortaleza de todos.
Oren por aquellos que, en las pruebas, sienten flaqueza.
Oren por aquellos que sostienen con sus manos las manos de otros hijos Míos.
Oren para que el Espíritu Santo llegue a vuestras vidas y los colme de sabiduría y coraje.
Oren, hijos Míos, oren sin cesar, porque de la oración de hoy dependen los acontecimientos del mañana.
Estoy con ustedes, orando eternamente por todos Mis hijos de este mundo. No duden del poder de la oración sincera, hecha con el corazón, porque de ella dependerá la salvación de la humanidad.
Oren por los comprometidos con el Retorno de Mi Hijo; siempre estén atentos a los movimientos del enemigo y no se dejen engañar.
Oren por todos los ojos que me ven y las consciencias que me siguen en total obediencia, para que el Poder Universal de Dios, Mi Manto Maternal de Luz y el Poder del Amor del Redentor los guarden eternamente.
Cuiden que Mis palabras y las de Mi Hijo sean reverenciadas por todos; sean ejemplos de devoción ante cualquier situación, porque el enemigo está preparado para la calumnia y el descrédito.
Únanse más que nunca a Mí, y el poder del Espíritu Santo descenderá en vuestras vidas para traer paz y luz sobre las consciencias.
¡Adelante, hijos Míos! Permitan que Mi Amor triunfe en vuestras vidas y las conduzca hacia el Corazón del Salvador.
Los encuentro, como hoy, en la oración reparadora del corazón.
María, Reina de la Paz y Madre del Mundo
Oración: “Padre Nuestro” (cuatro veces).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Hoy, nuevamente, los invito a orar y Mi silencio interior les transmite la realidad que vive el mundo.
Oración: “Ave María” (seis veces).
Hoy, quiero que coloquen sus corazones ante esa realidad del mundo.
Hoy, queridos hijos, vengo a compartir Mi silencio interior con cada uno de ustedes.
Ayer, no les hablé, pero les revelé un importante secreto. No será importante saber qué es lo que dice ese secreto, mas es importante orar con el corazón por los movimientos que vive la humanidad.
Como Reina de la Paz, les recuerdo la importancia de estar en Mi Paz todos los días, porque ya ha llegado el momento de poder manifestar esa Paz en el corazón. Mi Hijo los acompaña en ese propósito. Por eso, queridos hijos, recuerden leer Sus Palabras todos los días; renuévense a través de ese llamado que Él emite todos los días, porque así Yo los podré llevar más cerca de Mi Hijo.
Hoy, no tengo nada tan importante que decirles, sino llamarlos a la oración. Sus corazones ya saben lo que sucede en esta humanidad, eso también es visto desde el Reino del Señor.
Recuerden la importancia de vivir los Mandamientos de Mi Hijo, aquellos Mandamientos que recibió Moisés una vez. Esos Mandamientos son reglas básicas para sus vidas que corrigen la vida de la humanidad y la encaminan por lugares seguros.
La Palabra de Dios está viva en esos Mandamientos, por eso deben considerarlos desde el corazón como una regla primordial para sus vidas.
Si viven esos Mandamientos, en este ciclo tan definitivo, podrán estar dentro de otras Leyes del Señor y todos serán instrumentos vivos en las Manos del Padre; y Él, se podrá servir de sus corazones para difundir Su Mensaje, un Mensaje de Amor y de Paz para muchas almas.
Hoy, les puedo decir, queridos hijos, que Mi Corazón Inmaculado está un poco más aliviado; pero también les digo que día a día crece el pecado en la humanidad, y ese pecado debe ser liberado y perdonado por Dios.
Para que se pueda realizar esa liberación, queridos hijos, tienen Mi ayuda, porque Yo Soy su Mediadora; porque Yo los podré llevar hacia el Pastor de la Redención y, ante Él, sus faltas serán perdonadas.
Las faltas que ustedes viven, queridos hijos, por más pequeñas que sean en sus vidas, repercuten en toda la humanidad.
Ustedes, como humanidad, viven en una falta importante, es la dificultad de aprender a vivir en el Amor. Si ustedes se colocan ante ese Amor, el Amor de Dios, hijos Míos, Mi Corazón los acompañará para que aprendan a vivirlo a través de la humildad y del perdón.
Para alcanzar la liberación de las faltas, queridos hijos, es necesario perdonar con el corazón todo lo que han hecho. Yo sé, queridos hijos, que es difícil alcanzar esto, sobre todo para los seres que viven sobre la Tierra, pero cuentan con Mi ayuda, deben confiar en ello.
Yo estoy aquí para ayudarlos y para servirlos en el Amor, pues Mi Hijo Me confió a cada uno de sus corazones. Sé que muchos de Mis hijos no pueden vivir el llamado porque se dejan envolver por las cosas del mundo.
Ahora, el Juicio Universal se aproxima, hijos Míos; y no será importante saber cómo acontecerá, mas sí orar con el corazón para que todos puedan entrar en la Barca de Mi Hijo, en la Barca de la Misericordia y de la Salvación.
Por eso, Dios vigila sus oraciones todos los días y las contempla con mucho Amor cuando nacen desde el corazón. Mis Manos pueden recoger sus plegarias y presentarlas como una oferta de amor de esta humanidad.
Cuando esas plegarias llegan al Corazón del Cielo; muchas almas de la humanidad, que merecerían el infierno, tienen la oportunidad de ir al purgatorio, lugar que también es visitado por Mi Corazón para llevar las almas, poco a poco, a los Cielos. Por eso, es importante la oración, no solo en este mundo, en todo el universo.
Ustedes están viviendo un gran ciclo de transformación. Por eso, Mi Voz continúa reverberando en Medjugorje, en este lugar y en Salta.
Así, podrán comprender, queridos hijos, cómo se manifiesta Mi Amor Maternal. Estoy en todos los lugares, llamando a los corazones, llevando a las almas a Mi Reino de Paz, intentando que todos puedan perdonar y redimirse.
Como Madre del Cielo, esa es Mi importante aspiración para este tiempo: redención, redención y redención. Eso los liberará en este tiempo, hijos Míos, porque Mi Corazón los contemplará y estaré a su lado siempre que Me lo permitan.
Yo quiero agrupar, en este tiempo, a todos los rebaños de Cristo.
Yo estoy detrás de Mi Hijo y vendré después de Él para asistir más de cerca a la humanidad. ¿Comprenden lo que eso significa, queridos hijos?
Por eso, primero debe venir Mi Espíritu Inmaculado a sus vidas, porque Mi Maternidad los fortalecerá y los confortará para que puedan dar los pasos hacia Mi Hijo.
Y cuando, al fin de todo, estén en Mis Brazos permanentemente, los entregaré a Mi Hijo, que formará a los nuevos apóstoles para que difundan el Mensaje de cura y de redención.
Ese atributo de cura, queridos hijos, que les mencioné en el Mensaje es importante también para la humanidad.
Así, podrán comprender, queridos hijos, que Mi Consciencia Universal de Luz y de Paz acompañará el próximo Encuentro General en Figueira, porque con Mi Hijo y bajo el Propósito del Redentor, debemos reconducir hacia la Barca a todos los rebaños para que puedan salir de ese naufragio en el que viven, aliviando los corazones, calmando los sufrimientos, trayéndoles alegría a todos Mis hijos. Ese es el propósito de Mi Presencia en marzo en Figueira.
Queridos hijos, espero que puedan contemplar con sus corazones este importante momento maternal que sucederá durante ese mes, cuando todos ustedes podrán ser partícipes de un nuevo llamado de Mi Corazón.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, sé que sus corazones aguardan, día a día, Mis Palabras de amor y de esperanza; pero, en el fin de este día, deseo dejarles un nuevo aprendizaje a sus corazones, para que se fortalezcan a través de cada prueba y alimenten su devoción a través de la intención de caminar Conmigo, aliviando el sufrimiento del mundo.
Espero, queridos hijos, que este Mensaje pueda llegar a sus casas y a sus vidas, para que le oferten al Señor cada dificultad que puedan vivir, para que vivan con alegría las pruebas que Dios les envía a sus vidas. De esta forma, hijos Míos, estarán aliviando el sufrimiento del mundo, estarán aliviando las quejas que llegan día a día al Cielo, porque los seres humanos no saben vivir el sufrimiento como una oferta al Señor.
Si sus corazones desean aliviar el dolor que aún siento, fortalezcan el amor que hay dentro de cada uno de ustedes a través de la voluntad de seguirme incansablemente.
Aguardo, hijos Míos, oír sus oraciones en Mi Reino para que, a través de este verbo, que sus corazones emanan, pueda abrir las puertas del Cielo y entregar sus oraciones a los Pies del Creador.
Cada vez, hijos Míos, que Mi Corazón llega al Trono de Dios, cargando en Mis Manos sus ofertas y el amor de Mis hijos, el Señor Me concede una nueva oportunidad de salvar al mundo, una nueva oportunidad de ingresar en los abismos y aliviar la desesperación y el sufrimiento de todas las almas y de todos los Reinos.
¿Entienden ahora, queridos hijos, la importancia de sus oraciones, la importancia de su oferta día a día para que muchas almas, más allá de las suyas, puedan ingresar en el Reino de Dios?
Cuenten con Mi Corazón, como cuento con sus oraciones.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta noche que termina, hijos Míos, Mi Corazón se recoge en sus corazones, para animarlos a caminar en la fe y en la paz y, de esa forma, ustedes puedan transmitir ese impulso a todos los que lo necesitan.
Mi Voluntad en esta noche es llamar a dos hijos que necesitan renovarse Conmigo a través del “Acto de Consagración a Mi Inmaculado Corazón”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora vamos a cantar “Señora de las Gracias”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mi Corazón desciende del Cielo para estar presente en sus vidas.
Sepan que los amo profundamente y que siempre contemplo la necesidad de sus corazones.
Confíen en Mi Hijo, confíen en Mi llamado.
Adoren a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María para que la conversión se pueda dar en todas las almas del mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Realizaremos ahora el “Acto de Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial”, a pedido de Nuestra Señora.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Gracias, pequeños hijos, por responder a Mi llamado.
Gracias a todos los grupos de oración unidos a Mi Inmaculado Corazón.
Los espero en Mi eterna peregrinación por el mundo.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Todo marzo va a ser un mes muy intenso, en el que Nuestra Señora va a hacer un trabajo muy especial con todos los grupos de Brasil, es algo que nuestra Madre quiere que tengamos bien presente.
Nuestra Señora también nos dijo que, en estos días, Nuestro Señor, Cristo Jesús, y Ella, hicieron un trabajo especial con todas las personas que se encontraban aquí en Aurora; un trabajo que hoy Ella quiere cerrar.
Durante esos días que tuvimos encuentros con Cristo y con Nuestra Señora, Ellos nos pidieron que finalicemos el día viendo una película especial.
Y algo que quiere aclarar Nuestra Señora es que, durante el momento en que estemos todos prestando atención a la película, a pesar de ser una película que ya hemos visto en alguna oportunidad, la Jerarquía utiliza ese momento para activar códigos de Luz que están dentro de nuestra consciencia y que necesitamos tenerlos disponibles en este tiempo.
Por eso, es muy importante la participación en lo que la Jerarquía pueda trabajar con nosotros durante ese tiempo.
Entonces, esta noche, nuestra Madre nos pidió que viéramos una película sobre Lourdes, una película que se llama “La Canción de Bernadette”.
Otra de las cosas que Nuestra Madre nos dijo es que, después de marzo, Ella va a comenzar un ciclo nuevo de trabajo con nosotros, que no sabemos de qué se trata.
Nuestra Madre también nos pidió, ayer y hoy, que todos los peregrinos que puedan y que sientan, den una ayuda especial a los grupos de Venezuela.
Queridos hijos:
Vengo, en el inicio de este día, a anunciar Mi Reino para el mundo y a elevar las oraciones de Mis pequeños hijos en oferta a Dios por la Redención de las almas. Vengo a recoger las ofertas sinceras de cada uno de los corazones del mundo y conceder a muchos la Gracia de ser tocados por el Santo Espíritu de Dios.
Mi Corazón sufre profundamente en los últimos días, mas el Amor sincero de Mis hijos podrá aliviar al mundo y a Mi Corazón. Y para que no haya ilusión en los corazones de Mis soldados, les entrego, día a día, los atributos de un alma consagrada a la oración y a la Redención del mundo.
Un alma consagrada a la oración eleva su verbo sin tiempo y sin cansancio. Ora al Señor por Amor a Dios y no por la obligación de orar. No hay momento adecuado para que invoque el Corazón Sagrado de Dios, porque trata de estar en Él todo el tiempo.
Un alma que busca la consagración a través de la oración encuentra, en los espacios de la vida, el momento de estar con Dios y está con Él en todo lo que hace.
Esta alma ofrece al Señor cada trabajo realizado en el mundo, en la propia casa, con la familia y con los necesitados de Dios.
Para consagrar el alma al Universo de la oración es necesario hacer descender el Amor que viene del espíritu, y permitir que él sea el verdadero guía de su vida.
Cada alma que solo aspire a consagrarse a Mi Corazón, al Corazón de Cristo y al Corazón de Dios, aliviará al Reino de los Cielos del sufrimiento que recibe de la Tierra.
Aquella alma que desea ardientemente estar en el Corazón del Señor, que solo alimente su devoción y no trate de evaluarla.
Aquellos de Mis hijos que quieran decirme “si”, aunque no sepan si realmente podrán seguirme, que eleven su verbo al Creador y Yo los tomaré de las manos y los conduciré rumbo a la Voluntad del Señor para sus vidas.
Es el Amor en vuestros corazones, queridos hijos, lo que les mostrará si están verdaderamente en Mí. Y si no pueden sentir este Amor, entreguen sus vidas, como una ofrenda simple a Dios, que Yo los elevaré y los colocaré en un lugar seguro, dentro de Mi Corazón.
Hoy vengo a agradecer la respuesta sincera de Mis hijos y todo el Amor que envían para aliviar Mi Corazón. El Señor escuchó vuestras oraciones y poco a poco el mundo está siendo aliviado.
Les pido que sigan alimentando el fuego de la Devoción, para vencer al poder de la inercia. Alimenten el Amor para salir del sueño que no saben que viven.
Si al oír Mis palabras las toman verdaderamente para sí, encontrarán el motivo de Mi Verbo y descubrirán aquello que quiero transformar en vuestras vidas.
Amo a cada uno de Mis hijos y les agradezco eternamente por responder a Mi Llamado.
María, Reina de la Paz y de todas las almas del Mundo
Queridos hijos:
Como Inmaculada Concepción, Yo Soy vuestro camino y puente para la salvación y redención de vuestros corazones.
Para el mundo, Yo Soy la Estrella de la Mañana que revela los nuevos tiempos de paz para la humanidad entera.
Yo Soy la Estrella Universal que anuncia, como fue escrito, la venida victoriosa del Redentor.
Yo Soy la Madre de las Gracias que prepara a las consciencias mediante el perdón y el amor, para que vivan en el Reino Prometido.
Hijos Míos, en este mes de febrero consagrado a la Señora de la Inmaculada Concepción, les pido que delante de la realidad que vive día a día la humanidad repitan, rezando con el corazón:
¡Oh, Santa Madre Celestial!
¡Oh, Inmaculada Concepción!
que abriste para el mundo
la Fuente del Agua de Vida Curativa,
que brota desde el Bendito Corazón de Jesús,
disipa de nosotros todos los males que nos perturban,
abre nuestros corazones
a través de la Llama de Tu Inmaculado Corazón,
perdona nuestras faltas
y líbranos de los engaños del enemigo.
¡Oh, Santa Madre del Universo!,
quédate con nosotros,
para que bajo Tu Amor Universal,
podamos vivir en Cristo,
Nuestro Señor, eternamente.
Amén
Si recitan esta oración que nace de la Bienaventurada Madre de la Inmaculada Concepción, Mi Espíritu Virginal los socorrerá y los ayudará cuando en verdad lo necesiten, dándoles esperanza, consuelo y librándolos de todo dolor interior.
Queridos hijos, en este día de más oración y devoción, recuerden a la Señora de la Inmaculada Concepción que en Masabielle, Lourdes, apareció para dar el Mensaje de penitencia a la humanidad y para dar la cura espiritual a través del signo visible del agua de la Fuente de Lourdes. Laven sus rostros del pasado y, renovados mediante la oración del corazón, respondan ardientemente al Llamado del Padre para este tiempo.
Esfuércense en no ofender a Dios, porque Él ya es muy ofendido por el mundo entero. Sean caritativos y donen vuestro tiempo para servir a vuestros hermanos. Comulguen todos los días del Amor Misericordioso de Jesús y de esa manera curen vuestros corazones de todo conflicto, sufrimiento o dolor. Recen todos los días el santo rosario por la paz y la conversión del mundo, porque así acompañarán los pasos de la Virgen María.
Abran vuestros corazones todo el tiempo, para que se aproximen los que necesitan de vuestra paz y amor. Imiten a Cristo en la humildad, la entrega y la oración, como en la vigilia. Dejen espacio todos los días para la oración en familia y en los grupos de oración, para que Mi Espíritu Bendito e Inmaculado pueda estar entre ustedes. Sientan la mayor paz posible e irradien este sagrado atributo a todos los que esperan recibirlo.
Vivan y digan la Verdad del Padre, para que borren de ustedes mismos toda mentira e ilusión. Si rezan el rosario con el corazón, Mi Inmaculado Corazón los guiará y Mi promesa será llevarlos a Cristo, hacia el Reino de Su Divina Misericordia.
Queridos hijos, guarden el momento en que la Inmaculada Concepción trajo el mensaje de cura para el mundo. Sean como Santa Bernardita que, en su humildad y en su pureza, alcanzó la Gracia de Dios.
Estoy con ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre y Señora de la Inmaculada Concepción
Hijos Mios:
Hoy Mi Corazón Inmaculado desea hacer un especial pedido a vuestros corazones.
Los últimos días fueron de profunda oscuridad en el mundo, y muchas almas eligieron no ingresar en el Reino de los Cielos y, sí, sumergirse en las profundidades de la oscuridad y del sufrimiento, por la ignorancia en la que viven Mis hijos del mundo entero.
Vengo a pedirles la intervención de vuestros corazones para que, a través de una oración verdadera, hecha con amor, las almas puedan recibir un rayo de Luz de Mi Corazón, que pueda hacerlas despertar del sueño en que viven.
Oren, hijos Mios, porque las puertas de la Casa de Dios están abiertas para recibir a aquellos que logren llegar. Mas, las puertas de la casa del falso dios también están abiertas y el enemigo espera a todos Mis pequeños hijos que tienen vendados los ojos y que no pueden ver la verdadera Luz que los quiere guiar.
Oren para que estos puedan ver Mi Luz. Y oren para que los que están entre ustedes no se sumerjan en esta ignorancia, pues el mundo los llama y muchos deciden seguir al mundo y no a Mi Corazón.
Oren con fervor y enciendan vuestros corazones para que la llama de los deseos capitales no venza a la Llama de la oración y de la Paz que les entregué en los últimos años.
Mi Corazón no se cansa de estar con Mis hijos. Mi Paz es vertida como un manantial infinito sobre el mundo. Mas, están aquellos que, ignorantes, prefieren seguir al enemigo. Estos no conocen la grandeza de Mi Reino. Y será por medio del ejemplo vivo de los devotos corazones de Mis hijos que el mundo despertará.
Por eso, les pido que oren, que se confiesen con el alma y con el espiritu, que comulguen diariamente con Mi Hijo. Porque así, poco a poco, la transformación llegará a vuestros corazones y un día, sorpresivamente, mirarán para atrás y no encontrarán ningún vestigio de lo que fueron hace tan poco tiempo.
La oración, hijos Mios, no es solo para ser entregada a Mi, sino también para convertir vuestros corazones; para iluminar cada espacio oculto de la consciencia de Mis hijos que, así, vivirán la verdadera transformación, porque el Espíritu de Dios podrá obrar a través de sus corazones y de sus ejemplos.
Sean fuertes y persistentes, porque grande será en el Cielo la recompensa para los que se venzan a sí mismos en la Tierra.
Que la Gracia de Dios obre en vuestros corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un llamado extraordinario de la Virgen
Amados hijos:
El Cielo está atento a la voz de las súplicas de todos aquellos orantes que pidan a Dios Altísimo por Misericordia. El Cielo está atento al mundo y en especial al momento espiritual que viven Mis hijos.
Hoy les pido: ¡recen!, ¡recen!, ¡recen mucho con el corazón!, para que la Iglesia que fundó Mi Hijo pueda recibir la ayuda sublime del Espíritu Santo. ¡Recen!, ¡recen sin juzgar ni comprender!, porque si vuestras oraciones brotan como manantial desde el corazón, ellas serán recibidas en el Reino del Padre como una última tabla de salvación y redención.
¡Recen!, ¡recen mucho!, para que las millones de almas que siguen con esfuerzo y fe a la Iglesia de Mi Hijo, ellas puedan ser resguardadas en Mi Corazón Materno. Si rezan con amor y devoción, Dios Padre escuchará vuestras verdaderas súplicas.
Queridos hijos, hoy les pido más que nunca que recen juntos, en unidad, amor y devoción, porque llegó el momento de manifestar el Espíritu Ecuménico entre los hermanos de todo el mundo. Aún el mundo, en gran parte, vive en el pecado, por eso ¡recen hijos Míos!, este es Mi urgente pedido. ¡Recen!, para que el Espíritu Santo los pueda acompañar en este ciclo tan definitorio.
¡Recen!, para que toda la humanidad que confía en la Iglesia de Mi Hijo pueda reconciliar su corazón con el Altísimo Padre del Universo. Mi llamado se proclama para todos, sin distinciones ni diferencias.
Queridos hijos, el mundo día a día cambia rápidamente, por eso les pido que recen juntos para que los planes del Padre, los planes de Cristo se cumplan. ¡Recen!, para que el enemigo no aproveche este momento de prueba y debilidad.
¡Recen!, para que Mi espada de Luz, que liberará a las almas, pueda estar protegiéndolos a todos. ¡Recen en vigilia permanente!, porque Dios les dará la fuerza necesaria para caminar en Su Voluntad y en Su Fe.
Hijos Míos, hoy ustedes pueden ver que estamos en tiempos anormales. Mi Voz quiere manifestarles la gran necesidad que tiene la humanidad de alcanzar la luz, el bien y la redención. Como nunca lo hice antes Yo les pido, queridos hijos, ¡recen con consciencia, verdad y amor!, porque este ciclo de cambios deberá ser apoyado con la colaboración de todos los orantes en el mundo y, en especial, por los Ángeles del Padre.
Hijos Míos, bajo el Poder del Padre, del Hijo Glorificado y del Espíritu Santo, recemos juntos por la Iglesia de Mi Hijo, por el espíritu del evangelio en los corazones de todos Mis hijos.
¡Por la Paz en todos, les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre y Reina de la Paz
Serénate hijo Mío, hija Mía, que Yo estoy aquí contigo. Entra en el Reino de Mi Paz y allí tu consciencia recibirá toda la luz y claridad que necesita.
No se aparten nunca de Mi Inmaculado Corazón porque en él y a través de él, siempre sabrán qué hacer, dónde estar y qué decir. No teman, porque Mi Amor es más grande y fuerte que toda oposición albergada en el corazón de cualquier hermano.
Cuando sientan que el corazón de un alma hermana está cerrado, invítenlo a orar y clamen por Mi presencia junto a ustedes. Verán que la oración y Mi compañía disuelven toda incomprensión, todo conflicto.
Es en el Reino de Mi Paz, dentro de Mi Inmaculado Corazón donde encontrarán siempre el amor que les hace falta para trascender las pruebas.
No dejen nunca de amarse, más allá de que no se comprendan entre ustedes; recen juntos y la oración traerá la luz, disipará las tinieblas y las trampas que el enemigo quiere tender a Mis amados soldados marianos.
Recuerden que no hay nada más importante en este tiempo que la unidad entre los hermanos, que sobre esa unidad y amor al Propósito del Padre se sustenta el triunfo del Plan de Rescate de las almas de este mundo.
Pase lo que pase, sean fuertes y no permitan que el amor se marchite entre ustedes. Recuerden que Yo estoy aquí, que dentro de Mi Corazón estarán a salvo del enemigo.
Mis planes de paz deben ser vividos por ustedes, primero que todo, en vuestro interior. Sientan, sientan la Voz ardiente del Redentor que los llama por vuestro nombre. No presten atención a nada más, porque solo ese llamado es real.
Recuerden, Guerreros de la Misericordia, que el tiempo del compromiso es ahora. Ya llegó la hora tan esperada por todos. Alégrense, porque Cristo Jesús los ha venido a buscar y, entre tantas ovejas de Su Rebaño, les ha pedido a ustedes que lo acompañen como pequeños pastores, para que lo ayuden a llevar Su Amor y Su Misericordia al mundo.
Dónense por entero, hasta que vuestra consciencia sienta que ya no puede más y allí descubrirán otra parte de ustedes que aún no conocen. Dejen que la semilla de amor que Mi Hijo sembró en cada uno, hace tanto tiempo, brote y se muestre como verdaderamente es.
Los acompaño y los guío en todo momento. Abran vuestro corazón y permitan que pueda irradiar Mi Amor por medio de vuestros seres.
Los amo y los espero en la oración.
María, Reina de la Paz
Queridos hijos:
Alzando Mis ojos hacia Dios intercedo por ustedes y por la humanidad, para que puedan alcanzar la luz del corazón, la paz que tanto necesitan para vivir en la fraternidad, junto a Mi Hijo y Mi Inmaculado Corazón.
Hijos, hoy los espero nuevamente en oración para que juntos, una vez más, podamos establecer el Reino de la Paz del Señor; principalmente en los corazones que están tristes, cansados, que necesitan de Mi Amor Maternal.
Queridas criaturas Mías, oro por ustedes para que alcancen la promesa de la Redención. Oro a Mi Hijo, para que los pueda colocar en el océano de Su Misericordia. Así, hijos, oro por el mundo, pidiendo a Dios por todas las almas, porque como Madre aguardo que Mis servidores marianos puedan alzar sus ojos y mirar la Luz de Dios, el Altísimo, Luz que llega a vuestras vidas a través de Mi Corazón Materno y de los anuncios de Mi Hijo Jesús.
Que para esta próxima semana ejerciten la unión interna con el Santo Espíritu de Dios, así hijitos podrán hallar la respuesta en la sabiduría, el perdón en el discernimiento y el gran milagro para vuestras vidas en la ciencia de Dios. Por eso oro para que puedan convertirse pronto, antes de la llegada de Mi Hijo a vuestros corazones, a vuestro mundo.
¡No teman por nada! Confíen en Mis palabras corredentoras, porque Mi Corazón aspira a que Mis hijos, en este tiempo de muchos cambios, alcancen la paz y puedan vivir el perdón que tanto buscan en el interior. Como Mediadora ante Dios oro por ustedes como humanidad, permitiendo así hacer brillar vuestros corazones para que iluminen a los otros.
Cuando viven los sacramentos, como la Confesión y la Comunión, están ayudando mucho al mundo y en especial a los planes de Dios, el Creador. Por eso cada oración vuestra se convierte en una rosa para la oferta de Mi Corazón a los tronos de Mi Padre. De esta forma vuestros corazones se aproximan a Mi Reino, Reino de Mi Hijo, Reino del Espíritu Santo, Reino del Padre, promesa eterna que deberán alcanzar hasta el fin de vuestros días.
Conduzco vuestros sentimientos y pensamientos hacia la luz de Dios. Eleven ahora las miserias a Mi Hijo, porque él las transformará en puro amor redentor y Yo las elevaré al Padre como una pura oferta de redención.
¡Adelante Mis hijos, es tiempo de Paz, Paz, Paz y Paz! Esto es lo que quiero para ustedes y hoy, delante del Sol Universal, que representa Mi Maternal Consciencia, los amo y los bendigo en la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo.
¡Gracias por contestar Mi llamado por el Bien y por la Paz!
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Vengo en este día a derramar Mi Paz sobre cada uno de sus corazones. Vengo a traerles el anuncio de una vida repleta de Bienaventuranzas. Es el anuncio de una vida desconocida para muchos de Mis hijos y que hoy Yo los convido a vivir.
Mis queridos, Mi Corazón viene hoy a dictar palabras de esperanza a aquellos corazones que valientes, se animen a caminar Conmigo rumbo a la madurez del espíritu. Este es el tiempo en que Mis pequeños hijos dan sus propios pasos.
Para este momento del planeta, hijos Míos, es necesario que cada uno sea impulsado a partir de lo profundo de su propio corazón. Mis impulsos de amor ya llegaron sobre sus almas y espíritus. Mi Hijo Jesús ya dejó una semilla que germina en sus corazones. Por eso, busquen en lo profundo del interior de sus seres el impulso para dar el tan necesario paso para un nuevo tiempo.
Mis anuncios ya no están distantes, hijos Míos. Ya no tendrán que esperar para ver concretizadas Mis palabras, porque el Reino de los Cielos desciende a la Tierra y se aproxima cada vez un poco más de sus vidas.
Hoy les pido que cada uno entre en lo más desconocido de su propio interior y lleven la luz de la oración para que ilumine los abismos internos, preparando así sus seres para los días que ya llegan.
Es tiempo de revisar la propia vida, las propias aspiraciones y las acciones que realizan en este tiempo. Porque hay tiempo para transformarse, para transformar la vida y, principalmente, para renovar y limpiar los abismos internos, lugar donde están guardadas las incomprensiones y las angustias, los miedos y los dolores.
Vengo a liberar sus corazones, hijos Míos, pues es tiempo de perdonar. Y si Me permiten, verdaderamente podré ingresar en la oscuridad, que muchos desconocen que existe en el propio interior. Y lavaré con el Perdón Absoluto ese lugar. Derramaré, entonces, Mi Amor y prepararé ese espacio con la Misericordia.
Porque la Redención que el Señor envía podrá transformar los abismos en templos. Podrá retirar el miedo y convertirlo en Amor. Y aquel lugar, que antes era la perfecta morada para el enemigo, se podrá convertir en Templo donde el Gran Sacerdote del Amor comulgará de la Vida Universal.
Amen estas palabras, hijos Míos, y ellas se podrán tornar realidad en sus corazones.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis amados hijos:
Saben que estoy con ustedes siempre, más allá de vuestros conflictos e indiferencias. Los amo con todo Mi Corazón y es a través de ese amor que les entrego en cada encuentro Mi Paz Celestial, para que vuestros seres se fortalezcan.
Coraje, templanza y amor, esas son las tres columnas que me sostuvieron durante la Pasión de Mi Hijo y la certeza absoluta del propósito del Padre en ese momento.
Quiero que contemplen con vuestro corazón, aquello que me sostuvo a Mí en total fidelidad y determinación. Esas serán las columnas en las cuales ustedes, Mis amados hijos, también se sostendrán.
Apóstoles de Mi Hijo, Guerreros de Su Misericordia:
Al igual que acompañé a los apóstoles de ayer, quiero expresarles, para que lo guarden en vuestras consciencias, que Yo estaré con ustedes hasta el final de vuestros días aquí en la Tierra; y los esperaré luego en el Reino de los Cielos, allí donde Nuestro Padre prepara un lugar predilecto para los siervos de Su Hijo Primogénito.
Quiero que también guarden en vuestro corazón la certeza absoluta de Mi amor por toda la humanidad, porque no descansaré hasta que el último de Mis hijos pueda traspasar el umbral del recinto donde se resguardan a las esencias de todo mal.
Hoy, como hace más de dos mil años, guardo en Mi Corazón un lugar para aquellos que, por ignorancia y miedo, no pudieron creer en las palabras de Mi Hijo. Yo también perdoné a todas esas criaturas de Dios, que hoy tendrán otra oportunidad de recibir la Sagrada Misericordia de Dios.
Hoy guardo, nuevamente, un lugar en Mi Corazón para todos aquellos que los calumniarán y los condenarán con sus ideas y sus voces. No teman por nada, porque Yo estaré allí, para levantar a todo soldado de la luz que responda fielmente al llamado del Cielo.
Coloquen en vuestro corazón Mis palabras maternales y confíen siempre en mi amor de madre protectora y guardiana de todos. Los acompaño hoy y siempre en las definiciones que vuestras consciencias están viviendo, mientras la Voz de Mi Hijo retumba en vuestras almas, trayendo hacia ellas el compromiso universal que cada uno se encamina a concretar.
La Voz ardiente de Cristo Jesús los llama y Mi Voz Maternal los conduce hacia Su Corazón.
Los amo, queridos hijos, con Mi Amor de Madre, Madre del mundo y Señora de vuestras almas.
Gracias por responder a Mi llamado de amor.
María, Reina del Cielo y de la Tierra
Queridísimos hijos peregrinos:
Levantando con Mis manos la bandera de Mi Inmaculado Corazón de la Paz, bendigo a Mis hijos, los peregrinos, y hoy les digo con amor: ¡Gratitud!, ¡Paz! ¡y Bendición para todos! Este es Mi mensaje para ellos.
Con rosas en Mis manos, llevo esta oferta de vuestros corazones hacia Dios contemplando, a través de este sentimiento, el amor de Mis hijos por Mi Corazón y por el Corazón de Jesús. Hoy elevo a Dios este amor que está en vuestros corazones, amor que debe renovarse día a día y llevarlos a encontrar la Paz ante todas las cosas.
Mi Corazón Materno ama los corazones de todas las almas, por eso vivan en ese amor todos los días, esperando que él los nutra en el espíritu y en la consciencia. Ese amor, queridos hijos, es el Amor de Dios, el que debe consagrarlos a Mi Corazón, al Corazón de Cristo y al Plan de Dios para la Tierra. Desde el universo viene esa Fuente de Amor para todos ustedes, y a ese Amor de Dios ustedes deben corresponder, porque así encontrarán la Luz que necesitan, la Sabiduría que buscan y el Amor dentro del amor que desconocen.
Hoy vengo a revelarles esa Fuente de Amor, que muchos hijos Míos sintonizan, pero que todavía deben manifestar con sus hermanos. Yo provengo de ese Amor al igual que Mi Hijo, y ustedes son chispas de la Fuente de ese Amor, por eso vuestros corazones pueden expresarlo y llevar a todos el alivio, aquel que muchos buscan en este tiempo por estar sin Mi Paz.
Hoy, queridos hijos, estas flores que Yo recogí llevan grabadas el amor y la alegría de sus corazones, por haberme respondido a este simple llamado. Recuerden queridos hijos, que en este año Mi Corazón Inmaculado visitará el corazón de sus ciudades, permitiendo así despertar el llamado, en muchos de Mis hijos que están dormidos a la vida de oración.
Vuestro ejercicio de oración irradiará para estos tiempos la nueva Vida, el Espíritu de la Consagración verdadera al Altísimo. Queridos hijos, cada encuentro de oración entre ustedes da nuevos frutos, los que son especialmente observados y contemplados por los ojos de Dios.
Ahora, queridos hijos, ¿comprenden la importancia de vivir en la oración y por la oración? Ese es Mi principal llamado para este tiempo y por la simple respuesta de sus corazones, Mi Plan de Paz y de Salvación, junto a Mi Hijo, se concretará en la Tierra.
Hijos Míos, queridos peregrinos, por estar todos unidos a Mi Corazón Materno, en Mi Corazón de Paz: ¡ánimo, pequeñas almas!, ¡no teman, Yo estoy con ustedes! Soy la Reina de la Paz y de la Fuente del Amor de Dios.
¡Les agradezco en este día por responder a Mi llamado!
María, Madre y Reina de la Paz
Amadísimos hijos:
Vengo en este día para transmitirles un mensaje especial de consagración al Corazón de la Bien-Aventurada Virgen María. Así todos los grupos marianos se renovarán en Mi Corazón. Lo que pido a cada uno de Mis grupos marianos en este día, hijos Míos, es que persistan acompañándome con alegría y fidelidad, abriendo sus corazones a la unión perpetua Conmigo.
De esta forma, hijos Míos, vendré a través de sus corazones para despertar y salvar a todos Mis hijos que se pierden en este tiempo. Vengo, a través de la oración redentora de sus corazones, a rescatar a Mis misioneros que se perdieron durante sus misiones. Vengo a fortalecer a aquellos corazones que se vieron debilitados delante del mundo y delante de cada prueba que la humanidad vive en este tiempo.
Hijos míos, a todos aquellos que decidan persistir unidos a Mi corazón les advierto: no teman vivir las pruebas de este tiempo, pues será necesario que puedan aprender a amar como amó Mi Hijo Jesús, aún en medio de un aparente caos.
Sepan queridos hijos, que cada prueba que sus pequeños corazones viven en este tiempo, por más dura que pueda parecer, es enviada por el Señor para que Mis pequeños hijos puedan verse fortalecidos y maduros.
A todos los grupos de oración que Me acompañan hoy, los consagro y los bendigo. Y les revelo hijos Míos, que Yo estoy con cada uno de Mis grupos marianos. Les pido que, cada vez que se pongan a orar, escuchen Mi voz que guía sus oraciones porque Yo vengo, como una bondadosa madre, a enseñar a cada uno de Mis hijos a orar con amor, con el corazón y a renovarse en cada verbo pronunciado.
En este día, hijos Míos, consagrado a Mis grupos de oración, les pido que ofrezcan vuestro despertar a todos Mis hijos del mundo que no encuentran fuerzas para acompañarme y que día a día bajan los brazos.
Vengo al final de este día para agradecerles profundamente por orar junto Conmigo y por reconocer Mí presencia en sus corazones.
Estoy con cada uno de Mis hijos, en sus corazones y en sus casas compartiendo la sagrada vida diaria de cada uno. Y para que Yo esté aún más cerca de vuestros corazones, hijos Míos, transformen sus vidas en una perpetua oración conducida por la Virgen María. Así cada paso, desde el despertar hasta el adormecer será guiado por Mi Corazón.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Reina de la Paz y de sus vidas
Queridos hijos:
En el día de hoy doy gracias a todos por la respuesta de vuestros seres de amor y bendigo vuestros caminos, aquellos que los llevan hacia el Corazón de Mi Hijo.
Hoy la respuesta amorosa de todos dará más fortaleza aún a Mi obra mariana en esta parte del mundo, la que día a día crece como crece vuestro amor por Mí.
Es en esos momentos, hijos Míos, en que vuestras almas están más cerca de Mí y de la Presencia de Mi Hijo, cuando dan todo por amor, cuando solo se donan por amor a Mí, a la humanidad y al Creador.
Hoy los bendigo con Mi amor de Madre, de Peregrina, de Guardiana de todas las almas. Estaré con ustedes en este año más intensamente que nunca, y sepan Mis amados hijos, que cuanto más se donen a Mi obra de amor en la Tierra, más presente estaré.
Clamen por Mi presencia en vuestras vidas, clamen por Mi presencia en vuestros hogares, en vuestras ciudades y Dios Creador escuchará vuestras súplicas sinceras.
Aquí estoy hijos, junto a cada grupo de oración, junto a cada soldado de Mi Corazón. Mis ángeles custodios se esparcen por todo el mundo acompañándolos como chispas de luz celestial, que solo buscan llevar paz y protección para todos.
Ellos estarán con ustedes siempre que vuestro corazón y vuestra casa se abra para recibirlos.
Con ustedes estoy; junto a Mi Hijo los observo y los acompaño.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de Dios y de todos
Escuchad, Mis amados hijos, escuchad Mi Voz, la que llega desde el Cielo trayendo el anuncio del Creador.
Abrid vuestros corazones, preparad vuestras consciencias, porque los días de Gran Gloria se acercan.
Escuchad la Voz del Redentor, que día a día ingresa en vuestras consciencias sembrando Luz, Paz y Amor Celestial. Escuchad la Voz de vuestro Pastor, que anuncia a Sus Hijos la senda de la Misericordia Divina, la que todavía dispone Dios para la humanidad, antes de que llegue la Justicia.
Ella llegará como un Rayo Celestial que alumbre la oscuridad de los corazones, la que pondrá fin a la desesperación de muchos e iniciará la caída de los velos de la humanidad, la que ha pretendido permanecer dormida a pesar de todos los anuncios de los profetas.
Llegó el tiempo donde los ángeles del cielo comiencen a ser vistos y escuchados por todos aquellos que permitan, que la Voz del Maestro de Maestros penetre en los corazones. Mi Amor los está guiando hacia Él para que ingresen en una nueva etapa de paz, la que llegará después de la purificación.
No temáis, Mis pequeños corazones, porque nada hay que temer, Yo estoy aquí con vosotros, Soy vuestra Madre Protectora, vuestro consuelo en la dificultad y la prueba, Soy la Guardiana de todas las almas, la que pisa la oscuridad que pretende llevar a Mis hijos al error y al desamparo.
¡Yo estoy aquí! ¡Venid a Mí; venid en confianza y en paz!
Hemos recorrido juntos parte del camino, preparándonos para atravesar la etapa que está llegando, esa parte que será muy sinuosa para algunos, peligrosa para otros y que parecerá intransitable para algunos otros.
Pero de Mi mano nada imposible será. Recordad que Yo Soy vuestra Madre Celestial y que si entráis en Mi Corazón, Mis ángeles os elevarán y vuestros pies no tocarán ese camino que parece incierto.
Mi Hijo llegando está a cada bendito corazón que abra en confianza sus puertas para vivir la definitiva liberación, aquella que lleva al reencuentro con el Dios Creador.
Escuchad Mis hijos, escuchad Mi Voz y la Voz del Redentor.
Los espero a todos dentro de Mi Corazón.
Los amo, los amo eternamente.
Gracias por estar Conmigo en esta hora.
María, Reina de la Paz y Madre del Mundo
Queridos hijos:
Mi Corazón desciende de los Cielos en este día para traerles aliento y esperanza, para purificar y liberar sus corazones de cualquier mal que se aproxime.
Pido hoy que Mis hijos estén aquí a Mis pies, de la misma forma que Mis videntes, para que sientan el Poder de Mi Corazón y sepan que Mi manto los acoge a todos.
Los llamé uno a uno en este día, para que reciban la oportunidad de estar aún más próximos al Corazón de la Bienaventurada Virgen, la misma que posó Sus pies sobre la ciudad de Nazaret hace tanto tiempo atrás.
Lo que también espera Mi Corazón es que, a través de la simplicidad, alcancen la pureza. Y con las velas encendidas representen delante de Dios a todos Mis hijos que dejaron apagar la llama interior que los unía a Mí.
Vengan a Mí hijos Míos, por todos aquellos que no se aproximan de Mi Corazón. Estén en confianza junto a Mí para que Yo pueda liberar vuestros corazones y vuestros espíritus.
Quiero hoy, como Reina de la Paz, derramar Mi Paz sobre vuestros corazones para que se renueven en la Fuente de la Gracia que traigo de los Cielos.
Sean siempre misericordiosos para que el Plan de Dios no se pierda en el mundo. Caminen de la mano unos con otros y ayuden siempre a aquellos de Mis hijos que temen seguir adelante.
Estaré siempre aquí junto a sus corazones hijos Míos, como estoy ahora. Solo les pido que sostengan siempre esta señal, una llama encendida en vuestras manos y en vuestros corazones. Porque el enemigo intenta en todo momento apartar a Mis hijos del verdadero propósito de Dios y llevarlos por caminos equivocados, de profunda oscuridad interior.
En este tiempo les advierto: sean fuertes, valientes y audaces. Busquen la fuerza que emana Mi Corazón, pues este Poder que viene de Dios los nutrirá siempre. Oren día a día con fervor y la llama de sus corazones quemará todo el mal que se quiera aproximar.
Mi camino es único: el de la Conversión y la Paz. Caminen juntos rumbo al Creador.
Yo los guiaré siempre.
Adoro y amo a cada uno de Mis hijos.
Que la Paz esté en sus corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy los reúno junto a Mí porque quiero acariciar vuestras almas con Mi Amor.
He sentido en Mi Corazón el sufrimiento de algunos por los aprendizajes duros que les está tocando vivir en esta purificación. No temáis, hijos Míos, que aquí estoy Yo para consolarlos y ampararlos, para cuidarlos y liberarlos de todo mal.
Guarden en vuestros corazones, en un lugar seguro, la fe en Dios Creador mas allá de las pruebas y los sufrimientos. No permitan que ninguna experiencia, por más dolorosa que parezca, los aleje del Corazón de Dios y del Corazón de Mi Hijo. Sepan, queridos hijos, que Yo estoy con ustedes y espero que coloquen vuestro corazón dentro del Mío. Este es el lugar de mayor protección que existe, donde será cuidado y protegido de todo mal.
Hoy, Mis queridos, caminan por la senda de la madurez espiritual, aquellas que les permitirá observar con tranquilidad y sin temor el sufrimiento de otros que buscan en Mi presencia un alivio para sus vidas.
Ahora comienza el tiempo en el cual muchos se acercarán a buscar el alivio, la paz y una oportunidad para curar sus vidas. ¿Recuerdan que les anuncié hace algunos años, cuando comenzamos esta tarea, que aquí llegarían muchos de Mis hijos, buscando el consuelo que no encontraban en ningún otro lugar?
¿Recuerdan por qué están aquí?
Abran sus corazones, hijos Míos de Aurora, para recibir en esta Casa el sufrimiento planetario, pues Yo colmaré de Gracia esos corazones como he colmado los vuestros.
Hoy, en este tiempo, tiempo de grandes pruebas para todos, levanto Mi Espada de Luz y clamo a Dios Todopoderoso por Misericordia para el error humano, clamo por Gracia para aquel que abra su corazón, y por Clemencia y Perdón para aquel que ha sido hasta hoy, enemigo de Dios.
Clamo en este día, para que el Amor de los Cielos, el Reino Celestial descienda sobre todos ustedes y sobre este lugar, Mi Casa de Cura Espiritual.
Bienaventurados los que creen sin ver, porque ellos recibirán el Perdón de Dios.
Los amo y los protejo bajo Mi Manto de Luz Celestial.
Gracias Mis valientes por tener fe en Mi Voz y responder a Mi Llamado por la cura y la paz de la humanidad.
María, Reina de la Paz, Señora de todos ustedes
Queridos hijos:
Diariamente los conduzco hacia el encuentro interno con Mi Hijo Jesús; por este motivo esta semana próxima estaré más cerca de vuestros corazones, para anunciarles el Reino de Mi Inmaculada Paz.
Queridos hijos Míos, hoy vengo hasta ustedes para derramarles el Reinado de Mi Gracia y de Mi Paz, porque aún vuestras almas necesitan de este encuentro maternal Conmigo. Mientras el mundo se moviliza, Yo cargo entre Mis brazos a ese mundo, a cada uno de Mis hijos, los cuales necesitan de Mi Misericordia para poder llegar a la Misericordia de Mi Hijo.
Hoy también estoy aquí para demostrarles la grandeza de Mi Amor Materno por ustedes y a través de este Amor Materno, Yo les pido que se puedan sostener para continuar por el camino que Mi Hijo les está manifestando. Hijos, ese camino se llama redención, conversión, misericordia, paz insondable para vuestros pequeños espíritus.
Queridos, también Mi mirada maternal está sobre aquellos hijos que sufren, en especial sobre aquellos hijos que están en Mi amada nación del Brasil. A todos ellos los llamo de nuevo para fortalecer la oración Conmigo. Si Yo no estoy entre ustedes, como el Inmaculado Corazón: ¿quién los auxiliará, queridos hijos?
Por eso, Mis pequeños, Mi aspiración de tenerlos cerca es profunda a cada momento de la vida, pero encuentro en algunos de Mis hijos tristezas y en otros desesperación. Por eso ¡no teman!, ¡alivien vuestros corazones llamándome! Soy vuestra Inmaculada Madre, la que socorre a todos los que sinceramente me abren las puertas del corazón.
Hijos Míos, ¡no teman!, ¡estoy con ustedes!, oro por ustedes, clamo por ustedes ante Dios todos los días. Ahora, queridos hijos, permitan que Mi Paz los abrace fuertemente, para que vuestros corazones solo se calmen y permanezcan en Mi.
Los amo profundamente.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
María, Reina de la Paz Universal
Mis amados hijos:
De corazón a corazón, hoy a Mis amadas almas les digo, que de prisa se pongan a orar ya que mucha es la necesidad del mundo.
Mis planes de paz siguen adelante junto a Mis soldados marianos y este es el tiempo de unirnos codo con codo y corazón con corazón, para que aquellos que siempre negaron a Dios no encuentren cómo plasmar, en el corazón de Mis hijos, la ceguera espiritual que brota de este caos planetario.
Hoy he venido hasta aquí para reforzar en vuestros corazones la fe en Mi Hijo y en Mi Inmaculado Corazón. Vuestro Redentor, día a día, a través de Su Instrucción, envía a todos Sus Códigos de Paz, Misericordia y Amor, códigos que convierten al más duro corazón.
Él prepara amorosamente la morada de cada miembro de Su Rebaño, para que cuando Él llegue todas Sus Ovejas ya estén pastando en Su Pradera.
Hace algún tiempo les dije que Mi Hijo ingresaría con poder en vuestros corazones, que Su Amor Redentor disolvería cualquier duda, cualquier dolor o sufrimiento. Su Amor es tan grande, que ningún miedo podrá existir en aquellos que abracen Su Manto de Amor.
Hoy anuncio para vosotros la buena nueva: que Mi Hijo me acompañará próximamente cuando esté con vosotros, queridos hijos. Él unirá Su Amor al Mío y entregará a todos nuevas señales de Su Retorno.
Anuncien a todos que el Amor del Redentor y de la Madre del Mundo, impregnarán el alma de cada hijo de esta humanidad que abra su corazón y que confíe en el Amor de estos dos Mensajeros de Dios.
Recuerden colocar en el altar que me ofertarán en la próxima aparición, un cirio para el Rey del Universo, que en alma y espíritu llegando está.
Preparen vuestros corazones, para que todo el Amor Universal pueda llegar e ingresar en vuestros seres. Él curará todo dolor, redimirá toda falta y limpiará toda consciencia que en gratitud esté ante Dios Todopoderoso.
Les dejo Mi Paz Celestial a todos. Mi manto de luz los cubre con Protección Divina.
Los amo, los espero.
María, Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más