MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la agonía del mundo encuentre la Paz del Corazón de Dios.

En la fidelidad a Su Camino y a Su Voluntad se encuentra la fortaleza para superar los asedios de Getsemaní. Y podrán rugir las fieras y los truenos, podrá temblar el suelo bajo los pies de los elegidos, pero estos no titubearán. Su fortaleza se encuentra en la memoria de la superación vivida por el mismo Dios, por intermedio de Su Hijo.

Ha llegado la hora de la confirmación, así como llegó para Cristo en el Getsemaní y para todos aquellos que se comprometieron con Él a lo largo de la historia de la humanidad.

Dios les ofrece beber del Cáliz del sacrificio y de la entrega, del esfuerzo y de la superación, de la comprensión, del perdón y del amor sin límites. Pero en ese Cáliz, hijos, también se encuentran la fe, la fidelidad y la fortaleza. Se encuentran la paz y la llama de la compasión, que inflama los espíritus y los ayuda a perseverar.

El Cáliz de Dios no está colmado solamente de pruebas, sino también de Dones. Sus instrumentos tienen todo lo que necesitan para cumplir con Su Plan; basta con que cada uno se disponga a hacer su parte y descubrir en sí mismo el potencial de amor y de entrega que aún está oculto en la condición humana.

Ese es el Getsemaní de estos tiempos, en donde las almas se confirman, aceptan el Cáliz que desciende desde los Cielos en las Manos de Dios, y beben de Su ofrenda. Inflamados por el Amor que proviene del propio Creador, toman su cruz y lo siguen.

Siéntanse parte de la Consciencia de Dios, que se renueva. Permitan que emerja de ustedes el potencial que desconocen. Dejen que la monotonía de sus vidas dé lugar a un Misterio Universal y permítanse ser llamados por Dios como Sus elegidos, Sus apóstoles y, verdaderamente, Sus hijos.

Que cada principio vivido por el Unigénito se manifieste y se renueve en sus vidas.

Tienen las puertas abiertas para eso.

Su Padre y Compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA COMUNA DE LUZ-SAINT-SAUVEUR, ALTOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Las Señales en el Cielo

El mundo despertará una mañana y verá plasmada en el Cielo la señal que indicará el momento del Retorno de Cristo.

Muchos ojos se abrirán y corazones se redimirán ante esa visible señal del universo.

Mientras el sol despuntará en lo más alto de la colina, la señal del universo quedará cada vez más visible y no se borrará. Será el momento en el que todo se transformará, y lo que ha permanecido oculto, de la nada se verá.

Esta señal dejará tres señales más, visibles en el mundo. Ellas no podrán ser confundidas ni interpretadas como fenómenos naturales, pues tendrán tan alto grado de resplandor, que no se asemejarán a nada de este mundo.

Mientras tanto, una estrella muy semejante a la gran Estrella de Belén anunciará la apertura de los portales del universo.

Cuando vean esa gran y desconocida Estrella brillar demasiado en el firmamento, póstrense en el suelo y hagan penitencia; manifiesten un profundo arrepentimiento en nombre de la humanidad, pues esa será la señal de que Cristo ya está retornando.

Cosas semejantes a las que ocurrieron en el nacimiento de Jesús sucederán en el último tiempo; porque cuando el Niño Dios nació, Él era el Alfa; ahora en Su Retorno, Él será el Omega.

Preparen con tiempo sus corazones para ese momento.

Permitan que la purificación se adelante para que estén libres de ustedes mismos.

En total, cuatro señales se mostrarán en este universo, para que la humanidad comprenda que ya es hora de ir despertando y de abandonar la ilusión y la inercia.

Estas señales traerán consigo algo nuevo y algo renovador. Pero, al mismo tiempo, ellas moverán, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur, todo lo que es oscuro, injusto e infiel.

Es así, que,por ser señales del universo en el planeta no podrán ser borradas, alteradas u ocultadas.

Estas señales tendrán la fuerza de cientos de caballos y una expansión más grande que todos los océanos.

Será ese el momento en el que deberán estar en oración, sin distraerse, porque los impulsos quedarán y lo que está en vano se transmutará.

Las señales revelarán misterios desconocidos, abrirán puertas inexplicables y harán que la humanidad dormida despierte y, finalmente, coloque su atención en Dios, sin poder escapar hacia ninguna parte.

De esa forma, sí o sí, los seres humanos tomarán consciencia de todos sus pecados y todo quedará expuesto en este mundo.

Así, la gran mentira mundial, creada por los hombres de superficie, será extirpada y todos tomarán consciencia de la ilusión que fue creada durante siglos.

Cuando Cristo retorne muchas cosas se moverán, hasta las más increíbles. Porque como Cristo es la Ley viva, donde está esa Ley presente no estará lo injusto o lo oculto.

Por eso, purifiquen con tiempo sus corazones para que dichos acontecimientos no superen sus expectativas ni tampoco los sorprendan de la noche a la mañana.

Vigilen así como lo hace el guardián que cuida de la casa durante la noche.

Entren en vigilia y en oración, porque así podrán ser guiados, paso a paso, hasta el fin.

Las señales del universo dejarán más clara y evidente la realidad planetaria antes de que se develen todas las mentiras, los fraudes e injusticias.

Que sus corazones sean misericordiosos, así como Dios es misericordioso; porque, de esa forma, no caerán en tentación.

Vengo a pedirles, en esencia, lo mismo que Jesús les pidió a Sus apóstoles mientras Él agonizaba en el Huerto Getsemaní; porque serán necesarias, en ese tiempo, su plena correspondencia, sintonía e incondicionalidad.

Los más humildes ayudarán a los más dormidos.

Los más sabios, que serán movidos por el Santo Espíritu, ayudarán a los más ignorantes.

Los más simples les indicarán a todos la puerta de salida hacia el nuevo y venidero ciclo de la humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Santa María, Madre Pura y Fiel

Queridos hijos:

Que, en estos tiempos de grandes desafíos y pruebas, ustedes aprendan a vivir del ejemplo de su Madre fiel y pura.

Que, en ustedes exista la sana y verdadera intención de que reine la fidelidad, así como la fidelidad de Mi amado Hijo y de Su Madre Celeste llegó hasta los pies de la Cruz, solo aspirando a cumplir la Sagrada Voluntad del Padre.

En estos durísimos tiempos de transición, que la sagrada fidelidad los motive a celar por el Plan de Dios y por todas las almas que lo componen, obedeciendo a cada decisión espiritual e interna que es tomada por la Jerarquía espiritual y planetaria.

Así, en humildad, aprenderán al igual que la Sagrada Familia, a seguir en adhesión y unión todos los pasos que son indicados para la concreción de esta Obra, que es mundial.

Queridos hijos, deseo que despierte en ustedes, la sincera aspiración de respetar y seguir hasta los límites de la conciencia y de la materia, todas las decisiones que son tomadas pues, detrás de algo aparentemente incomprensible para la mente humana, existe un divino y sagrado Propósito.

Para que cada uno de ustedes en este tiempo cumpla con la aspiración de su Madre Celeste, Yo los invito a respetar, amorosamente, la Ley de la Jerarquía y a no salir de esa preciosa Ley por medio de sus acciones, pensamientos y cometidos.

Los invito a que se apoyen en el ejemplo fiel de Cristo y de Su Madre Universal, lo que llevará a la humanidad entera a encontrar la salvación y la Misericordia de Dios.

Por eso, hijos Míos, que sus consciencias y especialmente sus corazones, estén despiertos y más atentos para que las puertas a la traición y a la indiferencia entre los seres del bien, no sean abiertas.

Solo les pido que tengan la suficiente madurez y amor para comportarse evolutivamente, como almas que están dentro del camino de la hermandad y de la unidad.

No quisiera ver con Mis ojos de Madre, en estos tiempos, a ningún otro Judas.

Aprendan a perdonar la injusticia y podrán ser sabios en el espíritu y no en la competencia.

Sepan que cada uno de los servidores y de los consagrados de Cristo, nuestro Señor, es responsable, espiritualmente, de que esta Obra que es un milagro de amor infinito de la Jerarquía, pueda dar resultado y así cumplirse.

Queridos hijos, hoy les hablo a través de Mi Faz de fidelidad y de pureza para que crean que, en verdad, es necesario proteger la Obra de ustedes mismos.

Busquen en cada nueva decisión el propósito del Amor Superior y no se queden en la superficialidad de las cosas.

Ustedes nacieron para alcanzar la fidelidad en el final de los tiempos. Eso hace que esta Obra sea puramente verdadera y transparente ante la humanidad.

Quisiera que en este ciclo de cambios y de renovación, dieran pasos hacia una unidad más profunda, porque de esa forma estarán protegidos en el desierto, junto a su Madre Celeste, escapando de las garras de Mi adversario.

El mal no conoce el amor y le teme al amor crístico. El mal no conoce la unidad y le teme a la unidad entre las almas que se congregan en Cristo.

Finalmente, sean misericordiosos, y no perderán el discernimiento.

Amen las decisiones divinas y humanas que son tomadas, porque si aceptan sin comprender, juzgar, ni traicionar la Obra, tendrán el mismo discernimiento que tuvo Mi amado Hijo durante Su agonía en el Huerto Getsemaní.

No desafíen al adversario, sean mansos en todas las cosas y siempre alcanzarán la paz.

Les pido que se unan a Mi Espíritu de Fidelidad para que no estén tan desprotegidos.

Aún la Obra divina no finalizó, y ustedes son parte de una nueva historia que está siendo escrita.

Mediten en humildad, y Mis palabras maternales resonarán en lo profundo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Los unifica,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡No teman! ¡No teman! la verdad se anuncia a los corazones valientes, capaces de conocer los tiempos finales y, aun así, aceptar vivirlos con la paz del corazón y en profunda entrega a Dios.

Hijos, ¿por qué les revelo los acontecimientos finales? Porque es parte de su redención y de su camino de transformación en Cristo que sean conscientes de estos tiempos, así como Mi Hijo conocía la cruz que cargaría, no solo en el Calvario, sino hasta los días actuales.

La Pasión de estos tiempos será larga para muchos y forjará la fortaleza interior de los que aún no se fortalecieron para cumplir la voluntad de Dios.

Nada se asemejará a la batalla que vivirán después de los mil años de Paz; sin embargo, la transición de los tiempos y la ruptura de las ataduras les permitirán traspasar los obstáculos que vendrán más allá de esta vida y más allá de este mundo.

Mis soldados ya están preparados para vencer las tentaciones del adversario, pero lo que más les costará, hijos Míos, es vencer dentro de ustedes mismos aquello que todavía aspira a vivir esas tentaciones. No será la tentación en sí su prueba, sino la batalla con sus núcleos más humanos, que tienden a responder a esa tentación.

En el ciclo anterior, se encontraban en las primeras horas del Getsemaní, aprendiendo a vencer las tentaciones, a renunciar, a entregar la propia vida. Ahora, están en las últimas horas de agonía en el huerto, en el momento en que Mi adversario les presenta las tentaciones del mundo y el Creador les presenta la cruz.

La gran prueba de estos tiempos será renunciar a los placeres mundanos para encontrar en la cruz un regocijo escondido, una victoria que se encuentra oculta en la trascendencia de sí mismo, del sufrimiento, del dolor, del aparente fracaso; la victoria que se encuentra en la vivencia del perdón, de la humildad, de la compasión, de la piedad, del abandono de sí mismos; una victoria que comienza cuando dicen sí a la voluntad superior y abrazan la cruz de estos tiempos, que es la propia purificación y transformación, para que,  a través de la persistencia, venzan la obscuridad de los propios cuerpos y de la consciencia humana como un todo, para que emerja la luz y triunfe en cada espacio de sus seres.

Hijos Míos, el Pan ya se repartió en la Mesa del Señor; ya reconocen la necesidad de entregar la propia vida, por amor a sus hermanos que viven en la ignorancia, y por el triunfo del Creador en cada esencia humana. Las primeras tentaciones ya fueron vencidas. Muchos ya pueden soportar la soledad de este Getsemaní de los tiempos de hoy y otros están aprendiendo a encontrar la verdadera fortaleza en Dios y no en los hombres, tampoco en la propia humanidad.

Ahora, les llegó la hora de decir "sí", el último "sí", el "sí" definitivo.

En seguida llegarán a sus vidas, a la consciencia planetaria, los fariseos, representados por las corrientes que descenderán a través de la batalla entre el caos y la Luz Divina, y que colocarán a la consciencia humana definitivamente en su Pasión, en la transición planetaria, en el momento de cargar la cruz y trascender toda apariencia, para vencer, por medio de la fe, las pruebas que se presenten.

Mis amados soldados e hijos tan queridos, fortalézcanse siempre en Mi mirada, en Mi presencia, porque Yo acompañaré el Calvario de estos tiempos.

Será Mi Piedad que, unida al perdón de sus corazones, abrirá nuevas puertas para la evolución humana; renovará el principio de la Misericordia en un nuevo atributo divino, que convertirá no solo los errores de consciencias e individuos, sino de civilizaciones enteras.

Ese atributo divino generará meritos no solo para la redención de la raza humana, sino también de todas las consciencias que, en todo el Cosmos, se abran para esa suprema transformación y reconciliación con Dios.

El triunfo del Creador en el corazón humano, en toda una raza, será el anuncio del mayor milagro de amor de toda la Creación. Ese triunfo generará la redención universal.

Sonarán por fin las trompetas de los mil años de Paz, para que un nuevo ejército se forme y, con mayores grados de amor, se preparen para la última batalla, antes del supremo triunfo de Dios.

Sientan en Mis palabras la importancia de la vida en la Tierra, la importancia de la vida de cada uno de ustedes, y sigan adelante proclamando la voluntad y el Plan de Dios, aceptando ese Plan con amor, más allá de las apariencias y los desafíos delante de los cuales él los colocará.

Digan siempre sí y no miren para atrás. Encuentren la fuerza para seguir adelante, en la Paz de Mi Inmaculado Corazón

Yo siempre los acompañaré del Calvario a la Resurrección y en los mil años de Paz.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escuela de María, escuela de corazones humildes

El primer paso para encontrar la humildad es no perder la fe. Ella abre caminos para que las almas concreten sus pasos.

La escuela de humildad que Yo les ofrezco es de constante vacío, y para estar vacíos no pueden existir aspiraciones propias, solo el camino de la renuncia.

La renuncia es la llave principal para encontrar la humildad que en muchos corazones está escondida por la existencia de otros intereses.

La humildad no puede ser dominada ni conquistada. El espíritu de la humildad verdadera nace del destierro del propio yo, para que otras Leyes puedan actuar.

El Señor, en Su concepción original, es humilde. Si Él no lo hubiera sido, ¿cómo podría haber creado todos los mundos?

La humildad es el escudo contra la arrogancia y el orgullo, aspectos que nublan el propósito de las almas sin dejar ver la esencia de la misión de cada una.

Quien busca la humildad debe saber que tendrá que ir despojándose de sus creencias, de sus apariencias y de sus aspiraciones.

Cristo vivió la humildad como prueba final cuando, en el Huerto Getsemaní, Él aceptó beber del amargo cáliz de la redención. Si Cristo no hubiera sido humilde, no podría haber realizado semejante obra de liberación.

La humildad tiene como bases el vacío de sí y la fe, que son atributos que ofrecen los mejores cimientos para que las almas se vayan purificando.

Un ser humilde siempre es el último, aunque el universo lo coloque primero. Por eso, el trabajo de la humildad debe ser amado para después poder conocerlo. Si no existe amor para buscar el espíritu de la humildad, la tarea quedará indefinida.

El Cielo sabe que la humildad no es una escuela tan buscada por todos, como lo es el poder o la soberbia que tienen como resultado un gran engaño espiritual.

El servicio a los Reinos de la Naturaleza, por su propia expresión, tiene una puerta directa hacia la humildad; porque los Reinos menores deben ser tratados con mucho amor para que expresen en la consciencia la belleza de su humildad.

A través de estos Reinos, las almas no solo evitan el cincuenta por ciento de sus errores, sino que también pueden dar pasos más seguros para encontrar, a través de la humildad, la escuela del servicio a los demás y a la Creación.

Los Reinos menores son reflejo de la humildad creadora que no tiene el ser humano. Ellos enseñan al hombre de superficie sobre el espíritu de la constante donación, que también es un atributo fiel para vivir en la humildad o al menos aproximarse a ella.

Por eso, los invito, en estos tiempos, a que Mis hijos se replanteen dónde ha quedado la aspiración de seguir buscando la humildad.

La humildad puede salvar a muchas almas.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los invita a ingresar en la escuela de la humildad y del bien,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Corazón Sacratísimo se acongoja cuando las almas no quieren escuchar a Dios. Pero esto Yo ya lo sabía, sabía que iba a suceder en este siglo y en este tiempo. Me fue revelado durante la Agonía los ciento treinta y tres principales dolores que la humanidad le ocasionaría al Corazón del Creador.

Hoy, les digo, compañeros, que lo que sucede a los ojos de todo el mundo es el dolor más agudo que vive Mi Corazón. Por eso, hoy he venido para mostrarles Mi Agonía espiritual en el Huerto Getsemaní, Agonía que lastima Mi pobre Corazón por los pecados e injusticias del mundo.

Todo lo que hoy sucede es porque la mayoría de las almas, en este tiempo, no reconocieron la oferta de Mi Amor. Esto no es un castigo, es una consecuencia generada por los hombres que se apartan cada vez más de Dios.

Al igual que los inmigrantes en las barcas, Yo estoy en naufragio, pues, como un navegante, Me han perdido en alta mar. No Me han visto en los ojos de los más pequeños ni tampoco en el corazón de las madres que buscan consuelo. Me exiliaron de esta humanidad por ser extranjero.

Sepan que estoy presente en el corazón de los más desprotegidos, pues espero despertarlos algún día para que  den testimonio de vida al mundo.

Así, Yo Me presento a ustedes para que comprendan que todo no es lo que parece. La humanidad tapa sus ojos para no ver el resultado de una decadencia sin límites.

¿Quién consolará Mi Corazón que va rebasando la copa de la injusticia? 

¿Quién vivirá por Mí, para poder salvarse?

Es hora de crecer interiormente y de no dejar que la propia vida los haga perecer.

Síganme en este trayecto y no sigan en el que lleva al mundo a la inconsciencia y a la falta de fe.

Compañeros, sean Mis testigos, Mis verdaderos testimonios ante la crueldad del mundo.

Abran los brazos y sientan en sus corazones el dolor del Redentor.

He venido a San Carlos porque aquí hay ovejas que deben seguirme y, en este tiempo, deben profesar su verdadera fe, fe que ayudará al mundo y a toda la humanidad.

Que esta nueva Maratón sea dedicada a la reparación de las almas inocentes, pues ahora Yo Me encuentro entre esos corazones, sufriendo el horror del mundo. Sean buenos orantes y ayúdenme a seguir derramando Misericordia para el mundo.

Les dejo la sagrada visión de Mi agonía en el Huerto Getsemaní. ¿Quién beberá del amargo Cáliz Conmigo para salvar a la humanidad?

Bajo el Amor de Dios sean bienaventurados.

¡Gracias, hijos de San Carlos, por estar Conmigo!

Cristo Jesús Glorificado

Me voy en silencio, para que sientan Mi Corazón lastimado.

Yo los bendigo ahora y siempre, en nombre del Amor de Dios.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, hoy el Maestro llegó de una forma especial aquí, a San Carlos, y quisiéramos compartir con ustedes un breve relato para que puedan entender mejor el Mensaje que Él nos trajo hoy, que es diferente a todos los Mensajes que Él ha dado hasta este momento.

Cuando el Maestro llegó aquí, Él vino revelándonos la escena de la agonía en el Huerto Getsemaní.

No vino como ha venido en otros momentos, con toda Su Presencia para hablarnos directamente, sino que Él estaba encima de una piedra, estaba con Su Mirada hacia el Cielo, hacia el universo y hablaba con Adonai. Él estuvo así por mucho, mucho tiempo, durante todo el tiempo que estuvimos aquí, esperando que Él comenzara a hablar.

Nos preguntábamos qué era lo que Él quería decir con eso. Y, entendimos al final que quería compartir un dolor que Él vive, en este momento, con nosotros; y Él necesitaba que nosotros fuéramos conscientes para poder colaborar.

Y después que Él mostró esa escena por un largo tiempo, Él mostró que llevaba una corona de espinas sobre Su Cabeza; y le preguntamos: ¿pero la Corona de espinas no fue después, durante la Pasión?; y Él decía que esta Corona es la que le coloca hoy la humanidad y que Él sufre muchas agonías causadas por este mundo, así como las sufre Su Madre, María.

Entonces, en ese momento, Él giró Su Rostro hacia nosotros, estaba llorando, con Sangre en Su Rostro y Su Corazón desbordaba de un dolor muy grande, que era desconocido. Él decía que era una agonía espiritual que estaba viviendo, algo que sería inexplicable de entender por parte de la humanidad, pero que Él intentaría en este momento explicarnos, a través de las palabras, lo que Él está sintiendo de la humanidad.

Él en este Mensaje puso algunos ejemplos muy simbólicos, que tenemos que prestar atención para entender a través de esos símbolos el Mensaje que Él nos quiere decir.

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Como el sonido de un arpa de luz, les traigo a sus almas los sonidos más puros y armoniosos que existen en el Cielo para que, de esa forma, reciban el bálsamo de Mi Cura Maternal y Espiritual. 

Hijos, todo lo previsto ya comenzó, y la humanidad enfrenta, en este momento, el resultado de sus acciones y de sus decisiones que, en esta hora, llevará a millones de almas a desviarse del camino que les ofreció Mi Hijo.

Muchos de Mis hijos predilectos vivirán el yugo del sufrimiento, de la transmutación y de la entrega a causa de la carga inmensa que existe sobre la humanidad y debido a la ausencia de servidores obedientes a los pedidos del Cielo. 

Es por esta infinita razón que Su Padre Celestial, Adonai, decidió derramar códigos de transmutación tan similares a los que vivió y sintió Mi Hijo Amado durante Su última noche en el Huerto Getsemaní. 

El Padre los estará colocando, con Sus propias Santas Manos, en un camino desconocido y nunca antes vivido por nadie; porque, al igual que muchos bienaventurados del pasado, ustedes deberán cruzar el mismo portal, para que Dios reconozca que es justo derramar Misericordia y Liberación sobre un mundo completamente paralizado por las insignias de Mi adversario.

Por eso, hijos, prepárense, la hora estará llegando y Dios los hará depositarios de Sus más Preciosos Dones para que, en nombre de Su Amado Hijo, ustedes preparen sus seres para ayudar a la evolución del Plan de Dios.

De esa forma, hijos Míos, con un espíritu de entrega y de donación, a pesar de las incertidumbres y de las circunstancias, ya estarán preparados para asumir el fin de un ciclo y el comienzo de otro.

Su Madre Celeste los congregará en el Espíritu Curador de Dios para que, viviendo su intensa purificación y liberación interior, ustedes sirvan en plenitud y amor al Reino de Dios. 

Hijos, la batalla final aún no comenzó. Antes de que eso suceda, Yo vengo del Cielo a derramar sobre ustedes Mis Instrucciones, que los llevarán a estar dispuestos a los llamados del Cielo.

No se desanimen. El Señor estará con ustedes acompañándolos por más que no lo sientan, Su Presencia es silenciosa.

¡Les agradezco por perseverar en responder a Mi llamado!

Los une con el Corazón Bendito de Dios,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz  

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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