Jueves, 22 de noviembre de 2018

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A los que perseveran

Miren hacia el horizonte y dejen que sus ojos puedan contemplar aquello que no se ve con una mirada común, sino que se encuentra con la mirada del corazón.

Vean y sientan el despuntar de una nueva vida que comienza dentro de ustedes y, poco a poco, se va manifestando en el horizonte de este mundo.

Hoy Yo les traje el sol para que recuerden que la Voluntad de Dios mueve todas las cosas y, así como mueve el tiempo y las nubes en el Cielo, también mueve y transforma su mundo interior para que, libres de tinieblas y oscuridades, puedan encontrar lo que verdaderamente son.

Hoy, hijos, crean que la nueva vida comienza a manifestarse dentro y fuera de ustedes. Crean en el Poder de Dios que los transforma, que despierta el amor en el interior de los seres y les revela el verdadero propósito de esta humanidad.

Cada día vengo aquí para que este propósito esté más vivo dentro de ustedes. Quiero enseñarles a amar el Plan de Dios por encima de todas las cosas y a percibir que él se manifiesta más allá de sus miserias e imperfecciones.

En este día quiero demostrarles el poder de la unidad para que sientan que no solo trabajan con situaciones físicas cuando cumplen con Mi pedido de estar aquí. Mientras están aquí reunidos Mi Corazón actúa en su mundo interior, equilibrando y curando sus debilidades para que aprendan a amarse unos a otros.

Crean que, en estos días, todo puede ser curado, porque la Mano de Dios trabaja en ustedes mientras sus manos se unen a las manos de sus hermanos para realizar una tarea.

Crean que, durante los trabajos grupales que Yo les pedí, pueden curar su falta de amor, de fraternidad y de unidad con el prójimo. Dense la oportunidad de trabajar unidos con aquellos con los cuales tienen alguna dificultad y, durante ese servicio, observen y busquen las mejores virtudes de sus hermanos. Hagan eso como parte de una profundización interior, como parte de su camino evolutivo y como una oferta por el planeta. Todo sucederá dentro de sus corazones y, más aún, Yo les digo: las virtudes de sus hermanos les aportarán lo que les falta a ustedes. Y, sin que lo perciban, estarán recibiendo del otro lo que necesitan para transformarse.

Curen esa enfermedad de la humanidad de buscar las miserias, las dificultades y las imperfecciones del prójimo y busquen en sus hermanos las virtudes, los dones y la Gracia de Dios, para que sepan lo mejor que cada uno puede aportar al Plan de Dios. Así, les digo, no solo se curarán a sí mismos, sino a toda la consciencia humana.

Que cada trabajo grupal represente un nuevo paso interior.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo