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Mis queridos hijos:
Soy la Señora de los Treinta y Tres, y Mi manto refleja toda la Luz del Sol, que ilumina y bendice a Uruguay.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, y Mi túnica refleja el Espejo de los Cielos, que desciende sobre Uruguay para guiarlo y darle sabiduría.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Madre Confederada, y Mi corona es el símbolo de la gratitud y del cariño de todos los orantes uruguayos.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Patrona de esta nación y de todo el pueblo charrúa. Mi mirada está en la riqueza espiritual de la cultura ancestral indígena. Mi cariño está en los valores de la hermandad, de la solidaridad y de la ayuda que el pueblo uruguayo manifiesta y expresa como un don.
Soy la Señora de los Treinta y Tres, la Madre de los trabajadores y de todos los que se sacrifican día y noche para poder salir adelante, confiando en sus sueños, aspirando a alcanzar sus propias metas.
Soy la Señora y Madre de Uruguay, llamada Bendita entre todas las mujeres. Soy la Estrella del Sur de Uruguay, Soy Quien guarda en Su Corazón a los navegantes. Soy Quien cela por Amor a todos los que llevan el pan a la mesa de la familia.
Soy la Señora de los Treinta y Tres; Soy Quien prepara, en silencio, la llegada de Cristo a cada corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoprimer poema
Reina del Cielo y de la Tierra,
ilumina nuestros caminos con las estrellas de Tu Corona,
para que en la senda de la vida nos encontremos con Dios.
Haznos simples de corazón y ardientes en la oración,
porque esperamos estar cumpliendo
con una parte del Plan del Creador.
Reina del Cielo y de la Tierra,
concédenos la Gracia de ser liberados
de las cadenas de la opresión
y de la esclavitud que podría estar viviendo nuestra alma.
Reina del Cielo y de la Tierra,
ayúdanos a que, finalmente,
seamos discípulos y servidores de Cristo.
Que nuestra vida y nuestra existencia
estén en las Sagradas Manos de Tu Hijo,
para que Él las pueda moldear como nuevos instrumentos
a Su servicio de Amor y de Paz.
Reina del Cielo y de la Tierra,
aspiramos a no querer ya nada para nosotros,
sino que nuestras vidas sean el ejemplo
de las promesas de Cristo
para la redención de la humanidad.
Reina del Cielo y de la Tierra,
Te pedimos que nos guíes y nos acompañes
hasta que podamos caminar solos
para que, con madurez,
respondamos amorosamente a los pedidos de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Amados Míos:
Hoy Mi Corona de Estrellas está iluminada por la fuerza y la fe de las oraciones ofrecidas por medio de la Poderosa Novena a San Rafael Arcángel.
El Padre Creador se retira del planeta, habiendo cumplido una etapa importantísima en la misión de rescate y de liberación de las almas de la cadena del sufrimiento y de la enfermedad.
Pero aún, queridos hijos, hay mucho por hacer, aún hay almas por rescatar, por despertar y por colocar en el camino de retorno al Corazón del Padre Celestial.
Durante estos nueve días, los orantes pudieron experimentar el trabajo silencioso de transmutación y de vibración que hace la Jerarquía Angélica y también pudieron ser conscientes de la gran necesidad de ayuda y de oración que tiene el planeta.
Así, durante estos nueve días, en los que los orantes esforzados realizaron la novena, pudieron acompañar a San Rafael Arcángel en su tarea planetaria de cura y de reconciliación de la humanidad.
Aun se darán oportunidades a todos de poder seguir orando de corazón por el fin de la pandemia, para que la humanidad recapacite y reconozca su distanciamiento espiritual de Dios.
Fue así que, el propio Padre Eterno envió a uno de Sus Arcángeles para que interviniera por la humanidad.
Hijos, después de estos nueve días de haber sido colocados en contacto con la Sagrada Ley de la Cura, que sus oraciones continúen llegando al amado Corazón de Dios para que más cura y más redención abracen al planeta.
¡Les agradezco por haber respondido, con prontitud, al llamado por la cura de la humanidad!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Rodeada por las Doce Estrellas de los Atributos de la Madre Universal, hoy hago descender todos los Principios Divinos sobre Mis hijos y, en consecuencia, en el planeta, para que, en este momento de purificación, las almas aprendan a estar en Dios y a buscarlo todo el tiempo.
Eso evitará que Mis hijos estén distraídos con las cosas del mundo, y permitirá que estén fortalecidos, enteros y disponibles para la oración que los impulsa a la transformación.
Mis Doce Estrellas doradas llegan al mundo para encender en las almas los Atributos de Dios y para que ellas recuerden en estos tiempos esos Atributos, los que las protegerán de todo lo que enfrentará el mundo.
En esos Atributos podrán tener las bases necesarias para afirmar su vida de consagración y su vida de servicio altruista por la humanidad.
De los Atributos de la Madre Universal vendrán los impulsos que necesitan para hacer de sus vidas el modelo espiritual que el Padre pensó para cada uno de ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
He aquí a la Señora de todos los pueblos y de todas las razas que viene a su encuentro con la potestad del Cetro de Dios en Sus manos, con el amor de las estrellas del cielo en Su Corazón.
He aquí a la Madre y Señora de todos los pueblos del Cielo y de la Tierra, Madre de los hombres, de los ángeles y del Hijo de Dios que viene a su encuentro, trayendo la paz en Su Corazón, derramando Gracias de Sus manos.
Mi Corona de Estrellas derrama Misericordia sobre el mundo. El Cetro de Dios, en Mis manos, detiene a la Justicia que desciende sobre las almas; porque, a pesar de la indiferencia y de la ignorancia de los hombres ante las cosas celestiales, el Amor de Dios por Sus hijos no tiene fin.
Hoy vengo, hijos, por un pueblo que debe recobrar su fe en Dios y su espiritualidad, arrancando de la consciencia las raíces del mal, de la separatividad, de la injusticia y del desamor.
Vengo a mostrarles las puertas de la Iglesia Celestial de su Padre Creador y el camino a través del cual llegarán a ella, independientemente de su cultura, raza o credo en esta Tierra.
Vengo a conducirlos a la conversión del corazón, de la consciencia y de la vida; no para mostrarles una nueva religión, sino para llevarlos a un nuevo patrón de vida, en el que sus corazones se unen a Dios a través de la transparencia, de la verdad y del amor y expresan esta unidad con sus hermanos a través del servicio, de la fraternidad y del amor al prójimo.
Vengo unir el Cielo y la Tierra, en un sacerdocio de perdón y de cura que Mi Hijo Me concedió en la Cruz.
Vengo a guiar a los apóstoles de los últimos tiempos y a los santos de los últimos días; despertándolos y congregándolos, dentro y fuera de la Iglesia, porque no es solo en las Iglesias de la Tierra en donde están los hijos de Dios y los compañeros de Cristo. Yo vengo a buscarlos en los cuatro puntos del mundo porque llegó la hora de despertar.
Mi Corazón prepara la llegada del Mesías al mundo y, así como una vez lo gesté en Mi Vientre y abrí las puertas para que Su Espíritu, Su Alma, Su Cuerpo y Su Divinidad estuvieran en la Tierra entre los suyos; hoy, hijos, vengo a preparar Su Retorno junto a ustedes. Vengo a anunciar la buena nueva de Su llegada al mundo y a preparar a los rebaños que acompañarán al Pastor en la institución de una Nueva Vida.
Él vendrá más brillante que mil soles, con el resplandor de Dios en Su Corazón. Su Faz se mostrará a todos con verdad y poder, más transparente que lo que Él se mostró a Sus apóstoles en Su Transfiguración. Su Presencia hará visible las miserias y las virtudes de los hombres y, con una simple mirada, derribará las estructuras de las falsas espiritualidades de la Tierra. Y los que no supieron amar comprenderán sus errores y se arrepentirán, pero para algunos ya será tarde.
Por eso, hijos Míos, el Redentor envía al mundo a Su Sierva, no para amedrentar a los corazones, sino para despertarlos, para mostrarles el camino de la Misericordia y de la Gracia de Dios.
Vengo para que sus corazones reconozcan los desvíos de sus vidas y se reconcilien con Dios, mientras hay tiempo.
Vengo para que haya amor en los corazones de los hombres y para que este mismo amor pueda curar las manchas y las heridas más profundas de la consciencia de las naciones.
Vengo a decirles y a mostrarles que, a través de la oración, curarán a sus corazones y a sus naciones de todos los errores del pasado.
Vengo para que se arrepientan, hijos, en nombre de la humanidad y que clamen a Dios, de corazón, por una Gracia mayor, porque ella ya está en Sus Manos, pronta para derramarse sobre el mundo, solo basta que le digan "sí".
Hoy reciban con amor Mis palabras y oren Conmigo por un bien mayor. Sientan Mi Presencia en sus corazones. Que Mi Amor les revele un hombre nuevo en su interior para que, a partir de hoy y para siempre, no sean los mismos, sino que estén perpetuamente unidos en amor a su Padre Celestial.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Su Madre María, Rosa de la Paz
Mi Corona de Doce Estrellas es coronada por la esencia de las flores más bellas del mundo.
Mi Manto está cubierto por todas las hojas de los vegetales del mundo, pero Mi Corazón es la Rosa Divina que representa la síntesis de la Creación de Dios en este planeta.
Mi Cinturón Azul es la enredadera de la vida, la que busca crecer, extenderse y elevarse siempre a lo más alto para alabar a Dios.
Mi Túnica es bordada por la matriz de las flores más sencillas del mundo, las que expresan la devoción permanente por el Creador. Y estoy rodeada por los Rayos que cada Reino expresa en este planeta, para donarse a Dios.
Soy la Madre de la Naturaleza y estoy integrada por cada Aspecto de Dios una vez manifestado en el principio de esta Creación.
Mi Corazón Inmaculado guarda la matriz de los Reinos de la Naturaleza. Mis Células guardan la memoria y el origen de cada Reino creado.
Yo Soy parte de la vida, del Infinito y de la regeneración para este planeta. Quien está de corazón con los Reinos de la Naturaleza siempre estará Conmigo para poder realizar en este planeta la Voluntad de Dios.
Los Reinos de la Naturaleza precisan sentirse simplemente amados por el ser humano de superficie, para que ellos también puedan ser curados.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Guerrera de la Luz, hoy visto Mi potente Armadura de plata y llevo sobre Mi Corona de Estrellas los cristales que irradian toda la Luz del universo.
Estoy pronta para socorrer a Mis hijos y a todas las necesidades que se presenten.
Por más que Mi adversario les tienda trampas, Yo les indicaré el camino y la forma de salir de ellas para no caer en tentación.
Llevo en Mi mano la poderosa Espada oro rubí que manifiesta la Voluntad del Altísimo para toda la Creación. Nadie podrá oponerse a que los designios se cumplan.
Vengo vestida con Mi Armadura de plata para demostrarle a Mis hijos que aún estamos en tiempos de batalla, en los que todo está en juego.
Por eso, estén atentos a todos los movimientos, sus vidas están sobre el tablero, así como lo está el planeta, y en esta batalla espiritual del fin de los tiempos todo está permitido.
Recuerden que si están Conmigo nada les sucederá. Estén atentos para no caer en la distracción, en la indiferencia o en la omisión.
Todo está al alcance de todos. Por eso, para que todo fluya correctamente dentro del espíritu de la protección, la atención ardiente será la llave para desviar batallas, así como también el silencio y la oración serán escudos que los harán invisibles.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No teman, Yo estoy aquí y si estoy aquí, está Dios y todos Sus universos angélicos y arcangélicos.
Si la bestia está agitada es porque está perdiendo la batalla y sus planes malignos se hunden como en la arena movediza.
Su derrota está próxima y todos sus planes se desarmarán, nada que venga de ella reinará.
Su Madre extiende Su Manto y debajo de él, les muestra Sus catorce Espadas, las cuales cortarán y disolverán los catorce aspectos del adversario.
Los Padres Creadores harán uso de las catorce Espadas para vencer al enemigo y todo su reino invasor en la superficie se destruirá a sí mismo, porque el amor de los corazones reinará y ya no se opondrán espada contra espada.
El nuevo Goliat será vencido y arrojado al abismo, hasta que le llegue la hora de su juicio universal.
Mientras tanto, daré Mi Corona de Estrellas a los que Me siguen incondicionalmente y Mi Corona de Luz los guiará por los caminos hacia las virtudes de la Nueva Jerusalén. Así, podrán conocer los Dones que Dios le entregará al nuevo mundo, finalmente liberado del maligno y de su constante condenación.
El planeta nacerá de nuevo y los Cristos, junto a Mi Hijo, cumplirán la profecía de los mil años de paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reencender el compromiso de ustedes con el Padre Celestial.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a encender los atributos que formarán parte de la Nueva Humanidad.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a sustituir los códigos viejos por códigos nuevos.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a intercambiar las faltas por Gracias extraordinarias.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a retirar de los abismos a los que esperan por liberación.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a establecer un tiempo más de paz interior.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a derramar sobre el mundo los Dones de Dios.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reunir finalmente a las doce tribus de Israel.
Con Mi Corona de doce Estrellas, enciendo los Espejos Sublimes a fin de que la raza sea transmutada.
Con Mi Corona de doce estrellas, le ofrezco al Padre las oraciones de Mis hijos y, así, Él Me concede una expiación espiritual para aquellos que no la merecen.
Con Mi Corona de doce Estrellas, le traigo al mundo la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado con perseverancia!
Los ama,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Con Mis Pies despojados y puros, piso lo que ocasiona dolor y tristeza en Mis hijos. Me afirmo, en nombre de Dios, sobre la serpiente y le hago sentir el Poder del Creador, para que así sea aplacada.
Con Mis Manos unidas en oración, imploro por el planeta y por cada alma de este mundo, sin dejar de guiar y de acompañar a quienes invocan Mi auxilio.
Con Mi Manto luminoso, irradio el Reino de Dios para que las almas lo distingan y, reconociéndolo en su interior, se animen a ingresar al Corazón de Dios.
Con la Corona de doce Estrellas sobre Mi Cabeza, instauro los Atributos de Luz para el mundo y envío en misión a los ángeles del Cielo para que siembren en la humanidad todo lo que la hará más fraterna, servicial y pacífica.
Con Mi Mirada de Amor hacia el mundo, imploro intensamente por los que están perdidos en la vida material y con Mi Divina Mente elevo lo que está caído a fin de que se cumpla la Ley de la Redención.
Es así que estoy con Mi Consciencia desdoblada, para abarcar todo, más allá de este mundo y de esta humanidad, porque Mi Propósito es que todos puedan vivir la Voluntad Suprema.
Por eso, vengo en auxilio de todos los que Me dicen sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El triunfo de Mi Corazón está próximo
Queridos hijos:
No teman ni se desesperen, porque el triunfo de Mi Inmaculado Corazón está próximo y el infierno de la Tierra se cerrará.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y las grandes potestades temerán; el suelo que está bajo sus pies será removido y no quedará piedra sobre piedra.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Corazón está próximo y nadie se opondrá, el Reino de Dios se aproxima y todas las almas lo verán en la segunda Venida del Redentor.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y los falsos reinos del mundo perecerán porque una vez más triunfará el Amor de Mi Hijo, que es el Amor del Dios Vivo.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Corazón está próximo y Yo reencenderé a las estrellas caídas, las volveré tan semejantes a Mi Amor que nadie lo podrá creer.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y la Corona de Luz de Mi cabeza brillará en los abismos para retirar de la ilusión a los que duermen y están engañados por la humanidad.
El triunfo de Mi Amor está próximo y las bestias le temen a ese momento, porque estará cerca su gran y esperada derrota, y los ángeles caídos se rehabilitarán.
Tengan fe y confianza, porque el triunfo de Mi Plan está próximo y evitaré, por encima de todo, que una nación se oponga a otra nación.
El triunfo de Mi Corazón Divino está próximo, primero en los que se autoconvocaron para esta misión de paz en el mundo.
Hijos Míos, vean ya concretado el gran triunfo de Mi Corazón, por la conversión de sus vidas y almas, en el momento en que cada uno debe pedir perdón a Dios.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y las fuerzas del mal perderán la batalla después de que Yo haya protegido, en Mi desierto, a cada uno de Mis hijos. Allí, los ejércitos y las potestades celestiales descenderán al planeta para hacer triunfar el poder del Amor de Mi Inmaculado Corazón en el gran abismo de la Tierra.
Mi Gracia hasta ahora los sustenta y los calma; el triunfo de Mi Corazón está próximo y nadie quedará sin ser tenido en cuenta, porque todos serán avisados antes del tiempo final que llegará.
Queridos hijos, a pesar de todo, sepan que el triunfo de Mi Corazón está próximo y que nadie quedará desprotegido si en simple humildad Me lo pide. Allí, Yo estaré para abrazarlo y guardarlo de toda adversidad bajo Mi Manto.
Ahora, hijos amados, mientras está todo por suceder, les pido amorosamente que hagan triunfar Mi Plan de Amor maternal en cada Centro Mariano, así como en cada Comunidad-Luz, que Yo con tanto amor protejo.
Hagan triunfar, en cada Comunidad-Luz, el servicio, la caridad y el bien. Hagan triunfar las Islas de Salvación, que serán refugios para gran parte de la humanidad. Abran sus corazones a lo que Yo les digo hoy.
Triunfen y únanse todos los días a través del amor. Mi tiempo entre ustedes ya está terminando y, desde el Cielo, querré ver los frutos de esta Obra planetaria. Las Comunidades son sus refugios internos y externos, son el espacio en donde sus cuerpos podrán descansar protegidos cuando el caos se instale en la humanidad.
Valoren la herencia divina que el universo les ha dejado, porque en poco tiempo comprenderán lo que hoy les digo.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Inmaculado Corazón también se dará por su entrega y donación a todas las Comunidades, que son las bases de los Centros Marianos.
Queridos hijos, con sus corazones bien abiertos después de haber recibido tantas dádivas e instrucciones, al menos díganle a su Madre Celeste: ¡Sí, Madre Divina, yo responderé por esta Obra y haré hasta el final lo que sea necesario para que triunfe el Plan Celestial de Tu Inmaculado Corazón!
Queridos hijos, agradeceré que todos los santos días del Señor, ustedes vivan y trabajen esta afirmación para que más almas reciban, a través de su servicio, lo que tanto esperan.
El triunfo de Mi Corazón se dará en toda la humanidad por su respuesta interior a Mi Plan.
Que no deje de brillar Medjugorje en sus corazones, así como cada Centro Mariano que Yo he consagrado para la salvación de la humanidad.
¡Les agradezco por comprenderme y por vivir Mi llamado!
Los ama y los eleva al Reino de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En la víspera del cumplimiento de los noventa y nueve años de Mis Apariciones en Fátima, quisiera llevarlos a través de Lis para que encuentren la Misericordia de Dios.
Quisiera que sus almas buscaran la unión perfecta con cada uno de los jardines internos de Lis-Fátima y que, al mismo tiempo, encontraran la fuente de la pureza original no solo para ustedes, sino también para el mundo.
Vengo, hijos, en este día de vigilia de oración para que sigamos orando por la paz, sin cansarnos de pronunciar la bendita oración del Avemaría.
En este mes de mayo quiero verlos plenos en la oración como en la unión interna con el Inmaculado Corazón de María. Por eso, queridos hijos, nuevamente las puertas del Reino de Lis-Fátima, del Santuario Interior, se abren por las manos de los santos ángeles que acogen y reciben a los que, día a día, caminan sin demora por el sendero de la transformación.
Unidos al Santuario Interior de Lis-Fátima, queridos hijos, crean en esa pureza original que Dios depositó desde el principio de sus existencias y sean uno con los otros, sean esas llamas flameantes de amor por la humanidad.
Hoy repitan con alegría “Dios te salve, María”, porque la Gracia del Padre será la que los hará dignos de poder ingresar en consciencia y devoción en los jardines internos de Lis. En ese Cielo de Fátima en donde los jardines internos se revelan, ustedes queridos hijos, encontrarán la historia escrita en Sus espejos sobre el Amor de Vuestra Madre Celeste por la humanidad.
Cuando se abren las puertas al tiempo de purificación, hijos Míos, permitan que la llama sagrada de Lis traspase sus corazones y que sus consciencias sean tocadas por el Amor de Dios. Así, hijos, permitirán que Lis resurja en ustedes como si fuera la primera vez, permitan que ese Centro Sagrado y Angelical se muestre a las esencias aún no redimidas.
Caminen libres de sí mismos por esos jardines internos y dejen que sus esencias sean bañadas por la Luz del Reino de Lis. Unidos en este día de oración, oren, hijos Míos, sintiendo la presencia del Reino de Lis en sus vidas y en cada una de sus oraciones. De esa forma encontrarán Sus espejos internos y reflejarán, desde ese Centro, la pureza que hoy necesita la humanidad.
Como discípulos de Dios y siervos de la Reina, apelen profundamente y en devoción a que la corona dorada de Vuestra Madre y Sus doce estrellas de atributos de amor, irradien a todo el mundo y desde el Centro de Lis emanen los rayos que sublimarán a los que despiertan.
Que hoy el amor de Lis-Fátima sea compartido entre todos, ya que Vuestra Reina Solar está comandando el gran momento del rescate. Sonrían a la vida que Dios les dio y miren con misericordia a los miserables de espíritu, para que ellos algún día sean tocados por el Amor de Vuestra Madre.
Preparen el altar para el encuentro con Lis-Fátima, porque una sagrada oportunidad será presentada a todos Mis hijos de Europa, un sagrado conocimiento los definirá para siempre como siervos de Vuestra Reina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Desde la pureza de Lis, Santuario Interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como su Madre, siempre estoy adelante de ustedes luchando contra los embates de Mi adversario.
Las Doce Estrellas de Mi Corona son los potentísimos rayos del sol que iluminan los caminos de los que se perdieron.
Estoy con ustedes siempre en la batalla. Mi Manto es la protección de todos los inocentes, en él se refugian los que deben ser guiados hacia el camino de la reconciliación.
Estoy con ustedes en la batalla. Mi Corazón es el escudo protector contra toda adversidad; en él encontrarán fortaleza, ánimo y esperanza para seguir adelante.
Estoy con ustedes en la batalla. Mis ojos observan los pasos de todos los hijos de Dios y Mis manos les señalan el camino de la oración para que sean invisibles ante tanta maldad.
Estoy con ustedes en la batalla. El fuego de Mi Corazón quema todas las malas influencias y Mis rayos de Gracia les muestran la senda a recorrer.
Yo soy su Madre de la Gracia, les entrego el Rosario como instrumento de protección y cada palabra pronunciada será para ustedes el tesoro orante de salvación.
Estoy con ustedes en la batalla hasta el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Princesa de la Paz y la Reina del Universo, de Mi Corazón brotan los rayos de la redención y de la piedad. En Mi manto brillan las estrellas rescatadas de la Tierra. Debajo de Mis pies está el mundo, y Mis plantas de luz pisan la cabeza del maligno. Mi corona irradia los doce atributos de la Nueva Humanidad y de cada estrella nacen los rayos de la Misericordia de Dios, aquellos rayos que guían a las almas.
Queridos hijos, Yo soy la Princesa de la Paz, soy la Madre que desata los imposibles nudos que nadie consigue desatar. Quien está Conmigo vencerá, quien está Conmigo despertará siempre a lo nuevo. En Mi Reino será más que una flor, en Mi Reino será el espejo redimido que se encenderá en Misericordia e irradiará la paz para el universo.
Yo soy la que guía a las almas perdidas. Es a través de Mis hijos que Yo encamino a todos los corazones que vagabundean por el mundo sin encontrar sentido ni motivo a la vida. Yo rescato lo que está perdido. Yo convierto lo que está equivocado. Yo enciendo en fe lo que ha estado apagado.
Yo soy la Princesa de la Paz, la que trae en Su vientre el perfecto diseño de Dios y la que gesta en la consciencia la nueva ciencia de la cura espiritual.
Soy la que reza por todos, soy la que cubre con Su manto a las almas buenas y las hace invisibles ante los ojos de Su adversario.
Queridos hijos, soy la Madre que guía a todos hacia el Propósito. Soy la que ayuda a cumplir la misión de cada ser.
¡Les agradezco por responder a Mi celestial llamado, a pesar del tiempo de adversidad!
Quien está Conmigo, triunfará.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Todos los días Yo soy coronada por vuestras simples oraciones, y todas las coronas de amor que ustedes Me ofrecen, Yo las deposito a los pies del Creador para que Su Misericordia siga siendo derramada sobre el planeta como un poderoso caudal.
Hijos Míos, todas las oraciones se convierten en alimento espiritual de salvación para los más pecadores y, así, tengo el permiso de ayudar a las almas más perdidas, aquellas que hace tiempo niegan a Dios.
Es de esa forma, bajo la intercesión de Mi Corazón Misericordioso que Yo, vuestra Madre del Mundo, desciende para buscar a las esencias perdidas en los abismos de la Tierra. Cada vez que pronuncian: “Dios te salve María”, un ángel de Mis ejércitos enciende una antorcha de luz para que Yo pueda encontrar en los infiernos de este mundo al alma más condenada. Así, vuestra Madre Celeste activa la liberación del mal y esas almas reencuentran el camino de unión con Cristo y luego con el Padre Celestial.
Queridos hijos, las humildes oraciones son el escudo contra toda tentación, ellas salvan vidas perdidas y, especialmente, los corazones pueden llegar a recapacitar en su proceso de conversión.
Hijos amados, todas las honras que recibo de parte de Mis queridos hijos, Yo las derramo en Gracia y en Misericordia sobre los que más necesitan. Sigan trabajando unidos a Mí, así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los envuelve en el manto de la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Contemplen, en Mis ojos, la Luz imperecedera que no se apaga jamás, para que ilumine sus caminos que los llevan al Corazón de Dios.
Contemplen, en Mi Manto, la eterna protección, para que se arriesguen a dar los pasos y, sin miedo, vivir la transformación.
Contemplen, en Mi Corazón, la llama que los sustentará en devoción y en fe, y que no les permitirá desanimarse ante las pruebas del enemigo.
Contemplen, en Mis manos, el auxilio perpetuo, incansable e impasible, que los aguardará siempre para llevarlos hasta la Luz.
Contemplen, en Mis pies santificados por el glorioso caminar que hice al Reino de Dios, el camino seguro por el que caminarán sus pequeños pies.
Contemplen, en Mi Corona de Estrellas, la Luz del Espíritu Santo que surgirá aun en noches oscuras y que aparecerá detrás de las nubes más espesas que se aproximen a sus vidas.
En Mi Rosario, contemplen la fe inquebrantable y la persistencia eterna de Mi Corazón, que ora día y noche por las almas del mundo.
Contemplen, en las rosas bajo Mis pies, la oferta permanente generada por Mi oración perpetua, oferta que es adorada por Dios y que representa a toda la humanidad.
Hoy, hijos Míos, visto sus cuerpos con Mi Manto, cubro sus cabezas con Mi Corona de Estrellas, en sus manos coloco Mi Rosario y, bajo sus pies, deposito siete rosas, para que sigan eternamente Mi ejemplo, ejemplo que traigo a sus corazones semana a semana, mes a mes.
Quiero que hoy acepten esta oferta verdadera de Mi Corazón, para que alcancen a tener un corazón puro, una vida simple y humilde, un caminar pleno de fe y confianza absoluta en Dios y, a través del rosario en sus manos, jamás se olvidarán de que cada paso debe ser dado por el prójimo.
Vivan la transformación como un servicio eterno de auxilio a la humanidad y a todo el planeta, que necesita de corazones cristificados por el Amor del Espíritu Santo de Dios, corazones prontos para cruzar el umbral de una nueva raza, una nueva humanidad basada en el Amor.
Mi Presencia, en este tiempo, viene a indicarles el camino por el cual deben seguir hasta el momento en el que se encontrarán con Mi Hijo y, a partir de ahí, seguirán con Él, en Su ejemplo glorificado de unión con el Padre.
Hijos Míos, luminoso es el final de este camino de piedras, solo les pido que sean persistentes y que sigan las instrucciones dejadas por los Mensajeros de Dios; de esa forma, las piedras serán oportunidades de crecimiento y no motivo de atavismo.
Mis amados, busquen, en Mi Corazón y en la contemplación de Mi Sagrada Imagen, la fuerza y la fe que nutran a sus espíritus; así siempre podré guiarlos y acompañarlos, junto a sus corazones, en la trayectoria que deben vivir.
Como agua que corre en el río de la vida, permitan amoldarse a la Voluntad de Dios expresada en las Instrucciones que reciben. Así, liberarán a sus seres de estar en un sufrimiento innecesario en este tiempo.
Jamás se olviden de orar. Oren, oren mucho, para alcanzar la paz en el mundo entero.
Yo los amo y les agradezco.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy lanzo a las estrellas de Mi Corona sobre la Tierra, para que el brillo celestial que cubre a la Reina del Mundo pueda despertar a los que aún duermen y a los que permanecen en la oscuridad de la consciencia, en la ignorancia.
Hijos Míos, cuando Mis estrellas cruzan el umbral existente entre el Cielo y la Tierra, un nuevo amanecer despunta en la vida de todos los seres. Cada una de Mis estrellas simboliza los atributos vivos de Mi Corazón y del Corazón de Mi Hijo Jesús.
Traigo, en Mi cabeza, una Corona de doce Estrellas para que, cada vez que Mis pies posen en la Tierra, los corazones del mundo puedan recibir esta señal luminosa que desciende a partir de los Cielos, este símbolo de redención que trae en sí los Dones del Santo Espíritu de Dios.
Un gran misterio está guardado en Mi Corona de Estrellas. Cada uno de los nuevos apóstoles de Cristo tendrá, en Mi Corona de Estrellas, la inspiración y la instrucción para su apostolado.
Contemplen con el corazón el brillo de Mis estrellas y permitan que este misterio de la Mujer Vestida de Sol ingrese en sus consciencias.
Mis amados, Dios derrama a través de estas estrellas el despertar de Su Santo Espíritu en las criaturas, vierte sobre el mundo las enseñanzas ocultas que viven en el Reino de los Cielos.
Las estrellas que forman Mi Corona son las llaves para el despertar de sus espíritus, son las llaves para abrir las puertas del corazón y para abrir las puertas del Cielo.
Aquellos hijos Míos que busquen al Creador, portando en su corazón una de Mis estrellas, serán reconocidos como hijos de Dios y de Su Sierva fiel. Aquel que asuma, de forma permanente, esta estrella celestial en su pecho será reconocido como hijo dilecto de la Mujer Vestida de Sol.
Si reciben en sus corazones este símbolo de amor, estarán protegidos de todo mal y, si confían con sinceridad en este misterio que deposito en sus corazones, los dragones que recorren el mundo no los encontrarán.
Perciban, hijos Míos, a las estrellas que descienden del Cielo hacia la Tierra, estrellas que provienen de Mi Corona bendita y que están aquí para sellar el compromiso de Mis hijos con Mi Corazón Inmaculado.
Sean como el niño de la profecía de Juan, el Apóstol; estén en Mis brazos, protegidos por el sol y por las estrellas de Mi Corona; de esa forma, ningún mal se aproximará a sus corazones.
Los Cielos cuentan con la fe en el corazón de los hombres, cuentan con la respuesta que cada uno puede darle al Señor, cuando escucha Mis Palabras.
Sean fieles a la voz del propio corazón cuando Mi Voz, plena del Espíritu Santo, hace eco en su interior. Sean simples y humildes para comprender, siempre a través del corazón, las Palabras que pronuncio.
Los misterios más ocultos que viven en Mi Reino son develados a través de la pureza del corazón y no de la astucia de la mente.
Mis amados, ya es hora de develar algunos misterios a sus seres. Aquellos, que abran el corazón para escucharlos, recibirán del Espíritu de Dios el discernimiento y la comprensión necesaria para percibir y vivir la Voluntad de Dios encerrada en estos misterios.
Aquellos que intenten, a través de la mente, oír Mis Palabras y encontrar Su veracidad, sufrirán la oscuridad de la ignorancia y no permitirán que el Espíritu de Dios resuene en sus corazones, recorra lo profundo de sus espíritus y arranque los velos de sus consciencias.
Hoy, reciban con amor Mi llamado. Reciban en sus corazones el misterio encerrado en Mi Corona de Estrellas. Busquen y pidan al Señor que estas estrellas estén presentes en sus corazones; porque si una de Mis estrellas encuentra espacio en el corazón de los hombres, el Espíritu Santo podrá descender sobre la Tierra e incendiar con Fuego Divino el corazón humano.
Les agradezco, Mis amados y pequeños hijos, por dejarse guiar por Mi Inmaculado Corazón.
María, Madre del Mundo y Reina de la Paz
Y la Señora Vestida de Sol ofrecerá la corona de estrellas para que surja desde las entrañas de la Tierra un camino por el que transiten los nuevos rebaños redimidos. Cada una de las estrellas será el signo visible de un nuevo ciclo y cada alma, según su elección, entrará por un sendero que la podrá llevar hasta el Reino del Señor.
En la puerta mayor del Cielo esperará el amado Señor a sus amadas almas para que juntos, victoriosos, consagren el espíritu al Eterno Amor de Dios. La Señora Vestida de Sol manifestará Su signo universal, y esa será la señal que anunciará la próxima venida del Rey del Universo.
Dichosos los que esperarán en alegría la venida del Rey de los Patriarcas, porque ellos serán partícipes de la Buena Nueva para el mundo.
Dichosos los que han dado el sí para transfigurar en Cristo sus vidas, porque ellos reconocerán los Rayos que provienen desde el Corazón del Hijo de Dios.
Y la Nueva Barca de la vida y de la oración navegará en alta mar, y muchos la verán surgir gracias a los esfuerzos de los servidores, de los pequeños seres de Cristo. La Nueva Barca no será del pasado, ella nacerá como un nuevo niño desde el vientre de Su Inmaculada Madre.
Muchos no entenderán ese misterio, y pocos sentirán el resplandor y la fuerza de su luz, la que proviene de la Barca de los nuevos rebaños. Estos son los congregados para la misión redentora, los que silenciosamente levantarán en alto la antorcha de la luz para mostrar al mundo el camino de la verdadera conversión.
Nadie quedará sin saber por dónde ir porque la Barca ya está navegando con los impulsos que recibe del predilecto fuego de la oración. Los curiosos querrán saber la esencia de ese gran alimento para el espíritu, pero por desconocerse a sí mismos verán tarde que todo comienza y termina en la oración del corazón.
Los obreros apresuran la obra del gran puente hacia el Gran Espíritu de Dios; el tiempo corre y las almas lentifican sus pasos hacia Dios. El Ave del Espíritu Santo anuncia una nueva llamada y solo la seguirán en vuelo los oídos atentos a la voz del corazón.
Una Nueva Humanidad despierta al sur del mundo. En el horizonte la Aurora despunta radiante para abrir el ciclo de la purificación. Todo el Universo confluye para que el Propósito Divino alcance su realidad en las consciencias dormidas.
Compasión para los que llorarán por haber despreciado la Instrucción del Cielo. La Voz del Gran Maestro seguirá resonando por un tiempo más, mientras Su Luz ilumina de amor el deslizar de la Nueva Barca.
Lo viejo será derrumbado porque los pilares no se basaron en vivir la Ley del Señor. Es hora de reconocer estos tiempos y de vivir en la Sabiduría del Señor.
Las puertas del Cielo se abren para acoger a todos aquellos que se han separado de Dios.
Penitencia para los soberbios.
Redención para los tímidos.
Misericordia para los que no se cansan de servir al Gran Señor.
La Estrella del Universo anunciará el gran momento para el mundo, mientras la Nueva Barca navega al sur; su pasar derriba con amor las estructuras que ya están vencidas. Nadie podrá oponerse a ella, porque está colmada por la Luz del Gran Rey Universal.
Reconozcan con fe todo lo que reciben en sus manos, porque para el esperado tiempo deberá existir un corazón arrepentido para que él sea curado por Dios.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Señales con el corazón.
Cristo Jesús, Maestro del Amor
Como la Estrella del Cielo y del Universo, vuestros pasos son guiados bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón. Así vuestros pies caminan por el sendero hacia el encuentro con Mi Hijo. Este es un sendero que se construye en la pacificación y en la fe del corazón.
Queridos hijos, hoy los llamo a alegrar vuestros corazones y a no temer por nada, porque vuestra Madre Celestial está con ustedes, está a vuestro lado observando el caminar de cada alma, observando la definición de cada corazón ante los Planes de Dios. Porque cada uno de ustedes guarda en el corazón algo que es reverenciado por los ángeles del Cielo. Eso tan preciado que ustedes guardan, se llama: pureza del corazón.
Aunque el mundo olvida, día a día, fortalecer el espíritu mediante la oración y el Amor a Dios Creador, hoy los invito a que busquen dentro de vosotros la pureza inmaculada del corazón. Por amor, Dios les ha entregado a Su Hijo Predilecto, quien lesdejó el camino de la verdad y de la salvación.
Por eso, queridos hijos, hoy reverencien, adoren y glorifiquen la Presencia del Hijo de Dios en vuestras vidas.
En este día de importante reparación del Corazón de Cristo les pido que, por amor, entreguen vuestras vidas a Jesús y que encuentren, en el Amor Misericordioso de Cristo, la puerta para vuestra salvación y redención.
Hijos Míos, nuevos instrumentos de Cristo, nuevos fuegos de Su Misericordioso Amor deben despertar en este tiempo porque las almas, como chispas del Amor de Cristo, ayudarán en la salvación de las esencias mediante el servicio y la consagración.
Hoy, queridos hijos, quiero que recuerden que ustedes son esencias preciosas de Dios y que más allá de vuestra comprensión y de vuestra razón existe la expresión del Amor del Padre en cada una de Sus criaturas. Si al menos las almas recordaran que son esencias creadas por Dios, los pasos en la consciencia podrían estar unidos a Su Voluntad.
Queridos hijos, como Madre de la Redención, dejo hoy a cada uno de vuestros corazones Mi corona de estrellas, para que, guiados por Mi Amor Inmaculado, reconozcan el valor de vuestra fe y de vuestra confianza absoluta en Dios Creador.
Hoy también les digo que por nada teman y caminen, caminen en la oración porque ella será vuestro escudo para los momentos importantes. Uniendo, día a día, vuestros corazones en la fraternidad ustedes podrán llevar grabado en vuestros seres la Eterna Paz Celestial del Señor.
Difundan el poder misericordioso de la oración y que vuestras vidas revelen, a los que están distantes de Dios, las enseñanzas y las transformaciones que Cristo ha hecho en vuestras consciencias.
Sean nuevos pastores de la oración y, mediante el ejercicio orante, sean Conmigo guardianes de todas las almas. Recemos por la presencia de la Misericordia de Dios en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijitos Míos:
Almas ardientes en el Creador, con alegría por Su Misericordia, alabado sea Jesús en todos los corazones de Mis hijos de Paraguay.
Queridos hijos, por la Gracia de Dios Altísimo, hoy los visito con mucho amor para invitarlos de nuevo a proclamar la oración del corazón. Hijos Míos, envío Mis Bendiciones Maternales a toda la Nación Guaraní, y hoy, como Madre de las Américas y como Sierva del Señor les traigo Mi Paz Maternal y consuelo para los afligidos.
Pequeños hijos, al igual que en Guadalupe con Juan Diego sobre el Tepeyac1 hoy, nuevamente, coloco Mi corona de estrellas sobre cada uno de Mis hijos guaraníes. Queridos hijos, Mi llamado, en estos tiempos, es un llamado a la oración, a la reparación de la vida de los pueblos, de cada una de las culturas americanas y de toda la humanidad,y eso acontecerá a través de vuestra sincera oración.
Como Madre del Único y como Reina del Cielo, hijos Míos, hoy los llamo a reafirmar, mediante la oración, vuestra conversión a Dios, al Todopoderoso; esto permitirá que vuestras almas comulguen de la presencia de Cristo, el Redentor.
Queridos hijos, hoy llego a Paraguay para darles Mi Bendición Maternal y Mi Paz.
Como Madre de todas las almas, les suplico que oren por la salvación de todos los pueblos americanos, para que, al igual que Juan Diego, recuperen la humildad, la simplicidad y el amor a Dios.
Hijos Míos, hoy, desde aquí, desde el Universo Celestial junto a Juan Diego, les damos las gracias por responder a Mis pedidos. Guardo especial predilección por todos Mis hijos de Paraguay, pues la siempre Bienaventurada Virgen María conoce de vuestro amor a Su Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que Dios los escuche desde la voz de vuestros corazones. Recen por las comunidades guaraníes, recen para que la educación y la vida digna puedan expresarse en cada uno de estos hijos Mios.
Los adoro con Mi Corazón a todos. Oremos por la presencia de la paz en todo el Paraguay.
¡Les agradezco!
A todos los grupos de oración de Paraguay, gracias por escuchar Mi llamado.
En Cristo Vivo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Colina próxima a la actual Ciudad de Méjico, donde en el año 1531 la Virgen se manifestó al indígena Juan Diego.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más