Sábado, 25 de febrero de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Con un rayo de Luz de Mi Corazón impregno de Gracia a la Tierra y, al mover los Espejos del Cosmos hacia el planeta, las almas reciben y captan los impulsos del Universo.

Las grandes usinas del Cosmos retransmiten sus códigos a la humanidad, y los espíritus unidos al Padre reciben los Dones que, a partir de hoy, serán parte de su evolución.

Los Espejos del Cosmos emanan impulsos infinitos, y todos los seres de buena voluntad encuentran el sentido interno de sus vidas. Y así se establece una comunión profunda entre las almas que despiertan y Dios.

Todo se renueva al punto de que los que antes estaban lejos del camino crístico retoman su compromiso de otrora, y así, la Faz Gloriosa de Cristo se dibuja sobre la luz de los Espejos, y nuevos códigos sublimes se introducen en la esencia matriz de las criaturas.

Esas almas sienten el impulso, esas almas sienten el llamado. Nada se pierde.

Los corazones consiguen saciar su milenaria sed y, después de tantos siglos y después de tantas experiencias, la raza futura, formada por seres Espejo, despierta a su misión principal.

¿Cuál es esa misión principal?

La de irradiar el Amor de la Fuente hacia un planeta en penumbras.

Cada alma recibe del Universo lo que necesita, y cada corazón es nutrido por nuevas y desconocidas Leyes.

Lo que antes parecía imposible en una consciencia humana, el impulso espiritual que recibe la torna rescatable, y su alma se posiciona en el escalón que le corresponde dentro del Plan.

Todo se transforma, y las puertas al Conocimiento Cósmico son abiertas con el fin de que las criaturas reencuentren su esencia y su pureza original.

Pero la hora indica que los seres más conscientes, los servidores incansables deben estar atentos al movimiento de los Espejos, pues llegó el momento de iluminar la consciencia y de recibir estos impulsos como si fueran los últimos.

Beban del conocimiento y crean que es esa Divina Agua que les quitará la sed de saber quiénes son en verdad y qué vinieron a cumplir.

Es de esa forma que las Leyes resucitan antiguos colaboradores del Plan Evolutivo, para que el planeta enfermo pueda ser curado por las virtudes y las herramientas que cada sol ofrecerá al Padre Universal.

Estamos en los últimos tiempos, y la sagrada Instrucción del Universo tornará a cada alma y a cada ser, más consciente y servicial.

Una etapa se cerró en los últimos meses y una nueva ya ha comenzado.

No pierdan la oportunidad de develar misterios internos y de atraerlos hacia la superficie de sus consciencias con el fin de que ellos cooperen con el Plan.

El tiempo material e interno es precioso. Nunca antes cruzaron un umbral tan definitivo. Nunca antes conocieron el Portal hacia el Real Tiempo del Universo. Pues llegó la hora de penetrarlo a través del caudal del amor del corazón.

Porque así, a pesar de lo que suceda o de que la Tierra tiemble, estarán en profunda hermandad, y los frutos que dio la Figueira, como árbol sagrado, servirán de socorro y de auxilio para los que tendrán hambre espiritual de cosas evolutivas.

Estén atentos, cada paso que den marcará el cumplimiento de nuevas etapas. Es hora de abandonar la individualidad de la consciencia y de abrazar para siempre la fraterna vida grupal.

Recuerden, hijos, las palabras de Jesús: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado”.

Que esa sea su firme premisa y que la Ley de la Unidad Espiritual entre los seres se cumpla para que la indiferencia, la omisión y el abandono sean extirpados del inconsciente de esta humanidad.

Así podrán estar en comunión y servicio con todas las necesidades humanas y planetarias que aflorarán de la noche a la mañana.

Quisiera, hijos, que cada etapa que viven sea bien aprovechada y que nadie más, consagrado o no consagrado, cierre la puerta al auxilio cósmico que está llegando.

Redescubran, entonces, su verdadera civilización y sean parte de ese Proyecto Divino que debe llevarse adelante a través de la fiel y consciente colaboración de todos.

Que las Islas de Salvación aparezcan después de haber sido construidas por las manos de todos.

Que Mis hijos sean verdaderos celadores de esas Islas y guardianes del Gran Portal por el cual Cristo aparecerá para el mundo.

Viertan sus miserias en Mi Corazón, que Yo las transformaré y serán, en poco tiempo, rosas en Mi Jardín de Luz.

Crean en lo verdadero y puro que existe dentro de ustedes, y así la Tierra será repoblada por nuevos principios de amor y de unidad.

No dejen de captar lo que los Espejos están emanando, ellos le indican a la humanidad que está viviendo un último ciclo.

Adelante Mis guerreros de la paz.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Los bendice con la Luz de todo el Cosmos,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz