Viernes, 17 de octubre de 2014

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ASUNCIÓN, PARAGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que vuestros pies caminen en dirección a Mí, pues  el recorrido aún será largo y profundo, y muchos serán llamados por Mi Corazón a imitar Mi sagrada Pasión.

En un día viernes como este, Yo Me encontraba en la Cruz, entregándome completamente al mundo, salvando a muchas almas perdidas, encendiendo muchos corazones y resucitando a muchos que habían muerto. 

Las tumbas se abrieron en Jerusalén y muchos dieron testimonio de Mi Resurrección, pues Mi Espíritu Divino, que no es de este mundo, despertó a todos aquellos que debían vivir en Dios.

Sagradas cruces cósmicas se expandieron sobre el mundo y reestablecieron el Plan de Dios, aunque Yo me encontrara en la Cruz.

Yo hice muchas cosas por ustedes y por toda la humanidad. 

Aquellos que abrieron su corazón a Mi Llamado fueron partícipes de Mi Sangre preciosa, recibieron Mis códigos y Mi Agua brotó y se expandió por todo el mundo como una gran fuente espiritual de salvación.

Todos los que estaban caídos en aquel tiempo fueron levantados por Mí, resucitaron en el Espíritu de Dios, encontraron el camino de su evolución y su despertar. Y ahora en estos tiempos finales, Yo les vuelvo a recordar Mi sagrada Pasión en la Cruz, porque esa será la llave que los protegerá, que los mantendrá libres de ustedes mismos, y todos los códigos corruptos se transformarán en fuente de Vida y de Gracia.  Yo tengo la potestad de transformarlos.

Les pido a aquellos que Me escuchan y Me siguen que ya no cierren más su corazón.  Yo estoy intentando entrar cada vez más en vuestras vidas. 

Ya no hay más tiempo, Mis compañeros.  El tiempo de la tribulación se aproxima a la humanidad. Las tinieblas emergerán de la superficie del planeta y muchos deberán estar preparados antes de Mi Retorno.

Yo necesito que se definan como Mis apóstoles y que se arriesguen a dar más, cada día más, hasta que duela en vuestros huesos.  Esa será la confirmación para Mí, de que Yo podré cumplir Mi Plan Divino en ustedes y que Mis palabras no han sido en vano en estos tiempos, porque habrán sido escuchadas por los corazones abiertos.

Los necesito despiertos y disponibles, que Me ayuden a sustentar la espada de Mi Misericordia, porque aún muchos están atados a este mundo material, especialmente aquellos que creen vivir la vida espiritual.

Mi Verdad se revela a ustedes en esta noche, pero muchos deberían haber estado aquí presentes. Los apóstoles llegan hasta el final del camino y, si fuera necesario, dan la vida por los otros.

Yo les vengo a entregar el verdadero testimonio de vida, la esencia de Mi Amor misericordioso y profundo. Mis Células crísticas deben encontrar un lugar en donde reposar para que todo se pueda cumplir como está previsto.

Hoy Mi Voz hace eco en los cuatro puntos de la Tierra. Los ángeles del Padre envían impulsos de Luz para todas las mónadas, para aquellos que quieran despertar a la vida espiritual.

Queridos compañeros, ya no son tiempos de vivir términos medios, defínanse profundamente por Mi Plan. Siempre han sido libres desde el principio de vuestro nacimiento. Yo necesito en esta noche que muchos cumplan los votos que Yo les vengo a presentar y que respeten el camino que muchos han decidido seguir, seguir al gran Maestro del Amor, el Maestro Redentor, el Maestro de la Paz.

Sean consecuentes Conmigo. Yo les presento en esta noche todas las fuentes de Mi Misericordia para que puedan estar fuertes hasta el final. No se permitan caer más. Levántense de donde han caído, ya tienen los instrumentos para poder hacerlo. Mi Padre tomará cuenta de todo esto y Él les preguntará qué han hecho con lo que Él les entregó.

Por eso, como Su Mensajero fiel, Yo vengo a anunciarles este último Llamado.

Les pido que todos los grupos de oración se unifiquen con la propuesta del Plan Divino. Les pido que ya no existan indiferencias, comentarios o ideas vanas; estarán debilitando el Plan de Dios.

Por eso, Yo los necesito transparentes y verdaderos, esa será la señal que permitirá que Yo los transforme.

Los tiempos no son iguales a los de ayer. El mundo se desarrolla equivocadamente y muchos no perciben esta gravedad. Por detrás de todo esto hay muchos que sufren, que padecen, que son olvidados y que nadie se acuerda de ellos. Pero Yo nunca los dejaré solos. Mi Corazón visita a todos los que Me invocan, visita a todos los hogares del mundo que abren la puerta correcta del corazón para que Yo pueda entrar y obrar.

En estos tiempos finales, los Mensajeros Divinos han intentado revelarles cuál es el camino a seguir, el camino de la Voluntad de Dios, del sagrado Propósito y de la verdadera misión para todos.

Ya no es tiempo de perder tiempo. Es tiempo de obrar, de reconstruir, de salvaguardar a la humanidad. Es tiempo de trabajar Conmigo en plenitud y en verdad, sin miedo y sin temor; arriesgándose a todo por este planeta azul que tanto los necesita, que clama por ustedes, que pocos lo escuchan.

Este es Mi Mensaje para ustedes. Es tiempo de reparación. Todos son llamados a la salvación, pero pocos perciben lo que esto significa. Por este motivo, Yo vengo aún a vuestro encuentro para que vuestras consciencias despierten a la esencia de Mi Voluntad.

Aún la humanidad está muy inmadura y muy pocos deberán remar esta gran barca, esta gran y pesada barca que representa a vuestro sagrado mundo.

¿Quién lo auxiliará? ¿Quién se arriesgará? ¿Quién dará más por amor a Dios y a Su Plan original? ¿Quién responderá? ¿Quién abrirá la puerta? ¿Quién la cerrará? ¿Quién esperará por el que ha sido olvidado, por aquel que nunca ha sido visto o por aquel que nunca fue mirado con compasión? ¿Quién se detendrá para reconocerme entre las calles de este mundo como el gran Moribundo que espera el alivio del Corazón?

Yo los llamo a la síntesis de la vida. Algo deben rescatar de todo esto, de estos encuentros Conmigo que son únicos y determinantes, pues queda poco tiempo para que Yo ya no esté más entre ustedes hasta que Mi Padre Me envíe en Gloria, y los que han confiado en Mí Me puedan encontrar sentado a su mesa para comulgar de la nueva comunión, de la alianza con Dios Padre, en la Nueva Humanidad.

Si ustedes no se sienten dignos no podrán cumplir con Mis Planes. Trabajen por vuestra dignidad espiritual a través de la pureza y de la humildad. Sean sinceros Conmigo y Yo los perdonaré.

Clamen a Mi Corazón cuando no puedan estar solos, cuando no consigan por ustedes mismos levantarse del suelo y seguir caminando hacia Mí.

Miren Mis Ojos, vean Mi compasión, vislumbren Mi Divina Misericordia y serán llenados de Mi Espíritu de Amor. Deben permitirlo, aun cuando no puedan, deben permitirlo y Yo actuaré.

En esta noche de unión con el infinito, les transmito Mis Palabras, con algunos silencios, pues Mis Palabras sagradas deben reverberar en vuestros corazones para que ellas permanezcan en vuestras esencias y sean frutos, dones de vida, para poder trabajar en Dios.

Ayúdenme, con la oración, a salvar a este mundo y a tantas almas que se pierden en cada segundo que pasa de vuestro reloj. Mientras Yo estoy aquí, bendiciéndolos, ¿han pensado cuántos se pierden y dejan de ver a Dios?

Necesito que ustedes sean raíces de Mi árbol para que otras criaturas puedan brotar en Mi Corazón y ser savia de vida por la eternidad.

Recen a Mi Padre:

Santísimo Corazón de Cristo, 
convierte nuestros corazones en llamas sagradas
 de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
 en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén.

El Cuerpo de Cristo es el que les da la Vida eterna. Dichosos los invitados a comer de Mi Cuerpo. porque se redimirán.

Padre Eterno, 
Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad,
de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
como expiación de nuestras faltas y las del mundo entero.

Sangre y Agua
que brotaste del Corazón de Jesús
como Fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.

Bienaventurados sean aquellos que beban de Mi Cáliz sagrado la Sangre preciosa de Cristo, por el bien y la restauración de todas las almas del mundo.

Bajo el espíritu de la paz y de la sagrada fraternidad, sean bienaventurados todos los que beben de Mi Sangre hasta el fin de los días.

Bajo el espíritu de la paz, Yo los bendigo y los absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A través del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Cristo Yo les doy la paz y vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos Jesús.