MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Por medio de la oración misericordiosa de las tres de la tarde, día a día Yo vengo para que sus corazones y los corazones del mundo entero sean lavados de toda mancha con Mi Sangre Preciosa.

Vengo a las tres de la tarde para purificar con Mi Agua sus almas de los deseos y del amor propio.

También vengo a las tres de la tarde para unir con Mi Alma lo que, con su astucia, el enemigo separa de Mis discípulos: el amor en el corazón.

Por eso a las tres de la tarde les corresponde esforzarse para que, por amor y redención, ustedes reciban los méritos de Mi Gloria y de Mi Resurrección. 

Yo los invito a servirse espiritualmente de los dones de Mi Corazón y a encontrar en ellos la salida rápida de este mundo material.

Únanse a Mí a pesar de cualquier circunstancia y sean buenos instrumentos en Mis Manos, pues ahora es el momento de renunciar a lo que pasó y es hora de renovarse mediante la presencia de Mi Espíritu.

Aquellos que proclamen la importante Hora de Mi Misericordia serán saciados por Mi Amor y beberán Conmigo del cáliz de la reparación en el próximo tiempo.

Anímense por un momento a ser parte de la Voluntad Suprema, para percibir el diseño perfecto que realiza el Universo en sus corazones abiertos a Mi Corazón Glorioso.

Que por la oración misericordiosa, de todos los seres orantes, el mundo entero pueda ser ayudado en estos tiempos.

Bajo la Luz Victoriosa de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por guardar Mis Señales en el corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos Míos:

Estoy presente en todos los caminos de la vida y, como conductor de almas, encamino a todos aquellos que anhelan el Reino Amado de Mi Padre. Comparto Mi Amor con todos los rebaños y preparo, en el corazón de Mis hijos, la morada interior que Me acogerá cuando pronto retorne Mi Espíritu.

Acepto a todos Mis hijos y amo especialmente a aquellos que son indiferentes a Mi Ley de Redención. En ellos intentaré redimir el pasado y, por la Fuente de Mi Misericordia, querré darles la vida y la salvación para retirarlos de los abismos y del pecado en que viven.

Necesito que Mis discípulos de la Misericordia, todos los días, entregados por entero a Mi Sagrado Corazón, amen las dificultades, porque eso los hará más humildes. Necesito que renuncien a sí mismos porque eso los hará más simples, y que acepten las pruebas y los desafíos que los harán más sabios y caritativos.

En Mi escuela existen muchos rebaños, aunque son pocas las ovejas que se animan a seguirme en la fe y en la entrega. En Mis Brazos Yo siempre los recogeré, les daré Mi bondadoso consuelo, porque espero de los Míos la prontitud y el alivio que sus corazones pueden generar a través del bien y de los sabios ejemplos de amor para con los semejantes.

Como todos saben, Mi Luz ingresa y se difunde en aquellos corazones que Me abren la puerta interior del templo del espíritu, para que Mi Consciencia Misericordiosa pueda entrar y remodelar los espacios de la consciencia.

Soy el carpintero, hijo y compañero de San José, Corazón Castísimo. Soy el que moldea con las manos a los nuevos odres, los que recibirán la luz y el agua de la conversión. A Mis nuevos odres los colocaré sobre la mesa de Mi nueva Cena, la que pronto compartiré con todos en Mi Retorno.

Los nuevos odres servirán como vertientes de agua pura y cristalina para Mis otros rebaños; estos recibirán, a través de Mis instrumentos, el Agua Redentora de Vida, Agua que espiritualmente daré de beber a aquellos que reconozcan en gloria la Venida del Hijo de Dios.

Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados de corazón.

Gracias por aguardar Mis Palabras desde el corazón.

Cristo Jesús
 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Desde el Corazón del Universo vengo hoy a vuestro encuentro. En el nombre de Jesús, Mi Alma Maternal viene a curar y restaurar corazones.

Queridos hijos:

Hoy los invito nuevamente a que ingresen dentro de Mi Inmaculado Corazón para que vuestras moradas, a pesar de todo, puedan encontrar, ver y sentir la Presencia Omnipotente de Dios. Si ustedes tan solo ingresaran a Mi Inmaculado y Materno Corazón, vuestras pequeñas vidas estarían saciando la gran sed que Mi Hijo tiene por todas las almas.

Hijos Míos, que hoy vuestros corazones sean manantiales que emanen amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, que vuestras esencias sean como aguas inagotables que, convertidas en ríos de Misericordia, sacien la sed de amor y de paz de todas las almas del mundo mediante el servicio.

Como Madre del Universo y de la Tierra, hoy llego para manifestarles Mi Amor en un tiempo de fuertes cambios en la consciencia y en la vida de todos Mis hijos.

Pequeños hijos, ante las faltas graves que comete la humanidad día a día, hoy los invito a considerar vuestra vida de oración un ejercicio que repare el Reino de los Cielos. Por eso, que vuestras vidas nunca olviden encontrar al niño interior porque así Mi Hijo derramará sobre ustedes los Dones y las Gracias de Redención y de Misericordia.

Si el mundo solo orara un poco más, la Luz del Altísimo sería otro manantial que calmaría la sed de todos Sus hijos. Pero mientras existan corazones cerrados a Mi Llamado Maternal, a Mis hijos solo les bastará crecer como crece una semilla desde el interior de la tierra. Pero a esa semilla no le podrá faltar el Agua de Vida, el manantial inagotable que hace emerger los verdaderos corazones en las criaturas.

Venerables hijos Míos, estoy aquí para enseñarles a caminar bajo el Amor de Dios y para que vuestros ojos no pierdan de vista la Misericordia en el horizonte.

Queridos hijos, hoy los invito a amar la Creación como Dios la ha manifestado para todos, y eso comenzará a través de vuestro amor a la magnificencia de los Reinos del Señor.

Orando con fervor por este mundo, Yo los llamo para que, durante este día, permanezcan en Mi Reino Maternal de Amor porque ustedes lo necesitan y también la humanidad. Por eso hoy, inundemos de amor a los corazones vacíos y sin Dios.

¡Están a tiempo de cambiar desde el corazón! Para eso ¡Yo estoy con ustedes!

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

A todos Mis hijos les doy Mi Paz y hoy los llamo a confiar en Dios porque en el final de estos tiempos vuestra fe debe estar madura y debe ser impregnada por vuestra oración.

Hijos Míos, lleven en vuestros corazones el Amor de Mi Hijo, porque es en el Amor de Mi Hijo que vuestras vidas encontrarán la confianza que todos necesitan delante del misterio de Dios.

Queridos hijos, mientras el tiempo cambia, vuestra oración debe ser pronunciada como un alimento para la vida; por eso, que en vuestras manos surja la oración donada e irradiada desde el corazón. Busquen la Fuente que nutre todas las cosas; que ella sea el agua que quite la sed de vuestros corazones y de los corazones que están solitarios en la vida.

Vuestra comunión con Mi Hijo mediante la oración les revelará el poder que tiene el amor cuando despierta en las almas.

Queridos hijos, vuestros corazones deben ser templos redimidos y consagrados al Dios Vivo, al Dios Todopoderoso que todo lo sabe, que todo lo ama y que todo lo conoce.

Por eso, hijos Míos, que vuestras consciencias, dentro de la confianza de Dios, abracen el Amor del Altísimo para que, junto a los ángeles del Cielo, auxilien a toda la humanidad. Que vuestros corazones no teman por nada; que con valentía caminen hacia el cumplimiento del amado Propósito de Dios.

Queridos hijos, abran vuestros brazos a todos para que el corazón les muestre qué simple es amar con devoción.

Pequeños Míos, el amor de cada uno de ustedes dará vida a lo que parece estar perdido y traerá cura a lo que parece estar dolorido. El Amor de Mi Inmaculado Corazón es la referencia primordial para vuestras vidas. Quien está en Mi Hijo también está en Mi Corazón, está en la Gran Consciencia de Dios.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Recordando el milagro de las Bodas de Caná, hoy les pido que, a través de la oración, vuestros corazones sean convertidos como Jesús convirtió el agua en vino. El misterio de este milagro se encuentra en el amor que ustedes pueden tener delante del Padre.

Por eso, hijos, en este día, acompañen a Jesús en la conversión de la humanidad, la cual necesita de Misericordia y de Perdón.

Queridos hijos, que vuestras vidas reflejen la enseñanza de Jesús en espíritu y en esencia. Que vuestros brazos estén abiertos, libres y preparados para recibir a los que más necesitan de Misericordia.

Pequeños hijos, hoy los estoy llamando a vivir este milagro de las Bodas de Caná en vuestros corazones para que vuestras consciencias vivan el gran ejemplo de conversión que Mi Hijo realizó en nombre del Amor de Dios.

Cuando Jesús convirtió el agua en vino estaba instruyéndonos sobre cómo el Amor de Dios convierte lo impuro en Puro, lo irreparable en Reparable, las faltas en Misericordia, la oscuridad en Luz. Por este motivo, queridos hijos, que hoy vuestra oración sea una nueva conversión de Caná, una demostración del amor que cada uno de ustedes guarda por Dios.

Pero ese amor que guardan debe irradiarse en hermandad para todos, porque así, todos estarán uniéndose a la gran red del amor y de la fraternidad.

Vuestra redención comenzará cuando reconozcáis que sois parte de Dios y que Dios es parte de vosotros, porque en este simple ejercicio estaréis colaborando en la elevación espiritual de la humanidad.

Por eso, es importante orar todos los días, aún más en este tiempo de exigentes cambios en cada uno de Mis hijos. Pero si están bajo la Luz del Espíritu Santo, vuestros corazones recibirán nuevamente la Gracia del Perdón.

Estén en Mi Paz y busquen estar en Mi Paz Maternal.

¡Les agradezco!

Gracias por responder en este día a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Hijos Míos:

Como Reina y Madre de la Paz, hoy los invito a buscar en vuestros corazones la unión interna con Jesús para que, mediante la oración, ustedes ayuden a Mi Hijo a llevar la cruz del mundo.

Como el cireneo, carguen por amor con el dolor del mundo. Que vuestra oración sea el alimento que todo lo sacie y sea el agua que quite la sed de muchos de Mis hijos.

Hoy quiero decirles que la cruz de la humanidad debe ser apoyada en la perseverancia de los grupos de oración que, unidos al Santísimo Corazón de Jesús, cumplan con el llamado de aliviar el Corazón de Cristo.

Una pequeña parte de vuestras vidas, mediante la oración, y como un servicio, puede colaborar con el prójimo. Hoy Me refiero, queridos hijos, al estado interior de donarse a los otros. Ese estado interior les permitirá reconocer la humildad que es necesario vivir en estos tiempos. Por la falta de humildad en el corazón humano muchos acontecimientos se desarrollan, eventos que condicionan el caminar armonioso de Mis hijos.

Por eso, buscando en ustedes a Jesús, el Amor Redentor, hallarán la esencia de la donación, y cuando esa donación sea un ejercicio diario, junto a la oración, vuestros corazones comenzarán a vislumbrar la Luz de la humildad.

Ese camino de humildad, de vacío de sí, todos Mis hijos están siendo llamados a vivirlo, por amor a Dios y por la reparación de los grandes conflictos y de la soberbia que vive la humanidad, en la que poco se aman los unos a los otros.

Queridos hijos, los estoy llamando a formarse como buenos instrumentos de Dios para que vuestro Sumo Sacerdote, Jesús, pueda verter Sus Gracias Misericordiosas sobre los corazones puros y sobre los corazones caídos.

Es hora de estar en Jesús todos los días.

Oremos.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Sigamos juntos por el camino de la paz y de la unidad, porque de esa manera, pequeños míos, estarán en Mi Reino, el Reino de Mi Hijo Jesús, el Paraíso, lugar en el que sus corazones deben aspirar a estar junto a Dios.

Queridos hijos, abran el portal del corazón para que Mi Luz Inmaculada los pueda colmar e impregnar con la Presencia del Espíritu Santo. Abran los brazos para que el corazón de paz que existe en cada uno de ustedes pueda emerger desde lo profundo del alma y allí siempre pueda reinar Dios.

Hijos Míos, esparzan la paz que Yo les estoy entregando, paz que es necesaria en el corazón de todos Mis hijos de este mundo.

Para que la paz prevalezca, ustedes deben ser como el agua que brota desde el manantial de Mi Corazón Maternal.

Ustedes deben ser fuente de oración para así renovar la vida bajo el Espíritu Divino del Señor. Ustedes deben ser expresión de la fe para este mundo. Deben ser el Fuego del Espíritu Santo que pueda, a través de la oración, despertar y curar el dolorido corazón de la humanidad.

Ustedes, hijos Míos, son parte de esta Creación, y Dios los creó para servir en caridad y en amor a los semejantes, instaurando así, la Nueva Fraternidad en toda la humanidad.

Sientan que todo lo que Yo les digo y lo que emana de Mi Corazón, día a día, es verdadero. Con la oración y el amor, sus corazones permitirán convertir sus almas en simples instrumentos al servicio del Divino Padre Creador.

Abran nuevamente sus corazones y sólo encuentren descanso en las Manos de Dios.

Dejo para ustedes una misión: orar para que el Manantial de Paz que se encuentra en el Cielo descienda sobre la Tierra.

De esta forma, hijos Míos, sus vidas corresponderán a los Planes de Dios.

Caminen en la fe; todo está bajo la mirada de Mi Reino Maternal.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Estaré en tu corazón cuando Me permitas vivir en él. Seré tu Bendita Madre cuando en confianza, camines por Mi jardín de rosas.

Muchas Gracias prometo para los corazones, cuando ellos estén en la absoluta fe.

La conversión de la vida comienza con la donación del corazón y del espíritu. Esto permite que ustedes descubran el silencio para después encontrar lo nuevo y lo bueno que viene desde el Señor.

Quien espera en la fe retoma el camino hacia los Cielos, pues el espíritu que ora al Dios Creador halla el refugio predilecto dentro del Corazón de Mi Hijo.

Es tiempo de abrir los oídos para escuchar el llamado que Dios les envía a través de la presencia de Mi Corazón Maternal.

Queridos hijos, hoy les pido que tornen sus corazones como el agua pura y los conviertan para que sean bellos como la naturaleza creada por Dios, Fuente del Amor y de la Compasión.

Sean consecuentes con los pedidos de orar por la conversión de esta humanidad para que el Reino de la Gracia impregne a todos los corazones. Es hora de reparar el corazón y la vida de muchos de Mis hijos que, permaneciendo lejos de Dios, son desviados del camino de la aspiración de encontrar el Reino Redentor de Cristo, el camino de la salvación.

Queridos hijos, Mi voz no se cansará de decirles que deben cambiar antes del tiempo que llegará para el mundo; que deben confesarse a diario con Mi Hijo y que deben realizar el acto de la reconciliación a través de la Sagrada Comunión con Su Corazón de Paz. Si ustedes pusieran como primordial todos estos ejercicios, el mundo podría alcanzar un tiempo más de paz.

Deben considerar cada uno de estos actos como algo precioso y practicarlos en nombre de aquellos hijos que no lo hacen.

¡Les agradezco por la respuesta!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Cuando las almas se abren para responder a Mi llamado de paz, la Voluntad de Dios se manifiesta en todo lo que es creación y vida. Los corazones reciben la Ley del Amor y de la Gracia porque sus vidas son tocadas por el Amor Misericordioso de Dios a través de Mi Hijo.

Cristo les enseña a caminar en la verdad, en la pureza y en la transparencia porque vuestras vidas, en este tiempo, deben ser cristalinas como el agua, puras como el alma y alegres como el corazón.

Hijos Míos, por la respuesta de todos ustedes a Mi Llamado Maternal, hoy les agradezco por la perseverancia y por la fe de todos. Mientras continúan imitando el camino de Mi Hijo amado podrán auxiliar a la humanidad, no solo a través de la oración del corazón, sino también a través del servicio humilde de cada uno de sus corazones ofrecido a todos Mis hijos que están expandidos sobre la faz de la Tierra.

Por eso, queridos hijos, permitan que desde ustedes brille Mi esperanza por la conversión de todos; de esta manera Mi Paz y Mi Corazón Maternal estarán por más tiempo auxiliando a todos y los conflictos desaparecerán ante la presencia de Mi Inmaculado Amor.

Hoy les entrego la Luz de la Fuente de las Gracias de Dios Padre para que todos, como uno, puedan caminar hacia la redención de la vida y del corazón.

Sepan, hijos Míos, y recuerden que cuentan con la amorosa ayuda de los ángeles de la guarda. Ellos son el suspiro del Amor de Dios sobre la Tierra y ellos esperan ser acogidos y recibidos en cada una de sus pequeñas vidas.

Los llevo siempre hacia Mi Hijo, el Cristo Resucitado, para que en comunión y en oración con Él encuentren el nuevo camino hacia Dios.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

¡Luz para toda la Tierra!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

A los que están caídos, levantaré. A los que están tristes, alegraré. A los que perdieron la esperanza, les daré esperanza. A los que sufren, aliviaré.

Queridos hijos:

Estas son las promesas de Mi Hijo. Por eso, ¡oren!, oren con el corazón para que todos Mis hijos puedan recibir este precioso Acto Misericordioso de Mi Hijo. Mi Corazón les sirve de amparo, de resguardo y de salvación; por eso, no teman a las caídas en la vida. Hoy, Yo los invito a que se levanten desde donde están y caminen a través del Divino Espíritu de Cristo, de nuevo, tomados de las manos de Luz de Mi Hijo amado.

Ustedes, queridos hijos, deben construir en sus corazones las promesas del Cristo Vivo, a través de la oración, como una preparación para el nuevo tiempo de paz y en honor al retorno de Jesús esperado por todos.

Hoy, cada uno de Mis pequeños, véase como un discípulo que, habiendo recibido la instrucción del Maestro del Amor, ahora espera en vigilia el próximo llamado.

Así, hijos Míos, Mi Corazón de Madre les trae de nuevo, en este tiempo, el llamado a la oración, al perdón, a la reconciliación y a la Misericordia para que sus corazones purifiquen los sentimientos y toda intención se vuelva pura y cristalina como el agua de un hermoso río.

Abran día a día sus corazones delante de la voz de Mi Corazón y sepan que Dios los llama para que vuestras vidas manifiesten el don de la paz y de la mansedumbre en este tiempo.

El mundo podrá recibir de ustedes las oraciones pero más aún podrá recibir de ustedes el empeño para transformar la vida en un instrumento de Mi Paz.

Los preparo y los guío con inmenso Amor Maternal.

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Para el Señor es importante que sus corazones se conviertan en llamas de paz. Para convertir el corazón es necesario orar en el nombre de Mi Inmaculado Corazón de la Paz, así Yo los guiaré como Madre de todos los corazones.

Hoy los invito, Mis pequeños, a orar Conmigo sin nada más que esperar; así sus pequeños corazones serán invadidos por la Voluntad Suprema del Señor. Hoy los llamo a interiorizar el ejercicio de la oración como una alabanza a Dios. Él quiere ver a Sus hijos entregados y puros como lo es el agua cristalina de los ríos.

Yo les aseguro que cuando sus corazones sean cristalinos a través de la oración, en cada una de sus vidas comenzará el camino de la pureza. La pureza protegerá sus corazones para que ellos no se unan a todas las acciones humanas que en este mundo han distanciado a la humanidad del Corazón amado de Dios.

Por eso, en cada aparición Yo vengo a irradiarles, desde los Cielos, Mi esperanza por la verdadera transformación y conversión de todos los corazones que, en esta última hora, deberán desafiar sus pasos y encaminarlos hacia la consagración al Señor. Pero si sus corazones están en Mí, y no en ustedes mismos, podrán reconocer el Amor Divino de Mi Corazón y así comprenderán la adoración que Yo tengo hacia cada uno de ustedes.

Solo les pido, Mis queridos hijos, que coloquen sus corazones y sus sentimientos en la oración universal a Mi Corazón Inmaculado. De esta manera y en este ejercicio, ustedes, Mis pequeños, estarán dedicando la vida por Amor y por la Redención del mundo. Recuerden, Mis pequeños, que todos están dentro de Mi Corazón y que Yo aguardo que en cada nuevo día, sus corazones irradien paz y pureza.

Muchos corazones y almas carecen de pureza por haber sido invadidos por la voluntad de los hombres; así se fueron distanciando de la Voluntad Divina. Por eso, Mis pequeños niños, para poder ayudar al mundo y a la conversión espiritual, los invito a que se vuelvan hacia Mi Corazón como pequeños niños. De esta manera, en oración y en amor, el Padre Celestial derramará Su Misericordia sobre el mundo.

Sus corazones deberán ser aquello que nunca fueron para poder vivir en otra ley y bajo una Voluntad Infinita.

Oremos por la paz en cada corazón.

Los guía,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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