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Mis queridos hijos:
Como la brisa del mar y de todos los océanos, llego a este bendito lugar para bendecirlos y entregarles Mi Paz.
En este día, vengo a repetir el último llamado de Mi Hijo: que los corazones despierten en Su Amor Redentor.
Para eso, hijos Míos, ustedes deben buscar, dentro de sí mismos, al Cristo Interior. Es muy urgente y fundamental que esté presente en ustedes para que el planeta se pueda sostener, no solo en su equilibrio espiritual, sino también en su armonía material.
A través de los últimos acontecimientos de la actual pandemia las almas están confundidas, muchas están desorientadas y la mayoría no sabe, en este momento, qué camino seguir.
Díganles a todos que son Mis hijos, que estoy aquí como Sierva y Señora del mundo para que, a través de la Luz de Mi Corazón, muchos más puedan llegar a Dios, puedan retornar al Padre Celestial.
Hijos amados, este es Mi principal Mensaje para todos: dejen que el amor, que confía, renazca en el centro de su ser; para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo puedan tener una predilecta morada en el corazón de Mis hijos.
Por eso, todos los que oran a la Madre de Dios que lo sigan haciendo, porque el Retorno del Señor está cerca y la mayoría de Mis hijos tiene que estar despierta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los acompaña,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría hoy les digo que, a través de todas las oraciones ofrecidas durante este mes de diciembre, importantes intercesiones divinas estarán sucediendo en los planos internos, en diferentes sectores de la humanidad, a fin de generar y de traer alivio a las almas desesperadas de estos tiempos; pero también para atraer el despertar espiritual a la humanidad, porque las almas, despertando al Llamado de Mi Hijo, conseguirán aplacar la Justicia que merece el mundo.
La adhesión y la respuesta de los corazones humildes permite, hijos Míos, que el soberano y poderoso Padre Celestial tenga más Misericordia y Piedad del mundo entero.
Mientras Mis hijos continúen en oración sincera que sea ofrecida a la Madre de Dios, tendré el permiso de regresar al mundo para bendecirlo y para que las almas estén en Mi Paz; porque muchos necesitarán de la Paz divina para comprender y para aceptar estos tiempos tan cruciales y definitivos.
Con Mi Rosario de Luz y la Cruz de Mi amado Hijo los bendigo y, una vez más, les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo y las naciones se envuelven con el caos, hijos Míos, Yo los llamo a ingresar a Mi Corazón y encontrar la paz. Yo los llamo a cruzar los umbrales de la indiferencia humana que existen dentro de sí mismos, como en todo el planeta. Los llamo a perder el miedo de lo que es verdadero y desconocido para que, así, puedan mirar hacia el propio interior y encontrar lo que verdaderamente son.
Que puedan contemplar el infinito y saber que ese mismo infinito habita en su interior. Y así, como las estrellas guardan en su brillo un gran misterio que parece estar distante de sus vidas, así también, en su interior hay una esencia divina, cuyo brillo, hijos Míos, guarda no solo los misterios sobre ustedes mismos, sino sobre toda la vida, sobre el Plan y el Pensamiento perfecto de Dios para la humanidad y para todas las criaturas.
A pesar de todos los conflictos y sufrimientos, a pesar de todos los estímulos que día a día ustedes reciben para padecer, para perder la esperanza, para vivir la indignación y sentir el dolor de la injusticia, Yo hoy los llamo a estar más allá de todas las apariencias y encontrar lo que es verdadero, a pesar de que casi siempre estuvo oculto a los ojos humanos.
En estos tiempos, hijos Míos, nada más les será oculto, y en sus corazones pueden develar los misterios y dones divinos, pueden descubrir sus verdaderas potencialidades, pueden saber para qué fueron creados, cuál es el propósito de sus vidas; propósito que está más allá de la vivencia del perdón y de la redención, y que se guarda en la expresión y en la manifestación del amor, en aquello que el Amor Crístico despierta en ustedes y en todo.
Estos son tiempos de ser conscientes de la urgencia del planeta, de saber y percibir que el caos anuncia el Apocalipsis, y las Leyes que se cumplen y manifiestan lo que estaba escrito. Pero también es tiempo de saber cuál es la forma correcta de lidiar con la situación planetaria, y esto, hijos amados, no está escrito en ningún Libro Sagrado, porque es parte de la Revelación de estos tiempos; es parte de lo que deben vivir y experimentar en esta etapa evolutiva de la humanidad, y que no estuvieron prontos para vivirlo y conocerlo en otros tiempos.
Las llaves para cruzar los umbrales que los separan de la Verdad y que dividen los ciclos del viejo y del nuevo hombre se encuentran en Nuestras palabras; se encuentran en el estado en el que el Verbo Divino los coloca.
Por eso, no solo escuchen lo que les decimos, sino déjense elevar. Profundicen y busquen en el interior aquello que solo el silencio es capaz de mostrarles y, con esta fortaleza, estarán prontos para profundizar en el propio interior.
Es orando y uniendo el propio corazón a Dios y a los Mensajeros Divinos que podrán ser dignos de conocer lo que los hace semejantes a su Creador. Y de esa forma, hijos Míos, escribirán con sus vidas el Evangelio de estos tiempos; el Evangelio que es la concreción del fin, pero también, el principio de lo nuevo.
Les dejo Mis bendiciones para que estén más allá de todo conflicto interno o externo; para que estén guardados en Mi Corazón y, elevando el propio espíritu, puedan auxiliar a la humanidad a liberarse también de las amarras de la esclavitud de la ignorancia y de la ilusión.
Yo los amo, los amparo y con Mi Amor los guío para que estén en Dios.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Escucha en tu corazón la dulce Voz de la Madre de Dios, la melodía celestial que enciende en tu pecho el Fuego del Amor de Cristo.
Escucha en el silencio Sus cálidas palabras y siente cómo dentro de ti puede resonar la Paz de la Madre Divina.
Recógete en lo más íntimo de tu templo interno y encuentra a la Reina del Cielo gobernando tu consciencia y tu vida, haciéndote partícipe de Su Amor consolador y divino.
Recibe la presencia de lo Alto a través de la Santa Madre.
Comulga con la humildad y la simplicidad de la Madre del Cielo.
Haz tu corazón semejante a la Madre Divina en sentimiento y pobreza, para que tu alma reciba los dones provenientes de la Gracia de Dios.
Abre lo más íntimo de tu templo para que la Misericordia de la Madre Divina pueda obrar.
Siente Su Amor cerca de ti.
Siente Su caricia maternal y disuelve cualquier amargura.
Deja que el soplo del Espíritu Santo llegue a tu vida y realice los prodigios para estos tiempos.
Escucha en tu corazón la dulce Voz de la Madre de Dios.
Es tiempo de vivir la reconciliación.
Es tiempo de pedir por la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Mi caricia es como el pasar del suave viento.
Mi regazo es como recibir el cálido calor del Sol en el invierno.
Mi Amor es como la ternura de una madre con su pequeño hijo.
Mi oración es como la lluvia que cae constantemente.
Mi esperanza es como la flor que se abre a los rayos del Sol.
Mi fe es como la bóveda celeste en la noche.
Mi súplica es como el llamado del Universo a todos los seres.
Mi devoción es como el fuego de la noche.
Mi paz es como las olas que golpean armoniosamente en los océanos.
Mi cura es como el rayo del Sol que penetra la tierra oscura.
Mi unidad es como el equilibrio y la armonía del Universo local.
Mi luz es como el Sol en el amanecer hasta que alcanza su punto más alto.
Mi alegría es la consagración de los hijos de Dios.
Mi júbilo es la concreción de la vida sacerdotal.
Mi paciencia es como el fruto que madura lentamente en el árbol.
Mi dulzura es como la fruta más dulce del planeta.
Mi misión es como el servicio abnegado de los que sirven a Dios sin cansancio.
¿Y cómo son, hijo Mío, tus virtudes?
¿Has encontrado la semejanza de tus acciones en la Creación?
Deja que fluya en ti ese principio del Don de Dios.
Permite que despierten los talentos de estos tiempos para que la Tierra sea repoblada de simples, pero verdaderos valores.
Anímate a decirle "sí" a la virtud del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desciendo desde el Cielo en este día para traerle paz al mundo y, especialmente, para colocarla en el corazón de los que más la necesitan.
Después de la importante misión que ha cumplido Mi Amado Hijo, su Madre Celestial llega para concluir la etapa final de la labor espiritual que fue realizada estos últimos días, aquí, en Austria.
Esa es la razón principal por la cual el Padre Celestial Me concedió el permiso para descender en Austria, junto a algunos coros celestiales, a fin de sembrar en los mundos internos de las almas ciertos atributos que las ayudarán para la próxima etapa de la humanidad, a nivel del espíritu.
Es así que la Madre de Dios y la siempre Virgen María hoy estará obrando no solo en ustedes, como almas y esencias, sino también estará obrando en el contexto de toda Europa Oriental.
En este sentido, la propia Peregrinación por la Paz, los lugares y las ciudades que son visitados, demuestran la necesidad de ayuda interior y espiritual que tienen miles de almas, más allá de pertenecer al continente europeo o a otras regiones, como por ejemplo África y Medio Oriente.
La operación espiritual llevada adelante por las huestes de Luz de la Madre de Dios, llega a trabajar y a actuar en niveles de la consciencia humana cada vez más profundos, y esto repercute no solo en la vida planetaria, sino también en el ámbito de la superficie del planeta, en donde se desencadenan acontecimientos cada vez más comprometidos que podrían perjudicar la próxima etapa de la actual humanidad.
Cuando los Mensajeros Divinos visitan diferentes naciones y ciudades, en este caso de Europa, es para prevenir acontecimientos y para desviar a la raza de peligros inesperados.
Es así que cada ciudad visitada por la Peregrinación por la Paz no solo recibe el impulso divino de la oración y de la música, sino que también aspectos pasados, bien profundos, son trabajados por la propia Jerarquía Espiritual. Y en muchos de los casos actuales esos aspectos son trabajados todos juntos, al mismo tiempo, y bajo la misma Ley: la Ley aplicada de la Redención, de la Liberación y de la Misericordia.
Cada aspecto que es directamente tratado está unido, desde la consciencia, a un aspecto de esa nación o de la cultura de ese pueblo.
Como pudieron presenciar en este último mes y medio de peregrinación, la Jerarquía Celestial ha intervenido en lugares, ciudades y culturas que no estaban previstos dentro del propósito de la Divinidad.
Pero esto se dio a partir de la adhesión de almas que representan originariamente a esas naciones y que participaron de la Campaña por la Paz. Así como también participaron almas de otras naciones que residen en países europeos y que abrieron una puerta espiritual para que la operación e intervención divina, que sucede a través de esta Peregrinación, pudiera llegar a esos lugares; como es el caso de Colonia, en Alemania.
Con toda esta perspectiva, como Mensajeros Divinos del Amor, aspiramos a que los participantes de esta Obra, que se han demostrado totalmente adheridos y también los que llegan por primera vez, comprendan que la Peregrinación por la Paz es más que un recorrido físico por lugares indicados por la Jerarquía y que la respuesta, y sobretodo el amor, la fe y la confianza de los corazones orantes y devotos, fortalece esa gran red operativa de ayuda espiritual y divina que desciende directamente desde el Cielo para socorrer a la humanidad de estos tiempos.
Esa adhesión inmediata construye la unidad dentro de los seres y, en consecuencia, en la humanidad.
Que esta operación divina que viene del Cielo pueda seguir adelante con el apoyo de todos, para que más naciones, ciudades y almas sean tocadas por el Amor Curador de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
En el día de San Pedro y de San Pablo, festividad de los primeros misioneros de Cristo, he venido a Ginebra en nombre de la paz y de la unidad para confirmar la alianza ecuménica entre todos los cristianos.
Esa es la razón por la cual la siempre Virgen María y Madre de la Iglesia ha pedido en este día, 29 de junio, un encuentro especial en Ginebra, sede de muchos órganos estatales, para poder unir en los planos internos a todos los creyentes de Cristo, por medio del ecumenismo hermanado entre Sus servidores.
La misión de cada cristiano es amar el Propósito de Dios y llevarlo adelante mediante la igualdad de condiciones y bajo el espíritu sagrado de la comprensión de las diferentes manifestaciones cristianas de la fe.
En este siglo XXI, en el que el mundo enfrenta desafíos grandes y también desigualdades sociales y globales, que la Llama del Amor de Cristo sea el punto de unión entre todos los cristianos, basados en el principio de la fe y en el Sagrado Evangelio de Cristo.
Como Madre de la Iglesia y de la humanidad, Mi Hijo Me envía para conceder la Gracia profunda del entendimiento, del conocimiento y de la sabiduría para que todos los que abran su corazón al llamado del ecumenismo puedan, juntos y en unidad, solventar y responder a las urgentes necesidades de la humanidad, de todo el Pueblo de Dios.
Este ecumenismo interreligioso permitirá que todos los cristianos, bajo un mismo fin y amparados por la Gracia Divina, puedan alcanzar la visión total de las diferentes carencias y necesidades de la humanidad, sabiendo que es urgente e inmediato disolver juntos la maldad, las guerras y los conflictos que abrazan a muchos pueblos en el mundo y rescatar de esos durísimos abismos a los que más sufren: a los inocentes.
Mediante la unidad ecuménica y cristiana, Cristo obrará más ampliamente, porque en todo lugar Sus discípulos de estos tiempos deberán ser testigos del Evangelio, para poder sembrar las semillas de la fe, del amor y de la unidad en los suelos más áridos de este mundo.
Y Cristo, el Agua Viva, será el que regará y cultivará lo que Sus allegados realizarán en el mundo.
La unión ecuménica y cristiana generará el espíritu del respeto y, sobre todo, una verdadera solidaridad entre los cristianos que acompañan, con su sentimiento y a través de su fe y de su confianza en las enseñanzas del Evangelio, al mismo Dios, Único y Omnipresente.
En el día de los Apóstoles Pedro y Pablo, que vuelva a surgir en todas las Iglesias cristianas el espíritu misionero, el que impulsará la revelación de la vida del apostolado en Cristo, tan necesario para aliviar el sufrimiento y llevar la cura y el amor a los corazones marginados.
Cristo es para todos.
Él vino por todos y para todos.
El esfuerzo de los testigos de Cristo será, mediante la unión ecuménica, llevar adelante la preparación de Su gloriosa segunda venida, preparando en las almas las bases de su unión con Dios y con todos los atributos que despierta la fe.
Al fin despuntará el ardiente deseo del Señor de que Sus seguidores y compañeros de camino misionero y apostólico se unan para atender la actual crisis mundial.
Por eso vengo a Ginebra para darles la bendición a todos y para estimularlos a llevar adelante la anunciación de la Palabra y del Amor de Cristo, por medio de las obras y de la unidad ecuménica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de La Salette
Queridos cantores Míos:
Hoy les suplico, desde Mi Materno Corazón Inmaculado, que unan sus voces de amor a todas las voces de Mis queridos y sufridos hijos de Siria, a fin de que en esa unión interna y predilecta se establezca el cese de las guerras y de los conflictos y pueda existir un tiempo de paz.
Para que las pobres familias de Siria tengan la Gracia y la oportunidad de reconstruir sus vidas, ofrezcan este encuentro de música con toda la sinceridad de sus corazones; y recuerden, hijos, que cada música y cada pieza que hoy será ofrecida estará siendo dedicada, amorosamente, a todos los que sufren los conflictos y las guerras durísimas de este tiempo.
Mientras Mi Rostro está cubierto de lágrimas por los que padecen las persecuciones y la muerte, junto a ustedes, queridos hijos, en esta noche de gala, le imploraré al Padre y a Mi Hijo por un tiempo de paz.
Yo estaré al lado de ustedes para acompañar preciosamente cada momento. No olviden, hijos, que todo lo que ofrezcan ayudará en la redención y en la conversión de la humanidad.
Por medio del encuentro de música de esta noche, llevaré al Cielo a las almas inocentes que fueron decapitadas por tan solo proclamar su fe en Mi Hijo.
Sepan que el mal que es generado se derrotará a sí mismo, no podrá triunfar; porque el mal no tiene amor ni perdón.
Yo les pido que hoy sean una sola voz, que puedan expresar la gratitud de poder servir a Dios en este tiempo y, sobre todo, la gratitud de poder sentirlo, de recibir Sus Gracias diariamente, a fin de que sus vidas se confirmen en el apostolado.
Estaré atenta a la ofrenda de Mis hijos, porque como Madre de los perseguidos solo deseo, con ardor en Mi Corazón, llevar el alivio a los que sufren y no encuentran salida a las guerras.
Les agradeceré su sinceridad, sabiendo que, después de todo y por más difícil que sea, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco, hijos, por responder a Mi llamado!
Los bendice en esta noche de alabanza,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Declaración del Divino Amor, continuación
¡Oh, amado pueblo chileno, que tienes estampado en tu bandera, azul y roja, la estrella que debe ser el símbolo de una patria celestial!
¡Oh, sagradas montañas de los Andes, que guardan en su corazón mineral los más grandes tesoros de la historia original de esta humanidad!
¡Oh, hijos Míos de Chile, que reflejan en sus rostros el legado de los pueblos del pasado!
¡Alcen sus banderas blancas de la paz y que, al grito que emitirá el Universo, sus estrellas internas reciban el sagrado llamado de la redención!
¡Que los Vigilantes del Legado laven sus rostros en la Fuente de Mi Gracia, para que de todo sean curados!
¡Que los Guardianes de los Tesoros del Universo reciban el bálsamo de Mi Paz para poder curarse!
¡Que los Comandantes de otros tiempos sean perdonados y reciban la Absolución espiritual del Hijo de Dios!
¡Hijos de este antiguo pueblo sagrado!, ¡pueblos del principio y pueblos del fin!, ¡abran sus corazones para ser liberados!
¡Arrojen de sus manos las armas de la destrucción!
Que cada Sol radiante, que en este pueblo habita, pueda ser erguido nuevamente a la Gloria de Dios, para que todo se restaure, para que nada se pierda. Para que, desde el silencio de los Andes, sea escuchada la Sagrada Palabra de Nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo.
Sigan a su Madre del Cielo por el sendero que los llevará hacia la patria beata, porque así, su pueblo herido por las causas del ayer, será redimido de todo.
¡Confíen, hijos, en todo lo que les traigo!
¡Confíen en la renovada esperanza y en el fin de este cautiverio nacional!
¡Soy la Madre que mueve todo el Universo para que Sus más pequeños y necesitados hijos tengan una oportunidad!
¡Que los soldados de las Estrellas hoy se reúnan a los pies del gran Altar Celestial! ¡Y que las puertas a los abismos de este pueblo ahora sean cerradas!
¡Porque el Cristo interno emergerá de sus seres y así serán uno con Mi Hijo, para que Él, en Su Gloria Celestial, sea uno con Su amado pueblo!
¡Quiero que la Estrella de Mi Hermandad ahora sea el lema y el símbolo de su pueblo!
¡Quiero, de este país, seres redimidos por el Amor del Creador!
¡Que los Comandantes de otrora ahora eleven sus corazones al Cielo!
Porque ahora, sin cascos, armas ni capas, estarán libres para sentarse a la Mesa Redentora del Señor y así comulgar de Sus Códigos de Vida.
¡Que los caídos en el pasado, en este presente se levanten!
¡Que los que aún no han perdonado los errores de esta patria y de este pueblo, hoy perdonen, para que Mi Amado Hijo, en Su Divina Gracia, vuelva a reunirlos y, por medio de Su Palabra, los haga comulgar de Su Santísimo Espíritu!
¡Que hoy Chile pueda, como pueblo, tomarse de las manos para declarar la tan esperada reconciliación y pronunciar la tan ansiada paz, borrando así, de esta historia chilena, los errores del ayer!
Así, sus corazones resplandecerán y junto a Mí podrán dar los pasos hacia el reencuentro del amor que cicatrizará las más grandes heridas.
¡Que más nadie acongoje su corazón, porque Cristo, Mi Hijo, hoy pondrá fin a este destierro!
Y todos los soldados y Comandantes de los cascos púrpura se unirán, en Cristo, para hacer de esta nación, la concreción de la Promesa Divina en la vida de cada ser.
¡Que hoy abandonen las espadas y que se ofrezca al Creador el corazón manso de cada chileno, para que triunfe, más allá de todo, el Plan!
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy sientas Mi Paz, porque estás en el lugar y en el momento en el que debes estar.
Que se construya en ti una fe inamovible, para que pueda reinar la unidad entre tu consciencia y Dios.
Que puedas estar en calma, porque todo lo que sucede es para el bien del universo y su evolución.
Que no le temas a nada, porque si Yo estoy aquí, nada ni nadie podrá hacerte daño.
Que vivas en este momento la alegría de servir a Dios, el júbilo de estar cumpliendo la Voluntad del Altísimo.
Que no te canses de caminar, a pesar de las piedras del camino o las dificultades que se presenten, si estás verdaderamente unido a Mi Corazón, todo temblará, pero la fortaleza interna será inquebrantable.
Que en esta hora te ofrezcas por el planeta, por sus Reinos y por todo lo que aquí existe y vive, a fin de que puedas hacer triunfar el Plan de Cristo en la Tierra con tu mínimo esfuerzo.
Que nada ni nadie se oponga a Mis hijos, porque pisaré su cabeza como a la serpiente.
Que nadie tiente a la Voluntad de Dios, porque no sabrá su resultado.
Que se aparten los lobos vestidos de ovejas.
Que nada opuesto, aparente o contrario a la Luz del Plan, prevalezca.
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mírame a los Ojos y descubre Mi Paz.
Mírame a los Ojos y visualiza Mi Luz, la Luz de Dios.
Mírame a los Ojos y encuentra Mi Amor Maternal.
Mírame a los Ojos y observa Mi Faz.
Mírame a los Ojos, para que se disuelva el mal.
Mírame a los Ojos, para que nazca el amor en ti.
Mírame a los Ojos, para que todo se transforme.
Mírame a los Ojos y siente la divina protección.
Mírame a los Ojos, para que sigas Mis pasos.
Mírame a los Ojos, para que todo se renueve.
Mírame a los Ojos, para que todo se calme.
Mírame a los Ojos, para que sientas Mi Corazón.
Mírame a los Ojos, para que surja el nuevo ser.
Mírame a los Ojos, para que todo se redima.
Mírame a los Ojos, para que florezca la paz.
Mírame a los Ojos y siénteme en todo lugar.
Mírame a los Ojos y todo estará en Dios.
Mírame a los Ojos, porque Yo ya estoy aquí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que tu corazón se amanse, porque así entrarás en Mi Paz.
Todo está en su lugar, aunque no lo parezca. Todos están teniendo la oportunidad de aprender cosas nuevas.
Deja que tu corazón se amanse, porque así entrarás en Mi Paz.
Este momento les exige a todos grandes esfuerzos, para que pasos más grandes e infinitos se puedan dar.
Deja que tu corazón se amanse, porque así entrarás en Mi Paz.
Todos están recibiendo la oportunidad de expandirse en el amor y en la hermandad, están recibiendo la oportunidad de renovar sus votos de servicio al Plan Divino.
Por eso, deja que tu corazón se amanse, porque así entrarás en Mi Paz y vivirás lo que tienes que vivir bajo el amparo de Mi Espíritu.
Agradezco tu esfuerzo.
Quien los ama eternamente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Por la Potestad y por la Maternidad que Dios Me concedió, vengo a su encuentro.
Por la Gracia y por la Divinidad que son parte de Mi Santo Espíritu, Yo los bendigo.
Por la Piedad y la Misericordia que habitan en Mi Corazón Inmaculado, Yo los acojo bajo Mi manto y los convido a despertar a Mi Plan de paz y de amor en la Tierra como en el Universo, por toda la Eternidad.
Hijos Amados, como Madre y Señora de la Creación, vine hasta este lugar para que desde aquí pudiera despertar en sus corazones la pureza que emana de los Reinos de la Naturaleza.
Vine para que con el auxilio de los Reinos, que son expresiones de la Consciencia Divina, la humanidad pueda despertar al espíritu de unidad de la paz.
La naturaleza en Costa Rica, hijos, no solo preserva en sí su belleza y su vida, como también preserva los principios divinos de unidad y de pureza, que sustentan gran parte de Centroamérica.
Vine a este lugar para que comprendan el papel de cada Reino en el planeta; que al observar la naturaleza aquí preservada, los hombres sean tocados y llevados a reencontrar a Dios en su interior.
Vine porque, a pesar de toda la expresión divina que está al alcance de todos, la humanidad está distraída por los placeres y por las fuerzas capitales que obscurecen sus ojos y sus corazones, y no permite que vean la gran misión de los Reinos de la Naturaleza, no les permite cooperar ni aprender con esos Reinos.
Hijos Míos, Mi Corazón se coloca hoy, junto al Corazón de Mi Hijo y de San José Castísimo, bajo el gran Edén que aquí habita, resguardado por Dios. Y con Nuestros Corazones expuestos, despertamos al origen de la unidad entre toda la vida existente en la Tierra. Despertamos los registros más puros que la consciencia humana fue capaz de expresar, sobre todo en los pueblos originarios de América. Y es de esta forma que generamos el correcto equilibrio para curar el pasado.
Hoy bastará que abran sus corazones y se dispongan a recibir la pureza que Yo les traigo.
Hoy bastará que digan sí para expresar en sus vidas algo sublime y no retroceder más en esta escalada evolutiva, que tanto cuesta a la consciencia humana.
Hoy bastará, hijos, que observen a la naturaleza con el corazón y, en humildad, reconozcan que este mudo solo existe por el equilibrio generado por los Reinos.
Agradezcan a la Creación por haberles concedido la Gracia de cohabitar con los Reinos. Reconozcan que si ellos se sacrificaron a lo largo de la historia humana para sustentarlos y mantenerlos de pie, ahora llegó el momento de responder y con amor ofrecer un poco de sus vidas para generar la paz y equilibrar todo lo que los Reinos vivieron por ustedes, cuando en realidad debería ser el hombre que dé ejemplo en la evolución de la Tierra, pues es de sus corazones, hijos, que parte el amor que todo transforma.
Hoy agradezcan a los Reinos de la Naturaleza y dispónganse de corazón a comulgar con toda la vida. Como Madre de la Suprema Naturaleza, y como Rosa de la Paz, les revelo Mi presencia en todo lo que fue creado y les agradezco por cooperar con la vida en la Tierra, generando paz y preparando la consciencia planetaria para una nueva vida, una vida de unidad con Dios.
Yo los amo y nuevamente les agradezco por estar aquí y por abrirse de corazón para hacer triunfar Mi Amor en el mundo.
Yo los bendigo hoy y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A Mis hijos consagrados
Queridos hijos:
En este día de renovación y de confirmación de votos para con los planes de paz de Vuestra Madre Celeste, quisiera verlos expresar la alegría y el amor que a todos los ha congregado en este eterno oratorio de Mi Inmaculado Corazón.
Al abrir las puertas de los Universos celestes hoy vean a su Santa Madre descendiendo desde la Casa del Padre Celestial, coronada con todas las flores de Sus hijos predilectos que confirman una y otra vez su adhesión al Plan de los Sagrados Corazones.
Hijos Míos, hoy quiero que todos estén dentro de Mi plenitud y de Mi gozo espiritual reunidos en este Centro Mariano y tomados de las manos para celebrar con su Comandante Celestial el triunfo del Corazón de Su Hijo en el mundo.
Junto a los coros celestiales, serafines, querubines y arcángeles cantemos el Himno de Aleluya decretando a Yahvé como el único y poderoso Padre de la Misericordia.
Una Gracia expiatoria derramará Mi Inmaculado Corazón sobre aquellos que ya se consagraron y se consagrarán a Mí el 13 de marzo, cuando su Comandante Celestial dirigirá Su Gracia maternal sobre las causas imposibles. En ese día en el que la puerta mayor del oratorio sagrado de Mi Corazón estará abierta, quisiera verlos internamente pronunciando y afirmando por un año más su sí al Plan del Padre Universal.
Queridos hijos, como su Alteza Celestial desciendo del Cielo resplandeciente en amor, en maternidad y coronada por Sus hijos del mundo. Hoy desearía que sus almas pronunciaran a viva voz: "Gratitud, Madre por cuánto nos das." Así Yo elevaré al Cielo esta imploración para que el Padre la contemple en el océano infinito de Su Misericordia; de esa manera el Plan de todo el Universo podrá contar con la colaboración y el esfuerzo de todos.
Muchos de ustedes quisieran testimoniar resultados evidentes de toda esta Obra, Yo prometo que los verán en el próximo tiempo.
Hijos amados, ahora Yo los invito a obrar en el nombre del amor y de corazón por todos los que rechazan todos los días el llamado espiritual de Dios. Ustedes se consagraron como Mis hijos porque fueron tocados por Mi Luz, por Mi sagrada Maternidad y por Mi Misericordia.
Quisiera que aprovecharan este último ciclo, la Gracia inexplicable que Yo les derramo amorosamente para que sus corazones se abran cada día más para amar y reconocer en el semejante la Presencia de Cristo, así como Yo la reconozco en cada uno de ustedes.
Hoy sean verdaderamente una sola familia espiritual sin apariencias ni juicios, así como Nosotros, los Portavoces del Cosmos somos una familia con cada criatura de este planeta que está o no en el camino de Cristo.
Queridos hijos, renueven sus votos de consagración y de unión con Vuestra Madre Celeste. En este día Mi Inmaculado Corazón se aproxima aún más a sus vidas para que sientan Mi eterna Paz.
Les agradezco, hijos, por formar parte de los ejércitos orantes de la luz.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
¡Despierten! Vean a vuestra Madre Celeste en una gran misión planetaria junto a los misioneros de la paz, los que junto a Mí se preparan para atender a las más grandes necesidades de amor y de servicio en Turquía.
Es por eso, que vuestra Madre Celeste, junto con los misioneros de la paz, se dirige hacia uno de los lugares más lejanos de Medio Oriente, para llevar adelante un importante rescate esencial de las almas que necesitan conocer Mi Paz.
De esa forma, hijos Míos, los misioneros de la paz deberán irradiar, hacia los más pequeños y olvidados, el espíritu de paternidad y de maternidad.
En esta próxima segunda etapa de la misión humanitaria, Mis misioneros comenzarán a ingresar al verdadero campo de refugiados, aquel que se proyecta en la consciencia planetaria de los desamparados y de los marginados, porque en verdad, queridos hijos, el total abandono y el exilio se vive en el espíritu de cada ser.
Esta próxima etapa demandará que los misioneros de la paz estén ante los resultados internos de la crueldad humana, algo que irán descubriendo bajo Mi santa guía a medida que transcurra la misión en las diferentes regiones de Turquía.
Estambul será la etapa final más dura, porque Mis misioneros verán el ápice de un gran exilio humano.
El servicio a los niños requerirá de la atención espiritual, moral y física a los más pequeños, los que a través de las guerras o de la pérdida de sus familiares, perdieron la alegría de vivir o el por qué estar en este mundo.
El amor paterno y materno de cada misionero será imprescindible, por eso, queridos hijos, Yo los invito a que todos consideren esta parte de la misión como importante, porque los misioneros deberán unirse a los cristos internos de cada pequeño hijo Mío, así Yo les estaré mostrando, a Mis hijas misioneras de la paz, dónde está la necesidad del mayor amor maternal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Hijos queridos:
Mi Inmaculado Corazón ardientemente aspira a que el Plan de Dios se cumpla en el corazón de cada criatura de este mundo, y en consecuencia, en cada nación y en cada pueblo. Pero Mi aspiración, por divina que sea no es suficiente, porque los seres da la Tierra necesitan decirme "sí" y seguir los pasos que, día a día, mes a mes, Yo dicto para todos.
Mis amados hijos, quiero que Mi Paz hoy ingrese en sus corazones y confirme a sus mentes, Mi presencia. Yo estoy aquí para transformarlos por completo, pero si no se abren ante Mí, cómo podré hacerme sentir en sus corazones.
Muchos Me piden confirmaciones de que Yo estoy aquí. Otros Me piden milagros para que sus familias y amigos puedan creer en Mis Apariciones, pero son pocos, muy pocos los que hacen de sí mismos Mi mayor milagro en este mundo.
Mis queridos, Yo ya hice muchos milagros en otros tiempos y sigo haciéndolos para que aquellos corazones más incrédulos puedan abrirse, al menos un poco, a Mi Amor. La humanidad no aprendió a valorar lo que Yo entregué y no supo reconocer que los milagros que hice fueron la última salida para aquellas almas que perderían, completamente, su evolución en poco tiempo.
Convoco a este grupo al crecimiento, al esfuerzo y a la persistencia. Quiero ver en sus rostros algo más que el reflejo de seres convertidos al camino de oración, porque no estoy aquí solo dando la última oportunidad para consciencias que nunca aceptaron la redención: Yo estoy congregando a los que se comprometieron Conmigo desde el principio de este Mi Plan de Amor y de rescate planetario. Consciencias que impulsarán a otras a la transformación y que podrán entregar sus propias vidas, si fuere necesario, para que hagan renacer en este mundo una nueva humanidad.
Les pido que desenvuelvan la fe en sus propios corazones, más allá de fenómenos y milagros, y que forjen, con el Fuego del Espíritu de Dios, la propia transformación. Así es como harán despertar en sus corazones al Cristo Vivo, que como potencial habita en lo profundo de sus esencias.
Es por este motivo, hijos, que les pido que den lo máximo de sí, que los corrijo y les digo la verdad tantas veces, aunque sea dolorosa para aquella parte de sus consciencias que se aferró a la vida material y que poco le interesa las cosas del espíritu.
Por eso, esfuércense por escucharme y seguirme siempre, aunque no Me comprendan. Si no se resisten, al final de todo verán el milagro que realicé en sus vidas y en qué transformé el barro de sus consciencias, cuando se dejen moldear por Mis manos divinas.
Los amo y los bendigo siempre. Los guardo bajo Mi manto,
Su Madre María, Rosa de la Paz
Arrodíllate todos los días ante el Altar de Dios y clama por Piedad y Misericordia. Pide al Señor que despierte a la humanidad del sueño en que vive y disponte a seguir Sus Designios Celestiales, sin importar cuáles sean.
Hijo Mío, hija Mía, escuchen la Voz de Dios, que habla directamente al corazón, invitando al alma a dar un nuevo paso y a consagrarse a una vida superior. Les pido que sean dignos de vivir el Proyecto del Creador y a través de su transformación, permitan que otras almas encuentren un camino para la redención.
Hijo, si escuchas la voz de Tu Madre Celestial, es porque llegó la hora de rendirse delante de Dios. No esperes que el sufrimiento de la vida traiga un aprendizaje insuperable para que tu espíritu, para que tu alma perciba que andaba por caminos que no llevaban a Dios.
Observa, el mundo a tu alrededor agoniza y hermanos son sometidos, día a día, a la oscuridad. Muchos están en la amargura de las guerras, con miedo a la muerte y ante la imposibilidad de tener siquiera una vida digna, según las leyes del mundo. Y a ustedes, hijo Mío, hija Mía, no por casualidad los llamé para que estuvieran a Mi lado.
Mi voz se pronuncia ante tus ojos y habla directamente a tu corazón, porque hiciste un compromiso con Dios, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza, por la evolución de este mundo y de muchos otros.
Sabe, Mi amado hijo, que el tiempo de aprender por medio del amor ya llegó para ti. Porque el tiempo del verdadero sufrimiento para la humanidad aún se está aproximando y recién inicia su ciclo. Aún tienes tiempo de aprender a amar y a perdonar, de ser un servidor o un siervo de Dios. Pero sé valiente y no tardes en responder, porque el tiempo del reloj ya no transcurre de la misma forma. Las agujas se aceleran y un minuto ya no tiene más, sesenta segundos.
Soy la Madre, la Reina Universal; portadora de una Paz que trasciende cualquier dolor y sufrimiento y que puede perseverar en los corazones de los que Me acompañan, independientemente de los acontecimientos del mundo.
Por eso, hijo, siente en Mi voz la urgencia de los tiempos y en Mi calma, la última posibilidad de despertar la humanidad.
Tu Madre Celestial ya derramó Sus lágrimas delante de Dios y se ofreció a sí misma, por tu salvación y la de tus hermanos. Pero el Señor es Justo y espera que de la humanidad parta la iniciativa de transformar la vida en el planeta.
Los seres humanos deben volverse dignos hijos de Dios, y eso, amados Míos, Su Madre Celeste no puede hacerlo por ustedes.
Quisiera, hijo, que Mi Amor por sí solo tocase tu corazón y lo retirase de la ignorancia de la vida material, para llevarlo a lo sagrado y a tomar consciencia que son tiempos de emergencia.
Quisiera que comprendan, con Mi santa Paz, que esto que les entrego, como bendiciones y gracias, debe verterse, por medio de tus oraciones, sobre las almas perdidas en el mundo.
Quisiera hijo, que los acontecimientos que hacen que tus hermanos agonicen, fuesen suficientes para hacerte salir de ti mismo y servir a aquellos que tienes al lado, hacerte perdonar lo que aún no perdonaste en el prójimo, ni en ti mismo y reconciliarte con Dios.
Escuchen, amado Mío, amada Mía, porque hoy les hablo directamente: despierten y únanse a Mi ejército de paz, porque Su Madre Divina ya no sabe cómo advertirle al mundo, y clama a los corazones de los hombres, para que acepten vivir la redención.
Hoy les dejo Mi Paz y les agradezco por venir a Mi encuentro, aunque sepan que muchos de los que convoqué, no están aquí.
Difundan Mi Mensaje de Paz, anuncien Mi Presencia. No dejen que sus hermanos se pierdan. Si estoy aquí, es para llevarlos a Dios.
Los amo y los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Cuando un sol interior ilumina la oscuridad de sus corazones, Soy Yo, Hijos Míos, quien anuncia que el fin del caos se aproxima.
Este es el principio del fin, el ciclo en el cual todos los pasos dados por medio de acciones, pensamientos, sentimientos y definiciones serán colocados en la balanza del Divino Juez. Este es quien dictará para los ángeles y arcángeles cuál será el destino de esta humanidad.
Ante semejante ignorancia y oscuridad en el corazón de la mayoría de los seres humanos de este mundo, la luz más pequeña encendida, brillará como un sol resplandeciente. Una criatura que se mantenga sana, con su alma orante en equilibrio, podrá guiar a millones que deambularán sin meta, sin destino, a no ser su propio abismo.
Mis queridos, Mi Corazón ya no vendrá al mundo para alertarlos, porque eso Yo lo hice en los últimos ocho años aquí y en los últimos treinta años en Medjugorje. Muchas veces vine a este mundo y muchos fueron los intentos para despertarlos a la vida de oración, de santidad y de pacificación.
A partir de ahora, los tiempos que llegarán no esperarán más que estén preparados, pues se precipitará sobre el mundo la Justicia de Dios y cada ser vivirá según los méritos adquiridos en sus días de existencia.
Muchos buscarán la paz de Mi Corazón y no la encontrarán, porque no quisieron, en otros tiempos, construir el camino entre el propio corazón y Mi fuente de Paz.
Ya no podré interceder por el mundo como antes, porque hasta ahora di muchos pasos por sus pies, pero llegó la hora de que inicien su caminar y comiencen a generar sus propios méritos, no solo para sí mismos sino para toda la humanidad. Hoy les digo, Mis amados, que en el tiempo de la Justicia que se anuncia, será la misma humanidad consciente la que deberá abrir las puertas para que la Misericordia y la Piedad desciendan sobre los incrédulos y los adormecidos en el espíritu.
Muchos se arrepentirán a tiempo y otros no; por eso deben tomar consciencia de que la Justicia de Dios no causará el mal en los corazones, sino que a cada uno le entregará lo que merece para que viva su aprendizaje en este mundo.
La humanidad que hoy habita en la superficie del planeta es muy antigua y no le faltó oportunidad de aprender ni de seguir los designios de Dios. Pero muchos prefirieron dar la espalda a las cosas celestiales y abrir los brazos a la ilusión y a la vida infernal que se manifiesta por medio de las energías capitales.
El rayo de la Justicia de Dios destruirá la ignorancia de los hombres y, aquellos que tanto se rieron con el rey de los infiernos, llorarán por su gran ignorancia. Los ojos de aquellos que se burlaron de la Luz enceguecerán ante Ella. Después que todo pase el Rey llegará y dará nuevas oportunidades a los que se arrepientan de corazón y le tiendan las manos clamando por piedad.
Mis amados, preparen sus corazones y escúchenme con atención, porque en este tiempo no podré detener el poder de mis palabras por el miedo que pueden sentir sus corazones o por la incredulidad que podrá generar en algunas almas, por la incapacidad de transformarse para aceptar Mis palabras.
Es la Voluntad de Dios que la Verdad les sea revelada, porque será parte del despertar de la fe y de la consciencia que vean que Mis palabras se cumplen en los tiempos que llegarán, tiempos en los cuales Yo no estaré más aquí, tan cerca de ustedes.
Cuando Mis profecías sean una realidad, mirarán hacia los cielos donde estaré observándolos, algunos agradecerán otros pedirán perdón, pero ninguno podrá decir que Yo no los alerté ni les di a conocer los días finales de este mundo.
Pero sepan que así como anuncio los tiempos de dificultades y de pruebas, también les digo que aquellos que caminen en la fe no titubearán. Aquellos que hagan de la oración el pilar de sus consciencias, siempre serán una puerta de paz y una estrella guía para la humanidad. A través de ellos, Yo guiaré al mundo. Pero deben ser valientes, perseverantes y confiar en el poder de Mi Verbo que les anunció los tiempos de caos. También les dijo que al final de todo su Rey llegará, cruzará las nubes y los siete cielos, pisará la Tierra y la reconstruirá dentro y fuera de los seres humanos, para que en ella habite la nueva humanidad.
Que la Paz sea el motor que los conduzca y los mantenga de pie en los tiempos que vendrán.
Oren, oren y confíen en Mí todos los instantes de sus vidas, porque así ellas serán santificadas por Mi presencia.
Los amo y los bendigo, para que este ciclo los encuentre dentro de Mi Corazón.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
En este día santo, en el que la reparación de las almas y de Mi Corazón se hace posible para esta parte del mundo, Yo los invito a la renovación íntima con el atributo de la fe y de la reconciliación.
Por eso hoy, frente a ustedes, se abren las puertas de la Aurora de Mi Corazón para que todos ingresen por última vez a esta red de luz que Yo construyo en el mundo a través de los corazones.
Entonces, hijos Míos, ofrezcan al Padre Celestial esta Comunión reparadora por todos sus hermanos espiritualmente ciegos y sordos, hermanos de esta humanidad que no quieren escuchar el Mensaje de su Madre Celeste.
Ustedes, con los ojos internos abiertos, esperen de la Aurora de Mi Corazón la Gracia que tanto buscan. En verdad les digo, Mis hijos, que la Aurora de Mi Corazón les abrirá la puerta para que encuentren la Gracia que tanto esperan.
Mientras el mundo espera el momento de su propia realización, Yo los invito a seguir orando Conmigo a los pies de este portal, el que representa el estado perfecto de Mi Paz en esta parte del mundo.
Así, en estos días de agosto, retornaré a Aurora para demostrar Mi constancia y amor de Madre por todos Mis hijos correctos e incorrectos, orantes y desviados del camino del amor.
Reciban entonces Mi bendición espiritual para que, a partir de hoy, nuevos códigos se siembren en lo profundo de sus corazones.
La fe los hace retornar, una y otra vez, a este Centro Sagrado, en donde la simplicidad y el amor de Aurora es la llama que todo transforma y es la luz que cura a todos los corazones.
Comulguen con la Presencia interna de Cristo, y les agradezco a todos los que cumplieron con la Comunión reparadora de los cinco primeros sábados de cada mes.
Los bendigo y los resguardo en Mi Corazón universal de Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo soy ese portal que los llevará siempre a la Paz. Yo soy ese portal que los conducirá al Corazón amado de Mi Hijo. Yo soy ese portal que les enseñará sobre la humildad.
La vida de las almas debe ser simple y dichosa, debe estar colmada del Amor de Dios. Cada uno de ustedes guarda ese potencial para amar, perdonar y reconciliarse. Cada uno lleva estampada la unión interna con Mi amado Hijo.
Por eso, búsquenlo todo el tiempo, Él les dará la fuerza que necesitan. Él los ayudará para que puedan trascenderse todos los días.
Yo soy ese portal que los guiará para que cumplan la misión interior que Dios les encomendó desde el principio. Yo soy ese Corazón luminoso que los confortará durante el tiempo de la noche oscura y quien esté unido a Mí no se perderá, sabrá caminar Conmigo y estar a Mi lado.
Yo soy ese portal que los curará y los librará de todo mal. Quien confía en Mis pasos, podrá alcanzar la meta. Yo soy ese portal hacia la Nueva Humanidad, hacia la sagrada familia que debe despertar en el próximo tiempo.
Yo soy lo que ustedes Me permiten ser.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más