Miércoles, 3 de agosto de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡Oh alma humana que está en el último tiempo de su imperfección, renuncia a lo que te ata al viejo mundo y lánzate al infinito de una nueva vida! Lucha con firmeza tu última batalla de este ciclo de oscuridad, batalla que te hará ascender a realidades sublimes y que, a pesar de ser larga y dolorosa, sus méritos no tendrán fin.

¡Oh alma que es tan desconocida para si misma, sumérgete en tu mundo interior y retira los velos que cubren tus ojos humanos, para que descubras el infinito de tu propia consciencia!

Alma de Dios ya tan cansada por los ciclos de ilusión vividos en esta Tierra, ya terminan la ceguera y la indiferencia, para que reposes contemplando el despuntar del sol de un nuevo día, de una nueva era.

¡Alma de Dios, que eres tan pequeña e infinita al mismo tiempo! Tu grandeza fue escondida por la ignorancia de la mente humana, y tu pequeñez se encuentra en la humildad, que has de develar. En ti, humildad y grandeza deben encontrarse, porque solo reconociéndote una pequeña nada es que descubrirás tu semejanza con Dios que contiene en Sí todas las cosas.

Ábrete de corazón al Verbo Creador y habla por medio de la oración y ya no con limitados conceptos e ideas humanas.

Contempla, delante de ti, el ejemplo grandioso de la Sagrada Familia y vence el prejuicio milenario de ser puro y simple como esos tres Sagrados Corazones. El mayor de los misterios se devela en la simplicidad.

Ya no busques tanto las grandes ciencias, pues la mayor de todas las ciencias es descubrirse semejante a Dios: en Él se encuentra la Omnisciencia.

Mientras el mundo afianza la materia en los viejos patrones de la Tierra, elévate, alma pequeña. Hazte leve como el viento y retorna al Padre. Carga contigo, en el silencio de tu ejemplo, a toda la humanidad y, llegando al Cielo, abre las puertas al nuevo tiempo, al tiempo que siempre fue, que es, pero que tu mundo nunca conoció.

Ve en busca de lo nuevo, de lo eterno, de lo infinito.

Aquel que te muestra el camino hacia la nueva era,

San José Castísimo