Viernes, 3 de abril de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En este gran día, en el cual el mundo recuerda la crucifixión de Mi Hijo, deseo que ningún alma sea martirizada por las manos de sus propios hermanos, porque eso ha llevado a la pérdida de la inocencia interior de los seres.

Queridos hijos, para poder detener esta ola de flagelaciones, ultrajes y martirios de hermanos contra hermanos, hoy los invito a revivir conscientemente el sacrificio de Nuestro Señor como un hecho que jamás deberá repetirse en esta civilización.

Y como esto sigue sucediendo de otras maneras, que son ocultas a los ojos de muchos, yo vengo a rogarles que se detengan y ya no lastimen más. Tampoco sometan la vida que se está generando en los vientres de las madres, porque allí un alma escogida debe nacer a la luz que la llama.

Hijos, recen, recen mucho, y ofrezcan vuestras acciones y ejercicios diarios a Dios como una preciosa oración, así ayudarán a reconstruir espiritualmente todo lo que ha sido destruido por las manos de los hombre ingratos.

Hijos, vuestra Madre Celeste acompaña al mundo entero, el cual enfrenta, más que una pasión, una consecuencia que en ciertos casos parece irreversible. Por eso, con amor materno los invito a vivir hoy la crucifixión de Jesús como parte y esencia de vuestras vidas, porque vuestras pequeñas almas, al alcanzar esa unión interior, permitirán que códigos del Cielo sean derramados sobre la esfera planetaria bajo la intervención de los ángeles celestes.

Queridos hijos, aunque vuestra propia cruz parezca pesada e insoportable de cargar, recuerden que Mi Amado Hijo llevó sobre Sus Espaldas el mayor pecado y la mayor negación que ustedes pueden imaginar. Por eso, en entrega absoluta e inmediata, ingresen en el calvario y acompañen a los Mensajeros Celestes en esta transición que aún no acaba.

Hijos Míos, será a través de la aceptación incondicional de vuestra propia cruz que todas las cruces de los ingratos serán aliviadas y así, algún día, resucitarán a la conversión espiritual.

Muchos recuerdan el día viernes de crucifixión, pero pocos consiguen penetrar este sagrado misterio de amor que vivió Mi Hijo.

Ustedes, más conscientes de la Pasión de Cristo, ayuden a renovar ese momento con vuestra fe y, con el entusiasmo de siempre, acompañen al Señor a donde sea; de esa forma la humanidad entera reverenciará este día como algo sagrado y no lo considerará un día común como lo ha hecho hasta ahora.

Esto es así por la falta de consciencia y de amor a lo que Mi Hijo ofreció por todos.

Por eso, año a año son llamados a vivir y a repasar la Pasión del Señor; solo a través de Él hallarán la fuerza interior necesaria para traspasar el final de los tiempos, para el cual muy pocos están preparados.

Les agradezco por responder a mi llamado.

Los acompaña en el principio de este calvario interior,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz