Domingo, 29 de marzo de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE PORTO ALEGRE, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, HACIA PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hijos Míos:

En el inicio de este Domingo de Ramos, los invito a recordar el momento cuando vuestro Rey y Salvador entró por la puerta mayor de Jerusalén para liberarla del castigo y del poder conquistador.

Recuerden ese momento decisivo porque fue el comienzo de la entrega de vuestro Señor a la cruz de la Redención.

Por eso en este día, queridos hijos, glorifiquen a Jesús porque quien fue, en nombre de la Voluntad Suprema, vino al mundo para poner fin al cautiverio de toda la humanidad.

Elevando vuestros ramos y palmas de luz para recibir al Salvador en las puertas de la interna Jerusalén, abran vuestros corazones para reconocer al Señor de la Infinita Misericordia. Así, siendo curados y perdonados por Su Luminosa Presencia, reciban de Su Sagrado Corazón el don de la Paz, porque en estos tiempos la Paz los llevará a testimoniar la segunda venida de Cristo.

Ahora, en gloria y en poder, el Rey llegará para finalizar Su Misión en la Tierra. Preparen vuestras virtudes y dones porque pronto Él vendrá a buscarlos para hacer con ellos Sus Obras de Misericordia en las almas del mundo.

Hijos, silenciosamente, vuestra Madre Celeste, en el gozo y en la plenitud de Su Amor Inmaculado, recuerda el pasaje de la llegada de Jesús a Jerusalén. Ese momento fue significativo y predestinado para toda la humanidad porque ella alcanzaría, a través de ese hecho, el tiempo de su purificación.

Pero es ahora, hijos, que ustedes deben estar preparados para esperar la segunda venida de Cristo. Yo los llamo a la concientización de ese acontecimiento universal que movilizará del espacio todas las leyes, y las estrellas serán testigos de la llegada de un nuevo ciclo.

Mientras eso no sucede, traigan de nuevo hacia vuestros corazones el pasaje de la entrada de vuestro Maestro a Jerusalén; de esa forma atraerán los códigos de luz necesarios para definir vuestros caminos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Hoy está junto a ustedes, en las puertas de Jerusalén esperando al Salvador,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz