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Queridos hijos:
Al seguir los pasos de todas las almas de la humanidad, hoy los llamo a continuar en oración por todos los corazones. La humanidad, todos los días, debe abrir su corazón para recibir la Gracia Eterna desde lo profundo del Corazón de Dios.
Queridos hijos, Dios los espera para que, desde Su Reino, todos Mis hijos encuentren la verdadera Fuente del Amor. Como Madre de las Gracias, sostengo a la humanidad en Mis brazos como a un pequeño niño. Como Madre del Auxilio, amparo a los corazones que se pierden. Vuestra oración ayuda a aliviar el fuerte peso del dolor y del sufrimiento en el corazón de muchos hijos.
Hijos, el Señor los ama, el Señor los necesita, el Universo Celestial cuenta con vuestra amorosa colaboración. Por eso, hijos Míos, asuman en vuestra vida un espíritu de colaboración y de fraternidad para que muchos de Mis hijos aprendan de vuestro ejemplo de vida.
Vuestras almas deben expresar, en este tiempo, el Espíritu de Dios; de esa manera, el Amor de Dios estará más próximo de la realidad de todos los corazones. Busquen, en cada oración, dar un paso más hacia el refugio interno en el Corazón de Dios.
Hijos Míos, es tiempo de reparar y esta reparación es perpetua, tanto en la vida de la humanidad como en la esencia de todas las almas, las cuales deben estar en el Señor.
Hoy quiero compartir esta reflexión ya que el número de almas en el mundo aumenta y todas ellas deben ser conducidas hacia Mi Inmaculado Corazón y hacia el Sagrado Corazón de Mi Hijo. Eso acontecerá a través de vuestra honesta oración. El Cielo es para todos, pero en verdad hijos Míos, cada alma, al fin de este tiempo, define su camino.
Ustedes son instrumentos de la paz y la paz debe ser vida en sus corazones.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Oración, mucha vida de oración a Dios necesitan muchos de Mis hijos en este tiempo. Los Cielos están abiertos para recibir las plegarias de todos Mis niños que oren con la total sinceridad del corazón.
Queridos hijos:
Siendo Madre de la Reconciliación, hoy les pido que consideren la vida del espíritu, la expresión amorosa de vuestras almas para que así Dios reine entre ustedes.
Hijos Míos, este es tiempo de vigilar y de orar, como lo ha dicho Mi Hijo Jesús; y, en estos tiempos, la vigilia de oración será de suma importancia para toda la vida espiritual del mundo. Ustedes, queridos hijos, deben ser precursores de la oración, motivadores de la oración para que las almas se coloquen dentro de la vida de oración.
Sepan, hijos Míos, el Cielo Divino agradece por la intercesión consciente de un alma de este mundo cada vez que se coloca en oración. Queridos hijos, quiero decirles que la oración es escuchada, no solo en el mundo entero, sino también en todo el universo, desde donde los ángeles y los arcángeles asisten a las almas. Vuestras vidas deben ser un manantial inagotable de oración para que Dios Padre se sirva del servicio abnegado de cada uno de ustedes.
Cuanto más grupos asuman la tarea de orar por este mundo tan necesitado de Luz, Yo, como Madre Misericordiosa, podré auxiliarlos y así, juntos, Me ayudarán a restaurar el corazón de muchas almas.
Este es el tiempo de la Misericordia, de la Piedad y de la Redención. Este es el tiempo del último llamado a la reflexión y a la conversión del corazón. Este es el tiempo de colocarse en perpetua oración por toda la humanidad.
Todos ustedes, Mis queridos hijos, son llamados a orar por la paz en cada corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en vuestros corazones y en vuestras vidas!
Hijos Míos, como en el día de ayer con Mi Presencia Maternal en Buenos Aires, hoy los invito a considerar estas últimas palabras, este último llamado que Mi Corazón de Luz pronuncia para cada una de vuestras vidas.
Con esto quiero decirles, Mis queridos hijos, que es muy importante orar a Dios todos los días, porque es la oración de vuestro corazón la que los ayudará en el tiempo que vendrá. La vida orante es para todas las almas, la oración es un ejercicio permanente en vuestras existencias. Por eso, vuestra colaboración con el Plan de Dios debe ser consciente todos los días.
Queridos hijos, Yo los introduzco en Mi escuela de oración para que vuestros corazones aprendan a amar la vida del espíritu, del Espíritu de Dios. Un camino para llegar al Altísimo es Mi Hijo Jesús; ustedes tienen el permiso total, como almas, de clamar por la Presencia de Jesús. Dios Padre entregó a Su Hijo para dar a todos la salvación y el perdón total.
Ahora, el mundo se encuentra en otro ciclo, y Dios envía a Sus Mensajeros para anunciar este nuevo ciclo de cambios. Hijos Míos, ustedes, en oración, nada perderán, solo deben formar fuertes grupos orantes, para que Dios, desde los Cielos, pueda auxiliar a todas las almas.
Mi Corazón Materno los invita a tomar consciencia del tiempo que la humanidad está viviendo, un tiempo de descontrol, de dolor en el corazón. Yo los llamo a ser servidores de la paz por ser muy necesaria para la vida sobre la Tierra.
¡Oremos, queridos hijos! ¡Mi Corazón los guiará!
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un grupo de una cuatrocientas personas se reunió a las 15.30 para orar y recibir a la Madre Divina.
Después de una hora y media de oración, Fray Elías y Madre Shimani se pusieron de pie y se aproximaron a un costado del altar, donde apareció la Madre Divina.
Pasado unos minutos, y mientras todos entonan “Misericordia, ¡Oh, María!” y luego “Ave, Ave María”, la Madre Divina le transmite a Fray Elías algunas orientaciones que Madre Shimani comunica luego a todos los presentes.
Madre Shimani: Nuestra Madre nos dice que hoy Su mensaje lo dará por escrito y después será leído, para que todos puedan escucharlo correctamente.
Por lo tanto, mientras se recibe, todos vamos a orar el “Ave María”, para que Su mensaje sea bien captado, y para que luego sea bien escuchado por todos.
Todos se dispusieron a continuar orando para colaborar en la recepción del mensaje.
La oración se prolongó por más o menos media hora, y finalmente se entonó “Bendita Tu eres” para despedir a la Madre Divina.
Madre Shimani: Ahora, Fray Elías leerá lo que la Madre transmitió, y frase por frase se hará la traducción al portugués.
Comienza la lectura del mensaje.
Fray Elías: Mensaje extraordinario dado por María, Reina de la Paz, durante la Aparición del día 18 de agosto de 2012 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Queridos hijos:
Con inmenso gozo hoy los invito a peregrinar hacia lo profundo de Mi Inmaculado Corazón. Abriendo Mis brazos misericordiosos, les pido que ingresen dentro de Mí, para que Mi Corazón los pueda curar de todo dolor y de todo sufrimiento.
Queridos hijos, también por este motivo especial y por este encuentro con ustedes, quiero anunciarles que Mi Inmaculado Corazón estará entre ustedes y con toda esta nación, el mes de setiembre en la ciudad mariana de Luján.
Hijos Míos, si aceptan esta invitación espiritual, Yo les pido que durante el día 8 de setiembre, oren allí el rosario especialmente por las almas del purgatorio y por todos Mis hijos de la nación de Argentina. Para que Mi Corazón esté entre ustedes por un tiempo más, les digo que delante del Trono de Dios, deberán orar sinceramente, para que Dios conceda la Gracia de tener Mi presencia como mediadora de todas las almas.
Mis pequeños: el Señor necesita revertir el dolor en muchos corazones y sobre todo en todo este mundo que poco escucha Mi llamado. Todas las oraciones hechas con el corazón, abren las puertas del universo de Dios, para que los ángeles lleguen y limpien el mal en la Tierra.
Ustedes, Mis hijos, son luces del Padre en la Tierra, por eso con valentía, amor y devoción, abran vuestros labios y solo pronuncien oraciones de luz para todo el mundo. Les estaré muy agradecida, porque de esa manera ustedes estarán participando del nuevo camino que Mi Hijo anunciará a partir de Su retorno y para toda la eternidad.
Queridos hijos: sean consecuentes con la vida de oración, los invito a ser perseverantes, ya que muchos de Mis hijos necesitan de la paz y del perdón. Que vuestra vida no esté más perturbada por nada, acepten Mi presencia maternal en ellas. Yo solo estoy aquí en el nombre del Alabado y Amoroso Jesús, y vengo hacia ustedes para traerles la Paz, para que la reconozcan.
Aún el mundo necesita de mucha oración, necesita de inmensos manantiales de Misericordia. Ustedes, Mis queridos hijos, ¿están abiertos a recibir desde el universo grandes fuentes de Gracia?
Sepan que Yo los conduzco hacia Mi Hijo, como Madre de todos los corazones que sufren y que al fin de este ciclo necesitan de luz.
Queridos hijos, los llamo a remediar y a restaurar el inmenso número de faltas que son generadas todos los días por la humanidad. Ustedes, Mis queridos hijos, deben hacer la mayor parte del camino hacia la paz, porque aún muchos de Mis hijos no se animan a construirlo mediante la oración.
Quiero que para el próximo mes, en donde Mi Corazón emanará de nuevo amor para toda Argentina, ustedes respondan a Mi pedido de orar por la gran necesidad de luz y de amor en el corazón de muchos de Mis hijos.
Mi promesa es hacerles conocer el Cielo, al menos cuando ustedes estén aquí en la Tierra. Mis hijos, Yo Soy el Cielo y ustedes son las estrellas que deben encandilar el camino oscuro de muchos hijos. Dios los quiere llevar hacia la paz, hacia una verdadera paz del corazón, porque la paz del Señor aliviará el mundo y a toda la dolorida humanidad.
Dios los llama a formarse como servidores de Su Plan de Amor, Plan que día a día es lastimado por las manos de los que no oran. Yo los invito a ser fuente de Misericordia, para que toda la humanidad ingrese en el Plan de salvación.
Como Madre escucho vuestras súplicas, escucho vuestros pequeños corazones.
Los quiero compenetrar de toda la vida en los Cielos, para que sus corazones reconozcan el amor redentor de Mi Hijo.
Hijos Míos, hoy han sido lavados por la fuente de Mi compasión; vayan en paz y comiencen vuestra vida dentro del absoluto Corazón de Dios. Él los espera, porque Él los ama.
Los espero en Luján en el próximo mes, para la salvación de muchos corazones más.
Les agradezco por aguardar en oración Mis palabras.
Gracias por responder a Mi llamado.
Paz y Amor Divino.
María, Reina de la Paz.
Madre Shimani: La Madre nos pidió que el 8 de septiembre nos congreguemos en Luján. Que participemos de una misa en la Basílica, y que después vayamos al “Haras las Mañanitas”, en donde Ella transmitirá Sus palabras para todos.
Haremos una peregrinación desde Buenos Aires hasta Luján. Vamos a organizarlo para que todos podamos ir en el mismo transporte y peregrinar juntos, como nos pidió.
A través de la página Divina Madre y de las personas que normalmente organizan los eventos aquí en Buenos Aires, daremos todas las informaciones. Lo haremos con tiempo, para que todos puedan destinar ese sábado 8 de septiembre para esta tarea, que seguramente nos llevará todo el día.
Hoy, la Madre pidió que no hubiera relato, que coloquemos Sus palabras en nuestro corazón. Todos hemos sentido que a partir de hoy vamos a necesitar intensificar nuestras sintonías para que todo pueda acontecer como corresponde. La necesidad que Ella tiene de elegir un lugar abierto y resguardado, la impulsa a ir a Luján y para que, además, nosotros podamos hacer un servicio más amplio a las almas.
Si correspondemos a este pedido de Nuestra Madre, vamos a pasar un día muy intenso, bien fraterno y vamos a poder realizar verdaderamente un buen servicio.
Todos los que estén en otras provincias y quieran participar, serán muy bienvenidos.
Gracias a todos.
Hijos Míos:
Crean que Dios los perdona todos los días, más aún, los perdona antes de que ustedes Lo ofendan.
Queridos hijos, Yo les he dicho que confíen en la Divina Misericordia. Misericordia es Perdón. Misericordia es Redención. Misericordia es una nueva oportunidad de entrar en el Reino de Dios. Misericordia es absolución total dada por el Santísimo Corazón de Mi Hijo. Crean en el tiempo prodigioso de la Divina Misericordia.
Dios necesita de todos Mis hijos, de todos sus instrumentos para llevar a cabo el Plan Divino en la Tierra. Mientras muchos de Mis hijos se distraen fácilmente en este mundo, ustedes están, día a día, cada vez más en Mis brazos Maternales porque todos los días los presento delante de Dios, bajo la Luz de la Divina Misericordia, como Mi Corazón una vez presentó a Jesús en el Templo de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a meditar sobre la Divina Misericordia, ella es el último manantial que se está derramando sobre el mundo y sobre todas las almas con faltas graves delante del universo.
Hijos Míos, perpetuamente oro por todos ustedes, para que, como valientes almas en oración, puedan corresponder al llamado del Creador, llamado anunciado mediante la voz de Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, pequeños Míos, en este día Mi Corazón recuerda cuando una mañana llegué al Corazón de Aurora en Uruguay. Que este día les recuerde el momento en que Dios Me envió hacia ustedes para anunciarles el tiempo de la salvación.
Queridos hijos, después de un año de estar permanentemente con todos Mis niños anunciando Mi Buena Nueva, hoy les pido que persistan y que, elevando los ojos al Cielo, caminen con humildad hacia el Propósito de Dios.
Mis hijos, como Madre los contemplo, como Madre Celestial los amo, los perdono.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Maternal nutre de Luz a todos los corazones. Mi Manto de Paz se extiende sobre el mundo. Mi presencia entre ustedes es posible por el verbo de vuestras oraciones.
Amo a todos Mis hijos, aún más a aquellos que necesitan del perdón absoluto de Dios. Oro por todos los que se separan de Dios. Oro por todos los que niegan a Dios y por los que no creen en la Misericordia de Mi Hijo.
Como Guardiana de todos los corazones, hijos Míos, les digo que no teman por nada, que vean en el brillo de vuestros corazones la Presencia del Reino de Dios. Yo los coloco dentro de Mi Corazón para elevarlos bien cerca del Corazón de Mi Hijo porque vuestras oraciones reparan todas las causas que acontecen en el mundo.
Queridos hijos, que vuestros corazones sean instrumentos de lo bueno y de lo puro, que sean expresión de la vida de Mi Hijo Glorificado aquí sobre esta Tierra. De esa manera, con la oración diaria entre vuestras manos, se volverán obedientes ovejas que aprenderán día a día a amar y a perdonar.
Conviertan vuestro corazón en un corazón que confía y no teman perder nada ni ser juzgados. Recuerden, Mis pequeños, que los verdaderos rebaños son los más tentados.
Por eso, a ustedes que confían en la venida de Mi Hijo, Yo les pido que abracen Su Sagrado Corazón, para que bajo ese espíritu, colaboren en la redención y en la conversión de los que no se han convertido delante del Creador.
Queridos hijos, oro por los que, aún dispersos en la vida del mundo, no encuentran a Dios. Oro por los que, lejos de la Misericordia, son colocados bajo el fuego de la tentación y de la perdición.
Como Madre de la Misericordia, oro a Mi Hijo para que todos, en este último tiempo, encuentren la salvación y la paz en el corazón.
Yo les digo, Mis pequeños: ¡oren Conmigo! ¡Oren por la presencia de la paz!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
No teman, no teman por nada porque Mi Corazón conoce bien vuestras pruebas y vuestros desafíos. A pesar de todo eso, nunca dejen de mirar a Jesús porque Su Sagrado Corazón siempre los amparará de todo.
Hijos Míos, crean en el poder de Sus Rayos Misericordiosos, sean partícipes del Don absoluto de Su Amor Redentor.
Queridos hijos, ustedes tienen al Gran Pastor a vuestro lado; Él es quien los puede escuchar y acompañar de Corazón a corazón.
Por eso, Mis pequeños, dejando atrás el dolor del pasado, Yo los invito hoy a renovarse a través del Fuego amoroso de Jesús. Caminen hacia Él porque Él les indicará el nuevo camino hacia el Reino del Padre. Yo hoy les hablo de la importancia de vivir en Jesús y de estar en Él todo el tiempo posible.
Queridos hijos, como Madre, permitan que Yo los acerque al Gran Sacerdote del Amor y de la Redención para que vuestras vidas, a los pies de Mi Hijo, puedan ser como rosas a los pies del Creador. Veneren el Rostro de Luz de Mi Hijo y confíen que todo está en su lugar, porque así reconocerán la Voluntad del Padre, voluntad que muchas almas no viven por falta de amor.
La carencia del mundo es la falta del Verdadero Amor del Corazón. Por eso, queridos hijos, Yo los llamo a imitar el Amor de Mi Hijo para que cada corazón encuentre el alivio de su propio dolor y la alegría para poder proseguir por la senda de su propia escuela.
Irradien a cada momento el Amor de Jesús y sean portadores de esperanza.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos Míos:
Con los brazos abiertos hacia el mundo, derramando inmensa Misericordia, hoy los llamo a contemplar de nuevo el flagelado Corazón de Jesús, el que recibe ofensas de parte de muchas almas negadas a la vida del Gran Espíritu de Dios.
Mis hijos, les pido que oren como todos los días para que Mis demás hijos también puedan recibir la Gracia de la salvación. Ustedes ya están dentro de la Gracia de Dios teniéndome a Mí todos los días a vuestro lado. Pero, queridos hijos, hoy deben saber que muchos corazones se desvían porque son tentados por los embates y por las trampas del enemigo, por lo que, Mi Inmaculado Corazón se dispone a luchar por la salvación de todos antes de que Mi Hijo descienda del Cielo por segunda vez.
Queridos hijos, en esta misión de salvación, ustedes pueden ayudarme orando por los que más necesitan de Luz y de Redención. Ha llegado el momento de auxiliar a todos los corazones que día a día se pierden por las modernidades del mundo.
Hijos Míos, ustedes tienen como alianza y como protección a Cristo, el Redentor; en Él podrán dar los pasos hacia la donación y la caridad por los demás.
Hoy les muestro una realidad del mundo que muchos, por ignorancia, no quieren ver.
Yo los llamo a colaborar con toda la humanidad y con vuestra casa, que es este mundo.
Queridos hijos, abriendo vuestros ojos al llamado serán invadidos por la Luz de Mi Espíritu Maternal, para que, con firmeza, caminen rumbo a la misión orante que Mi Corazón les pide.
Ustedes, los más despiertos, pueden ayudar a consagrar, de nuevo, el mundo al Creador.
Obremos en nombre de la paz.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Apreciados hijos:
Hoy agradezco en especial a todos los servidores donados a Mi Inmaculado Corazón. Mi tarea por la paz se difunde por la espontánea y abnegada colaboración de muchos de Mis servidores marianos en el mundo.
El mensaje de hoy lo dedico, con amor y agradecimiento, al grupo de almas donadas a la misión de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Sin la dedicación total de vuestras vidas, muchas almas no hubieran podido salvarse. Sepan, Mis queridos hijos, que Mi Corazón no elogia, pero sí irradia amor y agradecimiento celestial por la tarea que vosotros, como hijos, hacéis posible en esta parte del mundo, en esta parte de América del Sur.
Queridos hijos, por tal motivo, a todo este dedicado grupo de almas les extiendo Mis brazos para que a todos, tomados de Mis Manos Maternales, Yo pueda elevarlos hasta el Reino de Dios.
Hijos Míos, recuerden que vuestra morada debe reposar todos los días porque Dios necesita que vuestro templo esté firme y fuerte para que puedan continuar con la tarea que Yo les he confiado.
Como soy Madre de todas las almas, hoy pido a todos Mis hijos que oren, que oren por todo este grupo mariano de almas para que la Luz del Espíritu Santo los colme, los guíe y les entregue sabiduría espiritual para cada uno de los pasos que realizarán Conmigo, en esta tarea de paz, en esta Mi Misión Maternal.
Agradecida por entero a todo este grupo dedicado a llevar el Mensaje de Mi Inmaculado Corazón les pido, hijitos Míos, que colaboren sinceramente para que esta tarea pueda continuar por mucho tiempo más. Dios Me encomendó venir a vosotros, y Jesús Me ha pedido que Yo sea una Gran Protectora de vuestros corazones.
Queridos hijos, continúen por este camino, Dios hoy está alegre por la donación de todos.
¡Bienvenidos a Mi Reino, misioneros de María!
Les agradezco desde el Corazón de Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a recibir a nuestra Madre, cantando “Virgen Madre”.
Ahora, vamos a escuchar treinta y tres campanadas. A través de ellas, nuestra Madre va a irradiar al planeta y nosotros nos uniremos internamente a Ella con total devoción.
Hoy, he venido en nombre del Espíritu Santo a bendecir la Fuente, pero eso será al final de dar Mi Mensaje.
Queridos hijos, hoy quiero agradecerles por estar un día más en el Reino del Padre. Eso significa, hijos Míos, que muchas almas están siendo ayudadas, no solo a través de la oración del Rosario, sino también de todas las oraciones. Mi último pedido, en este día, es que sigan orando con ese objetivo.
Las almas y todo lo que es vida están siendo tocados por la contemplación de Dios. Muchos nudos ahora ya no están más. Esto significa, queridos hijos, que hay que seguir adelante sin detenerse. Yo necesito de ustedes hasta el último momento.
Queridos hijos, una buena madre no reta, educa.
Sonrían, porque ustedes son como el pequeño Niño Jesús, que caía y lo levantaba del suelo muchas veces. Sepan que Mi educación es eterna para ustedes. Por eso, deben tener paciencia Conmigo. A algunos los deberé tomar de las manos y otros se deberán tomar Mi Manto, porque si no están Conmigo en este tiempo, la Luz no los podrá guiar.
Sepan que Yo los quiero llevar hasta Mi Hijo, verdaderamente. Todo lo que les enseño es importante para sus vidas. Por eso, cada día, deben comenzar de nuevo y no perder la esperanza al caer; sino que deben levantarse.
Necesito de ustedes hasta los últimos momentos, por eso, hoy se lo repito.
Decía que muchas de las almas están siendo ayudadas en diferentes partes de este mundo, eso significa que sus oraciones están siendo tomadas en cuenta por Dios.
Hoy, vengo hasta aquí, como vine ayer, como la Señora de las Gracias. Eso es lo que está necesitando la humanidad para encontrar la paz. Si claman por Mi Gracia encontrarán la paz.
Hoy, quiero decirles que Mi Hijo está alegre por ustedes y por sus pequeños esfuerzos. Necesito que ustedes continúen con esa meta, para seguir en Mi camino.
Hoy, les traigo un pedido especial de oración. Ayer les dije que es importante contemplar los Reinos y hoy, les digo que es importante contemplar las diferentes razas. Todas son una para Dios, solo que aquí en la Tierra, están separadas.
El único color que existe en ustedes es la esencia blanca de su corazón. Mi pedido es orar por todos Mis hijos indígenas. Muchos están perdiendo la esencia con la que han sido creados.
Quiero decirles, queridos hijos, que ellos necesitan reencontrar el camino hacia la naturaleza. Ese ejemplo que fue dado por ellos es un ejemplo para la humanidad. Por eso, como Señora de Guadalupe, llegué hasta allí para hacer ese pedido especial. Todas esas almas son preciosas para Dios, al igual que las suyas. Por eso, en este día, en el que ustedes están más conscientes, necesitan hacer algo por ellas.
Mi Reino de la Paz es una promesa para todos, pero muchos aún no creen que esto es posible; el verdadero corazón, que se introduce en el camino de la oración, lo encontrará. Por eso, deben responder a este pedido que es tan necesario para Mi Corazón.
Coloquen sus manos hacia lo Alto y pidan a Dios por esos hermanos. Oren, oren por ellos para que puedan ser guiados. De esa forma, queridos hijos, Yo podré interceder por ellos. Y sepan, hijos Míos, que ellos le han dado una buena lección a la humanidad: el amor por todo lo que fue creado.
Y ahora, como hijos Míos, ustedes deben ser uno con ellos, y deben ayudarlos. Cada oración que hagan, será importante para el Cielo. De esa forma, Yo podré desatar muchos más nudos y las almas encontrarán la liberación que buscan.
Quiero decirles, queridos hijos, que es importante revertir la situación en el mundo.
Recen, recen todos los días con devoción, porque sus palabras serán escuchadas.
Ahora que han comprendido Mi llamado, quiero hacerles un pedido más. ¿Recuerdan que hace poco tiempo que les hablé de Mis hijos, los indígenas?
Mi Corazón Maternal quiere llegar a una parte de esa nación, a una parte de todos esos pueblos que representan a esa gran consciencia.
¿Ustedes quieren acompañarme a realizar esa tarea?
¡Sí!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella dice que sabe que nunca le vamos a decir que no, que hay una parte de nosotros que confía en lo desconocido y que sabe que lo desconocido es la esencia de la fe.
Queridos hijos, para esa tarea necesito el permiso especial de Mis hijos de Estados Unidos. Ellos, a través de la oración, han abierto una puerta para que esto suceda. Eso significa, queridos hijos, que Mi Corazón, una vez más, está intercediendo.
A todos Mis hijos de Estados Unidos los espero en Venezuela para ayudarme en esa tarea. Si Me dan su sí, Yo podré visitar a todos Mis hijos de Paraguay, el próximo mes.
Pero como ustedes están bajo una ley, que conocen muy bien, necesito de su sí para poder interceder.
Mi Corazón ya está caminando hacia esa nación. Eso quiere decir, queridos hijos, que los encontraré en Paraguay el próximo mes y encontraré a Mis hijos de Estados Unidos en Venezuela en octubre.
Sepan, hijos Míos, que esta es una intercesión especial por todos esos pueblos. Mi Manto se extiende sobre todos y Mi Manto debe llegar a todos. Y si siguen Mis pasos, estarán siempre con la llama interior encendida.
En este día que termina, solo quiero darles las gracias por todo lo que ha acontecido durante estos días.
Quiero, en este momento, hacer una oración especial por una hija que una vez estuvo aquí, en Mis Brazos.
Oremos por ella.
Sangre y Agua,
que brotaste del Corazón de Jesús,
como fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
Amén.
(14 veces)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice, en este momento, que va a llamar a una hija que representa a la nación de Brasil, que va a orar con nosotros por la consciencia indígena de ese país.
Deben amar cada Palabra que expreso, porque son Palabras finales.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora dijo que está en silencio, esperando que nuestros corazones se aquieten.
Ha llegado el momento de que la humanidad crezca de forma consciente y madura. Eso evitará que Mis hijos se desvíen del camino.
Este es Mi último llamado.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Madre pide que la hermana Janete, que frecuentaba Figueira, venga hasta aquí, por favor.
Mantengan la concentración, queridos hijos, porque aún estoy presente.
Es necesario que estén en paz y es necesario que crezcan desde el corazón, porque así estarán en la Sabiduría de Dios.
Vamos a orar por todas esas consciencias, por todos esos hijos que necesitan de Luz.
Ahora, coloquen las manos en señal de oración. Oraremos por esos hijos Míos.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice que vamos a orar cada Ave María y Ella nos va a indicar la intención de cada una.
Queridos hijos, ahora oremos por las comunidades de Amazonas.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora oremos, queridos hijos, por las comunidades del sur de Brasil.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Chile.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Argentina.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, hijos Míos, intercedamos por las comunidades de Paraguay y de Bolivia.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Queridos hijos, pidamos a Dios por las comunidades de Perú y de Ecuador.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Intercedamos ahora, por las comunidades de Colombia y de Venezuela.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Y pidamos, de corazón y de forma especial, por las comunidades de América Central.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Mis queridos hijos, les agradezco y los bendigo.
Ahora, bendeciremos la Fuente, la Fuente de la Paz de Dios. Toda bendición debe ser hecha con alegría, alabando al Creador.
Queridos hijos, cantando, peregrinemos hacia la Fuente. Allí los esperaré.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Señora nos pidió que fuéramos caminando despacio, hacia la Fuente, y que todos nos colocáramos a su alrededor. Vamos a ir cantando, un cántico que entonamos mucho aquí en Aurora, que se llama “La Fuente”.
Todos vamos a escuchar y es fácil de aprender. Vamos a salir primero los que estamos aquí y después ustedes nos van a seguir, cantando y sin conversar.
Canción: “La Fuente”.
Oración: “Ave María” (en español).
Queridos hijos, este momento ya estaba guardado desde hace mucho tiempo en Mi Corazón.
Queridos hijos, hoy bendigo esta Fuente, como bendije tantas otras en el mundo y también bendigo sus fuentes internas.
Les quiero dedicar un pedido especial, una oración a Dios.
Cierren sus ojos.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
¡Gracias por estar Conmigo durante estos días!
Canción: “La Patrona”.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!
Nos vamos a acercar hasta el Jardín de María para poder hacer el relato y que todos puedan escuchar; porque, además, vamos a cosechar las naranjas de los árboles del Jardín de la Madre para entregarles a cada uno. Esas naranjas ya están bendecidas por nuestra Madre.
Canción: “Madre Divina”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ahora, vamos a hacer un breve relato de todo lo que ha pasado y a tratar de transmitir con claridad la pauta que la Madre pidió, para que podamos colaborar en trascender esa situación que la consciencia indígena tiene en nuestro planeta. En lo que vamos a estar todos unidos, trabajando en estos próximos meses.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Estamos tratando de recordar el momento, porque fueron muchas cosas las que acontecieron y a veces muchas de ellas no quedan grabadas en la memoria.
Hoy, como la Señora anunció, vino como Nuestra Señora de las Gracias, igual que ayer.
Hoy, Nuestra Señora apareció frente a nosotros y después se colocó sobre los hermanos del monasterio.
Y cuando Ella hizo la tarea por la consciencia indígena aconteció algo importante.
A medida que la Madre iba pronunciando el nombre de cada país, iba llegando a cada nación y, de una manera más amplia, nos mostraba cómo numerosos hermanos de la consciencia indígena estaban necesitando de mucha ayuda.
Ella nos contaba internamente que lo que esos hermanos dejaron en el planeta como legado fue algo muy importante en la historia de la humanidad.
Cuando Ella nos preguntó si aceptábamos la tarea en Paraguay, aconteció otro movimiento.
Ella esperó, silenciosamente y ante el Padre, nuestro sí. Cuando dijimos que sí, el plan se actualizó de forma diferente.
Sinceramente, Ella estaba clamando por Sus hijos de la consciencia indígena.
Entonces, finalmente llegó el momento en el que nos pidió que nos acercáramos a la Fuente, y por un lapso de tiempo Ella desapareció y luego volvió a aparecer sobre la Fuente.
Ahí, Ella nos pidió que oráramos el Ave María y, en ese momento, apareció rodeada de un coro de ángeles más numeroso que las personas presentes, y que cantaban alabando a Dios.
En ese momento, Ella llevaba un velo blanco, una túnica rosa y un manto celeste.
Entonces, abrió Sus Manos hacia abajo, irradiando Luz. En ese momento, Ella comenzó a hablar con el Padre, y lo que repetimos como oración fue lo que Ella le decía.
Durante la bendición aconteció otro hecho importante. Comenzaron a caer del Cielo dos grandes llaves doradas, que eran grandes y estaban cruzadas entre sí.
Esas llaves comenzaron a descender y bajaron sobre los que estábamos presentes. Entonces, durante la oración, Ella hizo otra bendición.
Cuando los ángeles estaban presentes, rodeándola y cantando, Ella hizo otro movimiento. Comenzó a sacar muchas rosas de abajo de Su Manto y, de una forma muy alegre y desconocida, comenzó a derramar esas rosas sobre todos.
Con un gesto muy maternal y alegre, miraba con Su Rostro hacia abajo. Y, de esa forma, estaba dando un agradecimiento por toda la tarea acontecida.
Luego, comenzó a elevarse hacia el universo y, en un punto del horizonte, Ella desapareció.
Madre María Shimani de Montserrat:
A todos, muchas gracias por estar aquí.
Ahora, vamos a repartir las naranjas con la energía de nuestra Mamá. Hay para todos, por lo menos una naranja para cada uno.
Y los vamos a seguir convocando para venir a orar, como vinimos en estos días, porque realmente sucedieron cosas increíbles. Así, vayan en Dios.
Vamos a cantar: “Bendita, Tú eres”.
No Me cansaré de llegar a vuestras vidas porque, como Madre de la Misericordia, el mérito para todas las almas del mundo es la salvación.
Queridos hijos, con vuestros corazones abiertos alcanzarán la eternidad, por lo que hoy los invito a considerar como primordial la vida de oración. De esa manera, sus vidas estarán dentro del Reino del Creador. Hijos Míos, como Señora de la Paz, hoy les pido que oren, que oren con el corazón porque todo el Universo de Dios está atento a las súplicas de todos Mis hijos.
Queridos Míos, sostengan con manos firmes la oración para que ella, como Luz en el mundo, pueda auxiliar a los que más necesitan. Abran las Puertas de los Cielos a través de la oración, pues todo está permitido cuando ella nace de forma pura desde el corazón.
Hoy, permanezcan en Mí y no teman por nada, ya es momento de reverenciar a Quien los ha creado por amor y por devoción: Él es vuestro Único y Omnipotente Dios.
Queridos hijos, el tiempo de la Misericordia está transcurriendo velozmente en la vida de todas las almas; no tarden en llamar por la Presencia Divina que nace en el donado y amoroso Corazón de Mi Hijo. Todos son invitados a vivir en la insondable Presencia de Jesús. El Sacerdote del Amor, con Sus brazos abiertos hacia el mundo, los espera y les dice que ya es el momento de preparar el Templo Interior para Su retorno. Las sagradas palabras pronunciadas en el ayer por el Redentor se volverán realidad en los tiempos actuales.
Hijos Míos, aguarden día a día la venida silenciosa de Mi Hijo; Él es vuestra Estrella Guía, el Manantial que les saciará la sed que vuestros corazones tienen en estos momentos.
Beban de la Fuente y laven vuestros rostros con el Agua Divina que ha brotado desde Mi Hijo, porque será en esta ofrenda de Jesús donde encontrarán la Ley del Amor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy les pido que sus corazones no pierdan la Paz que Mi Hijo les está entregando a través de Mi Presencia Maternal.
Hijos Míos, abriendo Mi Corazón Perpetuo e Inmaculado, les pido que ingresen a él para que Yo los pueda elevar como consciencias hasta los brazos del Creador.
Hoy es un momento para que sus vidas se recojan en el Corazón de Dios mediante el ejercicio imperioso de la oración del corazón. Todos ustedes, Mis queridos Hijos, son corresponsables de Mi misión mariana aquí en la Tierra, por eso, les pido no solo que abran sus corazones para Mi llamado, sino también para Mis pedidos por la salvación de las almas de Dios.
Que vuestras vidas en estos tiempos, puedan representar el camino que Cristo caminó aquí en la Tierra. Por eso, queridos hijos, es importante que todos ustedes permanezcan bajo la Luz del Espíritu Santo, porque ha llegado el momento de aprender a amar, perdonar, aceptar, donar y fraternizar sus vidas con cada uno de los corazones en el mundo, también con aquellos corazones que ustedes desconocen.
Todos, como humanidad, están dentro de la gran barca de Dios que, a punto de partir hacia el infinito, aguarda los últimos rebaños que son llamados a elevarse hacia los brazos del Creador.
Queridos hijos, este llamado que Dios Me ha encomendado realizar a través de Mi venida mensual tiene un motivo espiritual que, a lo largo del tiempo, Mi Corazón de Paz está construyendo dentro de vuestras pequeñas moradas.
La vida de oración permitirá que sus corazones se unan entre sí, y, sobre todo, se unan en el llamado que Mi voz les pronuncia día a día. El nuevo tiempo aún no ha llegado para Mis hijos; mucho se debe perdonar y reconciliar desde el corazón. Pero, sí, Mis pequeños, llegó el momento de la Buena Nueva que Yo les traigo para que sean partícipes del Reino de Dios.
Hijos Míos, la promesa es para todos cuando solo digan “sí” al Paraíso.
¡Les agradezco!
Gracias por responder durante estos días a Mi llamado por la humanidad.
María, Madre de a Divina Concepción de la Trinidad
Un día como este once de agosto pero del mes de febrero de 1858 en Lourdes, Mi Inmaculado Corazón trajo a este mundo el Manto Universal de la Cura para todos Mis hijos. A Mi hija Bernarda le pedí que cavara la fuente para que todas las generaciones se sirvieran de ella en la unión amorosa que todas las almas deben buscar con Dios.
Hoy, en estos tiempos de grandes definiciones, Yo los acompaño desde hace ya cinco años, los contemplo y solo les pido que sean inagotables fuentes de oración.
Queridos hijos, aún el mundo no se ha postrado a los pies del Creador y, como Madre de la cura del alma, les pido que continúen orando, orando con el poder del amor de cada uno de vuestros corazones. Eso permitirá que el Universo de Dios actúe sobre todas las consciencias, aún más sobre todas aquellas que necesitan de la Luz Redentora de Mi Hijo.
Queridos hijos, Yo los invito de manera especial en este once de agosto, a convertir vuestra vida en un estado de oración, en un nuevo proverbio de Luz que pueda irradiarse hacia la humanidad.
Yo los conduzco por los nuevos caminos de los pastores, pastores a los que ustedes deben amar y respetar, porque Mi Hijo los eligió para que proclamen el Reino de Dios.
Queridos y pequeños hijos, está llegando el tiempo de unir lo que la consciencia de todos Mis hijos ha separado a lo largo del tiempo. La única religación para todas las almas es el Corazón Divino de Mi Hijo, porque es en Mi Hijo que podrán hallar la Paz y el Perdón de Dios que muchos necesitan.
La humanidad prosigue por el camino de las ofensas y eso repercute en la vida del espíritu; por eso, como Intercesora de todas las almas, los llamo a orar con el corazón para que más Luz pueda encenderse en los que caminan por las penumbras.
Mi Hijo es la Luz del mundo y ustedes son posibles chispas del brillo eterno de Su Sagrado Corazón.
Hijos Míos, es momento de que a través de la oración, levanten los brazos y clamen por Misericordia para que el Universo Creador pueda transformar todo lo que aún la humanidad no logra cambiar.
Sepan, todos Mis pequeños, que están en el último tiempo de Misericordia, y tal como fue anunciado por Mi Hijo al mundo: llegará el tiempo de la Justicia Divina. Amen la Ley para poder amar el Universo de Dios. Recuerden los mandamientos, renueven vuestros votos con el Creador.
Yo los guío, los coloco cerca de Mi Hijo.
¿Aceptan la venida de Su Reino?
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Sigan orando todos los días porque la súplica de la humanidad está siendo escuchada.
Hijos Míos:
Con todos ustedes en el centro de Mi Inmaculado Corazón, hoy los llamo a que se preparen mediante la vigilia de oración, vigilia a la que todos Mis niños están siendo llamados a realizar mañana, día 11.
Queridos hijos, Dios está recibiendo de todos ustedes verdaderos impulsos de amor. Los invito a continuar orando por todo el mundo. Mi Inmaculado Corazón eleva las plegarias de todos Mis hijos, y Dios, en Su Infinita Misericordia, contempla el amor de todos Sus hijos.
Queridos hijos, ¡sigan adelante!, ¡sigan adelante y no detengan el arte victorioso de la oración! Este es el tiempo de compartir, vuestra oración equivale a la caridad de muchas manos. Con la llegada de Mi Hijo todos podrán ser tocados por la Misericordia del Redentor.
Es momento de difundir la importancia de orar con amor por la redención de todos Mis hijos. Ustedes, pequeños Míos, han recibido el mayor instrumento de parte del Universo de Dios y este instrumento se llama “oración del corazón”.
Y hoy extendiendo Mis brazos misericordiosos y Mi Manto de Luz sobre todos los que lo necesitan, les pido que continúen por el camino cristiano que desde sus corazones se está construyendo.
Mi Hijo, bajo la Suma Gloria de Dios, los contempla con Sus Ojos de compasión. Él los invita a obrar por la Paz Celestial y, en nombre de esa Paz Celestial, es momento de ayudar al mundo, a los Reinos y a la humanidad.
Que el Espíritu Santo sea la llama de la sabiduría en el corazón de todos Mis hijos. Siempre y cuando Me lo permitan, Yo los acompañaré porque los amo.
En el Amor Misericordioso, ¡alabado sea el Redentor!
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que la confianza sea la próxima meta espiritual que vuestros corazones puedan irradiar como dignos hijos de Dios. Pequeños Míos, que esta confianza entre las criaturas y el Dios Supremo sea la nueva alianza redentora para toda la necesitada humanidad.
Hijos Míos, hoy los llamo a fortalecer, mediante la oración, esta misma alianza que Mi Hijo estableció entre Su Sagrado Corazón y Dios. Queridos hijos, que este propósito para vuestras vidas sea el motivo de vuestra presencia en la Tierra; de modo que, si mantienen encendida esta llama espiritual de Dios, muchas necesitadas criaturas podrán ser auxiliadas en el tiempo final por los Grandes Ángeles del Señor.
Queridos hijos, es importante que consideren en vuestras vidas lo siguiente: construir en vuestra morada la unión perfecta entre el alma y Dios. Y esta insondable confianza comenzará a través de la acción del amor, un amor que Mi Hijo les enseña a vivir en vuestra vida, un amor reparador y redentor. Por este motivo, hoy los invito a abrir vuestros corazones ante la Luz del Creador, Luz que está siendo vertida sobre todos Mis hijos de la humanidad a través de Mi Presencia Maternal entre ustedes.
Hijos Míos, que vuestros corazones se enciendan nuevamente con alegría, en gratitud para que vuestras vidas puedan estar eternamente en el Señor.
Hoy los llamo a vivir en esta confianza, ya que ella los llevará hacia la fe, y la fe los mantendrá en la devoción a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús. Que Nuestros humildes Corazones sean, para vuestra vida, esencia de perdón y esperanza en los momentos que vivirá la humanidad.
Si la oración fuera la Luz en todas las familias de la humanidad, ellas se tornarían familias sagradas, miembros de la Fraternidad en estos tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
A pedido de la Madre Divina, el mensaje para este día es el de la Aparición del 8 de agosto de 2012, ocurrida en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
Éste mensaje aún no está disponible en el Website.
Les pedimos a todos los hermanos y hermanas que siguen el Website Voz y Eco de la Madre Divina, aguardar pacientemente la transcripción del mensaje, que estará disponible lo más prontamente posible.
En el segundo día del Encuentro de Oración en Aurora, un grupo de mil cien personas se reunió en oración en el Jardín de María, donde se encuentra el naranjo de las Apariciones, a la espera de la Madre Divina.
Madre Shimani hizo una pequeña introducción.
Madre Shimani: Bienvenidos a la Celebración de los cinco años de Apariciones con nuestra Madre Divina. Hemos hecho un gran recorrido en estos cinco años y que solo podría haber sido realizado bajo la guarda de nuestra Madre. Todo esto que ustedes pueden disfrutar hoy (se refiere a Casa Redención) es obra de Su Amor. Lo único que nosotros podemos hacer es agradecer a Dios la posibilidad de que Ella esté con nosotros guiándonos, dando este impulso para nuestra humanidad.
Esperamos que todos puedan abrir su corazón y recibir todas las Gracias que Ella tiene para cada uno de nosotros.
Hoy es un momento muy importante, como vimos en la noche de ayer en la apertura del Encuentro. Este 8 de Agosto, en el que se inicia una etapa de este final de ciclo de 2012, estamos en los últimos momentos en que la Divinidad intenta colocar en nuestras consciencias, códigos de luz que nos asistan y colaboren con nosotros en los momentos de transición. Por eso es tan importante lo que vamos a vivir; a pesar de que no tenga nada fenomenológico, es un evento espiritual sin precedentes. Necesitamos colocarlo en nuestro corazón y dejar que nuestro espíritu se adhiera a la energía de la Madre Divina, y así, en los planos internos, muchas cosas pueden suceder.
Ahora vamos a orar y a cantar, y a medida que pasa el tiempo percibiremos como se va consolidando esto que construiremos, que es una condición, y lo podemos imaginar como un camino de luz que va desde aquí hasta los Cielos, un camino por el cual la Madre llegará con todos Sus ángeles para transmitirnos algunas cosas, en una fecha tan importante como la de hoy.
Comenzó el trabajo de oración que se prolongó, más o menos, por una hora y media. En el último cántico, mientras todos entonaban “Misericordia, ¡oh María!”, la Madre Divina apareció sobre el naranjo. Fray Elías y Madre Shimani se colocaron de pie y se aproximaron a la Ella. Mientras todos cantaban se escucharon 33 campanadas.
Después de un largo tiempo, se pidió para guardar silencio y se volvieron a escuchar 33 campanadas más.
Fray Elías solicitó, a pedido de la Madre Divina, que dos monjas se aproximarán al árbol y se colocarán junto a él y a Madre Shimani. Estas hermanas participaron de la primera aparición que la Madre Divina hizo el 8 de agosto del año 2007.
La Madre Divina transmitió un pequeño mensaje a ese grupo, pero antes pidió que hicieran la siguiente oración algunas veces:
Venid Jesús,
venid a nuestra vida,
y Sé el pan de Vida Eterna.
Amén
Fray Elías: La Madre Divina dice:
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Fray Elías transmite al pequeño grupo algunas que está al frente las palabras que la Madre dice, y luego de algunos minutos se inicia la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Hoy estoy aquí para celebrar la comunión con el Rey del Universo. Por este motivo hijos Míos, hoy les agradezco por su respuesta.
Mi Corazón maternal está con cada uno de ustedes y eso significa que el Reino de Dios está en el planeta, más aún en aquellos que necesitan de la Luz Celestial.
Queridos hijos, hoy no conmemoran Mi Presencia, sino la presencia de Dios en sus corazones. Hoy los invito a recordar esa presencia permanentemente; esa aspiración los fortalecerá para el tiempo que llegará.
Querido hijos, hoy también los contemplo desde Mis oraciones; el Señor ha escuchado también todas sus plegarias. Esta es una respuesta muy positiva para este tiempo final, y muchos de Mis hijos están siendo ayudados en este mismo momento.
Ustedes hoy están dentro del Reino de Mi Paz, así como otros de Mis hijos; por ello los invito, en este tiempo, a persistir en la oración.
Con inmensa alegría, queridos hijos, nuevamente les digo: ¡Les agradezco! ¡Les agradezco! Que Mi Paz eterna esté en sus corazones para que Yo pueda hacerles encontrar con Cristo. El Rey del Universo los espera a cada día, por eso no solo abran sus corazones, sino también sus brazos para recibir la luz que viene desde Él y que con amor esta donando al mundo.
Hoy dejo a ustedes una señal, un símbolo para la eternidad: el rebaño de Mi Hijo. Cada uno de ustedes forma parte de ese rebaño, incluso aquellos que se distancian día a día de Él. Mi tarea maternal es hacerlos retornar a Cristo. Cada una de sus oraciones cuenta para esa salvación. Contemplen esto como algo cierto, por que Dios siempre los escuchará cuando vuestras plegarias sean verdaderas y nazcan del corazón.
Hoy los estoy invitando nuevamente a la oración, a continuar orando por el mundo; el mundo lo necesita y ustedes lo saben. La Gracia que hoy les estoy entregando, no la conocen, por que ella nace desde el corazón. Esa Gracia que Yo les quiero enseñar se llama Amor de Mi Hijo, Amor Redentor y Amor Salvador.
Queridos hijos, continúen por este camino para que en muchos años más sus vidas se transformen en el ansiado templo, donde Dios espera entrar.
Estoy contemplando en este momento a muchos que necesitan de ayuda y a todos ellos les dijo: oren, oren con el corazón, porque estarán en comunicación Conmigo y Mi flor maternal, la oración de todos Mis hijos será colocada a los pies del Señor para que así Yo pueda interceder y a su tiempo los pueda ayudar.
Confíen en lo que están haciendo, no teman transformar sus vidas; teman sí a no poder consagrarlas al Señor. Eso es lo que Yo les pido: una sana transformación que nace desde el corazón y que se expresa como un instrumento precioso en la vida de todos Mis hijos que necesitan mucho de Dios.
Por eso Yo, como mediadora de las almas, los invito a estar en Mí, para que Dios pueda estar en ustedes. Quiero que sigan peregrinando Conmigo mediante la oración, mediante el perdón entre ustedes y sobre todo, en el amor, que en este tiempo tan importante debe prevalecer en sus vidas y en sus esencias.
En este día, traigo a todos la contemplación a Mi Inmaculado Corazón, el que los podrá iluminar en cada decisión de sus vidas y en cada paso que ustedes se animen a dar en la consagración del corazón.
En las palabras simples, queridos hijos, se encuentran los grandes misterios. Sepan que a lo largo de todo este tiempo, y de la misma manera que Mi Corazón lo hace en Medjugorje, Yo les quiero enseñar cómo estar en Dios a pesar de las circunstancias de la vida, confiando en lo desconocido, en aquello que ustedes no pueden tocar pero que si, está al alcance de Dios.
Queridos Hijos, confíen en eso que es desconocido, para que la verdad se pueda expresar en vuestras vidas, verdad que se llama fe y que los elevará hacia lo Alto.
Hoy estoy con ustedes y estoy con el mundo, derramando Mis Gracias silenciosamente. Abran sus manos y sus corazones para que el palpitar de Mi Inmaculado Corazón, sea la llama que flamee eternamente en vuestro interior.
Ahora, en este tiempo de definición, Yo les pido que se reúnan y oren Conmigo, para que Mi Corazón los pueda guiar y la llama eterna de Mi Hijo, Su Sagrado Corazón, los pueda acompañar en cada paso que ustedes den en esta vida.
El silencio les promete un conocimiento mayor de la esencia de Dios, por eso el silencio, queridos hijos, es también oración.
Hoy vengo aquí para absolverlos y abrirles la puerta del Reino de Mi Padre. Oremos:
Fray Elías: Vamos a repetir la siguiente oración que la Señora está enseñándonos en éste momento, es una oración muy simple.
Escúchame Redentor, por que confío en Ti.
Amén
Se realiza la oración varias veces, frase por frase.
Fray Elías: La Señora está diciendo:
Mi escuela de oración, les enseña a orar con determinación. Coloquen vuestros espíritus en las palabras, para que ellas puedan ser escuchadas.
Fray Elías: Ahora Ella nos pide que oremos todos juntos, al mismo tiempo.
Escúchame Redentor, por que confío en Ti.
Amén.
Se realiza la oración varias veces más.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Recuerden que las oraciones y el canto abren los Cielos para que la cura de Dios descienda.
Ahora, en agradecimiento a cada uno de ustedes, derramaré un poco más de Mi luz, para despedirme.
Madre Shimani: La Madre Divina está pidiendo que cantemos “María, Virgen Madre”.
Todos cantan por un largo tiempo, hasta que se pide silencio y Fray Elías continúa con la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Sepan que, como Madre, Mi mayor propósito es la Paz en todos Mis hijos.
¡Les agradezco!
Y recuerden que nunca deben separarse de Dios, búsquenlo en sus corazones, porque Él vive allí.
Gracias, queridos hijos.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
* Fin de la Aparición *
Madre Shimani: Como hacemos siempre después de cada Aparición, vamos hacer un breve relato de todo lo que sucedió durante la oración y durante la Aparición. Aquellas cosas que ustedes no escucharon, aquellas cosas que la Madre le explicó a Fray Elías.
Les quería comentar, que la Madre llamó primero a dos hermanas que participaron con nosotros aquí, porque ellas formaron parte del grupo que recibió a Nuestra Señora por primera vez hace 5 años, el 8 de agosto del año 2007. La Madre nos pidió algunas cosas y nos invito a estar más unidos a Ella, con algunas otras tareas. Nos pregunto si aceptábamos y nosotros le dijimos que sí; fue un momento muy fuerte para nosotros. Trajo muchos recuerdos de cómo, de forma tan simple, nos reunimos en aquel tiempo y estuvimos con Ella por primera vez. Como lo que hablábamos ayer, en la apertura del encuentro, de dar un paso hacia lo desconocido. Ella nos dijo algunas cosas: que esta manifestación era un poco la respuesta a eso que entre todos los que estamos aquí, hemos llevado adelante, confiando en Ella y Ella en nosotros.
Fray Elías: Con sinceridad para mi fue la Aparición de la alegría, porque Ella estaba muy hermosa.
Durante la preparación hubo algunos movimientos que queremos relatar. En un momento, se manifestaron en el Cielo varias coronas de estrellas doradas. En otro, hubo una gran asistencia de los ángeles custodios a todos los presentes; los ángeles liberaron muchos nudos que existían alrededor de las personas, se veía cuerdas con varios nudos que, con mucha delicadeza, eran desatados.
También, durante la preparación, tuvimos la visita especial del Maestro, de Cristo, como el Sagrado Corazón de Jesús, que vino acompañando a Nuestra Señora. Él traía en Sus brazos una representación del planeta Tierra. Él mostró el planeta e indicó con Su mano izquierda algunos continentes, especialmente el Continente Americano, el cual se veían iluminado por una energía dorada. Explicó que la tarea de oración permitió que este continente se encendiera. En ese momento nuestra Señora desapareció para que Cristo hiciera una tarea especial con nosotros. Él abrió el Reino de los Cielos y una energía de color celeste comenzó a descender sobre Su cabeza como una gran columna de luz. Esa columna se expandió, irradiando su energía a todos y tocó todo este lugar y otros lugares.
Luego Nuestra Señora apareció nuevamente. Ella descendió desde los Cielos con muchos ángeles custodios e imprimía en nuestras consciencias la imagen de Su Glorificación, pero en este momento en vez de elevarse, Ella descendía hacia nosotros haciendo también descender esa luz desde los Cielos. Dos de los ángeles custodios, que estaban junto a Ella, traían cada uno un cáliz.
Con esa imagen comprendimos que se estaba llevando adelante una Ceremonia, una Comunión interna con Su consciencia.
En cierto momento Ella indicó a los ángeles que se ubicaran en distintas partes del campo.
Nuestra Señora vino vestida de Blanco, pero en tres momentos cambió de atuendo. El primero era blanco, el segundo era rosa y el tercero era gris. El gris apareció al final, cuando Ella hizo la bendición con Su luz.
Cuando nuestra Señora llamó a las hermanas que habían participado de la primera Aparición en el año 2007, Ella nos solicito que oráramos una pequeña oración. Luego transmitió algunas palabras y pidió que no hubiera micrófono pues estaba dirigiendo esas palabras para las hermanas. En otro momento cuando hubo un ruido del micrófono, le pedimos perdón y Ella respondió diciendo:
No se preocupen porque Mi mensaje no será alterado. Permanece en Paz.
Fue más o menos eso.
Madre Shimani: Vamos a agradecer cantando la canción que entonamos aquella noche del 8 de Agosto de 2007 “La Mujer que nos guía”.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz en el corazón de todos Mis hijos! Vengan a Mi Reino porque en ese lugar de amor y de paz Mi Inmaculado Corazón los curará. Abran vuestros brazos y reciban desde Mi Corazón la llama que los iluminará para recorrer el nuevo camino junto a Mi Hijo, camino que se llama Redención.
Queridos hijos, que sus corazones se alegren porque Mi Paz Inmaculada está con cada uno de vosotros. Sabedlo bien, todas vuestras oraciones cuentan mucho en el universo, aún más las oraciones que nacen desde la esencia del corazón.
Hoy les pido que cada día Me aguarden en oración. Si así fuere, Mis ojos misericordiosos los contemplarán preparando la salvación de todas las esencias de Dios.
El mundo aguarda vuestras oraciones, y Mis hijos que no oran, también. Por eso, contemplen con Misericordia a cada uno de los Reinos creados por las Manos sabias de Dios y sepan que ellos necesitan de todos Mis hijos que están sobre la Tierra.
Ustedes, queridos hijos, poseen la llave primordial de la oración del corazón, la que abrirá las Fuentes de los Cielos para que más Misericordia descienda. Hijos Míos, ustedes tienen en vuestras manos la posibilidad de tomar la decisión de una vida nueva. Mi Hijo Jesús, el Sumo Guardián de todos los corazones, los espera para que, unidos en vigilia y en oración, ayuden al corazón de todas las almas que están sordas y no escuchan la voz de Mi Corazón.
Les agradezco por vuestra persistencia. Caminen hacia la Luz olvidando, con amor, el pasado para que vuestro espíritu pueda renacer.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Al abrazar al mundo entero e irradiar la Luz de Mi Inmaculado Corazón, hoy les pido: multipliquen la vida de oración para que ella sea el condimento en vuestra vida y despierte el amor por la oración en aquellos de Mis hijos que aún no oran.
Ustedes, Mis pequeños, a lo largo de estos casi ocho meses de instrucciones diarias, han sido invitados a ser partícipes de la escuela de oración, y ahora les pido que ella sea el verdadero motivo para vuestra vida y la vida de muchas almas.
Ustedes son llamados a ser ejemplo de la vida de oración, de manera que, ella nunca deberá faltar en vuestro día porque la oración es el diálogo permanente con Dios, el Creador. La oración es la relación fraterna con el Sagrado Corazón de Jesús. La oración es el camino para que cada uno de Mis niños encuentre la paz para el corazón.
Sin oración diaria el mundo no puede ser reparado, por lo que cada encuentro con la vida de oración los llevará a un estado de reverencia y amor por el Infinito, el Dios Altísimo. Si el mundo, en su totalidad, escuchara Mi llamado, la Gracia perdonaría muchas de las causas que condicionan el caminar de muchas almas.
Por eso, hijos Míos, vuestro esfuerzo en la vida de oración representará, para los Cielos, el triunfo de los ángeles en la Tierra.
Queridos hijos, en este día y en estos tiempos de importante definición, Yo les digo: guarden un momento para Dios porque Él aguarda encontrarse con cada uno de ustedes.
En ustedes, Mis niños, está la llave para abrir la Puerta de los Cielos y esa llave se llama Voluntad. Como Madre de la Esperanza, estoy aquí para mostrarles cómo abrir el cofre puro del Corazón de Dios.
¡Cuento con ustedes!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Con alegría envío Mis bendiciones a todos Mis hijos de Argentina que, con suma bondad, aguardan Mi llegada maternal a esa nación el día 18 del presente mes. Esta es una fecha mariana que conmemora el aniversario de Mi descenso misericordioso sobre Aurora, acontecido en la mañana del 18 de agosto de 2011.
Queridos hijos, con sus corazones en celebración, hoy los invito a preparar vuestras moradas para recibir el Corazón Misericordioso de Mi Hijo. Sé que muchos de ustedes ya están cansados por tan larga caminata, por lo que hoy los coloco bajo Mi Manto Restaurador para que sus almas siempre den el “sí” a la Voluntad de Dios.
Los invito a recordar la importancia de obrar en el amor, el Amor de Jesús, de esa manera ustedes sabrán extender Sus brazos para dar y ser caritativos con todos, sin fronteras ni tiempo.
Queridos hijos, por ese motivo, y contemplando la ignorancia en el mundo, los invito a la oración por toda la humanidad. Quiero, cada día, como Madre Misericordiosa, abrazar al mayor número de hijos.
Siendo Madre, conozco bien vuestras pruebas y vuestros aprendizajes de modo que, en este día, los invito a persistir en el Amor infinito de Dios.
Hijos Míos, es en la fuente de ese Amor transformador que Yo, diariamente, los invito a permanecer y, también hoy, los llamo a preparar Mi llegada con alegría y gozo para el próximo día 8. Recuerden que celebraremos las Gracias que Dios Me permitió derramar sobre todos Mis hijos, además de las Gracias de Amor y de Perdón que Yo podré irradiar como Rayos de Luz a muchos hijos más.
Ustedes están en Mis brazos, hoy solo les pido que no desciendan de ellos porque Yo quiero entregarlos a Jesús, el Redentor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más