Viernes, 8 de agosto de 2014

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Madre nos ha pedido estar entre Sus hijos e iremos hacia donde Ella nos indique en este momento.

Nuestra Madre Divina dice que está con toda Su Consciencia Espiritual manifestada, en este momento, sobre Aurora.

Ella está cerrando un ciclo en este momento. Nos ha pedido que estemos atentos a las señales del Cielo, después de estas horas que vendrán.

Ella quiere realizar una cura masiva y espiritual a aquellos que se abran. Este es un estado de Gracia que Ella consiguió a través de las oraciones de todos.

Ella se manifiesta como la Madre del Sol, del Universo y de la Tierra. Por eso, a través de Su Presencia Dorada manifiesta el Poder de Dios.

Ella dijo que es la Mujer Vestida de Sol y en Su Pecho apareció el Sacratísimo Corazón Inmaculado. Debajo de Ella, apareció el mundo, al que pisaba con Sus pies. Tenía un Cetro en Su Mano derecha y es coronada por los ángeles como una Reina Solar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Así, Yo Me manifiesto a ustedes, queridos hijos, para que comprendan, después de siete años, Mis Profecías.

Vamos al encuentro de Mis hijos.


Canción: Ave María (en latín).


Queridos hijos Míos, por el Fruto Bendito que Yo traje a la Tierra, les pude derramar la Paz de Dios y, a través de ese Fruto Bendito, Yo le traje la Gracia a la humanidad.

A través de Mis caminos, queridos hijos, Yo he abierto las puertas de la redención para todos y muchos, con coraje, escucharon Mi llamado. Mi Voz reverberó en el corazón de todos los seres y Mi Misericordia se irradió a todos los seres de la Tierra.

Yo Soy la Reina que viene del Sol y alumbro las estrellas y los corazones de todos Mis hijos para que puedan seguir los pasos que están siendo indicados en el horizonte. 

Mis Obras se realizarán a través de todos Mis hijos. 

En estos últimos siete años, Mis amados, Yo les traje la Presencia de Dios a sus esencias. Muchas almas consiguieron reconciliarse con Dios y así, Yo les pude entregar la tabla de salvación.

Oré mucho por ustedes a lo largo de estos años y, en el presente eterno, Yo lo continuaré haciendo por toda la humanidad. 

Muchos corazones más deberán despertar a Mi llamado; por eso, llegó la hora de que sean testimonios, que sus vidas reflejen la Luz de Mi Inmaculado Corazón para que muchas almas más puedan despertar y así la cura se pueda establecer en los corazones simples.

En este día, Yo los reúno a todos, en este Reino Sagrado. Las puertas del Cielo y de la Tierra se abren y ustedes están en medio de esta comunión interior, en esta fusión con el Espíritu de Dios y con todos los servidores del Plan de Amor.

Así, queridos hijos, que sus corazones no dejen de palpitar. Yo he sembrado en estos años la Llama del Espíritu Santo en sus vidas. Es hora de que florezca el amor en sus corazones, aquel amor puro que Dios sembró en sus vidas y les dio la oportunidad suprema de poder vivir la redención a través de la Presencia de Mi Hijo.

Yo los reúno a todos dentro de Mi Corazón Inmaculado. Mi Esencia Solar se expresa a las criaturas y todos los espíritus de buena voluntad son convocados para que, como rebaños de Cristo instruidos y formados por la instrucción espiritual de las Jerarquías Divinas, todos puedan preparar el Retorno de Cristo. 

Que sus corazones ya no se desanimen, sino que abran la puerta para poder encontrar el universo interior, aquel que habita en el interior de cada ser.

Ya no busquen las cosas afuera de ustedes. A través de la oración del corazón y de la entonación suprema a Dios, encuentren su propio universo interior, así podrán conocer sus galaxias, sus estrellas y soles en comunión con el Alma y el Espíritu de Dios.

Yo preparo el camino para el Retorno de Cristo, pero Mis manos necesitan de manos obreras que se puedan unir a las Mías, en caridad y amor; así, juntos e inseparables, podremos unir el Cielo con la Tierra en un tiempo de caos.

Queridos hijos, el sufrimiento terminará en el mundo. Conozco, con Mis ojos misericordiosos y principalmente con Mi Corazón Inmaculado, los sufrimientos que muchos hermanos les ocasionan a otros hermanos. La desunión terminará. 

Yo vengo a anunciar la Buena Nueva del Retorno de Cristo. Así, como Él nació de Mi vientre maternal, Yo gesto en Mi vientre, en Mi vientre supremo y bendito, a todas las esencias redimidas; que son todos sus corazones y almas que nacerán en el nuevo tiempo para cumplir la promesa de Cristo de ser nuevos redimidos, apóstoles del amor y de la redención que dijeron sí a Mi llamado maternal.

Hoy, vengo descalza a su encuentro para que puedan ver Mi humildad y simplicidad. Mi Corona es su corona, Mi Poder es su poder, pero no como ustedes lo conocen. 

Queridos hijos, el verdadero poder nace del amor y de la unidad, algo que muchos no han conocido a lo largo de los tiempos por querer hacer su propia voluntad interior. Pero Yo los invito, en este último ciclo, a vivir el despojamiento de sí, para que sus heridas sean cicatrizadas y no quede ninguna señal de sufrimiento en sus células. 

No teman vivir lo que Dios les entrega, sean valientes y perseverantes en el camino de la transformación.

Yo Soy su Mediadora y Pacificadora; como Madre de toda la humanidad y del universo, acompaño a todas las criaturas que dan pasos hacia el Señor.

Queridos Míos, lo más importante es que no se olviden de vivir las Leyes del universo. Sus corazones deben ser transmisores de esas Leyes Mayores.

Profundicen en vivir la Ley de la Caridad, la Ley de la Misericordia, la Ley de la Redención y de la Purificación; así, podrán ser austeros, simples y verdaderos, y de sus corazones nacerá el manantial del que muchos necesitan beber, porque sus espíritus estarán nutridos por Cristo.

Con todo el universo sobre Mi Presencia, las estrellas los saludan con detenimiento. Abran sus ojos a la vida espiritual. Fusionen sus esencias con Dios Padre, ya no Lo ofendan más, el mundo lo ha hecho ofender. Él no quiere derramar Su Justicia sobre ustedes, porque a través de Mi Infinita Misericordia Piadosa, Yo quiero conducirlos por los caminos correctos.

Recuerden los Mandamientos, vivan los Mandamientos. Sean la expresión viva de Mi Mensaje Mariano, así evitarán que Mis Palabras queden en el papel y para que ellas sean fuego divino en sus corazones, impulsos de transformación, de verdad, de amor y de Misericordia.

Queridos hijos, hoy Me presento ante ustedes como la Madre vestida de Sol. Sientan a Mi Corazón Inmaculado, Yo estoy aquí con ustedes, porque a través de ustedes y de toda la humanidad que corresponden al Llamado de Dios, Mi Corazón triunfará.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que vengan a Mí todas las almas que un día fueron tocadas por Mi Corazón. Vengan a Mí, vengan, porque hoy les abro las puertas de este Reino para que puedan recibir cura y liberación. 

Que vengan a Mí todos los espíritus que un día perdieron el camino, pero Me pudieron encontrar para vivir la Reconciliación con Dios. Vengan a Mí, porque hoy estoy abriendo las puertas del Cielo para que puedan volver a unirse con lo sagrado, con lo divino, con los aspectos de sus seres que representan a la vida superior.

Expulsados sean todos los espíritus que, en este momento, impiden que Mis hijos se unan a lo Sagrado. Expulsados sean los espíritus que no responden a la Voluntad Divina porque, en esta hora de Misericordia, hago descender al mundo la Luz majestuosa de Mi Reino, la Divinidad de Cristo, que ingresa en cada una de sus células, en cada uno de sus átomos, encendiendo las consciencias de aquellos de Mis hijos que aceptaron responder a Mi llamado.

Reciban, en esta hora, la cura y la liberación que sus almas tanto aguardan para tornarse verdaderos misioneros, seguidores de Cristo, proclamadores de la Verdad Divina. Vengan a Mí todas las almas que se distanciaron de Mi Corazón, que dejaron perder en este mundo a todos los impulsos que un día les entregué.

Hijos Míos, Mi Voz resuena más allá de este lugar, ingresa en otros Reinos que están distantes de este para congregar a todas las almas que un día estuvieron ante Mi Presencia, porque reúno en Mi Consciencia Maternal a todos los aspectos que un día le presenté al mundo. 

Le traigo en este momento a cada una de sus vidas, en este lugar, todos los códigos de Mi Consciencia, aquellos que una vez Yo les traje, al mundo, para despertarlos e impulsarlos a abandonar la vieja vida, el viejo hombre que hasta el día de hoy deteriora al planeta. 

Hijos Míos, vengo a renovar sus consciencias, a liberarlos de todos los males que enferman a sus espíritus y aprisionan a sus almas en profunda oscuridad. 

Hijos Míos, si en esta hora de profunda Misericordia elevan a los Cielos el clamor de sus corazones, el sí de sus seres, para que sean liberados y perdonados de todo el pasado, Yo les digo que esta Gracia descenderá sobre el mundo, liberando las amarras de sus consciencias y, a través de ustedes, liberando a muchas otras criaturas de este mundo.

Traigo, en este momento, a todas las naciones en las cuales pisaron Mis Pies, a todos Mis hijos que estuvieron ante Mi Corazón en toda la historia de la humanidad para que, a través de este acto, todos los corazones se reenciendan y aquellos, que perdieron los impulsos que Yo les entregué, puedan retomar el punto en el cual quedaron sus almas.

Hijos Míos, incomprensible para sus pequeñas consciencias es este grandioso momento universal, en el cual todos los seres del Universo, todos los bienaventurados y santos, todas aquellas consciencias que conducen en el Reino Celestial a muchos espíritus que caminan rumbo a la evolución, hoy reverencian Mi Presencia y por un instante se detienen para contemplarme en este mundo, atrayendo la redención hacia almas muy antiguas, que están clamando en este tiempo, por encontrar un nuevo camino, por ingresar en el nuevo futuro prometido hace tanto tiempo a esta humanidad.

Hijos Míos, aunque sea incomprensible para sus corazones, quiero que caminen a Mi lado, aun sin comprender por qué senda los hago caminar. Conduzco sus pasos, aun sin que comprendan por qué senda conduzco sus pasos. 

Hoy, les traigo a sus seres, en esta hora misericordiosa, la verdad de sus espíritus, que está muy distante de esta materia, pero que clamó ante el Reino de los Cielos por una oportunidad para volver a unirse, para que puedan sentirse enteros ante Cristo, ante este nuevo ciclo que les es ofertado.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Bendigo los frutos benditos del Reino Vegetal. Reverenciemos a este sagrado Reino por formar parte de la Creación Divina de Dios, del Pensamiento Universal, de la Creación Infinita de todas las cosas que existen en este mundo, en este planeta, en el corazón de la humanidad.

Bendigo a todos los Hijos de María, aquellos que dieron los pasos hacia Mi Corazón. Hoy, los consagro y los bendigo. Y, a todos ustedes, Mis queridos hijos, en nombre de todos los que no están aquí, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, canten “Inmaculado Corazón de María” para agradar a Mi Corazón Maternal. Mi Rayo está sobre ustedes desde el Eterno.

 

Canción: “Inmaculado Corazón de María”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Bien, aquí están las naranjas del árbol de Nuestra Señora, que se cosechan todos los años el 8 de agosto y que nuestra Madre las bendice para que cada uno lleve una naranja.

Y, vamos a pedirles a los hermanos que nos hagan algún comentario.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Al principio nos vimos ante una Aparición misteriosa, que la propia Madre Divina nos fue revelando de a poco.

En los momentos previos a la Aparición, cuando estábamos orando el Ave María, Ella fue descendiendo del universo con mucha contundencia y poder; y los ángeles sostenían Su Manto que estaba abierto, y, por encima de Nuestra Señora, Cristo estaba coronándola y Dios le estaba entregando un Cetro.

Ella descendía así, con esa manifestación. A medida que se aproximaba el momento en el que Nuestra Señora se acercaba aquí, a este lugar de Aurora, muchas Consciencias Celestiales se congregaron durante la Aparición. Se veían situaciones que eran un poco inexplicables; parecía que una gran reunión estaba sucediendo en el Cielo, y esa reunión y toda esa energía descendían con mucha fuerza sobre nosotros, y Nuestra Señora era el centro que canalizaba esas energías celestiales hacia nosotros.

Cuando Ella llegó, permaneció mucho tiempo en silencio, contemplando a la humanidad entera. Desde un gran Cielo que estaba abierto detrás de Ella, muchos seres celestiales la acompañaban, como también bienaventurados y santos. Eran muchos, tanto en el Cielo como acá sobre la superficie, y todos ellos estaban atentos a los movimientos de Nuestra Madre.

Mientras Ella estaba allí presente, desde un primer momento, se fue manifestando cada vez con más fuerza y nitidez, hasta el momento en que Ella se nombró como la Madre del Sol.

Las vestiduras de Nuestra Señora eran casi palpables y la mirada de Ella era penetrante y profunda. Había momentos que costaba mirarla todo el tiempo. Y Ella mostraba detalles de Sus Vestiduras, de Sus Atuendos, como si guardara dentro de Su Manto muchos universos, que eran infinitos, profundos y desconocidos.

Hasta que, en el momento de la Aparición, después del largo silencio de Nuestra Madre, Ella pidió que tocáramos la campana, fuertemente.

Y le pregunté ¿será que la campana se caerá?

Ella se quedó en silencio, sonrió y dijo: “Toque con fuerza, por 33 veces”.

A medida que sonaba cada toque de la campana, Ella llevaba nuestra consciencia a niveles más elevados; y fue muy fuerte, porque Ella veía todas nuestras deudas y dificultades. Ella veía los diferentes aspectos de nuestros seres, veía a través de Sus Ojos todo lo bueno y todo lo que no hicimos bien; pero, a pesar de eso, a través de la reunión de esas Consciencias Celestiales y de esa puerta grandiosa que estaba abierta detrás de Ella, fue elevándonos a todos como un solo grupo.

Cuando Ella hacía ese movimiento simbólico y espiritual, estaba también elevando a una gran parte de la humanidad. Y, en ese momento, Ella desterraba y desactivaba muchas energías. 

A través de esa acción que hacía con nosotros, cuando nos elevaba de dimensión en dimensión, que contamos que fueron 33, a las que todos entramos a través de Ella.

Así, fue desactivando acontecimientos futuros que estaban previstos para la humanidad, que iban desde guerras hasta catástrofes. Solo Su mirada silenciosa desactivaba esas cosas, pero Ella todo el tiempo irradiaba mucha, pero mucha humildad, hasta que nos pidió que nos acercáramos a Sus hijos, como Ella dijo, y allí continuó realizando una tarea interna con todos.

Percibíamos que Nuestra Señora iba haciendo toques de Luz en algunos de los hermanos presentes. A pesar de que Ella estaba en el Cielo, elevada, Su Corazón transmitía rayos de Luz hacia algunos hermanos; y esos pequeños rayos hacían un trabajo grandioso en el espíritu de los presentes. 

Y parecía que todo eso no iba a terminar; pero Nuestra Señora como parece que percibió nuestro interior, por el grado del voltaje de la energía de Su Presencia y de las presencias que la acompañaban, Ella comenzó a recoger Sus energías, Su Presencia. Aun cuando todavía hablaba con la Hermana Lucía de Jesús, Ella seguía emitiendo impulsos internos.

Y, en un momento, al final de la Aparición, Ella nos mostró que, por encima de algunos de los hermanos presentes, había libros abiertos que algunos ángeles dejaban en blanco, borrándolos. Eran libros muy gruesos y llenos de escritura, y ellos los blanqueaban como si fuera con un pincel de luz, así parecía. Era una indicación que Nuestra Madre les dio a los ángeles.

Este es un resumen.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Ojalá algún día, podamos comprender, ¿verdad? De repente cuando pase otro ciclo, otros siete años y estemos reunidos en el auditorio de Aurora, en el auditorio de verdad, podremos recordar este momento y comprender todas aquellas cosas que los Mensajeros Divinos nos han entregado en este tiempo.

Ahora, vamos a cumplir con un pedido de Nuestra Madre. Ella pidió, de la misma forma que les pidió a Sus hijos de Brasil de que le pusieran música a la oración “Madre Universal”; otra cosa también les pidió a Sus hijos de Argentina. 

Así, unos van a abrir y otros van a cerrar este gran evento. Para cerrar este encuentro, nuestros hermanos de Argentina van a realizar una oferta amorosa a Nuestra Señora, parece que Padre Pío tuvo algo que ver.