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Queridos hijos:
Que la Resurrección de Jesús los ilumine y haga de sus consciencias corazones transformados y vidas transfiguradas por el Amor de Mi Hijo, a fin de que el planeta reciba la sagrada amnistía espiritual que necesita para poder redimirse.
Queridos hijos, ábranse mucho más para que los sagrados misterios de Cristo hoy puedan ser revelaciones para el despertar y la elevación de sus consciencias, porque si ustedes se transforman y resucitan en espíritu, volviéndose la misma Aspiración de Dios, el planeta también se transformará y toda la humanidad pasará a ser algo sagrado por medio de los principios y de los atributos que siempre vendrán del Padre.
Hoy, quisiera que Mis hijos comprendieran que todos son parte de una transición y que esta transición tendrá un fin, así como todo en la vida tiene un fin.
Por eso, hijos Míos, Yo los impulso y los llamo a abandonar la indiferencia y a atender a las necesidades, así como Mi Hijo atendió a cada una de las necesidades.
Bajo el espíritu de la caridad, los invito a tener un corazón misericordioso, un corazón que tenga la capacidad de responder siempre sí a todo lo que hay que atender y rescatar, porque así comenzarán los primeros pasos decisivos hacia el Amor crístico, hacia un Amor mayor capaz de perdonarlo todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En este tiempo es necesario, hijos Míos, crecer espiritual y humanamente, madurar en la consciencia todos los impulsos recibidos y colocarlos al servicio del planeta y de toda su humanidad.
Crecer espiritualmente es comprender los tiempos en los que viven, la urgencia de que haya una transformación en la consciencia humana y la certeza de que esa transformación comienza y termina dentro de cada ser.
Madurar es asumir con responsabilidad la propia parte dentro del Plan de Dios, sabiendo dar todo de sí en cada instante.
Cuando oran, que lo hagan de todo corazón, con la mente y el espíritu presentes, con los sentimientos enteros y las palabras colmadas de su sentido más profundo.
Cuando sirven, que lo hagan por completo, donando todo de sí para que la Voluntad de Dios se cumpla, sin dar lugar a las actitudes infantiles que siempre los conducen a las comodidades humanas, a un lugar de inercia y no de sacrificio.
Cuando se relacionan con el prójimo, sepan amarlo como es, observar sus miserias en el espejo del propio interior y antes de juzgar, callar y mirar hacia dentro. El otro se transforma con el ejemplo y no con el juicio.
La humanidad es una consciencia viva, única, que tarde o temprano se mueve en cadena. Cuando un ser da un paso verdadero, su entorno se transforma. Por eso, usen el verbo para abrir las puertas del Reino de Dios y el ejemplo para transformar lo que impide a ese Reino manifestarse.
Madurar humanamente, hijos, es salir de la postura adolescente de ser eternamente servido, cuidado y amparado; y comenzar a moverse para servir, cuidar y amparar, no solo al prójimo, sino al Plan de Dios en sí, al planeta, a la vida.
Así como un adulto es responsable por su casa, ustedes son responsables de este mundo. Llegó el momento de transformar esa postura y de asumir la propia casa, porque las leyes se están moviendo y los ciclos avanzando en ascensión.
Para acompañar el movimiento del universo es necesario crecer humana y espiritualmente.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En tus oraciones, clama por el planeta, por la esencia más profunda de la Tierra, por sus Reinos y elementos, por su espíritu.
Clama por el don de la vida que el Creador depositó en este mundo; vida capaz de renovar y de recrear toda la existencia; vida proveniente del Espíritu Santo de Dios y que guarda Su Soplo Divino en el propio interior.
Clama para que ese don se exprese, crezca y se revele al mundo, a la consciencia y a los corazones de los hombres.
Clama, hijo, para que este planeta encuentre alivio, y toda la vida espiritual que en él se oculta, sustentando la existencia de la Tierra, encuentre esperanza y motivación para dar continuidad a esa labor sagrada y desconocida por los hombres.
Clama por la propia consciencia del planeta. No te olvides de dedicar un tiempo a ese espíritu femenino y materno que ampara el Proyecto y la Voluntad Divina desde el principio.
Sé agradecido por la vida que se manifiesta en la Tierra, sé agradecido por sus Reinos, sé parte de esta Creación, que expresa unidad y armonía con el Todo.
Llegó el tiempo de ser consciente de la participación de la humanidad en la sustentación del planeta, y eso es material, interno y espiritual. En todos los niveles, la consciencia humana debe actuar, porque los hombres y mujeres de este planeta son el eslabón entre las dimensiones, son el puente hacia el Corazón de Dios.
Por eso, sé puente a través del amor, de la oración y de la gratitud. Sé puente con el Infinito a través de la simple y eterna unión con Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Mientras clamas por Misericordia, contempla en tu corazón a los que no conocen a Dios.
Contempla en tu corazón a los ignorantes de alma y de espíritu que no creen en una realidad superior y que sufren por no buscar en Dios el aliento y el propósito de sus vidas.
Mientras clamas por Misericordia, contempla los mares y los océanos, los Reinos ultrajados de la Naturaleza, y recorre con tu consciencia cada espacio necesitado de este planeta. Encuentra, así, el sentido de tu oración, de tu canto, de tu clamor, de tu vida.
Contempla la consciencia de este planeta, el Infinito y el Tiempo de Dios. De esta forma, hijo, mientras oras, aspira a esta Vida Superior, para que ella llegue al mundo como la cura de todos los males y desvíos, como la puerta para la redención de todas las almas.
Cada día, da sentido y profundidad a tu oración, profundiza más en tu corazón y, así, profundizarás más en el Corazón de Dios. Como un espejo, tú estarás en Dios y Él en ti.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Llegó el tiempo de responder al llamado de Dios, llamado que los invita a ir al encuentro de las necesidades espirituales y físicas de este planeta en redención.
Llegó el tiempo de escuchar la Voz de Dios, que resuena fuerte en los corazones que ya despertaron.
De Su Verbo vendrá la fuerza para seguir adelante. De Su Amor vendrá el auxilio para renovarse, cada día, en el cumplimiento de Su Plan. De Su desierto, pero también de Su Reino, vendrán las experiencias que forjaran una fortaleza inquebrantable en los que caminan.
Por eso, escuchen la Voz de Dios en su interior y sigan Su llamado. No habrá otro ciclo, no habrá otra hora.
Solo hay, hijos, una gran necesidad de estar en el lugar correcto y cumplir con los compromisos que su Padre Celestial les entregó desde el principio de la humanidad.
Las pruebas se acentúan, pero también las Gracias se multiplican. Sepan tomar los Dones de Dios para que sean la base bajo sus pies y sigan adelante en oración, en comunión y en entrega.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Queridos hijos:
Dios está atento a la voz de sus súplicas porque este es un tiempo de grandiosas necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es un tiempo en el que la solidaridad y el bien deberán penetrar en lo más profundo de la consciencia para que, de verdad, exista un cambio y un despertar.
Este es el tiempo de llevar al mundo este mensaje: es momento de considerar al semejante y de servir a los demás, porque esta sagrada acción permitirá que sucedan milagros y que almas que están absolutamente perdidas puedan ser rescatadas, así como ustedes fueron rescatados por el Amor de Dios.
Solo que este momento es crucial y definitivo, es un momento delicado en el que, todos los días y en oración, deberán pedir sabiduría y discernimiento para todos los que toman decisiones precipitadas y pierden completamente el sentido verdadero de la realidad.
Como Madre de la Gracia y de la Misericordia de Dios cuento con cada uno de Mis soldados orantes para que, en este momento de inflexión planetaria, todo se mantenga en su armonía y en su equilibrio.
Esa es la razón por la cual en los próximos tiempos se atenderán, a través de las peregrinaciones, situaciones de emergencia interior y de emergencia exterior.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, con el apoyo del Castísimo Corazón de San José que hoy vive Su recogimiento, irán al encuentro de las necesidades más difíciles y enviarán, por indicación e inspiración, a todos Nuestros servidores a atender y socorrer lo que sea necesario, como buenos padres y buenas madres, como impecables servidores y colaboradores.
Por esa razón, hijos Míos, todo este movimiento que se aproxima y que será de una inmediata entrega de sí, los ayudará a olvidarse de ustedes mismos y a colocar dentro de la balanza de la Justicia Divina, la grave y crítica situación planetaria. Porque no podemos permitir que este Proyecto humano de Dios sea desestimado.
Todo el esfuerzo que fue ofrecido, en los últimos años y hasta los días de hoy, por muchos grupos de oración, de adoración y de servicio, está siendo utilizado para compensar las deudas más graves de la humanidad, ocasionadas por el aborto, por la prostitución y la explotación de niños, adolescentes y adultos, por el comercio de la esclavitud, por la deforestación del planeta, por la extracción de minerales, como también por la caza desmedida de las ballenas y de los animales marinos.
Todo lo que hoy sucede necesita muchísima e incansable oración para que la Justicia Divina no caiga sobre la humanidad.
Desde ahora estoy agradecida por la consciencia y la apertura de sus corazones y vidas al llamado de servicio de la Madre de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Yo llego al mundo, observo y contemplo todas las necesidades y situaciones del planeta.
Yo les enseño a contemplar, junto Conmigo, todas las necesidades para que a través del amor sean suplidas; sean suplidas por un amor que sea capaz de testimoniar, por ustedes mismos, la Presencia inconfundible de Dios.
Por eso, Yo les ofrezco en este momento, la oportunidad de amar y de percibir una realidad tan necesitada, la que a través del servicio debe ser resuelta.
Este es el tiempo de ofrecerse, como se ofrecen Mis hijos en el mundo y los apóstoles del amor, para que se cumpla la Voluntad del Padre que todo lo abarca.
Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Es con alegría materna que hoy nuevamente estoy con ustedes para que, desde el Cielo y desde la Tierra, entremos en comunión espiritual con el Padre Eterno.
Que hoy esta comunión con el Propósito Divino se viva y se realice en cada uno de Mis hijos a fin de que se pueda establecer en el mundo la gran corriente de la Paz.
Para eso, hijos Míos, el ofrecimiento que hoy realizarán sus vidas y sus consciencias atenderá a la necesidad planetaria y ayudará a disolver de los éteres de la Tierra las corrientes opuestas al Amor y a la Luz de Dios.
Es de esa forma, queridos hijos, que los cantores e instrumentistas de la paz se vuelven a unir para poder curar y elevar la consciencia sometida de la humanidad.
Pero el encuentro de hoy también repercutirá en la consciencia de la música, que fue pervertida por el hombre y que contaminó a millones de almas de la Tierra con tendencias y estilos musicales que no se unen a Dios.
Este Encuentro de Música trabajará en esos estados de consciencia, pero al mismo tiempo colocará cura, amor y paz en los corazones que perdieron su filiación con el Altísimo.
Queridos hijos, en los últimos tiempos los Encuentros de Música representaron la posibilidad de que la Jerarquía espiritual pudiera trabajar más ampliamente en la consciencia de la humanidad.
Cuando los Encuentros de Música para la Cura son realizados en vivo, se establece un contacto espiritual entre la humanidad y la Jerarquía, entre la Tierra y el Cosmos. Es un portal celestial que se abre cada vez que Mis hijos cantores se reúnen, se esfuerzan y llevan adelante cada encuentro.
Todos los esfuerzos, sacrificios y empeños que son colocados para la realización de los Encuentros de Música, en todos los sentidos, generan la gran oportunidad que tiene la Jerarquía espiritual de ayudar a la humanidad entera. Pero al mismo tiempo, todos esos esfuerzos conceden al mundo periodos de paz y de disolución de conflictos armados, nucleares y tecnológicos.
Los Encuentros de Música ya cambiaron de ciclo y ustedes, hijos Míos, son llamados a cambiar de ciclo junto a la Jerarquía, para que pueda prevalecer la asistencia que en este tiempo deberá tener la humanidad y el planeta.
Que el encuentro de hoy pueda espejar más atributos hacia la humanidad a fin de que el odio, la ira y el desamor sean sustituidos por los Principios Divinos.
Deseando y aspirando a un luminoso trabajo de música para todos Mis hijos cantores, los bendice y les agradece por responder al llamado de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Guarda en tu corazón lo que te hace ser un discípulo de Cristo, que es la obediencia, la humildad, el amor y la fe absoluta en Su Plan.
Recuerda, hijo, que tu corazón debe ser un instrumento del Señor y, a donde quiera que vayas lleva contigo esa certeza y esa misión.
Que tu corazón sea siempre un puente hacia el Corazón de Dios y para eso debe estar vacío de sí; vacío de planes, de proyectos y de expectativas; vacío de voluntades y de sueños a ser realizados.
Para ser un instrumento de Dios, tu corazón debe ser humilde y obediente, siempre abierto a escuchar, siempre dispuesto a aprender, más inclinado a percibir lo que el Universo te quiere mostrar cada día que a aportar algo para alguien o para alguna situación.
Si siempre estuvieras dispuesto y atento para aprender, podrías percibir lo que Dios quiere de ti a cada instante. Si estuvieras dispuesto a obedecer, acompañarías los ciclos y no te aferrarías a tus voluntades y a tus planes, por más que en algún momento hayan sido la misma Voluntad y el mismo Plan de Dios.
Los tiempos cambian, los ciclos pasan y cada día trae consigo una necesidad diferente. Por eso, lo más importante en este tiempo es saber obedecer, es estar atento a los nuevos impulsos que llegan de Dios y estar dispuesto a cambiar la dirección de la barca, cuando así fuera necesario.
Que ser un instrumento de Dios en el mundo sea tu única voluntad. Así, hijo, todo se cumplirá como tiene que ser y, sea en África o en cualquier parte del mundo, el Plan y la Voluntad Divina se manifestarán a través de ti.
Vive y permanece en el vacío. Busca, en oración, al Creador que habita en ti; escucha Su Voz, siente Su Amor y sabe que en tu propio interior siempre encontrarás un refugio en donde estar con tu Dios para renovar tus fuerzas y proseguir.
Tienes Mi bendición para dar un paso en el vacío.
Tienes Mi bendición para descubrir lo que es vivir bajo la Voluntad y la Gracia de la Jerarquía Divina todo el tiempo.
Tienes Mi bendición para ser un instrumento de Dios y para encontrar la paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
No hay sufrimiento que la oración constante no pueda reparar. No hay herida que la oración sincera no pueda curar. No hay corazón endurecido que la oración verdadera no pueda despertar. No hay espíritu distante de Dios que la oración hecha con el corazón no lo haga aproximarse, nuevamente, a su Padre Creador.
Por eso, les repetimos que oren.
Para curar este mundo, oren.
Para restaurar la espiritualidad humana, oren.
Para reabrir las puertas que los unen a Dios, oren.
Para que reciban la Gracia del perdón y de la redención, oren.
Para rescatar el propósito de su existencia, oren.
Para rescatar el sentido de la vida sobre la Tierra, oren.
Para que sus almas, este planeta y todo el universo reencuentren la paz, oren, hijos, oren con el corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Después de abrir las puertas de tu corazón para vivir el don de la gratitud, deja, hijo, que tu ser reciba las bendiciones que provienen de Dios. Con las bendiciones del Altísimo deberás fortalecer tu mundo interior, tu misión en el servicio a este planeta, sobre todo a través de la oración.
Cada día que pasa, las naciones claman espiritualmente por auxilio, y el propio corazón de la Tierra se hace oír a los que son sensibles al amor y a la verdadera necesidad de este mundo.
Por eso, ora y ora con fervor, ofreciendo tantas Gracias y bendiciones que recibiste del Cielo, en nombre de todos aquellos que nada tienen.
Ora por el corazón de África, de forma especial, para que, a pesar de todo el sufrimiento, no pierda su pureza e inocencia.
África debe ser el símbolo del renacimiento de este mundo. De su seno proviene la vida, y después de todo lo que aprendieron, también de sus entrañas el amor se debe renovar y superar.
Ora para que las naciones transciendan las purificaciones de este tiempo, y que en el auge del calvario de este mundo estén los seres capaces de perdonar y de amar por encima de todas las cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para reparar los males del mundo deben servir, orar y transformar el propio mundo interior, aproximándolo cada vez más al Corazón de Dios.
Para transformar el propio corazón, liberándolo de los males y de los asedios que lo rodean, deben servir, orar y crear la unidad con sus hermanos. Porque en estos tiempos, hijos, no será nada individual lo que los fortalecerá y los mantendrá en pie, será el amor entre hermanos, la fraternidad y la unidad lo que les dará la fuerza para seguir adelante.
Es por ese motivo que hoy vengo a derramar Mis gracias sobre este mundo y así ayudarlos a despertar en sus corazones los dones del amor, de la fraternidad y de la unidad; los que comenzarán a nacer en ustedes y, poco a poco, se expandirán por todo el planeta.
Vengo a ofrecer a todas las Comunidades-Luz, a los Núcleos-Luz y a los grupos de servicio la posibilidad de que quincenalmente, los días jueves, realicen Conmigo el "Trabajo Comunitario de San José", día que será dedicado a la reparación del amor, de la fraternidad y de la unidad en la consciencia humana y en el cual todas sus acciones tendrán esa finalidad consciente.
Por eso, en las Comunidades y Núcleos-Luz que se adhieran a Mi pedido, ustedes se reunirán por la mañana a orar y a ofrecer el día sinceramente a Dios. Después, compartirán el primer alimento del día y luego comenzarán juntos a realizar algún servicio; ya sea en el mantenimiento de los espacios físicos o con los Reinos de la Naturaleza, cubriendo las necesidades que se presenten y ofreciendo a Dios cada momento de servicio al prójimo por la reparación del amor, de la fraternidad y de la unidad en la consciencia humana.
Que este sea un día de reconciliación y de gracias, en el cual, por un instante, saldrán de ustedes mismos para unirse a sus hermanos y servir espiritualmente a este planeta.
Al mediodía orarán Conmigo. Yo los escucharé y llevaré sus oraciones a los Pies de Dios para interceder por las situaciones más necesarias de este mundo, sobre todo, aquellas que surgen por la falta de amor, de fraternidad y de unidad entre los seres.
Los grupos de servicio que quieran unirse a esta propuesta y que no puedan aproximarse a una Comunidad o Núcleo-Luz, se podrán reunir en sus ciudades para servir en algún lugar necesitado y juntos ofrecerán ese servicio a Mi Casto Corazón. Que ese momento sirva para fortalecer la unidad entre los miembros del grupo y para disolver cualquier desavenencia y falta de amor que esté perjudicando esa unidad entre los corazones. Al mediodía también orarán a Mi Casto Corazón, ofreciendo su servicio y agradeciendo a Dios por las bendiciones que Él derrama sobre el mundo.
En las Comunidades-Luz y en los Núcleos-Luz, ese será un día completo para estar unidos y para ofrecer a Dios la vida que escogieron llevar adelante, en la que son sustentados por la unidad grupal.
De esta forma, hijos, Mi gracia estará sobre ustedes y, más que eso, sobre el mundo entero.
Aquellos que ofrezcan el Rosario por la Salvación de los Reinos de la Naturaleza antes del Devocionario al Casto Corazón de San José, estarán extendiendo esa oferta de amor a toda la vida. De esta forma, la unidad será construida no solo entre los seres humanos, sino también entre todos los seres de todos los Reinos.
Tienen Mi bendición para eso.
Desde ya les agradezco y los bendigo por escoger servir a este mundo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Este día, en el que nuevamente nos reunimos para orar, les pido, hijos, que coloquen en sus oraciones todas las necesidades espirituales que deberán ser suplidas a través de la columna de luz de la oración.
El planeta se precipita ingresando así en nuevas pruebas, mientras la humanidad está materialmente distraída por las novedades de estos tiempos.
Y pocos son los ejércitos de la luz que tienen consciencia de la necesidad mundial y responden de inmediato. Con esos pocos la Jerarquía Espiritual hace mucho, desdoblándose para abarcar la mayor cantidad de emergencias posibles.
No son momentos fáciles para la humanidad, hijos Míos, como ustedes ya lo saben, pero su respuesta en cada nuevo encuentro de oración favorece que muchas gracias desciendan a la Tierra, aunque no sean merecidas, y que principalmente las almas de las personas, por medio del impulso espiritual de esas gracias, no continúen tomando decisiones precipitadas y sin ningún sentido.
Toda esta situación se refleja en las naciones que son los espacios que se ven más afectados por el caos que impide la manifestación del Plan. Pero lo que sí es posible, en este tiempo, es que el Plan se cumpla dentro de cada uno de Mis hijos para que después se cumpla en este planeta.
Por eso, sigan remando y no dejen de remar porque toda adversidad interior o exterior será superada y ustedes encontrarán el verdadero refugio en el Corazón del Padre Celestial.
Les agradezco a todos los grupos de oración por la dedicación que están colocando para llevar adelante el Plan de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Peregrino es aquel que, conociendo sus miserias e imperfecciones y, por encima de todo, siendo consciente de las necesidades del mundo, sabe que solo en Dios encontrará la cura para sus males y el alivio para este mundo.
Peregrino es aquel que, aun sin saber, escucha la voz de su alma y va al encuentro del Padre en los lugares sagrados que Él bendijo y consagró como Fuentes de Vida para todos los seres.
Peregrino es aquel que, siendo simple de corazón, sabe que su morada no está en este mundo, sino en el Corazón de Dios, en su origen celestial de donde surgió toda la vida.
Peregrino es aquel que llega rendido a la Casa del Padre y permite que su corazón no solo beba de las Fuentes de Paz que el Creador abrió para el mundo, sino que también se dispone a ser portador de esa paz para los que la necesitan.
Peregrino es aquel que camina en dirección a Dios y, a cada paso, vacía su corazón un poco más, para que, al estar delante de Dios, encuentre un espacio en su interior para que el Padre deposite allí los dones y las dádivas que el peregrino debe llevarle al mundo.
Sean peregrinos en este tiempo, portadores y sembradores de la nueva vida. Busquen en las Fuentes de los Centros Marianos las gracias que el mundo necesita y distribuyan esas gracias en su caminar.
Hoy bendigo la Casa del Peregrino y la consagro para que aquí aprendan a ser peregrinos.
Que los que lleguen a este lugar reciban de Dios Su Misericordia, Su Paz y Sus Gracias, y que, saliendo de aquí, sientan en sus corazones la aspiración y la necesidad de que muchas otras almas puedan recibir lo que ustedes recibieron.
Sean peregrinos, sembradores y multiplicadores de las Gracias de Dios. Dejen que las Gracias del Padre los transformen y, a través de ustedes, transformen el mundo.
Abro aquí, por Voluntad del Padre Creador, una Fuente inagotable de Su Paz y de Su Gracia que fluirá a través de este altar hacia todos los corazones que, con fe, lleguen aquí para beber de esta Fuente.
Recuerden siempre que peregrino es aquel que llega a los lugares sagrados no solo para buscar algo para sí, sino para llevarle al mundo lo que él verdaderamente necesita.
Las almas están muriendo en vida, pereciendo por la sed de Dios, porque no lo conocen y no lo buscan, no perciben Su Presencia. Por eso, hijos, sean peregrinos de Mi Casto Corazón y llévenle al mundo el despertar, las Gracias de Dios, Su Misericordia y Su Presencia. Eso se dará por medio de los ejemplos de sus corazones.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Los árboles y la vida - Parte II
Cuando el Señor creó el planeta y lo manifestó a través de Su Pensamiento más puro de Amor por la vida, colocó en cada detalle de la Creación una ciencia profundamente espiritual, en la que todo lo que vive y habita en la Tierra colabora en la renovación del Amor y en el retorno al Corazón de Dios.
La dualidad, el caos y el mal construidos por el hombre son fruto del desvío de la consciencia humana del Corazón de Dios. A través de sus elecciones, los seres escogen estar en Dios y descubrir, en comunión con la Creación, el camino de retorno a Su Corazón, o escogen permanecer en la ilusión y en los enredos de sus limitaciones humanas.
El Creador permite que ciertas cosas existan para conducir al hombre a la superación y al vencimiento de sí mismo y no hacia los abismos del mundo, en donde se adentran las almas todos los días.
La naturaleza aún es un misterio a ser develado por la consciencia humana, y eso no se dará a través de su limitada ciencia, sino que será por medio de su corazón, el que es capaz de adentrarse en la ciencia divina y comprenderla a través de la simple presencia del Espíritu de Dios.
Los árboles, hijos, son el hilo que mantiene la Tierra unida al Cielo y no permite que la consciencia humana se desvincule totalmente de Dios. A pesar de las acciones humanas, de las guerras y de la indiferencia, los árboles silenciosamente penetran con sus raíces físicas en lo profundo de la Tierra y, con sus raíces espirituales, llegan al centro del planeta, manteniendo la unión entre la vida en la superficie y la esencia de la Tierra.
Con sus copas, sus troncos, ramas, hojas y flores físicas los árboles mantienen el camino de elevación hacia el Corazón de Dios. Y con sus copas espirituales, llegan a los Cielos y se nutren en las Fuentes Sublimes para que, al transformar el aire que la vida respira en la Tierra, traigan también las gracias y el alimento espiritual que permite que las consciencias no pierdan la paz y la posibilidad de amar.
Los árboles nacieron para servir y ellos aman su servicio; por eso, hijos, a pesar de ser tantas veces ultrajados, no dejan de crecer, de florecer y de dar sus frutos en este mundo.
Contemplen la donación de los árboles y, enviándoles a ellos su eterna gratitud, dejen que sus consciencias sean conducidas a la esencia de la Tierra y al más alto de los Cielos, recordando, así, el verdadero motivo de su existencia.
Los árboles no se olvidan para qué fueron creados. A través de ellos ustedes también deben comenzar a recordar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora como si fuera la última oportunidad de clamar por este mundo. Olvídate de ti y coloca tu corazón en los que realmente sufren y padecen, sin recibir el amor que necesitan para salir de los abismos en que se encuentran.
Confía humildemente en el poder de la oración y no dejes que tu boca pronuncie palabras vacías en los momentos en que te dispones a orar. Recuerda siempre que ese es tu mayor servicio, que sin oración no hay planeta, no hay amor, no hay Plan Evolutivo que se manifieste, porque para que el ser humano sea digno de ingresar en el Tiempo de Dios, primero debe rendirse y dar los primeros pasos en su transformación.
Hoy te digo, hijo, que no hay mejor camino para la humildad que la oración, que te coloca rendido y transparente delante de Dios y que, traspasando los límites de tus propias necesidades, alcanza a los corazones que sufren y que no conocen el amor.
Recuerda, hoy y siempre, que, si quieres llegar al Padre, si quieres cumplir la Voluntad de Dios para ti y para el mundo, debes orar sinceramente y profundizar cada día más en tu oración, de manera que ella sea cada vez más verdadera.
No servirá de nada, hijo Mío, que hagas muchas cosas, que pienses tanto en ti, si al final de todo tu corazón no se rinde a un Plan Mayor.
El camino a la redención es más simple de lo que imaginas. La propia oración te enseñará a orar, siempre y cuando seas sincero y persistente en eso que es más que un ejercicio espiritual, es una necesidad planetaria.
Ora y Yo te escucharé, y uniré Mi Corazón al tuyo para que recorras este camino con fe y, poco a poco, llegues a Dios, elevando tu corazón y el corazón humano, en su totalidad, al Creador.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sé firme en la oración y en la unidad con tus hermanos, con la certeza de que estás en el lugar correcto y que en este tiempo no hay otro lugar para estar, sino en donde está la Jerarquía, en donde Dios te permite servir al planeta y despertar el amor.
Silencia las dudas en tu corazón fortaleciendo tu fe. Ora por la paz en las naciones, porque así, no solo estarás clamando por el planeta, sino que también estarás creando una red de luz que, por medio de la unidad entre los orantes, consolida y protege la Obra de los Mensajeros Divinos en el mundo.
La Oración por la Paz en las Naciones, hijo, fue una gracia que Dios te concedió para que, dondequiera que estés, te sientas unido a tus hermanos y, sobre todo, a tu Madre Celestial. En Su Divino Corazón, María Santísima acoge todas las súplicas y las intenciones verdaderas y las convierte en fuente de redención y de salvación para las almas y para los Reinos de la Naturaleza presentes en el planeta.
Debes saber, hijo, sobre la importancia de la Oración por la Paz en las Naciones en los tiempos de transición, porque tu verbo, unido al de tus hermanos, superando fronteras y diferencias, mantendrá en tu interior todas las Gracias que el Padre te concedió; te ayudará a multiplicarlas y a madurarlas dentro de ti para que ellas te transformen en un pacificador en este mundo que tanto necesita de paz.
Si oras todos los días por la paz en las naciones y abrazas este propósito como una prioridad en tu vida, estarás abriendo camino para que la Misericordia de Cristo, tu Señor, siga derramándose sobre el mundo y para que tu Madre Celeste le conceda al mundo un tiempo mayor de paz; esa paz que no depende de los acontecimientos que se precipiten sobre la Tierra, porque dentro de ti ella será inmutable.
Confía en lo que te digo y ora por el establecimiento de la paz; para que, como tú, otros seres de la Tierra puedan despertar y sentir la Paz y el Amor de Dios en sus corazones.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Como un Ave de Luz recorro el mundo para aliviarlo de su dolor y de su sufrimiento.
Por medio de las oraciones de Mis hijos por las naciones, Yo logro sostener a los pueblos y a las razas, a pesar de las difíciles situaciones que hoy enfrentan los países.
En el plano espiritual, nutro con Mi Luz y curo con Mi Amor a los que más necesitan y atraigo desde el Cielo la ayuda divina para que ciertas regiones de la Tierra mantengan su equilibrio y su estabilidad espiritual. Todo esto forma parte de una tarea planetaria.
A través de cada Misterio del Rosario, orado por la paz en las naciones del mundo, Mis hijos orantes y servidores acompañan a la Madre de Dios en estos tiempos definitivos.
El resultado de la oración es indescriptible, porque el poder universal que ella tiene todavía es desconocido, y como en la oración del Rosario por la Paz en las Naciones todo el trabajo es dedicado con amor y devoción, su efecto es aún más grande y alcanza niveles cósmicos.
Por eso, Mi única aspiración es que, a pesar de lo que suceda con cada uno o con el mundo, nunca dejen de orar, nunca dejen de mantener unidos el Cielo y la Tierra, el espíritu de cada uno con el Espíritu Santo de Dios.
Nunca desistan, por más que muchos desistan.
Nunca suelten la mano de la Madre de Dios, porque en esa unión inquebrantable triunfará el amor y las naciones del mundo no padecerán tanto como está previsto.
Únanse, día a día, a Mi Rosario de Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en esta misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quien sea verdadero de corazón y no quiera nada para sí mismo, ese estará Conmigo hasta el fin de los tiempos.
Quien no cambie regularmente de ideas y sea leal con sus hermanos, ese estará Conmigo hasta el fin de los tiempos.
Por esa razón, Yo necesito su confirmación para que el Plan de Redención continúe desarrollándose en la consciencia de la humanidad.
Participa de Mi Espíritu de lealtad y de amor para con tus semejantes, así como Yo Soy con cada uno de ellos.
Recibe este impulso para alcanzar el espíritu de la lealtad, para que las viejas costumbres del ayer no influyan en la sana relación de amor y de hermandad que deberá despertar entre los espíritus servidores de Mi Palabra y de Mi Mensaje.
Anímate en este tiempo a trascender los límites de la consciencia y a colocar al planeta en el lugar que le corresponde.
Que el motivo sea el amor renovador.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Quisiera que el mundo comprendiera lo que Yo vivo y lo que siento, pero sé que es muy desconocido para la mayoría de Mis compañeros poder comprender lo que verdaderamente necesito para este ciclo, en el que la humanidad agoniza hora tras hora, tiempo tras tiempo.
He venido aquí para compartir lo que Soy y todo lo que tengo.
No vengo a pedir lo que el mundo no Me puede dar, sino que vengo a pedir lo que el mundo Me puede entregar.
Cuando están vacíos, todo Yo lo puedo hacer y aún más Mi Misericordia se puede derramar en aquellos que escuchan Mi Voz y Mi Palabra y la hacen parte de sí en cada momento de la vida, como en cada oportunidad de servir para ampliar la consciencia en los grados del amor y del perdón.
Lo que Dios Nos ha enviado a hacer aquí, a Portugal, y en Europa, es muy grande, algo que no será palpable a la vista de muchos, sino que será conocido por los que abran su corazón para poder comprender la Obra de la Jerarquía y cómo la Jerarquía Espiritual la construye, de ciclo en ciclo y por intermedio de los servidores.
Que no les falten ganas de poder conocer Mis Misterios.
Que no les falte motivación de poder cumplir Mis designios.
Que no les falte ánimo de poder llevar adelante Mi Voluntad.
Porque todo lo que Yo tengo pensado, Pensamiento que proviene de la Mente Divina del Padre, se deberá cumplir, para que, por medio del amor a la cruz que muchos viven la humanidad pueda redimirse de verdad y sin prejuicios.
Por eso Mi Misericordia es la Fuente que todo lo concede y que todo lo realiza.
Recuerden que no pueden llegar al Padre sino a través de Mí.
Y para llegar al Padre a través de Mí, deben pasar por la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se den cuenta y perciban que se deben perdonar a sí mismos y deben perdonar a los demás.
Deben perdonar el pasado y perdonar el presente.
Deben perdonar todo lo que es interno y también lo que es externo.
Deben perdonar lo que no aceptan y deben perdonar lo que les duele.
Así el mundo podrá cambiar y no será necesario sufrir más, no será necesario que algunas almas se ofrezcan al sufrimiento y a ese estado tan desconocido por el mundo.
Cruzar la puerta del sufrimiento por el mundo es cruzar la Puerta hacia Mi Corazón, hacia un espacio en donde muchos, en estos tiempos, no quieren ver la realidad por temer conocerla profundamente.
Pero si Yo Me ofrecí a la Cruz por ustedes, no habrá nada que temer.
Yo les ofrezco incansablemente que Me ayuden a cargar con esa cruz que es la cruz del mundo, la cruz de la Redención y de la Misericordia, la cruz del despertar y de la elevación de la consciencia.
Pero esa cruz que Yo les ofrezco a cada una de sus vidas es una cruz que debe ser liberada, y eso comienza en ustedes mismos, para que después se pueda dar en el mundo y especialmente en la humanidad.
Liberar a la humanidad de sus sufrimientos es algo muy grande y desconocido.
Por eso muy pocos son los convocados para esa tarea, para esa misión especial, de la que no se tiene total consciencia de lo que significa y de lo que representa; pero sí se tiene consciencia al poder sentir y percibir lo que se vive, paso a paso.
Por medio de Mi Misericordia necesito reparar el mundo y sustituir las corrientes negativas que aprisionan a la humanidad cada vez más.
Con su sí Yo podré hacer muchas más cosas.
Con su donación Yo podré conceder muchas más Gracias.
Con su incondicionalidad Yo podré socorrer y auxiliar al mundo y a los que Me dan las espaldas, a los que Me niegan, a los que ofenden a Dios por medio de sus ejemplos y modos de vida.
Hasta que la humanidad no aprenda a amar verdaderamente, deberá pasar por la Ley del Sufrimiento. Yo vine al mundo para poder enseñarles cómo liberarse de ella e ingresar en la Ley de Mi Gracia y de Mi Misericordia.
Aún de Mi Costado sigue brotando la Sangre Preciosa de su Maestro y Señor. Esa Sangre se derrama sobre el mundo y sobre la consciencia de la humanidad para poder justificar, por medio de todos los orantes que invocan Mi Divina Misericordia, los gravísimos errores y ultrajes que el mundo comete hoy, en estos tiempos críticos.
Por medio de la Sangre que brota de Mi Costado vengo a justificar los errores de las naciones, de los pueblos y de toda la humanidad, de cada uno de los seres que vive sobre la superficie de este planeta.
Por medio de Mi Sangre vengo a justificar y a reparar las cosas ante Dios, los hechos que someten y condenan el corazón de los hombres y la vida de todas las criaturas.
Porque desde el Huerto Getsemaní, en ese momento tan agudo para la Vida de su Señor, Yo ya sabía que este momento llegaría y que debería estar presente para testimoniar lo que Mi Padre, una vez, allí Me mostró.
Pero también vengo a testimoniar la Obra de Mi Misericordia que trasciende los tiempos y las formas, los modos de vida y las costumbres.
Vengo a testimoniar a los que en estos tiempos Me siguen y se congregan en torno a su Señor para confirmar Su Presencia en el mundo y especialmente en los corazones, en la esencia divina de cada ser, a pesar de la corrupción de estos tiempos y de las injurias de muchos, de muchos hijos de Dios.
Vengo, por medio de la sangre que brota en Mi Costado en este momento, a reparar Mi Iglesia, que como ven se está derrumbando.
Por eso, son llamados a estar adheridos a este momento junto a su Maestro y Señor; a hacer algo por los demás, algo más verdadero y profundo que pueda traer cura a las almas y los corazones heridos que una vez creyeron en Mi Iglesia y la han desahuciado por sus hechos y experiencias.
Vengo a renovar, en este día, el Sacrificio del Cordero de Dios para que no existan más corderos inmolados en este tiempo final.
Porque la Sangre que derramó su Señor de Su Costado ha sido suficiente, a fin de que ese testimonio de amor perdurara a lo largo de los tiempos y hasta el momento de Su Retorno por segunda vez a la humanidad.
Renueven el Sacrificio del Cordero de Dios todos los días.
No se olviden que el pan y el vino siempre deben estar en la mesa de su Redentor para que día tras día, momento tras momento, comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre. Así la vida será renovada a pesar de los acontecimientos y de las crueldades de este tiempo final.
Quisiera que comprendieran, compañeros Míos, de forma universal y de una manera más profunda y abierta, que el legado que testimonió su Maestro y Señor junto a Sus apóstoles en la Última Cena no puede perderse, no podrá desaparecer ni desvanecerse del corazón de los hombres.
Hasta ahora no he revelado lo que verdaderamente pasó en la Última Cena a nivel de la Consciencia del Espíritu y del Universo Celestial, pero ese momento se aproxima, esa hora está llegando, es el último Don que Yo le entregaré al mundo para la verdadera expresión de la vida sacerdotal y crística en las almas.
Sepan que ese legado siempre deberá ser su tesoro, su inspiración y su vida.
Que la comunión con Cristo no sea olvidada, ni un solo día, aunque sus cuerpos ya no puedan más.
Refúgiense en Mi Corazón y todo pasará.
La Llama de Mi Amor es más fuerte que todas las maldades del mundo y que todos los agravios.
Yo puedo transformar lo que ustedes no consiguen, si Me lo permiten. Pero mientras no Me lo permitan, como el mundo en su mayoría no Me lo permite, Mi sed aún será muy grande y amarga.
Sentiré la amargura, en este tiempo, más grande que cuando Me dieron de beber hiel en la Cruz. Ese es el símbolo de la indiferencia de la humanidad que deberá ser extirpada de la consciencia de los hombres y de las mujeres de la Tierra, para que exista una extraordinaria Gracia de despertar y de tener consciencia de lo que en verdad es vivir el Plan de Dios sobre la Tierra. Por eso, su valentía será imprescindible en estos tiempos.
Que su fuego interior nunca se apague y que su llama interior encandile las tinieblas que permean la Tierra por su inseguridad y su ofensa.
Por eso he dicho que esta será la Maratón del sacrificio, el momento de poder entregar el corazón en Mis Manos para que Yo lo pueda ofrecer como testimonio justificable ante Mi Padre y Su Reino por los agravios del mundo y la indiferencia.
Que nadie pierda la oportunidad de comprender lo que estoy diciendo y expresando.
Que nadie pierda la oportunidad de recordar Mis Palabras y de hacerlas parte de sí, porque estas son las últimas palabras que le estoy diciendo al mundo antes de que todo suceda.
Esa es la razón por la cual vengo con Mi Divina Misericordia, intentando expandirla y extenderla en el tiempo, aunque no haya tiempo, para que las almas ingresen en el Océano de Mi Amor y de la reparación, para que la cura se conceda en todos los espíritus.
No dejen de ayudarme en esta Peregrinación por la Paz, porque no será solo la paz que les daremos, sino también la consciencia de saber que es tiempo de cambiar y de vivir los Mandamientos de Dios como fueron escritos en el principio.
Eso renovará Mi Iglesia, eso le concederá a las almas la Gracia de volver a vivirme plenamente.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus mundos internos.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus almas.
Que la Sangre de Mi Costado se derrame completamente sobre ustedes, para que el Sacrificio del Cordero sea aún más justificable ante la Creación.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más