Jueves, 30 de marzo de 2023

Sagrada Semana
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 9 DE ABRIL, OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este día de la Resurrección del Señor, el Padre Eterno le concede a Su Hijo la Gracia de nutrir la vida espiritual de cada ser con los códigos alcanzados por el Señor en cada hecho y en cada paso por este mundo.

Esta es una Gracia desconocida, por la cual las almas pueden venir a beber de Mi Fuente, una Fuente Espiritual hoy abierta a través de la luz y del poder de las Cinco Preciosas Llagas de Jesús.

Para que esta Fuente de oportunidades pueda descender al mundo, los elementos y Reinos de la Naturaleza, creados a imagen y semejanza de Dios, hoy comulgan de este momento y acompañan la sagrada tarea interna del Redentor; completando, en este octavo día de la Sagrada Semana, una serie de impulsos espirituales específicos, que en los próximos meses llevarán a las almas a tomar su última decisión de optar por formar parte o no de la Nueva Tierra, sabiendo que aún sobre la superficie de este planeta, los seguidores y discípulos de Cristo aún deberán vivir muchas experiencias que ennoblezcan el espíritu y la consciencia, que despierten en ustedes el sagrado amor al sacrificio.

Porque así sus vidas se completarán, no por lo que la ilusión del mundo les ofrece ni tampoco viviendo sus experiencias mundanas y retrógradas; sus vidas se completarán a través de la vida interior, tomando consciencia en este momento de la importancia de responder al llamado interior que cada uno de ustedes puede vivir.

Un llamado que ya ha tocado a muchos corazones a través de los tiempos, a través de las generaciones o a través de las civilizaciones que han pasado por esta superficie para poder aprender algo, y no irse de este mundo y de esta experiencia del planeta con las manos vacías, sino con el corazón lleno de Dios, de las lecciones de la vida que Él les proporciona para que puedan crecer interiormente.

Por eso hoy, el Mar de Galilea hace resonar sus olas en este ambiente, para que las almas y, en especial, los mundos internos del planeta sepan que el Señor del Universo, el Hijo de Dios, está entregando Su último y definitivo Llamado en este último día de la Sagrada Semana, en el que las almas, que tendrán la Gracia de recibir los Sacramentos, volverán a ser bendecidas por Mi Espíritu; así como el Cuerpo del Señor en el Sepulcro fue bendecido por los ángeles de Dios, en eterna vigilia y oración; así como el Cuerpo Santo de Cristo fue ungido por las manos de las santas y humildes mujeres.

Por este mérito alcanzado por las santas mujeres de Jerusalén, hoy, vengo a retribuirle al mundo, la bendición de Mi Espíritu y la Gracia de ser bendecidos por Mí, para que sus vidas se vuelvan a definir en estos tiempos de interferencias y de persecución.

Que sus vidas se puedan definir por Cristo y para Cristo, sabiendo que existe un Plan perfecto que ya fue escrito antes de sus existencias, para que ese Plan se pueda cumplir a través de ustedes y de sus hermanos y hermanas del mundo.

¿Será que, en este octavo día de la Sagrada Semana especial en Israel, le han dado paso a sus almas para que sepan si están cumpliendo la Voluntad de Dios? 

¿Cuál fue el camino recorrido hasta el presente?

Y en ese camino, ¿cuál es el resultado para ustedes?

¿Será que Mis Palabras permanecerán?

¿Será que el cielo y la Tierra pasarán?

¿Dónde quedará guardado todo lo que les He entregado en estos ocho días? 

¿Y dónde está guardado todo lo que les entregué, desde el año 2013 hasta ahora?

No deseo que se condenen ni tampoco quiero que se justifiquen. A través de la consciencia crística madura, observen los resultados, contemplen los aciertos y aprendan de los errores. Porque así, se darán cuenta, por ustedes mismos, hasta qué punto llegaron en el camino hacia Mí, y si han conseguido verdaderamente seguir Mis Pasos firmes y determinantes hacia la meta de concretar el Plan del Creador. 

Pero, en verdad, les digo que no se sientan solos porque todos son llamados a vivir este Plan, los que están en el Cielo y los que están en la Tierra, los que están presentes en la superficie y los que están presentes en el cosmos. Cada uno se encuentra dentro de esta escuela, a través de su entrega a Cristo, porque es esa entrega que les permitirá darse cuenta hasta dónde han llegado. 

De esta síntesis y reflexión surgirá la respuesta que el universo necesita en este momento de transición planetaria; porque esta respuesta, que debe nacer de sus corazones y no de sus mentes, determinará los próximos pasos de la Jerarquía Espiritual. 

Espero que no salgan de esta Sagrada Semana habiendo solo escuchado al Señor. Espero que salgan de esta Sagrada Semana renovados y bendecidos, un poco más conscientes y un poco más disponibles; sabiendo que, en el resto del mundo, la mayoría de las almas encarnadas está absolutamente distraída y ni siquiera puede percibir Mi Amor.

Pero, ustedes han tenido la dicha de escucharme y de reencontrarme, y de recibir directamente de Mí todos los tesoros del Cielo. Una vez más apelo a que sus almas no desperdicien estos momentos; y que estén concentradas y atentas, para leer a través de Mis señales y de las señales del tiempo, todo lo que ha de venir al mundo.

Con espíritu de regocijo y de alegría, el Señor de Israel finaliza Su tarea alcanzando las metas máximas previstas y los resultados esperados por el Creador.

Espero que esta no sea la última vez que la Voz del Maestro sea escuchada desde Israel o desde otros lugares del mundo; porque la Voz del Señor resuena en el desierto, así como Su Voz hace eco en todo el universo.

Agradezco la valentía de los que siguieron hasta aquí y el amor que pudieron expresarme algunos corazones. Esto solo les fortalece la confianza en Mí, porque Yo tengo el poder sobre ustedes de cambiar sus vidas, como de cambiar los elementos.

No se olviden de que Soy el Señor Dios del Universo, la expresión inagotable del Amor-Sabiduría que siempre aspira y espera morar en el corazón humano.
 

Señor Dios,
bendice a Tu pueblo de Israel,
hoy expandido en toda la superficie de este planeta.

No mires a Tu pueblo sagrado con Justicia,
sino con Misericordia.

Que, a través del Corazón
de Tu Amadísimo Hijo, Jesucristo,
se abran las puertas de Tu Gracia,
de Tu Piedad y de Tu Perdón;
para que Tu Corazón, a través de las almas buenas,
sea reparado.

Oh, Señor Dios del Universo,
Suprema Consciencia de Amor y de Vida,
haz descender los Rayos de Tu Corazón a través de Tu Hijo,
sobre la superficie de este mundo
e impregna con Tu Código de Amor
todas las causas imposibles;
para que, una vez más,
todo sea renovado
en gloria a Ti, Creador.

Amén.
 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.