Lunes, 6 de febrero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Alegra tu corazón por las Gracias que él recibe en Mi Presencia Maternal.

Queridos hijos:

El Señor esté con todas sus almas para que la vida se pueda nutrir con el Amor Benévolo de Mi Hijo.

Pequeños Míos, hoy los invito a contemplar y a comprender con el corazón la unión con Mi Hijo en la comunión. Allí encontrarán la restauración que el alma necesita para su vida, como también el amor que les puede dar la fuerza para continuar en el camino de la consagración.

Queridos hijos, es importante en estos tiempos que ustedes estén delante de la presencia de Cristo tal como son en sus corazones, en sus sentimientos y en sus pensamientos. Él los conoce en profundidad y, más allá de todo, Él los ama con compasión.

Por eso, queridos hijos, en Jesucristo encontrarán el camino hacia el Templo de Dios. Él los llama a repartir el amor de sus corazones sobre todos Mis hijos que están distantes del amor y de la verdadera paz. Cristo los quiere ver en servicio y en donación para que junto a Su Santísimo y Misericordioso Corazón, el mundo pueda ser aliviado de su propio peso.

Vean bien, pequeños hijos, Dios Padre les ha entregado un tesoro, un presente que emanó desde el centro de Su Creación y ese presente es la Tierra, el Planeta en el cual ustedes viven. Por eso, pequeños Míos, no solo ha llegado la hora de la Gracia para todas las almas, sino también para Mis pequeñísimos Reinos de la Naturaleza que forman parte de la vida de la Creación.

A ustedes, queridas almas, les corresponde restaurar con amor y con valentía lo que la humanidad ha echado a perder en los Reinos.

Yo los invito a estar en contemplación frente a Mi Hijo para que Su Corazón los permee y les dé la sabiduría. Así podrán colaborar en la salvación de todas las almas y de todos los Reinos.

Yo soy Madre y Guardiana de todos. Yo soy Sierva del Creador. Hoy quiero que imiten Mi camino: el sendero hacia la paz del corazón.

¡Salve Dios a los Reinos!

¡Mi Corazón clama por la humanidad!

En la Bendición de Dios,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad