Viernes, 8 de abril de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:

Aquel que aspira a transitar con sabiduría por los tiempos que vendrán debe observar, desde ya, los acontecimientos planetarios y tratar de aprender con todo, tratar de encontrar la paz en las situaciones de dolor y de caos.

Hijos, la mayoría de ustedes tiene la gracia de profundizar primero en la propia transformación antes de enfrentar los procesos de purificación planetaria. Esto es así porque deben preparar las bases para que otros puedan vivirlos con armonía. Ustedes están creando las condiciones para que sus hermanos, que aún viven en la ignorancia, puedan despertar.

Mientras tanto, el Creador permite que otros de Sus soldados ya vivan las consecuencias del caos. Pero deben vivirlas, hijos, como un aprendizaje único que ayudará a otros en el futuro. Deben utilizar las obras del caos para fortalecer el propio mundo interior y no permitir que el enemigo los venza con sus
planes de desestabilización.

La Misericordia de Cristo está intentando retener al máximo la acción del caos y de la Justicia, pero las naciones en su conjunto no buscan esa Misericordia y no oran para que la paz se establezca; al contrario, la oscuridad reina en muchos corazones que deberían ser embajadores de la paz y de la armonía en las naciones de este planeta. Por eso, Mis queridos, es ahora cuando deben acompañar los acontecimientos planetarios con sabiduría; saber que toda prueba los fortalece y desarrolla en ustedes el potencial de amar que, de otra forma, nunca emergió de su interior.

Sean fuertes y dejen que su fe encienda la fe en los corazones de sus hermanos. Vean en esos acontecimientos que no hay otra salida sino el Corazón del Padre y conduzcan a otras almas para que se nutran de esa fuente. Encontrarán allí cómo suplir toda carencia y descubrirán que, cuando tienen fe, la vida del espíritu puede ofrecer lo que necesitan en la materia.

Hagan de la pobreza la grandeza del espíritu. Dejen que el corazón experimente el perdón y la piedad; que comprenda a
los ignorantes y perdone a los equivocados, que redima a los perdidos y dé vida a los que mueren en espíritu.

Agradezcan a Dios por la oportunidad de practicar las instrucciones de Sus Mensajeros y hagan de la derrota en este mundo la victoria de Cristo.

Lo que el adversario no sabe, hijos, es que el verdadero amor surge también de las flaquezas materiales, y que la Gracia del perdón y de la misericordia trasciende lo que se vivió en la materia. Vean el ejemplo del Maestro y no teman imitarlo.

Dios está a su lado, porque ustedes están del lado de Dios

Aquel que los ama y los guía,

San José Castísimo