Viernes, 5 de mayo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE GONDOMAR, OPORTO, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras el mundo agoniza y el Señor comparte las llagas del espíritu herido de la Tierra, clamen por Misericordia. Aún están a tiempo de orar y de que sus oraciones abran las puertas al manantial curador de la Divina Misericordia, para que lo que está perdido pueda encontrarse y lo que está distante de Dios pueda retornar.

Hijos, aún están a tiempo de abrir los ojos y de elevarlos hacia el Cielo buscando una salida, buscando  a Aquel que es su salvación y su vida: el Creador de todas las cosas.

Están a tiempo de pedir una oportunidad más para vivir Sus Principios y Su Paz, para que Su Proyecto no se pierda y Su Esperanza no se desvanezca con el polvo que quedará de la humanidad.

Están a tiempo de dar todo de sí por Aquel que lo dió todo a Sus criaturas y dándoles la Vida, Se hizo Él mismo carne para mostrarles el camino de la evolución. Se entregó a los más perdidos de Sus hijos, ingresando donde todo era tinieblas y ceguera espiritual para que las almas vieran Su Luz y pudiesen despertar.

Esa Luz aún brilla en las tinieblas del mundo y en el horizonte interior de todos los seres. Solo basta, hijos, que la quieran ver y que caminen en su dirección, mientras ella aún es visible. Esta Luz vino al mundo para encender a muchos más, aquellos que lleguen hasta ella, se tornarán la nueva luz del mundo y los que no fueran en su dirección permanecerán en la oscuridad.

Solo no buscan a Dios y no lo aman aquellos que no lo conocen, pues no hay en la Creación un corazón que,  conociendo verdaderamente el Amor del Padre, elija el mundo y la ilusión de la materia. Solo elige al mundo quien no conoce el Amor. Por eso, hijos, no teman rendirse para buscar el Amor de Dios. No teman decirle “sí” y caminar en Su dirección.

No hay mayor tesoro que aquel que se encuentra al recorrer la vida del espíritu, al dar los pasos en la propia evolución, al retornar un poco más hacia el propio Origen, hacia la Fuente de la Unidad y del Amor Absoluto.

Mientras el mundo agoniza y el Hijo del Hombre aún agoniza por los pecados del mundo, oren y busquen a Dios. No hay mayor servicio para toda la Vida, para Dios y para sí mismos, que buscar al Padre y encontrarlo. Toda la Creación encuentra alivio cuando un corazón se une a Dios. Ustedes aún están a tiempo de hacerlo, porque los caminos están abiertos y la Misericordia intercederá  por los que se arrepientan y clamen por ella.

Les digo que aún están a tiempo, porque llegará el momento en el que él ya no existirá y cada uno iluminará su camino con la luz que encendió en su interior. Quién esté en Dios, caminará con la Luz de Dios y, aún en tiempos de Justicia, beberá de la Fuente de la Divina Misericordia.

Su Padre y Amigo,

Aquel que los advierte y los guía,

San José Castísimo