Sábado, 25 de junio de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

Mientras haya experiencias negativas en la consciencia humana, habrá que vivir purificación. El viejo hombre está siendo expurgado de sus mundos internos y más que eso, de sus células.

Muchos quieren transformarse y no soportan ver en los otros los propios errores. Esa incapacidad de verse en un espejo genera ira, indignación y tristeza. Pero les digo, compañeros, que esta reacción humana frente a la purificación es fruto de una vieja manera de lidiar con los aspectos inferiores.

El nuevo hombre debe comenzar a surgir al mismo tiempo que el viejo es expurgado, o sea, que los patrones de conducta de una nueva vida deben ir ocupando el lugar de los viejos patrones humanos. Esto significa, hijos, que, al verse en un espejo, por los errores y aspectos del otro, deberán amarlo y ser compasivos.

Colóquense riendas y frenos a sí mismos por medio de la comprensión y del amor al Plan, que supera al amor propio y a la voluntad de controlar y guiar todas las cosas.

Cuando reaccionan ante el error ajeno, quieren reparar un error cometiendo otro. Ese es el mismo principio que causa las guerras y los conflictos en el mundo; el odio al prójimo es un combustible que enciende el odio en el propio interior, el mismo odio que muchas veces está oculto y subconsciente.

Para no entrar en esa rueda que genera ira y oscuridad, controlen el propio comburente y sustitúyanlo por la pacificación interior.

Sé que muchos tienen dificultad para controlarse a sí mismos y a sus aspectos inferiores, pero deben intentarlo todos los días, hasta que la consciencia comprenda definitivamente la pequeñez de lo que vive frente a la vastedad universal y pueda dar pasos más concretos.

Quisiera hablarles de cosas universales, pero ¿cómo voy a llevarlos al universo si sus pies permanecen tan presos al mundo por las apariencias terrenas y sus consciencias no abarcan la esencia de los seres, sino solo sus defectos y las condiciones humanas?

Todos están en la misma escuela, y cada uno en su grado debe escuchar lo que hoy les digo y trabajar conscientemente sobre la incapacidad de amar y de autocontrolarse.

Hijos, cuando al menos comiencen a lidiar consigo mismos con más madurez, podré llevarlos al cosmos para que profundicen en las raíces universales. Pero primero necesitan crecer, todos necesitan crecer, incluso aquellos que se consideran adultos y ancianos. Crezcan en espíritu y en virtud.

Su padre y amigo,

San José Castísimo