Martes, 10 de mayo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cura tu espíritu en la unión con Dios y descubre, finalmente, el sentido de tu vida en esa divina unión.

Hijo:

Solo hay plenitud en la unión con el Creador. No hay un sentido verdadero para la existencia humana si los corazones de los hombres no se convierten en un puente entre la vida material y la vida divina, cruzando así todas las dimensiones de la existencia y abriendo un camino para que todas las criaturas vivan esa unión.

Hoy, hijo, ves que muchos hermanos tuyos pierden la esperanza en la vida sobre la Tierra; otros caminan como si estuviesen perdidos y ciegos, sin saber hacia dónde ir ni qué buscar; y otros, por no encontrar motivos para vivir, buscan un sentido para la vida en las distracciones, en los placeres, en las drogas y en las ilusiones. Pero estas últimas almas son muy infelices y enseguida sentirán el vacío que esa vida les produce.

Si el alma no encuentra a Dios, no sabrá para qué está en este mundo, porque no hay otra razón para la existencia humana que no sea la unión con Dios, a través del olvido de sí y del amor absoluto.

Te digo eso, hijo, porque en estos días y en los que vendrán, tú podrás ser un faro que brilla en la oscuridad del mundo, señalando el camino para los que están perdidos.

Por medio de la unión con Dios y con Su Plan de Amor, nunca perderás la alegría y el estímulo espiritual para seguir viviendo, superando obstáculos dentro y fuera de ti y descubriendo un poder que no proviene de tu corazón, para que te mantengas de pie durante los tiempos de mayor caos planetario. Ese ejemplo servirá para que tus hermanos busquen la fuente que te nutre y encuentren, en la última hora, el camino verdadero.

Comprende, entonces, hijo Mío, la importancia de que te unas verdaderamente a Dios, al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza; la importancia de que vivas estas palabras y te conviertas en un libro vivo de las instrucciones que traemos al mundo.

Porque llegará la hora en la que ya no podrán estudiar, investigar ni buscar el camino así como lo hacen hoy. Será viendo el ejemplo vivo del prójimo e imitándolo que las almas llegarán a donde deben llegar: a la paz, a la redención y a la unidad con Dios.

Te dejo, hijo, Mis últimas instrucciones de estos tiempos y no te diré otra cosa sino cómo vivirlas, porque eso ahora es lo más importante.

Tu padre e instructor,

San José Castísimo