Viernes, 2 de septiembre de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras Mi Luz Maternal y Divina penetra la Tierra junto a San José para redimir a los corazones caídos y perdidos, Mi Corazón recibe con júbilo sus oraciones y cantos. Cuando la ofrenda es sincera y espontánea agrada mucho al Corazón de Dios.

Así, queridos hijos, todos los días les enseño a amar un poco más y a perder el miedo de hacerlo, porque si amaran a sus hermanos así como Yo amo a cada uno de ustedes, muchos sufrimientos terminarían.

Los invito, hijos Míos, a reforzar el compromiso con el Padre Eterno de formar una sagrada familia espiritual, depositaria de los mismos códigos del antiguo pueblo de Israel; pueblo que en aquel tiempo vivificó la Palabra de Dios y la hizo carne dentro de sí.

Los invito a amar el conocimiento pero también a vivirlo, para que él sea en ustedes fuente de conversión y ejemplo de redención.

En este momento, queridos hijos, los Sagrados Corazones se aproximan a esta parte del planeta por la gran necesidad de despertar y de redención.

Necesito, Mis hijos, que puedan acompañar cada paso que dan los Mensajeros del Cielo, así ustedes podrán contribuir con el desarrollo de un Plan que no es físico, sino interno y espiritual.

Todos sin excepción son llamados en esta hora para aportar sus virtudes y sus dones, para que Mi Hijo pueda realizar Su Obra redentora en estos tiempos.

Para eso comiencen a amar de forma diferente a como han amado hasta ahora, que su amor humano se transforme por la oración y se transfigure en cada nueva consagración.

Yo los ayudaré a seguir ese camino infinito hacia el verdadero Amor. Yo los motivaré y los impulsaré a concretar en ustedes lo que el Padre tanto espera; para que eso sea posible entréguenme lo que son y así Yo seré en ustedes a imagen y semejanza de Dios.

Anímense todos los días a decirme sí.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice siempre,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz