Sábado, 26 de enero de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A MADRE SHIMANI

Hijos Míos:

Clamen por el Espíritu Santo, clamen por Su presencia en vuestras vidas.

Hoy he venido desde el Cielo para recuperar muchas almas que han recibido la Gracia de Dios y han sido rescatadas del sufrimiento eterno en el que estaban perdidas.

Hoy, hijos Míos, Mi Bienaventurada Consciencia, trae para todos esa Gracia, la de volver a ver dentro de vuestros corazones la luz que llega desde Dios Creador y desde el Corazón de Mi Hijo Jesús. Ábranse a esta Gracia, ábranse a este poder de amor que el Pastor trae en este tiempo final.

Las profecías se están cumpliendo y aquello que Dios escribió en el Universo y que los Mensajeros anunciaron en todos los tiempos, está descendiendo. Solo deberán aprender a leer en los acontecimientos que viven y a unir Mis anuncios con los de Mi Hijo.

Este año será de grandes revelaciones, revelaciones que muchos no escucharán pero que, en el correr de los próximos años, la contundencia de los acontecimientos les mostrará cómo todo había sido anunciado, todo había sido dicho y cómo la palabra de los profetas de ayer y los profetas de hoy se convertirá en hechos que todos podrán vivir.

Les dije que buscaran las señales del Retorno del Salvador, que una a una les iría revelando en Mis anuncios.

Deben orar hoy más que nunca, con el corazón, en unidad, sin importarles nada más, porque nada más importa, Mis queridos, solo lo que puedan ofertar al Todopoderoso desde el corazón.

En Mis brazos cargo con amor y devoción a toda la humanidad, a cada uno de ustedes, a sus familias, para que a través de Mi Amor encuentren el camino para formar la nueva familia, la Nueva Jerusalén, la consciencia de una nueva raza que Dios diseñó en los Cielos y que debe descender en este tiempo.

Esfuércense hijos, ya es el tiempo del sacrificio del cual les hablé desde el principio, el sacrificio hecho con amor y alegría, la alegría que produce el construir la nueva humanidad, la nueva raza.

El Dios del Amor, aquel de los pueblos antiguos del desierto, aquel que espera vuestro amor, les traerá nuevamente a Su Hijo, a Su Primogénito, para que los ame aún más y los termine de liberar del sufrimiento y de la ignorancia.

¿Será que ahora estarán preparados para recibirlo?

¿Cuántos de ustedes abrirán la puerta del corazón para el Redentor?

Él llega lleno de Gloria para resucitar sus corazones, sus vidas, por segunda vez. Viene a reunir Su rebaño para compartir con Sus compañeros de camino, aquellos que lo servirán y entregarán sus vidas para construir esta Nueva Jerusalén.

Amen sus destinos, amen sus caminos de sacrificio y así redimirán esta humanidad, que deberá convertirse en la escuela sabia del Amor Universal.

Los amo, hijos Míos, en la verdad y en el error.

Gracias por estar aquí Conmigo y responder a Mi llamado de amor.

María, Madre del Mundo