Domingo, 13 de enero de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Amados hijos del mundo entero:

Mi Corazón emite hoy palabras santas, de consuelo y paz, para que vuestros corazones reposen en el Amor de Mi verbo maternal.

Hijos queridos, perciban las Gracias infinitas que reciben día a día del Corazón Redentor del Señor y descubran en vuestros corazones que estamos en el esperado tiempo de las transformaciones. Cuando Mi Hijo estuvo sobre la Tierra dejó para ustedes un mensaje de esperanza. Este mensaje decía, hijos Míos, que aquellos que vendrían después de Él harían mucho más que Él. Porque Jesús encendió la Luz en un mundo que vivía en la oscuridad y le dio la posibilidad, a cada uno de ustedes, de vivir aquello que Él fue capaz de vivir, y mucho más.

Cuando Dios les pide, hijos Míos, que imiten los pasos del Señor es para que abran vuestros corazones para amar a Dios como Él lo amó, y atraer hacia la Tierra ese Amor que solo era conocido en el Paraíso.

Mis queridos, un largo y luminoso trayecto tendrán aquellos que puedan creer en Mis palabras, pues estamos en un tiempo en el que Nuevos Cristos deben surgir. Y cuando digo Nuevos Cristos, hablo de almas redimidas por el Amor Crístico.

Cuando retorne, Cristo buscará a este rebaño que intenta, con toda su aspiración y esfuerzo, seguir Sus pisadas. Y a estos, hijos Míos, el Señor les dará el último impulso, pues al Señor Jesús le corresponderá retornar para ver el último paso de Su rebaño en este mundo y llevar con Él a Sus compañeros al Paraíso.

Si vuestros corazones se pierden entre Mis palabras busquen, en el Santísimo verbo del Señor, que está pleno de Misericordia, la llave para comprender, porque Cristo no solo les reclamará la transformación de ustedes sino que les indicará, día a día, cada uno de los pasos. A los que tengan oídos para oír Sus mensajes y corazón para comprenderlos, largos pasos podrán dar.

Acompaño con Mi mirada maternal el caminar de todos Mis hijos del mundo. Y después de haber preparado vuestros corazones para recibir al Señor, estaré al lado de Dios esperando la llegada del Pastor con Su rebaño redimido.

Les agradezco eternamente, queridos hijos, por caminar bajo Mi manto.

Los guío y los amo a todos.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad