MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como el fiel y simple obrero San Isidro Labrador, cultiven un corazón pacificador para que cada alma que se aproxime a sus vidas reconozca la presencia de Mi Faz Misericordiosa.

Acepten vivir en la mansedumbre, para que sus pequeñas imperfecciones del temperamento se disuelvan y se liberen por el poder de Mis Rayos Redentores que impregnan los corazones que solo están abiertos a Mí.

Y cuando parezca que han sido juzgados falsamente, que sean tan puras y verdaderas su humillación y renuncia, que pueda el alma equivocada ser liberada a través del amor que brota de sus seres por Mí.

De la misma forma permitirán que cada experiencia de vida entre las consciencias los una en el amor, la devoción y esperanza en la víspera del nacimiento del verdadero pueblo de Dios. Déjenme reinar en sus vidas para que como Carpintero Divino Yo pueda pulir sus espíritus y, a través de Mis Manos de Obrero de Dios, pueda surgir el nuevo odre redimido y renovado en la paz.

No teman que los velos se desprendan de sus rostros; acepten con amor renunciar al pasado para que el nuevo ser pueda despertar por su conexión con las Leyes Mayores de Mi Padre.

Estoy siguiendo sus pequeños pero esforzados pasos para alcanzar la trascendencia de la vida y del viejo ser. Que la unión diaria con la oración misericordiosa los redima y les permita tomar consciencia de lo que aún debe morir para que Mi Plan Redentor se cumpla sobre la Tierra.

Sepan que por amor y compasión los escogí, para que las ovejas más desconocidas, las que no tienen ningún poder sobre las consciencias, puedan transmitir y hacer resucitar Mi Palabra de salvación y misericordia para el mundo.

Como Maestro, busco a aquellos que no quieren nada para sí, solo quieren estar día a día en Mí, el Señor del Universo.

¡Adelante! Sigan adelante para que los pasos que deben dar hacia Mí liberen los velos del ayer, porque en Mi Misericordia todo se puede.

Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por guardar Mis Enseñanzas en el corazón.

Cristo Jesús, vuestro Instructor