TRIGÉSIMO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Que Dios te muestre Su Divina Faz e ilumine tus caminos para que alcances el propósito de tu existencia.

Que el Señor, tu Dios, te unja con Su Luz y te libere para siempre de todo lo que te aprisiona en la vida.

Que el Padre Celestial te guíe y te muestre la sagrada senda para cumplir Su Santa Voluntad.

Que tu corazón se abra como un templo para que en ti habite el Señor, tu Dios, el Dios de Israel; para que puedas concebir en ti mismo un corazón vacío, libre de ambiciones, de vicios y de toda propiedad.

Que el Señor, tu Dios, Adonai, transfigure por entero tu consciencia para que la vida divina sea en ti y algún día pueda serlo en toda la humanidad.

Que la Divina Gracia conceda por amor este momento, a fin de que los Nuevos Cristos estén presentes en la superficie de la Tierra".

Cristo Jesús

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN NAZARÉ, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oración de la Sierva de Dios

Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.

Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.

Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.

Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.

Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.

Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.

No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.

Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.

Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.

Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.

Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.

Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.

Amén.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN JERUSALÉN, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Hoy, con alegría y profundo regocijo, Me encuentro con ustedes en Israel.

Una vez más, el Padre Eterno Me dio la Gracia de poder estar aquí, en Mi Tierra Sagrada, en la Sagrada Tierra de Adonai.

Hoy, los invito a que Me recuerden, no solo como su Madre de Israel, sino también como la Sierva que caminó y pisó este sagrado suelo; que, junto a las fieles seguidoras de Cristo, las santas mujeres, su Madre Celeste compartió y vivió momentos inolvidables.

Quiero que se puedan sentir en su Casa, en la Casa de Adonai.

Que cada lugar que recorran de Tierra Santa pueda representar, para ustedes, sentir y vivir lo mismo que Mi Corazón vivió y sintió por cada hijo de esta humanidad.

Me alegra saber que tendrán la Gracia de conocer Mi Casa, en Nazaret, que podrán estar en el sagrado lugar en donde trabajaba y oraba con Mis compañeras, las santas mujeres, en donde vivimos extensas horas de adoración y de comunión espiritual con el Señor.

Quisiera que ahora, Mis compañeras del final de los tiempos, Mis hijas auxiliadoras y adoradoras del Señor, pudieran recoger en el corazón las más verdaderas y humildes experiencias que su Madre Celeste vivió hace tanto tiempo; experiencias que, más tarde, Me llevaron a vivir Mi Asunción.

Como las santas mujeres del pasado, vivan cada momento, en Tierra Santa, como algo único e imborrable, y fortalezcan su oferta a través de Mi Corazón.

Una vez más, Me alegra tenerlas aquí Conmigo, en la Tierra del Señor, lugar donde Él predicó, sanó y liberó el pecado del mundo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
 

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO, TRANSMITIDO EN LOS ALPES, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el cansancio, los fortaleceré. 

En la desesperación, los ampararé. 

En la oscuridad, siempre seré la Luz.

En la entrega sincera, Yo Me alegraré.

En el silencio, Yo Me haré sentir.

En el amor, Me verán manifestado.

Bajo los puros de corazón, estará el suelo sagrado de Mi Reino.

Sobre los misericordiosos, estará la bóveda de Mi Iglesia Celestial.

De los perseverantes, haré brotar infinitos impulsos.

De los incansables, nacerá Mi Fuego de superación y de trascendencia.

Mi Mano siempre estará sobre los justos. 

Mi Soplo del Espíritu conducirá la barca de sus almas, y siempre les mostraré la salida ante el aparente mar tormentoso.

De los entregados, haré surgir la Fuente Inagotable de Mi Amor.

Mi Paz estará abrazando a los simples.

Mi Luz guiará, como las estrellas, el camino de los consagrados.

Mi Sacerdocio estará protegiendo, a pesar de las batallas, a los que, sinceramente, le dijeron sí a Mi Hijo.

Nunca Me detendré, a pesar de lo que suceda en Mi Creación, porque Mi Amor es inagotable, Mi Misericordia desea ser la puerta para la redención de todos Mis Hijos.

Una y otra vez, Me renuevo en los que están adorándome a través de Mi Hijo en el altar, porque así Yo mostraré Mi Victoria en los que caminan a Mi lado.

Hijo, hoy puedes descansar en paz; porque si Me buscas, Me encontrarás; porque si Me llamas, allí siempre estaré; porque si confías en Mí, nada deberás temer.

Yo te hice libre para que crecieras en Mí. Te hice puro para que fueras un testimonio de Mi Presencia.

Descansa en Mis Brazos. 

Sigue dando pasos en el amor maduro. 

Mi Hijo es tu única escuela. 

Tu Madre Celestial te abrazará con Su Manto.

Eres sacramentado cada vez que Me escuchas. 

Eres sanado cada vez que estás en comunión Conmigo.

Así, eres fuerte para aprender a ser humilde.

Adelante, estoy aquí contigo. 

Soy el que Soy.

Soy Adonai.

 

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO, TRANSMITIDO EN GAVARNIE, LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Estoy aquí, no solo donde Me puedes ver y contemplar a través de la naturaleza, de todo lo que He creado para que fueras feliz a través de Mi riqueza espiritual; sino también estoy dentro de ti, llamando fuertemente a lo más profundo de tu ser para que Me escuches y Me sigas.

No Soy un Dios de Justicia, Soy un Dios de Misericordia. 

Soy un Padre que, con el Corazón dolido, contempla cómo Sus Hijos se comportan, cómo Sus Criaturas actúan, no solo contra Mi Creación, sino también cómo Mis Hijos no se respetan y se lastiman haciendo guerras, destruyendo familias, desplazando a millones de inocentes, separando padres de hijos para que vayan a la guerra.

¡Oh!, cuánto dolor íntimo y desconocido Me genera toda esta situación que acongoja a Mi Corazón Eterno de Padre, de un Padre que hoy no es escuchado, aun enviando a Mis predilectos Mensajeros del Cielo y de las Estrellas.

Miren en qué convirtieron Mi Creación, al punto de querer conquistar el espacio solo por demostrar quién puede más.

Mis Criaturas, les aseguro que nunca Me encontrarán entre las riquezas, nunca Me hallarán en lo que es cómodo o placentero para todos. Mi Esencia está perpetuada en el silencio y en el Amor.

Yo los creé para que dieran frutos en el amor, en el servicio y en la fraternidad. Sin estos tres básicos principios, Mis Hijos no podrán ser felices porque Yo los creé para que Me amaran, Yo los hice crecer para que Me sirvan, Yo los uní como hermanos para que vivieran en fraternidad. 

Y, en un planeta de desigualdades y de ambiciones, Mis Hijos fueron llevados a permanecer en la oscuridad y en los vicios, olvidándose de Mí y creyendo, por engaño de Mi adversario, que Yo los abandoné. 

¿Cómo creen que un Padre Eterno sería capaz de abandonar a Sus Hijos o de castigarlos?

Sé que, a través de los tiempos, muchos Hijos Míos, inclusive los que se dicen espiritualizados, perdieron la capacidad de escucharme y de reconocerme. Siempre intento enviarles señales de Mi Presencia para que sepan que aquí estoy, no solo en la belleza de lo que Yo creé para ustedes, sino que también estoy en ustedes, muchas veces censurado por sus pareceres y por sus ideas.

Es así que aquellos que, una vez escogí con Mi propia Mano, se alejaron de Mí, creyeron en sí mismos y dejaron de creer en Mi Amor Consolador.

¿Cómo creen que un Padre Celestial se puede sentir cuando entre hermanos se tratan inadecuadamente, se lastiman ferozmente, destruyen la casa que con tanto amor y cuidado les di?

¿Cómo creen que el Corazón de su Padre Eterno se puede sentir cuando se lanzan bombas, aniquilan vidas, descartan niños, separan a las familias y siembran el odio y la impunidad?

¿Cuánto más Mis Hijos amados harán sufrir Mi Corazón silenciado?

Hijos, este no es el mundo ni la humanidad que deseo para ustedes, perdieron el camino hacia la Tierra Prometida; por eso, les He enviado hasta los días de hoy a Mi Hijo Resucitado y a la Madre de todos, una Madre que solo Me pide dejarla hacer más y más por Sus pequeñas e ignorantes criaturas.

Les pido que le digan al mundo entero que se vuelva hacia Mí, porque Mi Corazón precisa ser reparado, pero Mis Brazos están abiertos todo el tiempo para recibirlos, para escucharlos, para llamarlos al camino de retorno a la Casa de su Amoroso Padre.

Si las almas no se vuelven hacia Mí, los corazones seguirán sufriendo, las familias serán la fractura social de la época, las guerras seguirán siendo noticia y conmoción para todos.

Yo no los creé para que se convirtieran en instrumentos del mal, Yo los hice surgir para que fueran testigos de Mi Amor. 

En Mi silencio eterno, rezo por ustedes, junto con los ángeles adoradores.

Y los que se ofrecen a Mí, como postulantes a ser víctimas de Mi Amor, que sigan aspirando todos los días, para que la vida de los Nuevos Cristos, anónima y abnegada, siga siendo la causa y el motivo para aplacar todos los errores del mundo.

Que, por los méritos alcanzados en los sufrimientos incontables de Mi Hijo, más consciencias algún día se den cuenta, por sí mismas, de que se olvidaron del Amor que los creó.

Siempre los bendice, eternamente,

Su Padre Celestial,

Adonai

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO PARA LA 99.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN EL MONTE SUBASIO, ASÍS, PERUSA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vendré, junto a Mi Hijo, a través del ocaso. A través de Mi Hijo, traeré el Nuevo Tiempo y el surgimiento de la Nueva Raza.

Ustedes son parte de Mi Matriz Universal, fueron originados a través de Mi Proyecto, del Proyecto de Mi Voluntad.

Todo lo que les he creado es para ustedes, no para que lo transgredan, no para que lo conquisten, tampoco para que lo sometan; sino para que lo reverencien, para que lo hagan sagrado, para que lo hagan bendito.

Pero esta parte de la Creación, a la cual ustedes pertenecen, es la que vive la mayor transición de estos tiempos. Mis hijos, que son Mis criaturas, quedaron ciegos y ya no Me pueden ver ni percibir. 

Por eso, envío a todos los Mensajeros que están a Mi servicio eterno, al servicio del Plan del Padre, al servicio de la Creación. He enviado a la Tierra a muchos ángeles y a grandes Jerarquías para que, a través de los tiempos, la humanidad escuchara la Palabra de Dios y la cumpliera.

¿Pero, qué ha pasado, en el fin de estos tiempos, que la humanidad está sumergida en el caos?

Desde la entrega de Mi Hijo, en el Huerto Getsemaní, Él ya sabía que este tiempo llegaría para todos ustedes, para esta generación humana. Por eso, cuando les hablo que vendré a través del ocaso, es porque ese tiempo se aproxima y está muy cerca.

Pero primero, tienen que estar en comunión eterna Conmigo, por medio del Legado de los Sacramentos que Mi Hijo les enseñó con tanto Amor. Pero muchos de los Sacramentos vivieron sacrilegios, vivieron grandes ofensas e irreverencias. 

Es a través de los buenos y sanos apóstoles que Mi Hijo lleva adelante Su Plan, para poder cumplir con el Plan del Padre.

No es en las grandes cosas que Me encontrarán, sino en lo que es más pequeño y simple; y ustedes, Mis criaturas, ya lo saben.

Por eso, decidí, hace mucho tiempo, nacer en un pequeño pesebre, para que el mundo comprendiera que Dios no se cree poderoso, sino que Dios es humilde y pequeño, al punto de haber nacido en un humilde lugar, en una simple gruta, para que los hombres y mujeres de la Tierra pudieran reconocer al Dios Vivo dentro de sí mismos y pudieran reerguir a esta humanidad herida y lastimada.

Pero hoy, Yo vengo con la Santísima Trinidad; con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.

Vengo, en esta Unión Trina, a decirle al mundo que aún tiene un tiempo para poder cambiar y enmendar sus errores, para arrepentirse y hacer penitencia, para liberarse de sí mismo para siempre, para poder encontrar en el cercano tiempo la llegada de Mi Hijo, el Retorno del Redentor.

Desde lo alto de esta montaña, Yo emito este Mensaje al mundo entero, para que sepan que estoy cerca de todos y que, en el silencio de Mi Presencia y de Mi Corazón, medito sobre ustedes, medito sobre los próximos tiempos que vendrán.

El hombre Me ha cambiado por el dios de las tecnologías, por el dios de las modernidades, por el dios del descarte, de la indiferencia, de la falta de amor y de hermandad.

Pero aún, mantengo firme Mi Propuesta y Mi Propósito, a través de todas las Sagradas Jerarquías que han evolucionado en este universo y en otros, y que traen al mundo un impulso interior de renovación para que, en la superficie de la Tierra, al menos exista un pequeño grupo de consciencias que represente a la Nueva Hermandad, esa Hermandad que debe surgir en este plano material, para que así los tres planos cuenten con servidores disponibles, íntegros y enteros para llevar adelante la recreación de esta Creación.

Y esto se dará a través de la entrega de los corazones, a través del servicio de las almas, a través de la disposición de los espíritus de todo este universo.

De esa forma, se acoplarán Conmigo, por medio de una gran red de luz interna, profunda e intransferible. Una red que une a consciencias, a almas y también a corazones que, aunque no estén totalmente despiertos, forman parte de esos núcleos profundos de Mi Vida Divina.

Yo les traigo, a través de este Mensaje, una oportunidad de concientización, pero también les traigo la Gracia de la Paz; porque sé que lo necesitan, porque sé que muchos de Mis hijos están lejos de Mí y no quieren escucharme, ni siquiera quieren sentirme o conocerme.

Les pido que no se queden con la imagen del Dios de la Justicia, sino con el Padre de la Misericordia. Un Padre que los conoce desde los orígenes, desde la Fuente, de lo más profundo y eterno de la Creación, de donde vinieron para poder servirme en este mundo, en este planeta que Yo les oferté con mucho Amor.

Ahora, pueden ver con sus propios ojos, en lo que han convertido esta casa sagrada, esta creación bendita, este planeta especial entre tantos planetas del universo. 

No pierdan la oportunidad de concretar el Proyecto de Dios y de hacer los esfuerzos necesarios para que esto se pueda cumplir.

Pero hay una sola premisa para que eso suceda: depende de cada uno de ustedes que esto se lleve adelante. No bastarán pocas consciencias para que se pueda llevar adelante la próxima humanidad.

Deseo ardientemente, desde lo profundo de Mi Espíritu y de Mi Corazón, que muchas más almas, muchas más consciencias en este mundo, formen parte de la Nueva Raza.

Aunque el momento que están atravesando es el más difícil de todos, es el más oscuro y hasta tenebroso; Yo los invito a colocar su mirada, como estas montañas del Monte Subasio, en lo alto del horizonte desde donde viene la Luz del Sagrado Sol del Padre Eterno para poder iluminar sus caminos, para poder traer sabiduría a sus consciencias, para poder conducirlos hacia Mi Paz.

Lo que creé en el principio, desde el origen de las primeras civilizaciones, fue una Tierra rica y provechosa, una Tierra abundante, con frutos y con naturaleza, con Reinos Menores y con mucha vida, mucha vida y mucha luz. Pero Mis Hijos, las criaturas de este planeta, lo han destruido y lo siguen destruyendo.

Es así que la consciencia de este planeta, el alma de la Tierra, está de parto, pero también está gritando. Y esta Tierra, este planeta, tiembla y muestra su furia por todo lo que sus hijos le han hecho en la superficie. Es tiempo de reparar esta situación no solo con buenas acciones, sino también con consciencia, con determinación.

Yo les traigo, hijos amados, el Amor del Padre, el Amor del Hijo y el Amor del Espíritu Santo. 

Yo les traigo la oportunidad de seguir un camino de obediencia, de humildad y de paz, para que puedan encontrar en este camino que Yo les ofrezco un camino de redención y de amor, un camino de renovación y de paz; porque las almas siguen el camino de la distracción, el camino que los lleva por otros senderos que no son Mis Senderos, que no son los Caminos de Mi Voluntad.

Mientras esto suceda, muchas más almas, pero muchas más almas, perderán la oportunidad de servirme, de conocerme y hasta de amarme. Por eso, el sacrificio de unos pocos representa el gran esfuerzo por aquellos que no lo hacen, por aquellos que son ignorantes, que son inconscientes, que están distraídos y que perdieron el camino hacia Mi Corazón.

Con este Mensaje, Yo les traigo, Mis criaturas, no solo un llamamiento a la concientización, sino también el despertar. No hablo de algo religioso ni tampoco espiritual, les hablo de lo más simple hasta de lo más concreto, es allí en donde se debe dar el cambio de toda la humanidad, para que el alma de la Tierra, el alma de la naturaleza, no se rebele contra ustedes.

Sean pacificadores del planeta, sean siervos de Mi Palabra, sigan los pasos que Yo les indico hacia Mi Corazón, y todo se renovará y se curará.

Yo Soy su Padre Eterno, Adonai, Emmanuel y Abba. 

Recen Conmigo.

Oración: "Padre Nuestro" (dos veces).

Y, a pesar de que la barca parezca naufragar, de que la tempestad sea más fuerte que su fortaleza interior y de que los ataques de las corrientes contrarias quieran hacerlos sucumbir, no desistan porque Yo les daré el Don de la Fortaleza y de la Ciencia para saber actuar.

Mi Protección está sobre ustedes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO PARA LA 97.° MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN ALGARVE, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Refúgiate en Mí.

Soy parte de tu respiración y de todos tus sentidos; y más aún, de todos tus sentidos internos. 

No temas, anímate a cruzar los océanos de Mi Consciencia.

Surgiste de un espacio tan bendito y sagrado para Mí, que debes aspirar a recordarlo. 

¿Lo sabes?

Ten fe, porque Yo siempre te sostendré.

Estás como una pequeña e inofensiva ave sobre Mis Manos.

Te acaricio y te consuelo con la Luz de Mi Eterno Corazón.

¡Despierta, hijo! Es hora de que te abras internamente para poder conocer Mis más profundos misterios. No dudes de lo que te digo, sé valiente y lo conseguirás.

Todo lo que te di fue para que Me hicieras feliz. Cada parte de Mi Creación fue perfectamente pensada para agradarte y hacerte sentir muy cerca de Mí.

En el silencio, allí estoy. En cada Reino Menor de la naturaleza, allí estoy. En los elementos, allí estoy. Te pido: búscame y Me encontrarás.

Estoy más allá de lo que es concreto. Estoy muy cerca de ti, más cerca de lo que te puedes imaginar. 

Aproxímate a Mi Creación. Todo lo que ves, en este planeta y en todo el universo, está de brazos abiertos para recibirte.

Sé fuerte, pero también sé paciente.

Como nadie más, tu Padre Celestial sabe sobre el momento que tú y Sus demás hijos están atravesando.

Pero, donde está Mi Amor, está Mi Creación.

Abre tu mente e imagíname. Soy algo más que lo que se ha escrito sobre Mí. 

Mi Ciencia es Sabiduría y les doy a Mis criaturas esa Sabiduría para que Me puedan representar.

Mi Amor es Compasión. Les doy a Mis criaturas Mi Misericordia para que se puedan perdonar a sí mismas y a los demás.

Debes saber que no estoy lejos de todo lo que viven esta humanidad y este planeta.

Yo también sufro el pesar de Mis criaturas, pero muchos de Mis hijos se apartaron de Mi Amor y, al apartarse de Mi Amor, se alejaron de Mi Verdad.

Aún estoy de brazos abiertos, y en silencio espero a cada uno de Mis hijos para que esté a Mi lado, junto a un Padre que los ama desde siempre, con un Amor que no cambia, con un Amor que los lleva hacia la Verdad.

Hoy, estoy emitiendo este Mensaje para el universo interior de todos Mis hijos, porque todos son Mis hijos, sin distinción. 

Este es el tiempo de preparar la llegada de Mi Amado Sucesor, el Cristo.

En Él, Yo les di la Vida, Yo les enseñé el Camino y Yo les entregué la suprema Verdad del Corazón.

Hijos, no se dejen confundir por el mundo, miren hacia adentro de ustedes.

Yo estoy allí porque allí está Mi Iglesia.

En ese espacio sagrado, estoy para escucharlos, estoy para atenderlos; los puedo ver, los puedo sentir, puedo saber sobre cada pensamiento.

No tengan miedo, vacíense un poco más para que Mi Amor y Mi Luz los puedan gobernar.

Bienaventurados los que padecen injusticia, porque serán consolados.

Bienaventurados los que son esclavizados, explotados y exiliados, porque en el último día serán reconocidos y serán llamados benditos santos del Padre.

Alégrense los que reciben Mi Misericordia, porque las cadenas y las prisiones se romperán, y la Luz de Emmanuel vencerá.

Que tus manos siempre estén en oración Conmigo, para que, más allá de todo, estemos comunicados en espíritu.

Vengan a Mí los desahuciados, vengan a Mí los oprimidos y los que están cansados; porque Yo los consolaré y los bendeciré con Mi Espíritu, así como Mi bendito Hijo Jesús fue bendecido en el río Jordán.

Que tu vida aspire a ser un nuevo sacramento. Te ofrezco Mi reconciliación para que sepas que Yo Soy la Paz.

Camina, con tus pies, seguro de que sigues la senda de retorno hacia la Casa de tu Padre, que está en los Cielos y que está dentro de ti. 

Sacia la sed en Mi Fuente Divina.

Aquí está Mi Nombre, alabado y exaltado, para poder erguir de las ruinas a la consciencia de Mis hijos. 

Quédate en Mí, porque escucho tus palabras.

Tu Padre Celestial,

Adonai

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición reservada de Cristo Jesús Glorificado, en la ciudad de Niagara on the Lake, Ontario, Canadá, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el primer día de la 80.ª Maratón de la Divina Misericordia

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo a revelarles la historia verdadera de su civilización, no para engrandecer sus personas, sino para hacerlos crecer interiormente en lo que Dios necesita construir en este tiempo final de la humanidad. 

Por esa razón y motivo, digo todas esas informaciones y presento todas esas revelaciones porque en los próximos tiempos, de los apóstoles, Yo haré profetas e instructores de la Palabra de la Jerarquía; de los colaboradores, Yo haré grandes servidores incondicionales y entregados a dar sus vidas ante cualquier necesidad; de los que despiertan, Yo haré consciencias maduras, disponibles, impulsadas a vivir el servicio y la absoluta donación de sí; de todos y de cada uno, Yo haré algo. 

Porque el tiempo se aproxima, y el tiempo muestra la necesidad que existe en la humanidad y, sobre todo, en este planeta.

Les cuento la verdadera historia de las civilizaciones del pasado, de los momentos más emblemáticos e importantes de la humanidad, cuando en tiempos remotos, el Plan se fue cumpliendo, más allá de los errores o de las experiencias.

Les digo todo esto para dar continuidad a lo que Dios necesita que se concrete y se manifieste en el próximo tiempo, para que el proyecto de la familia espiritual y universal de la humanidad siga adelante, así como lo vivió hasta cierto punto y momento el sagrado pueblo de Israel, que también participó, no solo de las Gracias del Padre directamente, sino también del despertar de sus virtudes, talentos y dones, que Dios trajo a través de los profetas y de los patriarcas.

Todo para Dios tiene un sentido profundo, íntimo y también desconocido, así como lo tiene también para ustedes. Por eso, deben confiar ampliamente en lo que estoy haciendo, diciendo y construyendo; colocando su consciencia en el gran vacío de Dios, para que, de esa forma, sean llenados por Su Sabiduría, Amor y Presencia, así como los pueblos del pasado fueron colmados por los Atributos Sagrados de Dios.

Comprendan, compañeros, la historia y el momento en el cual están participando y cómo, hasta en los más pequeños detalles, Dios puede escribir un nuevo tiempo en la humanidad, en las consciencias y, especialmente, en las esencias que participan de la llamada de Dios.

El Hijo del Padre, antes de que retorne nuevamente al mundo, tiene esa misión y tarea; y ustedes son partícipes, así como sus hermanos de camino también son partícipes. 

Cada uno cumple una parte importante dentro de este Plan y es llamado, día a día, a profundizar en ese compromiso y entrega, así como lo hicieron los apóstoles en el pasado que, de vivir una vida simple y austera, se entregaron para vivir una vida mayor y desconocida, entregando sus familias, bienes y posesiones en las Manos del Padre para que se pudiera construir, en vida, la experiencia del Evangelio, de la Palabra de Dios, de Su Voluntad.

Es de esa forma que doy continuidad a esa Aspiración del Padre para estos momentos críticos, en los que la humanidad deberá reconocer primero el desvío que está viviendo en estos tiempos y la ilusión que abraza a millones de almas en el mundo.

Vengo a traer, como hace más de 2.000 años atrás, la Buena Nueva, pero una Buena Nueva impulsada por el Rayo inmaterial de la Liberación y de la Trascendencia para que, de esa forma, los Atributos del Padre puedan ingresar en las consciencias que más los necesitan y, así, se animen a dar los pasos hacia Dios.

El pueblo que vivió en el Círculo Polar Ártico y que participó de la experiencia espontánea de su contacto con el Universo y con Dios, experimentó también, en consciencia y en la vida grupal, los Atributos del Padre. 

La evolución de esa civilización comenzó a suceder naturalmente al cabo de los meses, hasta que, sin percibirlo, comenzaron a ingresar en la séptima dimensión de consciencia. Ellos comenzaron a participar de todo lo que había en esa séptima dimensión, más allá de que todavía vivieran en el plano material. Su estado de pureza y de sintonía les permitió vivir esas experiencias.

El crecimiento espiritual es un principio de la Divina Sabiduría que puede colmar a los espíritus y a las almas del mundo para que sean guiados por el propio Padre Eterno según los designios de Su Fuente y de Su Bondad.

De esa forma, traigo el impulso de esta civilización de Norteamérica que vivió en esas lejanas tierras y en el más arduo frío de los tiempos remotos, en los que conoció espontáneamente todo lo que existía en el Universo y así comprendió, hasta en el plano material, la Voluntad de Dios dentro de Su Proyecto de las diferentes civilizaciones de la Tierra.

Cada pueblo, cada cultura que pasó por este planeta, aportó algo importante para el proyecto de la humanidad y, sobre todo, para su continuidad en el presente. Si eso no hubiera sido posible, la humanidad de estos tiempos no existiría. 

Comprendan con esto, compañeros, la importancia de construir, en estos tiempos, ese Proyecto de Dios que aún deberá concretarse y cumplirse por la experiencia interior y la transformación de todos.

De esa forma, Yo les traigo los impulsos que están guardados y registrados en los Libros Sagrados de Dios, y que también hablan de esta parte del Universo local y, especialmente, de este planeta y de su proyecto humano, acompañado y guiado por los grandes arcángeles, dentro de la diversidad de vida existente en todo el Universo material, mental y espiritual.

Con esta consciencia, tienen que percibirse como algo muy pequeño e inofensivo dentro de la gran Creación que los rodea y que vibra en todos los espacios como una suave y dulce melodía proveniente de la Fuente del Amor y de la Unidad, porque Dios aún coloca Sus Ojos sobre esta raza, sobre esta humanidad y planeta.

Es el tiempo del Plan de Rescate y de que ese Plan se pueda desarrollar y llevar adelante a través de la redención de las consciencias y de los pasos que las consciencias puedan dar en este tiempo para que, como en el pasado, como fue con el pueblo sagrado de Israel, también ustedes puedan testimoniar ese cambio profundo de la consciencia y esa madurez tan imprescindible para este ciclo, a fin de prepararse y de preparar a sus hermanos para el tiempo final que ya está próximo. 

Y cuando digo próximo, es que está muy próximo en este tiempo material en el que viven y habitan.

La Jerarquía trae los tesoros de la humanidad para que les sean revelados, pero también, entre sus manos trae los Libros Sagrados del Universo, para revelar todo lo que él guarda desde antes del origen de sus esencias, de su existencia y de su creación.

Comprendan con esto, compañeros, cómo la historia es aún más amplia y profunda, y que el conocimiento no se mide con la mente ni tampoco con la intuición, sino con la apertura del corazón de cada uno de Mis apóstoles y amigos que, en confianza, beben de la Fuente del conocimiento sin vanagloriarse ni honrarse a sí mismos, porque todo esto tiene un fin mayor que ustedes desconocen ampliamente.

Por eso, la confianza los hará estar en el vacío y, sobre todo, en el agradecimiento de poder recibir estos impulsos espirituales y estas Gracias que vienen para que muchos puedan recordar lo que hicieron en otros tiempos y lo que vivieron en otros tiempos y, así, se animen a dar continuidad a lo que el Padre Eterno necesita.

Pero todo esto, no será solo material, sino profundamente espiritual e interno. Es allí, en lo interno, en donde debe resonar la Palabra de la Jerarquía para que después se construya en lo externo lo que Dios quiere materializar como aspiración y voluntad. Ese es el camino para comprender el sagrado conocimiento y para que sus seres puedan crecer y expresar lo que Dios necesita por medio de la presencia de sus Cristos Internos.

En este día, les traigo estas palabras para que sus consciencias se puedan ampliar, para que sus corazones puedan seguir madurando en el amor y en la entrega; en la donación y en la convicción necesaria de servir, en estos tiempos al Padre Creador, como compensación de los errores cometidos en este ciclo por millones de almas en el mundo, lo que trae y lo que hace descender velozmente la Ley de la Divina Justicia.

Así entenderán y comprenderán que todo esto y todo este propósito que hoy les traigo, tiene una finalidad más amplia e infinita y que abarca, no solo a las almas, sino también a otros Universos y espacios de la Creación que se preparan, antes de que Yo retorne al mundo, para dar también su gran y último paso. 

Vean entonces en los cielos la construcción espiritual e inmaterial que lleva adelante su Maestro y Señor con la Palabra de Dios, con el Mensaje de lo Alto, con el anuncio de la Buena Nueva para estos tiempos.

Sean un espejo y una representación semejante a la civilización de Norteamérica, a ese pueblo que vivió esa experiencia tan espontánea y profunda con la Creación, que lo llevó a estar en niveles superiores de consciencia y ya no fue necesario que estuvieran en este plano físico para seguir aprendiendo a evolucionar y a crecer interiormente.

Es posible alcanzar la vivencia de otras Leyes, aún desconocidas por el hombre de superficie; pero eso es posible a través del corazón, de un corazón manso, de un corazón pacificador, de un corazón confiable, de un corazón que cree por encima de sí, en todo lo que no sabe y en lo que nunca ha conocido. 

Recojan estas palabras como Mis últimas Palabras, como Mis últimos impulsos, como las últimas revelaciones, porque ya es tiempo de llevar adelante lo que Dios necesita a través de la vida grupal y de la vida comunitaria, para que se materialice y se concrete la Voluntad del Padre, con el fin de realizar y de manifestar la Familia Universal. Y así, la mayoría de los seres y de las consciencias podrán ingresar en la Nueva Humanidad. 

Hoy, el Padre Me acompaña no solo a través de la Palabra y del Verbo, sino a través de Su Presencia, Omnipotente y Omnisciente.

Adonai está aquí, con Sus hijos, con Sus herederos del Conocimiento Universal y Planetario, para que en reconocimiento, valor y honra a Su Consciencia Infinita y Cósmica, a Su Fuente Inmaterial, Espiritual y Divina, a Su Universo de Amor y de Sabiduría, todos Sus hijos lleguen a Él, así como llegó esa civilización de Norteamérica, porque ingresó dentro de la Consciencia de Dios y cumplió una parte de Su Aspiración Infinita para este Universo Material, y eso se reflejó en el Universo Mental y Espiritual. Y así, todos aprendieron de esa experiencia, de esa vida que una vez se dio en la superficie de la Tierra.

Regocíjense por lo que proviene de la Sabiduría y beban de las Palabras de la Jerarquía para que puedan crecer en la donación absoluta de sí. Eso los hará dignos hijos de Dios.

Sigan orando para que su Maestro y Señor pueda cumplir con el Propósito que el Padre le ha entregado para este tiempo, y para que Sus apóstoles puedan soportar las corrientes poderosas que vienen en auxilio de la actual humanidad, antes de que todo suceda, antes de que todo se desencadene.

Todos tienen la oportunidad de subir a esta última barca que está pasando para recoger a los autoconvocados y así, vivir en la nueva arca, en el Arca de la Santa Alianza.

"Padre, Tú que sabes de la importancia de Tu Propósito y de Tu Aspiración Universal, permíteme que alimente a Tus hijos de Tu Sabiduría y de Tus Palabras, para que fortalecidos por la fuerza de Tu Espíritu y de Tu Gracia tengan el impulso y el coraje de dar el gran paso hacia la realización y la concreción de Tu Plan.

Que estos principios, que provienen de la Fuente y que son parte de la historia de las diferentes humanidades de la Tierra, puedan colmar a los corazones de lo que es nuevo y renovador, a fin de que se cumpla Tu Voluntad, así como se cumplió en los que pasaron y vivieron en este Planeta.

Que la Luz del Conocimiento los haga entregarse cada día más a Ti y en esa confianza, cumplir ardientemente con lo que Tú deseas, así como Tu Hijo cumplió con lo que Tú necesitabas y aspirabas, hasta morir en la Cruz por un gran Misterio, que después Tú Me revelaste y Me hiciste partícipe, como parte de Ti. 

Que cada ser, alma y espíritu pueda ser parte de Ti, como Yo soy parte de Ti y Tu eres en Mí, en comunión perpetua y eterna. Amén". 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.


¡Gracias Padre, por cuánto nos das!
¡Gracias Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro te honramos Señor.
Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO PARA LA HUMANIDAD, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hijo:

No tengo límites para estar cerca de ti y tampoco encuentro impedimentos para encontrarte. Soy capaz de estar cerca y en cualquier lugar. Nada Me separa de ti y tú nunca te separas de Mí. Solo cuando te alejas de Mi Amor te sientes en un gran vacío o en una constante soledad.

Vengo de la Fuente Inmaterial para comunicarme contigo y con cada ser interno que cree en Mí y que confía en Mí. 

Siempre estoy a tu lado. Conozco tus misterios. Veo tus realidades, las que para la mayoría son desconocidas, pero para Mis Ojos eres igual y semejante a tus hermanos.

Sí, todos los seres humanos, Mis hijos, son hermanos. Todos son parte del mismo Padre y de la misma Madre. Nunca pensé en crearlos diferentes los unos de los otros. Dentro de sí, todos son iguales y eso no cambiará.

Creé el Universo y todo lo que existe en él para que Mis hijos Me hicieran feliz y ellos fueran felices Conmigo porque los amo, los amo tanto, más que a todo lo que existe. No hay mayor amor que el que me pueden dar Mis hijos. Por eso, cada vez que Me reconocen como su Padre Celestial, Mi amor por ustedes crece más y más. No tiene finitud ni dimensión alguna. Es con ese mismo Amor y por ese mismo Amor que Yo los creé a imagen y semejanza de Mi Espíritu para que Mi Espíritu pudiera estar en cada uno de ustedes y ustedes pudieran estar en Mí.

Pero, a lo largo de los tiempos, Mis hijos, ustedes se distanciaron de Mi Amor, del Amor verdadero que les da la vida, del Amor que los nutre y les da el sentido y la razón espiritual, mental y física de estar aquí, en este amado y dolorido planeta que Yo les entregué para que aprendieran a crecer y a ser la consciencia de este planeta. Les di absolutamente todo lo que tengo, todo lo que Soy y todo lo que fui. Nunca les dije “no”. Siempre les di el “sí” para que pudieran crecer en amor y en sabiduría.

Pero, desde el principio Me desobedecieron y a lo largo de los tiempos perdieron el camino hacia Mí, hasta que se alejaron, y se alejaron tanto de Mí que ya no Me podían oír ni sentir dentro de ustedes. Pero, desde siempre Yo los perdoné y les envié Mi amorosa ayuda porque sabía que no tenían consciencia de lo que estaban haciendo.

Por eso, como un buen Padre, que nunca abandona a Sus hijos, decidí darles más ayuda. Entonces, envié a Mis Mensajeros a la Tierra para que Me volvieran a escuchar, a sentir y a reconocer dentro de ustedes. No había ni un segundo en el que dejara de pensar en ustedes, hijos, porque si son parte de Mí, es como si una parte de Mí muriera por la falta de la luz del sol.

Por eso, decidí encarnar en este mundo como el Niño más pobre entre los pobres, en el tiempo más agudo del planeta y en el lugar más humilde de todos, para que ustedes, Mis hijos, pudieran reencontrar Mi Luz y, cada uno, a lo largo de los tiempos volviera a ser Mi Luz en el mundo.

A pesar de la dualidad que deberá ser vencida y del mal que deberá ser expulsado y disuelto por la fuerza del Amor, también les di la mejor y la más humilde Madre entre todas las madres para que, a través de Ella, recordaran su filiación Conmigo.

Hoy el mundo no escucha a Dios porque la atención de los hombres en las modernidades y en las comunicaciones se volvió su dios. Las almas ya no hablan Conmigo. No Me buscan. Tengo tantos hijos, pero solo la minoría Me recuerda. Llamo a la humanidad dormida, porque hoy es el tiempo del despertar.

Soy Aquel que los ama. Soy Aquel que no tiene religión y que es nombrado por más de setenta y dos nombres sagrados.

Ya no sufran más. Ya no castiguen al planeta. Ya no extingan a Mis hijos, los Reinos menores, que con tanto amor les he dado. Reconcíliense los unos con los otros. Vivan el amor y la paz se alcanzará. Ya no tengan odio. Ya no siembren maldad. Sean una única familia. Sean la Nueva Jerusalén. Abandonen los vicios. Escuchen la voz de sus corazones. Escuchen el llamado de sus almas. Tengan fe.

Todo lo que viven lo crearon y lo generaron ustedes, Hijos Míos. Pero tengo tanto Amor para darles, tanta alegría para entregarles, que Mi Corazón está tan lleno y es tan vasto como los océanos.

Aprendan a servir. Aprendan a respetarse y a reconocerse. Vivan los valores y los atributos que les enseñé y sentirán la paz universal. Regresen a Mí, hijos amados; recapaciten, emprendan sus sueños con base en Mi Presencia infinita en sus vidas. Sean generosos, compasivos; sean más amor, más bondad y más servicio, y el mundo no sufrirá más. Escuchen Mis Palabras. Sean el ejemplo de vida que tanto espero. 

No los abandonaré y nadie les quitará la unión que pueden tener Conmigo. Les pido que se perdonen, que ya no vivan en el egoísmo. Ayuden a la humanidad a despertar a través de vuestra transformación y de la santidad de sus vidas.

Oren, y todo lo que necesiten lo recibirán. Yo Soy el que Soy.

Les agradezco por dejarme ser parte de ustedes para siempre.

No le teman al fin de los tiempos, porque este es el tiempo final de todo el desvío del mundo. Mi Hijo amado retornará y partirá el pan, Su Divino Cuerpo, frente a ustedes. Y ustedes, Mis hijos, podrán comulgar de Mí y Yo Su Padre, Me sentiré feliz, como un Padre que espera que sus hijos crezcan en el amor y en la generosidad.

Siempre los escucho y los tengo a todos en Mi Corazón.

Soy su única Verdad y Motivo. Soy su Divino Creador.

Su Padre Supremo, Adonai.

Amén

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición reservada de Cristo Jesús Glorificado al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para la 62a. Maratón de la Divina Misericordia, realizada en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, el 5 de septiembre de 2018

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Así como fue en el Huerto de los Olivos, hoy le hablo al Corazón de Dios para que escuche la Voz de Su Hijo ante la gran necesidad planetaria, para que escuche la voz de Sus siervos ante el clamor y la súplica de sus oraciones, para que Él se sirva de todos los sacrificios y de todas las renuncias, a fin de llevar adelante Su Sagrado Plan.

Hoy llevo sus consciencias hacia el Universo, hacia la gran cúspide sideral, para que los grandes arcángeles los contemplen, para que el Universo Mental las perciba, para que el Universo Espiritual las acoja, para que toda la Creación los ayude en este momento final en donde las últimas operaciones de la Jerarquía están en juego para definir a la Nueva Humanidad.

Por eso, abran sus corazones para ese sentimiento de unión con Dios, cueste lo que cueste, suceda lo que suceda.

Que sus corazones no muden de sentimiento ni tampoco mude su amor por Dios, porque lo que está escrito se está cumpliendo, dentro y fuera de los seres.

Las grandes revelaciones están llegando para anunciar a la humanidad que es tiempo de cambiar su consciencia y de salir de ese método de autodestruirse y de lastimarse de tiempo en tiempo.

Por segunda vez vendré al mundo, caminando como un peregrino en el Universo, atravesando portales y estados de consciencia para finalmente llegar aquí, a la Tierra, a anunciar la última palabra de la salvación y de la redención de la humanidad; para llevar adelante el juicio de los caídos, de los que cayeron en el Universo como en la Tierra, como también para llevar al Cielo a los que glorificaron Mi Nombre y lo hicieron parte de sí, no solo en su vida espiritual, sino también en sus obras de caridad y de bien.

Cada día que pasa ese tiempo se está acercando, por eso la importancia de que sus espíritus estén coligados con la gran bóveda sideral en donde todas las Jerarquías se reúnen para contemplar, con el mayor grado de amor, a la humanidad que ha perdido su inocencia, su transparencia, su fidelidad y su compromiso con la Creación.

Este pequeño planeta, que es un punto en el gran espacio sideral, es muy amado y considerado por otros Universos, por otras humanidades, por otras consciencias que son anteriores a todas sus consciencias, desde antes del principio de la primera humanidad.

Entonces, comprendan, compañeros, que no vienen caminando solos en esta humanidad ni a través de los tiempos ni tampoco a través de las generaciones; que todos son observados y acompañados por algo que viene del Infinito y de lo Mayor, como una gran corriente de luz y de amor que se ofrece, de ciclo en ciclo y de era en era, para que la humanidad despierte a la razón y al motivo de su verdadero propósito.

Como otras humanidades, ustedes, compañeros, están escribiendo una nueva historia, y esa historia que hoy están escribiendo tendrá sus frutos cuando ya tenga correspondencia con el Universo, con la Voluntad.

Por eso los desafíos de estos tiempos serán exigidos y muy esforzados.

Deberá nacer de ustedes un amor incondicional y mayor, capaz de trascender los límites, las barreras y los obstáculos de la consciencia material y arcaica.

Esta humanidad actual ha llegado al momento más culminante después de los últimos tiempos, después de los últimos millones de años que han pasado desde el surgimiento del primer Proyecto por medio de Adán y Eva.

Ahora, en estos tiempos cruciales, reciban los impulsos desde la bóveda sideral del Universo para que ustedes, y la próxima generación que vendrá después de ustedes, no siga gestando en su consciencia espiritual el pecado original y los errores que siempre los hace sucumbir en los infiernos de esta Tierra.

Abro las puertas a la Consciencia Universal para que todos puedan entrar y encontrar esa coligación tan importante con sus verdaderos espíritus, aquellos que firmando un compromiso con el Universo, vinieron a la Tierra para concretar una parte de la gran e infinita Voluntad.

Los que hoy viven la Voluntad de Dios que se sientan partícipes de la alegría del Universo, a pesar de vivir momentos cruciales y definitivos.

Los que hoy no la cumplen les llegará la última oportunidad de arrepentimiento y de reflexión, a fin de que no pierdan el afluente de la Gracia que proviene del Corazón del Padre.

Por eso, todas las Jerarquías del Universo y los grandes arcángeles del Universo Mental se han reunido para evaluar este último tiempo, que es parte de la gran revelación del Apocalipsis, en donde señales muy desconocidas y revelaciones muy profundas llegarán a las consciencias con el fin de elevarlas de estado y de vibración para que puedan percibir la realidad.

Es momento de traer hacia la Tierra ese legado que una vez vivieron en el Universo. Es momento de ofrecerlo al Padre para que esté disponible dentro de Su Plan de Amor y de Redención.

De esa forma aprenderán a transmutar sus propios aspectos y condiciones para que, forjando la luz de sus espíritus, estén en comunión con lo Alto y dentro de la gran corriente de la Divinidad.

Sus soles brillarán de forma incandescente.

Sus ojos se abrirán para ver las señales que aparecerán en el horizonte y que el propio Universo proyectará a la Tierra para advertir a la humanidad los últimos mensajes del gran despertar.

Ya no importará los que crean o los que no crean, los que estén presentes o los que estén lejos.

La Creación piensa en una gran definición, revelando Sus Misterios y abriendo las puertas a través de sus llaves, tan espirituales e internas que elevarán la consciencia.

Por tanto, recuperen su filiación con el Universo y digan “sí” a la Voz que escuchan de Dios por medio de Su Hijo, y ayudarán a construir lo nuevo que deberá llegar algún día y que tal vez no lo verán físicamente, porque no estarán presentes.

Pero ustedes y sus consciencias, principalmente, pueden ser ese puente para que consciencias más miserables e ingratas tengan la oportunidad de redefinir sus vidas, de reencontrar el camino y de llegar, especialmente, a Mi Corazón, en donde Yo tengo tesoros para todos, en donde Yo expreso ideas y principios para las consciencias que Me siguen y Me sirven.

No permitan que sus estrellas dejen de encenderse.

Aférrense a la Unidad Divina y todo sucederá como está previsto.

Pero desde el Universo llegará la señal, así como llega en este momento para todos, en donde la atención en las Palabras de la Jerarquía será imprescindible para su caminar y su guía.

Abran, entonces, aún más el corazón para que el fuego de la Jerarquía pueda ingresar y transubstanciar sus condiciones, volviéndolas divinas, sublimes y elevadas al servicio de Dios.

Así sus espíritus internos estarán más cerca y sentirán en su interior ese fuego que los moverá y los motivará a llevar adelante el Plan, a pesar de lo que suceda o de lo que se presente en sus caminos.

Revivan entonces esa filiación con lo Alto y recuérdenlo todos los días, porque ya no habrá una próxima vez.

Las oportunidades se están acabando, las gracias del Universo se están reduciendo, la Misericordia recoge Su Fuente para que llegue la Justicia.

Lamentablemente es hora de escoger y de no estar en dos caminos al mismo tiempo.

No quiero que Mis discípulos sean como las monedas. Quiero su honestidad y su confirmación ante la presencia de Mi Corazón, porque Yo nunca los dejaré solos, cuando confían en Mí.

Quisiera que esto lo escucharan más almas y más consciencias en el mundo, en más lenguas y en más idiomas, pero vengo primero a decírselo a ustedes, porque son los que están más cerca de Mí, caminando a Mi lado después de tantas experiencias y pruebas.

Una vez más, el Universo se presenta en Su Consciencia Espiritual para acogerlos y recibirlos, para mirar hacia dentro de ustedes lo que existe de verdad y lo que surgió de las Fuentes del Universo.

Reciban entonces este mensaje de paz y de consciencia de los hermanos de otrora.

Sientan el pulsar de otros Universos que irradian su amor y su paz a la humanidad y a su planeta herido.

El cambio de unos pocos hará el gran cambio en toda la humanidad, siempre lo ha sido así, la historia se vuelve a repetir con diferentes experiencias, pero con las mismas consciencias de otros tiempos.

La Llama del Propósito Divino hoy los bendice y los conduce hacia su destino, el que fue pensado por Adonai.

Reciban, entonces, Mi bendición de todas las grandes Consciencias del Universo, para que se eleven las estrellas caídas, para que despierten las células dormidas, para que atraviesen el portal hacia la Nueva Humanidad, en Cristo y por Cristo.

El tiempo que llegará será muy duro. El sufrimiento que ha escogido la humanidad será muy grande, pero el Universo estará atento a la voz que pida y que suplique por ayuda, porque será escuchado con sinceridad.

Atraviesen los tiempos con valentía y sigan escribiendo ese cambio tan prometedor, que deberá comenzar primero en sus vidas, para después comenzar en el mundo.

Hoy los elevo a todos en Mi Oración.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 61ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Deposita en Mi Corazón lo que tú más necesitas.

Abre tu corazón para recibir Mi Misterio, la revelación más profunda de Mi Amor por ti y sacia la sed de tu espíritu con la Fuente de Mi Corazón.

Abrígate con Mi Manto en los duros inviernos del desierto.

Calienta tu alma con Mi Fuego y transforma todas las dudas en Luz.

Retira de tu interior todo aquello que te pesa y abrázame con fuerza para sentir Mi Fortaleza.

Abandóname, pero no como tú lo piensas.

Abrázame con regocijo para que Yo te pueda vaciar.

Disuelve de tu interior todo aquello que no quiere transformarse todavía.

Refúgiate en Mí y siente el gozo de vivir en Dios.

Abandona el mundo y entra dentro de Mí, porque así conocerás lo que Yo necesito, así recibirás lo que tengo guardado para ti, y tu alma vivificará la grandeza de estar en Dios y de recibir Su Reino, de tiempo en tiempo, sin límites ni formas.

Quiero que deposites en Mi Corazón lo que aún no comprendes, quiero que retires de ti aquello que aún no aceptas, porque todo lo que vives es lo que has cultivado en tu vida, nadie tiene responsabilidad en eso.

Todo lo que vives es parte de una transformación, así como Yo transformé la condición humana.

Cuando te pido que Me abandones no es para que Me dejes, sino para que Me superes en el amor, porque alguien deberá hacer algo más grande a lo que Yo hice.

Y Yo dejaré de ser tu Maestro cuando hayas aprendido lo que el Universo necesita, y así abrirás la puerta para que nuevos maestros te puedan guiar, aquellos que existen en el Universo y que forman parte de Mi Hermandad.

Hasta que llegues al gran Avatar deberás pasar por muchos maestros, porque muchas escuelas son vividas en las almas que escogen seguirme.

Nunca pierdas la oportunidad de aprender y de crecer, en la sinceridad de las obras, en la pureza de los sentimientos.

Grandes Maestros aguardan por guiar a la humanidad. Su Silencio ya es eterno, pero es hora de que ellos hablen para traer la gran revelación, en el fin de estos tiempos.

Ellos conocen sus moradas. Ellos obedecen a Mis Principios y se unen, así, a todas las Leyes. Viven en perfecta armonía con los tres planos de consciencia: espiritual, mental y material y forman parte de esa gran cadena de Luz que vibra en lo más alto del Universo, en la bóveda celeste de la Jerarquía.

Ellos han intervenido muchas veces en la humanidad. Muchos en Oriente y algunos en Occidente.

La maestría de los grandes Maestros es soberana porque su esencia está basada en el Amor-Sabiduría.

Cada uno proviene de una esfera especial del Universo, cada uno ha surgido de una gran experiencia vivida en los últimos tiempos.

Ellos son los maestros de la lealtad y de la sabiduría.

Ellos conforman una de las setenta y siete Voluntades de Dios y conciben en su mundo interno la expresión de uno de los Sagrados Nombres de Dios, Adonai.

De la Fuente de la Sabiduría surge el conocimiento para los Maestros.

El servicio por el Universo los hace humildes y resignados, tan semejantes al Maestro del Amor. Se han preparado para este momento planetario y han visitado al mundo muchas veces, para aprender sobre la existencia de esta humanidad y lo que Mi Padre ha pensado para este Proyecto humano.

Es así que todos ustedes son parte de una historia que se está escribiendo en un Libro Sagrado; son parte de una historia que intenta ser corregida, alineada y estar unida al Universo.

Los Maestros son emanaciones del Amor-Sabiduría y conocen, por medio de su experiencia, la vida crística.

Ellos estuvieron en Shambala y después en lo alto del Perú.

Ellos conocen toda la historia humana, tan semejante a las palmas de sus manos, o a la línea de sus rostros.

La Sabiduría ha sido alcanzada por ellos; es fruto del Amor de Dios, porque intentan llevar adelante Su Voluntad: santa, plena y pacífica.

Ellos vendrán en auxilio de los que digan ‘sí’, no importará donde se encuentren o donde estén. Ellos irán a su encuentro para llevarlos a la Verdad.

Han sido designados por el Padre Eterno, a través de los Arcángeles creadores, para socorrer a la humanidad en el fin de estos tiempos, para salvaguardar el Proyecto de Dios, así como una vez el Padre lo protegió por medio de la encarnación de Su Divino Hijo en el humilde pesebre de Belén.

Ellos conocieron Mi Nacimiento, ellos honraron Mi Presencia y se postraron ante el Hijo-Dios; allí fueron iniciados para este momento, para esta transición de la Tierra y este cambio de ciclo en la humanidad.

Ahora llamarán a todos por sus orígenes y así despertarán los talentos de la Creación, enseñarán cosas más profundas de las que Yo he enseñado porque ya las viven, son parte de sí.

Llevan en sus pechos algo inextinguible. Trazan con su mano la línea de la Hermandad. Son conocidos por su sabiduría y discernimiento.

Cualquier humanidad existente en el universo sabe quiénes son, porque ellos emanan lo que verdaderamente son y lo que han trascendido a través de los tiempos, todo lo que los ha unificado en la gran cadena de la Confraternidad.

Ellos conocen al planeta porque lo han contemplado muchas veces y saben de la historia de esta civilización.

En esencia conocen lo que Dios pensó en el principio y hoy trabajan en silencio y en sintonía para poder sostener el deseo ardiente de Dios en la humanidad, de que los hombres y mujeres de la Tierra conozcan la verdadera felicidad, que no es física, sino interna.

Yo Soy uno de esos Maestros de la Sabiduría y he estado presente en Oriente como en Occidente.

Por medio de Mis Palabras les estoy revelando una historia escrita en los Espejos, algo que se está refractando a la Tierra en este momento por medio de las puertas del Universo que están abiertas.

Aurora acoge esta información y este conocimiento, y todos los seres internos se postran en tierra, por estar delante de la Fuente de la Sabiduría, la que se ha manifestado muchas veces en el mundo y en su humanidad por medio de los Maestros que han encarnado para enseñar la verdadera esencia del Amor y el Sagrado Espíritu de la Unidad, que es algo que proviene del Eterno.

Hoy, el Señor de los señores y el Maestro entre los maestros les trae la síntesis de todo lo vivido en la Tierra y los aportes amorosos del Amor que han llegado a través de los Maestros a esta humanidad.

Por eso aún hay tiempo de poder rescatar al mundo, aunque los abismos se agiten en el mundo. La Misericordia está llevando a las almas a la redención.

Reciban este conocimiento y recuérdenlo. En la memoria de sus células se encuentra esta historia, en lo profundo de sus espíritus se encuentra ese legado.

En verdad, ustedes son algo totalmente diferente a lo que verdaderamente creen que son.

Los Maestros reunirán a sus discípulos y emitirán su gran convocatoria a la humanidad.

De diferentes razas y pueblos serán congregados y todos serán reunidos para la oración, cuando el mundo esté en su gran definición y la luna se vuelva a revestir de color de sangre.

De Marte vendrá el auxilio y el alivio vendrá de Venus.

La Luna será testigo de ese momento, porque su faz se transformará completamente, como nunca antes se transformó.  En ese momento todo estará dicho, los Maestros ya estarán presentes en la Tierra para guiar a las últimas tribus que se han autoconvocado.

En ese momento no existirá color, raza o nación, todos serán reconocidos por lo que hay dentro de sus internos.

Dejen entonces que en este momento el gran Maestro los pueda pulir, para que la Luz, dentro de ustedes, deba volver a brillar.

Reconozcan al Maestro que tanto han buscado en su interior y lleven adelante su gran misión en la Tierra, porque serán llamados a servir en situaciones inexplicables y en momentos culminantes de la humanidad.

Allí será cuando Yo veré Mi Iglesia emerger de lo profundo de los corazones y Mi Palabra será viva en ustedes, Mi Fuego será eterno en cada uno de ustedes y eso los moverá a vivir el Plan.

Transformen a la humanidad con sus actos de amor, rediman a la Tierra con sus ejemplos de paz y, así, con Mis propios Ojos podré ver a los Nuevos Cristos surgiendo de las imperfecciones y de las miserias, transformados por el Fuego del Espíritu Santo, colonizando a la Tierra con nuevos atributos, llevando el mensaje de la gran revelación y siendo portadores de la paz.

Por eso, no se dejen llevar por ningún otro mensaje que no sea el Mío. Deben tener discernimiento en el momento de escuchar, eso los hace crecer en la Verdad y los hará madurar en el Amor.

En Mis Palabras están guardadas las vibraciones de su destino. Dichosos son los que las adoptan y las viven porque se transformarán y no se dejarán vencer por nadie.

Sean inteligentes y podrán vivir el Plan.

Si Yo estoy aquí es porque el Plan continúa, si no, no estaría aquí y el Plan no se cumpliría.

Sigan la Ley de la Jerarquía y estarán en la protección necesaria.

Los que no están aquí es porque no Me han comprendido, pero Yo seré quien los juzgaré.

Ahora es tiempo de seguir adelante y de avanzar.

Aún hay almas que mueren sin ver la Luz, aún hay corazones que no reciben amor, aún estoy en cuerpos enfermos, que necesitan curar.

Aún estoy en el mundo esperando que Me reconozcan en aquel que ha sido olvidado, en el hermano que está encarcelado, en el corazón que se ha cerrado, por miedo y temor.

Yo les doy autoridad de amar al mundo mucho más de lo que Yo lo amé, aún espero que puedan dar ese gran paso.

Aún los Reinos de la Naturaleza esperan ser más amados.

Los Nuevos Cristos no solo serán humanos, la Creación que ya existe podrá ser la nueva vida crística en el planeta, totalmente redimida y curada por las manos que se donen para servirla y los corazones que se entreguen para amarla.

El planeta aguarda por su amor incondicional y por su gran consciencia en pro de su restauración.

Todos tienen un lugar a donde servir y donde poder crecer en el amor. Por eso Mis Brazos están abiertos para todos, y Mi Corazón está expandido para todos. Él se ofrece como refugio para su redención, para la disolución de las dudas y de las culpas, de los malos entendidos y de las incomprensiones.

Quien está en Mí estará en la Luz de Dios y se podrá renovar hasta que alcance su gran despertar.

Cerrando las puertas del conocimiento universal, abro las puertas a la ceremonia sacramental, a fin de que la Iglesia celestial descienda y se realice la Sagrada Voluntad.

Llega el momento en que deberán rever Mis Palabras muchas veces, porque Yo ya no podré seguir hablándoles.

Todo lo que les di es todo lo que Soy, pero aún faltará revelar el gran misterio del Hijo de Dios, de quién verdaderamente es. Cuando retorne al mundo por segunda vez, allí se dará a conocer esa revelación, y todos tendrán consciencia de esto.

Sumerjámonos en la Iglesia Celestial.

Adoremos el Sagrado Corazón del Padre, glorifiquemos Su Nombre junto a los ángeles del cielo, para que las almas se fundan en su esencia pura y original. Amén.

Nos podemos poner de pie para la consagración.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo que siempre los renueva, ofrecido incondicionalmente para la cura de las almas y como bálsamo de paz para todos los corazones. Dichosos serán los que se sirvan de Él en este Sagrado Sacramento del altar.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
Amén.

Padre Nuestro...

Por favor que vengan aquí Guissepe, Luci y Mateus.

Que Tu Poder, Padre, descienda a través de Mi Cuerpo para que las almas vivifiquen la plenitud de Tu Espíritu.

Padre, que Tu Gracia descienda a través de Mi Sangre, para que las almas sean lavadas de todo y renazcan en el Fuego sublime de Tu Amor. Amén.


Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me iré al Cielo con Mi tarea cumplida, lleno del amor de aquellos que se han auto convocado en Mi Nombre, llevando esta experiencia de transformación a los Tronos de Dios, para que Él la contemple en Su infinidad de Gracia y de Misericordia.

Ahora, en nombre del amor y de la sagrada unidad, se darán el saludo de paz para que la paz se expanda a la Tierra.

Les agradezco por haber estado Conmigo en este especial aniversario.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Ustedes fueron creados por un propósito y no es por casualidad que hoy están aquí, a los Pies del Creador.

Vayamos ahora al universo de su esencia a descubrir lo que allí existe, lo que es eterno, perpetuo e infinito, lo que nada ni nadie puede disipar, desde donde ustedes surgieron para venir aquí a la Tierra a cumplir el Proyecto de la Redención y del Amor.

Coloquen su atención en este momento, en el centro de sus seres, e ingresen junto Conmigo al universo de su esencia para encontrarse con Dios, para renovar su propósito, para seguir caminando hasta que cumplan, compañeros, la meta que Dios les colocó.

Miren hacia dentro de su esencia, contémplenla con un grandioso amor.Sientan la Fuente Original que existe dentro de ustedes y cómo la Luz espiritual de Mi Amor penetra las capas más profundas de la consciencia, para elevarlos, para trascenderlos, para colocarlos en las Manos de Dios.

En esta noche, en donde la luz interior se enciende por la intercesión de Mi Sagrado Corazón, observen hacia sus esencias.

Descubran en su interior la única verdad, la que los hará libres de este cautiverio, de esta prisión planetaria, de todo error.

Yo vengo a buscar en esta noche la esencia de sus corazones, lo que existió una vez en el principio como consciencia y energía.

Retornemos hacia esos orígenes.

Yo vine aquí en esta noche para llevarlos hacia ese lugar, en donde ustedes comenzaron a tener vida espiritual, álmica y física.

Sus esencias han venido viajando a través de los tiempos realizando esta trayectoria, camino a la redención.

Vean dentro de sus esencias, en lo más íntimo de sus corazones la Fuente Creadora de Dios, que los renueva, los cura, les concede la redención.

Volvamos al origen, al principio de todo, cuando nuestro Padre Eterno en Sus más altas dimensiones, en Sus mayores grados de Amor, pensó en crear criaturas tan semejantes a Él, así como lo son ustedes en este tiempo.

Recuerden hijos, que son hijos de Dios, que son hijos de la Vida, que son hijos del Amor, que vienen de una existencia que nunca ha muerto, que es perpetua, que es eterna y muy sublime.

Retornen a sus esencias y pregunten a su interior: ¿Qué es lo que Tú quieres de mí, Padre?

Quietud. Quietud. Quietud. No interrumpan lo que estoy haciendo.

He venido aquí para elevarlos a Dios, para que sean parte de lo que es existente e infinito.

Retornen su atención a la esencia de Su Amor, aquella que surgió de la Fuente y que ha vivido muchas experiencias para poder llegar aquí y decirle 'sí' a la redención.

Hoy vengo a disipar las fuerzas de la contrariedad, porque donde está el amor presente, está Dios; y sus corazones están en Dios, así como Dios puede estar en ustedes.

Vayamos ahora hacia el origen de lo que en verdad son, para que conozcan cómo fueron creados en el principio antes de ser almas, antes de ser espíritus; para que conozcan cómo eran cuando fueron esencias en la Fuente del Amor de Dios, junto a los Padres Creadores, los Arcángeles; al lugar desde donde surgieron millones de vidas para este Universo.

Es así, compañeros, que hoy no están aquí solos. Está todo el Universo, toda la existencia y toda la vida, a través de Mi Sagrado Corazón.

Sean valientes. Penetren este misterio que hoy Mi Corazón concede para que se puedan conocer conscientemente.

Véanse como seres en el amor y sigan adelante atravesando estos tiempos, superando todos los obstáculos, elevando su consciencia hacia el Creador.

Arrodíllense delante de Mí. Y en un acto de reconciliación por medio de Mi Sagrado Corazón, retornemos a la Vida, a lo que siempre fueron.

Vengan Conmigo a la Fuente de la Creación y encuentren allí sus esencias, lo que es puro, lo que no tiene sufrimiento, lo que es eterno e invencible ante los Ojos de su Creador.

Miren hacia dentro de sí y busquen la esfera de su esencia, la luz más profunda de sus consciencias, lo que ha nacido de la Fuente y viene a través de los tiempos aprendiendo sobre el amor y el perdón.

Yo vengo en estos tiempos a buscar esa verdad que existe en ustedes, verdad que Me trae hasta aquí de forma continua y paciente, hasta que ustedes por sí solos puedan entrar en comunión con esa verdad.

Así librarán a su Maestro para que pueda seguir obrando en el mundo con otras millones de esencias, que están perdidas y lejos del amor, del Amor de la Fuente.

Coloquen entre sus manos esa esencia de luz como si fuera un recién nacido.

Sientan esa esfera de luz entre sus manos y al mismo tiempo, en señal de imploración, reconciliémonos con Dios.

Esta es la esencia que está en ustedes y que busca el camino de retorno al Corazón del Creador.

Vean cómo Dios creó su esencia con inmenso amor, con eterna dulzura, con una inconmensurable compasión.

Esta es la esencia que debe retornar a la Fuente con la señal marcada de la Redención, diciéndole 'sí' al Perdón y a la Misericordia Divina.

Con estos millones de esencias, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene trabajando con ellas a través de los tiempos.

Ustedes no solo son materia, también son energía que proviene de la Fuente y que alguna vez desvió sus caminos, para que en este tiempo volvieran a encontrar el camino de la redención y del amor.

Yo vengo a concebir en sus esencias, la Gracia de la renovación, del servicio mutuo, de una extrema caridad y de una infinita consideración por el prójimo.

Con esta esencia que Dios les ha dado, que es frágil y sencilla, que es simple y pura, retornen compañeros, a la escuela del amor, porque el amor los curará, el Amor de Dios los salvará y pronto serán dignos hijos de Dios, merecedores de Su Misericordia infinita, servidores incansables que nunca bajan los brazos, que siempre dicen 'sí' a la Jerarquía Divina.

Sientan entre sus manos su divina esencia, sientan cómo los Ángeles y Arcángeles contemplan sus moradas internas.

Crean que es posible superarlo todo por medio del Amor que hoy Mi Espíritu siembra en sus esencias para darles de nuevo la vida espiritual y la unión eterna con el Creador.

Así como sus esencias se postran ante el Altísimo colocándose a Sus Pies, así hoy quiero, compañeros, que cada parte de sus seres se postre ante Dios como un acto de reconciliación, de perdón y de cura.

Y ahora Padre, que ves lo que Yo vengo a buscar de tiempo en tiempo, lo que Tú has creado a imagen y semejanza de Tu Existencia, Adonai, Tu Hijo implora por estas esencias y por todas las esencias que están lejos de Ti.

Así como estás en el Cielo, Padre, que Tú puedas estar en la Tierra y cuando Yo vuelva, rodeado de Tu Gloria y de Tu Poder, todas las esencias del mundo vivan su último paso hacia el perdón.

Emmanuel, escucha la Voz de Tu Hijo, que una vez estuvo en la Cruz por todas las esencias del mundo, por todos los que cayeron en los abismos.

Escucha la Voz de Tu Hijo,Adonai, Emmanuel y Abba.

Postrándome a Tus Pies, Padre Eterno, ofrezco Mi Cuerpo, Mi Sangre, Mi Alma, Mi Divinidad, por las esencias que hoy deben estar Contigo para servirte y honrarte.

Te ofrezco, Padre, Mi Sagrado Corazón, por los corazones ingratos e injustos.

Te ofrezco Mi Espíritu para que Tú estés presente en todo lo que existe y vive, en todo lo que respira, para que se borre la célula del mal, para que renazca la Luz de Tu Divina Consciencia, Adonai.

Elí, Elí, escucha la Voz de Tu Hijo, que con gran expiación y misericordia disuelve el error, la desunión y el desamor, para que triunfe, Padre, Tu Plan sobre este planeta.

Todos nos postramos ante Ti, amado Creador, porque respiraste y creaste la vida, porque sentiste y surgieron las criaturas, porque pensaste y donaste sin restricciones Tu Universo para que por siglos de los siglos Te alabemos, Te honremos, Te supliquemos y así, estemos en comunión con Tu Espíritu inmaterial.

Derrama Tu Gracia sobre estas esencias.

Derrama Tu Amor sobre estas vidas, a fin de que se cumpla, Adonai, Tu Proyecto, y las almas se rediman y vivan hasta el fin de sus vidas en Tu Paz.

Hoy riego este árbol que se estaba secando y vean cómo el Amor todo lo transforma, todo lo hace rebrotar; todo vuelve a florecer porque no he dejado que muriera su esencia, sino que en el bálsamo de Mi Amor, la he nutrido con Mi Espíritu.

Que se alegren los que estaban muertos.

Que sean felices los que esperaban una Gracia porque no Me cansaré, no Me cansaré hasta alcanzar lo que espero de sus esencias.

Ámense los unos a los otros como Yo los amé hasta el último momento en la Cruz. Y cuando no se amen, cuando no se unan, recuérdenme en la Cruz, todo lo que Yo padecí por ustedes hasta el fin de sus vidas, que así recobrarán fuerza, recobrarán valentía y coraje para poder amar más allá de sí.

Que se cumpla el advenimiento de las nuevas figueiras.

Que rebroten de la tierra las semillas de la hermandad, porque el Todopoderoso ha escuchado a Su Hijo y los ángeles han derramado sus gracias en lo más profundo de sus seres.

Hoy se cumple la Escritura.

Verán al Hijo de Dios venir entre las nubes y el soplo de Su Espíritu vivificará sus consciencias y el mal se disolverá, porque el Amor del Sacrificado Corazón de Jesús triunfará hasta la Nueva Tierra.

Que se disuelvan los nudos de la separación humana.

Que se establezcan los lazos del amor y de la fidelidad, porque el Padre de la Misericordia ha escuchado la Voz del Redentor.

Coloquen sus manos sobre el corazón.

Y que puedan sentir todos los días este misterio, que ya no es más misterio, sino el simple Amor de su Redentor que viene a rehacer todas las cosas.

Porque cuando caí con la Cruz tres veces prometí al Padre que Yo renovaría todas las cosas.

Y bienaventurados serán los que se dejen renovar por Mí sin temer a los cambios, porque lo que Dios les quiere entregar es Su Corazón, para que viva en ustedes en esencia y eternamente.

Celebremos entonces este acto de reconciliación, porque sus pecados fueron purificados y sus faltas fueron perdonadas.

El Sacerdote Mayor ha venido a celebrar la Comunión Reparadora, a fin de que recuerden todos los días cumplir con la promesa de ser parte de Mi Amor y de expresarlo a cada momento.

Escuchemos las trompetas de los ángeles, que suenan para anunciar la Palabra Divina y volver a instituir en este lugar la Santa Eucaristía, el triunfo perpetuo del Amor y de la Vida de su Maestro y Señor Jesucristo.

Y hoy a Mis Pies no tengo solamente a las santas mujeres que ungieron Mi Cuerpo flagelado en el sepulcro, junto a María, Mi Madre y María Magdalena. Sino que también tengo a Mis Pies a los que una vez no Me reconocieron, a los que vivieron milagros y a los que se convirtieron a los pies de la Cruz, cuando Mi Sangre brotó de Mi Costado y Mi Agua penetró las entrañas de la Tierra para renovar el Proyecto del Creador.

Que sus esencias hoy se fundan en Mi Esencia original, en Mi Divinidad, en la Segunda Persona de Dios, el Hijo Primogénito, el Unigénito, el Redentor y que esas esencias que viven y brillan en ustedes, los ayuden a vivir los cambios en el fin de estos tiempos.

Solo el Amor los hará libres y cuando no estén en el Amor y en la Verdad, llámenme. Yo les daré la fuerza para amar así como amé hasta el último momento de la Cruz.

Y como acto de reparación y de cura, para la transustanciación del pan y del vino de sus esencias, hoy pediré una canción que refleja el amor que Yo tuve por ustedes en el Calvario: "Cristo del Calvario".

Que el símbolo de esta canción los ayude a tener la misma fuerza, el mismo coraje y la misma valentía que su Maestro y Señor tuvo hasta el último momento de haber expirado en la Cruz por todos ustedes.

Cuando no consigan humillarse, arrodíllense; cuando no consigan apaciguarse, coloquen su rostro en el suelo; cuando no sean humildes, colóquense en cruz en el suelo, que Yo los ayudaré a transformar lo intransformable, a liberar lo que se resiste y sentirán el Fuego de Mi Amor en sus corazones, así como lo hicieron las santas mujeres hasta el último momento, superando todas las pruebas, todos los obstáculos, para estar cerca del Sacrificado Hijo, del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Y antes de escuchar esa canción que hace humilde a Mi Corazón, porque en verdad es Dios que es en Mí para que Yo pueda ser en ustedes, les recuerdo la escena y el momento culminante de la comunión con los apóstoles y todas las almas presentes hace dos mil años atrás, en Jerusalén, cuando tomé el pan y di gracias a Dios por el Sacrificio diciendo:

Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, el Cuerpo Esencial de su Señor, que se entregará a ustedes para el perdón de los pecados.

Del mismo modo tomé el Cáliz dando gracias al Creador por el Sacrificio y les dije:

Tomen, tomen en confianza y beban de este Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza, Sangre que será derramada por ustedes para el perdón de todas las faltas.

Y en ese momento, la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, descendieron e instituyeron la Eucaristía.

Hoy Te pido Adonai, que no dejes morir Tu Sagrado Árbol, Árbol tan semejante a la zarza ardiente de Moisés, en donde una vez Tú te mostraste, tan pequeño y humilde a Tus criaturas. 

Que el mismo Espíritu y el mismo Fuego que penetró en la consciencia de Moisés, hoy penetre en la consciencia de los que instruyen, de los que guían a Tus rebaños, a fin de que siempre triunfe Tu poderoso e invencible Amor. Amén.

Escucho la canción.

Maratón de la Divina Misericordia
Mensaje de Cristo Jesús para la 51ª Maratón de la Divina Misericordia, en la Ciudad de Santa Fe, Argentina, transmitida al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Cuando cantan de verdad para Mí, Mi Corazón siente un alivio inexplicable, algo muy inconmensurable que es generado por todas las almas.

Me alegra poder posar Mis Pies en esta nación y reencontrar amigos de otrora, que aún sustentan con sus manos Mi estandarte de la paz, para que en esta parte del planeta pueda seguir triunfando el Amor de Mi Corazón, aunque sea vivido por muy pocos.

Si hace más de dos mil años atrás Yo pude salvar la mundo con doce apóstoles, ¿qué podré hacer con más de doce? 

Hoy ustedes son más de doce y aquí hay presentes muchas almas en los planos internos, que necesitan del Fuego de Mi Amor y de Mi Misericordia.

Necesito que ingresen a Mi Corazón en este día y que puedan compartir Conmigo, en esta simple comunión con Mi Espíritu y con Mi Divinidad, el regocijo que siente su Maestro y Rey al estar tan cerca de ustedes, para poder traerles la paz que deberá ser la base en estos tiempos para la construcción de una Nueva Humanidad.

Yo vengo desde la Fuente de Dios hacia su encuentro. 

Vengo desde un lugar en donde todo es perfecto, en donde las sutiles dimensiones vibran, en donde lo arcángeles de Dios trabajan para traer hacia estos universos el amado Proyecto de Dios; el que en esta fase, en esta última parte del tiempo final, debe concretarse en la superficie con la colaboración inmediata de sus almas, por la constancia inmediata de sus oraciones, por todas las obras de bien y de paz que puedan realizar.

Es así que Yo Me encuentro en cada detalle, como en cada nuevo servicio que sus manos puedan prestar por esta humanidad y por este planeta.

A través de sus actos de caridad y de servicio es que Yo puedo traer los nuevos códigos para este planeta, y sus almas y espíritus se pueden abrir a Mi Fuente, para recibir en su interior todos los códigos que renovarán a esta humanidad, aunque ella viva su transición y su purificación en este tiempo.

Hoy veo cada detalle que han realizado con mucho amor y eso también ennoblece Mi Espíritu, porque a través de cada detalle y de cada oferta, también Mi Consciencia se puede expresar en esta humanidad, y más almas pueden ser partícipes de Mi Misericordia, aunque en este momento no la merezcan.

Vengo a caminar a su lado en este tiempo definitivo.

Vengo a estar con ustedes y con el mundo para que no se sientan solos, aunque la humanidad tampoco lo merezca.

Vengo por aquellos que están sufriendo y están necesitando, en sus experiencias de vida, la renovación de sus espíritus y almas; para que sus corazones y el corazón de sus hermanos se puedan sentir más valientes al seguir atravesando este tiempo final, que los llevará hacia Mi reencuentro, a estar Conmigo por toda la eternidad.

Nunca pierdan esa aspiración, compañeros. 

Nunca dejen de buscar por medio de esa aspiración, la unión esencial Conmigo y con Mi Consciencia. Eso los ayudará en su purificación y también abrirá las puertas para que nuevas Gracias puedan llegar al mundo y ser depositadas en muchos más corazones.

He venido a Santa Fe para renovar el Sacramento de la Fe con Dios, porque será su fe inquebrantable en Mí, la que hará posible todas las cosas y que puedan caminar en estos tiempos hacia Mí, sin perderme de vista, en ningún momento.

Y ahora que en esta tarde una Gracia especial se aproxima, en donde su Maestro y Rey abre las puertas para iniciar esta caminata por toda la Argentina, vengo a preparar sus corazones para nuevos acontecimientos, para nuevas misiones que harán de este pueblo, un pueblo rescatable, redimible y que podrá convertirse por el servicio permanente, por el don de la caridad que brota de sus corazones, hace ya bastante tiempo.

El mundo está necesitado de almas buenas para que muchas más consciencias se puedan curar.

Por eso Yo los impulso, compañeros, a tener el espíritu del servicio en Argentina como algo primordial, porque eso también se irradiará para otras naciones del mundo que también deben despertar al espíritu incondicional de la entrega y del servicio por los semejantes.

Es así que también Mi Obra se puede expandir en el mundo, cuando las almas se abren para recibir el Espíritu de Mi Amor y así, poder renovar todas las cosas.

En todos los lugares que vayan, por todos los lugares que caminen, Mi Espíritu siempre estará presente y eso los tornará invencibles portadores de Mi Amor y de Mi Divina Misericordia.

No habrá nada que impida, compañeros, lo que ustedes deberán hacer por Mí en este tiempo, porque cuando sus almas se deciden a dar el paso, como lo han dado de forma simple y pequeña, muchas más cosas pueden suceder,  como esta Gracia de que los Sagrados Corazones estén aquí en la Argentina, para renovarlos nuevamente, bajo el gozo de Mi Espíritu.

Es por esta causa mayor, que hoy aproximo a sus consciencias, que vengo a vivenciar con ustedes los Sacramentos, para que en nombre de muchas más almas sus pies puedan ser lavados, sus almas puedan ser bautizadas y sus cuerpos puedan ser ungidos, para recibir liberación, cura y redención.

Hoy quiero entregarles este mensaje, el que hasta ahora les he dicho como un primer impulso de Mi Espíritu para con ustedes, porque la Jerarquía debe trabajar gradualmente con sus almas, para que ellas puedan mostrar los frutos y así, donarlos a Dios en el espíritu del eterno servicio.

Entre los ángeles que hoy Me acompañan en esta ceremonia de apertura, se encuentra en el Cielo el ángel de Argentina, el que a partir de hoy formará parte consciente de sus vidas y ustedes formarán parte de Su ejército, para que el Arcángel Rafael conceda la cura de las consciencias, la redención de los corazones en todo este pueblo amado.

Tengan a este ángel presente en sus vidas y también en esta nación, a pesar de todo lo que está sucediendo. Recuerden que él trae el Rayo de la Cura para la Argentina y también él es un gran mediador ante el Arcángel Rafael, para esta situación planetaria, como también para todo lo que vive esta nación.

A partir de hoy podrán ser uno con el ángel de Argentina y suplicarle, en nombre de Mi Corazón Misericordioso, para que él pueda interceder ante Dios por la evolución y el despertar de su pueblo, por la permanencia de las raíces y de la cultura que caracterizan a este pueblo, que formará parte del Proyecto de una Nueva Humanidad.

Ustedes, compañeros Míos, en este día, son los principiantes, los que cuidarán de esta gran aspiración de Mi Corazón de tornar Argentina y el Cono Sur, en el lugar para una Nueva Humanidad.

Aunque no lo parezca y a pesar de las consecuencias que vive la superficie, para su Maestro y Rey nada es imposible. Solo hay que comenzar.

Abramos las puertas a la Iglesia Celestial de Dios, para que a cada elemento que hoy será recibido, sea bendecido por la Mano Poderosa del Señor y así se multipliquen las Gracias y todas las Misericordias en las almas del mundo.

Llamaremos, compañeros, a Adonai, para que Él descienda y bendiga este momento que formará parte de la nueva historia de sus vidas, del nuevo hombre, de la nueva consciencia, que participará de los últimos acontecimientos de Mi Plan.

Que así sea.

Recuerden hace dos mil años atrás, cuando Yo Me ofrecí por entero a ustedes, les doné Mi precioso Cuerpo y les entregué Mi Divina Sangre para que el Misterio de la Redención fuera revelado en las almas que, en esta simple Comunión, se animaran a vivir en Mí; para que Yo pudiera vivir en ustedes y estando Yo en ustedes, ustedes estuvieran en Dios.

A través de la consagración de estos elementos que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, Yo les traigo el comienzo de una nueva etapa para cada una de sus vidas, a fin de que se pueda realizar en cada ser viviente de este planeta la Obra de Mi Misericordia y la Obra de la Redención.

Que el Señor conceda Sus dones a las almas consecuentes y que aquellos que se sirvan de este sacrificio salgan de aquí renovados, con fortaleza espiritual y con extensiva esperanza, que pueda irradiar al planeta y a toda su humanidad.

Yo les concedo el Sacramento de la Comunión para el perdón de los pecados y para que una nueva puerta se abra en sus caminos y en el camino de sus hermanos.

Proclamen su fe en Dios y hagan posible en esta humanidad el Plan de rescate.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Y ahora, desde el Universo, desde el lugar de donde provengo, contemplaré con regocijo y amor los Sacramentos que serán recibidos en estos dos días y la abundancia de Amor y de Cura que millones de almas de Argentina recibirán por Mi intercesión y también por su "sí".

Oremos a Dios para agradecerle, y así Yo podré llevar en Mi Corazón las súplicas de sus corazones y las súplicas de todos sus hermanos, para que la verdadera justicia, la igualdad, la equidad y la cooperación, se establezcan en la Argentina.

Padre Nuestro...

Demos gracias a Dios por este encuentro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora, compañeros, irán a lavar sus pies recordando cuando Yo lavé los pies a los apóstoles, para poder entregarles Mi Espíritu de resignación y de humildad, Mi Amor irrefutable por cada una de las almas. 

Vivan este Sacramento del lavapiés como un momento de despojamiento interior y de cura.

Gracias por hoy estar Conmigo.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 48ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escribe en tu corazón Mis Palabras y que ellas no desaparezcan, porque serán Palabras necesarias para los tiempos que vendrán.

Yo Soy tan semejante a esta Luz, que quien Me sigue nunca estará en tinieblas. Feliz será el que siga Mi Luz y la reconozca dentro de sí, porque no perderá la oportunidad de sentir el poder y la fuerza de Mi Amor.

Cuando Mi Luz está presente, no hay tinieblas. Los tenebrosos y los demonios caen a los infiernos, porque Mi Santo Padre, el Arcángel Miguel, los ha derrotado uno a uno. Es por eso que ahora no deben temer por nada, sino por no convertir a sus corazones; conversión que debe ser consecuente con Mi pedido, en este tiempo final, en el que todo se define dentro y fuera de los seres.

Quien busca esta Luz, no perecerá. Quien vive en Mi Luz será luz en las tinieblas en los tres días de oscuridad.

Mi Luz es la esencia del amor y Mi Amor es la esencia de la vida; la vida que Dios nos ha dado desde el principio, a todas Sus criaturas. Bellísima es Su Luz en el universo, porque es triunfadora y no se puede derrotar.

Verán moverse los infiernos. Sentirán la Tierra temblar. Podrán ver cosas espantosas en los tiempos que llegarán, pero sepan que será el momento de la gran definición y estará en ustedes la decisión y la libertad de hacerlo, porque necesito almas que resplandezcan ante Mi Llamado. Necesito guerreros que luchen contra cosas inmensas, contra las cuales nunca lucharon. Por eso, los integro a todos en Mi Luz, que es la Luz eterna de Dios; es la unidad, es la omnipresencia y la ciencia universal.

¡Ay! de aquellos que no entren en la Luz de Mi Corazón. ¿Cómo podrán persistir en estos tiempos agudos?

Yo vengo a dar algo al mundo, en lo que la mayoría no pone atención, sino en lo superficial y mezquino. Verán hombres y mujeres golpearse su pecho por no haberlo hecho, por no haber buscado Mi Luz, la Luz eterna del Creador.

Hasta la última gota de Mi Esencia está siendo entregada. Estoy dando cuenta ante Mi Padre por ustedes y por el mundo. No rechacen ni pierdan esta oportunidad, porque es de las últimas y en ustedes deberán estar vivos todos los tesoros, que mes a mes y de tiempo en tiempo, les he entregado a través de este simple encuentro de oración.

Es hora de que coloquen las llaves del Cielo sobre la mesa y que contemplen con gratitud las Gracias que Mi Padre les ha entregado a través de Mi Glorificado Corazón. Ustedes, si son Mis seguidores, tienen las llaves para abrir las nuevas puertas y no para cerrarlas a los que necesitan cruzar a la nueva vida, a la renovación y a la esperanza. Definan sus caminos, pues el tiempo se aproxima y los invito a ser parte de Mi Luz para que, estando ustedes en Mí, Yo pueda estar en ustedes en cada momento como en cada hora.

Y si Mi Luz está en ustedes, Mi enemigo no triunfará. Él no podrá derrotar a ninguna de Mis almas, a las que a través de los tiempos Yo he convocado para formar parte de los ejércitos del tiempo final, de la preparación del Retorno de vuestro Rey.

Beban de la Fuente de la Luz que hoy les traigo, pues en esencia es Adonai quien con inmensa Misericordia se está donando a sus espíritus, a sus almas y a sus consciencias, por los que no lo aceptan, por los que lo engañan y, especialmente, por los que no lo viven.

Los invito todo el tiempo a ser verdaderos, para que Mi Luz pueda estar en ustedes, porque nada les pertenece. Sus vidas son parte de un Proyecto original que se ha desvirtuado a través de los tiempos y de los siglos.

Vengo a completar, en esta hora, lo que no pude hacer hace dos mil años atrás, porque Mi Padre Me llamó y tuve que ascender a los Cielos para escucharlo, como un buen hijo escucha a su padre y se regocija por sus palabras de sabiduría y de amor.

Quisiera que, de la misma forma, Mis compañeros y Mis amigos, Mis servidores y Mis siervos, escucharan las Palabras de su Señor, de su Maestro, de su Pastor y de su Padre, como si fueran las últimas para esta última era, porque deberán dar testimonio de lo que han vivido Conmigo y podrán ser testigos o no de esta Verdad que Yo les traigo.

Hoy colocarán sus rostros frente a sus enemigos para testimoniar que Yo he estado aquí, en estos últimos años, con ustedes y con todos los que han acogido Mi Llamado en la humanidad.

Por eso, llegó la hora de comulgar no solo con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, que es el mayor regalo de Mi Amor y de Mi Sacrificio por el mundo, sino que llegó la hora de que se fundan en Mi Luz y que nunca más salgan de ella, para no perderse en la tribulación que vivirá este mundo y que enfrentará en estos tiempos.

Con toda la Gloria del Cielo les traigo esta Luz que no pertenece a nadie, sino solo a la Fuente Primordial, en donde reina la Unidad y el Amor en todas las criaturas. Que esta Luz resplandezca en los espacios oscuros. Que esta Luz destierre las insignias del mal. Que esta Luz triunfe en los corazones puros y que puedan nacer finalmente los Nuevos Cristos, los nuevos apóstoles, los pacificadores del Redentor.

Esta Luz, que hoy les traigo, proviene de un lugar profundo y sublime, de una dimensión de consciencia desconocida, desde donde su Señor y Maestro del Amor surgió, al igual que Su Santa y Virgen Madre, así como todos los arcángeles y los ángeles que existen en el Cielo y en los universos, y que alaban eternamente a Adonai.

Ustedes son hijos de esta Luz. Despierten, despierten a sus hermanos del hipnotismo mundial. Recuerden que son hijos de la Fuente y que son esencias que vienen aquí a vivir el principio de la redención y del perdón por todo lo que ha sucedido más allá de este plano.

Esta Luz de Mi Corazón les trae la Gracia. Esta Luz los bendice y los renueva, porque les trae la Misericordia y les concede la indulgencia a sus corazones que tanto lo necesitan en todo el mundo.

Si están alrededor de esta Luz, de la Luz de Mi Corazón, no tienen que temer. Difícil será la purificación de sus consciencias, la rendición de sus aspectos humanos y la liberación de sus atavismos. Pero quien está cerca de Mi Luz nunca perecerá, porque será contemplado por el universo al haber sido contemplado por el Hijo de Dios, que cree y tiene esperanza en una Nueva Humanidad curada y redimida de sus errores eternos.

Alcen a los Cielos y espiritualmente, la Luz que existe en sus corazones y esencias. Ofrezcan a Dios esta Luz como reparación y reconozcan que sin esa Luz no pueden hacer nada y nunca podrán ser guiados hasta la meta final.

Dignifiquen sus consciencias y reciban, a través de esta Luz, el bautismo del Espíritu Santo, que debe expandirse por el mundo para las almas que caen en los infiernos de esta superficie planetaria. Y aún más, les digo que esta Luz es concebida también por los ángeles del universo.

Hoy, a pedido de Mi Padre, detengo las acciones del mal en la humanidad y ya no dejaré que los inocentes sufran los ataques del infierno, porque Mi Luz, que es invencible, triunfará.

Dichosos serán los que crean en este misterio porque, tan solo por creer, estarán dentro de Mi Luz sin percibirlo; y en verdad les digo que comulgarán con Mi Corazón hasta el fin de los días, hasta que Me vean venir entre las nubes, en la Gloria de Dios.

Es así que en esta hora detengo la perdición de las almas, la agitación de los infiernos, la injusticia humana y el pecado en los hombres de superficie. Esta Luz concede, en este momento, una instancia de paz para los que más lo necesitan, para los que más sufren, para los que se desesperan y no han encontrado aún ninguna salida.

Hoy han comulgado con el Sacramento de Mi Luz, misterio que le estoy revelando a la Iglesia de la Tierra porque, más allá de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, pueden comulgar con Mi Luz, y así estarán comulgando con Mi Divinidad.

Escuchen ahora la oración de su Maestro, que se arrodilla ante los altares de Adonai, así como todos los ángeles del Cielo se postran ante la Fuente Primordial. Y de esa forma, con esta oración, ya bendeciré todos los elementos, porque mientras hablo, Mi Energía Divina, que es la Energía de Dios, magnetiza todas las cosas y las transforma en algo sagrado y en culto. Todo se transforma en una gran ceremonia cuando la Luz de Mi Corazón se proyecta en la humanidad.

“Escucha, Padre Eterno, la Voz de Tu Siervo, de Tu Esencia, de un inconmensurable Amor, que se postra ante Tu Trono para suplicarte, para convertir este momento en algo sagrado, puro e inmaculado.

A los Pies de los Padres Creadores, de los Arcángeles, suplicamos con los ángeles del Cielo por el surgimiento de una Nueva Humanidad libre de errores, libre de sufrimientos, libre de amarguras, libre de tristezas, libre de agonías, libre de incertidumbres, libre de fracasos.

Que Tu Divina Luz, Señor, que impregna y vive en todos los universos, descienda ahora sobre aquellos que escuchan Tu Sagrada Palabra, a través del amadísimo Verbo de Tu Hijo.

Que las almas siempre encuentren refugio en Mi Corazón para que Yo las pueda llevar hacia Ti y Tú, Padre, las tengas entre Tus Brazos para protegerlas y contemplarlas con la dulcísima mirada de Tu infinito Amor.

Así, Padre, a pedido de Tu Hijo, destierra lo que ocasiona la indiferencia. Ábrele los ojos a los que están ciegos espiritualmente. Hazte sentir como un Rayo poderoso en los corazones más cerrados, para que todos puedan vivir el resplandor de Tu Reino Celestial.

Prometo, Señor, hasta el fin de los días de este mundo, socorrer a Tus hijos de Tu Santa Justicia, para que todos puedan sumergirse en el océano de Mi Misericordia y así encuentren la paz, la esperanza de vivirte y de participar Contigo en eterna Comunión.

Envío ahora a los ejércitos angélicos para que colmen de Tu Luz toda la Tierra, y que los más pecadores puedan ser liberados de la perdición, para que también vivan en la Fuente de Tu Amor y de Tu Verdad.

Bendice, Señor, este momento con Tu eterna Luz y haz sumergir en Tu Fuente de Vida a Tus criaturas, a las que has concebido según Tu Divino Pensamiento y Tu Proyecto; porque así, con la entrega de Tu Hijo en la Cruz y con la cruz de los Nuevos Cristos, Mi eterno rival será vencido, porque su derrota está cerca. El triunfo de Tu Reino descenderá a la Tierra, la Nueva Humanidad nacerá y ya no será indiferente a Tus Palabras y Designios.

Cree, Padre, y observa con la mirada de Tu Amor lo que he hecho en Tus hijos a través de los tiempos.

Escucha las alabanzas de los santos.

Recibe la honra, Padre, de los bienaventurados.

Escucha, Padre, el canto de los ángeles, porque Tú siempre eres Nuestra Luz, Nuestra guía y Nuestra Verdad.

Ofrezco la Luz que has concebido en Mi Corazón, humilde y pobre, por aquellos que aún no Te viven y ni siquiera Te buscan. 

Señor, ten Misericordia y que ningún alma deje de poder encender su luz interior ante Tu Presencia, ante Tu omnipotencia y omnisciencia.

Que se cumpla, Señor, Tu Voluntad en los corazones que hoy la reciben y que sean conscientes por siempre de este sagrado compromiso con Tu eterno Corazón.

Hoy Te pido, Padre, que por Tu Gracia infinita y por Tu Amor mayor, sucumban los infiernos en sus infiernos y que cierres las puertas a la maldad, así como Te lo implora Tu Hijo, con todo lo que Tú has concebido en esencia, en vida y en divinidad, en Mi Sagrado Corazón.

Que Tus Rayos de Gracia lleguen a los que más lo necesitan.

Que Tú concedas la cura de las consciencias y que la alegría retorne a todos los que la perdieron por alguna causa.

Que Tus hijos, Señor, Tus criaturas, se animen a vivir en Tu Reino Celestial, porque Tu Paraíso se aproxima y al fin, Señor, al fin se cumplirán los mil años de paz.

Hoy se han elevado a Tu Reino las luces internas de Tus criaturas. Hoy Tus altares se encienden por esa Luz. Que Tu divina Luz, Señor, haga humildes, simples y mansos a los que siguen Mi Camino con fe, esperanza y confianza.

Se regocija Mi Corazón en Ti, Padre, así como Mi Corazón se regocijó, a pesar de todo, en el Huerto Getsemaní, al saber que este tiempo llegaría y que todos conocerían, a través de estos medios, el poder de Tus Palabras, el decreto que existe en los Cielos.

Que la Luz de Dios purifique a Tus hijos y que cada hijo, que proviene de Ti, cumpla con alegría, Tu Voluntad”.

Bautizo con esta Luz a todos los que Me han seguido a través de los tiempos e instituyo en este día, entre todos, la nueva Congregación de la Fe, bajo la guía de su Señor Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que los pacificadores alcen sus voces a los Cielos, porque los oídos del Padre escucharán sus melodías. Que los pacificadores del Redentor se proclamen en los cuatro puntos de la Tierra, sin ningún temor de decir que son cristianos hasta el fin, hasta que su Maestro retorne para instaurar el nuevo tiempo en la humanidad.

Oremos al Padre con gratitud y regocijo.

Oración: Padre Celestial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor vamos juntos a entonar “Pacificadores de Cristo Redentor” y vamos a invitar a nuestros hermanos de los Monasterios, de las Comunidades, a los grupos de la Red-Luz y a       todos los seres orantes de buena voluntad.

Ofrezcamos a Dios esta Luz que nos ha concedido en nuestro interior como un oferta de reparación y cura para la humanidad.

 

APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy, Mi Corazón pulsa de amor, el amor recibido de Sus hijos. Por eso Él pulsa intensamente para traer al mundo la Paz.

Es este Corazón humilde que refugia a todas las almas, el que trae, para estos tiempos, el camino, el puente hacia la salvación, en Cristo Redentor.

Este Corazón siempre les trae lo nuevo, porque es un Corazón que vive el Plan de Dios y que invita a los corazones de todo el mundo a unirse a esta propuesta de luz y de hermandad.

Hoy traigo la Luz que sus corazones concibieron en el Mío. Para ustedes, esto les parecerá un misterio, pero en verdad es posible cuando sus voces se unen a la Mía en oración. Así se cumple este misterio que aún puede ser más profundo, cuando la oración es hecha con amor y de corazón.

Con esto les muestro, queridos hijos, cómo en estos tiempos de crisis planetaria, sus almas y espíritus se pueden expandir en la Consciencia de Dios a través de Mi Corazón, que hoy pulsa por el mundo. Y habiendo sentido la respuesta de sus corazones a la súplica de la Madre de Dios, es este Corazón humilde y pacífico el que les abre las puertas hacia realidades sutiles, en donde pueden vivir las consciencias, que sólo buscan estar en Dios todo el tiempo.

Con esto quiero decirles, queridos hijos, que la Madre de Dios hoy les concede la aproximación hacia Universos Mayores, en donde la Vida divina, el Amor supremo y la Unidad fraterna habitan, y son como una fuente inagotable que renueva a las almas y consciencias que allí existen para solo servir a Dios y aspirar cumplir con Su Voluntad.

Hoy a través de Mi Consciencia Maternal, elevo sus almas hacia las estrellas, en donde habitan millones de soles y muchas consciencias, que viven esa confraternidad con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.

Ingresen a través de Mi Corazón hacia esa realidad y vean delante de ustedes, en los planos internos, un luminoso camino guiado por los ángeles, que los conduce hacia esas realidades sutiles, en donde están la Unidad y el Amor, como atributos principales de la Creación.

Sigan ese camino, queridos hijos, con sus mentes y corazones. Coloquen la atención en Mi Inmaculado Corazón y vean como Él abre las puertas entre las dimensiones e ingresa a sus espíritus en el Tiempo Real. Sientan cómo todo es Uno; cómo sus almas y consciencias pueden estar unidos a Dios en una perfecta armonía y silencio.

Ahora, teniendo como referencia la Luz de Mi Inmaculado Corazón que ilumina ese camino hacia los mundos sutiles, sigan a su Madre Celeste por esa senda, en compañía de sus ángeles de la guarda.

Sientan en sus pechos una gran estrella de luz, dorada y brillante, de seis puntas. Dentro de esa estrella sientan ahora, su esencia interior, su verdadero origen y existencia, lo que siempre han querido saber de ustedes mismos, en este planeta y dentro de esta humanidad.

Siéntanse limpios y puros, conducidos por la mano de su Madre Celestial, camino hacia la Fuente Primordial. Sientan cómo se elevan sus seres; cómo todo queda liviano, porque existe la vibración de la Paz, lo que siempre han buscado y tanto les ha costado encontrar.

Pero ahora que están a Mi lado, como Mis hijos, Mis orantes y Mis siervos, tómense fuerte de Mi mano maternal. Tómense de Mi manto; colóquense debajo de él, así Yo los abrazaré y los conduciré sin miedo hacia su verdadera consciencia, hacia su verdadera realidad, que habita en lo profundo de cada alma.

Sigan caminando en confianza. Vean al lado de ese camino, las rosas de luz, que se abren y despuntan a los rayos del sol. Vean cómo esas rosas son las oraciones de todos Mis hijos que crean ese puente y ese camino hacia la Fuente Primordial, en donde existe el verdadero origen y la sublime alianza entre las consciencias y Dios.

Sigan a su Madre Celeste y vean en el final de ese camino, un gran portal que se abre en su universo interior. Véanlo como un gran horizonte, como un precioso atardecer que los ilumina y los nutre completamente. Vean cómo los ángeles abren ese portal para que las almas y espíritus ingresen en la morada de los simples, de los humildes, de los que pueden ser puros en Dios.

Crucen con su Madre Celeste ese gran portal para encontrar la vivencia del amor y de la fraternidad. Háganlo, queridos hijos, por todos los que niegan a Dios, por los que están olvidados y los que están perdidos de su camino espiritual y de su origen.

Vean, a través de este portal, una gran escalera de luz al Cielo. Vean, en lo más alto de esa Escalera, en su infinito y en su horizonte, la Consciencia de Dios, nuestro amado Adonai, irradiando Su Luz y Sus códigos a toda la Creación. Elevémonos a través de esa escalera de luz.

Sigamos en confianza adelante, porque sólo los quiero llevar a la Paz, al encuentro con su verdadero ser, con su verdadera existencia, que espera emerger en estos tiempos para gobernar sus vidas y sus esencias.

Siéntanse libres, a través de Mi intercesión, de todas las energías capitales, de todos los estímulos externos, de toda la vida superficial y material. Ahora son sus almas que están a las puertas de la Casa de Dios. No teman subir esa escalera. Den los pasos porque Yo los ayudaré. Soy su Madre Celestial y sólo quiero el bien para Mis hijos, que todos puedan vivir a Dios como Yo lo vivo.

Ya estamos en lo alto de esa escalera, próximos al horizonte de Dios. Veamos delante nuestro, un gran lago de luz, en profunda quietud y silencio. Veamos ese lago de color dorado, que brilla e irradia las leyes creadoras de Dios para todas las esencias que existen más allá de este Universo.

Ahora, miren a su Madre Celestial, frente a ese lago dorado de luz y permanezcan delante de él, así como permanece su Madre Celeste, en una perfecta sintonía y unión.

Vean ahora, emerger de ese lago una gran Esfera de Luz, más brillante que el Sol. Vean cómo esa Esfera de Luz se eleva por encima de ese lago de luz y cómo los ángeles a su alrededor, entonan alabanzas y cánticos de alegría al Todopoderoso:
 

¡Elohim, Elohim, Elah!, ¡Padre, Padre, aquí estoy!
 

Y ahora, ante esa Esfera de Luz y para que Ella se aproxime a sus consciencias, alabaremos al Todopoderoso, junto a Sus ángeles y arcángeles, decretando Su Nombre a través del Kodoish melódico. Nos mantenemos en quietud.

Y vamos a recibir ahora, queridos hijos, en nuestras manos, esa parte de Dios que cada alma necesita en este planeta y en esta humanidad, para poder vivirlo, para poder sentirlo y para poder cumplir con Su divina Voluntad.

Y ahora, queridos hijos, lleven sus manos hacia el corazón. Repitamos:
 

Sagrada unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unificanos en profunda fraternidad.
Amén.

 

Veamos cómo esta gran Esfera de Luz, la Consciencia de Adonai, se recoge dentro de ese lago. Los ángeles se postran con sus cabezas al suelo para reverenciarlo, para adorarlo, para glorificarlo, al igual que su Madre Celeste, que se postra al suelo para agradecerle infinitamente.

Reverenciemos a Dios.

Y ahora queridos hijos, así como hemos llegado hacia ese lugar, así retornaremos, hacia este lugar, en donde Yo Me encuentro con ustedes, para entregarles y donarles la instrucción de la Luz.

Bajemos por esa Escalera; veamos a su derecha y a su izquierda a los ángeles del amor; sintamos su presencia mientras Yo los conduzco, en dirección hacia ese portal, por donde hemos ingresado con el alma, a través del corazón, del espíritu de cada ser.

Veamos ese portal cerca de nosotros, así como la estrella de Luz en sus pechos, más brillante que el sol, en confraternidad y devoción.

Crucemos ese portal y veamos el camino que nos conducirá hacia este lugar, en la perfecta Unidad de Dios. Sintamos a nuestro lado al ángel de la guarda, tomándolos de la mano para conducirlos hasta aquí. Veamos cómo sus almas ingresan de nuevo a sus consciencias materiales. Sientan la vibración del Creador. Ya no pueden ser los mismos, al haberlo recibido en su universo interior.

Hoy les dejo este mensaje, esta experiencia de amor por todos los que no la tienen y que no la pueden vivir en estos tiempos. Sean bienvenidos ahora, al Universo de la confraternidad.

Me he tomado este tiempo hoy, con ustedes, por todas las almas del mundo. Deseo ardientemente que sigan acompañando a su Madre Celeste, en esta Sagrada Misión de Amor y de Liberación de la humanidad.

Con la autoridad celestial del Universo y del Todopoderoso, Yo los bendigo, y consagro también a los nuevos Hijos de María, por todos los hijos que vendrán. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Damos gracias a Dios por haber permitido a su Madre Celestial visitar nuevamente Portugal para derramar Sus Gracias, el Amor y la Cura en este lugar y para todo el planeta.

Cantemos “Maravillas”, porque esto es una maravilla de Dios, en todas las almas, para estos tiempos de transición; esto es obra de la Gracia y de la Misericordia de Dios, a través de los Sagrados Corazones.

Les agradezco infinitamente. Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy el Reino de Lys se expande más allá de los bosques, se expande más allá de los lagos, llegando a los mares, a los océanos, a los ríos. Hoy el Reino de Lys demuestra su pureza a través del Reino de las Aguas, para que de esa forma les pueda ayudar a los Reinos que allí habitan, para que encuentren la paz y la redención con el auxilio de la humanidad. Hoy el Reino de Lys se extiende hasta aquí para clamar por auxilio, para que su paz toque a los corazones de los hombres y ellos reconozcan la vida superior, la verdad que habita en sus corazones y que los llama a la comunión con todos los Reinos de la Naturaleza.

Como Sagrada familia, hoy les revelamos que los Sagrados Corazones también habitan en Lys y encuentran allí la fortaleza para recorrer este mundo, para ayudar a los que más necesitan, sin perder nunca la esperanza de que el Plan de Dios se cumpla. 

Hoy el Reino de Lys se extiende a los mares y a los océanos para que los espejos de luz, que se reflejan con el Poder de Dios, con la luz del sol que proviene del universo, puedan transmutar y liberar a este planeta, sobre todo a esta parte del mundo, para que reciba un poco más de paz y tenga un tiempo para despertar, antes de que la Justicia de Dios descienda. 

Hoy, al lado del Mayor Espejo de Amor de los universos, su Madre Santísima los llama a despertar el espejo de sus corazones, unidos al Reino de Lys, para irradiar al mundo el amor que él tanto necesita. 

Contemplen, en las aguas de los mares, la pureza de su interior que muchos perdieron. Dejen que el Espejo Mayor del Corazón de María despierte a los espejos de sus corazones, para que el Reino de Lys se pueda extender también a través de sus almas, pueda encontrar en cada uno de ustedes un instrumento para llevar la paz al mundo. 

Hoy estoy delante de los mares que tanto necesitan de auxilio y que, al mismo tiempo, sustentan el planeta. Así debe ser el corazón humano que, a pesar de todo el auxilio que necesita, pueda superarse a través del amor a Dios para sustentar este planeta, en comunión con los Reinos de la Naturaleza.

El Reino de Lys se extiende hasta aquí para demostrarles cuán grandiosa es la piedad del Corazón de Dios para con el corazón humano. Y que de esa forma puedan inspirarse para transformar sus vidas en una imitación de la donación de los Reinos de la Naturaleza, en una imitación de la donación del Reino de Lys y de todos los seres de luz que allí habitan y que incansablemente sirven a la humanidad. 

Con palabras simples, busco despertarlos a una realidad superior, porque los corazones están adormecidos y, aunque expresen devoción, aún no expresaron su compromiso verdadero con Dios.

Los Mensajeros Divinos recorren Europa en este tiempo para despertar a aquellos corazones que se comprometieron con el Plan de Dios en el principio, que se comprometieron con el Reino de Lys para este momento, para cuando la Tierra más lo necesitara. Llegó la hora, hijos, de vivir ese compromiso verdadero, dejando un poco de lado las necesidades prácticas de sus vidas, aquellos pequeños problemas internos que les impiden vivir el amor; porque cosas urgentes los aguardan, situaciones planetarias que dependen del sí de la humanidad, que dependen de la adhesión del corazón humano para que la Ley de la Misericordia pueda actuar. 

Por eso, hoy vengo a su encuentro, junto al Reino de Lys, para que de esa forma reconozcan un servicio espiritual que deben despertar y cumplir en este tiempo. No les pediré nada extraordinario porque el Reino de Lys es la expresión de la simplicidad, de la humildad y de la pureza. 

Solo les pediré que ingresen por la puerta que hoy Yo les abro, dejando todos los conceptos mentales, todas las ideas humanas que cultivaron hasta hoy para que, ingresando en este Reino, reconozcan la verdad de la cual se alejaron hace tanto tiempo. 

¿Por qué será tan difícil vivir la fraternidad y la unidad unos con otros? ¿Por qué será tan difícil, hijos, para los corazones suplir la necesidad del prójimo antes que la propia? ¿Será inalcanzable para sus corazones amar y servir? ¿Será inalcanzable sentarse delante de un océano y agradecer por su existencia, contemplando su sacrificio y uniéndose a él para que sienta alivio, aliento, amparo? ¿Será imposible, inalcanzable, llegar delante de un hermano al cual le faltaron y pedirle perdón?

¿Será extraordinario, imposible, escuchar a aquellos que necesitan ser escuchados? ¿Orar con los que necesitan de la Presencia de Dios? ¿Expresar al mundo la propia fe, sin miedo a los juicios humanos? Esas son cosas simples que marcan la diferencia en la historia de la humanidad. 

Expandan el Reino de Lys difundiendo la paz, la humildad y la unidad con todos los Reinos. Expandan el Reino de Lys siendo un poco más fraternos, un poco más humanos, aquel ser humano que Dios pensó, aquel en el cual Él pone Su esperanza y del cual no desiste nunca, porque Él conoce esa verdad, aunque ella se oculte ante sus ojos. 

Dejen que el Reino de Lys toque sus corazones y sus espíritus, liberándolos del mal, liberándolos de la ilusión, para que puedan cumplir con aquel propósito que Dios tiene para ustedes desde el principio.

Imaginen un pequeño espejo de luz que se enciende delante de sus seres, delante de sus corazones. Algunos de ellos necesitan ser limpiados, purificados y liberados para que puedan tornarse instrumentos de Dios. Sientan la luz que proviene del Reino Celestial y también del Reino de Lys, y dejen que esa luz purifique sus seres, los renueve y los impulse a ser verdaderos servidores de Dios y no de sí mismos. 

Por un instante, entréguense a lo desconocido para que actúe en sus vidas, y oren Conmigo por el Reino de las Aguas, para que Lys encuentre un espacio en la esencia de esos Reinos y pueda expresarse. 

Pureza del Reino de Lys, extiéndete sobre los mares. Pureza del Reino de Lys enciende el espejo de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros y simples para la redención del planeta. Pureza del Reino de Lys extiéndete sobre el Reino de los mares. Pureza del Reino de Lys despierta a los espejos de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros para la redención de este planeta. 

Sientan la Presencia de Adonai que hoy contempla el mundo y, con Su Santo Espíritu, espera descender sobre los hombres y sobre los Reinos. Contemplen la Misericordia de Adonai. Contemplen Su infinita Luz, más brillante que un sol o que mil soles. Dejen que este intenso brillo, que proviene del Reino de Dios, limpie y purifique los espejos de sus corazones y que, a través de ellos, se irradie al mundo y a los Reinos de la Naturaleza. 

Con el corazón unido al Corazón de la Sagrada Familia, oremos a Dios:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención 
para este planeta. 
(cuatro veces)
Amén.

Ahora orarán por todos los Reinos y pedirán redención para los Reinos de la Naturaleza:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para los Reinos de la Naturaleza. 
(siete veces)
Amén.

Purifiquen sus vidas y pacifíquenlas a través de la oración. Es de esa forma simple que entrarán en el Reino de Lys y curarán aquello que les parece imposible. Hoy, hijos, solo quiero hacer de sus vidas espejos simples del Corazón de Dios, prolongamientos del Reino de Lys hacia el mundo, porque así deben ser sus servidores. 

¿Será que preferirán lo que viven en sus vidas a vivir en el Reino de Lys? ¿Preferirán la ignorancia de los hombres a vivir en la Sabiduría en el Amor de Dios? Deben preguntarse estas cosas todos los días para que avancen en la vida espiritual y para que la vida espiritual no sea para ustedes una teoría, un libro en el armario de sus casas, sino una experiencia, una vivencia que eleva a la humanidad y le permite retornar al Reino de Dios.

En la Presencia de la Santa Virgen, que los ama y los bendice incansablemente; en la Presencia del pequeño Niño Jesús que hoy les transmite Su pureza, Su bondad; consagraremos los elementos que son el símbolo de la mayor Gracia y de la infinita Misericordia que brota del Corazón de Dios; que la Humildad Divina del Creador, que se multiplica en el pan y en el vino, ingrese en sus corazones y los invite a vivir esa virtud que les abre las puertas del Cielo.

Que toda la humanidad y también los Reinos de la Naturaleza comulguen espiritualmente de este grandioso milagro de la multiplicación de Dios y que, unidos a Él en Su interior, puedan ser inspirados y guiados para volver a vivir un día la unidad con el Padre. Oremos, entonces, unidos a Dios por la conversión de los elementos, por la redención del planeta. 

Padre Nuestro (en arameo y en portugués).

Comulguen de la Presencia viva del Corazón de Dios y sigan en paz, dispuestos a unirse al sagrado Reino de Lys, por la misericordiosa Presencia de Dios entre los hombres y entre los Reinos de la Naturaleza.

Nosotros los bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz. 

Les agradezco.

 

En este momento, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús compartió el Mensaje diario transmitido por la Virgen María en este mismo día, 19 de mayo de 2017.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Solo queríamos completar que es muy especial ver en los días 19 a la Sagrada Familia reunida, cuando es posible, porque de alguna forma los códigos divinos que Ellos nos traen ingresan en nuestras consciencias y también nos renuevan a todos nosotros en este espíritu de fraternidad y de hermandad, volviendo posible, a través de nuestros esfuerzos, como dice San José, que algún día alcancemos la meta de ser una verdadera familia espiritual. 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 5, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Por los martirios soportados,
por los dolores transmutados,
por la victoriosa Misericordia alcanzada,
Cristo Redentor, libéranos de las amarras.
Amén.

Cierren sus ojos y sientan el amor de Mi Glorificado Corazón por las almas del mundo y, especialmente, por todas las almas perdidas.

Hoy les muestro en Mi Pecho, abriendo Mis Brazos y extendiendo Mis Manos, Mi Corazón Eucarístico y, debajo de Él, el Santo Cáliz del Señor, elementos sagrados, que a través del Pastor, junto a Sus ovejas, viene a renovar el misterio de la Cena Pascual.

Hoy, ante un mundo en tinieblas, en guerras y en destrucción, su amado Rey viene a renovar la Cena Pascual, para que sus corazones y almas, a través de este Sacramento, solo sientan el amor; amor que penetra en lo más profundo de la consciencia, llegando hasta las células y hasta los átomos de quien lo permite. Este es el verdadero misterio de la Santa Eucaristía, convertida en el Cuerpo y en la Sangre de su Señor.

Les pido que cierren sus ojos, para sentir las palabras del Amor de Dios, que vienen a sanar las heridas; que vienen a liberar las amarras; que vienen a renovarlos una vez más, porque el mundo lo necesita.

Hoy los invito compañeros, sacerdotes, madres y amigos, a compartir esta Cena Pascual Conmigo, con el fin de ejercer y de poder generar la reconciliación de todas las almas con Dios, con Su Divina Fuente de Gracias.

Hoy no estoy aquí con los doce apóstoles, como lo estuve en el pasado. Hoy vengo a cumplir Mi Promesa y vengo aquí, a este recinto sagrado, para estar entre las multitudes, para que todos sean partícipes de la renovación de esta Cena Pascual, concedida por obra y gracia del Espíritu Santo. Es este Santo Espíritu de Dios ha hecho aproximar a su Maestro y Señor, para que Él pudiera contemplar su fe y no sus pecados; para que Él pudiera reencender la llama de amor en todos los corazones que así lo acepten.

Este Corazón Eucarístico, que aquí hoy resplandece, viene a irradiar la paz para el mundo. Este es el mayor símbolo de unidad entre los hombres y Dios, entre el Cielo y la Tierra, entre los ángeles y las almas. Felices serán por siempre los que vienen aquí, a celebrar Conmigo la renovación de esta Cena Pascual.

Esta Comunión que hoy ofreceré para ustedes, brotará de lo más íntimo de Mi Espíritu. Por eso, compañeros, no pierdan la oportunidad y la Gracia de poder beber de este misterio de Amor que brota de Mi Corazón Eucarístico, hoy expuesto desde el Universo Celestial para todo el planeta, para todas las razas y para todos los pueblos del mundo.

Hoy llamo, en los planos internos, a todas las tribus de Israel, de Oriente a Occidente, desde el Norte hasta el Sur. Los llamo a todos, a todas las ovejas, para que vengan a participar de esta Cena, de esta Comunión espiritual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Muchas de las cosas que se cuentan sobre la última Cena son ciertas, pero muy pocos saben lo que verdaderamente sucedió en aquel tiempo, cuando Yo reuní a Mis apóstoles para que pudieran adorar a Mi Corazón Eucarístico, en la presencia del Padre, de la primera Persona de la Santísima Trinidad.

Es eso mismo que hoy les traigo hasta aquí y expongo ante sus ojos internos, porque son sus corazones los que deben beber de la Fuente de este misterio. No hay pecado, no hay dolor ni tampoco angustia que pueda prevalecer mientras estoy presente aquí, renovando esta Cena Pascual en cada uno de sus corazones y especialmente en sus almas, las que hoy vengo a curar de muchas enfermedades internas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nuestro Señor se está arrodillando.

 

Preguntarán ¿por qué hago esto? ¿Acaso Dios no es más fuerte que todos los hombres? Santa sea Su Humildad y Misericordia que viene a entregar a Su pequeño Hijo, para que las almas se puedan salvar, antes que la puerta de la Misericordia se cierre en el mundo.

Ustedes, hoy, en esta Cena Pascual junto a Mí, serán testigos de este legado espiritual que hoy entrego a sus espíritus; el cual se revelará como un sentimiento, como una verdad, como un talento y un don en el fin de estos tiempos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Ahora Nuestro Señor está elevando Sus Ojos a lo Alto. Extendiendo Sus Brazos y Sus Manos hacia lo Alto, aún expone, con más fuerza y poder, Su Corazón Eucarístico. Está invocando a los Universos Celestiales. 

 

"Adonai, no mires la injusticia de la humanidad; no mires los errores, las indiferencias y los ultrajes, los sacrilegios y el orgullo de los hombres.

Adonai, abre la puerta de Tu Corazón para que todas las almas ingresen en Tu Fuente de Amor.

Hoy Me ofrezco, Padre Mío, por la dolorosa pasión vivida, por el sacrificio de la Cruz, por cada uno de los presentes que representan a muchas almas más en el mundo.

Adonai, que cada una de ellas pueda ser testigo del Amor que Yo les entrego; Amor que proviene de Tu Corazón Santo, de Tu Gloria y del poder de Tu Gracia.

Hoy ofrezco, Padre Mío, la sublime compasión de Mi Corazón, aquella que estuvo viva y pulsante en los momentos de Mi mayor agonía.

Vengo a renovar en toda iglesia de la Tierra y en todos los cristianos del mundo, ésta, Tu Sagrada Cena Pascual. Que los ángeles desciendan de Tu Gloria para ofrecer el Sacramento de la Reconciliación y la confirmación de las almas, al Plan de Redención".
 

Dios habla con los más simples de corazón. Imiten Mi Corazón simple y siempre serán portadores de la paz.

Renovemos ahora el Sacramento del altar, para que las almas beban de la Fuente y ninguna se quede atrás. Que todos tengan la oportunidad de cristificarse en algún momento de sus vidas.

Quiero que nazcan los Nuevos Cristos, siervos predilectos de Mi Corazón. Quiero que despierten los dones y que los talentos se muestren para honrar y glorificar al Creador. Si esto sucede así, gran parte de la humanidad se salvará y muchos no deberán sufrir el caos de estos tiempos.

Con esta renovación de la Cena Pascual, compañeros, su Maestro y Señor, Siervo del Altísimo, viene a renovar la última Cena para hacerles recordar el misterio que viví en aquellos tiempos y con el fin primordial de apartar las fuerzas del caos de este planeta, con la sagrada intercesión de San Miguel Arcángel.

Estén atentos a esta ceremonia, porque Cielo y Tierra pasarán; Mis Palabras quedarán en los corazones humildes, en aquellos que acepten ser lavados por el Agua de Vida.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres pueden aproximarse, por favor.

Los que sientan pueden sentarse.

Nos estamos preparando en este momento, para comulgar con Universo Celestial y poder revivir la última Cena de Nuestro Señor.

 

Yo traeré aquí, compañeros, lo que viví con Mis apóstoles en el pasado para que puedan revivir los códigos de Mi Pasión, profundamente permeados por la esencia del Amor y de la Divina Compasión.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Colocamos las palmas de nuestras manos hacia arriba, en señal de recepción, mientras Nuestro Señor prepara esta Cena.

Que el Señor santifique estos elementos, a través de las manos de todos Sus ángeles, para que la materia se transforme en un divino instrumento de Dios. Que así sea.

 

El agua, que es nuevamente bendecida, recibe más fuerza y poder para transubstanciar todas las partículas de la vida material.

En aquel tiempo, su Señor pidió a Sus apóstoles que colocaran en la mesa varias jarras de agua, para que después de haber lavado sus pies, antes de sentarse a la mesa para comulgar del Cordero Pascual, sus manos estuvieran purificadas, así como sus almas.

Mientras las almas Me sirven, para que Mi Gracia sea posible en todos, entren en oración interior para poder sentir aún más al Maestro, en esta Sagrada Cena.

En cuanto su Maestro y Señor estaba con los apóstoles, y con muchos más reunidos en el plano del espíritu, para celebrar este misterio pascual, en donde la Misericordia vencería a la muerte y todos los pecados del mundo, las santas mujeres, siervas predilectas de María Santísima, también estaban en comunión, en adoración y en oración, esperando por la Pasión de su Esposo Celestial para así poder acompañarlo en esta tarea de emanación del Amor Universal hacia todo el planeta, por medio del sacrificio de su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres podrían hacer una fila y aproximarse.

 

Que esta luz sea testigo de Mi retorno al mundo. Que el amor nunca se apague. Que la confianza sea eterna, para que los corazones escuchen a su Señor y encuentren en todo el Amor que siempre vence, sin dejar de contemplar las necesidades de las almas; porque los corazones son frágiles y necesitan de refugio para que puedan vivir su cura, en este tiempo de redención.

Es necesario construir una nueva Tierra, llena de corazones puros que puedan vivificar a su Señor, y así alabarlo por siempre, porque en todo está el Amor que busca encenderse en las almas cuando los corazones abren las puertas para poder reconocer la paz.

Todos deben curarse para liberar sus miedos y formas, y encontrar consuelo cuando se lo piden a su Señor, porque Él es más que una llama; Él es un Sol, que todo alumbra.

Después que las santas mujeres encendieron sus velas para vigilar en oración los misterios de la Pasión de su Señor, ellas estaban atentas a todo lo que les decía Mi Madre María.

Por otra parte, en el sagrado Cenáculo, su Señor y Rey, sintiendo aproximarse Su Pasión, con un semblante de paz y una mirada de Misericordia por el mundo, comenzó a lavar las manos de Sus compañeros para que fueran dignos de este misterio pascual.

Yo lavaba para purificar y hacer renacer a los corazones.

Lavaba para cicatrizar y también para renovar la esperanza de todos los que creían en Mí.

Lavaba para pacificar y disolver los miedos de todas las consciencias.

Lavaba para santificar a todas las almas a través del Amor que Dios hacía emanar de Mi Corazón.

Lavaba para hacer más humildes a los humildes, porque son portadores del Reino Celestial.

Lavaba para que ellos alabaran a Dios a través de Su Hijo, viviendo con Él los misterios de Su Pasión.

Lavaba para que aprendieran a instruir, difundiendo la buena nueva en todos los que precisarían reconstruir sus caminos de luz.

Lavaba para revivir, en cada corazón, el Amor del Padre.

Lavaba para aliviar a los corazones de sus profundas heridas y de sus miedos más internos.

Lavaba para que imitaran Mi ejemplo de la sagrada humildad ante sus semejantes.

Lavaba para que ellos aprendieran a traer el universo hacia este planeta.

Lavaba para poder redimir los profundos aspectos de la consciencia.

Lavaba para despertar los talentos en aquellos que Me escuchaban de corazón.

Lavaba para que ellos fueran alegres y semejantes a su Redentor.

Lavaba para despertar en cada apóstol el mensaje de Dios.

También lavaba las manos para cicatrizar lo que todos desconocen.

Lavaba para despertar la renuncia de todos los que Me seguirían.

Lavaba, solo lavaba las manos, para demostrar el poder de Mi Silencio.

Lavaba para aquellos que debían conocer Mi Santa Iglesia.

Lavaba para liberar todas las angustias, para que todos fueran merecedores y dignos hijos de Dios.

Lavaba para que ellos llevaran Mi mensaje al mundo, como ejemplos de amor y de verdad.

Y a algunos les daba Mis Llagas para que las revivieran espiritualmente, para que fueran vigilantes y guardianes de Mi Plan hasta el fin de los días, y así reconocieran Quién era su único Amor.

Cerraba las puertas a los que se podrían perder, y encontraba, en los que Me seguían, los caminos de la oportunidad de amar.

Llegó el momento esperado, en el que todos, sentados alrededor de la mesa del Señor, se ofrecieron por la humanidad para vivir junto a su Maestro este sacrificio.

Escuchando las Palabras solemnes de Mi Corazón, colocaron sus manos sobre la mesa, en perfecta receptividad a la Voz amorosa de su Señor. Y sintieron, en nombre de la humanidad y del poder de este sacrificio de amor, el descenso de los ángeles y arcángeles del Cielo.

Jerusalén estaba recogida, en una noche de gran silencio y de gran expectativa, en la que el Hijo del Hombre, después de celebrar Su Cena con aquellos a los cuales Él había llamado, para proclamar la Palabra de Dios. Ellos escucharon en sus corazones y observaron y contemplaron, con sus almas, la realización de este sagrado misterio a través de la Cena Pascual.

Y las santas mujeres, en un profundo éxtasis y entrega, postradas en el suelo, vivían esta Comunión espiritual con su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres se pueden arrodillar y todos aquellos que lo sientan también.

 

Es así que, abriendo las puertas del universo, el arcángel Miguel presenció la revelación de este misterio, en donde el amor sería la premisa para generar la salvación y la redención de la humanidad.

Después de que la mesa fue santificada por el incienso y por el agua, Nuestro Señor les pidió a los primeros Sacerdotes, los que serían precursores de Su Santa Iglesia Celestial, que acercaran a su Señor, un aceite.

Y así, María Santísima, compenetrada por este misterio de amor y viviendo en Su propia carne, en Su propio espíritu, la Pasión de Su Hijo, Su Señor, también hizo lo mismo.

Su Señor tomó entre Sus Manos este aceite, así como lo hizo Su Sierva fiel. Pidió que los ángeles lo santificaran y lo consagraran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y María señaló a Sus discípulas con una cruz en la frente, para que también ellas fuesen testigos del principio y del surgimiento de una Nueva Humanidad, despierta, activa y solemne, por medio de los cristos internos de cada corazón y de cada alma.

De esa forma, el Padre instituía, a través de Su Santo Hijo y de Su Santa Madre, la primera legión de discípulas que serían las guardianas de los signos de la Pasión de Nuestro Señor.

Las santas mujeres se comprometieron, en aquel tiempo, a padecer por su Señor con el fin de aliviar todos Sus dolores y ultrajes hasta el fin de sus días.

Mientras Jesús revelaba el misterio de esta última Cena, pidió a Sus apóstoles, y a todos los seres internos que allí se encontraban, que con el santo aceite consagrado por Miguel Arcángel se hicieran una señal de la Cruz en su frente, para confirmar la confianza en este misterio de Amor de la Sagrada Pasión de su Señor y en poder ser portavoces de Su Evangelio en el mundo.

Después que todos fueron señalados con la energía de San Miguel, el Señor continuó con la ceremonia. Tomó el pan sin levadura y elevando Sus Ojos al Cielo, su Señor imploró a Su Padre, lo bendijo y este elemento se convirtió en el Cuerpo de Cristo; hoy bendecido por Mi Corazón Eucarístico. Partió el pan y los ángeles se postraron, aún más en el suelo, cuando Nuestro Señor instituyó por primera vez la Eucaristía con el fin de vencer en el Amor para liberar del mal a este planeta.

Él dijo a Sus apóstoles: "Coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los pecadores para la salvación del mundo y de todas las razas del planeta".

Juan y Pedro se desmayaron al sentir tanto Amor del Señor. Y la Santa Madre recibió el Cuerpo de Su Hijo, así como las santas mujeres, que confirmaron la Pasión de su Señor.

Después de que todos comulgaron, retornaron el pan a la cesta y preciosamente fue cubierto, para proteger el Santo Cuerpo de su Señor.

Jesús le pidió a Sus apóstoles que vertieran el vino en los cálices. Le pidió a Juan que aproximara el agua, pues Su Sangre y Agua sería derramada sobre el mundo.

En ese momento, su Señor pidió que elevaran los pequeños cálices al Cielo, como representación del ejercicio que su Maestro realizaba. Y a todos los ángeles del Cielo les pidió que convirtieran el vino en Su Sangre.

Después de esta bendición, se manifestó el primer paso de la Misericordia de Dios, a través de su Redentor.

Colocando el Cáliz cerca de Su Corazón, les dijo a Sus apóstoles: "Tomen todos de Él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza entre los pacificadores y Dios".

Del mismo modo, la Santa Madre, en comunión espiritual, recibió de San Miguel Arcángel la Divina Sangre de Su Hijo. Y las santas mujeres, en un profundo gozo, se postraron al recibir la Santa Alianza de su Señor.

Del mismo modo, el Santo Cuerpo y la Divina Sangre llegaron hasta José de Arimatea. Y todos tomaron de lo que restaba.

De esta forma, se constituía y se confirmaba, a través del Cuerpo y de la Sangre de su Señor, el perdón concedido por el Padre para esta humanidad.

Que hoy todos se alegren, porque han recibido la primera Comunión espiritual con su Soberano Rey.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canción: "Pater Noster".

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 3, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Mi Dios, 
yo creo en Ti, yo te adoro,
yo te espero y yo te amo.

Y te pido perdón,
por los que no creen en Ti,
no te adoran, no te esperan
y no te aman. 

Amén.

 

Hijos de Mi Padre, escuchen bien lo que les diré:

Aquí está presente el testimonio de Mi Amor vivo por ustedes. Dichosos los que lo contemplan de corazón porque merecerán la vida eterna.

Escuchen, tribus de Israel, hoy extendidas por toda la Tierra. Escuchen, pueblos de Oriente. Escuchen, pueblos de Occidente, que Mi Voz resuena en los cuatro puntos de la Tierra.

Escuchen a su Señor, que está declarando a la humanidad el último tiempo de Su Misericordia.

Levanten las banderas de la paz entre todas las naciones de la Tierra. Enciendan en sus corazones la llama de la pacificación. Que entre hermanos se reconcilien. Que entre las tribus se unifiquen y que todos sean exaltados por la venida del Hijo de Dios.

Aquí está el testimonio de Mi Amor por ustedes, hecho Cuerpo y Sangre, para la reconciliación de la humanidad con Dios. Dichosos son los que lo contemplan en la Adoración y en la Comunión.

Escuchen Mi Voz, tribus de Israel. El Señor Todopoderoso está enviando a Su Hijo por segunda vez. Dichosos de los que creen en Sus Palabras, porque sus ojos se abrirán para poder verlo, cuando Él llegue en el momento menos esperado, glorioso y sublime entre las nubes, anunciando al mundo el fin del dolor y el resurgimiento de la esperanza en los corazones.

Tribus de Israel, hijos de David, ya no se opongan los unos a los otros. Que las naciones ya no se levanten las unas contra las otras. Mucha sangre inocente está siendo vertida en el mundo.

Hoy vengo aquí por Mi amada Tierra Santa, por Egipto, por Eritrea, por Sudán, por Siria, por Turquía y por Grecia. Que escuche la humanidad la Palabra de Dios, mientras los ángeles se postran ante la Divinidad del Hijo de Dios.

Resígnense por aquellos que no lo hacen. Humíllense por aquellos que no se humillan ante Dios. Que escuchen la Palabra de Dios, todos los corazones. Que escuchen la Palabra del Hijo del Padre, impregnada por Su Divina Misericordia y por Su profunda Piedad.

Que se unan las lenguas y los pueblos. Que ya no existan las fronteras ni las barreras. Que cada uno acoja a su hermano y semejante, para que el Reino de Dios los guíe en esta hora sangrienta de la humanidad.

Sean bendecidos los presentes por Nuestro Padre Abba. Sean bendecidos los que no son bendecidos. Que reciban del Corazón del Hijo de Dios el aliento para retornar a la esperanza, la alegría para seguir viviendo, la cura para sanar sus heridas más profundas.

Quiero que escuchen la voz de Aquel que estuvo entre ustedes como Hermano y que, nuevamente en esta semana, vuelve a verter Su Sangre Espiritual sobre el mundo, para que la Justicia Divina no descienda sobre gran parte de la humanidad.

Quisiera que hoy sus corazones, ante la adoración de Mi Cuerpo Eucarístico, terafín universal de todas las humanidades, ustedes pudieran asumir con consciencia y de corazón a las naciones del mundo que sufren su propia agonía. En esta Sagrada Semana ofrezcan, amigos Míos, Mis siete agonías por Egipto, Eritrea, Sudán, Nigeria, Israel, Grecia y Siria. Yo dejé en aquel lugar un tesoro para el mundo que muchos aún están buscando en su peregrinación de fe.

Pero vengo aquí a Sudamérica para demostrarles la omnipresencia del Hijo del Altísimo porque, en Su omnipresencia, Él ama a Sus criaturas en la esencia de sus espíritus y almas, constituidas por la molécula del Amor de Dios desde el principio de su existencia.

Hoy no solo quiero que sean corazones sinceros, sino fieles a Mi Llamado. Estoy abriendo las puertas para que ingresen a las nuevas escuelas que Mi Corazón les ofrece, en Su inmensidad e infinidad.

Hoy siete adoradores, de esta Orden que Yo he constituido, ofrecerán a Su Señor, a Su Santísimo Esposo Eucarístico, la llama de sus corazones, encendiendo una vela a los pies de este Santísimo. Y lo harán por cada una de las naciones que Yo he nombrado, que sufren el terror y la pérdida inmensa de Mi Divina Misericordia.

Las espero para poder continuar. Mantengan su atención en el Santísimo Sacramento del Altar, porque Mi Cuerpo Eucarístico y Mi Divinidad están presentes, trabajando con el mundo entero.

Entonen esa canción, mientras espero.

Y así, Yo les encomiendo, queridas hijas, que oren, al igual que muchos más, por cada una de las naciones que les he nombrado, las cuales son parte del dolor de Mi Corazón, en esta Sagrada Pasión que en este tiempo estoy compartiendo con todos ustedes.

Alivien la agonía de Mi Corazón para que, pudiendo salir de sí, se unan a Mí como tantos siervos Míos para clamar por esta raza que está perdiendo su Proyecto. Pero Mi Divina Misericordia supera todas esas cosas cuando sus corazones se unen a Mí en constancia y fe y, a pesar de lo que suceda, responden a Mi Corazón misericordioso, para que Yo pueda ser Misericordia en ustedes, y ustedes sean Misericordia en el mundo que está sufriendo muchísimo.

A todas Mis hijas y Mis hijos adoradores, hoy les entrego el mayor tesoro de Mi Consciencia que es la Comunión espiritual de su Maestro y Señor. Porque cada vez que adoren al Santísimo Señor, en el silencio de sus espíritus, deben saber que estarán comulgando plenamente todos los días Conmigo, hasta que se pueda cumplir Mi Plan de Paz.

Los ángeles, al igual que ustedes, criaturas semejantes a Dios, tienen en sí el potencial de divinizar las cosas cuando aman profundamente y con confianza.

Les pido a todos Mis siervos, consagrados o no como adoradores, que cada día más se animen a penetrar en este misterio, en este terafín y en este símbolo, que los elevará en humildad, renuncia y sacrificio por todo lo que su Maestro desea cumplir en el mundo.

Hoy, a cada uno de ustedes, compañeros, los tomo de la mano para que acompañen a su Señor en esta agonía, que ve suceder en el mundo, día tras día, y que no se detiene. Pero el Poder de Dios es más fuerte que todos los hombres y que todas las naciones.

¡Ay de aquellos que hacen el mal a sus hermanos! En el día de Mi venida al mundo Me temerán por tanto Amor que Yo emanaré para todos los confines de la Tierra, hasta que surja la nueva humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nos ponemos de pie.

 

Hijos de Mi Padre, reverencien a Aquel que viene entre las nubes trayendo el Amor de Dios y la Misericordia, y haciéndola viva en todos los que confían en Su Sacratísimo Corazón.

Yo estoy aquí para estar cerca de ustedes y no separarme jamás, porque lo que Yo tengo para cada uno es eterno.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos.

 

Mientras preparo el altar, para bendecir el agua que bautizará a las almas en el Espíritu Santo, unámonos en este momento a la Fuente del Amor de Dios, que es la que santifica a las consciencias que se unen para vivir en sus esencias estos sacramentos, en representación de muchas almas más.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor se está preparando para vivir el momento más doloroso de Su Pasión por la humanidad. Y ustedes deben ser sacramentados para poder acompañarlo en este camino de búsqueda incesante de Su Corazón.

 

"Señor, exorciza este incienso para que sea tan sublime como los ángeles del Cielo, que liberan de las fuerzas del mal a todas las criaturas de la Tierra.

Padre Eterno, bendice esta agua, para que sea más casta y más pura, y sea tan bendita así como Tú lo eres en el Universo.

Amado Padre, bendice estas velas para que sean Luz Divina en el mundo, así como Tú te hiciste Luz y expansión de Consciencia en todo lo creado. Amén.

Señor, Adonai y Padre Altísimo, Tú que creaste el agua para generar la vida en las consciencias; Tú que hiciste nacer este elemento para que todos pudieran aspirar a encontrar Tu sublime castidad; Tú que has dado este elemento a todos los planetas y estrellas para que esta agua se comportara como una fuente de cura y reparación de todas las heridas que Tus criaturas vivirían a través de los tiempos, haz que ella espeje Tu Amor en aquellos que serán sacramentados en este día. Haz, Señor, que ella, en su castidad y esencia, expurgue, purifique y limpie lo impuro para que cada corazón que será santificado, encuentre la cura, la renovación y la paz. Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aquí, en este momento, Adonai y a través de estos elementos que son parte de los humildes que aran la tierra para que nazca el trigo y de los que cosechan la vid para nutrir sus cuerpos, hoy Me vuelvo a entregar a Ti, Señor, tan pequeño, humilde e insignificante entre Tus hijos, para que a través de esta transustanciación, los corazones encuentren refugio en Mi Espíritu.

Elevo Señor, esta ofrenda, Adonai, Emmanuel, Abba, a los pies de Tu altar para que sea derramada Tu Gracia en Mí, y Mi Gracia sea en ellos, en todos los que sufren y padecen las guerras. Que así sea".

Y hoy también pediré una canción, compañeros, para poder elevarla a Dios, clamando por esta Misericordia para la humanidad; una canción que representa el amor a la Palabra de la Jerarquía Universal y Celestial, porque Mi Palabra es como el agua que quita la sed. "Mi Palabra es agua viva".

Les agradezco por estar en Mí y por permitir que Yo esté en ustedes.

Oremos un Padre Nuestro por todo el planeta.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor. Amén.
 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos Míos:

Hoy, dejo entre sus manos el Sagrado Relicario del Castísimo Corazón de San José, como ofrenda de Mi Celestial Esposo y en agradecimiento por todo lo que, hasta hoy, ha sido amorosamente manifestado.

Este Sagrado Relicario de San José será su instrumento de batalla contra la indiferencia humana y será el impulso hacia una continua fraternidad entre los seres. Porque en este Sagrado Relicario se encuentra el Divino Corazón de San José, honrado por los ángeles del Cielo como modelo espiritual por su santidad, humildad y servicio.

Que este Sagrado Relicario de San José, que hoy, deposito en sus manos, los motive al despertar continuo del servicio incondicional, para que nuevas almas abracen esta propuesta. Que a través del Castísimo Corazón, vivan el servicio al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza, construyendo y regenerando toda la humanidad.

Este Sagrado Relicario, que hoy les presenta Su Madre Celeste, es la reliquia fundamental que San José constituyó cuando Él ingresó, en humildad, al Reino de los Cielos. Fue este Sagrado Relicario del Corazón de San José lo que el Padre Eterno recibió de Su fiel servidor, después de que Él se elevó a los Cielos en alma y en espíritu.

San José aportó al universo, como miembro de la humanidad, el ejemplo vivo del amor al conocimiento y a la instrucción. San José fue considerado por Adonai el guardián de las almas, y este Sagrado Relicario representa para la raza humana, la posibilidad de imitar un ejemplo humano transformado, como lo fue el Castísimo Corazón de San José.

Este Sagrado Relicario que hoy el universo les presenta, es el símbolo espiritual para las almas, de que en la Tierra es posible vivir la transformación humana y la redención.

Que este Sagrado Relicario, amorosamente ofrecido por San José al Divino Padre, represente a partir de hoy el símbolo de la persistencia y de la fe ante toda condición humana y materialista.

Este Sagrado Relicario quedará espiritualmente depositado y expuesto en la contraparte espiritual de la Casa del Peregrino, para que todas las almas del mundo que aquí llegarán, encuentren por medio de la oración a este sagrado terafín que hoy, el Casto Corazón a través de la Inmaculada Madre, les dona.

Que este sagrado terafín sea trabajado todos los días 19 que vendrán, por las almas misioneras y orantes, con el fin de que en estos tiempos sean reparados los graves ultrajes por las guerras en el mundo, por la explotación de los niños, por la venta de las mujeres en las calles, por la soledad de los enfermos, por la muerte de los inocentes y por la destrucción nociva de los Reinos Mineral, Vegetal, Animal y Dévico.

Que este terafín sea el puente de comunicación de todos con Dios; y así, Él no derramará Justicia, sino pura e infinita Misericordia.

Les agradezco por responder a San José, porque estos últimos cuatro años de trabajo permitieron esta Gracia que Su Madre Celeste hoy les trae.

Los ama, en unión al Amor de San José,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE OKLAHOMA, ESTADO DE OKLAHOMA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el Búfalo Blanco surgía de repente en el horizonte, caminando con serenidad ante los ojos de los puros, era señal de prosperidad y de esperanza. Su boca no hablaba, su idioma no era conocido por los hombres. Su silencio transmitía la Voluntad de Dios; su lenguaje era comprendido con el corazón por aquellos que sabían guardar silencio.

Cuando la tristeza inundaba los corazones de los hombres, ellos clamaban por la gracia de ver y sentir al Búfalo Blanco. Su serenidad los calmaba y sentían la esperanza de que la Tierra continuara fértil, viva y sagrada.

Cuando el corazón de los hijos de la Tierra no estaba pleno de amor y de alegría, ellos clamaban por el Búfalo Blanco. Su alegría y su amor no provenían de este mundo, pero lo nutrían y lo sanaban. Él surgía en el horizonte y representaba la llegada de nuevos ciclos, donde la vida tendría un sentido mayor, pues la tierra sería fecunda y el corazón también.

El Búfalo Blanco era el Santo Espíritu de la Tierra, que silencioso caminaba entre los hombres. El venía a disolver el miedo, la angustia y la tristeza; venía a unir los corazones de los hijos de la Tierra con Aquel que la creó y que también creó todos los planetas; creó el Sol, la Luna y toda la Vida.

El Búfalo Blanco era el portador de la pureza y reencendía la pureza en los corazones de los hijos de la Tierra, para que no perdieran la esperanza de un mundo en paz y en comunión con la Vida.

El Búfalo Blanco era manso pero invencible. Nada podía tocarlo y solo los ojos del corazón podían verlo. Su misterio provenía del Infinito, pese a que su apariencia era de la Tierra. Se volvía menor que los hombres a través del símbolo vivo de un simple animal, pero él representaba al Todo. En él estaban los pequeños y los grandes, desde los animales al Dios Supremo, desde la naturaleza al Todo.

El Búfalo Blanco daba a comprender, de esta forma, que Dios está en todo.

Yo soy el Búfalo Blanco, el Espíritu de la Tierra, el Espíritu de la Vida.

Yo soy la representación de los ciclos fecundos, de los ciclos de Paz.

En Mi presencia se disuelven la desesperanza y el miedo, y los corazones vuelven a encontrar la fe y el amor de Dios.

Yo soy, hijos Míos, la Madre de la Tierra y también del Cielo. Los hijos de la Tierra nacieron en ella, pero no provienen de ella. Sus espíritus provienen de Mí; nacieron de la Fuente Universal de la Vida, resguardados por el brillo de las estrellas que resplandecen en el Infinito, abrazados por la maternidad de Dios, Adonai.

Vengo al mundo para que recobren la pureza y la esperanza, para que curen el miedo y el dolor y para que vuelva a brillar en sus esencias la certeza de poder vivir en la Tierra lo sagrado, la unidad con la Creación.

Estoy aquí, hijos amados, esta vez semejante a los hombres, en un cuerpo como los suyos y con un Corazón Divino, para que reencuentren dentro de sí mismos lo que los une al Creador y los convierte en un espejo de Su Sacratísimo Corazón.

Vine a reflejar en sus espíritus lo sagrado y lo divino.

Aparezco en el horizonte, en silencio, trayendo de nuevo la Paz. Aparezco en este día de un nuevo ciclo, en representación de un ciclo fecundo en la vida del espíritu.

Quiero fortalecer sus corazones y construir en ustedes los nuevos jardines de la vida.

Quiero hacer nacer al nuevo hombre, recobrando la pureza y la dignidad de la consciencia indígena.

Vengo a traer la gracia de la unión con el Origen para los llamados pueblos originarios; para que de esta forma, todos los corazones humanos vuelvan a encender en su interior la pureza del principio, la unidad original con el Corazón de Dios.

Que sus vidas sean fecundas en el amor, ante el Búfalo Blanco.

Recuperen la paz, la alegría y la esperanza, disolviendo del espíritu el mal que causa las guerras y degenera los corazones.

Que la unidad del Espíritu de Dios les traiga la sabiduría, les disuelva la ignorancia que separa a los hombres entre sí y del Todo, que los hace morir estando en vida.

Yo soy el Búfalo Blanco, su Madre y Madre de toda la Creación. Vengo a bendecirlos, a abrazarlos y a hacerles recordar que el Creador tiene una voluntad perfecta para Sus hijos. Solo basta, Mis amados, que contemplen en el horizonte de sus mundos internos la presencia del Búfalo Blanco y se dejen permear por su silencio y mansedumbre, para que su amor vuelva a transformar y a fecundar sus vidas.

Los amo y los guardo en Mi Corazón de Amor.

Su Madre, María, Rosa de la Paz y Madre de toda la Vida

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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