Jueves, 5 de octubre de 2017

Maratón de la Divina Misericordia
Mensaje de Cristo Jesús para la 51ª Maratón de la Divina Misericordia, en la Ciudad de Santa Fe, Argentina, transmitida al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Cuando cantan de verdad para Mí, Mi Corazón siente un alivio inexplicable, algo muy inconmensurable que es generado por todas las almas.

Me alegra poder posar Mis Pies en esta nación y reencontrar amigos de otrora, que aún sustentan con sus manos Mi estandarte de la paz, para que en esta parte del planeta pueda seguir triunfando el Amor de Mi Corazón, aunque sea vivido por muy pocos.

Si hace más de dos mil años atrás Yo pude salvar la mundo con doce apóstoles, ¿qué podré hacer con más de doce? 

Hoy ustedes son más de doce y aquí hay presentes muchas almas en los planos internos, que necesitan del Fuego de Mi Amor y de Mi Misericordia.

Necesito que ingresen a Mi Corazón en este día y que puedan compartir Conmigo, en esta simple comunión con Mi Espíritu y con Mi Divinidad, el regocijo que siente su Maestro y Rey al estar tan cerca de ustedes, para poder traerles la paz que deberá ser la base en estos tiempos para la construcción de una Nueva Humanidad.

Yo vengo desde la Fuente de Dios hacia su encuentro. 

Vengo desde un lugar en donde todo es perfecto, en donde las sutiles dimensiones vibran, en donde lo arcángeles de Dios trabajan para traer hacia estos universos el amado Proyecto de Dios; el que en esta fase, en esta última parte del tiempo final, debe concretarse en la superficie con la colaboración inmediata de sus almas, por la constancia inmediata de sus oraciones, por todas las obras de bien y de paz que puedan realizar.

Es así que Yo Me encuentro en cada detalle, como en cada nuevo servicio que sus manos puedan prestar por esta humanidad y por este planeta.

A través de sus actos de caridad y de servicio es que Yo puedo traer los nuevos códigos para este planeta, y sus almas y espíritus se pueden abrir a Mi Fuente, para recibir en su interior todos los códigos que renovarán a esta humanidad, aunque ella viva su transición y su purificación en este tiempo.

Hoy veo cada detalle que han realizado con mucho amor y eso también ennoblece Mi Espíritu, porque a través de cada detalle y de cada oferta, también Mi Consciencia se puede expresar en esta humanidad, y más almas pueden ser partícipes de Mi Misericordia, aunque en este momento no la merezcan.

Vengo a caminar a su lado en este tiempo definitivo.

Vengo a estar con ustedes y con el mundo para que no se sientan solos, aunque la humanidad tampoco lo merezca.

Vengo por aquellos que están sufriendo y están necesitando, en sus experiencias de vida, la renovación de sus espíritus y almas; para que sus corazones y el corazón de sus hermanos se puedan sentir más valientes al seguir atravesando este tiempo final, que los llevará hacia Mi reencuentro, a estar Conmigo por toda la eternidad.

Nunca pierdan esa aspiración, compañeros. 

Nunca dejen de buscar por medio de esa aspiración, la unión esencial Conmigo y con Mi Consciencia. Eso los ayudará en su purificación y también abrirá las puertas para que nuevas Gracias puedan llegar al mundo y ser depositadas en muchos más corazones.

He venido a Santa Fe para renovar el Sacramento de la Fe con Dios, porque será su fe inquebrantable en Mí, la que hará posible todas las cosas y que puedan caminar en estos tiempos hacia Mí, sin perderme de vista, en ningún momento.

Y ahora que en esta tarde una Gracia especial se aproxima, en donde su Maestro y Rey abre las puertas para iniciar esta caminata por toda la Argentina, vengo a preparar sus corazones para nuevos acontecimientos, para nuevas misiones que harán de este pueblo, un pueblo rescatable, redimible y que podrá convertirse por el servicio permanente, por el don de la caridad que brota de sus corazones, hace ya bastante tiempo.

El mundo está necesitado de almas buenas para que muchas más consciencias se puedan curar.

Por eso Yo los impulso, compañeros, a tener el espíritu del servicio en Argentina como algo primordial, porque eso también se irradiará para otras naciones del mundo que también deben despertar al espíritu incondicional de la entrega y del servicio por los semejantes.

Es así que también Mi Obra se puede expandir en el mundo, cuando las almas se abren para recibir el Espíritu de Mi Amor y así, poder renovar todas las cosas.

En todos los lugares que vayan, por todos los lugares que caminen, Mi Espíritu siempre estará presente y eso los tornará invencibles portadores de Mi Amor y de Mi Divina Misericordia.

No habrá nada que impida, compañeros, lo que ustedes deberán hacer por Mí en este tiempo, porque cuando sus almas se deciden a dar el paso, como lo han dado de forma simple y pequeña, muchas más cosas pueden suceder,  como esta Gracia de que los Sagrados Corazones estén aquí en la Argentina, para renovarlos nuevamente, bajo el gozo de Mi Espíritu.

Es por esta causa mayor, que hoy aproximo a sus consciencias, que vengo a vivenciar con ustedes los Sacramentos, para que en nombre de muchas más almas sus pies puedan ser lavados, sus almas puedan ser bautizadas y sus cuerpos puedan ser ungidos, para recibir liberación, cura y redención.

Hoy quiero entregarles este mensaje, el que hasta ahora les he dicho como un primer impulso de Mi Espíritu para con ustedes, porque la Jerarquía debe trabajar gradualmente con sus almas, para que ellas puedan mostrar los frutos y así, donarlos a Dios en el espíritu del eterno servicio.

Entre los ángeles que hoy Me acompañan en esta ceremonia de apertura, se encuentra en el Cielo el ángel de Argentina, el que a partir de hoy formará parte consciente de sus vidas y ustedes formarán parte de Su ejército, para que el Arcángel Rafael conceda la cura de las consciencias, la redención de los corazones en todo este pueblo amado.

Tengan a este ángel presente en sus vidas y también en esta nación, a pesar de todo lo que está sucediendo. Recuerden que él trae el Rayo de la Cura para la Argentina y también él es un gran mediador ante el Arcángel Rafael, para esta situación planetaria, como también para todo lo que vive esta nación.

A partir de hoy podrán ser uno con el ángel de Argentina y suplicarle, en nombre de Mi Corazón Misericordioso, para que él pueda interceder ante Dios por la evolución y el despertar de su pueblo, por la permanencia de las raíces y de la cultura que caracterizan a este pueblo, que formará parte del Proyecto de una Nueva Humanidad.

Ustedes, compañeros Míos, en este día, son los principiantes, los que cuidarán de esta gran aspiración de Mi Corazón de tornar Argentina y el Cono Sur, en el lugar para una Nueva Humanidad.

Aunque no lo parezca y a pesar de las consecuencias que vive la superficie, para su Maestro y Rey nada es imposible. Solo hay que comenzar.

Abramos las puertas a la Iglesia Celestial de Dios, para que a cada elemento que hoy será recibido, sea bendecido por la Mano Poderosa del Señor y así se multipliquen las Gracias y todas las Misericordias en las almas del mundo.

Llamaremos, compañeros, a Adonai, para que Él descienda y bendiga este momento que formará parte de la nueva historia de sus vidas, del nuevo hombre, de la nueva consciencia, que participará de los últimos acontecimientos de Mi Plan.

Que así sea.

Recuerden hace dos mil años atrás, cuando Yo Me ofrecí por entero a ustedes, les doné Mi precioso Cuerpo y les entregué Mi Divina Sangre para que el Misterio de la Redención fuera revelado en las almas que, en esta simple Comunión, se animaran a vivir en Mí; para que Yo pudiera vivir en ustedes y estando Yo en ustedes, ustedes estuvieran en Dios.

A través de la consagración de estos elementos que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, Yo les traigo el comienzo de una nueva etapa para cada una de sus vidas, a fin de que se pueda realizar en cada ser viviente de este planeta la Obra de Mi Misericordia y la Obra de la Redención.

Que el Señor conceda Sus dones a las almas consecuentes y que aquellos que se sirvan de este sacrificio salgan de aquí renovados, con fortaleza espiritual y con extensiva esperanza, que pueda irradiar al planeta y a toda su humanidad.

Yo les concedo el Sacramento de la Comunión para el perdón de los pecados y para que una nueva puerta se abra en sus caminos y en el camino de sus hermanos.

Proclamen su fe en Dios y hagan posible en esta humanidad el Plan de rescate.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Y ahora, desde el Universo, desde el lugar de donde provengo, contemplaré con regocijo y amor los Sacramentos que serán recibidos en estos dos días y la abundancia de Amor y de Cura que millones de almas de Argentina recibirán por Mi intercesión y también por su "sí".

Oremos a Dios para agradecerle, y así Yo podré llevar en Mi Corazón las súplicas de sus corazones y las súplicas de todos sus hermanos, para que la verdadera justicia, la igualdad, la equidad y la cooperación, se establezcan en la Argentina.

Padre Nuestro...

Demos gracias a Dios por este encuentro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora, compañeros, irán a lavar sus pies recordando cuando Yo lavé los pies a los apóstoles, para poder entregarles Mi Espíritu de resignación y de humildad, Mi Amor irrefutable por cada una de las almas. 

Vivan este Sacramento del lavapiés como un momento de despojamiento interior y de cura.

Gracias por hoy estar Conmigo.