En el cansancio, los fortaleceré.
En la desesperación, los ampararé.
En la oscuridad, siempre seré la Luz.
En la entrega sincera, Yo Me alegraré.
En el silencio, Yo Me haré sentir.
En el amor, Me verán manifestado.
Debajo de los puros de corazón estará el suelo sagrado de Mi Reino.
Sobre los misericordiosos estará la bóveda de Mi Iglesia Celestial.
De los perseverantes, haré brotar infinitos impulsos.
De los incansables nacerá Mi Fuego de superación y de trascendencia.
Mi Mano siempre estará sobre los justos.
Mi Soplo del Espíritu conducirá la barca de sus almas y, ante el aparente mar tormentoso, siempre les mostraré la salida.
De los entregados, haré surgir la Fuente Inagotable de Mi Amor.
Mi Paz estará abrazando a los simples.
Mi Luz guiará, como las estrellas, el camino de los consagrados.
Mi Sacerdocio estará protegiendo, a pesar de las batallas, a los que sinceramente le dijeron sí a Mi Hijo.
Nunca Me detendré, a pesar de lo que suceda en Mi Creación, porque Mi Amor es inagotable, Mi Misericordia desea ser la puerta a la redención de todos Mis hijos.
Una y otra vez, Me renuevo en los que están adorándome a través de Mi Hijo en el altar, porque así Yo mostraré Mi victoria en los que caminan a Mi lado.
Hijo, hoy puedes descansar en paz; porque si Me buscas, Me encontrarás; porque si Me llamas, allí siempre estaré; porque si confías en Mí, nada deberás temer.
Yo te hice libre para que crecieras en Mí. Te hice puro para que fueras un testimonio de Mi Presencia.
Descansa en Mis Brazos.
Sigue dando pasos en el amor maduro. Mi Hijo es tu única escuela.
Tu Madre Celestial te abrazará con Su Manto.
Eres sacramentado cada vez que Me escuchas.
Eres sanado cada vez que estás en comunión Conmigo.
Así, eres fuerte para aprender a ser humilde.
Adelante, estoy aquí contigo.
Soy el que Soy.
Soy Adonai.
Estoy aquí, no solo donde Me puedes ver y contemplar a través de la naturaleza, de todo lo que he creado para que fueras feliz a través de Mi riqueza espiritual, sino también estoy dentro de ti, llamando fuertemente a lo más profundo de tu ser para que Me escuches y Me sigas.
No Soy un Dios de Justicia, Soy un Dios de Misericordia.
Soy un Padre que, con el Corazón dolido, contempla cómo Sus hijos se comportan, cómo Sus criaturas actúan, no solo contra Mi Creación, sino también cómo Mis hijos no se respetan y se lastiman haciendo guerras, destruyendo familias, desplazando a millones de inocentes, separando padres de hijos para que vayan a la guerra.
¡Oh, cuánto dolor íntimo y desconocido Me genera toda esta situación que acongoja a Mi Corazón Eterno de Padre, de un Padre que hoy no es escuchado, aun enviando a Mis predilectos Mensajeros del Cielo y de las Estrellas!
Miren en qué convirtieron Mi Creación, al punto de querer conquistar el espacio solo para demostrar quién puede más.
Mis criaturas, les aseguro que nunca Me encontrarán entre las riquezas, nunca Me hallarán en lo que es cómodo o placentero para todos. Mi Esencia está perpetuada en el silencio y en el Amor.
Yo los creé para que dieran frutos en el amor, en el servicio y en la fraternidad. Sin estos tres principios básicos, Mis hijos no podrán ser felices porque Yo los creé para que Me amaran, Yo los hice crecer para que Me sirvieran, Yo los uní como hermanos para que vivieran en fraternidad.
Y, en un planeta de desigualdades y de ambiciones, Mis hijos fueron llevados a permanecer en la oscuridad y en los vicios, olvidándose de Mí y creyendo, por engaño de Mi adversario, que Yo los abandoné.
¿Cómo creen que el Padre Eterno sería capaz de abandonar a Sus hijos o de castigarlos?
Sé que, a lo largo de los tiempos, muchos hijos Míos, aun los que se dicen espiritualizados, perdieron la capacidad de escucharme y de reconocerme.
Siempre intento enviarles señales de Mi Presencia para que sepan que estoy aquí, no solo en la belleza de lo que Yo creé para ustedes, sino también estoy en ustedes, muchas veces censurado por sus pareceres y por sus ideas.
Es así que los que una vez escogí con Mi propia Mano se alejaron de Mí, creyendo en sí mismos y dejando de creer en Mi Amor Consolador.
¿Cómo creen que el Padre Celestial se puede sentir cuando entre hermanos se tratan inadecuadamente, se lastiman ferozmente y destruyen la casa que con tanto amor y cuidado les di?
¿Cómo creen que el Corazón de su Padre Eterno se puede sentir cuando lanzan bombas, aniquilan vidas, descartan niños, separan a las familias y siembran el odio y la impunidad?
¿Cuánto más Mis hijos amados harán sufrir a Mi Corazón silenciado?
Hijos, este no es el mundo ni la humanidad que deseo para ustedes, perdieron el camino hacia la Tierra Prometida. Por eso, les envié hasta los días de hoy a Mi Hijo Resucitado y a la Madre de todos, una Madre que solo Me pide dejarla hacer más y más por Sus pequeñas e ignorantes criaturas.
Les pido que le digan al mundo entero que se vuelva hacia Mí, porque Mi Corazón precisa ser reparado y Mis Brazos están abiertos todo el tiempo para recibirlos, para escucharlos, para llamarlos al camino de retorno a la Casa de su Amoroso Padre.
Si las almas no se vuelven hacia Mí, los corazones seguirán sufriendo, las familias serán la fractura social de esta época, las guerras seguirán siendo noticia y conmoción para todos.
Yo no los creé para que se convirtieran en instrumentos del mal, Yo los hice surgir para que fueran testigos de Mi Amor.
En Mi silencio eterno, rezo por ustedes, junto con los ángeles adoradores.
Y los que se ofrecen a Mí, como postulantes a ser víctimas de Mi Amor, que lo sigan aspirando todos los días para que la vida de los Nuevos Cristos, anónima y abnegada, siga siendo la causa, el motivo, para aplacar todos los errores del mundo.
Que, por los méritos alcanzados en los sufrimientos incontables de Mi Hijo, más consciencias algún día se den cuenta, por sí mismas, de que se olvidaron del Amor que los creó.
Los bendice siempre, eternamente,
Su Padre Celestial,
Adonai
Vendré, con Mi Hijo, en el ocaso. A través de Mi Hijo, traeré el Nuevo Tiempo y el surgimiento de la Nueva Raza.
Ustedes son parte de Mi Matriz Universal, fueron originados a través de Mi Proyecto, el Proyecto de Mi Voluntad.
Todo lo que creé es para ustedes, no para que lo transgredan, no para que lo conquisten ni tampoco para que lo sometan; sino para que lo reverencien, para que lo hagan sagrado y bendito.
Pero, esta parte de la Creación, a la que pertenecen, es la que vive la mayor transición de estos tiempos. Mis hijos, que son Mis criaturas, quedaron ciegos y no Me pueden ver ni percibir.
Por eso, envío a todos los Mensajeros que están a Mi servicio eterno, al servicio del Plan del Padre, al servicio de la Creación. He enviado a la Tierra a muchos ángeles y a grandes Jerarquías para que, a lo largo de los tiempos, la humanidad escuchara la Palabra de Dios y la cumpliera.
¿Pero, qué ha pasado en el fin de estos tiempos que la humanidad está sumergida en el caos?
Desde la entrega de Mi Hijo, en el Huerto Getsemaní, Él ya sabía que este tiempo les llegaría a todos ustedes, a esta generación humana. Por eso, cuando les hablo que vendré en el ocaso, es porque ese tiempo se aproxima y está muy cerca.
Pero primero, tienen que estar en comunión eterna Conmigo, por medio del Legado de los Sacramentos que Mi Hijo les enseñó con tanto Amor. Pero muchos de los Sacramentos recibieron sacrilegios, grandes ofensas e irreverencias.
Es a través de los buenos y sanos apóstoles que Mi Hijo lleva adelante Su Plan, para poder cumplir con el Plan del Padre.
No es en las grandes cosas que Me encontrarán, sino en lo que es más pequeño y simple; y ustedes, Mis criaturas, ya lo saben.
Por eso, decidí, hace mucho tiempo, nacer en un pequeño pesebre, para que el mundo comprendiera que Dios no se cree poderoso, sino que Dios es humilde y pequeño, al punto de haber nacido en un humilde lugar, en una simple gruta, para que los hombres y mujeres de la Tierra pudieran reconocer al Dios Vivo dentro de sí mismos y pudieran reerguir a esta humanidad herida y lastimada.
Hoy, Yo vengo con la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Vengo, en esta Unión Trina, a decirle al mundo que aún tiene tiempo para poder cambiar y enmendar sus errores, para arrepentirse y hacer penitencia, para liberarse de sí mismo para siempre; y poder estar, en el cercano tiempo, en la llegada de Mi Hijo, el Retorno del Redentor.
Desde lo alto de esta montaña, Yo emito este Mensaje al mundo entero para que sepan que estoy cerca de todos y que, en el silencio de Mi Presencia y de Mi Corazón, medito sobre ustedes, medito sobre los próximos tiempos que vendrán.
El hombre Me cambió por el dios de las tecnologías, por el dios de las modernidades, por el dios del descarte, de la indiferencia, de la falta de amor y de hermandad.
Pero aún, mantengo firme Mi Propuesta y Mi Propósito a través de todas las Sagradas Jerarquías que han evolucionado en este universo y en otros, y que le traen al mundo un impulso interior de renovación para que, en la superficie de la Tierra, al menos exista un pequeño grupo de consciencias que represente a la Nueva Hermandad, esa Hermandad que debe surgir en este plano material, para que así los tres planos cuenten con servidores disponibles, íntegros y enteros, para llevar adelante la recreación de esta Creación.
Esto se dará a través de la entrega de los corazones, a través del servicio de las almas y a través de la disposición de los espíritus de todo este universo.
De esa forma, se acoplarán Conmigo, por medio de una gran red de Luz interna, profunda e intransferible. Una red que une a consciencias, a almas y también a corazones que, aunque no estén totalmente despiertos, forman parte de esos núcleos profundos de Mi Vida Divina.
Yo les traigo, a través de este Mensaje, una oportunidad de concientización y también la Gracia de la Paz, porque sé que las necesitan, porque sé que muchos de Mis hijos están lejos de Mí y no quieren escucharme, ni siquiera quieren sentirme o conocerme.
Les pido que no se queden con la imagen del Dios de la Justicia, sino con la del Padre de la Misericordia; un Padre que los conoce desde los orígenes, desde la Fuente, desde lo más profundo y eterno de la Creación, de donde vinieron para poder servirme en este mundo, en este planeta que Yo les oferté con mucho Amor.
Ahora, pueden ver con sus propios ojos en lo que han convertido esta casa sagrada, esta creación bendita, este planeta especial entre tantos planetas del universo.
No pierdan la oportunidad de concretar el Proyecto de Dios y de hacer los esfuerzos necesarios para que se pueda cumplir.
Mas, hay una sola premisa para que esto suceda: depende de cada uno de ustedes que esto se lleve adelante. No basta con pocas consciencias para que se pueda llevar adelante la próxima humanidad.
Deseo ardientemente, desde lo profundo de Mi Espíritu y de Mi Corazón, que muchas más almas, muchas más consciencias en este mundo, formen parte de la Nueva Raza.
Aunque el momento que están atravesando es el más difícil de todos, es el más oscuro y hasta tenebroso; Yo los invito a colocar su mirada en lo alto del horizonte, como en estas montañas del Monte Subasio, desde donde viene la Luz del Sagrado Sol del Padre Eterno para poder iluminar sus caminos, para poder traer sabiduría a sus consciencias, para poder conducirlos hacia Mi Paz.
Lo que creé en el principio, desde el origen de las primeras civilizaciones, fue una Tierra rica y provechosa, una Tierra abundante, con frutos y con naturaleza, con Reinos Menores, con mucha vida y mucha luz. Pero Mis hijos, criaturas de este planeta, lo han destruido y lo siguen destruyendo.
Es así que la consciencia de este planeta, el alma de la Tierra, está de parto, pero también está gritando. La Tierra, este planeta, tiembla y muestra su furia por todo lo que sus hijos le han hecho en la superficie. Es tiempo de reparar esta situación no solo con buenas acciones, sino también con consciencia y determinación.
Hijos amados, Yo les traigo el Amor del Padre, el Amor del Hijo y el Amor del Espíritu Santo.
Yo les traigo la oportunidad de seguir un camino de obediencia, de humildad y de paz, para que puedan encontrar, en este camino que Yo les ofrezco, un camino de redención y de amor, un camino de renovación y de paz; porque las almas siguen el camino de la distracción que las lleva por otros senderos que no son Mis senderos, que no son los caminos de Mi Voluntad.
Mientras esto suceda, muchas más almas, pero muchas más almas, perderán la oportunidad de servirme, de conocerme y hasta de amarme. Por eso, el sacrificio de unos pocos representa un gran esfuerzo por los que no lo hacen, por los que son ignorantes, por los que son inconscientes, están distraídos y perdieron el camino hacia Mi Corazón.
Con este Mensaje, Yo les traigo, Mis criaturas, no solo un llamado a la concientización, sino también el despertar. No les hablo de algo religioso ni tampoco espiritual, les hablo de lo más simple y hasta de lo más concreto, en donde se debe dar el cambio de toda la humanidad para que el alma de la Tierra, el alma de la naturaleza, no se rebele contra ustedes.
Sean pacificadores del planeta, sean siervos de Mi Palabra, sigan los pasos que Yo les indico hacia Mi Corazón y todo se renovará y se curará.
Yo Soy su Padre Eterno, Adonai, Emmanuel y Abba.
Recen Conmigo.
Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
santificado sea Tu Nombre;
venga a nosotros Tu Reino;
hágase Tu Voluntad
en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.
A pesar de que la barca parezca naufragar, de que la tempestad sea más fuerte que su fortaleza interior y de que los ataques de las corrientes contrarias quieran hacerlos sucumbir, no desistan porque Yo les daré el don de la Fortaleza y el de la Ciencia para que sepan actuar.
Mi Protección está sobre ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Refúgiate en Mí.
Soy parte de tu respiración y de todos tus sentidos, más aún, de todos tus sentidos internos.
No temas, anímate a cruzar los océanos de Mi Consciencia.
Surgiste de un espacio, tan bendito y sagrado para Mí, que debes aspirar a recordarlo.
¿Lo sabes?
Ten fe, porque Yo siempre te sostendré.
Estás como una pequeña e inofensiva ave sobre Mis Manos. Te acaricio y te consuelo con la Luz de Mi Eterno Corazón.
Despierta, hijo. Es hora de que te abras internamente para poder conocer Mis más profundos misterios. No dudes de lo que te digo, sé valiente y lo conseguirás.
Todo lo que te di fue para que Me hicieras feliz. Cada parte de Mi Creación fue perfectamente pensada para agradarte y hacerte sentir muy cerca de Mí.
En el silencio, allí estoy. En cada Reino Menor de la Naturaleza, allí estoy. En los elementos, allí estoy. Te pido, búscame y Me encontrarás.
Estoy más allá de lo que es concreto. Estoy muy cerca de ti, más cerca de lo que te puedas imaginar.
Aproxímate a Mi Creación. Todo lo que ves, en este planeta y en todo el universo, está con los brazos abiertos para recibirte.
Sé fuerte, pero también sé paciente. Como nadie más, tu Padre Celestial sabe sobre el momento que tú y Sus demás hijos están atravesando. Mas, donde está Mi Amor, está Mi Creación.
Abre tu mente e imagíname. Soy más que lo que se ha escrito sobre Mí.
Mi Ciencia es Sabiduría y les doy a Mis criaturas esa Sabiduría para que Me puedan representar.
Mi Amor es Compasión. Les doy a Mis criaturas Mi Misericordia para que se puedan perdonar a sí mismas y a los demás.
Debes saber que no estoy lejos de todo lo que esta humanidad y este planeta viven. Yo también sufro el pesar de Mis criaturas, pero muchos de Mis hijos se apartaron de Mi Amor y, al apartarse de Mi Amor, se alejaron de Mi Verdad.
Aún estoy con los Brazos abiertos y, en silencio, espero a cada uno de Mis hijos para que esté a Mi lado, junto a un Padre que lo ama desde siempre, con un Amor que no cambia, con un Amor que lo lleva hacia la Verdad.
Hoy, estoy emitiendo este Mensaje al universo interior de todos Mis hijos, porque todos son Mis hijos, sin distinción.
Este es el tiempo de preparar la llegada de Mi Amado Sucesor, el Cristo. En Él, Yo les di la Vida, Yo les enseñé el Camino y Yo les entregué la Suprema Verdad del Corazón.
Hijos, no se dejen confundir por el mundo, miren hacia su interior. Yo estoy allí, porque allí está Mi Iglesia. En ese espacio sagrado, estoy para escucharlos, estoy para atenderlos; puedo verlos, puedo sentirlos, puedo saber sobre cada pensamiento.
No tengan miedo. Vacíense un poco más para que Mi Amor y Mi Luz los puedan gobernar.
Bienaventurados los que padecen injusticia, porque serán consolados.
Bienaventurados los que son esclavizados, explotados y exiliados, porque en el último día serán reconocidos y serán llamados benditos santos del Padre.
Alégrense los que reciben Mi Misericordia, porque las cadenas y las prisiones se romperán y la Luz de Emmanuel vencerá.
Que tus manos siempre estén en oración Conmigo para que, más allá de todo, estemos comunicados en espíritu.
Vengan a Mí los desahuciados, vengan a Mí los oprimidos y los que están cansados; porque Yo los consolaré y los bendeciré con Mi Espíritu, así como Mi Bendito Hijo Jesús fue bendecido en el río Jordán.
Que tu vida aspire a ser un nuevo sacramento. Te ofrezco Mi Reconciliación para que sepas que Yo Soy la Paz.
Con tus pies, camina seguro de que sigues la senda de retorno hacia la Casa de tu Padre, que está en los Cielos y que está dentro de ti.
Sacia la sed en Mi Fuente Divina.
Aquí está Mi Nombre, alabado y exaltado, para poder erguir de las ruinas a la consciencia de Mis hijos.
Quédate en Mí, porque escucho tus palabras.
Tu Padre Celestial,
Adonai
Hijo:
No tengo límites para estar cerca de ti ni tampoco encuentro impedimentos para encontrarte.
Soy capaz de estar cerca tuyo en cualquier lugar. Nada Me separa de ti y tú nunca te separas de Mí. Solo cuando te alejas de Mi Amor, te sientes en un gran vacío o en una constante soledad.
Vengo de la Fuente Inmaterial para comunicarme contigo y con cada ser interno que cree y confía en Mí.
Siempre estoy a tu lado. Conozco tus misterios. Veo tus realidades que son desconocidas para la mayoría, aunque para Mis Ojos eres igual y semejante a tus hermanos.
Sí, todos los seres humanos, Mis hijos, son hermanos. Todos son parte del mismo Padre y de la misma Madre. Nunca pensé en crearlos diferentes unos de otros, todos son iguales dentro de sí y eso no cambiará.
He creado el universo y todo lo que existe en él para que Mis hijos Me hicieran feliz y fueran felices Conmigo, porque los amo, los amo tanto, más que a todo lo que existe.
No hay mayor amor que el que Me pueden dar Mis hijos. Por eso, cada vez que Me reconocen como su Padre Celestial, Mi Amor por ustedes crece más y más. No tiene finitud ni dimensión alguna. Es con ese Amor y por ese Amor que Yo los creé a imagen y semejanza de Mi Espíritu, para que Mi Espíritu pudiera estar en cada uno de ustedes y ustedes pudieran estar en Mí.
Pero, a lo largo de los tiempos, Mis hijos, ustedes se distanciaron de Mi Amor, del Amor verdadero que les da la vida, del Amor que los nutre y les da el sentido y la razón espiritual, mental y física de estar aquí, en este amado y dolorido planeta que Yo les entregué para que aprendieran a crecer y a ser como la consciencia de este planeta es.
Les di absolutamente todo lo que tengo, todo lo que Soy y todo lo que fui. Nunca les dije “no”, siempre les di el sí para que pudieran crecer en amor y en sabiduría.
Pero, desde el principio Me desobedecieron y a lo largo de los tiempos perdieron el camino hacia Mí, hasta que se alejaron tanto de Mí que ya no Me podían oír ni sentir dentro de ustedes. Mas, siempre Yo los perdoné y les envié Mi amorosa ayuda porque sabía que no tenían consciencia de lo que estaban haciendo.
Por eso, como un Buen Padre que nunca abandona a Sus hijos, decidí darles más ayuda. Entonces, envié a Mis Mensajeros a la Tierra para que Me volvieran a escuchar, a sentir y a reconocer dentro de ustedes.
Hijos, no hubo ni un segundo en el que dejara de pensar en ustedes, porque al ser parte de Mí es como si una parte de Mí muriera por falta de la luz del Sol.
Por eso, decidí encarnar en este mundo como el Niño más pobre de entre los pobres, en el tiempo más agudo del planeta y en el lugar más humilde de todos; para que ustedes, Mis Hijos, pudieran reencontrar Mi Luz y cada uno, a lo largo de los tiempos, volviera a ser Mi Luz en el mundo.
A pesar de la dualidad, que deberá ser vencida y del mal que deberá ser expulsado y disuelto por la fuerza del Amor, les di la mejor y la más humilde Madre entre todas las madres para que, a través de Ella, recordaran su filiación Conmigo.
Hoy, el mundo no escucha a Dios porque la atención de los hombres en las modernidades y en las comunicaciones las tornaron su dios. Las almas ya no hablan Conmigo, no Me buscan. Tengo tantos hijos, pero solo la minoría Me recuerda. Llamo a la humanidad dormida, porque hoy es el tiempo del despertar.
Soy Aquel que los ama. Soy Aquel que no tiene religión y que es nombrado por más de setenta y dos Nombres Sagrados.
Ya no sufran más. Ya no castiguen al planeta. Ya no extingan a Mis hijos de los Reinos Menores, que con tanto Amor les di.
Reconcíliense, unos con otros. Vivan el amor y la paz se alcanzará. Ya no sientan odio. Ya no siembren maldad. Sean una única familia. Sean la Nueva Jerusalén. Abandonen los vicios. Escuchen la voz de sus corazones. Escuchen el llamado de sus almas. Tengan fe.
Todo lo que viven fue creado y generado por ustedes, hijos Míos. Pero, tengo tanto Amor para darles, tanta alegría para entregarles, que Mi Corazón está tan lleno y es tan vasto como los océanos.
Aprendan a servir. Aprendan a respetarse y a reconocerse. Vivan los valores y los atributos que les enseñé y sentirán la paz universal.
Regresen a Mí, hijos amados. Recapaciten, emprendan sus sueños con base en Mi Presencia infinita en sus vidas.
Sean generosos y compasivos. Sean más amorosos, más bondadosos y serviciales, y el mundo no sufrirá más.
Escuchen Mis Palabras. Sean el ejemplo de vida que tanto espero.
No los abandonaré y nadie les quitará la unión que pueden tener Conmigo. Les pido que se perdonen, que ya no vivan en el egoísmo.
Ayuden a la humanidad a despertar con la transformación y la santidad de sus vidas.
Oren, y recibirán todo lo que necesiten.
Yo Soy el que Soy.
Les agradezco por dejarme ser parte de ustedes para siempre.
No le teman al fin de los tiempos, porque este es el tiempo final de todo el desvío del mundo.
Mi Hijo Amado retornará y partirá el Pan, Su Divino Cuerpo, frente a ustedes. Y ustedes, Mis hijos, podrán comulgar de Mí y Yo Me sentiré feliz como su Padre, un Padre que espera que Sus hijos crezcan en el amor y en la generosidad.
Siempre los escucho y los tengo a todos en Mi Corazón.
Soy su única Verdad y Motivo.
Soy su Divino Creador, su Padre Supremo,
Adonai
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más