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Yo Soy la Madre de las Américas, así como del mundo entero.
Soy Aquella que ampara en Sus Brazos a los hijos de Dios, porque desde que gesté en Mi Vientre al Redentor, el Creador Me concedió la potestad de ser Madre y Guardiana de todas las almas que provienen de Su Sagrado y Glorioso Corazón, de Su Fuente Creadora de Paz.
Hijos, Mi Maternidad es silenciosa y oculta para muchos, pero Mi Corazón siempre está atento a las necesidades de este mundo.
Mi Misión espiritual es cumplir, tanto en la Tierra como en el Cielo, la Voluntad de Dios; y así como sostuve y amparé a Mi Hijo desde Su Nacimiento hasta la Cruz, también debo amparar y sostener a todos los seres, a todas las naciones, a toda la humanidad, desde su surgimiento hasta el cumplimiento de su misión espiritual.
Como las almas, las naciones también tienen un propósito espiritual que cumplir; algo que construye el camino para el descenso del Reino de Dios sobre la Tierra, para que la nueva y esperada Jerusalén Espiritual pueda instituirse en la vida del planeta, como parte de la Promesa Divina para este mundo. Y para que las naciones despierten y este propósito esté resguardado, es que Yo estoy aquí y los guío.
Hijos amados, desde que estuve con Mi Hijo Jesús y Mi Casto Esposo José, entre los hombres, Dios Me entregó la misión de resguardar a los compañeros de Cristo, de mantener viva la promesa de Su Retorno, de preparar Su Camino y no permitir que se pierda de la consciencia humana todo el legado de Amor que Él dejó sobre la Tierra desde Su Nacimiento en Belén.
Por eso, hijos, Yo Soy la Guardiana del Amor, del Amor que nació en el Corazón de Cristo y también del Amor que debe despertar y crecer en los corazones de todos Mis hijos. Porque hoy les digo que este Amor que despertará en ustedes, es él que sonará como un diapasón celestial y hará despertar todos los códigos que Mi Hijo dejó en lo profundo de este planeta.
Es con el despertar del Amor en sus corazones que harán emerger todo el tesoro espiritual que Dios guardó en la Tierra, ese que necesitarán para cruzar los tiempos y las pruebas que vendrán.
Es el despertar del Amor en sus corazones, lo que abrirá las puertas al legado espiritual y divino, hasta hoy oculto y desconocido para la humanidad.
Es por este motivo que voy de nación en nación, con el simple propósito de enseñarles a Amar.
El Plan de Dios se guarda en la simplicidad y allí radica su misterio: por ser tan simple, los hombres no lo buscan y no lo encuentran.
Hoy vengo para despertar en sus corazones la nota del Amor y para que sus voces suenen como un gran diapasón universal y divino, para que este Amor se expanda y encuentre a los corazones de aquellos que más necesitan aprender a amar. De esa forma curarán el planeta, como un secreto, como un misterio que se oculta en el poder de la oración.
Que las naciones eleven sus voces en una oración verdadera y que este clamor encienda la llama de sus espíritus y disipe la oscuridad. Para eso estoy aquí con ustedes.
Hijos Míos, cuando oran de corazón, nunca están solos. Mi Rosario pasa junto con los suyos. Mi Verbo eleva sus voces a los Altares Celestiales y cuando piensan que nadie los escucha, Yo los hago llegar a Dios.
Para que el Propósito y la Voluntad del Padre se cumplan, solo confíen en Mis palabras, oren y amen desde lo profundo del corazón.
Yo los bendigo y bendigo a todas las naciones que hoy Me abren las puertas, para que las Gracias que traigo del Cielo se extiendan más allá de la Argentina y lleguen al mundo entero.
Que el Amor convierta el miedo, el rencor y el dolor de los corazones humanos. Que las fronteras den lugar a la Unidad y la Nueva Jerusalén Espiritual encuentre su espacio entre los hombres.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Mientras el mundo está herido, Mi Corazón encuentra aliento en la devoción de las almas simples que responden a Mi llamado y vienen a Mi encuentro para despertar sus espíritus y corazones.
Es a través de las almas simples que Mi Plan se cumple, porque las dificultades de sus vidas no son obstáculos para vivir el amor y perseverar en la fe.
En las almas simples, Dios encuentra Su reposo, pues sabe que ellas siempre le responderán y siempre le dirán “sí”.
Las almas simples no se niegan a vivir el sufrimiento y el sacrificio es parte de sus vidas. Ellas reconocen el valor de la Cruz de Cristo y encuentran en esa Cruz su fuerza y la renovación de su fe. Cimentadas en las bases del Amor del Hijo de Dios, las almas simples están unidas al Padre, y por más que sus mentes no conozcan los misterios celestiales, sus corazones son partes vivas de estos misterios y no se asustarán, ni perderán la fe, cuando la verdad emerja ante los ojos del mundo.
Las almas simples, tantas veces olvidadas por el mundo, construyen en su anonimato la humildad que abre las puertas para el verdadero amor.
Su unión con Dios se guarda en lo profundo del espíritu y es amparada por su vida de humildad y llena de desafíos.
Dios puede probar a las almas simples y forjar su fortaleza a base de muchas pruebas. Puede hacer nacer en ellas una fe inquebrantable, porque Sus ojos no solo ven el sufrimiento.
Como ellas siempre aceptan la Voluntad de Dios, aunque no la comprendan, Él vendrá en su auxilio y las ayudará para que superen sus dificultades, porque el Padre prueba a Sus hijos, no para que sufran, sino para que crezcan.
Es así como Dios construye en las almas simples el espíritu de la sabiduría y, aunque muchos no conozcan los libros de este mundo, sus corazones pueden leer en los Libros Celestiales y su sabiduría interior vale más que toda la inteligencia de los letrados de esta Tierra.
Los corazones verdaderamente simples también son puros y en ellos habita Mi Corazón.
Puedo contar con sus oraciones, porque ellas son verdaderas.
Puedo abrir las puertas en sus caminos hacia nuevos rumbos y sé que ellos Me seguirán, sin preguntarme porqué.
Las almas simples, tantas veces olvidadas por el mundo, son las que están más próximas de Dios.
El mundo las olvida por no saber cómo llegar al Padre y pierde la oportunidad de aprender de la humildad que abre las puertas del Cielo.
Mi Hijo vendrá y buscará entre las almas simples a Sus compañeros de otrora. Formará con ellos el ejército de Su Retorno y triunfará sobre el mal con la simplicidad de sus corazones.
Las almas simples no necesitan puestos importantes, reconocimientos o recompensas. Por no tener nada en este mundo, aprendieron que la verdadera alegría está en Dios, porque ellas la experimentaron y viven en ella, todo el tiempo.
Hoy, hijos, los llamo a aprender con las almas simples.
Los llamo a vivir en la simplicidad, porque es allí que se encuentra el camino hacia la fidelidad y el despertar de la verdadera fe.
Siendo simples es que conocerán a Dios.
Siendo simples es que vivirán en la esencia de las Bienaventuranzas y no correrán el riesgo de pensar que sirven al Padre, cuando, en verdad, sean ustedes mismos los únicos señores de sus vidas.
Hoy, con el ejemplo de las almas simples, déjense transformar y verdaderamente rindan sus corazones al Padre y a Su Santa Voluntad.
El Creador aún tiene muchos designios y Gracias para cumplir en la humanidad y es con la simplicidad de sus corazones que le abrirán las puertas.
Yo los amo y les agradezco por buscar la simplicidad y la pureza de sus corazones como el mayor servicio a ser prestado por la humanidad en este tiempo.
Les dejo la Gracia del Padre y la Unción del Espíritu Santo, para que vivan en paz y difundan la paz al mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Gracia y la Alegría de ser Fiel
Queridos hijos:
Hoy quiero contarles una historia para que, inspirados por Mi ejemplo, puedan dar nuevos pasos en los tiempos que se aproximan. De esta forma, vengo a despertar en sus corazones la Gracia y la alegría de la Fidelidad.
Dios Me llamó para cumplir Su Voluntad, mucho antes del Nacimiento de Jesús, antes, incluso, de que Yo llegara a este mundo; así como Él los llamó a cada uno de ustedes.
Aún siendo pequeña reconocí el Llamado y la Voluntad de Dios, y a lo largo de Mi Vida en la Tierra una y otra vez tuve que confirmar Mi Fidelidad para con el Creador. Mi Corazón pertenecía al Señor desde el principio, pero eso no lo dejaba libre de dificultades y de padecimientos.
Su Madre Celeste tuvo que superar muchas pruebas espirituales, materiales, mentales y emocionales, como parte de la humanidad. Lo mismo tuvieron que vivir Mi Hijo y San José Castísimo.
La humanidad de aquella época, hijos, era precaria y escaso era el amor en sus corazones. Por eso Dios enviaba al mundo un impulso tan grande de Amor y de Verdad a través de la Sagrada Familia. Pero, para que este impulso se hiciera vida, Nosotros, como parte de la consciencia humana, tuvimos que trascender esa condición de limitación y romper las capas del desamor y de la ignorancia para cumplir lo que nos fue pedido.
Por cada prueba que el Creador Me concedía vivir, Él también dejaba emerger un Don en Mi Inmaculado Corazón. Cada vez que Me confirmaba delante de Dios, veía emerger la Fortaleza del Padre y Su Gracia, y era en Él, que encontraba la fuerza para proseguir.
Así fue cuando el Espíritu Santo gestó en Mi Vientre al Mesías. Así fue cuando llegamos a Belén y no había lugar en los hospedajes. Así fue cuando mandaron a matar al Niño y, a pesar de huir con Él, sentí en Mi Pecho el dolor de cada madre que perdía a su hijo injustamente. Así fue cuando lo perdimos en Jerusalén. Así fue cuando Él fue negado en Galilea y cuando escuchaba los insultos proferidos al Hijo de Dios, por la ignorancia y la ceguera humana. Mis Ojos, que veían la Verdad más allá de cualquier comprensión, tuvieron que superar las injusticias causadas por la ceguera de los hombres, y todo lo viví en silencio.
La Gracia y el Don de Dios también emergieron en Mi Interior, cuando Jesús fue condenado, flagelado y subió al Calvario, únicamente con el Poder de Su Amor. Yo sentí cada Llaga Suya en Mi Pecho, y cada "sí" que Él le decía al Padre, Yo lo repetía en Mi Interior.
De la misma forma, perseveré Fiel a Dios, cuando lo vi expirar. Y en la misma certeza Me mantuve cuando Él resucitó y ascendió a los Cielos, dejándome la misión de seguir con Sus Apóstoles y compañeros, fortaleciéndolos hasta el final.
En la misma Fidelidad Me mantuve cuando el Señor Me elevó a Su Reino y allí Me entregó, no solo el Cetro de la Paz, sino también la Maternidad de toda la Creación, para que, de la misma forma como fui Fiel en la Tierra, Yo lo fuera en el Cielo; y así como acompañé la Pasión de Mi Hijo, acompañara hoy la Pasión de este planeta y de cada uno de Mis hijos.
Yo los veo sufrir y siento su dolor en Mi Corazón. Así como sentí cada Llaga de Jesús, hoy siento cada llaga de cada uno de Mis hijos de la humanidad y, en ningún momento, hijos Míos, deseé que fuera diferente.
Solo quiero ayudarlos a crecer, como vi crecer al pequeño Jesús. Vengo a enseñarles a ser fieles y a no dejarse desanimar por las pequeñas o grandes dificultades de esta vida.
El Calvario de este mundo está en el principio, y les falta mucho aún para vivir plenamente el Amor que se esconde en sus corazones.
Dios los probará en la fidelidad y en la perseverancia, como probó a cada uno de los que Él más ama. Y Yo estaré a su lado, ayudándoles a renovarse, siempre y cuando abracen la cruz y den los primeros pasos.
Descubran, hijos amados, que la fidelidad a Dios trasciende la vida en la Tierra, trasciende su pequeña comprensión. Aprendan a amar Su Plan por encima de todas las cosas, y fortalezcan su vínculo con Él, para que los Cielos y la Tierra pasen, y ustedes se mantengan fieles y firmes en el Propósito que Él les entregó.
Yo los amo y hoy les dejo la Gracia y la alegría de la Fidelidad, para que, a pesar de todo, la hagan florecer y la multipliquen con ejemplos y con amor, en los corazones de sus hermanos de este mundo.
Yo los bendigo hoy y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todos los días, el espíritu de la oración y del servicio al prójimo los ayudará a crecer interiormente y, sobre todo, a dar buenos ejemplos a los que los rodean y a los que los desconocen.
En todo deben imitar a Mi Hijo Jesús, porque Él estaba con los ricos, pero también estaba con los pobres y Su Divino Sentimiento no cambiaba ante las apariencias.
Con esto les quiero decir que un verdadero discípulo es aquel que sigue al pie de la letra lo que su Maestro le indica e intenta, todos los días, cumplirlo mejor, a pesar de sus limitaciones y pruebas, porque si el discípulo no aprende a moderarse ante los demás, ¿cómo las demás almas podrán encontrar al Cristo Vivo en ustedes?
Por eso, mediten en lo que les digo y vean cómo todos los días, ante diversas situaciones, sus corazones y sus vidas manifiestan los ejemplos y si éstos son en esencia verdaderamente crísticos y solemnes.
Deben tratar la vida, las cosas y, sobre todo, lo ajeno con solemnidad, porque ustedes no saben qué misterio hay por detrás de cada situación o acontecimiento.
Si moderan sus actos, si observan con amor las reglas, finalmente aprenderán en estos tiempos difíciles a representar a Mi Hijo en la Tierra. De lo contrario, si todavía no cuidan las cosas simples y las personas como si fueran verdaderos tesoros del Cielo dados por Dios, ¿cómo podrán ser misericordiosos con el semejante?
Recuerden los Mandamientos y vuélvanlos a poner en práctica; porque podrían estar robando y no lo percibirían, podrían estar matando el despertar interior de un semejante con sus actos y no lo percibirían, podrían estar ostentando y usando algo que no les corresponde y estarían infringiendo gravemente la Ley, estarían en serias deudas.
El Reino de Dios es la promesa de Dios para todos, búscalo primero dentro de ti en el día a día, no dejes que la soberbia, la infracción indebida o la indiferencia cieguen tu corazón, porque podrías no estar percibiéndolo.
Corrige tu vida todos los días y hazlo por Jesús, por el triunfo de Su Plan de Amor en las criaturas.
¡Les agradezco por escucharme de verdad y por poner en práctica Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
La paz del corazón es algo que nunca deberá faltar; porque sin ella, que es sublime y profunda, la vida se vuelve impredecible y vulnerable.
Esa paz interior es la que todos los días deben conquistar y anhelar profundamente a través de los actos, de los pensamientos y de las buenas acciones.
La mayoría de las almas sufre por la ausencia de paz en su interior y en su vida. Así, fácilmente, Mi adversario las perturba y las lleva por otros caminos, a través de experiencias que han vivido sus corazones a lo largo de los tiempos.
Pero con Mi Corazón, queridos hijos, ustedes han tenido la Gracia Suprema de poder vivir ese estado interior en el que todo parece perfecto.
A veces, los enfrentamientos y las pruebas, que suceden día a día y que son estimuladas por el arte de Mi enemigo, llevan a perder esa paz que muchas consciencias ya habían conquistado.
En este día, con toda esta paz que existe en el universo, Yo desciendo para traer a sus consciencias la posibilidad de reencontrar ese camino que a veces, por varias razones, ustedes pierden de vista.
La paz es un estado permanente de contacto interior y, a través de ella, muchas situaciones se aclaran o se disuelven.
En este tiempo, ese estado de paz es impredecible, no solo para la consciencia que lo vive, sino también para el planeta.
La paz no es un estado de ilusión o de felicidad, la paz es una expansión espiritual de la Sabiduría de Dios en sus criaturas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva por el camino de la paz,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando los corazones se unen para cumplir el Propósito Divino, las imperfecciones, las dificultades y los obstáculos se disuelven. Es en el misterio de la verdadera unidad donde las almas se equilibran las unas a las otras, para que todas alcancen la meta del Encuentro con Dios.
Hijos, cada corazón y cada consciencia tienen algo único para ofrecer al Plan, algo que no está vinculado a ninguna destreza material. Hablo de virtudes espirituales, energías tan desconocidas para la humanidad, que ni siquiera se encuentran entre los conceptos de sus diccionarios. No existe, expresado en palabras, esto que les digo; Pero aquellos que viven en el espíritu de la unidad podrán sentir cómo las almas se elevan en simplicidad a Dios y de una forma desconocida recorren el camino que las lleva al Creador.
Cada prueba que es colocada en sus vidas tiene un motivo espiritual para existir y aunque, en todos los niveles por debajo de Dios, todo parezca imprevisible, el Creador sí observa en silencio el cumplimiento de lo que Él escribió para la consciencia humana. El Pensamiento Divino es vivo y también lo es Su Plan. Por eso, no hay nada que sea un misterio para Dios.
Les digo esto para que comprendan que estos son tiempos de construir la unidad y de reconocer que las circunstancias para aproximarse a Dios nadie las construye en forma individual, sino que se construyen por medio del amor que cada uno tiene por Él.
La concreción del Plan Divino se encuentra en descubrir la unidad. Por eso es importante que sientan que sus miserias desaparecen cuando aquel que está a su lado las equilibra con sus virtudes y de esta forma, un alma lo hace con la otra hasta construir una unidad perfecta e inmaculada, capaz de recibir códigos nuevos.
Para reconstruir al mundo, cuando llegue la hora de hacerlo, no precisarán otra cosa que no sea la unidad y el amor. Experimenten esas instancias en las que viven la unidad y el amor no solo como algo inusitado o que viven sin premeditar. Reflexionen sobre los acontecimientos y perciban cómo el Creador los prepara siempre e inclusive en circunstancias aparentemente muy negativas. Pero cuando hay disposición y unidad, el Creador hace surgir de allí un aprendizaje único que les servirá en cada instante de sus vidas y mucho más en los días que vendrán.
Comprendan, de esta forma, la importancia de responder al Llamado Celestial y también la importancia de esforzarse día y noche para vivir la unidad, para dejar que lo mejor del otro los transforme y para aportar al prójimo siempre lo mejor.
Mediten en este aprendizaje y amen al espíritu de la unidad y que, más allá de las pequeñas circunstancias, él se expanda a diario en cada pequeño detalle.
Aquel que los ama y los acompaña siempre,
San José Castísimo
Encuentren la fortaleza interior en la renovación permanente ante el Plan de Dios.
Hijos amados:
En estos tiempos, la presión del planeta los llevará a una definición de la consciencia y ya no habrá más dos caminos para seguir. La luz y la oscuridad batallarán delante de sus consciencias para triunfar en el corazón humano. Aquellos que se comprometieron con la vivencia de la paz, del amor y de la unidad con Dios deben buscar en el Creador su fortaleza permanente.
Coloquen el propio ser en los Brazos del Señor y confíen a Él la conducción de sus vidas. La voluntad propia no tendrá espacio en estos tiempos. Ustedes deberán escuchar las indicaciones internas para estar en el lugar correcto y colaborar con el Plan de Dios.
Hijos, el Creador, poco a poco, silencia el eco de Su Voz, pero los corazones orantes que construyeron un camino de unidad con Dios podrán sentir Su Voluntad y escucharla a través de su consciencia.
Las pruebas que muchos viven en estos tiempos y los desafíos que están viviendo son parte de una voluntad superior, que los impulsa a una transformación más inmediata y verdadera. No piensen que Dios los abandonó o que están fuera de Su camino por estar viviendo pruebas, muchas veces dolorosas para el corazón y para la consciencia.
Si sus caminos no los llevan al destino que esperaban, pregúntense hijos, si ese es el camino correcto y si los obstáculos que encuentran no fueron colocados por el Creador mismo para que despierten y perciban que por allí no deben caminar.
El Señor está intentando corregir los pasos de Sus discípulos y compañeros mientras haya tiempo para revertir los errores y retornar; porque ya está llegando la hora, hijos, de que los errores ya no serán reversibles como lo son hoy y ustedes no dispondrán de la Misericordia como el manantial del que disponen ahora. Será la Justicia la que guiará a la humanidad, y serán otras las leyes que conducirán su aprendizaje. Por eso, hoy les advierto: estén atentos a las señales de su vida; mediten antes de dar sus pasos y pregúntense internamente cuál es la Voluntad de Dios. Pídanle la gracia de estar en el lugar correcto y de colaborar con Su Plan. Pidan la gracia de ser conducidos a una definición que los lleve a la Voluntad superior.
Este próximo agosto intentará encontrarlos firmes y adultos en la vida espiritual. Eso significa que deberán asumir las consecuencias de sus pasos y de sus decisiones y que ya no contarán tanto con la intervención permanente de la Jerarquía.
Nuestro amor y nuestra mirada siempre estarán sobre ustedes; pero muchas veces, hijos, solo podremos observarlos.
Les digo todo esto como un impulso para el crecimiento de todos. Que aquellos que aún están con los pies en dos barcas se definan y no caigan en el mar de las ilusiones y de las ignorancias del mundo.
Yo los amo y les dejo Mi bendición. Yo los impulso al nuevo ciclo que llegará.
San José Castísimo
Hijo:
El hombre, por sí solo, es débil y no puede soportar los asedios ni las pruebas de este mundo. Sin embargo, el hombre que se une a Dios es invencible, porque comparte con Él Su Gloria y Grandeza.
Cuando el corazón humano de Cristo dijo: “Padre, aparta de Mí este cáliz”, fue el miedo de Sus células que lo llevó a pronunciar estas palabras. Pero de inmediato, unido a Dios, Él dijo: “Que se cumpla Tu Voluntad y no la Mía”. Y fue en la perfecta unión con el Creador que Jesús soportó los insultos, las humillaciones, las traiciones, la flagelación y la muerte en la Cruz.
Únete a Dios, hijo, para que Su Voluntad se cumpla. No quieras vivir en este tiempo con tus propias fuerzas, porque tu corazón humano es material y débil y puede morir incluso de susto.
Aférrate al espíritu y sé Uno con el Espíritu Divino. No pienses que el Creador te encomienda una grandiosa misión y te deja solo. Todo lo que el Señor te pide es que cumplas con Él, por Él y en Él.
El Creador nunca abandona a Sus criaturas, pero es necesario vencer el miedo y aceptar Su Voluntad, teniendo siempre fe en que Él te acompañará.
Reconoce tu debilidad, así como el Señor, quien representa para ti el Camino, reconoció la Suya cuando se confesó al Padre y dijo: “Aparta de Mí este cáliz”.
Pero, reconoce enseguida, hijo, que esta misión no es solo tuya, sino sobre todo de Dios, pues este proyecto humano le pertenece y, unido a Él, afirma: “Que se cumpla Tu Voluntad y no la mía”.
Hijo, ni siquiera Dios te condenará por tu debilidad, como no lo hizo con Su Primogénito. El Señor te colocará en Sus Brazos, unirá Su Santo Espíritu al tuyo y te hará invencible frente a los desafíos de esta vida. Él es quien te abrirá los portales que unen las dimensiones y elevará tu ser a la vivencia del verdadero amor. Pero, ante todo, vence tu débil humanidad y reconócete como hijo de un Creador majestuoso que, de forma misteriosa y desconocida para ti, te hace semejante a Él en lo profundo de tu ser.
Descubre tu semejanza con Dios, aceptando Su Voluntad y comprende el camino por el cual el Señor te conduce a medida que das los pasos en él. No siempre el Creador te llevará por un camino de flores, pues aun a Su Hijo amado Él lo condujo por el camino de la Cruz, de la renuncia, del sacrificio, de la humillación, del martirio y, finalmente, del Amor absoluto y de la Misericordia, que se perpetuó en la Tierra y que hasta los días de hoy intercede por las almas.
Es por la obra de esa Misericordia alcanzada por el Hijo del Altísimo que tú estás hoy escuchando Mis palabras.
¿Serás tú, hijo, capaz de abrir otro manantial, semejante a este, para que otras almas que vendrán detrás de ti tengan una oportunidad de redención?
El Creador te llama y aguarda que des un paso para trascender el miedo y que, unido a Él, digas: “Que se cumpla Tu Voluntad y no la mía”.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
Sé que las fuerzas que emergen de su interior en purificación y transformación a veces son tan fuertes que ciegan sus ojos al amor y al perdón.
Sé que después de eones de existencia alimentando orgullos y vanidades, poder y posesiones, es muy difícil para la consciencia en evolución decir sí a un aprendizaje de humildad, cuando él se precipita en sus vidas.
Muchos son los que dicen querer ser humildes como el Señor en Su pesebre de Belén, pero, delante de las pruebas que Dios envía, reaccionan y no solo no las aceptan con humildad, sino que también se ofenden profundamente y buscan una forma de atacar a aquellos que sirvieron de instrumentos, de manera inconsciente, para que Dios los probase, como hasta entonces pedían.
Comprendan, queridos compañeros en Cristo, que el Señor no puede permitir que todo se les entregue sin colocar en sus vidas las pruebas que consolidan el propósito crístico en su interior.
Después de recibir tantos impulsos del Cielo, cuando ustedes fueren menospreciados, humillados, calumniados o maltratados, según la comprensión de cada uno, simplemente reciban la oportunidad como dádiva celestial y, sin miedo, dejen que las estructuras del orgullo caigan por tierra, frente a sus pies.
Sé que muchos perciben que no pasaron las pruebas que Dios les envió y que las resistentes estructuras del orgullo fueron mayores que su aspiración a la humildad, pero no importa, porque no les pedimos perfección, sino persistencia.
Ahora, levántense del abismo de la ignorancia y reconozcan su propio aprendizaje; colóquense delante del Padre disponibles para nuevas enseñanzas y prosigan.
Quiero que comprendan algo de una vez y para siempre: la humanidad necesita de sus ejemplos de humildad, códigos que se extinguen de la consciencia humana porque las reacciones y las contestaciones ya son muy conocidas por todos.
Cuando alguien los coloque delante de una situación de humillación, acéptenla con humildad, porque, independientemente de quién tenga la razón y de si esa situación es justa o injusta, el Señor espera que Sus soldados bajen la cabeza y venzan la batalla, derribando el orgullo y viviendo la humildad.
Acuérdense de lo que hoy les dije y estén atentos a las situaciones de la vida, porque si dicen sí al camino crístico, no pueden esperar otra cosa sino imitar a Aquel que fue humillado, rechazado y puesto en una cruz, para que aprendan a perdonar a la humanidad y para abrir el caudal de Su infinita Misericordia para el mundo.
Yo los bendigo y los espero dispuestos a recomenzar sin miedo de equivocarse, porque solo con la experiencia del error y reconociendo las propias fallas es que podrán ayudar y advertir a otros.
Yo los amo y los acompaño siempre, día a día, paso a paso.
San José Castísimo
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
Mi Casto Corazón retorna al mundo, diariamente, porque confío en el potencial de amor de los seres humanos. Confío en el potencial que ustedes tienen de transformarse a sí mismos y a todas las cosas, porque pueden estar unidos en esencia a Aquel que todo lo creó y que tiene la potestad para transformarlo todo.
Únanse todos los días a la verdadera esencia de lo que son. Recuerden que son hijos de Dios y asuman, así, la responsabilidad de formar parte del Proyecto que tuvo como resultado el Rey del Universo, Cristo Redentor.
Les pido que sean un poco más pacíficos en sus vidas y que opten por estar en silencio, en lugar de crear conflictos y desgastarse. Sean más pacíficos también con ustedes mismos y, así, tendrán la paciencia necesaria para transitar los tiempos actuales.
La urgencia de los tiempos induce a la consciencia a exigir, de sí misma y del prójimo, cosas que tal vez no podrán dar de un día para otro. Por eso, es necesario estar con el corazón pacífico para saber discernir, de la mejor forma, en las situaciones que se presentan en sus vidas.
Con el corazón pacífico, podrán encontrar en su interior los recursos para superar una prueba espiritual; pero si, en vez de esto, están exigiendo y obligando a sus consciencias a dar los pasos con la rigidez de sus mentes, correrán el riesgo de creer que están avanzando y, entre tanto, contarán con falsos recursos internos, frutos de la creación de sus propias mentes, para aliviar la tensión en la cual viven y, más adelante, se encontrarán con la misma prueba una y otra vez.
Solo el corazón pacífico puede encontrar el manantial interior del Amor de Dios, y es ahí donde se fomentan las verdaderas virtudes.
Por eso, nunca olviden que la presión de las fuerzas de oposición, causada por el caos mundial, será suficiente para que la consciencia esté en una tensión que supera sus límites. Esa presión no puede venir de la propia consciencia, porque en los días que vendrán, ustedes necesitarán estar en paz consigo mismos y con el planeta.
Si hoy se asustan y se irritan con los errores del prójimo y pierden la paz al ver las imperfecciones ajenas, no estarán aptos para soportar lo que vendrá.
¡Pacifíquense! Pacifíquense todo el tiempo.
San José Castísimo, pacificador del Corazón de Dios
Para que superen las pruebas de un tiempo de caos deben aprender, aún en estos tiempos, a superarse a sí mismos, a amar la oración y a buscar la unión permanente con la Jerarquía
Divina.
Cada vez que se abren para sustentar un propósito, una sintonía, ustedes reciben de lo Alto una oportunidad de conoce lo que está oculto en su interior.
Cuando el Universo los coloca en la situación de ser sustentadores orantes y de permanecer en vigilia es cuando ustedes comienzan a sentir hasta dónde pueden entregarse a Dios, y a partir de dónde pueden superar los límites conocidos para dar de sí aquello que desconocen.
Esos momentos en los cuales los Mensajeros de Dios les piden oración constante son para probarlos, para prepararlos y para darles una oportunidad de autoconocimiento a cada uno. Por esto, es importante que observen su mundo interior en ese momento y sean verdaderos en sus oraciones, en el transcurso de las horas. Así, podrán ir entrenando sus consciencias paralos días que llegarán, en los que se necesitarán los soldados de Cristo, y la vigilia permanente y constante.
Que el aprendizaje de unos pocos pueda depositarse en toda la consciencia humana como experiencia y vivencia de unión con Dios y con Su Propósito.
Yo los amo y los bendigo para que sigan respondiendo a las necesidades del Plan de Dios.
San José Castísimo
Mis amados compañeros:
Este es un mensaje de paz y de redención para el mundo, así como todas las palabras que pronuncié en los últimos tiempos.
Renueven todos los días sus compromisos con Dios y con la superación de sí mismos, porque, en estos tiempos, cada día traerá un desafío mayor, interno o externo, que sus corazones necesitarán vencer.
Cuando un alma decide ingresar en un camino de consagración de la vida al Propósito Evolutivo de Dios, será probada a cada instante y pulida como un diamante en bruto, hasta que llegue a la máxima expresión de su esencia.
Es por esto, queridos, que muchos sienten que, después de haber comenzado a recorrer un camino más profundo de entrega, no pueden más superar ciertas pruebas que antes les parecían tan simples. Yo les explicaré porqué sucede esto.
Cuando ustedes están en el camino espiritual superficialmente, sus dificultades también son superficiales y Dios no les exige más de lo que pueden dar. Entonces, muchas veces ustedes piensan que han superado algún aspecto negativo propio, cuando en realidad, lo cerraron con tapa de hierro en lo profundo de la consciencia, como una forma de no encontrarlo, y viven como si él no existiese.
Pero cuando asumen una consagración más amplia y emiten para Dios un sí, para que Él opere en ustedes, entonces el Señor levanta, con Sus propias manos, todas las tapas de hierro de la consciencia y deja que, por sí solos, esos aspectos ocultos prueben y transformen al ser.
De esa forma, ¡ustedes ven que la preparación para los tiempos que vendrán y el fortalecimiento de la consciencia no se producirá al hacer un curso de socorrista ni leyendo muchos libros! La preparación para estos tiempos proviene de la propia consciencia, porque aquel ser humano que es capaz de superarse a sí mismo y transformar su propio lodo, por amor al Plan de Dios, será capaz de perseverar ante cualquier acontecimiento del mundo, porque en su interior ya reina su esencia, que es una con Dios Padre.
Yo les dije que este era un mensaje de paz, porque deben estar en paz delante de su purificación y vigilarse mucho.
Si cometen errores, pidan perdón; si no se entienden, reconcíliense; si tienen resistencias con alguien o con alguna cosa, enfrenten eso, vayan a su encuentro y amen. Si están cansados, supérense; si tienen dudas, obedezcan; si están angustiados, oren; si piensan mucho en sí mismos, sirvan al que está más cerca.
Si quieren vivir según los Planes de Dios, escúchenme y sigan Mis palabras.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Mis amados compañeros de camino:
Hoy llego a este sagrado lugar, Reino del Hijo Primogénito y de la Madre Universal, a traer para todos aquella simplicidad y aquella humildad que aprendí durante el tiempo que estuve aquí, en esta Tierra, como San José, humildad y simplicidad que Me han acompañado desde entonces.
Es esa humildad y esa simplicidad las que Me permitieron vivir la santidad, pero por sobre todas las cosas Me permitieron dejarme guiar por Dios, por Mi Hijo Jesús y por Mi amada esposa María.
Ella, con Su amoroso silencio, guiaba Mis pasos internos; silencio que Yo amé y veneré en ese tiempo como servicio a Dios.
Hoy vengo a decirles que para superar esta purificación que ustedes, Mis amados discípulos, están comenzando a vivir, solo el camino de la humildad, de la simplicidad y del amor al silencio, los llevará a superar todas las pruebas que enfrentarán para dejar atrás al viejo hombre y a la vieja mujer, aquellos que ya no deberán existir para que el odre que Mi Hijo debe llenar con Sus Códigos nuevos de Luz pueda estar preparado y vacío para Él.
Les hablo a todos por igual, pero hoy quiero hacer un especial llamado a aquellos que están confusos. A estos hijos les pido que ese silencio interior sea el que les permita escuchar la voz del corazón y que la humildad les permita aceptar la guía de la Instrucción dejada por Nosotros, los Mensajeros Divinos de Dios.
También hoy les hablo especialmente a aquellos que siempre han estado tan seguros de sí mismos, porque son fuertes y sienten claridad en su interior. Quiero que sepan que todos vivirán el derrumbe de aquellas estructuras que no los dejan dar pasos en dirección a la plena fraternidad y humildad que esta humanidad debe vivir.
Llegará el día en el que la energía de este final de ciclo toque por Ley esas estructuras, y ellas comiencen a temblar. Será en ese momento que la arrogancia y la soberbia, que han cultivado junto a lo que construyeron de ustedes mismos, comenzarán a caer para dar paso a la verdad de vuestras esencias, aquello que el Padre Altísimo diseñó para vuestros destinos.
Abran sus corazones y, así dispuestos, estudien Mis instrucciones, aquellas que les he dado desde que los visito. En ellas se guardan muchas llaves que deben ser las que los ayuden en estos tiempos tan sublimes y tan esperados por vuestras almas.
Sean fuertes y perseverantes y no se dejen amedrentar por el adversario de este Plan de Dios, que siempre querrá utilizar vuestras destrezas en su favor sin que lo puedan percibir.
Colóquense siempre por debajo de los demás, vivan para servir a sus hermanos, sin protagonismos, y así la virtud que hay guardada en vuestras esencias, aquella que el Creador colocó en sus seres, se derramará dentro y fuera de ustedes para conducir este camino de esfuerzo que deben recorrer hacia la santidad.
Yo estaré allí para guiarlos, para ampararlos y para cuidarlos de ustedes mismos. Solo Me deben aceptar como vuestro Compañero de camino.
Hoy bendigo esta casa, cuna de la Nueva Humanidad y a todos ustedes, hijos del Altísimo. Dios esté siempre en sus vidas.
Mi Casto Corazón los guarda.
San José, Obrero humilde de Dios
Amigos y almas buenas:
Que la Paz de Mi Señor, el Todopoderoso, permanezca hoy y siempre en sus corazones.
El Cielo les envía las pruebas del fin de tiempo, para que sus almas, las que Me dijeron sí, se puedan fortalecer en la confianza.
Ahora, Yo Soy el único camino para sus vidas. Yo Soy la única y poderosa Luz que los iluminará en las tinieblas o en la desesperación.
Benditos sean aquellos que, a pesar de todo, continúan en Mí y no se separan ni un milímetro del Glorioso y Bendito Corazón de Jesús Amado, porque ellos serán reconocidos como los Hijos de Dios.
Vayan y sean felices. Que sus caminos sean invadidos por el poder de la Palabra de Vida y por la Fuente de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Sé que ya estás cansado y que las fuerzas parecen desaparecer de tu interior, pero debes saber que Mis Hombros y Mi Espalda sustentan el peso de la cruz que el Señor te confió.
No te desesperes, confía en la plenitud de Mi Presencia, abre la puerta de tu corazón para que Yo pueda habitar en ti, así conocerás el Amor inconfundible de Mi Corazón.
Sabes que siempre, desde el principio, has sido libre, tan libre como el vuelo de un ave en las alturas.
Únete a Mi Corazón, Mi Agua saciará la sed que sientes, Mi Sangre lavará el pasado y podrás resucitar en espíritu a la Voluntad de Mi Padre Eterno.
Estoy aquí, regresando para todos, en búsqueda de la semilla que Mi entrega sembró en cada alma.
Vengo a llamarte para vivir el sacrificio por amor a la humanidad, para que así conozcas la fuerza de Mi Amor Redentor.
Bajo el Amor que proviene del Padre Amado, Yo los bendigo y los curo en el nombre de Abba, de Cristo y del Santo Espíritu. Amén.
Cristo Jesús, vuestro aliento.
Queridos hijos Míos de Venezuela y el mundo:
En este día, Yo llego al mundo bajo los poderes celestiales de Dios, para liberar el mal que está siendo causado en el corazón de muchos de Mis hijos.
Como Madre y Señora de Coromoto, deseo que todos los hogares de Venezuela se consagren todos los días al Poder Protector de Mi Inmaculado Corazón.
Ahora, para este ciclo crítico y desafiante que muchos inocentes están enfrentando, Yo los llamo a rezar el Rosario por la Paz y por la Redención. En este día traigo este especial pedido de oración, como una vez Yo lo hice en Fátima, Portugal. Un pedido que fue cumplido por los tres simples pastores de Aljustrel, quienes por su entrega y amor a Mi Inmaculado Corazón, desarmaron a través de la oración, la guerra que en aquella época se desató sobre el mundo.
Pero mientras el sentimiento de opresión ahora se difunde como veneno en el corazón de los hombres, Yo les pido y les digo, que llegó el momento de rogar y pedir al Cielo por Misericordia.
Mis pasos de Luz se dirigen hacia Venezuela para ayudar, serenar y pacificar a los corazones que más necesitan.
En verdad, queridos hijos Míos, ustedes ya están enfrentando una de las tantas consecuencias del final de un tiempo.
Mi Corazón Inmaculado promete socorrerlos en todo momento; en esta hora difícil, Yo estoy con ustedes y he enviado en misión a Mis hijos de Asociación María, para que pudieran sentir bien cerca de ustedes, Mi Sagrada y Maternal Protección Santísima.
Queridos hijos, es en los momentos de pruebas difíciles, en donde ustedes deben mirar con fervor a Cristo y pedir al Padre Celestial por Su Piedad y Misericordia.
Ustedes, como hijos de Dios, son los primeros que están enfrentando las grandes pruebas que vivirán algunas naciones; pero si se unen a Mí y contemplan Mi Consciencia por un instante, Mi Inmaculado Corazón triunfará en vuestras vidas y nada ni nadie quitará Mi Amor Materno de vuestros corazones, porque Mi Amor de Madre por ustedes es eterno y perpetuo.
Queridos niños Míos, ofrezcan al Padre Celestial el ayuno por la paz y recen mucho, para que Yo, Vuestra Madre Celestial, pueda interceder por los inocentes y por las familias.
Derramo Mis bendiciones sobre todos los orantes de la Red-Luz y les pido a todos que recen la Poderosa Novena a la Madre del Perpetuo Socorro, para que Mi Consciencia Divina interceda por todos los hijos de la amada nación de Venezuela.
Agradezco desde ahora y siempre a todos los hijos de Venezuela por la respuesta que han dado a Mi llamado.
¡Que en tiempos sin paz, estemos en Paz y busquemos la Paz de Dios!.
Les agradece, los bendice y los protege con el Inmaculado Amor Materno,
Vuestra Madre María, la Suprema Señora de Coromoto
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más