Viernes, 30 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE ENTRE LAS CIUDADES DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, Y BURGOS, CASTILLA Y LEÓN, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tu corazón y tu alma estén buscando una salida para los abismos de tu propia consciencia, únete al Espíritu de Dios y clama por Misericordia.

Cuando tu corazón se aflija no solo por el mundo, sino también por lo que encuentras dentro de ti, únete al Espíritu de Dios y clama por Misericordia.

El Creador no espera de Sus hijos más que espíritus rendidos, conocedores de su propia ignorancia y de su necesidad de Misericordia.

El Creador no espera de Sus hijos más que corazones humildes, que claman y que se unen a Él para convertir sus materias corruptas y sus cuerpos enfermos.

Estar en este mundo, hijo, es al mismo tiempo una Gracia y un gran desafío. Depende de cada criatura saber abrazar esta Gracia y superar los desafíos, para encontrar en su propio interior, el potencial de Amor que le permite permanecer vivo, que sustenta este mundo, como también a cada corazón humano.

Únete verdaderamente al Espíritu de Dios como un hijo Suyo, necesitado de Su Misericordia, para retornar a lo Sagrado, que un día reinó en tu esencia.

Dios no espera de ti más que un corazón rendido, que reconoce la grandeza y el misterio de Su Proyecto y que lo ama, aun sin conocerlo, para que él pueda un día expresarse en tu propio interior.

Ama, entonces, la Voluntad del Creador para ti y clama todos los días por el establecimiento de esa Voluntad. Deja que el Rayo de Dios atraviese tu espíritu y te devuelva la paz que un día perdiste, por estar distraído del Propósito Divino. Deja que el Creador rehabilite y cure a tu pequeña consciencia y la haga grande, por estar unida a Él.

Reconoce tu pequeñez, uniéndote al Espíritu de Dios y clamando, sinceramente, por Misericordia. Yo me uniré a tu corazón y siempre clamaré contigo cuando seas sincero y puro en tus intenciones. 

Tu Padre y Amigo, 

San José Castísimo

Domingo, 25 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Me encontraba en oración, meditando sobre el Relicario de San José, que guarda Su Divino Corazón, cuando Él llegó para seguir transmitiendo Su historia. Le pregunté si podría ayudarnos a llegar hasta ese Relicario para comprenderlo y contemplarlo. En ese momento, San José trajo hasta allí el Relicario con Su Corazón y nos transmitió un mensaje extraordinario, diciendo lo siguiente:

Desde el principio hasta el fin de Mi evolución, compartí el Don Divino de la Renuncia, vivido por Dios al manifestar Su Creación.

Envuelto por el Santo Amor del Padre, una y otra vez, Yo meditaba en todo lo que Él vivía y padecía para que Sus hijos continuaran creciendo y desarrollándose en este mundo. El Relicario de Mi corazón guarda ese Amor que siento por Dios y la constante renuncia que viví y que vivo por Él y con Él.

Si el Creador, Dios Único del Universo, padece y sufre, renuncia y se sacrifica por la humanidad, ¿En dónde encontraría Mi alegría, sino imitándolo, aunque imperfectamente? ¿Cómo podría?

El Relicario de Mi corazón representa la perfecta Misericordia de Dios para con un corazón que lo ama con humildad y hasta dónde el Creador conduce ese corazón que así lo ama.

En el misterio de este simple Relicario se encuentra una esperanza. Que, al contemplarlo, las almas no busquen adorar al imperfecto corazón del Obrero de Dios, sino a la Divina, Insondable e Inmaculada Gracia del Padre, Su infinita Misericordia y Su Perfección, que convirtieron a este pobre corazón en una Unidad con Su Corazón.

Este es el misterio del Relicario de Mi corazón que, en verdad, debe manifestarse en todos los corazones del mundo: el milagro de la transformación y de la unidad con el Único, que revela la Verdad de la Esencia humana, cuando su imperfección da lugar a lo que estaba escondido en su interior, que es Dios mismo.

Contemplen el misterio del Relicario de Mi corazón y se verán a sí mismos, como potencial, escondidos en este Santo Relicario.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

Viernes, 23 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que comienza a surgir en el mundo y en los corazones de los hombres aquello que vino a ser curado y redimido desde el principio.

El “fin” no es sino la concreción del inicio, del verdadero sentido por el cual sus espíritus vinieron al planeta. Pero las almas se distrajeron, se apegaron a la ilusión y la tomaron para sí, como una gran y única verdad, y ahora temen a lo que es verdadero e inventan tantos miedos como ilusiones, para no aceptar lo que se presenta frente a sus ojos y que ya no se oculta a sus corazones.

He aquí que lo que fue creado por los hombres, también con ellos se desvanecerá. Las fronteras, dentro y fuera de los corazones, entre razas, religiones, culturas y pensamientos, se desvanecerán, ante la unidad que el Universo les demostrará que existe.

El Corazón de Dios se espejará en los corazones de los puros y de los que, a pesar de sus impurezas, aspiran a vivir el bien. Todos sentirán la imperiosa necesidad de descubrir y de vivir el Amor. Las fronteras serán derrumbadas por los propios hombres, los que recibirán en sí, la Gracia del Corazón de Dios y que serán impulsados a construir el nuevo mundo.

Existirán los pioneros, que activarán e inspirarán a los otros. Estos perderán su miedo primero, porque serán resguardados por la Gracia de la Verdad.

Los más jóvenes conducirán la nueva barca, porque sus corazones se abrirán más fácilmente para encontrar el Universo. No verán, en la Tierra fútil, sentido para su existencia y buscarán, sedientos, una Verdad que calme sus ansias de encontrar algo que no conocen, pero que saben que existe.

El caos del mundo inspirará a muchos a la santidad, porque la Ley dicta que los opuestos se equilibren. Despertarán el amor a Dios como en el pasado y, con locura y verdad, proclamarán Su Nombre.

Aunque parecerán ser escuchados por muy pocos, su clamor resonará más allá de la Tierra y el Cosmos escuchará su llamado, que será suficiente para que un auxilio superior llegue a la Tierra.

A los puros, les digo: no desistan nunca. Su verbo debe ir más allá de las estrellas, como una llave que nace de la esencia y del corazón para abrir las puertas de este mundo a la verdad interior.

Se estremecerán los cielos y la tierra; rugirán las fieras, que tienen su falso poder construido en apariencias; pero nada de eso debe hacer sucumbir la fe de los que encontraron a Dios y a Sus Mensajeros.

Construyan hoy, pues, la fortaleza que los sustentará mañana y que será como un farol en la noche oscura del mundo, inspirando a otros a decir “sí”.

Solo oren y háganlo de corazón.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

Lunes, 19 de junio de 2017

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que estoy con Mi sierva e hija Teresa de Jesús para que, junto Conmigo y con cada uno de ustedes, ella pueda clamar por la humanidad, porque su camino de santidad no terminó en este mundo.

Estoy aquí con aquella que un día, inspirada por Dios, deseó vivir el Evangelio con todo su corazón y que, después de su muerte, descubrió un evangelio vivo, un evangelio universal que nunca estuvo escrito en los libros de este mundo, un evangelio que no se limita a las religiones, a las culturas o a las fronteras que existen entre las naciones. Un evangelio que fue escrito por el Corazón de Dios, con palabras de Luz en el firmamento del universo, un evangelio que en verdad es la esencia de la existencia humana.

Hoy Santa Teresa viene Conmigo para ayudarme a redimir a un pueblo del cual un día formó parte. Que con su ejemplo de evolución las almas puedan trascender sus límites, curar los dolores del pasado y retomar su unión con Dios, más allá de las formas. 

Estoy aquí no solo como un siervo, compañero e hijo de Dios; estoy aquí a pedido del Señor que creó todas las cosas para darles un ejemplo de unidad con el Único.

En la esencia del Evangelio de este mundo, que fue escrito por la memoria de los hombres, de lo que vieron sobre Jesús, se encuentra un Principio Divino que los une al Evangelio universal.

El Evangelio, que está escrito en los Libros Sagrados de esta Tierra, es una base para que encuentren la Vida Divina, la Vida Universal, y ya no estén presos de este mundo.

Pero para esto, hijos, para que encuentren este conocimiento, que trasciende la mente y el corazón humano, deben estar más allá de las religiones, más allá de una doctrina; deben estar en la esencia de lo que les enseñó Cristo; y es allí, en ese Amor único, que aún se esconde en Sus Palabras, donde aprenderán a superar y curar los dolores, el pasado, y aquello que aún hiere el Corazón de Dios, porque sus consecuencias se espejan hoy en la actitud humana.

Los Mensajeros Divinos llegan, en este tiempo, para fortalecer la fe de los corazones, para fortalecerlos en el amor. No importa sus orígenes, sus religiones, sus culturas, porque todo aquel que vive en el amor encontrará a Dios, aun sin saberlo.

Vinimos hasta aquí para renovar su fe, para curar el pasado y elevar, de las entrañas de este lugar, como de este país, un dolor milenario que no permite que los corazones se abran para encontrar a Dios.

Ha llegado la hora de vencer las resistencias, de encontrar en el propio corazón una realdad oculta, un microcosmos que los hace semejantes a Dios.

Ha llegado la hora de poder mirar a los Ojos del Creador sin vergüenza de lo que son; de arrepentirse por tanta ignorancia, por tanta guerra entre hermanos, entre culturas, entre religiones; por tanta necesidad de poseer algo que no les pertenece; porque vinieron a este mundo, hijos míos, para aprender a ser nada.

No vinimos hasta aquí para crear una nueva religión y traer un nuevo conflicto a la mente y al corazón humano. Estamos aquí para llevarlos a la esencia de la verdad, aquella que inspiró a los corazones cuando formaron las primeras religiones en la Tierra, como una forma de que la mente humana pudiera encontrar un camino para vivir las Leyes que se viven en el universo, aquellas que los aproximan al Corazón del Padre.

Por eso, hijos, encuentren hoy dentro de ustedes la esencia de la Creación, algo puro, simple, que los une a Dios tan simplemente como el acto de orar, de ser fraternos, de ser humildes ante el prójimo.

Estamos aquí para que Europa tenga una nueva oportunidad de aprender a amar, de amar al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza y, a través de ellos, de amar a Dios.

Hoy les traigo el Reino de Dios como una Luz sublime que los retira de la ceguera y de la oscuridad en la que viven, del materialismo y de la gran importancia que dan a las cosas de este mundo, a los placeres y a las comodidades, olvidando que nada de esto tiene sentido si no aprenden a amar.

Porque muchas vidas pasaron, muchos pies pisaron la Tierra, caminaron y evolucionaron como pudieron, y cuántos, hijos, no aprendieron a amar y cometieron los mismos errores, una y otra vez, por miedo de ser amados, de perderse a sí mismos y de descubrir que, en verdad, cuando se rinden y abandonan lo poco que son, pueden encontrar al Todo que es el Creador de todas las cosas.

Quisiera que las Palabras de los Mensajeros Divinos resuenen más allá de las religiones, de las fronteras de las naciones, para que todas las almas que creen en el amor, que creen en la posibilidad de vivir una Nueva Humanidad en este mundo, aunque aparentemente les sea imposible, puedan recibir un impulso, fortalecer la propia fe, sin importar cuál sea, si ella los lleva a la verdad y al encuentro con Dios.

Vinimos, en este último tiempo, a decirles a los hombres que se arrepientan, que ya no ignoren a los Ojos del Creador que están puestos sobre ellos, que ya no se engañen a sí mismos, intentando esconderse de una verdad que se precipita sobre el mundo.

Porque la Justicia llegará a todas las razas, a todas las religiones y a los lugares más escondidos de este mundo. Hasta aquel corazón que se siente solo, perdido, también sentirá la verdad, porque ella emergerá del cielo, en donde no existen fronteras, en donde podrán verla de norte a sur.

Esta verdad circundará la Tierra y demostrará a los hombres que no existe norte o sur, oriente u occidente; existe un Propósito Divino que debe ser cumplido desde el principio y que se resume, simplemente, en vivir la fraternidad y el amor, perdonar el pasado y recomenzar todos los días, intentando transformar el viejo hombre que habita dentro de ustedes.

¡Vénzanse! Ríndanse ante Dios, aquel Dios que conocen, no importa en qué religión estén. Ríndanse al Dios del Amor, al Dios de la Verdad que une todos los caminos en Su Corazón, que une a todas las almas en una única alma, que une a todos los espíritus en un único espíritu, que es el Espíritu de Dios que divinizó la materia y, como un Soplo Divino, creó toda la vida. Hacia Él, esa vida debe retornar.

Hoy, con Mis brazos abiertos, les entrego la Gracia de Dios y les pido que no la desperdicien. Los elevo a un propósito superior para que sus vidas recobren el sentido en la Voluntad de Dios y no en la propia.

Los coloco delante de un gran Plan que se revela de una forma simple, no por ser pequeño, sino por demostrar la humildad de Dios y la arrogancia del corazón humano, así como él se expresa hoy.

Porque los corazones humanos que emanaron de la Fuente, que fueron entregados por las Manos de la Divina Señora para que vivieran en esta humanidad, no son estos que conocen, porque ustedes, hijos Míos, se desconocen.

Mis Palabras son como impulsos que ingresan en sus consciencias como algo que no deben comprender, sino solo sentir y dejar que los transformen y los conduzcan a una realidad interna que los hará saber todas las cosas, aunque no las entiendan.

Con el espejo vivo que es Teresa de Jesús, encendemos los espejos de sus corazones una vez más, para que ellos reflejen en su interior la pureza que deben alcanzar. Y a través de esta luz, que Santa Teresa recibe de un Espejo Mayor, que se cure el pasado y se diseñe para el futuro una nueva esperanza, en la cual emergerá, a pesar de todas las purificaciones y pruebas, de la nada que se tornarán, una nueva humanidad.

Confíen en lo que les digo y trabajen todos los días, no solo para tener una vida mejor, sino para ser mejores ante de Dios.

Hoy los coloco delante de una verdad que es el espejo del corazón humano. Este pedacito de pan y este jugo de uva parecen fruto del trabajo y de las manos humanas, así como lo que ustedes son, como humanidad y como personas, parecen fruto del desarrollo humano, del propio esfuerzo, del propio trabajo.

Pero en verdad, hijos, este pedacito de pan guarda un don único, un amor único en toda la Creación. La memoria de una entrega que se perpetúa, a lo largo de los siglos, en este planeta y más allá de él. 

De la misma forma, cada uno de ustedes guarda en sí un milagro único, un amor latente que es tan desconocido para ustedes como para toda la vida. Comulguen con este misterio, despertando no solo el Cristo vivo, que convierte estos elementos y los consagra, sino también el Cristo vivo dentro de ustedes que despierta al sentir el pan, convertido en cuerpo y el jugo convertido en sangre, para curar el pasado, liberarlos y colocarlos en el camino de la verdadera redención. 

Hoy quiero que sientan que todo lo que son aún lo deben descubrir. Y esto, hijos, no es y no será obra de su propio trabajo, pero así como este pan se deja transformar y transubstanciar en el Cuerpo Místico de Cristo, de la misma forma, cuando ustedes se dejan transformar pueden ver despertar en el propio interior este mismo Cristo, esta misma memoria viva de Amor que un día murió en la Cruz, para que cada uno de ustedes aprendiera a morir a sí mismo.  

Por la potestad que Dios Me concedió, por el sacrificio y la humildad que un día viví como ejemplo para todo corazón humano, como Sacerdote consagrado por Cristo desde Su nacimiento, pido a los ángeles que transubstancien estos elementos y los conviertan a imagen y semejanza interior y espiritual, del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que todas las almas que hoy Me escuchan, por la Gracia Divina, alcancen la redención.

Oración: Padre Nuestro.

Este es Tu Cuerpo, Señor, y Tu Sangre. Felices los que comulguen de Él, libres de sí, para que vivan el mismo milagro de transformación que hoy, delante de Tu altar, vivieron estos elementos.

Yo los libero, los consagro y los animo a seguir adelante, retirando cada día, del propio interior, el viejo morador, el viejo hombre, para que el Hombre Nuevo encuentre dentro de ustedes el mismo pesebre humilde que encontró en Belén.

Les agradezco y, con la bendición de Santa Teresa, les dejo Mi Paz y la Paz de Aquel que Me envío.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Viernes, 16 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MADRID, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCIA DE JESÚS

Un corazón encuentra la Paz, cuando a pesar de ser imperfecto, se esfuerza y hace todo lo que está a su alcance para cumplir la Voluntad de Dios y no la propia.

Un corazón encuentra la Paz, cuando se rinde en la batalla que vive por cumplir sus propias aspiraciones y se deja transformar en un instrumento, para que el Plan de Dios se cumpla.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ya no lucha por la transformación ajena, y se esfuerza en ser, él mismo, un Espejo de lo que Dios pensó para la humanidad, buscando en el Padre la Gracia de ser un ejemplo para los demás.

Un corazón encuentra la Paz, cuando descubre, en sí, las raíces de los conflictos del mundo y sabe que, en verdad, sí, puede transformar todas las cosas cuando comienza por sí mismo.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ora por un Propósito Superior cuando se une al Corazón de Dios y, aunque llegue a sentir el dolor del Corazón del Padre, no pierde la paz, porque por detrás de ese dolor se encuentra una inextinguible certeza y la esperanza del triunfo de Su Plan y el establecimiento de Su Voluntad.

Un corazón encuentra la Paz, cuando abandona las dudas y las desconfianzas, y despierta, en sí, el verdadero sentido de la fe en aquello que no siente, que no toca y que no ve.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ya no se resiste a dejarse guiar por el Dios que habita en sus hermanos y encuentra en ellos una oportunidad constante de transformarse y de caminar.

Un corazón encuentra la Paz, cuando deja que la paz ingrese en su vida de las formas menos buscadas y más temidas. Porque, para encontrar la paz, hijos, ustedes deberán perderse a sí mismos en muchos sentidos y renunciar a aquellas cosas por las cuales la humanidad siempre luchó para vivir y para ser.

Si les falta la Paz en el corazón y están afligidos y abatidos, abran las puertas para que la Paz ingrese en sus vidas y, rindiéndose en su propia batalla y en la lucha por imponer sus propias ideas, tórnense obedientes soldados de un ejército que solo sigue y vive los Designios del Creador. Pues es en lo poco, en lo pequeño, en lo simple y en lo invisible, que ustedes harán triunfar el Plan de Dios.

Sepan: es en la humildad, en el silencio, y en la unidad con Dios, que se encuentra la Paz.

Su Padre y Compañero,

San José Castísimo

Viernes, 9 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN GIOVANNI ROTONDO, FOGGIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un corazón es sincero delante de la Gracia y de la Grandeza de Dios, el Corazón del Padre le responde.

Solo es necesario, hijos, que ustedes sean sinceros y simples de corazón, para que los Misterios de Dios se revelen. Solo es necesario ser agradecido, para encontrar dentro de sí los recursos para retornar al Origen y encontrar en el propio interior lo que los une al Universo y al Creador.

Hay muchas verdades por revelarse. Hay muchos misterios que están ocultos para el corazón humano, porque le falta la simplicidad y la gratitud, cuando están delante de las oportunidades que Dios les entrega.

El Creador aguarda que Sus hijos despierten, porque Él no creó a la humanidad para que viva eternamente en la ilusión y en la ignorancia, creyendo que la realidad comienza y termina en su vida material y humana.

Este es el tiempo de despertar a la verdad, una verdad que comenzó a desarrollarse en la Tierra desde que los pueblos originarios se abrieron para comulgar con la Vida y vivir en gratitud y simplicidad, unidos al Todo.

Esta verdad se reveló a los hombres de una forma, por intermedio de Buda; se anunció en los símbolos de los Profetas; se materializó con el Ejemplo de Cristo; pero, sin embargo, muchos oídos permanecieron sordos, muchos ojos ciegos y muchos corazones cerrados, para conocerla y comprenderla.

Todas las líneas de conocimiento, filosofía y verdadera religiosidad, son puertas para algo que es mucho más amplio, un Universo que no cabe en la mente ni tampoco en el corazón humano; pero es por medio de ese corazón que ustedes pueden comenzar a conocerlo.

Es tiempo, hijos, de descubrir el potencial de la simplicidad y de la gratitud, el potencial de la fraternidad y del amor al prójimo, porque a través de estos simples atributos – que están en la esencia de todo camino espiritual verdadero- un gran misterio les será desmitificado.

Es tiempo de descubrir la verdad y comenzar a retornar, de leer en el Espejo del corazón la Voluntad de Dios; de ver reflejada en los Espejos de la naturaleza la unidad que existe entre toda la Vida; y descubrir, al fin, que la naturaleza siempre reflejó el camino, que en ella está oculta la Grandeza de Dios, recordando todos los días, a la humanidad, el camino del retorno al Origen. Matar a la naturaleza es como matar la posibilidad de retornar a Dios y destruir, poco a poco, el hilo que les permite salir de la ilusión.

Es tiempo, hijos, de vivir la unidad en la vida, de sintetizar en el corazón la esencia de todos los impulsos que generaron la inspiración para el nacimiento de las diferentes religiones y filosofías. Porque hoy, todo adquiere sentido solo cuando se encuentra la unidad, y las religiones ya no se completarán en sí mismas, sino todas unidas por el amor; en Dios encontrarán la verdad que les da sentido y que señala el camino que deben seguir.

Con esto les digo que el planeta necesita encontrar la verdad, con cada ser en el lugar que le corresponde. Mas, para eso, basta ser simple y agradecido, basta saber ser fraterno, y sobre todo, basta abrirse para aprender a amar.

Su Padre y Amigo, Compañero de siempre,

San José Castísimo

Viernes, 2 de junio de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ASÍS, PERUGIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el corazón encuentra la paz y se une a Dios, disuelve en el silencio de su espíritu el caos que permea al mundo.

Por lo tanto, hijo, busca en este lugar sagrado el Silencio de Dios que, un día, en la soledad, tocó y convirtió el corazón de Francisco, transformando su condición de hombre mundano y superficial, en un espíritu unido a Dios, capaz de expresar, como podía, el Arquetipo de Amor que el Creador pensó para la humanidad.

Estás en este tiempo, como parte de esta Obra y de la humanidad, delante de una oportunidad única de conversión para tu espíritu y para tu corazón. Solo encuentra, en el silencio de tu mente, el silencio del Corazón de Dios. Encuentra en el canto de los pájaros el Verbo del Creador, que te llama constantemente a reencontrar el sentido de tu vida.

Pues hoy te digo que la conversión debe ser vivida a cada instante. Estás en un tiempo de batalla, en el cual tu alma oscila entre el mar del caos del mundo y la Gracia de estar suspendido en Dios. Por eso, el enemigo, que no quita sus ojos de las Criaturas de Dios, muchas veces consigue confundirte y retirarte del propósito, sin que lo percibas.

Vigílate entonces, y busca observar en donde está tu consciencia y siempre que te acuerdes, piensa en el silencio, en el espíritu de la humildad, en la necesidad de unirse al prójimo, a los Reinos de la Naturaleza, y así unirte a Dios.

Encuentra en los éteres de este lugar, por el cual caminas, la posibilidad de prestar un gran servicio a la humanidad: experimentar una santidad silenciosa y una unión única con Dios. Así, hijo, aunque no sepas ni comprendas, estarás ayudando al Creador a cerrar muchos infiernos y a rescatar a muchas almas de la ilusión; con el simple hecho de que tu corazón, que es humano, ceda un lugar al Corazón de Dios.

Que la Paz y la Bendición de tu Maestro San Francisco estén sobre ti. Y hoy, extiendo1 esta Bendición hacia ti, que lees estas palabras y que te dejas permear por una Asís espiritual, que guarda en sí, una parte del Reino de Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

 

1- Cuando dijo eso, San José nos mostró que uniría los tiempos y los espacios, y que siempre que alguien lea este mensaje de corazón, reciba los códigos todavía puros que, espiritualmente, están guardados en Asís. Códigos referentes a todo lo que San Francisco dejó como legado para la humanidad a lo largo de su vida, como la humildad, la unión con los Reinos de la Naturaleza, la pobreza de sí y el silencio. Sin importar donde esté ni cuando lea estas palabras, todo aquel que abra su corazón, accederá interiormente a esta experiencia espiritual. Esta es una Gracia que San José nos concede a través de Sus palabras.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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