MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que aspiraba a conocer la Eternidad y el Paraíso, y que cada día buscaba méritos para llegar a merecer un lugar en el Cielo, le cuestionó al Señor sobre cuál sería el camino para merecer estar a Su lado, diciéndole: “Señor, la vida en la Tierra, a pesar de ser sagrada, es poca para mí. Mi alma aspira ardientemente a estar Contigo en el Paraíso de Tu Eternidad. Dime entonces, Dios amado, ¿cómo hacer para permanecer a Tu lado en el Infinito?”.

Y con profundo amor y sabiduría, el Señor le respondió: “Alma pequeña, ¿qué es el Paraíso para ti? ¿Cómo piensas, en tu corazón, que hay vida en Mi Reino? Yo te creé para habitar en ti; de esta forma, quiero hacerte comprender que no necesitas desear estar en el Cielo para estar a Mi lado, sino descubrirme en tu interior. Feliz y bienaventurada es el alma que sabe encontrar en la propia esencia la unidad Conmigo, aquella que no busca afuera de sí, sino adentro, en lo profundo del propio interior.

Tantas son las almas que dicen querer estar Conmigo, pero ¿cuántas son las almas que, en silencio, se detienen para encontrarme en su propia esencia?

Muchas son las almas que dicen preferir Mi Reino al mundo, pero ¿cuántas son las que dejan de lado las cosas del mundo, aun por un instante, para buscar Mi Reino en el propio corazón y saberse ese Reino?

Muchas son las almas instruidas en Mi Conocimiento, que saben Mis Palabras y dicen amarlas, pero ¿cuántas son las que, después de ser instruidas sobre algo, no se detienen para conocerlo ni buscan una experiencia sobre lo que aprendieron?

Alma pequeña, Mi Reino está en ti, así como Yo también estoy en ti, y el camino para encontrarme es simplemente buscándome de verdad, con sinceridad y con amor. Cuando simplemente te detengas para encontrarme en ti, verás que Mis Misterios no estaban ocultos en las estrellas. Mi Paraíso no solo está en el Cielo, también está en tu interior”.

Que este diálogo, hijos, los inspire a buscar a Dios en el propio interior, y no solo a conocer Sus Misterios, sino también a experimentarlos cada día.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, que temía la Justicia de Dios, oraba y clamaba constantemente por Misericordia y un día, sintiendo que el ciclo de esa Justicia había llegado al mundo, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, Tú que eres el Dios del Amor, de la Gracia y de la Misericordia, capaz de entregarte en la Cruz por la salvación del mundo, explícame entonces lo que es la Justicia y cómo un Dios de Amor puede actuar con Justicia sobre Sus hijos”.

Y, mirando a esa alma con paz, el Señor le respondió: “Alma amada, que ignoras el verdadero sentido de Mi Justicia Divina, la Justicia de Mi Corazón es una Ley, impregnada de un amor tan grande como la Divina Misericordia. Mientras la Misericordia eleva a los que están ciegos y les concede lo mejor de Mi Reino, aun a los ignorantes, Mi Justicia primero les lava sus ojos, se los abre y hace que las almas sean conscientes de todo cuanto Yo ya les entregué.

Después de derramar Misericordia sobre los corazones y verlos aún sumergidos en la indiferencia, en la ingratitud y en la inconsciencia, Mi Espíritu vierte sobre ellos la Justicia. Y la Justicia es un rayo de Amor de Mi Corazón que estremece a las almas y derriba sus ilusiones más arraigadas, para que así puedan percibir la verdad y se arrepientan.

Lo que causa sufrimiento en las almas no es Mi Justicia, sino su propia ignorancia, porque perciben que estaban afirmadas en bases de arena, mientras que Yo les ofrecí tantas veces la roca de Mi Corazón. La Justicia, alma pequeña, es parte de Mi Amor, para que ninguno de Mis hijos permanezca en el mundo sin despertar y sin percibir lo que realmente es y cuál es el camino que debe recorrer.

Por eso, ante la Justicia, no sufras, sino solo ora para que esta nueva oportunidad, que llega a través de la Ley de la Justicia, no pase también en vano por las almas ignorantes, y que ellas puedan hacer de esta corrección divina el primer paso para enderezar sus caminos”.

Que este diálogo les enseñe, hijos, a amar a Dios, a Su Misericordia y a Su Justicia, y a comprender que la acción de las Leyes es justa y colmada de un celestial amor por las almas.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, que decía no creer en Dios ni en la vida espiritual, se encontraba en un gran vacío interior y, ante sus angustias más profundas, miró hacia el cielo y dijo: “¿Qué hay después de la muerte? ¿Una nueva vida? ¿De dónde y por qué surgió la vida? ¿Tú, a Quien llaman Dios, existes verdaderamente? ¿Dónde estás? ¿Por qué no te haces visible a los que se dicen Tus hijos?”.

Y el Señor, contemplando a esa alma con gran compasión, le respondió: “De Mí surgió la vida, una vida amplia, profunda, compleja y muy antigua, anterior a la existencia de este mundo, anterior a la existencia de la mente humana y al tiempo de los hombres, en un espacio adonde la ciencia no llega, la mente no lo explica y ni siquiera los patriarcas y los profetas lo pudieron comprender, por un motivo que se guarda en Mi Corazón y que no se comprende, pero que solo se ama y se vive.

No creé la vida por un motivo, sino por Amor. Por eso, no se llega a Mí por una respuesta, sino por un vivir profundo del mismo principio y don que Me hicieron manifestar todas las cosas. Ese misterio se encuentra en tu pequeño corazón.

Alma amada, cuando abraces con humildad la cura de tus heridas más profundas, sabrás que Yo Soy Dios.

Cuando te dejes amar por un Amor que no es de este mundo pero que proviene del Infinito, sabrás que Yo Soy Dios.

Cuando el saber de tu pequeñez y fragilidad fuera mayor que la ilusión de tu orgullo, madurez y vanidad, sabrás que Yo Soy Dios.

Cuando coloques la frente sobre el suelo y rindas tu mente mortal por un Amor Eterno, sabrás que Yo Soy Dios.

Cuando, en el vacío de tu consciencia y en la soledad de tu corazón, te arriesgues a mirar hacia adentro y descubrir que Yo estoy en ti, sabrás que Yo Soy Dios y que estoy en todo.

En tu interior aguardo en silencio, y en tu silencio podré hablarte al corazón. Conocerás Mi Amor Infinito y, a través de él, sabrás lo que llamas motivos por los cuales todo fue creado. Lo que para ti es un motivo, para Mí es un Propósito. No hay un motivo para la vida, pero hay un Propósito Superior: el de renovar Mi Amor y retornar a Mí”.

Que este diálogo con Dios los inspire, hijos, a volverse hacia adentro y a experimentar la Presencia Divina.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que aspiraba a cumplir la Voluntad Divina, pero que se sentía constantemente indigna e incapaz de hacerlo, ante todas las grandes cosas que el Señor la llamaba a vivir, le cuestionó a Su Sagrado Corazón por sentirse pequeña y pobre para cumplir Su Obra y le dijo: “Señor, grande es Tu Plan y lleno de un profundo Amor por la humanidad y por toda la Creación. Contemplo Tu Voluntad y me asombro de Tu Misericordia, pero cuando intento manifestar lo que quieres, me siento incapaz ante tantas imperfecciones y dificultades. Entonces, miro al mundo y a tantas almas preciosas que creaste y con las cuales puedes contar para manifestar Tu Obra y me pregunto: ¿por qué Tú me llamaste?”.

Y el Señor, contemplando a esa alma con Amor, viéndola transparente y cristalina tal como Él la creo, le respondió: “Ve, alma pequeña, tu reflejo en Mis Ojos. No te mires en los espejos del mundo, pero sí en el Espejo de Mis Ojos. Lo que los espejos del mundo te pueden mostrar son limitaciones y defectos, imperfecciones y tal vez destrezas, pero lo que verdaderamente eres solo lo verás si miras tu reflejo en Mis Ojos.

Yo te veo tal como eres. Yo sé el potencial que hay en ti. Yo conozco tu trayectoria desde el principio. Yo sé para qué fuiste creada y para qué fue formada tu esencia y tu consciencia. Por lo tanto, alma pequeña, es Mi Voz a la que debes oír y no a las voces del mundo ni tampoco a la voz confusa de tu mente, que tantas veces se pierde por los estímulos de esta Tierra. Abre tus oídos internos y escucha Mi Voluntad, sabiendo que ella te corresponde y a nadie más.

Para cada ser de este mundo, tengo una Voluntad perfecta, un camino a través del cual llegará a Mí. Y ese camino no es aquel que te es conocido, muchas veces no es aquel por el cual ya sabes caminar. Ese camino es aquel que forjará en ti lo que Yo necesito, es aquel que te revelará lo que Yo veo cuando contemplo a tu pequeña alma, porque hará emerger en tu consciencia lo que eres, y la verdad tomará el lugar de tantas capas con las cuales cubriste tu consciencia.

Por eso, alma amada, cuando Yo te pido algo, no busques tu referencia en los espejos del mundo. Mira en Mis Ojos, ve tu verdadera faz reflejada en Mí y siéntete capaz de realizar todo lo que Yo te pido, porque Mi Voluntad para ti es perfecta.

Cada día, ábrete para descubrir en ti lo que se refleja en Mis Ojos: tú misma, como Yo te veo. Y no serán las vanidades ni el orgullo o la falsa humildad lo que habitará en tu corazón, sino que seré Yo y Mi Verdad, la transparencia y la perfección de Mi Pensamiento para ti”.

Que esta historia los inspire, hijos, a no buscar la propia referencia en lo que ven en sí mismos ni en el mundo, sino solo en lo profundo de los Ojos de Dios. Es allí que se encontrarán.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que estaba despierta y dispuesta a adentrarse en los misterios celestiales, todos los días le oraba a Dios y le pedía Su auxilio para desapegarse del mundo y no temerle al Cielo. Esa alma le temía al sufrimiento, a la transición de los tiempos y al cambio del planeta, porque todo eso le era desconocido.

Entonces, un día, cuestionando al Señor, ella le dijo: “Señor, creo que Tú eres Dios y que, más allá de esta vida, hay una Vida Mayor. Sé que estamos viviendo una gran ilusión, pero inmersa en ella, no consigo comprender la verdad. Le temo al cambio de los tiempos, le temo al sufrimiento del mundo y le temo a todo lo que tendremos que vivir antes del Retorno de Cristo. ¿Tú podrás vencer esos temores en mi corazón?”.

Y el Señor, contemplando a esa pequeña alma con una mirada de compasión, le respondió: “Cuando un corazón está en Mí, vive todo de forma diferente. Para él, el sufrimiento se transforma en oferta y pierde su peso, el dolor se convierte en un Amor Mayor.

La transición de los tiempos y todo lo que la humanidad tendrá que vivir será vivido de una forma diferente por aquel que está en Mí. Sus ojos verán la confusión del mundo y en su interior habrá sabiduría. Porque te digo, alma amada, que no serán las pestes, los movimientos de la naturaleza o las señales del cielo que harán que las almas en la Tierra sufran. Serán la ignorancia y su desconexión con la vida superior lo que las tornarán perdidas.

Las bases en las cuales se sustentaban, buscando incansablemente una vida de placeres y de comodidades, no existirán, y ese será el mayor pesar de la humanidad, la raíz de todo sufrimiento.

Aquel corazón que esté en Mí no temerá, porque Yo le daré paz y fortaleceré su fe. Y cuanto más oren, más estarán en Mí y Yo les concederé sabiduría. Y, dentro de la confusión y de la oscuridad del mundo, sus almas serán como faroles indicándoles el camino y, entonces, serán la sal de la Tierra y la luz del mundo. Mis Palabras se cumplirán, y el cumplimiento de las profecías también les traerá paz. Por eso, no temas, pero ora y sé persistente en tu fidelidad, porque Yo te escogí para ser luz sobre la mesa y este es tu destino”.

Que esta historia los fortalezca, disipe sus temores y los coloque en la dirección correcta para que oren y no dejen de orar, y así encuentren la paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que recorría su camino de entrega a Dios, un día, viviendo un profundo momento de definición interior, tentada por las fuerzas del mundo, pensaba en abandonar todo y lanzarse a los placeres e ilusiones de la vida. Esa alma era tentada a pensar y a sentir que su entrega no tenía sentido, que era irrelevante para la evolución de la vida y que, a pesar de tantos esfuerzos, ella no salía del lugar; entonces, sería mejor dejar este camino y lanzarse al mundo.

Al planificar interiormente el abandono de su camino espiritual, sentía que no podía hacerlo y que algo la prendía a Dios. Con una mezcla de temor e indignación, comenzó entonces a cuestionarle al Señor, diciéndole: “Dime, Señor, ¿por qué me prendes a Tu Corazón? ¿En qué soy diferente para Ti, si siempre soy la misma alma invisible e imperfecta, en la infinidad de Tu Creación? ¿Por qué no me permites, Dios, que yo abandone este camino y que, entregada al mundo, aprenda a encontrarte por otras vías que no sean esta?”.

Y con una sonrisa en el Rostro, demostrando Su Celestial Compasión, el Señor le respondió: “¿Acaso un órgano puede decidir, por sí mismo, salir y vivir fuera del cuerpo? Por más que quiera ser independiente dentro de ese cuerpo y cree enfermedades y desequilibrios, ese órgano no puede salir por sí mismo. Y si un día, después de tantas enfermedades, él fuera retirado de ese cuerpo, ¿crees, alma pequeña, que él sobreviviría solo?

Así son las almas que se comprometieron Conmigo. Todas las almas que Yo creé son células de Mi Cuerpo Místico e Infinito, pero aquellas que se comprometieron Conmigo son órganos dentro de Mí, que tienen un papel fundamental en la evolución de la vida y, aunque no lo perciban, son parte de una Obra infinita que no comienza ni termina en este mundo. Siendo así, alma amada, no Soy Yo quien te prende a Mi Corazón y no te permite seguir otros caminos, es tu propia vida y tu condición de unión Conmigo que te hacen sentir que, a pesar de todas las tentaciones, no puedes hacerlo.

Pero este momento no es para ti la expresión de tu más puro pensamiento. Estás transitando un momento de ceguera y de ignorancia, en el que las nubes cubren tu rostro y tu corazón, y no puedes ver ni sentir la verdad. Para que esa verdad te sea revelada, no te apartes de Mi Amor y no dejes de clamar por Mi Misericordia. Aunque estés en el desierto, Yo te daré fuerzas para persistir. Y aun en la sequedad interior, sentirás Mi Fuente que, en lo profundo de lo profundo, vuelve a brotar en ti. En un tiempo de confusión, no dejes de buscarme y Yo te daré la paz”.

Que, en este diálogo con Dios, hijos, las almas que hoy están ciegas encuentren fuerzas para buscar la Luz y clamar por Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que creía en Dios, en Su Existencia Infinita, pero que no podía comprender los misterios de la oración, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, sé que existes y que eres el Dios de la vida y de la eternidad, pero sé que existen leyes que mueven esta vida y que existe el libre albedrío que nos da la libertad para que estemos en ella. Siendo así, Señor, no comprendo el misterio de la oración y no consigo creer que un Rosario o un simple diálogo Contigo transformen las leyes de la Tierra”.

Sintiendo el Señor la sinceridad de sus cuestionamientos, le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, lo que ignoras en verdad no es el poder de la oración, es Mi Poder y Mi Amor por ti. Es la capacidad que tienes de unirte a Mí y la potestad que Yo te doy cuando oras en Mi Nombre, porque eres una hija querida y amada. Y como un hijo le pide a su padre y recibe de él lo que necesita, así Yo, que puedo todas las cosas, también les doy a Mis hijos aquello que necesitan.

Sin embargo, el misterio de la oración es aún más profundo, porque no espero que Me pidan solo aquello que necesitan para permanecer en el mundo como almas del mundo. Lo que Yo espero es que ustedes Me pidan aquello que hace de este mundo una parte de Mi Reino. Y, cuando se rinden ante Mí y abren sus corazones, Yo les concedo el perdón, les revelo el Amor oculto en sus esencias y les doy la potestad de transformar las leyes y la vida, como lo hacen los Ángeles y los Arcángeles al recrear Mi Creación.

No solo el misterio de la oración te es desconocido, alma pequeña, sino también el misterio de tu propia vida y el misterio de Mi Amor aún te son desconocidos. Por eso, aunque no comprendas, ora y rinde tus incomprensiones a Mis Pies, a los pies de Mi Altar, porque cuando Yo encuentre en ti un corazón abierto, no solo te haré comprender, sino saber y vivir todas esas cosas”.

Que, a través de este diálogo con Dios, hijos, sus almas sean inspiradas a orar y a clamar cada día más por la transformación del mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que buscaba siempre la verdad en su interior, ora estaba más volcada hacia el Cielo, ora estaba sumergida en el mundo. Al sumergirse en las cosas del mundo se perdía en la profundidad de sus aguas y, cuando conseguía retornar a la luz y respirar, sentía que le costaba retornar a la verdad, que se confundía y ya no sabía lo que era real.

Entonces, un día, conversando con Dios en su interior le cuestionó: “Señor, en un segundo que siento Tu Presencia se fortalece mi espíritu para estar en Tu Camino, pero en un segundo que me distraigo de Ti, ya no consigo encontrarte, me pierdo y me ahogo en los mares de las cosas del mundo. ¿Cómo hago, Dios, para crecer en Ti y ya no sumergirme en el mundo?”.

Y respondiéndole, el Señor, también con una pregunta, le dijo: “¿Ves el sufrimiento de las almas? ¿Ves lo que padecen en las guerras y en los conflictos? ¿Ves cómo sufren los que no tienen esperanza? ¿Ves cómo no se encuentran los que caminan en la oscuridad? ¿Eso conmueve a tu pequeño corazón?

Entonces, cierra tus ojos y contempla en tu interior a Mi Presencia. Imagina, alma pequeña, que Yo estoy dentro de ti. Recuerda todo lo que construí desde el principio de la vida: las dimensiones, las estrellas, las realidades sublimes y toda la Tierra. ¿Sientes cómo eres pequeña? ¿Sientes cuán pequeño es tu padecimiento?

Cuando mires el sufrimiento del mundo o cuando mires la grandeza del Cielo, encuentra allí la fuerza para no caer en los mismos errores y para no quejarte de tus pequeñas dificultades. ¿No valdrá tu esfuerzo para aliviar el sufrimiento del mundo? ¿No valdrá tu renuncia para interceder por un alma? ¿No valdrá tu esfuerzo para que se cumpla Mi Plan? ¿No valdrá tu renuncia para que el mundo conozca la verdadera vida?

Y aunque dones tu vida, alma pequeña, para que otros sean conocedores de Mi Reino en la Tierra, sabe que, sí, cada renuncia tuvo su valor, cada esfuerzo tuvo su valor, cada superación tuvo su valor, cada vez que Me escogiste, y no al mundo, tuvo su valor.

Por eso, cuando tu corazón esté angustiado y sientas que prefieres el mundo a seguir tu camino de retorno a Mi Corazón, piensa en los que sufren, piensa en los que padecen y, entonces, contempla el Infinito, la vida, el universo, y que todo esto te haga pequeña y también pequeños se hagan tus problemas. Disueltos sean ellos con Mi Soplo”.

Que esta historia los inspire a superarse cada día, contemplando al que sufre, contemplando toda la vida.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, que aspiraba a vivir el camino crístico e imitar a su Señor, luchaba todos los días con las tentaciones y tendencias humanas y, sintiéndose siempre vencida por el mundo, le cuestionaba a Dios, preguntándole: “Señor, ¿Cómo podré vencer las tentaciones del mundo y superar los vicios de la carne, que parecen tan señores de mi condición humana?”.

Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “Alma pequeña, ¿acaso Yo no te di el ejemplo para superar la condición humana? ¿Acaso no vencí los vicios y tendencias de la humanidad, en carne frágil y mortal, a través de Mi Hijo? Entonces, contempla la Cruz de Cristo, porque en ella encontrarás la respuesta a tus cuestiones más profundas; en ella tu cuerpo, mente y sentimientos se verán movidos para vivir la transformación. A través del Amor de Cristo, encontrarás la llave y el ímpetu para escoger la vida crística, y no el mundo, en cada situación de la vida en la que te sean presentadas las tentaciones.

La Pasión de Cristo debe ser tu refugio, hacia donde debes correr cada vez que el mundo busque tu corazón. Cuando seas tentada a escoger las cosas del mundo, pon tus ojos sobre la Cruz y contempla cada llaga y cada herida del Señor. Todo eso fue por ti, para que hoy puedas escoger el Amor y no las ilusiones, para que hoy puedas descubrir quién eres y no permanezcas con los velos sobre tu rostro.

Los vicios humanos solo son vencidos cuando tu consciencia es tomada por un Amor Mayor que te lleve a caminar hacia Cristo, y ese Amor se encuentra en la Cruz. Por eso, contempla todos los días al Señor del Calvario, y allí encontrarás la paz”.

Les cuento esta historia para que sepan vencer al mundo que se agita dentro de ustedes mismos, en esa batalla constante entre el viejo y el nuevo hombre que se traba en sus corazones.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma pobre y desprovista de los medios básicos para subsistir en el mundo le cuestionaba al Señor dónde Él estaba y cuál era el motivo de su sufrimiento, diciéndole: “Señor, yo que tanto busco y pido en Tu Nombre no obtengo respuestas, sino sufrimientos y padecimientos cada vez mayores. Dime el motivo del desequilibrio de este mundo y por qué no puedo tener tanto como mis semejantes”.

Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “¿Dónde está tu tesoro, alma pequeña? ¿En ansiar acumular cosas en la Tierra o en descubrir los misterios del Cielo? Contempla, pues, a aquellos que Me conocieron de verdad. La iluminación de sus consciencias les permitió renunciar a todos los bienes del mundo y, siendo pobres entre los pobres, fueron ricos ante Mí.

Contempla, pues, a Mi Hijo.  ¿Él fue enviado al mundo para acumular riquezas, para sentir placeres, para saciar Su Cuerpo, Su Mente y Sus Sentimientos? ¿Será Mi Hijo tu ejemplo y guía? ¿En Él está el espejo en el cual quieres encontrarte reflejada todos los días?

Entonces, alma pequeña, comprende que el sufrimiento y la pobreza de esta vida vienen para equilibrar tantos excesos de la humanidad. Ellos deben ser para ti el símbolo de que tu escuela no está en la acumulación, sino en la renuncia y en la gratitud.

Enséñale al mundo a través de un ejemplo humilde y abre las Puertas del Cielo para los que son ignorantes de esa verdad y buscan en el mundo, y no en Mí, la forma de colmar sus vidas”.

Les cuento esta historia para que aprendan en dónde está el verdadero tesoro de sus vidas. Y, cuando sientan que algo les falta, den gracias y sean ejemplo del Amor Humilde de Dios. Así, les abrirán las Puertas del Cielo a los más ignorantes.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, muy esforzada por cumplir el Plan de Dios y ser mejor, estaba afligida por sentir que, a pesar de sus esfuerzos, no sabía amar y no conseguía ser mejor como tanto aspiraba.

En un momento de oración, le cuestionó al Señor y le preguntó: “Señor, hago tanto esfuerzo para amar más y ser mejor, pero siento que no salgo del lugar y que estoy lejos de la perfección de Tu Amor y de la semejanza Contigo. ¿Dónde está eso que Tú dices que habita en nosotros?”.

Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “Alma pequeña, ¿acaso Me buscas más a Mí, o a ti y al mundo? ¿Está tu atención en edificar tu propia consciencia, en contentar a los demás o en amarme de todo corazón y con todo tu ser?

Comprende que Soy Yo quien debe amar a través de ti, y para que alcances la revelación de esta unión profunda Conmigo, debes buscarme más a Mí que a ti. Debes poner tu atención en Mi Espíritu, tu corazón dispuesto ante Mi Presencia y, antes que nada, construir tu vínculo espiritual y esencial Conmigo. Así, seré Yo quien ame en ti, y te sentirás mejor, porque Me sentirás más a Mí y menos a tus limitaciones humanas. Tu vida hablará sobre Mí, y aquellos que te encuentren, Me encontrarán.

Es así, alma pequeña, que alcanzas la perfección cuando Yo puedo ser perfecto en tu interior.

Este es un camino largo y diario, en el que cada día buscas más a Mi Corazón y Me cedes un espacio en tu interior. Pero, si tu atención está en ser mejor y en que tu amor sea mayor y más perfecto, entonces siempre te frustrarás y no encontrarás la paz”.

Les cuento esta historia para que sepan en qué dirección deben hacer sus esfuerzos, para que su empeño esté en amar a Dios, conocerlo y expresarlo cada día más. Así, encontrarán la paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, que vivía sumergida en la tristeza y en la amargura, le cuestionaba al Señor cuál era el sentido de su existencia. Sabiendo que todas las criaturas fueron hechas para expresar el Amor y sintiéndose lejos de conocer ese Amor y de expresarlo, no encontraba la razón de su propia existencia.

Su Señor, con Ojos de Compasión, contempló a esa alma y le respondió también con una pregunta: “Sientes que no puedes expresar Mi Amor y vives sumergida en la amargura y en la tristeza, pero ¿buscas, cada día, a Mi Corazón? ¿Pides Mi Gracia y te esfuerzas, en la sequedad de tu interior, para superar tu amargura y llegar a Mi Pensamiento para ti?”.

El alma, afligida y un tanto contrariada, le respondió al Señor que no lo buscaba, que no lo sentía y que estaba solo sumergida en sus debilidades y amarguras.

Entonces, el Señor le dijo: “Eres un alma amada, y Yo te amo tanto como tú también puedes amarme a Mí y a todo. Sin embargo, desde que Yo te creé, alma querida, te distanciaste de Mi camino y te cubriste con tantas vestiduras y tantos velos que ya no puedes reconocer quién eres ni quién Soy Yo. Pero, para que Yo te muestre tu verdadera faz, necesitas pedírmelo, ir más allá de tus amarguras y debilidades, de tu sequedad y tristeza, de tus deseos y metas, y de todo aquello que piensas sobre cómo Yo Me manifiesto en tu vida, cómo Me revelo a ti y cómo Me puedes sentir.

Deja que Yo actúe en tu corazón y, para eso, solo dime sí, todos los días, con humildad y persistencia. El propósito de tu existencia es vivir y renovar Mi Amor, pero para que eso suceda hay un camino de redención y de humildad, de renuncia y de entrega, de superación y de rendición, en el que tú te pierdes de ti y Me encuentras a Mí para que, solo entonces, sepas lo que es expresar y renovar Mi Amor.

Mi milagro en tu vida comienza cuando Me dices sí, mas él es constante y eterno, y muchas veces no percibirás que Mi Amor actúa a través de tu corazón; pero, por encima de todo, debes confiar en Mí”.

Hoy, les cuento esta historia, breve y profunda, porque las almas del mundo no encuentran el sentido de la propia existencia, pero tampoco buscan a Aquel que se lo puede revelar.

No es en el mundo o en las metas humanas en donde encontrarán la realización y la plenitud. Para liberarse del vacío y de la amargura de una vida sin amor, deben buscar a Dios, hijos, y en Él las respuestas a sus cuestionamientos más profundos.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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